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miércoles, 19 de octubre de 2016

VERÓNICA FRANCO, CORTESANA, POETISA, PRECURSORA DEL FEMINISMO EN EL RENACIMIENTO ITALIANO

VERÓNICA FRANCO, CORTESANA, POETISA, PRECURSORA DEL FEMINISMO EN EL RENACIMIENTO ITALIANO


VERÓNICA FRANCO, CORTESANA, POETISA, PRECURSORA DEL FEMINISMO EN EL RENACIMIENTO ITALIANO


El renacimiento italiano nos ha dejado en herencia un sin fin de historias, conspiraciones y personajes, así como, maravillosas obras de arte. Pero sobre todo, nos ha regalado a personas grandiosas con vidas interesantes.

Verónica Franco es un símbolo de la época dorada de la ciudad de Venecia, cuando una de sus damas era admirada como uno más de sus monumentos. Esa fue Verónica, la cortesana más famosa de la ciudad, cuya compañía era deseada por nobles y reyes.
                                                                                                                                                                                          
VERÓNICA FRANCO, CORTESANA, POETISA, PRECURSORA DEL FEMINISMO EN EL RENACIMIENTO ITALIANO

Si hay una cortesana verdaderamente conocida esa fue Verónica Franco. Nació en Venecia en 1546, Verónica Franco (1546–1591), hija de un cuasi aristócrata y de una cortesana honesta legendaria quien le enseñó a usar sus recursos naturales y la capacidad para lograr un matrimonio económicamente beneficioso. Siendo muy joven se casó con un médico rico pero pronto se separó e inició una carrera que la llevó a ser la más famosa de las "cortigiane onesta", es decir, una cortesana intelectual amiga y colega de los mejores escritores y pintores, retratada nada más y nada menos que por Tintoretto, quien fue tal vez uno de sus amantes. Llegó a ser tan famosa que, durante una visita de Enrique III de Francia, (antes de llegar a ser Rey de Francia fue elegido como monarca polaco), los dirigentes de la Serenísima República la eligieron a ella para que el monarca pasase una noche en su compañía: hermosa, refinada y culta, Franco era en efecto la mejor "compagnessa" para entretener a todo un rey.

En Venecia se conocían dos tipos de cortesanas, las “cortigiana onesta”, es decir la intelectual, y la “cortigiana di lume”, prostitutas de clase baja que trabajan cerca del puente Rialto. Verónica fue el claro ejemplo de Cortesana honesta.

La madre de Verónica que había sido una cortesana honesta fue quien la instruyó para utilizar sus dones naturales, lo cual favoreció que Verónica apareciera en una lista clandestina denominada: “Catalogo di tutte le principale et più honorate cortigiane di Venezia”.

VERÓNICA FRANCO, CORTESANA, POETISA, PRECURSORA DEL FEMINISMO EN EL RENACIMIENTO ITALIANO

Su belleza e inteligencia le hacen ganar fama y amistades poderosas de inmediato, entre sus conquistas se cuentan pintores, poetas, diversos artistas de la época y hasta el mismísimo rey Enrique III de Francia. Gracias a estos contactos y su sagacidad logró publicar sus primeros tomos de poesía, hermosos párrafos que trataban de machismo, la desigualdad de géneros, amores perdidos, y, por supuesto, de erotismo puro y sexo en su máxima expresión.

En 1575, gracias a Domenico Venier (su protector), se publicó "Rima Terze", un volúmen de poesías compuesto por 18 capítulos y siete escritos, redactados por personas notables, en honor a la poetisa. Dicho volúmen tuvo una gran acogida y gozó de buena fama.

Ese mismo año un brote de peste afectó a la Serenissima y Verónica tuvo que abandonar la ciudad. Dos años después, en 1577, regresó a Venecia  y Ridolfo Vannitelli la denunció a la inquisición por supuesta “brujería” (solía ser una acusación común para las cortesanas).

Con el dinero que ganó por sus publicaciones y los pagos que recibía por sus servicios, fundó una especie de academia donde educaba mujeres, a cortesanas sobre todo, les inculcaba el espíritu de lucha y los deseos de superarse.

