martes, 15 de marzo de 2016

EL CUIDADO DE LA BELLEZA Y LA ESTÉTICA EN EL ANTIGUO EGIPTO

EL CUIDADO DE LA BELLEZA Y LA ESTÉTICA EN EL ANTIGUO EGIPTO

EL CUIDADO DE LA BELLEZA Y LA ESTÉTICA EN EL ANTIGUO EGIPTO


A lo largo de la historia, la cosmética ha ocupado en algunas ocasiones, un papel privilegiado, y es que los cuidados estéticos son una costumbre que viene de lejos. De hecho, en las generaciones clásicas las mujeres –y también muchos hombres- ya se cuidaban, ¡y mucho! Sólo hay que echar una mirada atrás para fijarse, por ejemplo en el antiguo Egipto.
       En la cultura de los faraones, la mujer tenía un concepto estético que abarcaba desde sus aderezos y sus prendas a productos cosméticos para cuidar y embellecer su piel. ¿Curioso, verdad? Precisamente en este aspecto se ha centrado el Museo Egipcio de Barcelona, dentro del marco de los cursos que imparte sobre esta cultura mediterránea -en la actualidad, se está celebrando el que recoge la 'Vida Cotidiana en el Antiguo Egipto'-. Desde el centro nos acercan a una cultura fascinante desde otro punto de vista.
      
EL CUIDADO DE LA BELLEZA Y LA ESTÉTICA EN EL ANTIGUO EGIPTO
Así, la amplia documentación que proporcionan los restos arqueológicos egipcios refleja la importancia que esta civilización concedió al cuidado del cuerpo y la estética. Y es que hay que partir de que los habitantes del país del Nilo potenciaban su imagen con extremo cuidado y de forma integral, cuidando su piel y su cabello, y lo hacían tanto hombres como mujeres.
       Así, la cosmética se volvía un aliado básico y era considerada, de hecho, como una parte más de la dermatología. Y es que hay que tener en cuenta que el intenso calor de esa zona del norte de África en la que se asentó la civilización egipcia obligaba a una higiene escrupulosa, que hacía necesario el uso de desodorantes y perfumes. ¿Sabía, por ejemplo, que, en su particular neceser, las egipcias contaban con productos destinados a múltiples fines? Por ejemplo, para mejorar la piel, para embellecer el cuerpo, para tensar el rostro, para combatir las manchas blancas de una quemadura, etc.
       Y, aunque tal vez no lo haya planteado nunca, el khol tiene su antededente en Egipto. De hecho, es una de las mayores aportaciones de la cultura egipcia a la cosmética. Así, utilizaban un polvo negro llamado mesdemet, que retenía el polvo fuera de los ojos y repelía los insectos. Sólo hay que pensar en alguna de las representaciones que nos han llegado del antiguo Egipto para fijarnos en la importancia que le daban al maquillaje de los ojos
     
EL CUIDADO DE LA BELLEZA Y LA ESTÉTICA EN EL ANTIGUO EGIPTO
De hecho, maquillarse en egipcio se traduce como “dar vida a los ojos”. ¿Y cómo resaltaban su belleza?, trazaban una línea negra con mesdemet -que ha variado a lo largo del tiempo según la moda: fina, gruesa, con forma de “cola de golondrina…-, y pintaban los párpados con una sombra de ojos. Y no olvidaban los labios, pues existen representaciones que constatan que la mujer egipcia también los maquillaba.
       Y, como no podía ser de otra manera, las egipcias también tenían sus propios secretos para estar radiantes. Pero, ¿cuáles eran los trucos de belleza que contribuyeron a crear su admirada estética? Aparte de desmaquillarse con leche y utilizar hidratantes a base de leche y miel, las damas del Nilo complementaban el placer de la ducha con masajes de esencias aromáticas.
       Además, en su particular tocador, también había sitio incluso para cosmética solar: las raíces del Amni majus eran masticadas para proteger la piel del sol. Pero no sólo eso: si, por ejemplo, quería evitar la aparición de estrías durante el embarazo, utilizaba un aceite a base de una sustancia conocida como moringa aptera.
       Por último, no hay que olvidar la importancia que le daban al perfume. De hecho, la verdadera cuna del perfume fue Egipto. Al menos existe una coincidencia en situar los orígenes del mismo en la civilización de los faraones. Y como muestra, una leyenda, que afirma que la eterna seductora Cleopatra utilizaba perfumes para ganarse el corazón de los hombres.
       Egipto se convirtió en uno de los más grandes vendedores de perfumes de la Edad Antigua. Y no es sólo una leyenda, pues en algún bajorrelieve se han encontrado detalles de lo que pudo ser una destilería y en un manuscrito de la época se describe cómo Ramsés III ofreció 52 ánforas de perfume a la diosa Osiris. Las industrias cosméticas y los perfumistas más destacados eran egipcios.
       El empleo de ungüentos y de fragancias era imprescindible, por ejemplo, en el desarrollo de la liturgia. Antes de la dinastía de los faraones, todas las civilizaciones antiguas utilizaron el perfume obtenido por medio del humo del incienso, la mirra o de otras resinas o maderas para ofrecer a sus dioses, pero ningún pueblo, hasta aquel entonces, había utilizado tantos perfumes en sus fiestas sociales.
       Desde su nacimiento hasta su muerte, los egipcios eran acompañados por perfumes. Muchos de ellos estaban enterrados con jarras de perfumes, para que el aroma que desprendía acompañara el alma en su ascenso. La mirra, la menta, el incienso y el azafrán eran algunas de las sustancias empleadas por los egipcios para la elaboración de sus perfumes. ¿No le parece fascinante?

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