viernes, 27 de mayo de 2016

HATSHEPSUT LA FARAONA

HATSHEPSUT LA FARAONA

HATSHEPSUT LA FARAONA
Su verdadero nombre era Maat Ka Ra y pertenecía a la XVIII dinastía(c. 1490-1468 a. C)

Es denominada también como la primera dama de hierro de la historia.
Hatshepsut era la primogénita del faraón Tutmosis I. Su madre era la princesa Ahmose con la que se había casado su padre para poder legitimar su poder. Además de la única hermana que sobrevivió, Neferubity, Hatshepsut tenía medio hermanos nacidos de las relaciones de su padre con las concubinas reales. Uno de ellos sería el futuro Tutmosis II.

HATSHEPSUT LA FARAONA
Hatshepsut formaba parte de los tutmósidas, la dinastía XVIII, la primera que corresponde al periodo conocido como Reino Nuevo. Este fue un momento de esplendor del antiguo Egipto. Los tutmósidas fueron príncipes tebanos que tras expulsar a los hicsos iniciaron una importante política de estrechamiento de lazos internacionales y de importantes conquistas.

Fue Tutmosis I quien abandonó la tradición de enterrarse en una pirámide para ser inhumado en un hipogeo excavado en la roca. Daba inicio al que sería conocido como el Valle de los Reyes.

A pesar de que Hapshepsut era la primogénita del gran Tutmosis I y que este, parece ser que antes de su prematura muerte la nombró heredera asociándola al trono, fue un hermanastro suyo quien ostentaría el título de Rey. Apoyado por Ineni, arquitecto real, Tutmosis II se hizo con el poder. Hatshepsut, quien se enorgullecía de ser descendiente directa de faraones, se tuvo que conformar a verse relegada al papel de Gran Esposa Real al casarse con Tutmosis II.

Esta incómoda situación para Hatshepsut duró muy poco porque Tutmosis II murió siendo muy joven. Como si la historia se fuera a repetir, de su matrimonio con Hatshepsut sólo había nacido una niña, Neferure, mientras que los descendientes varones eran hijos de concubinas. En un primer momento, el poderoso Ineni nombró heredero al que sería Tutmosis III quien en un futuro debería casarse con Neferure.

HATSHEPSUT LA FARAONA
Durante los primeros años de su regencia del pequeño Tutmosis III Hatshepsut consiguió urdir una conjura para expulsar a Ineni de la esfera política. Con la ayuda de altos cargos como Hapuseneb y Senenmut, Hatshepsut planeó un valiente golpe de estado. No sólo eliminó a Ineni, sino que decidió asumir todo el poder tomando la titulatura real de los faraones y usurpando el poder a Tutmosis III. No sólo eso, Hatshepsut decidió reinar como faraón: eliminó de sus nombres y títulos todas las desinencias femeninas, se hizo nombrar faraón, se vistió como un hombre y reinó como rey durante 22 años de paz y prosperidad en Egipto.

Durante el reinado de Hatshepsut se vivió uno de los periodos de paz más largos de la historia de Egipto, con tan sólo algunas escaramuzas e incursiones militares de poca embergadura.

HATSHEPSUT LA FARAONA
Una de las actividades principales de su reinado fueron las construcciones religiosas. Destacan la Capilla Roja de Karnak o el majestuoso templo de Deir el-Bahari, situado en la orilla oeste de Tebas, que ha pasado a la historia como uno de los templos destacados del Antiguo Egipto. No en vano, se conocía como Dyeser-Dyeseru, el sublime de los sublimes.

Del reinado de Hatshepsut también se recuerda como hecho destacable un viaje al país legendario conocido como El Punt, una misión que quedó plasmada en las paredes del templo de Deir el-Bahari y que tuvo como principal objetivo fines comerciales y políticos.

