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martes, 11 de febrero de 2020

Victorine Meurent Una ramera en el Louvre.

Victorine Meurent 

Una ramera en el Louvre.

Victorine Meurent Una ramera en el Louvre.


¿Quién era? Una joven francesa, hija de una modesta pareja de artistas, que soñaba con ser pintora. Una Lolita precoz: A los 16 años empezó a trabajar posando como modelo, pero la necesidad la empujó a la prostitución.Especialidad erótica: Su juventud la hizo una pieza muy cotizada para los maduros clientes del local donde estaba empleada, uno de los más famosos burdeles parisinos. Y su mayor talento sexual, según los cronistas, era masajear todo el cuerpo de sus clientes con sus carnosos senos.Musa expresionista: Fue inspiración para el pintor Edouard Manet, quien, fascinado por su cabellera cobriza, la convirtió en su amante y en su modelo preferida, inmortalizada en varios lienzos. Entre ellos: El almuerzo campestre y Olympia, que pueden admirarse en el Museo del Louvre. Alumna aplicada: Pero Victorine no se limitó a retozar con su protector y a posar desnuda para él. Aprendió la técnica de su arte y, con los años, ella también se convirtió en pintora. Logró cierta notoriedad con el lienzo Un burgués de Nuremberg. Tristemente, ninguna de sus obras ha llegado hasta nosotros.
Una Lolita precoz: A los 16 años empezó a trabajar posando como modelo, pero la necesidad la empujó a la prostitución.Especialidad erótica: Su juventud la hizo una pieza muy cotizada para los maduros clientes del local donde estaba empleada, uno de los más famosos burdeles parisinos. Y su mayor talento sexual, según los cronistas, era masajear todo el cuerpo de sus clientes con sus carnosos senos.Musa expresionista: Fue inspiración para el pintor Edouard Manet, quien, fascinado por su cabellera cobriza, la convirtió en su amante y en su modelo preferida, inmortalizada en varios lienzos. Entre ellos: El almuerzo campestre y Olympia, que pueden admirarse en el Museo del Louvre. Alumna aplicada: Pero Victorine no se limitó a retozar con su protector y a posar desnuda para él. Aprendió la técnica de su arte y, con los años, ella también se convirtió en pintora. Logró cierta notoriedad con el lienzo Un burgués de Nuremberg. Tristemente, ninguna de sus obras ha llegado hasta nosotros.

viernes, 22 de marzo de 2019

BENJAMIN VIEL Soldado de Napoleón, Coronel de San Martín


BENJAMIN VIEL Soldado de Napoleón, Coronel de San Martín




BENJAMIN VIEL Soldado de Napoleón, Coronel de San Martín

Su nombre era Benjamin Viel Gometz.
Nació en París el 21 de enero de 1787; hijo de Claudio Benjamín Viel y Rosa Ana Gometz.
Se casó con María Luisa Toro Guzmán y tuvieron cuatro hijos.
En 1801, a los 14 años, ingresó al regimiento de Húsares de su patria y concurrió a las campañas napoleónicas de la Europa Central.
Sirvió en el ejército francés hasta abril de 1817.
Ese año se embarcó a Buenos Aires y se puso al servicio de la causa revolucionaria de América.
El gobierno argentino le dió el grado de sargento mayor y fue enviado a Chile para servir en el ejército de San Martín.
Participó en Cancharrayada.
Después fue enviado al sur, donde se batió en numerosas campañas contra los últimos defensores realistas.
En 1823 fue ascendido a coronel y trasladado a Santiago,donde se distinguió por su afección a la causa liberal y su lealtad al poder constituído.
En 1827 hizo la campaña contra los Pincheira.
Fue elegido diputado propietario por Parral en el Congreso Nacional, 1829 (1º de agosto-6 de noviembre de 1829). Integró la Comisión Permanente de Guerra.
Después de Lircay, fue separado del escalafón militar durante 10 años y en 1841, siendo presidente Manuel Bulnes, fue reincorporado al ejército y nombrado comandante general de armas de Santiago.
En 1849 fue enviado a Valdivia en comisión y en 1851 se le ascendió a general de brigada y se le nombró intendente de Concepción.
La revolución que estalló en aquella provincia, lo envolvió en una serie de contrariedades y lo alejó del ejército y la política.
Falleció en Santiago, el 15 de agosto de 1868.

lunes, 4 de marzo de 2019

LA RUBIA MIREYA


LA RUBIA MIREYA


LA RUBIA MIREYA

Las heroínas están presentes en muchos títulos y letras de tangos. Algunas fueron personajes reales y otras producto de la imaginación que luego se convirtieron en mitos populares.

El caso de la Rubia Mireya es pura invención, inspiración romántica del poeta, aunque, como en otros casos se intentó darle un cuerpo, un nombre y una trayectoria de vida.

Los argentinos de la época, influenciados por la cultura europea y en especial la francesa, soñaban con las noches parisinas, con la posibilidad de frecuentarse con Mimí, Ninón, Manón, Griseta o Mireya.

