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martes, 29 de octubre de 2019

HISTORIA DE UNA MICRONACION: SEALAND


HISTORIA DE UNA MICRONACION: SEALAND 


HISTORIA DE UNA MICRONACION: SEALAND

En pleno Mar del Norte

Una plataforma del tamaño de una cancha de tenis sobre pilotes de cemento que se usó en la segunda guerra mundial, sirve de base para el principado de “Sealand”, un país de 27 personas, con su propia moneda, sellos postales y un príncipe…

En 1967, un antiguo operador de radios clandestinas llamado Roy Bates se instalaba con su familia en una antigua plataforma de la segunda guerra mundial que había quedado en desuso, autoproclamándose Roy I, príncipe de Sealand. La idea no era nueva, pero Bates tenía de su parte un profundo conocimiento de las leyes internacionales y previamente había tenido cierta experiencia en radios clandestinas que utilizaban las aguas fuera de la jurisdicción del Reino Unido para transmitir sin interferencias de ningún tipo.
La instalación era conocida como Rough Tower, y era una de las tantas que el gobierno de Gran Bretaña había utilizado en la segunda guerra mundial para frenar el avance alemán sobre las costas inglesas. Bates sabía que al estar sobre aguas internacionales tenía una chance de poder llevar a cabo su proyecto, así que embarcó a su esposa y a su hijo Michael en la base acuática, decretando una Constitución basada en el sistema legal inglés.
En 1968, un año después de creado el reino, un buque de la armada británica se acercó a Sealand para reparar una boya marítima. El pequeño Michael sacó la carabina del padre y comenzó a defender la soberanía del país. El buque se retiró y padre e hijo fueron llevados a juicio ante una corte británica por uso ilegítimo de arma, pero luego de arduos debates sobre derecho internacional, fueron proclamados inocentes ya que se reconoció que la plataforma se encontraba fuera de jurisdicción. Este es uno de los principales argumentos que utilizan los defensores de Sealand para ser declarados nación de facto. Sin embargo, que una corte no reconozca jurisdicción sobre aguas internacionales, dista mucho de admitir la existencia de un país.
El caso de Sealand ganó bastante notoriedad por esos años, reproduciéndose en varias revistas europeas que hacían fantasear con la idea de crearse el propio país, casi para regalárselo a la esposa y nombrarla princesa, tal cual hizo roy con la suya. Hubo algunas personas que se interesaron en el proyecto, y lograron adquirir sus pasaportes e ingresar a vivir en la plataforma.
El príncipe Bates, visionario, fue ocupándose de las cuestiones más marketineras del reinado; himno nacional, bandera, escudo, estampillas (que llegaron a usarse en intercambio con Bélgica), moneda propia y pasaportes.
En 1978, en un hecho confuso, un grupo de alemanes y holandeses, toman por asalto el país mientras el príncipe Roy Bates se encontraba en Inglaterra buscando empresas dipuestas a invertir en un país libre de impuestos y preguntas. El grupo, presuntamente secuestra al príncipe Michael, hijo de Roy, pero éste logra comunicarse con su padre para advertirle de la situación. El caso es que Roy, con un grupo armado de gente, toma “por asalto” la isla, sin ninguna baja, y logra el control de la isla. El hecho llega a la prensa alemana y holandesa, y ambos gobiernos encaran gestiones para que los prisioneros sean liberados, los cuales, según la convención de Ginebra al terminar una guerra deben ser puestos en libertad. Salen todos, excepto un alemán, que al tener ciudadanía de Sealand es acusado de traición a la patria, quedando en confinamiento. Alemania reclamó ante el Reino Unido, el cual en base al fallo de 1968 informa que no se encuentra en su jurisdicción. Fue necesario el envío de un diplomático a Sealand que realizó las gestiones pertinentes para que el prisionero fuera liberado. Este fue otro de los argumentos que supo utilizar el príncipe Roy para que su país sea reconocido.
Según contó Bates al diario “The Independent”, durante la guerra de Malvinas un grupo de argentinos le acercó una oferta para comprar Sealand a fin de desarrollar actividades anti-británicas. “Los mandé de regreso – dijo – nunca haría nada que pudiera ser una amenaza para el Reino Unido”
En 1987, Gran Bretaña extendía sus límites marítimos a 12 millas, aplicando la convención 82 de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para límites marítimos, por lo que el principado queda dentro de sus límites jurisdiccionales. Bates, proclama la adhesión al mismo tratado (a pesar de no ser miembro de la ONU), y también extiende el territorio marítimo a 12 millas, por lo que ambos límites se superponen. Técnicamente el límite queda prefijado en la mitad y según las leyes internacionales, un país no puede anexar a otro al extender sus límites.
Claro que el Reino Unido, por medio de voceros, desconoce la existencia de Sealand como país, e informa que es propiedad militar de la corona. Sin embargo, se muestra reticente en los hechos a volverse a involucrar en disputas legales; lo demuestra en 1990 cuando Michael, hijo de Bates, dispara nuevamente contra una embarcación, y el caso fue directamente desechado en las cortes británicas.
Durante los años 90’ el príncipe Roy envejecía en la plataforma mientras en Europa Continental, supuestos “embajadores” de Sealand hacían circular pasaportes, licencias de conducir, títulos de la “Universidad de Sealand”, matrículas diplomáticas y títulos honoríficos. Fue así como mágicamente, la población de Sealand pasó de unas decenas de personas a 150.000 súbditos acorde a la cantidad de pasaportes que se vendieron. Según la historia “oficial” de Sealand, había gente que se hacía pasar por ellos, y daban como pista a seguir al antiguo alemán que trató de hacer la revolución. Lo cierto es que la desmentida llegó luego del desbaratamiento de las redes de venta de pasaportes y el descubrimiento de un negocio de adulteración de naftas por varios millones de dólares en España.
Se vendió inmunidad diplomática de Sealand desde Hong Kong hasta Rumania.
Así como antaño se utilizaban las aguas internacionales para montar radios clandestinas, hoy la nueva radio es internet y goza de los mismos beneficios; no hay control, no hay censuras, no hay impuestos. El cambio radical surgió de la mano de Havenco, una compañía que pagó 250.000 dólares en 1999 para alquilar algunas instalaciones de Sealand durante el primer año de vida. Ese mismo año el príncipe Roy dejaba el cargo ejecutivo para nombrar regente a su hijo Michael por cuestiones tecnológicas y de salud. Havenco instaló su datacenter en Sealand, promocionando la supuesta evasión de cualquier tipo de control de cualquier gobierno; por lo cual sus usuarios no estarían expuestos a ninguna ley, un verdadero paraíso en el cual se permite todo excepto pedofilia.

lunes, 28 de octubre de 2019

HISTORIA DE LA SILLA


HISTORIA DE LA SILLA

HISTORIA DE LA SILLA



En Egipto, por ejemplo, los datos obtenidos provienen de los jeroglíficos pintados en las paredes de las cámaras sepulcrales. Las escenas muestran como los egipcios, tanto hombres como mujeres, se sentaban en sillas con respaldo y algunos sitiales. 
       En la civilización romana se fabricaban de marfil. 
De las sillas de honor sin respaldo y con asiento mullido, se conocen dos clases:
       BISELIUM, se trataba de una silla muy alta, recta y con capacidad para dos personas. 
       SILLA CURULIS (silla curul), tenía los pies encorvados y era plegable o de tijera. Era utlizada por los cónsules y ediles. 
Tenían otro asiento al cual llamaban "scammun", haciendo referencia a una serie de banquillos, tarimas o bancos grandes con respaldo.
       Por otra parte, los romanos denominaban "sede" a la silla o trono. Las pinturas hayadas en los murales de las ruinas de Pompeya revelan el uso de sitiales.
       De Grecia podemos mencionar las sillas en las que están sentadas ciertas estatuas que hoy se encuentran en diversos museos de Europa, que datan del siglo 6 a.C. Son sillas con respaldo, perpendiculares tanto por delante como por detrás. La base tiene variadas formas. 
       Desde principios del siglo XVI aparecen la silla y el sillón clásicos españoles sobrios, rectangulares, llevando telas bordadas, terciopelos o guadameciles sujetos con clavos de adorno en el asiento y respaldo y que tan extendidas se encuentran en España en los siglos siguientes. En el XVIII con la dinastía borbónica se va imponiendo el gusto francés de las butacas y demás sillas o sillones con acolchados.
       Las sillas de paja o anea en el asiento se usan desde el siglo XVI y las de rejilla desde el XVII. En este siglo y el siguiente estuvo muy en boga para reyes y nobles la silla portátil o de manos, a modo de coche.


miércoles, 20 de marzo de 2019

EL APRETON DE MANOS, COMO SALUDO, TIENE MAS DE 5.000 AÑOS


EL APRETON DE MANOS, COMO SALUDO, TIENE MAS DE 5.000 AÑOS

En Oriente

EL APRETON DE MANOS, COMO SALUDO, TIENE MAS DE 5.000 AÑOS

Resulta interesante saber que el apretón de manos no es producto de la sociedad moderna, ni tampoco exclusivo del mundo Occidental. Su origen se remonta a más de 5 mil años en el pasado, atestiguado por jeroglíficos Egipcios que representan pactos y arreglos entre hombres y deidades que, solemnemente, aprietan sus manos en señal de acuerdo. Sin embargo, uno de los antecedentes históricos más importantes proviene de Babilonia hace casi unos 4 mil años, más exactamente en el 1800 AC. Durante la festividad de Año Nuevo el monarca babilonio debía realizar un cortés acto de sumisión ante el Marduk -máximo Dios Babilónico-. Este acto consistía en dirigirse hacia la estatua de dicha deidad y, en señal de respeto, estrechar su mano. Este acto, que originalmente significaba el traspaso o conferencia de poder se vio modificado tras una gran guerra. Cuando los Asirios invaden Babilonia, sus reyes, quienes se ven obligados a continuar con dicho acto como señal de respeto para evitar que el pueblo conquistado se rebele, empiezan a estrechar la mano de Marduk. Prontamente los Asirios comenzarían a creer que esto era una tradición general y la adoptarían llevándola como suya a todo Medio Oriente.