A su regreso en 1577 fue acusada de practicar la brujería por la Santa Inquisión así como de permitir que en su casa se jugasen fuertes sumas de dinero, descuidar los sacramentos, comer carne en días prohibidos y hasta pactar con el demonio para lograr que ciertos hombres se enamorasen de ella, acusaciones extensas y variadas que respondían a los prototipos de denuncias ante el Santo Oficio. Pero si el poder de la Inquisición era grande, el de Verónica lo era aún más ya que logró demostrar que todo respondía a un complot en su contra.
En el momento de la causa con la Inquisición, la escritora tenía treinta y un años, edad suficiente en la época para que deterioro físico empezase a abalanzarse sobre ella. Ese mismo año, aquella cortesana que tanto presumía de su condición, aconsejó a una amiga que no empujara a su hija a ejercer la prostitución, ni siquiera la de alto nivel. Tal vez la cercanía de la vejez había cambiado su manera de ver las cosas. A la vejez reflexionó sobre la verdadera situación de las protitutas, amadas en la juventud, repudiadas a la vejez y luchó porque el gobierno de la Serenísima Repúbica fundara una casa de retiro donde pudieran recogerse aquellas mujeres que por voluntad o por necesidad abandonaran el oficio.

En 1780, fracasa en su empeño de que el Consejo Municipal construyera una casa para las mujeres indigentes y, a su vez, escribe su segundo libro "Lettere familiari a diversi", que  vendrían siendo  “Cartas escritas en la juventud”. Constaba de unas 50 cartas donde pretendía enseñar o dar consejos, aunque también había dos sonetos dedicados a la figura de Enrique III de Francia.

Su segundo libro, tuvo una gran acogida por el público y, con los beneficios que sacó, invirtió en la creación de una casa de la caridad para ayudar a las cortesanas y a los hijos de estas.

De los años venideros se sabe bien poco, algunas fuentes dicen que se retiró y tuvo una vida modesta pero esto no se sabe a ciencia cierta.  Lo que sí sabemos es que tuvo seis hijos (tres fallecidos en la infancia) y que tuvo que cuidar de sus nietos ya que la peste los dejó huérfanos.

Sin embargo fue obligada a huir de Venecia debido a la propagación de la peste, dejando su hogar a merced de la delincuencia y a su regreso le espero la amarga decepción de haber perdido la mayor parte de su fortuna. En las últimas décadas de su vida, y con lo poco que le quedaba, vuelve a publicar un tomo de poesía, y finalmente decide retirarse del mundo de las letras para dedicarse a cuidar a sus nietos. Finalmente, un 22 de Julio de 1591, y apenas a los 45 años, muere luego de pasar 20 días en agonía febril.

En 1591, fallecía en la ciudad de Venecia. Mujer inteligente y valiente que luchó contra la hipocresía de la época,  denuncio los maltratos que recibían las mujeres  y peleó para que se les permitiera estudiar.

La vida de Verónica fue recogida por Margaretn Rosenthal en "La cortesana honesta" y en 1998 se estrenó "Dangerous Beauty" ("Más fuerte que su destino") protagonizada por Catherine McCormack y Rufus Sewel que cuenta la vida de Verónica basándose en el libro de Rosenthal.


Verónica nos dejó un legado que aún en nuestros días no es tan apreciado  sembró la semilla para lo que se convertiría en la liberación femenina muchos siglos después, les dio la fuerza y el impulso a miles de mujeres que pugnaban por soñar con cosas imposibles, dejó su impronta en la historia y en el mundo literario, y se convirtió en musa y heroína eterna.

