“EL GAUCHO BAIROLETTO”
EL ROBIN HOOD DE LAS PAMPAS
Juan
Bautista Bairoletto, de apelativo “El Gaucho” o “Juancito Bairoletto”, según
los papeles, era para las autoridades de entonces un enemigo de la sociedad. Su
vida, la vida de un verdadero aventurero, significativamente marcó una época.
Juan
Bautista Bairoletto (Cañada de Gómez Santa Fe, Argentina, 11 de noviembre de
1894 – Carmensa, Mendoza, Argentina, 14 de septiembre de 1941), fue un conocido
bandido argentino, hijo de inmigrantes italianos.
Hay
una legendaria polémica acerca de si el apellido se escribe con “B” o con “V”,
aparentemente porque en la inscripción de su nacimiento y documentación
personal figuraba de un modo y luego el mítico bandido firmó su apellido con la
otra letra..
En
su andar por las extensas planicies, saqueaba a los pudientes y buena parte de
lo logrado lo repartía entre los pobres puesteros que vivían en las soledades
del campo. Este accionar, por el que fue apodado “el Robin Hood de las Pampas”,
se difundió rápidamente entre la paisanada, lo que se tradujo en un apoyo
popular incondicional. Donde él llegaba, siempre había un plato de comida,
yerba, tabaco y buenos caballos.
Sus
padres, italianos, se instalaron en la zona rural de la actual provincia de La
Pampa, en una zona triguera entre las localidades de Castex y Monte Nuevo.
Quien con los años sería “El Gaucho Bairoletto”, nacido el 11 de noviembre de
1894, desde muchacho tuvo problemas con las autoridades; y el jefe de policía
de Monte Nuevo se obsesionó tanto con él que cada vez que en el distrito
ocurría un delito, mandaba a sus hombres a detenerlo.
Tenía
19 años, en 1913, cuando en el pueblo fue asesinado el dueño de un almacén
rural, y el jefe policial mandó detener a Bairoletto, a quien mandó a la cárcel
hasta el año 1921. Al recuperar la libertad, ya de 27 años, y no poder conseguir
ningún tipo de trabajo por haber estado en la cárcel, el muchacho se convirtió
en un asaltante de caminos que con frecuencia mantenía tiroteos con las fuerzas
policiales de la zona. Solía refugiarse en casas de juego y en prostíbulos,
lugares donde se lo respetaba ya que se lo consideraba el vengador de todos los
sufrimientos de los pobres, a los que siempre ayudaba con plata después de cada
golpe. Día a día, pero con una velocidad asombrosa, la figura de justiciero de
este “Robin Hood de las pampas", como lo llamó el periodismo de entonces,
lo convirtió en vida en un verdadero y arrasador mito popular.
Empezó
a tener problemas con el poder al pretender la misma mujer que el gendarme
Elías Farache.
La
leyenda cuenta que en la pampa argentina, donde trabajaba vendiendo cereales,
Bairoletto terminó en la pulpería de un pueblo. Dicen que había allí unas
chicas y con alguna intentó un romance, algunos dicen que era una prostituta.
El comisario y sus amigos vieron al joven, rubio, medio gringo y no les gustó
que el extraño tocara o mirara a las chicas del lugar. Dicen que estos hombres
tuvieron una actitud agresiva, de maltrato y hasta intentaron desnudarlo para
burlarse. Dicen que Bairoletto en ese momento se fue. Pero este acto quedó
grabado en su memoria y le dio mucha bronca. Volvió un tiempo después, los
encontró en el mismo lugar, se presentó con un arma y mató al comisario y a
algún otro que lo había maltratado.
Como
su situación no era la de un simple salteador, sino que lo impulsaba su
rebeldía producto de estos hechos, se ganó la confianza y admiración del
pueblo, al cual tenía de aliado en sus peones, indígenas, gauchos, criollos,
reseros, o sea, todos los marginados de la época, quienes se hacían cómplices
dándole guarida al fugitivo e incluso ideas para nuevos asaltos. Era considerado
"el Robin Hood de las pampas", ya que repartía su botín entre los
necesitados, quienes lo ocultaban, mantenían y guarecían.