 En Occidente


En Grecia y Roma se estilaba a saludar estrechándose las manos pero de manera diferente de cómo lo hacemos hoy en día. Allí se estrechaba agarrando la muñeca de la otra persona y apretando fuerte. Esto, si bien tanto en la Grecia post-homérica como en Roma se convirtió en una costumbre, viene de un ritual muy antiguo. Cuando en las primeras etapas de Grecia, marcada por varios dialectos y subculturas, se encontraban dos aldeanos de pueblos diferentes en el medio del campo, o viajeros en los caminos desolados, lo primero que hacían era retirar sus dagas y ver como reaccionaba la contraparte. Si ésta mostraba signos de no querer pelear se procedía a guardar la daga y agarrar fuertemente la muñeca derecha del contrincante -en señal de que uno no retiraría su daga y lo apuñalaría a traición-, entonces ahí, podrían dialogar tranquilamente y saber si la otra persona tenía algo para intercambiar o comprar.

FUENTE: TRIÁNGULO EQUIDLÁTERE



viernes, 16 de noviembre de 2018

PESTE NEGRA: LA GRAN EPIDEMIA


PESTE NEGRA: LA GRAN EPIDEMIA
PESTE NEGRA: LA GRAN EPIDEMIA
Conocemos con el nombre de Peste Negra, a la gran epidemia que desde 1347 a 1350 azotó a casi todo el continente europeo. A juzgar por la inflamación de los ganglios linfáticos que producía, se trató de una epidemia de Peste Bubónica. Para algunos tratadistas antiguos existieron desde el punto de vista médico otras variantes: La peste septicémica, que dejaba sentir sus efectos sobre la sangre, y la neumónica, que producía inflamación pulmonar. Si bien era posible que en algunas ocasiones el enfermo se recuperase de la primera, las otras resultaban casi siempre mortales.
 

En muchos sitios el ánimo de penitencia fue llevado al extremo. El movimiento flagelador creció en popularidad: los hombres, con los torsos desnudos, se fustigaban con látigos en señal evidente de humildad frente al juicio divino. Debido a que el movimiento ganó adeptos y como funcionaba al margen de la iglesia establecida fue desautorizado por el papado. En respuesta a esta corriente de algunos coetáneos, enfrentados a esta enfermedad impredecible e indiscriminada, donde los virtuosos no eran más inmunes a la muerte repentina que los impíos, fue vivir la vida, o lo que quedaba de ella, al límite. El Decamerón de Boccaccio es una demostración, en forma de serie de historias contadas por supervivientes exilados de la peste en Florencia, cuyos brillantes e impúdicos contenidos son un antídoto al miedo a la muerte inminente. Para aquellos que buscaban una explicación fácil de la expansión de la enfermedad, los culpables eran los habituales proscritos de la sociedad. En muchas zonas, los mendigos y pobres fueron acusados de contaminar al pueblo llano. En aquellas partes de Europa donde los judíos eran tolerados la violencia popular se volvió contra ellos. En diversas zonas del Sacro Imperio Romano Germánico y algunas ciudades suizas hubo masacres de judíos, acusados de envenenar los pozos, crimen que muchos confesaron bajo tortura. En una primera forma de guerra bacteriológica, ejércitos de apestados intentaban capturar las fortalezas enemigas catapultando los cadáveres dentro de la ciudadela para infectar a los sitiados.


Todo induce a pensar que la epidemia provenía de Asia, probablemente de la India, y que llegó a Europa como consecuencia de los contactos comerciales que las grandes potencias mercantiles de Italia sostenían con el próximo oriente. Hay quien afirma que fue la tripulación de un navío genovés, la que habiéndose contagiado en Kaffa (Crimea), introdujo la enfermedad en el occidente europeo. Desde Italia, la peste alcanzó en 1348 la Provenza, el Languedoc, La Corone de Aragón, Castilla, Francia y el centro de Europa. En los años siguientes (1349 – 1350), se extendió por Inglaterra, el norte de Europa y Escandinavia. Sólo regiones muy concretas pudieron escaparse total o parcialmente a sus devastadores efectos: Los Países Bajos, el Béarn, Franconia, Bohemia, y Hungría.


El descenso demográfico fue en algunas zonas realmente terrorífico. En China y en la India por ejemplo, la peste produjo entre los enfermos que la contrajeron una mortandad que iba del 60 al 90%, los índices de la pulmonar fueron prácticamente del 100%, de ahí que los cronistas de la época nos hablen de que desapareció una cuarta parte, la mitad, o incluso nueve décimas partes de la población.

Hoy por hoy, si bien todos los historiadores aceptan que la peste negra tuvo consecuencias a todas luces evidentes, no existe, sin embargo, unanimidad en el momento de señalar su importancia como forjadora de la profunda crisis económica y social que padeció Occidente a finales de la Edad Media. Es decir, si bien ciertos autores han creído ver en la peste el acontecimiento que mejor explica dicha crisis, otros, por el contrario, han reaccionado contra esta teoría que podríamos calificar de catastrófica.

Sin embargo estudios recientes ponen de manifiesto que las consecuencias mas importantes de la gran crisis agraria, (abandono de las granjas, disminución de las rentas agrarias, caída de los precios agrícolas,) generales en toda Europa fueron el resultado de la peste. En Alemania, fue la peste la que ocasionó que en algunos lugares entre 1348 y 1352, el 66% de las explotaciones agrícolas hubiesen perdido a sus antiguos dueños y que solo el 17% mantuviesen el mismo. Esta fuera de toda duda que solo la peste de 1348 – 1349 ha podido provocar tales cambios. Sin embargo, junto a los efectos directos de la epidemia, hay que valorar los indirectos. El abandono de las explotaciones agrarias afectó primordialmente a aquellas que se encontraban aisladas o en las montañas. Si tenemos en cuenta que no es posible acusar a la peste de haber dejado sentir sus peores zarpazos en regiones apartadas, habrá que admitir que fueron las migraciones hacia el valle y hacia las tierras mejores, despobladas debido a la peste, las que provocaron la despoblación de extensas zonas montañosas.
 

El hecho de que en Rusia, la peste negra hubiese ido precedida de diversas catástrofes (heladas, graves epidemias, sequías e inundaciones) haría que sus consecuencias se dejaran sentir con una virulencia excepcional.

Se pensaba entonces que los monjes mendicantes, los peregrinos, los soldados que regresaban a sus casas eran el vehículo para la introducción de las grandes epidemias de un país a otro. Esto pudo ser en parte cierto, pero sin duda el comercio fue más peligroso ya que los barcos llegaban a puerto y descargaban junto con las mercancías las ratas infectadas procedentes de países donde la enfermedad era endémica. Este fue sin duda el medio mayor de difusión.


Un dato al respecto es que desde 1300 hasta 1528, la población de Hungría pasó de dos millones de habitantes a mas de tres y medio. Ello se debió a que la peste no fue precedida por el hambre, a que el país no tenía puertos marítimos (lo que hacia mas difícil el contagio), y a que la población Húngara perteneciese al tipo de sangre "B" que es mas resistente que el "A".

A mediados de 1348, la peste Negra amenazó el reino de Castilla, donde, a consecuencia del contagio falleció el propio monarca Alfonso XI cuando se hallaba sitiando la plaza de Gibraltar.


Para hacer frente a los efectos devastadores en la economía y el orden social de la Peste en el reino de Castilla, Pedro I reunió cortes en Valladolid en el año de 1351, una de las consecuencias del retroceso demográfico fue como es natural, el aumento de los precios y las reivindicaciones salariales de los campesinos y menestrales. Ello obligó a la monarquía, en las referidas cortes, a fijar el precio de los jornales de los trabajadores del campo y los salarios de los menesterales.


Todo ello provocó la disminución de las rentas señoriales y la petición al monarca de exenciones tributarias. En un sentido paralelo, la disminución de ingresos impidió a amplios sectores de la burguesía urbana hacer frente a los prestamos que debían de integrar a los prestamistas judíos.

En Navarra, el descenso demográfico provocado por las pestes de 1348 y 1362 fue de 78%. Esta caída vertiginosa se agravó como consecuencia de los brotes epidémicos que se produjeron también en 1381, 1383, 1384, 1386, 1411, etc. y de las guerras con Castilla en el siglo XV.
 

En Portugal, el retroceso demográfico, hizo que los campesinos se dirigiesen en masa a la ciudad, atraídos por los puestos de trabajo que habían quedado libres, lo cual provocó en el campo una grave crisis de mano de obra y un total descalabro demográfico de las zonas rurales. La peste negra marca el fin de la época agraria, y el comienzo del predominio de la ciudad; por otra parte, toma un extraordinario incremento el proceso de liberación del trabajador rural.
 