jueves, 28 de abril de 2016

LAS CURIOSAS CORTESANAS VENECIANAS

LAS CURIOSAS CORTESANAS VENECIANAS


LAS CURIOSAS CORTESANAS VENECIANAS
Jan_Morris, en su libro The world of Venice  (1995) nos relata que en la Venecia del siglo XVI había aproximadamente 2.900 mujeres nobles, 2.500 monjas, 2.000 mujeres comerciantes y más de 11.600 Cortesanas en la ciudad.
El gobierno de la Serenísima había instituido el uso de “luces rojas” en el Rialto, único lugar donde las Cortesanas podían vivir y ejercer como meretrices.
En esta zona se encuentra el Ponte delle Tette (Puente de los Pechos) en el Rio Terà delle Carampane, lugar donde era costumbre ver a las jóvenes Cortesanas asomarse con los pechos al aire a modo de reclamo. La costumbre de enseñar el seno, además de desempeñar una función puramente comercial, fue una imposición del gobierno para luchar con la difusión de la homosexualidad durante el siglo XVI. En aquellos años, cada semana se reunía el consejo de los diputados para decidir el futuro de los culpables de sodomía, a los que a menudo se quemaban y se colgaban de las dos columnas de la plaza de S. Marco. La República de Venecia regulaba con mano de hierro la conducta de las cortesanas. Sólo podían ir a los restaurantes y pasear por Venecia los sábados, pena de azotes y de una multa pecuniaria. En la mayoría de los casos, las Cortesanas eran personas influyentes y carismáticas gracias a sus amistades encumbradas.
Muchas de esas Cortesanas eran jóvenes hermosas y con más alto nivel de educación que otras mujeres de la época. Hubo algunas que lograron una vida de lujo que nunca podrían haber logrado de otra manera. Éstas ganaban tanto como el capitán de un buque y el doble del salario de un maestro comerciante. Algunas eran incluso capaces de ahorrar suficiente dinero para contraer matrimonio con una dote considerable.
Una de las cortesanas más famosas de la época Veronica Castro (1546-1591), de familia burguesa y que triunfó como escritora. Su obra más conocida “Terze Rima (1575).
También publicó “Il Catalogo di tutte le piu principale et honorate cortigiane di Venecia” en el que dio los nombres, direcciones y los precios de las más destacadas cortesanas de Venecia.
En 1574, recibió en su salón a Enrique III de Francia, hijo Catalina de Medicis, a punto de ser coronado Rey de Francia, dejando un testimonio poético del encuentro.


AUTOR: ALFRED LÓPEZ  

viernes, 18 de marzo de 2016

MANIFIESTO MAYO FRANCÉS DE 1968 Universitarios franceses

MANIFIESTO MAYO FRANCÉS DE 1968
Universitarios franceses

MANIFIESTO MAYO FRANCÉS DE 1968 Universitarios franceses
Las A.G. de los diversos establecimientos públicos de enseñanza superior (según la lista adjunta), proclaman solemnemente que una reforma de la Universidad debe seguir la línea directora de los siguientes principios fundamentales:

I. Independencia y contestación.
a.   La Universidad debe ser absolutamente independiente de cualquier poder político.
b.   La Universidad debe ser el centro de contestación permanente de la sociedad. La información y los debates libremente organizados entre estudiantes, personal docente y personal no docente de la Universidad constituyen el medio fundamental de esta contestación.
c.   Estos principios deberán ser garantizados, así como la presencia y libre expresión de las minorías, por un conjunto de reglas internas de cada establecimiento de enseñanza superior.
II. Autogestión.
a.   La enseñanza gratuita en todos los niveles es un deber para con la sociedad presente y futura.
b.   Debe estar abierta a todos, efectiva e igualmente, sin imponer ninguna selección.
c.   Los establecimientos de enseñanza superior deben ser regidos paritariamente por estudiantes y enseñantes sin ninguna injerencia externa.
d.   Los fondos públicos aportados por el Estado se fijarán en función de las exigencias de la colectividad nacional, expresados en los planes económicos a medio y largo plazo, que la Universidad debe fijarse democráticamente, y cuya aplicación es obligatoria para los establecimientos públicos. La organizaciones del personal docente y de estudiantes estarán representadas en las comisiones de elaboración de los planes. Las cantidades que se dedicarán a la enseñanza por los planes, una vez ratificados éstos, se impondrán como una obligación del poder político ejecutivo y deliberante al votar el presupuesto anual. Estas cantidades, por lo que se refiere a la enseñanza superior, se repartirán entre las universidades a través de un organismo paritario de ejecución, nacido de las organizaciones paritarias de personal docente y estudiantes que hayan participado en la elaboración de los planes.
e.   Toda real autonomía exige la institución de organismos capaces de neutralizar las fuerzas exteriores, que podrían desposeer de hecho a los estudiantes y al personal docente del poder decisorio en todo lo que se refiere al funcionamiento de la Universidad. Únicamente los comités nacionales de vigilancia, nacidos de los comités paritarios, pueden definir los medios acordados para contestar a los intentos de recuperación, especialmente los que se aprovecharían inmediatamente de las utilizaciones anárquicas de la autonomía.
III. Autodefinición.
a.   Los estudiantes y el personal docente deben poder someter a examen, regularmente y con toda libertad, el contenido y la forma de la enseñanza.
b.   La Universidad deberá ser un centro de cultura social. Por consiguiente, deberá determinar ella misma los marcos en los cuales los trabajadores participarán en sus actividades.
c.   Los exámenes y concursos en su forma actual deberán desaparecer y ser sustituidos por una evaluación continua basada en la calidad del trabajo realizado durante todo un período. El suspenso en una asignatura, en la forma actual, no sanciona siempre la pereza o falta de aptitud del alumno sino, con frecuencia, la falta de enseñanzas.
IV. Autoperpetuación.
La Universidad es la voluntad de una perpetua superación por:
a.   Una estrecha conjunción de la investigación y la enseñanza;
b.   la educación permanente;
c.   el reciclaje regular de los trabajadores y del personal docente; para éste deben procurarse años de total disponibilidad para el estudio.

