BOADICEA, o Boudica,
LA MUJER MARAVILLA DEL SIGLO I
No
sólo el Rey Arturo encabezó rebeliones contra invasores extranjeros en la isla
de Britania. Casi cuatro siglos antes, los celtas isleños se unieron gracias a
una mujer, Boadicea o Boudica, reina de la tribu Icena, habitantes del este de
Inglaterra.
Todas las etnias celtas debían pagar tributos al imperio, y los icenos no eran
la excepción. Sin embargo, a la muerte del rey de la tribu, Boadicea se aseguró
parte de la herencia para sus hijas, pero el procurador romano no lo aceptó.
Hecho por el cual, los soldados romanos atacaron y arrasaron las tierras
icenas, resultando la reina prisionera, desnudada y flagelada delante de su
pueblo.
Tras esto, Boadicea convocó a la guerra a todas las tribus celtas britanas,
incluidas aquellas con quienes las relaciones no eran de lo mejor. Así, logró
reunir a más de cien mil guerreros y guerreras, prestos para expulsar al
invasor de sus tierras.
Luego de tomar varias ciudades en poder romano, incendió y destruyó Londinium
(actual Londres). Pero el gobernador Suetonius, militar experimentado, le
presentó batalla - no se sabe ciertamente el enclave geográfico exacto - y con
una formidable estrategia militar, diezmó a los ejércitos celtas.
Muchos rebeldes lograron escapar, entre ellos Boadicea, que para evitar su
captura y tortura, y ser enviada al circo romano, acabó quitándose la vida
ingiriendo veneno. Según la tradición, el lugar de su sepultura permaneció en
secreto, como símbolo de la resistencia al invasor.
Por
ello tiene su estatua.
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