Hacia el año 16 de su reinado, las cosas empezaron a ir mal para Hatshepsut. La desaparición de sus principales aliados, de su hija y única descendiente, y la posición cada vez más fuerte del joven Tutmosis III hicieron que su gobierno iniciara un irrefrenable declive. Hatshepsut se fue retirando progresivamente del poder hasta llegar el momento de su muerte que le sobrevino sola, abandonada por sus fieles seguidores, en su palacio de Tebas. A pesar de su enfrentamiento con Tutmosis, parece que Hatshepsut murió por causas naturales y no fue asesinada.

HATSHEPSUT LA FARAONA
Aunque el nombre de Hatshepsut se borró de los anales y templos en los que estaba presente, hoy día se descarta que Tutmosis III quisiera vengarse de su madrastra y relegarla al olvido. Más bien se cree que fue un acto de practicidad, para evitar la amenaza de la poderosa familia de Hatshepsut y poder legitimar su ascendencia al poder.

Hatshepsut, su nombre y su reinado, permanecieron en la historia de Egipto gracias a sus templos y a su propio cuerpo. Su tumba se encontró en el Valle de los Reyes y fue catalogada como KV20. Estaba en un perfecto estado de conservación


La reina Hatshepsut fué la primera mujer en regir un imperio que se extendía desde el valle del Eufrates hasta las montañas de Etiopía. Para la época, siglo XV antes de Cristo, era el imperio mas grande y poderoso del mundo, y también el que exigía una política y diplomacias extremadamente finas y delicadas por su fragilidad. La reina estuvo a la altura del cargo, pues durante los 22 años que gobernó Egipto y el mundo conocido, supo mantener el poderío, las fronteras y la imagen internacional de su imperio, a pesar de sus poderosos rivales, el imperio Mittani y el reino de Babilonia, quienes disputaban el dominio egipcio en Siria y Palestina. Manetón y otros cronistas también refieren que esta extraordinaria mujer presidió uno de los momentos de mayor prosperidad económica y cultural de la vieja y milenaria civilización egipcia, que ya para entonces tenía 2000 años de antiguedad, y todavía sobreviviría 1000 años mas hasta la conquista persa en el siglo V AC. Recordemos que la actual civilización que vivimos solo lleva algo menos de 1000 años de existencia. Ante todo mantuvo una firme política de paz y concordia en las relaciones con sus peligrosos vecinos aunque no escatimó medidas de fuerza para hacer respetar sus fronteras, seis campañas militares en Asia bastaron para asegurar su dominio en el movedizo y frágil Cercano Oriente de entonces, proeza que los gobernantes de hoy día nunca llegaron a realizar; una decidida protección y fomento al comercio internacional ya que Egipto dependía mucho de las importaciones de maderas, lanas, metales y objetos suntuarios para el culto y la corte; y un largo mecenazgo a las artes, letras y ciencias. De su tiempo se han rescatado varios papiros de medicina, matemáticas y astronomía, muy superiores en sus conceptos a los griegos y romanos posteriores, y sorprendentemente libres de formulaciones mágicas y/o religiosas, como hasta hoy día se tenía en concepto de la civilización egipcia. En su tiempo se deificó al famoso sabio Imhotep, primer médico, arquitecto y matemático de la historia y que fuera Primer Ministro del faraón Djoser, segundo faraón de la III dinastía y el primero en ser enterrado en una pirámide, la famosa pirámide escalonada de Sakhara. Los templos de este sabio de la mas remota antiguedad se convirtieron en las primeras escuelas y universidades científicas de la historia, el mas grande y famoso estaba en la ciudad de Menfis. El templo funerario de Hatshepsut en Deir el Bahari es considerado un hito artístico dentro de la larga y colosal historia del arte egipcio. Sus líneas, sorprendentemente modernas y funcionales, siguen siendo hoy en día modelo de edificio "perfecto".

El tratado firmado con babilonios y mittanios, que aseguró la paz en Oriente Medio por 50 años, puede leerse íntegramente grabado en piedra en su tumba localizada en el Valle de los Reyes, cerca de Tebas, la primera capital imperial de la historia.

Bajo su mandato no sólo se realizaron expediciones hacia el sur, en busca de materiales exóticos como madera perfumada u oro; también ser organizaron campañas militares que permitieron controlar la tercera catarata y llegar hasta la sexta.


