EL UNICO JUCIO POR HECHICERÍA DEL PAÍS SE REALIZÓ EN SANTIAGO DEL ESTERO
El caso de las indias Lorenza y Pancha. Corría el año 1761, post-inquisición, pero las prácticas aún permanecían casi intactas. Las torturas inenarrables realizadas a las acusadas provocaron sus muertes durante el proceso.
Este caso está muy
bien documentado como caso 1.052 en el Archivo General de la Provincia, si bien
algunos mencionan un caso en Tucumán a principios de 1.700. A partir de 1650
los expedientes referidos a causas idolátricas eran iniciados por las
autoridades civiles, pasando posteriormente a las autoridades eclesiásticas que
eran las que en definitiva tenían el derecho de pronunciar la sentencia. Lo
curioso de este caso es que las torturas fueron pedidas y realizadas por las
"autoridades judiciales" civiles.
El expediente
comienza, el 4 de octubre de 1761, mediante un Auto de Proceso elaborado ante
la denuncia realizada por José Martínez, alcalde indio del pueblo de Tuama, de
la jurisdicción de Santiago del Estero, de las prácticas diabólicas que dos
indias de su pueblo, Lorenza y Pancha, llevaban a cabo contra otra india de su
servicio, llamada María Antonia, la cual se encontraba muy enferma del corazón,
con desvarío y "la barriga le comía mucho"
A partir de esta
fecha y durante casi un mes, exactamente hasta el 2 de noviembre, momento en el
que muere Pancha, pues Lorenza había fallecido días antes, se va a desmadejar
un complicadísimo juicio en el que, si bien no responde rigurosamente a las
instrucciones que procesos de esta índole tenían y que estaban perfectamente
establecidas desde épocas anteriores, recoge la mayor parte de ellas.
Así, una vez
encarceladas las dos "hechiceras", lo primero que se hizo fue el
nombramiento de intérpretes, tanto para las acusadas como para los testigos
indios, pues ninguno hablaba el español. Después se tomó declaración por
riguroso orden a los testigos y las reas, El 7 de octubre, es nombrado como
Fiscal D. Manuel Castaño, vecino de Santiago del Estero, quien al no estar
satisfecho con las declaraciones de Lorenza y Pancha solicitó Auto de Tormentos
para ambas, con el fin de que con su ejecución se frenaría "a los que con
tan poco temor de Dios se ocupan en ejercicios tan diabólicos, haciendo daño a
las gentes"
Agustín Díaz
Caballero, vecino feudatario de Santiago del Estero, ordenó aplicar, el 15 de
octubre, a las dos indígenas el "Tormento de Garrucha", Dicho
castigo, previa justificación del alcalde ordinario de que si les ocurría algo
o muriesen no era culpa suya sino de las acusadas, consistía en lo siguiente:
"del techo de un cuarto de los del cabildo en donde está la una presa y la
otra de la cárcel en donde se hallan presas sea puesta y colgada una gruesa
soga doblada por medio que esté hacida a una garrucha y viga del dicho techo de
manera que libremente pueda correr ... sean atadas por las muñecas de los
brazos que vuelvan a las espaldas y así atadas cada una de esta forma sean
atados los pies ambos juntos y de las gargantas de ellos sean puestas y
colgadas cincuenta libras de peso en una piedra (atento al sexo de ellas) ... y
tiren fuertemente por la dicha soga de manera que queden suspendidas un estado
de hombre al aire y estando así colgado se le preguntará por mí y los
intérpretes ... y negando sean vueltas a bajar de manera que no asienten el
peso en el suelo ... reservando en mí otra cualquier forma de tormento para se
lo dar en su tiempo y lugar ... "
Este cruel tormento
era común en la inquisición…
Sin tener en cuenta
el dolor sufrido por ambas mujeres con el castigo impuesto, y lo que ello tuvo
que afectar a sus declaraciones a veces contradictorias e incompletas, pues
Pancha, por ejemplo, tuvo varios desmayos durante el transcurso del tormento,
el "juez" Salvatierra no contento con el resultado obtenido ordenó
ejecutar, el 17 de octubre a Pancha y al día siguiente a Lorenza, un nuevo
tormento, denominado "de ladrillo y sueño al estilo español"
Este tormento
consistía en intercambiar ladrillos fríos con otros al rojo vivo puestos en los
pies de la víctima para que no pudiera pisar.
A partir de aquí,
el juicio entra en un estado confuso, dramático y macabro, teniendo una solo
finalidad: castigar a toda costa a las dos presas, por los delitos diabólicos
realizados, para que sirviera de ejemplo al resto de la comunidad aborigen,
"para que no prosigan en semejante supersticiones diabólicas tan introducidas
en esta naturaleza de sujetos"
Ambas mueren en el
proceso de tormento y luego son “exhibidos” sus cadáveres como escarmiento a
quien osase realizar ese tipo de prácticas.
LA IMAGEN ES SOLO REFERENCIAL PARA GRAFICAR EL TORMENTO DE LA GARRUCHA. NO CORRESPONDE A LA EPOCA NI AL LUGAR
Gracias a Memorias curiosas
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