sábado, 27 de febrero de 2016

EL JARDÍN DE LAS HESPÉRIDES

EL JARDÍN DE LAS HESPÉRIDES


EL JARDÍN DE LAS HESPÉRIDES



El Jardín de las Hespérides era el huerto de Hera en occidente, donde crecían en un solo árbol o una arboleda de manzanas doradas que otorgaban la inmortalidad.

La diosa Hera tenía en propiedad, según la mitología griega, un hermoso jardín que contaba con un arbol que daba manzanas de oro que proporcionaban la inmortalidad, regalo de bodas de la diosa Gea a Hera.

Las Hespérides eran las hijas de Atlas y de Hesperis, también conocidas como las Atlántides. Sus nombres eran Egle, Eritehia, Hesperia y Aretusa. Su misión era la de custodiar las manzanas de oro de las que se decía provenían las brillantes y hermosas luces de la puesta del sol.

El origen de estos dorados frutos proviene de Gaia, la Madre Tierra, quien las creó para celebrar la unión en matrimonio entre Hera y Zeus, los dioses del Olimpo. Su cuidado fue encomendado a las Hespérides y así se encargaban de anunciar el final del día con sus dorados rayos y el inicio de la noche de bodas. De hecho, los griegos consideraban la manzana como un símbolo del amor.

EL JARDÍN DE LAS HESPÉRIDES
Estas diosas del ocaso eran criaturas juguetonas a quienes les encantaba cantar y tocar dulces y alegres melodías. Se decía que, al igual que las sirenas, atraían a los hombres con sus canciones y luego los enloquecían.

La famosa “manzana de la discordia” causante de la guerra de Troya, fue robada del Jardín de las Hespérides por Eris, diosa del conflicto, la lucha y, como no, la discordia.

EL JARDÍN DE LAS HESPÉRIDES
El jardín, pronto se convirtió en algo muy valioso para Hera, tan valioso que ya no confiaba en las 3 ninfas para que cuidaran de él ya que además estaban desperdiciando sus manzanas.

Encargó otra custodia, el dragón Ladón de 100 cabezas, que enroscaba su cola al tronco y jamás dormía.

Hercules fué obligado por Euristeo a robar las manzanas del jardín de las Hespérides en el trabajo número 11 de los 12 que le encomendó.

Esta obediencia a Euristeo se debe a que la diosa Hera castigó a Heracles y le obligó a hacer los 10 trabajos que le encomendara Euristeo (que acabaron por ser 12).

El trabajo finalmente lo hizo el titán Atlas, quien decia saber donde encontrar el jardín y robar las manzanas a cambio de que Heracles sostuviera los cielos durante el tiempo que durara el trabajo.

EL JARDÍN DE LAS HESPÉRIDES
Atlas consiguió matar a Ladón y robar las manzanas, pero no queria volver a cargar con el peso de los cielos sobre sus hombros.

Cuando volvió junto a Heracles fué engañado por este, diciendo que le aguantara los cielos un momento para que pudiera colocarse la capa sobre los hombros. Atlas accedió a la petición, y Heracles aprovechó para coger las manzanas y huir.

De las heridas de Ladón brotaban gotas de sangre, y cada una dió vida a un dragón. Estos arboles-dragón tienen un tronco muy grueso del cual surge de pronto un racimo de ramas retorcidas que recuerdan a las 100 cabezas de Ladón.

Tiempo después, la diosa Atenea, devolvió las manzanas al jardín de las Hespérides. 

La ubicación del Jardín de las Hespérides no está del todo claro. Algunos creen que estaba cerca del Monte Atlas. Otros lo sitúan en Arcadia, en Grecia. También dicen que son las mismísimas Islas Canarias y Madeira. El nombre de Atlántides nos recuerda a la mítica Atlántida…

Lugares similares al Jardín de las Hespérides aparecen en muchas culturas. La idea de un paraíso custodiado por bellas mujeres, dotadas de gran talento e inteligencia no es sólo cosa de los griegos. Es un mito universal.



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