HATSHEPSUT LA FARAONA
Se halla la momia de Hatshepsut

En el 2005 Zahi Hawass, director del Egyptian Mummy Project y secretario general del Consejo Supremo de Antigüedades, encontró diversas momias sin identificar en el Valle de los Reyes. Después de escanear las momias y comparar los rasgos genéticos de la dinastía de Hatshepsut identificaron una de las momias como la reina. A partir de este gran hallazgo, que se mostró al público en el 2007, hemos podido saber que la reina murió por una grave enfermedad: una avanzada osteoporosis y un cáncer maligno en la zona del abdomen que le pasó al hueso de la cadera; además había contraído un absceso séptico en su cavidad bucal que bien pudo provocar un shock septicémico. Según estas últimas investigaciones, su muerte estuvo precedida de largos meses de intensos dolores y fiebres.

sábado, 14 de mayo de 2016

PORQUE PERON ELIGIÓ A CAMPORA COMO PRESIDENTE, CONTADO POR TESTIGO Y PROTAGONISTA

PORQUE PERON ELIGIÓ A CAMPORA COMO PRESIDENTE, CONTADO POR TESTIGO Y PROTAGONISTA

PORQUE PERON ELIGIÓ A CAMPORA COMO PRESIDENTE, CONTADO POR TESTIGO Y PROTAGONISTA
En un reportaje que le hace a Emma Tacta de Romero el periodista Luis Alarcón del diario EL LIBERTADOR de Corrientes, esta responde como fue la elección de Perón del candidato a Presidente en 1973, de la que fue testigo presencial y protagonista su cónyuge, Julio Romero.


PORQUE PERON ELIGIÓ A CAMPORA COMO PRESIDENTE, CONTADO POR TESTIGO Y PROTAGONISTA
Entre las anécdotas políticas, sus experiencias junto a Juan Domingo Perón y Eva Duarte de Perón son las más significativas, las que convierten a Emma Tacta, viuda de Romero, en una historia viviente del peronismo. No sólo del peronismo correntino, sino también nacional.
No basta una sola entrevista para agotar el rico anecdotario que doña Emma guarda en sus alforjas. Esta conversación con EL LIBERTADOR, aunque limitada en sus alcances, se desarrolló del siguiente modo:
-Dice Juan Bautista Yofre en su libro La trama de Madrid que hubo dos figuras importantes en la designación de Héctor Cámpora como candidato presidencial del peronismo en 1972: Jorge Antonio y Julio Romero, su esposo. ¿Qué hay de cierto?
-Totalmente cierto. Jorge Antonio era un empresario muy amigo de Perón. Y por otra parte nuestro líder tenía una alta consideración por mi esposo, tanto en así que lo nombró su consejero y asesor.
-¿Y por qué Cámpora?
-Porque Perón les había comentado que si él no podía ser candidato (como efectivamente ocurrió en aquel momento), le gustaría que fuera un peronista que pudiera interpretar fielmente los principios del peronismo y llevarlos a la práctica, tal cual él mismo lo haría. Cámpora era la figura que en aquel momento reunía mejor que nadie esas condiciones.
-¿Julio Romero le aconsejó entonces a Perón el nombre de Cámpora como candidato a Presidente?
-Así es. Perón tenía mucho respeto por la opinión de don Julio. También a mí, como muestra de gran confianza me designó como apoderada nacional del justicialismo antes de ser yo justicialista.
-¿Usted estaba en ese momento?
-Claro. Una noche, por esas circunstancias de la vida, estábamos cenando en la residencia de Perón en Madrid y él nos comentó eso que le dije. Dijo algo así como "me gustaría que, si yo no puedo ser candidato, que sea un hombre que haya entendido a fondo el peronismo; que entienda que hay que gobernar para los humildes, los ricos, los discapacitados…todos".
-Entonces el General les pidió que le aconsejen a alguien…
-Le pidió un consejo a mi marido, incluso a mí, que estaba presente. Con esas condiciones y por su gran su humildad, el hombre que quería Perón en ese momento era indudablemente Cámpora.
-¿Recuerda quién más estaba en esa cena?
-Estaban Isabelita, el secretario José López Rega y alguien de la provincia de Santa Fe, cuyo nombre no recuerdo.