Las graves consecuencias de la epidemia fueron: despoblamiento, que debilita la defensa de los territorios de la Corona; defunción de relevantes personalidades de la vida política; disminución de las rentas públicas; fallecimiento de notarios, juristas, religiosos, y médicos; es decir hombres que por su profesión mantenían estrecho contacto con los enfermos; ocupación ilegal de bienes que han quedado sin propietario; saqueo de fincas deshabitadas; abandono de las labores del campo y de albergues y tierras sin herederos; casas abandonadas que amenazan ruina; regulación de salarios; matanza de Judíos, a los que se acusó de haber provocado las epidemias, y disposiciones legales para protegerlos; acusaciones por motivos semejantes contra peregrinos; concesiones de dispensas para contraer nuevas nupcias, existencia de numerosas entidades de población desocupadas; arriendos de mansos con una notable reducción de censos, concesiones de privilegios con la finalidad de atraer repobladores, legislación severa para obligar a concluir los contratos laborales establecidos con anterioridad a la peste y resistencia señorial al traslado de la población.


La despoblación fue mucho peor en el campo que en la ciudad, y sobre todo en las zonas montañosas. El éxodo hacia las grandes ciudades permitió a estas compensar las enormes pérdidas de población provocadas por una mayor facilidad en el contagio. Aunque es muy difícil establecer índices convincentes para cifrar la disminución demográfica, algunos estudios monográficos como el llevado a cabo para la plana de Vich por Antoni Pladevall, permiten constatar que en algunas comarcas catalanas la mortandad fue de casi dos tercios de la población.
 

En síntesis, pues, la peste negra de 1347 – 1351, constituye una de las mayores catástrofes demográfica que registra la historia de la humanidad. Contribuyó de manera poderosa a desencadenar o agravar, la crisis económica y social que vivió Europa desde mediados del siglo XIV hasta fines de la centuria siguiente; y en algunas zonas como Cataluña configuró la estructura de las sociedades agrarias que con pocas alteraciones perdurara hasta tiempos muy recientes.
Entre 1646 y 1665 la muerte negra amenaza de nuevo. La tragedia se propaga nuevamente por toda Europa. Esta afección que había tenido su primer brote en 1347 era ya conocida en todo el mundo como la peste o (muerte) negra, debido a las manchas pardas y negras que aparecían a consecuencia de las hemorragias subcutáneas. La medicina de la edad media había fracasado contra esta enfermedad. En Montpellier, la mayoría de los médicos murieron a causa de ella. Sin embrago, en los numerosos textos que se publicaban hablando de la epidemia, se daban también consejos útiles para combatirla. La experiencia con la plaga desencadenó discusiones acerca de la dispersión de las enfermedades. Frente a la teoría imperante hasta entonces de que la peste se transmitía por la descomposición de ciertas sustancias (miasmas) en el aire y en la materia, cada vez adquiría mayor numero de partidarios la tesis de la transmisión por agentes patógenos especiales. Las medidas preventivas y terapéuticas, como el empleo de fuego, el ahumado, la sangría o las dietas, se demostraron ineficaces. Las ciudades intentaban proteger con medidas de política sanitaria, como las cuarentenas a los barcos ya no en los puertos, sino mar adentro.
Se especuló mucho sobre la causa del los brote. Al principio la peste negra era entendida como un castigo de Dios por los pecados de la humanidad, pero con el paso de tiempo se fueron buscando causas más terrenales. Algunos creían que era responsable la corrupción del aire, con un invisible pero mortal miasma procedente del suelo y apuntaban que los recientes terremotos habían liberado vapores insalubres desde las grandes profundidades. Pero las pestilencias eran comunes en la vida medieval y renacentista y las viviendas humildes totalmente insalubres. Los mataderos de los carniceros y las zanjas de desagüe —que siempre preocupaban a las autoridades— eran muy impopulares cuando amenazaba la peste. Los cuerpos en descomposición de las víctimas, así como sus pertenencias y vestimentas eran temidos en especial. En las áreas urbanas pudientes, los magistrados desarrollaron formas de enfrentarse con la enfermedad, a pesar de la falta de conocimiento sobre sus verdaderas causas. Al igual que las normas para mejorar la higiene y el saneamiento, se ordenaron restricciones del movimiento de la gente y de las mercancías, el aislamiento de los infectados, o su retirada a hospitales periféricos (casas de apestados), enterramientos comunes (foso de pestosos) de las víctimas en cementerios extramuros sobrecargados y la quema de sus vestimentas. Como se creía que el aire infectado era nocivo, se utilizaban remedios populares como ramilletes de aromas dulces y la quema de especias e inciensos en los interiores. Ya avanzada la edad moderna, tras la introducción de las hierbas procedentes de las indias exóticas del Nuevo Mundo, se pensó que el consumo de tabaco era efectivo.
 

Los médicos que afrontaban las epidemias de peste adoptaron en esta época vestidos especiales para protegerse del contagio. Llevaban ropas largas y se cubrían completamente la cabeza. En la nariz se colocaban una especia de pico de ave rellena de algodones empapados en substancias aromáticas para evitar el supuesto contagio por inhalación.
En España el nuevo brote comenzó en los puertos de Andalucía, atacó gravemente a Valencia ocasionando cerca de 30.000 muertos, por lo que el Conde de Oropesa mandó formar "un cordón impenetrable". En Barcelona se instalaron horcas en las mismas puertas. Y en Sevilla murieron más de 200.000 personas, quedando prácticamente despoblada.
En 1665, en Londres, se produce la ultima epidemia devastadora. La epidemia llega a Mesina con las ratas, que son las transmisoras de la peste. En pocos días enferman los habitantes de la ciudad y de sus alrededores. A los seis meses, la mitad de la población ha muerto o ha huido para escapar del temible azote.

jueves, 25 de octubre de 2018

“ACORAZADO GRAF SPEE"


“ACORAZADO GRAF SPEE"
“ACORAZADO GRAF SPEE"
Antecedentes
Hitler
atacó a Polonia el 1 de Septiembre de 1939 y tres días después Alemania estaba en guerra con medio mundo ante el disgusto del dictador y sus más próximos colaboradores. Hubo mutuas acusaciones de imprevisión política e intercambio de frases fuertes. Pero las primeras y rápidas victorias sobre los polacos disiparon los nubarrones, el camino era mucho más fácil de lo previsto. El Fuhrer se convenció de que una vez sometida Polonia británicos y franceses se avendrían a un acuerdo de paz. Le pareció conveniente mantener inactivos a sus acorazados. Los submarinos del almirante Doenitz ya estaban asestando duros golpes desde el primer día de la guerra y esperaba a poner en juego a sus barcos solo si el enemigo no negociaba y como parte de una política de creciente escalada militar. Pero no hubo acuerdo y el domingo 24 de Septiembre  Hans Langsdorff comandante del Graf Spee recibe la orden del S.K.L (Seekriegsleitung, es decir el Estado Mayor Naval) para iniciar la guerra de corso contra el enemigo.
El Acorazado
La orden de construcción de este navío fue firmada el 23 de Agosto de 1932. Asignada al Puerto Naval de Wilhelmshaven, su construcción estuvo bajo la dirección de Lottmann. El casco fue botado el 30 de Junio de 1934, el discurso de bautizo de la nave fue hecho por el Almirante Raeder y el bautismo por Grafin Huberta von Spee, hija del Vicealmirante Maximilian Graf von Spee, de quien la nave llevaba el nombre.
“ACORAZADO GRAF SPEE"
Sus comandantes:
Konrad Patzig 01/06/1936 a 1937
Walter Warzecha 1937 a 1938
Hans Langsdorff 01/11/1938 al 17/12/1939

Existían grandes diferencias en la composición y distribución del blindaje de este navío sobre sus predecesores; la más importante de ellas era el aumento del blindaje de la cintura, en 100 mm y en toda su profundidad. Los cierres a popa y proa también eran de 100 mm. Contaba también con mamparos de 40 mm contra impacto de torpedos. La cubierta principal tenía un espesor de 40 mm sobre los mamparos y 20 mm en la parte central. Las torres principales contaban con un blindaje de 120 mm.
Su diseño era un nuevo concepto de buque de guerra. Los alemanes consiguieron meter la artillería correspondiente a un crucero de 35.000 toneladas en un barco que teóricamente solo desplazaba 10.000, aunque en realidad en orden de combate, con agua y combustible, su desplazamiento real era de 16.200 toneladas.
Los “acorazados de bolsillo” fueron los primeros buques pesados en ser equipados con motores diesel.
Características Técnicas
Desplazamiento Máximo: 16.200 toneladas
Desplazamiento Standard: 12.100 toneladas
Velocidad: 28 nudos
Dotación: 30 oficiales / 950 suboficiales y marineros
Eslora: 186 m
Manga: 21,7 m
Calado: 7,4 m
Propulsión: Ocho motores diesel MAN 44.200 bhp
Autonomía: 18.650 millas a 15 nudos / 7.149 millas a 26 nudos
Seis cañones de 280 mm SK C/28 en dos torres triples
Ocho cañones de 150 mm SK C/28 en torres simples
Seis cañones de 88 mm SK C/30 en tres torres dobles
Diez cañones de 20 mm en torres simples
Ocho tubos de torpedos de 533 mm en cuatro tubos dobles
Dos aviones en catapulta

Historia
El Tratado de Versalles prohibía a Alemania construir buques con más de 10.000 toneladas de Registro Bruto. Además la flota alemana había quedado reducida a una escuadra sin mayor capacidad, que la de vigilar el tráfico marítimo en sus costas.
En 1929 Alemania botaba el primer acorazado de bolsillo, el "Deutschland", con un armamento más que potente (6 cañones de 280 mm) y una buena velocidad (28 nudos). Luego llegaron dos más, el "Von Scheer" y el "Graf Spee" que fue el más moderno de esta clase tan exclusiva.
El concepto de acorazado de bolsillo era sumamente original para la época. Cualquier buque de guerra que tuviera un desplazamiento de 10.000 toneladas no podía pretender ser llamado acorazado, por la simple razón de que estos buques portaban cañones de importante calibre (como mínimo de 200 mm) en un número considerable. Y si un barco de ese tonelaje portaba esas armas, podía considerarse hundido si las usaba contra alguien, pues la estructura no soportaría la tensión. Los ingenieros alemanes resolvieron el problema utilizando aleaciones muy ligeras y eliminando los remaches que fueron sustituidos por soldadura de penetración. En un barco de ese tamaño, eliminar todos los remaches significaba tres cosas: menor peso, mayor velocidad y una estructura más fuerte y homogénea.
Así nacieron los acorazados de bolsillo, barcos con la versatilidad de un crucero pero con la potencia de fuego de un acorazado.
Los acorazados Graf Spee con un modelo experimental “FuMO 22” y el Deutschland con un “Seetakt” fueron los primeros buques de guerra alemanes equipados con radar operacional.

