martes, 7 de abril de 2015

Carta a una compatriota: María Elena Walsh

Carta a una compatriota

 María Elena Walsh


María Elena Walsh (Ramos Mejía, Buenos Aires, 1 de febrero de 1930 – Buenos Aires, 10 de enero de 2011)3 fue una poetisa, escritora, música, cantautora, dramaturga y compositora argentina, que ha sido considerada como «mito viviente, prócer cultural (y) blasón de casi todas las infancias»

Interesante artículo publicado Revista Extra el día 7 de marzo de 1973, dias antes de las elecciones de ese año.


"QUERRÍA empezar esta carta llamándote hermana, sea cual fuere tu edad y tu condición social. En realidad el parentesco es novedoso, un descubrimiento reciente del Movimiento de Liberación Femenina. Hasta ahora, sólo fueron hermanas las monjas, y al parecer no por ser hijas del mismo padre sino por ser esposas del mismo esposo ¿no? Porque hijos de Tata Dios somos todos. En la Gran Familia Argentina los varones fraternizan, se abrazan ruidosamente, se llaman ¡Hermano! con tanguero fervor, y en el paroxismo de la pasión fraterna llegan a desnudar a los futbolistas en plena cancha. Pero las mujeres nunca hemos sido hermanas sino entes aislados, parias sociales, menores de edad instigadas a traicionarse.
A pesar de todo, nos ha hermanado nuestra común condición de sombras, nuestro condicionamiento como satélites sujetas a implacables reglamentos. En materia de política venimos compartiendo demasiados sobresaltos y bastantes angustias. Es verdad que también las pasan nuestros varones, pero también es verdad que son ellos quienes las fabrican.
Querría decirte hermana, en fin, porque supongo que estás tan harta como yo de paternalismos y no es cuestión de que, aprovechando la invitación de la revista EXTRA a dialogar con vos, me trepe a un púlpito "maternalista" para endilgarte reprimendas y sugerencias, por no decir amenazas, como las que recibimos a diario desde todos los frentes.
Querría compartir con vos algunas incertidumbres, algunas indignaciones y algo que ha pasado a ser desesperación. O, para decirlo con una frase que muchachos graciosos podrían atribuirnos: —"Querida ¿qué disfraz nos cosemos para estos carnavales preelectorales?" Porque las mujeres siempre estamos obligadas a disfrazarnos de algo para poder sobrevivir,
Si sos militante de algún partido nada tengo que decirte, sino que te deseo buena salud y que aprendas karate. Y que trates de no equivocarte, porque el error de un hombre —aunque sea un error a mano armada— no es más que un simple error "¡es humano!" Pero el error de una mujer es una afrenta pública y sirve a la generalización: "las mujeres no están capacitadas... etc.".
Pero es posible que no milites ni creas, ya demasiado en plataformas, candidatos ni alocuciones. Seas quien fueres, estás sosteniendo un sistema que se cae de podrido, en tu doble calidad de víctima y de cómplice.
Sobre tus hombros el sistema descansa tranquilo, y por eso te recomienda tranquilidad, "femineidad", que no te amachones abandonando los ruleros y usando la cabecita loca para pensar. Porque gracias a tu acrobática economía sobrevivimos, porque permites a los hombres, con tu mano de obra gratuita y/o peor remunerada, a soportar una situación que sin tu sacrificio seria intolerable y los obligaría a combatirla con mayor puntería y celeridad.
Seas quien fueres, brillas por tu ausencia en este período preelectoral. No estás en función de candidata, ni de dirigente gremial, ni siquiera como opinante, salvo rarísimas excepciones. Y lo que es más grave, cuando sos excepción y algún partido te permite integrarte para algo más que pegar estampillas y hacer café, tenes miedo —con razón— de representar a tus congéneres y pareces un simple testaferro de los intereses machistas y jugás a tu propia traición.
Naturalmente, algunos muchachos nos critican la indiferencia y la abstención, y las aprovechan para consolidar sus ancestrales argumentos: "La mujer no está preparado para actuar en política, su Destino es el hogar, etc." Los mismos muchachos no suelen preguntarse por qué ningún presidiario triunfa en los Juegos Olímpicos, o por qué el gremio de chapistas no ha dado ningún escritor de la talla de Mujica Láinez. O, para ejemplificarlo mejor con una frase atribuida a Bernard Shaw: "Los norteamericanos blancos condenaron a los negros nada más que a lustrar zapatos; luego se pasaron la vida diciendo que los negros no servían más que para lustrabotas".
Y esto me hace meditar en otra frase célebre: "Hay que educar al soberano". Con la fragilidad mental propia de mi sexo no recuerdo si la dijo Sarmiento o Tu Sam. (Consulto el Manual de Zonceras de don Jauretche: sí, fue Sarmiento en uno de sus días nublados). ¿Hay que educar al pueblo o devolverle la cultura que miserablemente le robaron quienes la usan para mantenerlo en la oscuridad y la indigencia? ¿Hay que educar, preparar a las mujeres o dejarlas ser dueñas de sus vidas, restituyéndoles las energías que les saquean, embruteciéndolas? ¿Deben prepararse o lo han estado siempre sin que las dejaran ejercer? "¡Las mujeres no están preparadas!" "¡La intuición, virtud esencialmente femenina!" ¿Y nadie dijo que hay que capar a los cretinos, para que no se sigan reproduciendo y produciendo conceptos como éstos?