MESALINA Y ESCILA: “CURIOSA APUESTA ENTRE PROSTITUTAS DE LA ANTIGUA ROMA”

MESALINA Y ESCILA
"CURIOSA APUESTA ENTRE PROSTITUTAS DE LA ANTIGUA ROMA”

MESALINA Y ESCILA: “CURIOSA APUESTA ENTRE PROSTITUTAS DE LA ANTIGUA ROMA”
Roma 40 ADC

Estos dos personajes de la antigua Roma protagonizaron uno de los escándalos más famosos de la época. Mesalina fue la tercera esposa del emperador Claudio, pero ella era famosa por su insaciable sed de sexo, probablemente la ninfómana más famosa de la historia. Al caer la noche, la Emperatriz abandonaba el palacio disfrazada y se dirigía al peligroso barrio de Suburra, para ejercer la prostitución en un aposento bajo el pseudónimo  de Lysisca (mujer loba). Favorita de sus clientes, que desconocían su verdadera identidad, al no exigir juventud o apariencia. Su único requisito era la potencia viril.

Orgullosa de su legendaria lascivia, lanzó un reto al gremio de las prostitutas de Roma: las instó a participar en una competición, que ella organizaría en palacio, aprovechando la ausencia de Claudio quien estaba en Britania.

MESALINA Y ESCILA: “CURIOSA APUESTA ENTRE PROSTITUTAS DE LA ANTIGUA ROMA”
La candidata oficial era, por supuesto, Mesalina, y la oposición estaba representada por Escila, la más famosa prostituta de Roma. También se anotaron algunas voluntarias, entre ellas damas de la nobleza.

Dicho desafío consistía en saber quién podía atender a más hombres en un día. El evento daría inicio por la noche, y a él asistirían muchos hombres importantes de la corte, además de otras damas a las cuales Mesalina había convencido de participar.

Aquella noche, después de haber sido poseída por 25 hombres, Escila se rindió y Mesalina salió victoriosa, pues superó la cifra al llegar al amanecer y seguir compitiendo. Según se dice, aun después de haber atendido a 70 hombres no se sentía satisfecha, llegando hasta la cifra increíble de 200 hombres.


Cuando Mesalina pidió a Escila que regresara, esta se retiró diciendo: «Esta infeliz tiene las entrañas de acero».

LA PROSTITUCION EN LA ROMA ANTIGUA

LA PROSTITUCION EN LA ROMA ANTIGUA

LA PROSTITUCION EN LA ROMA ANTIGUA
Una de las versiones del origen de la palabra puta, procede de una diosa menor de la agricultura romana.

En los días de fiesta en honor a esta diosa se procedía a la poda(puta) de los árboles, con las ramas de los árboles, las mujeres que deseaban quedarse embarazadas eran azotadas ritualmente. Las sacerdotisas ejercían una bacanal sagrada en honor a la diosa. Con el paso del tiempo el nombre de la diosa pasó a denominar a la mujer que ejercía la prostitución.

LA PROSTITUCION EN LA ROMA ANTIGUA
Roma es quizá el “paraíso de la prostitución” por ser algo más que habitual, pero también por la enorme libertad sexual existente, tanto para hombres como para mujeres. Ellos podían tener relaciones con quienes quisieran sin ningún problema, al igual que ellas, aunque en el caso de las mujeres, incluso las casadas, sólo debían mantener una serie de códigos morales y sociales, pero nada les impedía disfrutar al máximo su sexualidad.

Es en Roma donde podemos encontrar por primera vez el término “Prostitutere”, cuya traducción era “exhibir para la venta”, evidentemente, el propio cuerpo.

En Roma, tanto hombres como mujeres podían disfrutar al máximo su sexualidad.

En el caso de las prostitutas en roma, podemos encontrar varias clases de prostitutas como las cuadrantarias, llamadas así por cobrar un cuadrante, que serían las prostitutas más bajas de todas.