Este texto elaborado por los representantes de los establecimientos de enseñanza superior siguientes: I-E.P. París, Derecho y Ciencias Económicas de París; Medicina, París; Filosofía, Sociología y Letras, París; Lenguas Orientales; ex Escuela de Arte; Ciencias de la Halle aux Vins; Ciencias de Orsay; Ciencias Económicas, Poitiers; Ciencias Económicas, Clermont-Ferrand; se propondrá a las A.G. y será adoptado o rechazado en su totalidad.

 


sábado, 27 de febrero de 2016

EL JARDÍN DE LAS HESPÉRIDES

EL JARDÍN DE LAS HESPÉRIDES


EL JARDÍN DE LAS HESPÉRIDES



El Jardín de las Hespérides era el huerto de Hera en occidente, donde crecían en un solo árbol o una arboleda de manzanas doradas que otorgaban la inmortalidad.

La diosa Hera tenía en propiedad, según la mitología griega, un hermoso jardín que contaba con un arbol que daba manzanas de oro que proporcionaban la inmortalidad, regalo de bodas de la diosa Gea a Hera.

Las Hespérides eran las hijas de Atlas y de Hesperis, también conocidas como las Atlántides. Sus nombres eran Egle, Eritehia, Hesperia y Aretusa. Su misión era la de custodiar las manzanas de oro de las que se decía provenían las brillantes y hermosas luces de la puesta del sol.

El origen de estos dorados frutos proviene de Gaia, la Madre Tierra, quien las creó para celebrar la unión en matrimonio entre Hera y Zeus, los dioses del Olimpo. Su cuidado fue encomendado a las Hespérides y así se encargaban de anunciar el final del día con sus dorados rayos y el inicio de la noche de bodas. De hecho, los griegos consideraban la manzana como un símbolo del amor.

EL JARDÍN DE LAS HESPÉRIDES
Estas diosas del ocaso eran criaturas juguetonas a quienes les encantaba cantar y tocar dulces y alegres melodías. Se decía que, al igual que las sirenas, atraían a los hombres con sus canciones y luego los enloquecían.

La famosa “manzana de la discordia” causante de la guerra de Troya, fue robada del Jardín de las Hespérides por Eris, diosa del conflicto, la lucha y, como no, la discordia.

EL JARDÍN DE LAS HESPÉRIDES
El jardín, pronto se convirtió en algo muy valioso para Hera, tan valioso que ya no confiaba en las 3 ninfas para que cuidaran de él ya que además estaban desperdiciando sus manzanas.

Encargó otra custodia, el dragón Ladón de 100 cabezas, que enroscaba su cola al tronco y jamás dormía.

Hercules fué obligado por Euristeo a robar las manzanas del jardín de las Hespérides en el trabajo número 11 de los 12 que le encomendó.

