HISTORIA DE LAS HAMBURGUESAS .
La historia de la hamburguesa, icono por excelencia de la cultura
norteamericana, es uno de los testigos más valiosos del siglo XX. Fueron los
inmigrantes alemanes de finales de siglo XIX quienes introdujeron en los
Estados Unidos un plato llamado "filete americano al estilo
Hamburgo", que más tarde se daría a conocer con el nombre de Hamburguesa.
Desde la primera cadena de hamburgueserías White Castle fundada en Kansas en
1921 hasta los actuales Burger King o Mc Donalds la hamburguesa ha ido
convirtiéndose en parte de la dieta mundial. Las cifras no dejan lugar a dudas,
cada americano come de media 3 hamburguesas a la semana, y sólo la cadena Mc
Donalds ha vendido 12 hamburguesas por persona en todo el mundo.
La utilidad de la hamburguesa llega a límites insospechados y se utiliza incluso como medidor de la economía de los países, es el llamado "Indice Big Mac". Con este indicador se calcula cuánto vale (en dólares) la popular hamburguesa en los distintos lugares del mundo, lo que permite medir el nivel de competitividad de la economía de cada uno de los 120 países en los que está presente Mc Donalds.
Pero la historia de las hamburguesas según muchos expertos, parece tener los días contados. Los nuevos hábitos de comida más saludable y con menos grasa comienzan a calar hondo en la sociedad y con ellas las compañías de comida rápida vislumbran sus primeras pérdidas. Un claro ejemplo lo representa Mc Donalds, que el año pasado registró pérdidas tras 37 años continuados de ganancias. Las cadenas de comida rápida intentan reaccionar a tiempo. En las franquicias de McDonalds en Indiana están ofreciendo un menú "Go Active" en el que se incluye un libro de ejercicios que incita a pasear y un medidor de pasos. Otra de las mayores cadenas de restaurantes de comida rápida, Burger King también ha tomado medidas y ha reducido las calorías en sus hamburgesas. Las nuevas hamburguesas de pollo tendrán cinco gramos de grasa, una reducción considerable teniendo en cuenta que las convencionales contienen 47.
Tampoco debemos olvidar las complicaciones por las que este tipo de restaurantes ha atravesado en países en que las religiones más tradicionales como la islámica ven en ellos una encarnación del "sueño americano" y por ende una potencial amenaza para su sistema de valores. Según un estudio, un típico menú de hamburguesa con queso, bacon, pepinillo, patatas fritas con ketchup y Coca Cola, ofende a 13 religiones y al 61 por ciento de la población mundial.
Lo cierto es que hoy en día después de más de un siglo de vida de la hamburguesa, las variedades son casi tantas como personas o países. El pan redondo o cuadrado, tostado o sin tostar, natural o con sésamo (ajonjolí); la carne cocida a la parrilla o a la plancha; y un sinfín de ingredientes que varían para seguir haciendo de la hamburguesa el plato preferido del mundo en pleno despertar del siglo XXI.
La utilidad de la hamburguesa llega a límites insospechados y se utiliza incluso como medidor de la economía de los países, es el llamado "Indice Big Mac". Con este indicador se calcula cuánto vale (en dólares) la popular hamburguesa en los distintos lugares del mundo, lo que permite medir el nivel de competitividad de la economía de cada uno de los 120 países en los que está presente Mc Donalds.
Pero la historia de las hamburguesas según muchos expertos, parece tener los días contados. Los nuevos hábitos de comida más saludable y con menos grasa comienzan a calar hondo en la sociedad y con ellas las compañías de comida rápida vislumbran sus primeras pérdidas. Un claro ejemplo lo representa Mc Donalds, que el año pasado registró pérdidas tras 37 años continuados de ganancias. Las cadenas de comida rápida intentan reaccionar a tiempo. En las franquicias de McDonalds en Indiana están ofreciendo un menú "Go Active" en el que se incluye un libro de ejercicios que incita a pasear y un medidor de pasos. Otra de las mayores cadenas de restaurantes de comida rápida, Burger King también ha tomado medidas y ha reducido las calorías en sus hamburgesas. Las nuevas hamburguesas de pollo tendrán cinco gramos de grasa, una reducción considerable teniendo en cuenta que las convencionales contienen 47.
Tampoco debemos olvidar las complicaciones por las que este tipo de restaurantes ha atravesado en países en que las religiones más tradicionales como la islámica ven en ellos una encarnación del "sueño americano" y por ende una potencial amenaza para su sistema de valores. Según un estudio, un típico menú de hamburguesa con queso, bacon, pepinillo, patatas fritas con ketchup y Coca Cola, ofende a 13 religiones y al 61 por ciento de la población mundial.
Lo cierto es que hoy en día después de más de un siglo de vida de la hamburguesa, las variedades son casi tantas como personas o países. El pan redondo o cuadrado, tostado o sin tostar, natural o con sésamo (ajonjolí); la carne cocida a la parrilla o a la plancha; y un sinfín de ingredientes que varían para seguir haciendo de la hamburguesa el plato preferido del mundo en pleno despertar del siglo XXI.
Realizado por: Samantha Saenz S
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