La munición llegaba de forma automática desde la santabárbara a las dos torres blindadas principales, que tenían 3 cañones cada una. Además de todo esto, el Graf Spee tenía una primitiva computadora de a bordo para dirigir los disparos, un radar también rudimentario que solamente miraba hacia adelante y un hidroavión para mirar más allá del horizonte.
El 6 de Enero de 1936 fue comisionado el buque bajo el mando del capitán Conrad Patzig. El 9 de abril de 1936 se unió a la flota y fue designado como nave insignia en la Revista Naval de Kiel el 29 de mayo del mismo año. Después de las pruebas realizadas en sus antecesores, se decidió dotarlo con motores tipo diesel lo que supuso un peso extra para el buque de 167 toneladas sobre el Admiral Scheer y 497 sobre el Deutschland. Entre el 6 y 26 de Junio de 1936 se llevaron a cabo pruebas de armamento y ajuste de compás en las Islas Canarias.
El navío realizo tres viajes de patrulla a aguas españolas bajo acuerdos internacionales entre el 20 de agosto y el 9 de octubre de 1936.
Revista Naval de Spithead entre el 15 y 22 de mayo de 1937 con motivo de la coronación del rey Jorge VI de Gran Bretaña.
Una cuarta patrulla por aguas españolas fue realizada entre Junio 23 y Agosto 7 (Kiel-Kiel).
El Admiral Graf Spee tomo parte en el otoño de 1937 en los ejercicios navales como buque insignia, llegando a Wisby, Suecia, y Kristiansand, Noruega bajo el mando del capitán Walter Warzecha, quien había asumido el mando el 2 de octubre.
La quinta y ultima patrulla a aguas españolas fue realizada entre el 7 y 18 de Febrero de 1938 (Kiel-Kiel).
Los fiordos noruegos recibieron la visita del buque entre el 29 de Junio y 9 de Julio de 1938.

Entre el 6 y 23 de Octubre y el 10 a 24 de Noviembre de 1938, se realizaron varios cruceros en el Atlántico, tocando los puertos de Tánger, Vigo y Portugal.
El 1 de noviembre de 1938 el capitán Hans Langsdorff toma el mando del Graf Spee.

En enero de 1939, el Admiral Graf Spee tenía como base Wilhelmshaven.
Entre el 22 y 24 de marzo de 1939 fue nave insignia de la fuerza naval en Memel cuando este territorio fue reincorporado al Reich.
En Abril de 1939 el Comandante en Jefe de la Flota, Almirante Boehm, izó su estandarte a bordo del Admiral Graf Spee durante los ejercicios navales realizados en el Atlántico, en los cuales tomo parte el Gneienau y los tres acorazados de bolsillo, entre otras unidades.
Entre el 29 y 31 de Mayo, el buque estaba presente en Hamburgo con el fin de dar la bienvenida a la Legión Cóndor, proveniente de España.
Equipado para la guerra naval contra naves comerciales, el 21 de agosto de 1939, el Graf Spee parte de Wilhelmshaven para ocupar una posición de espera a 900 millas al este de Bahía en Brasil.
Allí permanecerá inactivo hasta el 24 de septiembre, cuando el capitán Langsdorff recibe órdenes de iniciar su misión.
El navío de abastecimiento Altmark, que había partido del mismo puerto el 9 de agosto, se reúne con él.
Se inicia el viaje sin retorno del Admiral Graf Spee.

Viaje sin retorno
El capitán Langdorff tenía como plan de operaciones el navegar hacia el Atlántico sur, mantenerse en una ruta de espera frente a las costas de África y esperar la orden de iniciar operaciones contra los mercantes que recorrían esas aguas. Lo abastecería el carguero Altmark, que estaba autorizado a cambiar de nombre, colores y bandera y tenía documentación para atracar en cualquier puerto neutral.
El estallido de la guerra ocurrió el 01 de Septiembre cuando el Graf Spee permanecía en su zona de espera en la línea Dakar-Puerto Rico. A partir de ese momento estaba en libertad de hundir cuanto mercante aliado o barco contrabandista de armas se pusiera en su camino, evitando enfrentarse con otros buques de guerra aliados, a menos que fuera absolutamente necesario.

Durante los meses posteriores al comienzo del conflicto, el buque torpedeó y hundió cuantos buques mercantes enemigos encontró a su paso. Su capitán y toda su tripulación mantuvieron en jaque a la flota inglesa del Atlántico.
Este buque fantasma recorrió el Atlántico de norte a sur, donde estableció su centro de correrías, actuando preferentemente sobre las rutas marítimas que desde Asia, África y América se dirigen hacia Gran Bretaña. En cien días de actuación en estos escenarios, con una incursión en el Índico para despistar a siete grupos navales anglo franceses que le perseguían, hundió nueve mercantes con un desplazamiento bruto aproximado de 50.000 toneladas. En esa dilatada singladura corsaria, Langsdorff dio muestras de gran astucia y capacidad, burlando una y otra vez a sus perseguidores, y se granjeó el respeto de sus enemigos pues ni un sólo marinero murió en los buques mercantes atacados por él.
Los alemanes habían descifrado los códigos de comunicación ingleses, y por lo tanto podían saber las rutas de los barcos mercantes que debían hundir. Sin embargo, los ingleses descubrieron esto e hicieron radiar un mensaje "envenenado": un supuesto carguero llamado "Highland Monarch" saldría del Río de la Plata con rumbo a Inglaterra, cargado con carne enfriada. El barco existía, pero en su lugar lo estaría esperando una fuerza inglesa. Lamentablemente para el acorazado, la última y tal vez única forma de descubrir la trampa, el hidroavión, se había averiado unos días antes de forma definitiva.
El día 6 de Diciembre, tras encontrarse de nuevo con el Altmark en las coordenadas 25.5º Sur y 24.5º Oeste, el capitán Langsdorff decide poner rumbo hacia el río de la Plata.
El día 13 de Diciembre de 1939, El Graf Spee entraba en las aguas donde operaba la Fuerza G, al mando del Comodoro Henry Harwood, cuya misión era asegurar la ruta Montevideo-Rio de Janeiro, con base en las Islas Malvinas. La flotilla de Hardwood estaba compuesta por los cruceros pesados "Cumberland" y "Exter", acompañados de los Cruceros ligeros "Ajax" y "Achilles". De acuerdo a los informes de inteligencia, Harwood sabía que tarde o temprano, el acorazado de bolsillo entraría en aguas del Atlántico Sur. La inteligencia había detectado también que, en Montevideo y Río de Janeiro, se realizaban grandes movimientos de víveres, bajo el control del agregado naval alemán y que no podían ser para otro, que para el Graf Spee. Viendo el mapa, Harwood sabía que el buque alemán tenía tres posibilidades, llegar el día 12 cerca a Río de Janeiro, aproximarse a Montevideo el día 13, o moverse por los alrededores de las Malvinas el día 14.  Hardwood se decidió por concentrar sus fuerzas frente al Río de la Plata desde el día 10.
El 13 de diciembre, acechaba Langsdorff la ruta de los mercantes británicos, cuando hacia las seis de la mañana sus vigías dieron la voz de alarma; tres buques a poco más de 20 millas de distancia. El Graf Spee se hallaba frente al gran estuario del Plata, a unas 280 millas de Punta del Este. El capitán alemán ordenó zafarrancho de combate a las 6,20 de la mañana y abrió fuego con sus cañones de 280 mm sobre los tres buques enemigos, que realmente eran los cruceros ligeros Ajax y Achilles y el crucero pesado Exeter mandados por el comodoro Hartwood. El Graf Spee alcanzó pronto al Exeter, que en una hora encajó siete impactos de 280 mm. y padeció un constante ametrallamiento. A las 7 de la mañana debía abandonar el combate con todas sus torres inutilizadas y a muy escasa velocidad, pues tenía muchas vías de agua. Pero mientras los dos buques grandes se cañoneaban, el comodoro Hartwood, logró acortar distancias con sus dos cruceros ligeros, cuya artillería de 152 mm, acertó numerosas veces al acorazado de bolsillo, causándole numerosos daños superficiales. Pero dos impactos consecutivos del Graf Spee desmontaron la mitad de la artillería al Ajax. A las 7,30, a sólo 4 millas de distancia, el buque alemán podía disparar más del doble que sus dos oponentes juntos, con la particularidad que sus granadas taladraban a cruceros británicos como si fueran de lata, mientras que estos no dañaban la obra viva, ni las torres blindadas del acorazado. El Ajax perdía sus mástiles y antenas y su obra muerta era una criba. El comodoro Hartwood ordenó retirada, tratando de salvarse in extremis.
¡Cuál no sería su asombro cuando vio que el corsario alemán se alejaba, sin perseguirles ni dispararles!