Esta obediencia a Euristeo se debe a que la diosa Hera castigó a Heracles y le obligó a hacer los 10 trabajos que le encomendara Euristeo (que acabaron por ser 12).

El trabajo finalmente lo hizo el titán Atlas, quien decia saber donde encontrar el jardín y robar las manzanas a cambio de que Heracles sostuviera los cielos durante el tiempo que durara el trabajo.

EL JARDÍN DE LAS HESPÉRIDES
Atlas consiguió matar a Ladón y robar las manzanas, pero no queria volver a cargar con el peso de los cielos sobre sus hombros.

Cuando volvió junto a Heracles fué engañado por este, diciendo que le aguantara los cielos un momento para que pudiera colocarse la capa sobre los hombros. Atlas accedió a la petición, y Heracles aprovechó para coger las manzanas y huir.

De las heridas de Ladón brotaban gotas de sangre, y cada una dió vida a un dragón. Estos arboles-dragón tienen un tronco muy grueso del cual surge de pronto un racimo de ramas retorcidas que recuerdan a las 100 cabezas de Ladón.

Tiempo después, la diosa Atenea, devolvió las manzanas al jardín de las Hespérides. 

La ubicación del Jardín de las Hespérides no está del todo claro. Algunos creen que estaba cerca del Monte Atlas. Otros lo sitúan en Arcadia, en Grecia. También dicen que son las mismísimas Islas Canarias y Madeira. El nombre de Atlántides nos recuerda a la mítica Atlántida…

Lugares similares al Jardín de las Hespérides aparecen en muchas culturas. La idea de un paraíso custodiado por bellas mujeres, dotadas de gran talento e inteligencia no es sólo cosa de los griegos. Es un mito universal.



miércoles, 17 de febrero de 2016

BOADICEA, o Boudica, LA MUJER MARAVILLA DEL SIGLO I

BOADICEA, o Boudica, LA MUJER MARAVILLA DEL SIGLO I

BOADICEA, o Boudica, LA MUJER MARAVILLA DEL SIGLO I

No sólo el Rey Arturo encabezó rebeliones contra invasores extranjeros en la isla de Britania. Casi cuatro siglos antes, los celtas isleños se unieron gracias a una mujer, Boadicea o Boudica, reina de la tribu Icena, habitantes del este de Inglaterra.
       Todas las etnias celtas debían pagar tributos al imperio, y los icenos no eran la excepción. Sin embargo, a la muerte del rey de la tribu, Boadicea se aseguró parte de la herencia para sus hijas, pero el procurador romano no lo aceptó. Hecho por el cual, los soldados romanos atacaron y arrasaron las tierras icenas, resultando la reina prisionera, desnudada y flagelada delante de su pueblo.
       Tras esto, Boadicea convocó a la guerra a todas las tribus celtas britanas, incluidas aquellas con quienes las relaciones no eran de lo mejor. Así, logró reunir a más de cien mil guerreros y guerreras, prestos para expulsar al invasor de sus tierras.
       Luego de tomar varias ciudades en poder romano, incendió y destruyó Londinium (actual Londres). Pero el gobernador Suetonius, militar experimentado, le presentó batalla - no se sabe ciertamente el enclave geográfico exacto - y con una formidable estrategia militar, diezmó a los ejércitos celtas.
       Muchos rebeldes lograron escapar, entre ellos Boadicea, que para evitar su captura y tortura, y ser enviada al circo romano, acabó quitándose la vida ingiriendo veneno. Según la tradición, el lugar de su sepultura permaneció en secreto, como símbolo de la resistencia al invasor.


BOADICEA, o Boudica, LA MUJER MARAVILLA DEL SIGLO I
Por ello tiene su estatua.

domingo, 14 de febrero de 2016

LOS ASDINGOS Pueblos vándalos que invadieron España

LOS ASDINGOS
Pueblos vándalos que invadieron España

LOS ASDINGOS Pueblos vándalos que invadieron España

Los asdingos fueron un pueblo germánico, más concretamente una ramificación de los Vándalos que se establecieron alrededor del siglo II en el área actual de Hungría, Rumanía, Eslovaquia y Polonia.