También encontramos las felatoras, que como podemos imaginar, eran llamadas de este modo por ser expertas en el arte de la felación.

Pero la lista de tipos de prostitutas, de acuerdo a sus características y habilidades, sería la siguiente:
• Prostituta: entregaba su cuerpo a quien quería.
• Pala: era quien aceptaba a cualquier persona que pudiese pagar el precio demandado.
• Meretrix: prostituta independiente.
• Prostibulae: ejercía sin pagar impuestos y en donde podía.
• Ambulatarae: era la prostituta que trabajaba o bien en la calle o bien en el circo.
• Lupae: eran quienes ejercían en los bosques de los alrededores de la ciudad.
• Bastuariae: ejercía la prostitución en los cementerios.
• Delicatae: tenía clientes poderosos como generales o senadores.

En todos los casos, las prostitutas de la Antigua Roma solían ser mujeres independientes y en ciertos casos, influyentes, aunque debían vestir un vestido púrpura que las diferenciaran del resto de mujeres, además de tener que pagar impuestos por desarrollar su actividad.

Si lo que queréis conocer son prostitutas famosas de la Antigua Roma, encontramos en las diversas fuentes históricas que llegaron a nuestros días nombres como Julia, la hija del Emperador Augusto, Agripina e incluso a Mesalina, la esposa del Emperador Claudio, pues era frecuente que las mujeres de alta alcurnia ejercieran la prostitución por placer.

Este es el caso de Mesalina, que según cuentan los relatos, realizó una apuesta con una prostituta y por ello se acostó en un solo día con una Centuria completa. (ver MESALINA Y ESCILA: “CURIOSA APUESTA ENTRE PROSTITUTAS DE LA ANTIGUA ROMA ”http://rodolfoparbst.blogspot.com.ar/2016/05/mesalina-y-escila-curiosa-apuesta-entre.html )

De todos modos y pese a la cantidad de sitios donde se ejercía la prostitución, el lugar preferido por la mayoría era los baños públicos, pues allí podían ofrecer sus servicios a hombres y mujeres sin excepción.

Como dato curioso, podemos añadir que en el año I d.C., según los registros encontrados en Roma, había inscritas 32.000 prostitutas en la capital del Imperio y a todas ellas les fue entregada la licencia para ejercer el oficio, conocida como “Licentia Stupri”.



lunes, 9 de mayo de 2016

LA BATALLA DE MBORORE que impidió que la actual Mesopotamia argentina fuera hoy territorio brasileño.


LA BATALLA DE MBORORE que impidió que la actual Mesopotamia argentina fuera hoy territorio brasileño.
LA BATALLA DE MBORORE


Hay batallas que sólo sirven para entretener a historiadores.  Pero hay otras que fueron realmente importantes y a veces no son las más difundidas.  Por ejemplo la batalla de Mbororé, que nadie recuerda hoy y sin embargo ha sido la mas trascendente acción bélica de nuestra historia puesto que impidió que la actual Mesopotamia argentina fuera hoy territorio brasileño.

No es reprochable que no queden memorias de esta acción.  Ocurrió hace más de tres siglos y los contendientes fueron habitantes de dos imperios ya olvidados: por un lado los guaraníes que vivían en las reducciones jesuitas en lo que hoy es Paraguay, Misiones y Corrientes, una verdadera nación con leyes, idioma y economía propios.  Los otros protagonistas de la batalla de Mbororé fueron los bandeirantes, aventureros que tenían su centro de acción en Sao Paulo y eran una mezcla de portugueses, mestizos e indios tupíes, verdaderos piratas de la tierra, desacatados de toda autoridad y profesantes de un vago cristianismo sincretizado con toda clase de supersticiones.  Agrupados libremente en compañías o "bandeiras", tal como los bucaneros del Caribe, incursionaban sobre las misiones de la Compañía de Jesús en busca de esclavos.  Pues los jesuitas habían enseñado a sus neófitos a profesar toda suerte de oficios, pero eran indefensos como corderos.