Lo que queda de la historia es un completo misterio. Langsdorff, que estaba levemente herido en la cabeza y un brazo, comete la mayor de sus equivocaciones. Con las máquinas en perfecto estado, la capacidad combativa del barco intacta y la mitad de sus municiones en los polvorines, decide poner rumbo al puerto de Montevideo. El día 15 de Diciembre, el capitán y 320 de sus tripulantes, bajan a tierra para enterrar a los 37 muertos.
Ese día, Langsdorff pudo echar a pique a los tres cruceros británicos y, en vez de perseguirles cuando eran fáciles presas, se internó en Montevideo, tratando de reparar sus daños, tarea estimada en dos semanas.
Los convenios internacionales concedían al Graf Spee el derecho a permanecer en puerto neutral durante 72 horas, pero el acorazado necesitaba más tiempo para reparar los daños sufridos en el combate.
Tras fracasar en sus negociaciones con el gobierno uruguayo para ampliar el plazo de permanencia, su capitán Hans Langsdorff pide permiso a Berlín para hundir su nave y evitar su captura; el permiso es concedido.
El día 17 de Diciembre, incapaz de poder dirigirse a Buenos Aires, la tripulación es transferida al barco alemán Tacoma y a otros barcos argentinos. El Graf Spee, se hace a la mar con una tripulación reducida y una vez fuera del puerto abandonan el barco. Langdorff y la tripulación, regresan a tierra.
Unas explosiones inician el fin del Graf Spee.

“ACORAZADO GRAF SPEE"

La nave ardió durante tres días ante la mirada de miles de personas que se trasladaron a los muelles para presenciar el dramático episodio. El Graf Spee estalló en el aire y se dividió en dos partes que se hundieron en el lecho del río.
El día 19, en su habitación en el Arsenal Naval de Buenos Aires, se suicida de un disparo en la cabeza.
El día 20 encuentran el cuerpo del marino, envuelto en la bandera del buque y vestido de uniforme.

“ACORAZADO GRAF SPEE"
Sus restos fueron sepultados en el Cementerio del Norte, de Buenos Aires.
Epílogo
Una de las razones que dejó escritas era “...y para que nadie pueda poner en duda el valor de los marinos alemanes quiero poner fin a mi vida..."
Pero también sospecharía que su discutible actuación en combate casi con seguridad iba a llevarle ante un Consejo de Guerra por la pérdida de su buque.
La marina de guerra alemana consideró la muerte de Langsdorff como una “iniciativa personal” y no como un acto de servicio.

Según versiones de la época, la decisión de hundir el acorazado se debió a la necesidad de evitar que el telémetro, instrumento óptico que estaba adosado a un radar y mejoraba la puntería, cayera en manos de las fuerzas aliadas.
Una vez hundido el acorazado, los británicos enviaron especialistas para revisar las antenas y equipos de radar, además de que con seguridad, mediante buzos sacaron cuanto pudieron del buque.
Rescate y reflotamiento
9 de febrero de 2004
Dan comienzo las labores de rescate del acorazado. Los buzos reflotarán el telémetro del barco, elemento que medía la distancia entre el buque y sus blancos y en el que se colocó la primera antena de radar de una nave de guerra. Este equipo óptico, que usaba el acorazado para apuntar sus cañones, mide 10,5 metros de largo, 6 de alto y pesa 27 toneladas. Debería tener adosado el primer radar que se instaló en un buque de guerra y que hasta el desarrollo naval británico, años después, fue el mayor avance tecnológico naval del mundo.

El acorazado se encuentra hundido a siete kilómetros de la zona conocida como Punta Yeguas, en los alrededores del Cerro de Montevideo.
Según las previsiones más optimistas, el rescate completo del buque podría durar unos tres años.
El Graf Spee está hundido en las barrosas aguas del Río de la Plata, a ocho metros de profundidad y partido en dos. De la proa a la torre de artillería de popa está en una sola pieza, enterrada en el lodo casi hasta la mitad. A siete metros de distancia, la popa está apoyada en el fondo de forma natural.
El casco está en buen estado y es posible lograr su reflotamiento, siempre que se saquen antes las ocho mil toneladas de barro que hay en su interior.
La mejor previsión de los expertos es que si el barco se puede sacar completo, el trabajo durará entre tres y cuatro años.

La restauración, en cambio, es un enigma. Depende de en qué estado se encuentren sus piezas y a qué nivel de originalidad se lo quiera llevar. En este punto, empresas alemanas que intervinieron en la construcción del acorazado han ofrecido su colaboración.
La intención es reflotar el Graf Spee y exhibirlo en Montevideo.
16 de febrero de 2004
Un empeoramiento del tiempo hace posponer los trabajos de reflotamiento del telémetro.

26 de febrero de 2004
Tras varios intentos, una grua del puerto de Montevideo consigue extraer el telémetro.



sábado, 2 de junio de 2018

4 DE JUNIO DEL 43, SU TRASCENDENCIA


4 DE JUNIO DEL 43, SU TRASCENDENCIA

4 DE JUNIO DEL 43, SU TRASCENDENCIA

Interesante análisis de esta importante fecha para el país escrito por  Jorge Cuello

Cuando el 4 de junio de 1943 las tropas comandadas por altos oficiales nacionalistas del ejercito, derrocaban al presidente Castillo y tomaban el poder en Argentina, se producía el hecho político más importante del S.XX en nuestro país y probablemente de  América Latina. Visto en perspectiva histórica ha resultado tan decisivo como el 25 de mayo o el 9 de julio y tan importante como la reconquista de Buenos Aires  o la batalla de Ayacucho.

Pero según las metodológicas historiográficas utilizadas en nuestros tiempos, en su casi totalidad derivadas de teorías  liberales o marxistas, el hecho pierde la verdadera trascendencia que en la realidad tuvo, ya que estas filosofías presentes en las bases de aquellos métodos, no observan la historia desde la realidad de las naciones y su existencia en el devenir del tiempo y de su espacio, sino de acuerdo a categorías y principios que ellas mismas crean, fruto de disquisiciones intelectuales que suelen estar alejadas de la realidad vívida de los hombres reales que hacen esa historia.

Es así que el sistema educativo argentino, impregnado de aquellas filosofías ignora o niega el peronismo, y, naturalmente, le resta total significación al acontecimiento histórico puntual que abrió el espacio para el surgimiento de este movimiento nacional argentino. Se procura reducir la revolución Justicialista solamente a la problemática social del pasado y reducir toda su significancia a un simple obrerismo, no excepto de demagogia. 

También está presente el método del "silencio". Se busca ignorar por silencio. Método este que ha tenido relativo éxito para la cultura liberal argentina  que logro, por este camino, ocultar a generaciones de compatriotas, cursos históricos de rotunda importancia para la vida de la Nación y que pudieron ver la luz casi un siglo después gracias a la tesonera labor de los historiadores "revisionistas".

En los ambientes intelectuales, universitarios, académicos, el concepto instalado respecto a "que cosa es" una revolución, sin duda contribuye igualmente a recluir casi en el olvido la magnitud del proceso iniciado aquel 4 de junio del 43. Me refiero a la creencia que una revolución en nuestra época es únicamente aquella de carácter socialista marxista. Y naturalmente, la que inician Ramirez -Farrel - Perón estaba en las antípodas.

Una revolución puede ser "política", totalmente alejada del marxismo. Y en este caso el "hecho revolucionario" esta dado por la ruptura de la dependencia de un centro de poder o potencia imperial, ruptura que necesariamente  impulsa, en la nación que ha tomado esa decisión y ha podido concretarla, un cambio radical de estructuras en todos los aspectos y niveles de la vida colectiva e individual de esa comunidad. Y no necesariamente tiene que ser marxista en sus valores, en su concepción ni en su realización.

Aquel 4 de junio, marca el comienzo de un proceso con esas características y definiciones. Fue el comienzo de una revolución tan profunda,  que a casi cincuenta años de concluida la etapa de realizaciones, y a pesar de otros tantos  años de destrucción planificada y sistematizada de su inconmensurable obra, aún sigue presente en el decurso político de nuestra nación. Y sin embargo, en las bases doctrinarias de aquella revolución, nada tan ausente como el marxismo.

Una noción superior, realista, humanista, rigió toda la obra iniciada el 4 de junio: la superior noción de Nación-Soberanía-Justicia como únicas posibilidades de realizar el "bien común" y de instaurar una conciencia geopolítica que en aquel proceso, resguardó, reorganizó e impulso a la grandeza a nuestra nación y procuró expandir estas nociones a toda América Latina.