Ya
a los treinta y pico de años era obsesiva e infructuosamente buscado en tres
provincias (La Pampa, Río Negro y Mendoza ) convirtiéndose en mito, debido a
que le adjudicaban al mismo tiempo robos y muertes en puntos muy distantes,
imposibles de unir a caballo.
Entre
sus andanzas, se recuerda la historia del asalto a un establecimiento de campo
donde el bandido rural se alzó con más de 7.000 pesos en efectivo y otros
valores. Otra anécdota cuenta que en una oportunidad el general Agustín Justo
recibió denuncias anónimas, alertándolo de que Bairoletto iba a asaltar el
Banco de la Nación. En realidad se llevó sólo cinco gallinas y tres jamones,
pero la policía y el Ejército anduvieron setenta leguas detrás de él y terminó
encarcelada la persona que lo había denunciado. Las fuerzas policiales de La
Pampa, San Luis y Mendoza anduvieron tras Bairoletto y sus hombres, con un
despliegue de tropas nunca visto en la región de Cuyo, y que hasta un avión fue
solicitado por un comisario para perseguir a los fugitivos. Por aquella época,
varios fueron los tiroteos entre bandidos y autoridades que algunos lugareños
de General Alvear aún recuerdan, como aquel en que los hombres de Bairoletto
cortaron riendas, voltearon un caballo y “taparon” de tierra a balazos a un
comisario, para luego darse a la fuga antes de que éste lograra sacudirse el
polvo. Bairoletto, montado en su bayo, saltaba las alambradas de siete hilos
cuando la policía debía cortarlas para poder continuar sus rastros. De las
numerosas acciones, anécdotas y mitos difundidos por el Sur mendocino, sólo un
puñado de ellos han sido rescatados. El resto quedó en los recuerdos de aquellos
que lo vieron o en los que recibieron de sus mayores el legado de transmitir el
mensaje, para mantener viva la tradición que hoy el turismo revive en un viaje
hacia aquel pasado.
Luego
de una breve incursión por el Norte del país, donde en sociedad con Mate
Cocido, otro bandido rural que actuaba en los quebrachales chaqueños, realizó
algunas fechorías, retornó a General Alvear. Entonces conoció a una joven de la
que se enamoró perdidamente. Decidido a cambiar de vida, la fue a buscar con la
ayuda de sus amigos y protegieron a la pareja. Un conocido le ofreció un pedazo
de tierra en la Colonia San Pedro del Atuel y así fue como se dedicó a ser
chacarero. En ese entonces, su nombre era Francisco Bravo, muy cerca del Atuel
la tierra le daba sus productos y al hogar llegaron dos hijas.
Telma
Ceballos falleció en Mendoza a los 101 años. Había nacido en San Luis, en el
sur puntano, cerca de Fortín el Patria. Vivía con su papá, diez hermanos y su
mamá de apellido Vílchez. Cuando su padre murió se fue con su mamá a vivir al
sur mendocino. Allí, su madre formó pareja con Gerónimo Altamirano.
Ya
cuarentón quiere sentar cabeza de tanta aventura y forma una familia con su
mujer Telma, con la que tiene dos hijas y trata de alejarse radicándose en una
chacra en General Alvear, Mendoza. Arregla un encuentro con un ex comisario,
muy desconfiadamente, para inquirirle como hacer para arreglar sus cuentas y
"dejar de rodar" pero la respuesta de este (de ver un abogado en San
Rafael y entregarse) no lo convencen, porque sabe que si lo capturan lo van a
"pasear" (seguramente como ejemplo) y terminaría muriendo en la
cárcel (seguramente asesinado).