Desde 1620 en adelante los avances de las "bandeiras" se hicieron tan atrevidos que los hijos de Ignacio de Loyola prefirieron abandonar algunas de sus reducciones y trasladar poblaciones enteras antes que seguir exponiéndose a esos ataques.  Sabían que era necesario rogar a Dios pero también dar con el mazo... Los jerarcas de la orden deliberaron, pues, en Buenos Aires, y firmemente resolvieron defenderse.  Trasládase a varios jesuitas que habían sido militares antes de ordenarse sacerdotes y les en­comendaron la organización castrense de los guaraníes.  Luego obtuvie­ron que el rey de España levantara la prohibición que vedaba a los indios el manejo de armas de fuego.  Adquirieron todos los artefactos bélicos disponibles y, no desdeñando los recursos espirituales, consiguieron del Papa un Breve que fulminaba con excomunión a todo cristiano que caza­ra indios.  Pero cuando el jesuita que portaba el documento papal lo di­fundió en Sao Paulo corrió peligro de ser linchado: una de las industrias paulistas era, precisamente, la caza de guaraníes para proveer mano de obra gratuita a los ingenios  y fazendas de la región.

A fines de 1640 los jesuitas tuvieron evidencias de una nueva incur­sión de bandeirantes más numerosa que las anteriores.  Apresuradamente concentraron a sus bisoños soldados y maniobraron hasta esperar a los paulistas en el punto de Mbororé, en la actual provincia de Misiones, so­bre la ribera derecha del Alto Uruguay.  Más de 10.000 soldados armados con toda clase de elementos se aprestaron a defender su tierra; centena­res de canoas y hasta una balsa artillada formaban parte del ejército de la Compañía de Jesús

Los portugueses venían en 300 canoas y estaban tan acostumbrados a arrear sin lucha a los pacíficos guaraníes, que no tomaron las mínimas previsiones aconsejables.  Unas oportunas bajantes del río que natural­mente los religiosos certificaron como ayuda providencial- contribuyeron a desordenar a los invasores.  El 11de marzo de 1641 los soldados de Loyola empezaron a arrollar a los bandeirantes: la batalla duró cinco dí­as. El ingenio jesuita había provisto a sus discípulos de armas tan curiosos como una catapulta que arrojaba troncos ardientes.  Finalmente, los paulistas debieron huir desordenadamente por la tupida selva.  Anduvie­ron diez días arrastrando a sus heridos y enterrando a sus muertos.

Pero los jesuitas estaban resueltos a terminar con la cuestión paulista.  El día de Viernes Santo, mientras los derrotados oraban por su salvación, los guaraníes dieron cuenta de los últimos restos de la bandeira.  Los contados sobrevivientes, acosados por las fieras, los indios caníbales y la selva, tardaron un alto y medio en regresar a Sao Paulo.  Fue un escar­miento definitivo.  No hubo más bandeirantes sobre el imperio jesuítico, que desarrolló  desde entonces todo su hermético esplendor.

Si no hubiera sido por esa batalla curiosamente anfibia, con varias etapas en el río y otras en la selva, el avance portugués se habría extendi­do infaliblemente sobre Misiones, Corrientes y hasta Entre Ríos, y el mismo Paraguay no se hubiera salvado de la anexión.  Así de pequeñas son las causas que colorean en definitiva los mapas de los continentes.. La olvidada y remota batalla de Mbororé salvó esa vasta comarca que seria más ancha si la diplomacia portuguesa y su sucesora, la de Brasil, no hubieran avanzado al estilo bandeirante sobre nuestro noreste.

Pero no hubo guaraníes valerosos ni jesuitas decididos para oponerse a esta acción.  Y en cambio sobró imprevisión e incapacidad para dejar perder esa parte de la herencia nacional.

Bibliografía: Conflictos y Armonías En La Historia Argentina de Felix Luna


LA PROSTITUCIÓN SAGRADA


LA PROSTITUCIÓN SAGRADA



LA PROSTITUCIÓN SAGRADA


La historia registra el culto de la Prostitución sagrada practicada en Babilonia en honor de la diosa Ishtar.