En el momento de producirse la revolución del 43, la guerra europea tomaba ya un curso estratégico decisivo y la victoria de las potencias "Aliadas" se tornaba irreversible. Si bien es cierto el desarrollo de la guerra podría poner en duda esta afirmación, surgía en cambio claramente al estudiarse la relación tiempo-capacidad de suministros-frentes y escenarios de guerra. Esta ecuación resultaba definitivamente favorable a los Aliados, desde la entrada de EEUU a la guerra y la neutralización del Japón como potencia invasora de Rusia por el oriente y el Pacifico.  Los acuerdos de Bretton Woods, alcanzados para organizar el mundo de la postguerra en exclusivo beneficio de las superpotencias que de la conflagración surgirían, lo atestiguan.  De manera que un nuevo y rígido  orden geopolítico mundial se estaba construyendo vertiginosamente al fragor de  las armas en los campos de batalla de la vieja Europa y las banderas victoriosas, se mostraban generosas a  rusos y anglos-norteamericanos por igual.  Era un orden geopolítico planificado en todos sus detalles, por los grandes eruditos, políticos y centros de planificación de las potencias que se sabían triunfadoras. Nada escapaba ni era ajeno a esta ordenación que se concretaría definitivamente en un futuro próximo.

Nada era ajeno, excepto, la imprevisibilidad de los hombres y los pueblos.

En esta dimensión geopolítica, que todo lo abarca, es donde aparece la extraordinaria magnitud de la revolución del 43. Y ese 4 de junio sucedió justamente eso: lo imprevisible, lo que estaba fuera de los cálculos de los dirigentes de las potencias de entonces, lo que desestructuraba el nuevo orden de dominio que a sangre y fuego estaba naciendo en el mundo. En fin,   lo que provocó la virulenta reacción y presiones a que se vio sometido el gobierno militar revolucionario, tanto por parte de los organismos y funcionarios de los gobiernos Aliados, muy especialmente Estados Unidos,  como por el aparato de control y dominación que las potencias de entonces, habían consolidado en nuestro país.

Desde aquel 4 de junio una importante región del continente sudamericano pasaba a estar en conflicto con esas potencias, con el agravante que se producía dentro del espacio de absoluta influencia de intereses geopolíticos fundamentales de estas. Consecuentemente, una modificación geopolítica surgía en el horizonte inmediato de la política internacional de EEUU, ya que Argentina pasaba a controlar soberanamente, tanto la integridad de su territorio y sus riquezas,  como los mares jurisdiccionales y los pasos interoceánicos de Magallanes y Darke en el extremo sur de América, se proyectaba hacia las islas del Atlántico sur y extendía su influencia hasta la Antártida.

Agudizaba esta complicada situación,  el hecho que Argentina disponía de un relativo poder de expandir su influencia a toda la región del Cono Sur e incluso del continente. Esta potencialidad argentina definió casi inmediatamente la política hostil del Departamento de Estado hacia nuestro país y su gobierno militar. No estaban dispuesto a aceptar el lugar en el mundo de post guerra que Argentina pretendía.  Cuando el 22 de diciembre del 43, una revolución en Bolivia llevo al poder al Mayor Villaroel, la luz roja se encendió en las altas esferas de la potencia del norte y cuatro días después, el New York Time publicaba el pensamiento del
vicepresidente Welles, convencido que los "nazis" argentinos estaban detrás del golpe en al Altiplano. L.S.Rowe, quien encabezaba la Unión Panamericana, denuncio al Departamento de Estado que la Argentina hacia lo posible por "destruir el  sistema interamericano" (Berle Diaries, 10 enero 1944, box 215, en C. Escude, La Declinación Argentina, Bs.As. 1983, Ed. Belgrano ) y ese mismo mes, el presidente Roosevelt, a instancia del Departamento de Estado, aprobó un aumento del "préstamo y arriendo" para fortalecer el poder militar del Brasil y ordenó a poderosas unidades de la Flota del Atlántico sur, al mando del almirante Jone Ingram,
desplegarse hacia la boca del Plata. Acciones de esta envergadura, presiones económicas y políticas y todo tipo de operaciones diplomáticas por parte de Estados Unidos muestran claramente el malestar y la dimensión del problema que aquel 4 de junio del 43 había aparecido en la lejana Argentina para la potencia del Norte.
   

Y, aunque los norteamericanos pretendieron hacer del "peligro Nazi", resurgido en el extremo sur de América del Sur, el eje y justificativo de los ataques a la argentina no existía la mas remota posibilidad de una expansión de la Alemania nazi a nuestras costas, simplemente porque la potencia europea no tenia marina de guerra en relación con la armada inglesa, y el Atlántico separaba definitivamente a la Alemania nazi de Argentina. Ni mucho menos suponer que los militares argentinos en el gobierno creían que podían enfrentarse con todo el mundo por profesar esa ideología.

Tampoco había motivos económicos de peso, mucho menos militares para justificar la irritabilidad y la acción norteamericana cuasi violenta para con nuestro país. Mas bien todo lo contrario. Argentina, aunque no había roto relaciones con el Eje, suministraba a Inglaterra todos los excedentes de carne que le permitieron a esta sostener el esfuerzo de guerra justamente contra Alemania. Y sin embargo, a pesar de esta política favorable a  Inglaterra, la potencia del norte no trepidó en poner en riesgo el vital suministro argentino a su aliado. Claramente notamos que no era la cuestión nazi, ni lo económico ni lo militar la fuente del encono de EEUU con Argentina. El riesgo era otro, y se ocultaba cuidadosamente.

 Lo cierto era que, como consecuencia del peligro de una fractura geopolítica de la en el escenario del continente sudamericano, el mundo bi polar planificado, su utilización dialéctica y el reordenamiento mundial que con esta arma se lograría,  era  alterado por un "tercero en discordia" que reemplanteba la postguerra y podía iniciar un posible proceso multipolar, totalmente ajeno a las planificaciones de los dos grandes futuros vencedores de la segunda Gran Guerra europea.

También se insinuaba incierto el sistema de defensa del hemisferio occidental proyectado por los Aliados, concretado en la OTAN pues, aquel 4 de junio surge  una incipiente potencia soberana, que, en un posterior pero muy posible desarrollo de su proyecto,  se podía llegar a ubicar en condiciones de influir, asociada con sus vecinos,  en el control del Atlántico sur.

El desarrollo de la revolución nacionalista popular duró 12 años, de 1943 a 1955. Los últimos diez años fueron conducidos por el mas talentoso de los militares revolucionarios, el Gral. Juan D. Perón. Bajo su conducción, Argentina llegó a encaminarse vigorosamente hacia destinos de potencia. Pero los grupos de poder anglo-norteamericanos no aceptaron nunca el rol que Argentina pretendió. Jamas cesaron en sus presiones y cercamiento al díscolo país sudamericano. Sin embargo, aunque en el origen de este proceso, (justamente en 1943 y 1944), las elites que comandaban la política exterior de las potencias angloamericanas planearon la acción militar, primero en forma directa y después  a través de Brasil,  se inclinaron por el tiempo, y no por la sangre para resolver el problema de, al decir de Welles, " la espina atravesada en la garganta del Departamento de Estado". Esperaron el momento oportuno para poner fin a este proceso, pero siempre actuando en consecuencia. Y una fatal combinación de actores y factores internos y externos, convergieron dramáticamente para producir un nuevo Caseros, un 16 de setiembre de 1955.


Si observamos desapasionadamente las realizaciones, las obras, las políticas de la revolución justicialista, ninguno de los aspectos de la misma podían afectar el poderío económico ni militar de la superpotencia americana. Ninguno excepto uno: el interés geopolítico. Y naturalmente, todas las implicancias y derivaciones que de aquí devienen. He aquí, entonces, el verdadero y profundo fundamento del antagonismo norteamericano e ingles a la argentina revolucionaria de 43. Ahí está la verdadera trascendencia de la revolución del 4 de junio,  que la hizo peligrosa, irreconciliable, condenada por los poderosos. Esa es la cuestión. Nos desvían la atención poniendo temáticas de la época para ocultarnos su verdadera importancia. Todo un sistema educativo-cultural se mueve al unísono en ese sentido. Y tanto liberales como marxistas, filosofías
operantes en ese sistema,  convergen en impedir un profundo conocimiento del Peronismo tal cual es, para conveniencia de los poderes mundialistas, hoy sumamente desarrollados.

Pero aún posible de retomar por nosotros, los hijos y nietos de aquella gesta gloriosa. La historia se "hace", solo después "se dice". ¡ Hagámosla nosotros también ¡ Un recuerdo muy sentido y pleno de agradecimiento  a los hombres de aquel 4 de junio del 43, para que su visión y su ejemplo, renazcan y nos elevemos de las ruinas culturales y políticas del abismo argentino de hoy, y nuestra Patria Argentina vuelva a ser lumbre de América libre.

Jorge Cuello
Licenciado en Historia

lunes, 11 de diciembre de 2017

EL ORIGEN DE LOS VILLANCICOS

EL ORIGEN DE LOS VILLANCICOS
EL ORIGEN DE LOS VILLANCICOS
La palabra "villancico", deriva de la denominación (villanos) dada a los habitantes de las villas, para diferenciarlos de los nobles o hidalgos. En España, el origen de los villancicos se halla en una forma de poesía preferentemente cultivada en Castilla, parecida al zéjel.Esta es una forma de composición o métrica popular de los musulmanes españoles.(Por ej.: "Zéjeles del Cancionero de Aben Guzmán"). Antes de denominarse villancicos, recibieron también los nombres de "villancejos" o "villancetes".

Estas canciones de Navidad son muy valoradas por la Iglesia Católica. Y la más antigua data del siglo IV: "Jesus refulsit omnium", atribuida a San Hilary de Poitiers. Más tarde, la música navideña cristiana del Medioevo, siguió las tradiciones del "Canto Gregoriano", mientras que en el Renacimiento italiano, surgió una forma de canciones navideñas más alegre y juguetona. De algún modo, ellas se acercan más a los posteriores villancicos que hoy conocemos.