Un
traidor, viejo compañero de andanzas, negoció su libertad delatando su
paradero.y una partida policial lo rodea y remata tan trágicamente como empezó,
suicidándose. Pero su muerte no hizo más que terminar de encender el mito.
Después
del suceso una vecina hizo una capilla en ese lugar y fue venerado como si
fuera un santo atribuyéndosele milagros. Su figura se mantuvo vigente hasta
nuestros días, creándose la Comisión Juan Bautista Bairoletto y
reconstruyéndose su rancho.
La
gente lo ayudaba en sus huidas y le daba refugio cuando la policía estaba
demasiado cerca. Cada vez que a Bairoletto se le daba refugio, tanto en un
pequeño poblado como en un rancherío, era imposible que la autoridad diera con
él. Se armaban verdaderas cadenas humanas para protegerlo: le hacían llegar
mensajes, alimentos, ropas y todo tipo de cuidados. “El Gaucho Bairoletto”, o
“Juancito” a secas, seguía robándole a los ricos y repartiendo lo obtenido
entre gente necesitada.
En
la década del 30, a Juan Bautista Bairoletto, “vago y mal entretenido”, se lo
hacía responsable de todo asalto o muerte ocurridos en cualquier lugar del
país. Era, verdaderamente, un fantasma justiciero.
Al
comenzar los años 40 se organizó una poderosa partida policial con el objetivo
de terminar con sus días. Lo sorprendieron, lo rodearon y lo mataron, en un
prostíbulo de General Alvear, Mendoza, en la madrugada del 14 de setiembre de
1941.
Fue
velado en el comité del Partido Demócrata de esa localidad, y su velorio y su
entierro fue un episodio de una magnitud nunca superada. El mausoleo donde
descansan sus restos es visitado a diario por hombres y mujeres de todo el
país, quienes le ofrendan flores y distintos objetos, pidiéndole que proteja a
sus familias, trabajo, salud y hasta amor. “El Gaucho Bairoletto”, un gaucho
alzado, vago y mal entretenido, desde su muerte hasta hoy, venerado como un
santo.
Bairoletto
fue el último “gaucho alzado”, es decir, el último gaucho rebelde al que
asfixió una nueva época, más moderna e institucional. Como suele decirse,
Bairoletto murió en tiempos en que nacía una nueva Argentina, y en que la
industria imponía códigos urbanos, legales, a todo el territorio nacional.
Adorado y odiado en partes iguales, cosechó sólidos vínculos con el mundo de la
delincuencia, pero también con figuras menores que levantaron las banderas del
anarquismo rural. Porque murió violentamente (prefirió suicidarse antes de caer
abatido por una redada policial, el 14 de septiembre de 1941), se convirtió
inmediatamente en un mártir, cuya fama excedió a la región en la que vivió y
murió.
El
célebre bandolero rural Juan Bautista Bairoletto es parte del sentir popular, y
sus andanzas por el Sur provincial a principios del siglo pasado ya se las
consideran un mito, igual que el personaje a quien rinden culto todos los 14 de
setiembre, día de su muerte.
Han
quedado muchas leyendas, de tradición oral. Dicen que iba a robar parando en la
casa de distintos amigos que lo protegían, y sabían lo que hacía. Él les
preguntaba: “¿Qué querés que te traiga?”, como si se fuera a un viaje. Y cuando
volvía, les traía alpargatas, vino, herramientas, como regalo. Esto lo
convirtió en un “Robin Hood de las pampas”.
Mi
madre me contó que un primo suyo, viajando a San Juan en los años ‘30, en una
zona casi desértica, el auto se descompuso y quedaron ahí, en el medio del sol,
sin saber qué hacer. Hasta que apareció
un gaucho, les preguntó qué les había pasado y les recomendó que no intentaran
ir con el sol tan fuerte a buscar ayuda, porque tenían que caminar unos 30
kilómetros. El gaucho les recomendó que se quedaran en la sombra hasta que
cayera el sol, caminaran un par de horas hasta llegar a un lucerío donde les
darían auxilio para el auto. La familia agradeció al gaucho que se volvió, les
dejó una cantimplora, pan, queso y se fue. Al partir, le preguntaron el nombre:
“Juan Bautista Bairoletto”, les dijo.
