JUAN BAIGORRI VELAR: EL HOMBRE QUE HACÍA LLOVER
Juan Baigorri Velar
nació en la provincia de Entre Ríos. Hijo de un militar
que cultivaba una
profunda amistad con el Gral. Julio Argentino Roca, cursó
sus estudios en el
Colegio Nacional Buenos Aires y luego se recibió de
ingeniero. Como
decidió realizar una especialización en petróleo, viajó a
Italia para cursar
Geofísica en la Universidad de Milán.
Durante su estadía
en Italia diseño y construyó un aparato que medía el
potencial eléctrico
y las condiciones electromagnéticas de la tierra. Esto
sería el principio
de lo que hoy es casi una leyenda. Se trataba de una caja
cúbica del tamaño
de un aparato de TV actual (de los medianos) y con dos
antenas que
sobresalían misteriosamente. Pero aún no lo usaba para los fines
que lo harían
famoso.
En 1929 Baigorri
Velar acepta un cargo que le fuera ofrecido por el director
de YPF (compañía
petrolera estatal argentina), el Gral. Enrique Mosconi. Por
este motivo se
instala definitivamente en Buenos Aires junto a su mujer e
hijo. Al principio
van a vivir al barrio de Caballito pero el ingeniero
advierte que la
zona es demasiado húmeda para su gusto y el de sus delicados
instrumentos. Un
día recorre un amplio sector de la ciudad llevando con él
uno de sus
aparatos, y al pasar por la zona de Villa Luro, descubre que ese
lugar es el más
alto de la ciudad de acuerdo a la medición de su
instrumento, y allí
se muda luego de encontrar una casa adecuada en Ramón
Falcón y Araujo.
Es en 1938 cuando
el ingeniero Baigorri descubre que uno de sus aparatos,
cargado con
reactivos químicos y conectado a una batería, provoca lluvias en
cualquier lugar
donde se encuentre. A partir de ese momento comienza a
realizar pruebas en
los lugares más difíciles.
Estancia "Los
milagros", de Juan Balbi, provincia de Santiago del Estero.
Hacia 16 meses que
no había precipitaciones. Baigorri conecta sus
instrumentos y
logra hacer llover.
También en Santiago
del Estero es solicitado por el mismo gobernador de la
provincia, el Dr.
Pío Montenegro. Acude a una estancia del funcionario en
donde no llovía
desde hacía ya tres años. Tres días de trabajo y llueven 60
mm. en dos horas.
Nuevamente Santiago
del Estero, para Navidad. Llueve como nunca.
En Carhué hacía
tres años que no llovía. Va Baigorri con sus aparatos y
llueve tanto que
desborda la laguna.
El ministro de
Asuntos Técnicos de la provincia de San Juan lo llama en 1951
para probar suerte
en una zona en la cual no caía agua desde hacía 8 años.
Prueba y llueven 30
mm.
A pesar de todo
esto hay una buena parte de la opinión pública que desconfía
del método. Lo
llaman "el mago de Villa Luro" y les cuesta creer que todo
aquello sea
posible. El director del Servicio de Meteorología Nacional no
perdía ocasión para
hablar con tono entre burlón y despectivo de Baigorri
Velar. Un día el
diario "Crítica" anuncia, a modo de desafío, que el
ingeniero hará
llover entre el 2 y el 3 de enero de 1939. Baigorri acepta el
reto y no sólo eso:
con un rasgo de humor poco habitual en él, ya que se
trataba de un
hombre que tomaba todo muy seriamente, le envía un paraguas de
regalo al hombre
que se burlaba de sus métodos, el Director de Meteorología.
En efecto, llueve
entre el 2 y el 3 de enero.
Lo entrevistaron de
varios diarios y revistas extranjeras. En la década del
40' un ingeniero
norteamericano vino a verlo ofreciéndole mucho dinero por
el invento y
Baigorri contestó que:
-Soy argentino ...
Y mi invento es para beneficiar a la Argentina.
Los ofrecimientos
se sucedieron, pero la respuesta fue siempre la misma. A
pesar de todo esto,
el manoseo popular de la idea y las feroces embestidas
de funcionarios que
no estaban de acuerdo, hicieron que Baigorri Velar
decidiera
retirarse, aunque continuó con esporádicas experiencias en los
lugares en donde se
lo solicitaba.
Tal vez no llovió
en ciertos lugares a los que acudió el ingeniero con sus
aparatos, pero es
innegable que sí lo hizo en mucho otros donde hacía mucho
tiempo que tal cosa
no ocurría. El hecho es que todavía hoy se polemiza
sobre el tema.
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