En inglés, los villancicos son denominados "carols". La palabra tiene su origen en el francés "caroler", que significa bailar haciendo un anillo o círculo (similar a nuestra "ronda"). Dichas canciones se interpretaban en latín, su contenido era religioso y, debido a su adopción por los países protestantes, las tradiciones musicales de Navidad se intensificaron.

Una de las más célebres canciones de Navidad es "Noche de Paz" (originalmente "Stille nacht, heilige nacht") cuya letra fue escrita por Joseph Mohr, párroco de un pueblito de Austria y la música, compuesta por un profesor de música, Franz Gruber, poco antes de la Navidad de 1818. El profesor la enseñó a los feligreses y la acompañó en guitarra, dado que el órgano de la iglesita estaba descompuesto, cantándose por primera vez, en la fecha indicada



miércoles, 4 de octubre de 2017

GRAF SPEE: Carta del capitán de navío Hans Langsdorff al embajador alemán en Buenos Aires

GRAF SPEE: Carta del capitán de navío Hans Langsdorff al embajador alemán en Buenos Aires
GRAF SPEE: Carta del capitán de navío Hans Langsdorff al embajador alemán en Buenos Aires

“Excelencia:
Después de haber luchado largo tiempo, he tomado la grave decisión de hundir el acorazado Admiral Graf Spee, a fin de que no caiga en manos del enemigo. Estoy convencido de que, en estas circunstancias, no me quedaba otra resolución que tomar después de haber conducido mi buque a la “trampa” de Montevideo. En efecto, toda tentativa para abrir un camino hacia alta mar estaba condenada al fracaso a causa de las pocas municiones que me quedaban. Una vez agotadas esas municiones, sólo en aguas profundas podía hundir el buque a fin de impedir que el enemigo se apoderara de él. Antes de exponer mi navío a caer parcial o totalmente en manos del enemigo, después de haberse batido bravamente, he decidido no combatir, sino destruir su material y hundirlo… Desde un principio he aceptado sufrir las consecuencias que implicaba mi resolución. Para un comandante que tiene sentido del honor, se sobreentiende que su suerte personal no puede separarse de la de su navío… Ya no podré participar activamente en la lucha que libra actualmente mi país. Sólo puedo probar con mi muerte que los marinos del Tercer Reich están dispuestos a sacrificar su vida por el honor de su bandera. A mí sólo corresponde la responsabilidad del hundimiento del acorazado Admiral Graf Spee. Soy feliz al pagar con mi vida cualquier reproche que pudiera formularse contra el honor de nuestra Marina, Me enfrento con mi destino conservando mi fe intacta en la causa y el porvenir de mi Patria y de mi Führer.
Dirijo esta carta a Vuestra Excelencia en la calma de la tarde, después de haber reflexionado tranquilamente, para que usted pueda informar a mis superiores y, si es necesario, desmentir los rumores públicos.

Capitán de navío Langsdorff

Comandante del acorazado Admiral Graf Spee”.


viernes, 5 de febrero de 2016

UN ENIGNA QUE PLANTEAN LOS ROLLOS DE QUMRÁN: ¿QUIÉN FUE EL MAESTRO DE JUSTICIA?

UN ENIGNA QUE PLANTEAN LOS ROLLOS DE QUMRÁN:  
¿QUIÉN FUE EL MAESTRO DE JUSTICIA?
    

ROLLOS DE QUMRÁN:

Los Manuscritos del Mar Muerto o Rollos de Qumrán, llamados así por hallarse en grutas situadas en Qumrán, a orillas del mar Muerto, son una colección de 972 manuscritos.

Con frecuencia se trató de identificar a Jesús de Nazaret con el Maestro de Justicia que fundó la congregación esenia autora de los manuscritos, pero el nombre de Jesús no se menciona allí ni una sola vez, ni siquiera mediante alusión o clave y tanto los análisis de la antigüedad de los rollos encontrados, como los estudios arqueológicos y el análisis histórico muestran que el Maestro de Justicia vivió a comienzos del siglo II antes de Cristo.

ROLLOS DE QUMRÁN:
Se puede afirmar entonces que los manuscritos y especialmente la corriente espiritual y el testimonio de vida de los esenios autores del Manuscritos del Mar Muerto fueron una fuente del cristianismo primitivo y prepararon en el desierto el camino de Jesús. La propia vida de Juan Bautista en las cercanías de Qumrán, podría llegar a interpretarse como un elemento que preparó el camino para el mensaje del nazareno.

Si existe una figura en el conjunto de los Documentos del mar Muerto que haya despertado interés, se trata, sin lugar a duda posible, de la denominada «Maestro de Justicia». Ciertamente, el personaje en concreto resulta de una importancia incomparable a la hora de intentar desentrañar el inicio de la secta de Qumrán, así como las motivaciones que cristalizaron en su formación.

ROLLOS DE QUMRÁN:
Aunque el movimiento del que procedía la secta de Qumrán se articuló un par de décadas antes de que el Maestro de Justicia pasara a formar parte del mismo, lo cierto es que su ingreso en aquel resultó tan trascendental que sus seguidores contemplarían los veinte años anteriores como una era de tinieblas, durante la que se había caminado a tientas. En otras palabras, la luz se había hecho cuando había aparecido el Maestro de Justicia.

La tarea destinada a identificar históricamente la figura del Maestro de Justicia ha sido objeto de especulaciones diversas desde el mismo descubrimiento de los rollos del mar Muerto. Dado que, aparentemente, se habla de su muerte en los manuscritos y que él mismo nos es presentado como el fundador de un movimiento religioso surgido en el seno del judaísmo, la posibilidad de que se lo comparara con Jesús resultaba prácticamente ineludible.

En algún caso, se llegó incluso a identificarlo con él mismo. Como tendremos ocasión de ver, tal tesis es pura y simplemente imposible aunque sólo sea porque el Maestro de Justicia vivió un siglo y medio aproximadamente antes de que naciera el Nazareno. Pese a todo, el Maestro de Justicia sigue siendo un personaje de enorme interés y dotado de una entidad histórica propia dentro del judaísmo del periodo del Segundo Templo.
     
      El descubrimiento de los documentos del mar Muerto en las inmediaciones de Qumrán ha constituido, sin ninguna duda, uno de los acontecimientos arqueológicos más relevantes del presente siglo. Sin embargo, pese al carácter general de esa circunstancia, ha existido un personaje —al que los documentos denominan enigmáticamente el Maestro de Justicia— que se ha visto llamado a ser objeto de repetidas y sugestivas especulaciones, incluida la de que fuera seguidor o inspirador de las enseñanzas de Jesús y del cristianismo primitivo. En realidad, ¿quién fue el Maestro de Justicia?
      
     
La cercanía geográfica y temporal de los documentos del mar Muerto con el mundo en que vivió Jesús y se escribió buena parte del Nuevo Testamento dotó pronto a estos hallazgos de una aura de misterio que, comprensiblemente, han conservado hasta la fecha. Ya en 1950, A. Dupont-Sommer, uno de los primeros estudiosos del tema, señalaba lo que a su juicio eran enormes parecidos entre este personaje y Jesús insistiendo en que el Mesías cristiano parecía una «sorprendente reencarnación» de aquél. Seis años después, John Allegro, miembro del equipo de expertos encargado del estudio de los manuscritos, llegó incluso a afirmar que el Maestro de Justicia había sido crucificado y que sus discípulos esperaban su resurrección y retorno, con lo que los paralelismos con la figura de Jesús aún resultaban más evidentes. No eran sino los dos primeros en una larga lista de autores —no pocas veces oportunistas— que vincularían la misteriosa figura con la del cristianismo primitivo y su fundador. ¿Es posible en la actualidad disipar el misterio que envuelve al anónimo personaje y establecer su identidad y personalidad?

A algo más de medio siglo de la fecha del descubrimiento de los manuscritos de Qumrán, la respuesta a esos interrogantes sólo puede ser afirmativa. Para empezar, contamos con algunas características de su personalidad bien establecidas documentalmente. Por ejemplo, el Pesher de los salmos descubierto en la cueva 4 de Qumrán señala que era sacerdote, lo que le relaciona de manera automática con la tribu judía de Leví, encargada de desempeñar ese tipo de funciones en el seno del judaísmo. También sabemos por las Hodayot o Himnos de Qumrán que, a semejanza de otras personalidades religiosas de todos los tiempos, como san Agustín o Lutero, tenía una conciencia estricta que le acusaba constantemente de sus pecados y que le llevó a preocuparse intensamente por su incapacidad para obtener la salvación por sus propios méritos. De esa situación, presumiblemente angustiosa en términos existenciales y espirituales, emergió al parecer al estar convencido de que guardaba verazmente una primitiva tradición religiosa emparentada con el judaísmo, al considerarse receptor de una revelación especial y, sobre todo, al comprender que la salvación era un don de Dios y no el producto del esfuerzo humano.
     
Aparte de estos datos relativos a su psicología, los documentos del mar Muerto nos proporcionan otras referencias a la vida del anónimo Maestro de Justicia. Por ejemplo, sabemos por el documento de Qumrán denominado 1Q 10 que sufrió persecución por sus posiciones contrarias a la jerarquía que regía el Templo de Jerusalén. Esta circunstancia le llevó a abandonar la vida entre el resto de la población judía y a refugiarse en Qumrán en el seno de una comunidad monástica de esenios muy acusadamente exclusivista fundada por él. Hasta allí fue perseguido por sus adversarios, que incluso robaron a la comunidad sus posesiones pero que, no obstante, no llegaron a causarle ningún daño físico. Sin embargo, el Maestro de Justicia no sobreviviría mucho tiempo a aquellas amargas experiencias y moriría poco después en Qumrán, aunque seguramente no de forma violenta.
     