Muchas
obras se inspiraron Bairoletto, entre ellas, el ensayo compuesto por su nieto,
Favio Erreguena. El cine lo honra con una película dirigida por Atilio Polverini
y protagonizada por Arturo Bonín, de 1985. Una milonga lleva el nombre de “San
Bautista Bairoletto”, cuyos primeros versos dicen: “Amparaba al que debía / al
pobre, al necesitao / al que era castigao / y a aquel que nada tenía. / ¡San
Bautista Bairoletto, / la pampa te ha de vengar!”. León Gieco lo homenajea en
su disco Bandidos rurales, a partir de una investigación del historiador Hugo
Chumbita. Cuando Gieco presentó este disco, en 2002, llegó hasta Mendoza y
cantó con Telma el tema “Sólo le pido a Dios”.
León
Gieco recogió la leyenda en su álbum Bandidos rurales:
Bairoletto
cae en Colonia San Pedro de Atuel,
el
ultimo balazo se lo pega él
Vicente
Gascón, gallego de 62,
con
su vida en Pico pagó aquella traición
Entre las muchas historias que se cuentan rescatamos esta:
Bairoletto tenía muchos amigos pobres que pese a su miseria lo auxiliaban. Uno de ellos, seguro de que no le podían fallar varias cosechas seguidas prendó su humilde chacra a un usurero. Pero como la suerte siempre estuvo en contra de los pobres no tuvo con que pagar y desesperado fue conminado por el otro a saldar la deuda, no esperándolo, para quedarse con su casa.
Se
enteró el legendario bandido y le dió la plata a su amigo para cumplir, pero
con instrucciones. Tenía que pagar, recuperar los pagarés del usurero y luego
invitarlo a festejar con una cena.
El
avaro, luego de esquilmar al chacarero y cenar opíparamente regresaba felíz de
codicia en su sulky pero en el camino se encontró con el rifle de Bairoletto
apuntándole para recuperar su breve préstamo.
Gracias por el post
ResponderEliminarhttp://www.puntal.com.ar/noticia.php?id=256839
EliminarQue istoria x Dios.me gusto mucho no la conocia.....
ResponderEliminarhttp://www.puntal.com.ar/noticia.php?id=256839
EliminarQue istoria x Dios.me gusto mucho no la conocia.....
ResponderEliminarla realidad supera toda ficción. Algún día, si Dios quiere visitaré esa tumba. gracias por compartir esta biografía. De seguro el libro de Chumbita sobre Bairoletto está más que interesante.
ResponderEliminarhttp://www.puntal.com.ar/noticia.php?id=256839
Eliminarhermosa historia, la conocia pero es un placer leerla otra vez.