 Según esta costumbre las jóvenes no debían llegar vírgenes al matrimonio.



Como muestra de su devoción debían prostituirse con extraños dentro del recinto sagrado, cobrando un salario que quedaba en el tesoro del templo.



 Las doncellas no hacían esto por promiscuidad, sino como modo de devoción.



Prácticas similares se realizaban en la Corinto griega y en los pueblos canaanitas de la costa levantina.  



 Ishtar era protectora de las prostitutas y de las mujeres infieles, versión babilónica de la sumeria Innana. Se supone que estas diosas son persistencia de un culto más antiguo, quizás de épocas del matriarcado, en que la diosa femenina era considerada la generadora de la fecundidad de los campos y la prosperidad humana. En esa época la mujer tenía iguales derechos al hombre y no estaba sometida a él. La descendencia de los hijos se determinaba por la madre y no existían reglas punitivas contra el adulterio o las relaciones prematrimoniales.  



 Luego con otros cultos masculinos esto se fue perdiendo. Los griegos gustaban de estar con prostitutas pero sus esposas eran consideradas un poco más que un objeto, prácticamente igual que si fueran esclavas.


 Y los israelitas persiguieron con saña a estas prácticas. Según los mandamientos que registra la Biblia, la esposa es un poco más importante que las posesiones materiales: el 9º mandamiento prohibe desear la mujer del prójimo y último es no codiciar los bienes ajenos. Quizás originalmente estos dos mandamientos hayan sido uno solo. 

jueves, 28 de abril de 2016

LAS CURIOSAS CORTESANAS VENECIANAS

LAS CURIOSAS CORTESANAS VENECIANAS


LAS CURIOSAS CORTESANAS VENECIANAS
Jan_Morris, en su libro The world of Venice  (1995) nos relata que en la Venecia del siglo XVI había aproximadamente 2.900 mujeres nobles, 2.500 monjas, 2.000 mujeres comerciantes y más de 11.600 Cortesanas en la ciudad.
El gobierno de la Serenísima había instituido el uso de “luces rojas” en el Rialto, único lugar donde las Cortesanas podían vivir y ejercer como meretrices.
En esta zona se encuentra el Ponte delle Tette (Puente de los Pechos) en el Rio Terà delle Carampane, lugar donde era costumbre ver a las jóvenes Cortesanas asomarse con los pechos al aire a modo de reclamo. La costumbre de enseñar el seno, además de desempeñar una función puramente comercial, fue una imposición del gobierno para luchar con la difusión de la homosexualidad durante el siglo XVI. En aquellos años, cada semana se reunía el consejo de los diputados para decidir el futuro de los culpables de sodomía, a los que a menudo se quemaban y se colgaban de las dos columnas de la plaza de S. Marco. La República de Venecia regulaba con mano de hierro la conducta de las cortesanas. Sólo podían ir a los restaurantes y pasear por Venecia los sábados, pena de azotes y de una multa pecuniaria. En la mayoría de los casos, las Cortesanas eran personas influyentes y carismáticas gracias a sus amistades encumbradas.
Muchas de esas Cortesanas eran jóvenes hermosas y con más alto nivel de educación que otras mujeres de la época. Hubo algunas que lograron una vida de lujo que nunca podrían haber logrado de otra manera. Éstas ganaban tanto como el capitán de un buque y el doble del salario de un maestro comerciante. Algunas eran incluso capaces de ahorrar suficiente dinero para contraer matrimonio con una dote considerable.
Una de las cortesanas más famosas de la época Veronica Castro (1546-1591), de familia burguesa y que triunfó como escritora. Su obra más conocida “Terze Rima (1575).
También publicó “Il Catalogo di tutte le piu principale et honorate cortigiane di Venecia” en el que dio los nombres, direcciones y los precios de las más destacadas cortesanas de Venecia.
En 1574, recibió en su salón a Enrique III de Francia, hijo Catalina de Medicis, a punto de ser coronado Rey de Francia, dejando un testimonio poético del encuentro.


AUTOR: ALFRED LÓPEZ