¿Pudo ser el Maestro uno de los primeros dirigentes cristianos o, al menos, un inspirador de la enseñanza de Jesús? La primera cuestión debe ser contestada en términos claramente negativos. Tanto el análisis paleográfico, la evidencia interna y arqueológica, y la aplicación en 1987 de un nuevo método de espectrografía de masas a los documentos de Qumrán dejan de manifiesto, sin lugar a duda alguna, que éstos se redactaron entre el siglo II a. J.C. y los inicios del siglo I d. J.C., estando las referencias relativas al Maestro situadas entre algunas de las fuentes más primitivas. No pudo ser, por tanto, un seguidor de Jesús. Pero todavía menos si cabe pudo ser su inspirador, ya que las discrepancias entre ambos resultan asimismo abismales. A diferencia de lo consignado en las enseñanzas del Maestro de Justicia, Jesús admitió entre sus seguidores a mujeres, marginados y enfermos (Lucas 8, 1 ss; Mateo 9, 9 ss). De la misma manera, relativizó extraordinariamente la ley de Moisés en cuestiones como el cumplimiento del sábado o los alimentos puros e impuros (Marcos 7, 19).

Finalmente, Jesús insistió de manera muy acentuada en el amor extendido incluso hacia los enemigos (Mateo 5, 38 ss), lo que choca con la práctica de los esenios de Qumrán de maldecir religiosamente a aquellos que no pertenecían a su grupo. En términos psicológicos, el abismo entre ambos personajes se agranda de manera aún más considerable. Jesús no aparece nunca en las fuentes como un sujeto atormentado por el pecado y por su necesidad de salvación, sino como un personaje convencido de su condición mesiánica y de su filiación divina cuya misión es precisamente la de salvar al género humano mediante su muerte. Donde el Maestro de Justicia se vio como un ser humano ansiosamente necesitado de salvación, Jesús se presentó como ese Salvador.
    
Pese a todo lo anterior, no se debería caer en el riesgo de considerar como de poco valor al personaje del Maestro de Justicia sólo porque no pueda ser conectado con el cristianismo primitivo. En él y en las obras relacionadas con él aparecen reflejadas las tensiones del judaísmo anterior a la aparición del cristianismo, un judaísmo muy dividido en cuestiones como el culto del Templo, la interpretación de la ley mosaica o la actitud que había que guardar ante la vida. De ese magma, en absoluto monolítico, surgiría precisamente la fe que transformaría el destino de Occidente y, junto con éste, el del mundo entero.

FUENTE: César Vidal “Enigmas históricos al descubierto”, De Jesús a Ben Laden


sábado, 23 de enero de 2016

INCURSIÓN A LA BATERÍA DE LA ISLA DE RATAS

INCURSIÓN A LA BATERÍA DE LA ISLA DE RATAS

INCURSIÓN A LA BATERÍA DE LA ISLA DE RATAS


Después de Trafalgar en 1805 y posteriormente sobre finales de ese año en la Batalla de Austerlitz, Napoleón Bonaparte dominaba toda Europa con la excepción de España, la que invade en 1808.  Allí coloca a su hermano José como rey y mantiene en solapado cautiverio al Rey de España e Indias Fernando VII.  Ante la ausencia del legítimo rey y el apresamiento de sus hermanos -a excepción de la Infanta Carlota Joaquina que estaba casada con el Príncipe Juan de Portugal y vivían en Río de Janeiro– gobernaba un Consejo de Regencia que estaba integrado por cinco miembros. Al principio gobernó desde Sevilla y luego se trasladó a Cádiz.

En todo el Reino de Indias (América), se inician Juntas en las distintas ciudades del continente, que decidirían desde el 21 de setiembre de 1808 (Cabildo Abierto de Montevideo) el destino de los habitantes de estas tierras.  El 25 de mayo de 1810 en la Junta de Buenos Aires se jura lealtad a Fernando VII y se subroga al Virrey Baltasar Hidalgo de Cisneros, que respondía al Consejo de Regencia. Desde el 21 de junio comienzan las acciones militares entre “Juntistas” y “Regentistas”.  El Gral. Manuel Belgrano marcha al frente del Ejército Auxiliador a poner el orden en el Paraguay.  El Cap. de Blandengues José Artigas combate a los Juntistas, y en febrero de 1811 llega a la Colonia del Sacramento donde se encontraba el Gobernador de la Plaza, Brigadier Vicente María Muesas, a quien se da presente.  El Brigadier Muesas, desaira al Capitán de Blandengues, enviándolo a alojarse fuera de los muros de la ciudad.  Surge un inconveniente menor con un integrante de la Compañía de Artigas que genera una discusión entre el Gobernador y el Capitán.  El cura de Colonia, Dr. José María Enríquez Peña y uno de sus Tenientes, Rafael Hortiguera, incitan a su Comandante a cruzar el Río de la Plata.  El 15 de febrero ellos y seis hombres más llegan a Buenos Aires y se ponen a orden de la Junta.  Artigas es ascendido a Teniente Coronel y comisionado a cruzar a la Banda Oriental para así pasar a pelear contra los Regentistas.  Cruza el Río Uruguay con 164 hombres a la altura del Arroyo de la China (cercanías de Concepción del Uruguay) y se dirige hacia Mercedes.  Allí, el 11 de abril, se une al Ejército del Gral. Belgrano que volvía derrotado del Paraguay y se produce la Proclama de Mercedes, continuando el avance hacia el Real de San Felipe y Santiago, por parte del Ejército del Gral. José Rondeau.  El 24 de abril se produce el combate de San José, donde su primo Manuel Antonio cae herido, muriendo un mes después.  El 18 de mayo tiene lugar la Batalla de Las Piedras y el 20 de ese mes se inicia el sitio de Montevideo.  Artigas asciende a Coronel y pasa a ser el Jefe de las Milicias Orientales que acampan en las cercanías del Parque de los Aliados.  Rondeau ubica su Cuartel General en Arroyo Seco.  Comienza el asedio a la fortificación con piezas de artillería, con el propósito de hostigar y debilitar las murallas de la ciudad fuerte.  Tengamos en cuenta que Montevideo era una ciudad completamente amurallada con muros de granito gris de nueve metros de altura y seis de ancho y cincuenta bocas de fuego.  Tenía una ciudadela con cuatro bastiones, circundada por un foso.

INCURSIÓN A LA BATERÍA DE LA ISLA DE RATAS
Al mermar la reserva de pólvora del ejército sitiador se propone realizar una incursión a la batería de la Isla de Ratas.  Es ahí que se ofrecen voluntarios y se selecciona el personal de distintas unidades, entre ellas el Regimiento de Patricios, los Granaderos de Fernando VII, el Regimiento 3º “Arribeños”, el Regimiento de Pardos y Morenos Patricios, el Regimiento de Dragones de la Patria y Artilleros.  El Comandante de la tropa era el Capitán Juan José Quesada y el encargado de las embarcaciones y de la navegación era Pablo Zufriategui.  La expedición estaba prevista que partiera el 13 de julio a bordo de unos botes de los pescadores del Arroyo Miguelete.  Esa noche se produce una gran tempestad y el Gral. Rondeau cancela la misión.

De la fragata Efigenia anclada en la bahía, a causa de la tormenta se desprenden dos botes, uno de ellos de veintidós remos que llegan a las costas a la altura del Arroyo Seco.  Desde allí son trasladados en carretas hasta la Casa de las Filipinas en las cercanías de la desembocadura del Arroyo Miguelete  Se fija la misión para la madrugada del 15 de julio. Parten desde la Cala del Sastre (aproximadamente a la altura de la actual Plaza Capurro) con las dos embarcaciones de referencia y el mayor de los botes de los pescadores.  Antes de arribar a la Isla son detectados por un centinela quien les pregunta el santo y seña.  Los incursores asaltan la costa, dan muerte de un tiro al centinela y el Comandante de la Plaza (Capitán Francisco Ruiz), que sale de su alojamiento con una mecha encendida para dar la alarma del cañón y una pistola en la otra mano, corre la misma suerte.  El resto de los efectivos se rinden sin ofrecer resistencia.  Allí son tomados -ante la poca capacidad de los botes- siete prisioneros, veinte quintales de pólvora, armamentos y correajes.  Son inutilizados los diez cañones que allí estaban emplazados.  A las cinco de la madrugada la expedición retorna a la costa, encabezados por Quesada y Zufriategui siendo recibidos por el propio Gral. Rondeau con dianas e himnos a la Patria.

Las consecuencias de esta acción son de tremenda importancia, puesto que desarticulan el sistema defensivo de la bahía de Montevideo; integrado por la Fortaleza del Cerro, Batería de la Isla de Ratas y el Fuerte San José del Real de San Felipe y Santiago (actualmente Playa de Contenedores del Puerto), causan bajas enemigas, capturan prisioneros, armamento, municiones, pólvora, destruyen las piezas de artillería y  afectan la moral de los defensores; permitiendo con su acción enérgica, continuar el asedio a la Plaza.

Fuente
Díaz Buschiazzo, Cap. Marcelo – Acciones Militares del Cuerpo de Patricios de Buenos Aires en la Banda Oriental (1807-1811) – Tradinco – Montevideo (2007).


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