ResponderEliminarhttp://www.puntal.com.ar/noticia.php?id=256839
EliminarMÁS ALLÁ DE LA FRONTERA... VAIROLETO. Historia y leyenda de un bandolero
ResponderEliminarNéstor A. Rubiano
Colección Tierra Nuestra- Ediciones Corregidor
Es indudable que mucho se ha escrito sobre la vida de Juan B. Vairoleto, una verdadera leyenda del universo rural argentino. Amén de ello, la figura de este hombre cruzó fronteras, fue cuento de fogón en los altos del camino de los troperos y se acercó a las brasas ardientes del imaginario popular para que la gente lo convirtiera, más que en leyenda, en el ideario social de una época signada por los desencuentros argentinos. Néstor A. Rubiano, escritor e investigador pampeano, ha vuelto a reincidir sobre Vairoleto. Hoy completa su labor anterior con una obra de prosa sencilla y directa, mostrando el perfil de un Vairoleto casi desconocido para sus biógrafos y dejando que la narrativa vaya entrelazando pasiones, traiciones, encuentros y desencuentros, al tiempo que desmitifica errores históricos y ordena las efemérides vairoleteanas con suma prolijidad. Rubiano dibuja en sus relatos la ancha geografía donde le tocó actuar al bandido Vairoleto, y describe los personajes y los sucesos hasta los mínimos detalles. El libro tiene pasajes con las confesiones de Telma Ceballos, la mujer de Vairoleto, que explica la personalidad de su marido, sus tics, el amor por sus hijas y a la libertad, el odio a la traición, a la hipocresía y a los burdos personajes de una sociedad y de una época con policías ineficientes, políticos inescrupulosos y patrones explotadores. Rubiano, en definitiva, cuenta una historia con múltiples vivencias y nos deja otro libro para el análisis, el estudio, pero por sobre todas las cosas, un invaluable hallazgo histórico literario que nos permite ilustrarnos mejor y poder discutir con pruebas en la mano quién fue y cómo era el bandido Vairoleto.
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Libro declarado de Interés legislativo en 2010
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Libro declarado de Interes Municipal en 20 municipios de pueblos y ciudades de cuatro provincias Argentinas.
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Se informa a quienes están interesados en conseguir el libro "Más allá de la frontera VAIROLETO", lo pueden conseguir en librerías en forma inmediata o por encargues.
La obra está publicada por EDICIONES CORREGIDOR (2004) y reeditó en siete (7) oportunidades.
Se adjunta las direcciones de la Librería de Ediciones Corregidor, donde pueden consultar y también adquirirlo.
EDICIONES CORREGIDOR S.A.I.C.I.Y.E.
TEL / FAX: 54.11 + 4374.4959 / 5000
Mail: admin@corregidor.com
corregidor@corregidor.com
site: www.corregidor.com.ar
Rodríguez Peña 452, C1020ADJ
Buenos Aires - ARGENTINA
https://www.facebook.com/corregidorediciones/
Se agradece la difusión de este informe.
El libro "Mas allá de la frontera... Vairoleto", es una muestra cabal de una concienzuda tarea investigativa, en la que un relato pormenorizado con una detallada descripción de sitios, personajes, situaciones, logra transportar al lector al escenario donde sucedieron los hechos. Pero además del especial hilo literario, con este trabajo el lector puede ilustrarse de un modo estupendo en cuanto a la vida y andanzas del bandido que es toda una leyenda de nuestra zona rural.
ResponderEliminarHasta el momento, esta obra editada por Editorial Corregidor, va por la 7ma reimpresión, y fue declarada de Interés Municipal, por mas de veinte municipalidades de cuatro provincias.
Decretada de INTERÉS LEGISLATIVO, por la Honorable Cámara de Diputados de la Provincia de La Pampa en 2010 y actualmente es material de consulta (no-curricular) en Universidades de habla hispana de varios países, en materias de Ciencias sociales, Políticas y Antropológicas.
Fuente DIARIO LA OPINIÓN
http://www.puntal.com.ar/noticia.php?id=256839
ResponderEliminarVivo en La Pampa cerca de castex, antes vivía en el campo y mi padre siempre hablaba de Bairoleto decía que ayudaba mucho a los pobres, a pesar de que me han contado historias tambien se decia que tenia muy buena puntería, hoy me puse a leer esta y si Dios me da salud ire a Mendoza, donde están sepultados sus restos
ResponderEliminarHermosa historia , la conozco de muy chica, leo mucho sobre ella ya que estoy buscando un libro o investigación donde figura un encuentro suyo con mi abuelo, se encontraron en el campo y comieron juntos, y le regalo un asador , saludos desde La Pampa
ResponderEliminarYo soy el nieto de Bailoretto. Mi madre Irma Carrizo Niñez es su hija, ella tiene 75 años; nacida en La Pampa, dto Rancul, La Maruja.
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