“Rubia Moreno, pulpera gaucha, de falda roja, vincha y puñal...” (*)
Así comienza una de las mas bellas zambas de nuestro folkllore. Hablando de una mujer, de extraña belleza, creciendo en el campo y envuelta por los acontecimientos que envolvieron al Santiago del Estero de aquellos dias.
Su nombre era Santos Moreno y había nacido hacia 1840 y, criada por su padre al morir su madre, tiempo después se pone al frente de la pulpería que su familia poseía en la bajada del antíguo camino del El Polear.
Colaboradora de la causa del caudillo Taboada, convence a su marido y a parte de la familia para enlistarse en las fuerzas locales y donó parte de su patrimonio a la causa. Tuvo activa participación en una decisiva y sangrienta batalla: la de Pozo de Vargas, el 10 de abril de 1867, donde se enfrentaron por espacio de tres horas las fuerzas de Antonino Taboada y Felipe Varela. La Rubia Moreno pierde a su padre al atardecer de ese día, y con el tiempo, y el devenir de los tiempos políticos, pierde también sus posesiones, muriendo en la mas triste pobreza. Sus restos descansan hoy en el cementerio de La Misericordia.
De ella nos ha llegado su nombre y su valor, su determinación por una causa. Pero también su ejemplo y su costado solidario: cada chico que entraba a su pulpería se transformaba en su ahijado, ella los cobijaba y los llevaba a la iglesia para bautizarlos y nombrarlos. Lo mismo acontecía con mas de un paisano que precisaba una palabra de aliento o apoyo.
Como santiagueños, demostramos nuestro orgullo de compartir esa sangre llamando a nuestro lugar “La Rubia Moreno”. Y brindar desde él, no sólo la buena comida y el mejor vino, sino difundiendo la música y la poesía de nuestros pagos, junto con los valores de amistad y afecto que caracterizaron desde siempre a esa noble tierra.
Rubia Moreno
(*) Letra: Agustín Carabajal. Música: C. Juarez.
Rubia Moreno, pulpera gaucha,
de falda roja, vincha y puñal.
No había viajero que no te nombre,
sobre el antiguo camino real.
No había viajero que no te nombre,
sobre el antiguo camino real.
Hecha entre el bronco bramar del puma,
solo sabía tu voz mandar.
Eran tus ojos dos nazarenas,
clavas espuelas en el mirar.
Eran tus ojos dos nazarenas,
clavas espuelas en el mirar.
Rubia Moreno, guarda mi pueblo,
a orillas del río Natal.
Tu nombre heroico como figura,
como figura de cuño real.
Tu nombre heroico como figura,
como figura de cuño real.
Juntito al vado, tu rancho amigo,
alzaba el viento su banderín.
Con los carriles de cuatro vientos,
venía la alerta de algún clarín.
Con los carriles de cuatro vientos,
venía la alerta de algún clarín.
Tuviste amores, tuviste celos,
bella pulpera sin corazón.
Eras más brava que las leonas,
en los juncales del Albardón.
Eras más brava que las leonas,
en los juncales del albardón.
Tu nombre heroico como figura,
como figura de cuño real.
Tu nombre heroico como figura,
como figura de cuño real.