Los vándalos asdingos fueron desplazados por los los hunos de las llanuras de Hungría y tras intentar cruzar el Danubio, bien defendido por Estilicón a la sazón general de Flavio Honorio emperador de Occidente, se dirigieron hacia el Rin arrastrando a los vándalos silingos, esta vez si atravesaron el Rin, concretamente por Maguncia y asolaron la Galia, puesto que Estilicón tuvo que retirar su tropas para defender la península de Italia de la invasión de los visigodos de la mano de su rey Alarico I.

Todo el Occidente romano, a principios del siglo V d.C., sufría una profunda inestabilidad debida a los movimientos de los pueblos germánicos y orientales. El paso del Rin, la última noche del año 406, por parte de los alanos, originarios del Cáucaso, los suevos, procedentes de la Germania, y de los vándalos asdingos y silingos, también de origen germánico , supuso la penetración en la Gallia y el paso de los Pirineos en el año 409.


Fue solo después de esto y no antes sin arrasar Aquitania, cuando cruzaron los Pirineos en el 409 para asentarse en Galicia y norte de Portugal, tras llegar a un acuerdo con los representantes del emperador.

Tras un acuerdo, que cabe pensar fue de tipo imperial, estos pueblos se distribuyeron en las distintas zonas de la diocesis Hispaniarum, a excepción de la Tarraconensis. 
De este modo la Gallaecia, donde existía una población autóctona galaica muy enraizada y poco receptiva, fue compartida por los vándalos asdingos encabezados por su rey Gunderico y los suevos dirigidos por Hermerico. Al quedar arrinconados en una región aislada, éstos no plantearon grandes preocupaciones a la administración imperial. Las relaciones entre suevos e hispanos sufrieron altibajos en una mayor o menor convivencia regulada por una serie de pactos, aunque parece que en pocos casos se entremezclaron, hecho -como veremos más adelante- completamente opuesto a lo que ocurrió entre romanos y visigodos. Los suevos, a lo largo del siglo V y tras la marcha de los vándalos, llevaron a cabo una serie de intentos expansionistas, sobre todo al sur o sudeste de la Gallaecia. Sus reyes Requila, Hermerico y Requiario, lucharon no sólo contra la población galaica, sino también frente a las tropas imperiales repartidas por toda Hispania y especialmente en la Bética y la Lusitania, donde hubo graves enfrentamientos. Los suevos permanecieron en la Gallaecia hasta el año 584, cuando fueron vencidos y anexionados por las tropas visigodas del reino de Toledo. 
Las fricciones surgidas entre vándalos asdingos y suevos condujeron a los primeros a trasladarse a la Baetica. Durante los años 419 al 429, se enfrentaron a las tropas romanas, tanto en tierra como en mar, pues poseían una importante flota, hasta que Genserico, sucesor de su hermanastro Gunderico, decidió transportar a su pueblo, compuesto por cerca de 80.000 personas, al norte de Africa. El paso se llevó a cabo por el fretum gaditanum (Estrecho de Gibraltar). La consolidación del reino vándalo de Africa vino dada por la conquista de Cartago, tan sólo diez años después, el 19 de octubre del 439. 
En la Lusitania y las partes occidentales de la Carthaginensis se establecieron los alanos gobernados por Adax. Por último, la Baetica fue ocupada por los vándalos silingos a la cabeza de los cuales se encontraba Fredibaldo, que pocos años más tarde, en el año 419, fueron derrotados por las tropas visigodas conducidas por Walia, al igual que lo fueron los alanos. 

Gunderico, el rey de los asdingos, tras haber sido derrotado por los suevos y los romanos, se marcha con su ejército a la Bética, donde se convierte en rey de ambas ramas de los silingos y los alanos, mientras que su reino en la Gallecia se incorpora al Reino Suevo de Hermerico.

Hidacio de Chaves en su crónica no dice cual fue el destino de la población del reino asdingo, si consiguió huir a la bética o como era costumbre en la época, fue reducida a la esclavitud. Más tarde, el reino unido de los vándalos y alanos liderado por Gaiserico se trasladó al norte de África.