Los orígenes del nombre podemos ubicarlo en la región de Provenza, en el sur de Francia. El poeta Frédéric Mistral (1830-1914) escribió en 1859 un largo poema en el que retrata la vida cotidiana en la región, y coloca de personaje principal a una mujer, cuyo nombre da título a la obra: Mirèio, en lengua provenzal. Este nombre traducido al francés se convierte en Mireille, que al arribar a nuestro puerto, los argentinos transforman en Mireya.

Lo curioso del asunto es que este poeta provenzal recibió el premio Nobel de literatura, en su tercera edición del año 1904, lo que le dio una difusión extraordinaria.

La primera referencia concreta sobre su utilización la comprobamos en un sainete (breve obra teatral de argumento sencillo), El rey del cabaret, Alberto Weisbach y Manuel-Romero, este último autor de numerosas letras de tango, argumentista y director de cine.

La obra estrenada el 21 de abril de 1923, tenía como protagonista femenino a Mireya, muchacha que gustaba de las noches con champagne, bailando tangos y conquistando corazones, con un final feliz, donde la muchacha contrae matrimonio con un joven adinerado, de buena familia.

Dos años más tarde, el propio Manuel-Romero escribe la letra del famoso tango Francisco-Canaro "Tiempos-viejos”. En ella inmortaliza a la Rubia Mireya, que a diferencia del personaje del sainete, tuvo un destino trágico y desgraciado. Era tan linda de joven que «se formaba rueda para verla bailar» y que al correr de los años, se transforma en «una pobre mendiga harapienta».

Esta misma historia fue llevada al cine, también por Manuel Romero en su condición de director, donde la actriz Mecha Ortiz le dio su impronta definitiva.

Es muy probable que muchas frecuentadoras de las milongas de aquellos tiempos hayan usado el nombre como seudónimo. Lo cierto es que ninguna fue identificada como la auténtica Mireya inspiradora del tango.

Podemos completar esta crónica con una curiosidad. Un periodista intentó generar una polémica diciendo conocer a la «verdadera Mireya». Esta era uruguaya a la que llamaban La Oriental y cuyo verdadero nombre era Margarita Verdier, una bailarina muy admirada por sus habilidades en la danza. Esta historia nunca pudo establecer la relación entre el autor del tango y la bailarina uruguaya. La falta de asidero convirtió esta noticia en una mera anécdota.

Finalmente Héctor Benedetti nos dice en su libro Las mejores letras de tango (Editorial Seix-Barral): «La rubia Mireya motivó una abundante literatura, que no hubiera tenido de ser un personaje real. Se le crearon biografías y anécdotas dudosas; Julian Centeya la menciona en una milonga, quizás al solo efecto de la rima».

Textos tomados de un artículo brillante de Néstor Pinsón


martes, 2 de octubre de 2018

BATALLA DE ISLA FORTUNA


BATALLA DE ISLA FORTUNA

BATALLA DE ISLA FORTUNA
El 16 de octubre de 1600 la flota holandesa formada por el Mauritius, el Hope, el Eendracht y el Hendrik Frederik fondea cerca de Luzón haciéndose pasar por francesa. A bordo del buque insignia Mauritius, el almirante Olivier de Noort comandaba una operación contra Manila. El Gobernador Francisco Tello organizó la defensa. Embarcó los cañones que defendían Manila a bordo de un galeón que se encontraba fondeado en Cavite, el San Diego, al que se unió el patache bautizado San Bertolomé y dos pequeñas galeras. Tras el combate el San Diego resultó hundido y sus náufragos masacrados desde el Mauritius, el Eendracht capturado por el San Bartolomé. En adelante los holandeses rehusaron el combate con los barcos españoles. En 1992 Frank Goddio, a bordo del catamarán Kaimiloa localizó el pecio del San Diego a unos 1200 metros de la Isla Fortuna. Se extrajeron 6000 piezas desde una profundidad de unos 50 metros.
Hundimiento del San Diego:
       El San Diego, con catorce cañones de bronce de diferentes calibres y las provisiones necesarias para varios días, partió el 11 de diciembre de 1600, al mando de Antonio de Morga, acompañado con la otra flotilla. Más de cuatrocientas cincuenta personas se embarcaron en los barcos españoles, entre los que se encontraban unos ciento cincuenta nobles de Manila y algunos mercenarios japoneses. Y así, tres días después, se encontraron frente a frente ambas flotas, la española y la holandesa, librándose inmediatamente una batalla naval donde inicialmente el galeón San Diego en su maniobra aborda y apresa al buque insignia mandado por Olivier de Noort, el Mauritius. Los españoles toman el navío holandés al abordaje y, después de varias horas de combate, donde ya los holandeses se habían refugiado en las bodegas para su última defensa que presumía una victoria española, le aparece al San Diego una vía de agua en el barco, debajo de la línea de flotación. Antonio de Morga, indeciso, no sabiendo si quedarse a bordo del galeón holandés que le confirmaba una victoria segura, inexplicablemente se decide por picar y soltar amarras, que aguantaban al navío holandés, y navegar con parte de los españoles a bordo del San Diego, rumbo a la Isla Fortuna, pero con la mala suerte de que el galeón español comenzó a hundirse rápidamente, salvándose de este naufragio el almirante Antonio de Morga y un centenar de hombres que, por sus propios medios, llegaron hasta esta isla.