La cultura capitalista, su psicología dirigida, sus medios de difusión, sus revistas femeninas (con las que habría que hacer una pira en Plaza Mayo y quemarles el traste a sus editores), todo el aire que respiramos está contaminado de la misma falacia: la Natural incapacidad y subordinación de la mujer. Y fueron mujeres y niños los primeros seres humanos a los que explotó a muerte la Era Industrial, arrancándolos por la fuerza del Sacrosanto Hogar. Y es nuestro mundo Occidental y Cristiano el que no permite a la mujer trabajadora disfrutar sin angustias de la maternidad, el que apaña burdeles y dos morales, una para damas y otra para caballeros, el que se escandaliza de actos terroristas pero hace la vista gorda ante todos los atropellos cometidos contra el cuerpo de la mujer.
"Las mujeres no se dan cuenta de cuánto las odian los hombres", dijo una feminista. Tiene algunas ideas bastante ambiguas, pero se le escapó esta frase donde llama a las cosas por su nombre. Marginación, postergación, misoginia, no son sino eufemismos que suavizan una realidad llamada odio. Punto.
CON una estrategia típica de todo agresor con cola de paja, suelen defenderse por la acusación: —"¡Pero ustedes las feministas odian a los hombres, les declaran la guerra a los hombres!" Las feministas no tenemos odio, tenemos bronca. El odio —con los fierros, sean armas o moneda— es cosa de hombres. Estamos hartas de odio, aunque venga empaquetado en sublimaciones y piropos. No hemos declarado la guerra, sino que señalamos que existe y tiene los años de nuestra civilización. Nos defendimos como pudimos , a veces con malas artes, por lo tanto es mejor que ahora parezca una guerra abierta, limpia, esta que declaramos contra todas las formas de la arrogancia machista. La guerrilla de la artimaña, el repliegue y la comodidad no hace sino reproducir series de esposas "achanchadas" y madres castradoras.
El Movimiento de Liberación Femenina es una ideología revolucionaria, no exprimida de libracos apolillados sino del cotidiano martirio de la mitad de la humanidad. Nace en las ferias y junto a las bateas, a la vera de las camillas de ginecólogos carniceros y a contrapelo de los viejitos célibes de! Vaticano que vienen diagramando la conducta sexual según conviene a los intereses de los capitales y a las fluctuaciones del mercado bélico.
No es un entretenimiento destinado a distraer de la liberación de los pueblos, sino que esa liberación es mentira mientras la determinen exclusivamente los varones. Así como ya no es posible pensar en términos previos a Marx o Freud (por no decir a Galileo y a Colón), tampoco es posible seguir pensando sin erradicar de cuajo los prejuicio sexistas, base y modelo de toda opresión.
CAUSAN gracia, por no decir otra cosa, las declaraciones apresuradas de algunos de Ios candidatos: "La mujer, durante nuestro gobierno, gozará de iguales derechos ... etc.". Esta manera burda de captar los votos de quienes fueron olvidadas durante la confección de plataformas y de listas, causa una melancólica ternura otoñal. Promesas... ¡a mamá!
Si los dirigentes se propusieran solucionar los problemas de la mujer tendrían que empezar por conocerlos. Y, que yo sepa, las mujeres no hemos sido convocadas para traerlos a luz, valga la femenina expresión. Y mucho menos las brujas sospechosas de feministas, que son todas feas y viejas (en cambio nuestros dirigentes son todos jóvenes y hermosos ... Rucci tiene un no sé qué de Paul Newman ¿viste?).
Darán las soluciones que ELLOS consideren oportunas, y siempre que no molesten a la Curia, las Fuerzas Armadas, las Compañías Petroleras, el Rotary Club, la masa societaria de Boca Juniors y el Centro de Damas-con-las-cabecitas-reducidas-por-los-Jíbaros. Eso si, alguna señora será nombrada subsecretaria de la Intendencia de Saladillo, y con eso quedará demostrado que la Mujer Sabe y Puede y Que La Dejen.
Así como ahora nos dejan usar pantalones para compensar la falta de autoridad real, es posible que nuestros próximos gobernantes nos concedan algunos beneficios. Y bienvenida sea toda reforma, si remedia urgentes dramas que no pueden esperar. Pero ya sabemos que la política del Gatopardo no sirve a la larga sino para reforzar él statu quo: es bueno conceder una que otra mejora accesoria para seguir escamoteando lo esencial: la definitiva liquidación de las barreras de clase y de sexo.
EL Movimiento de Liberación Femenina no se conforma con paliativos, aunque no tenga más remedio que aprobarlos en primera instancia. Tampoco busca a ciegas la igualdad con el hombre (¿igualdad en fuerza bruta, en tácticas de opresión, en fracasos?). Lucha para conquistar una absoluta autodeterminación, para acabar con el reparto de privilegios, funciones y sanciones según el sexo, para construir a la larga una nueva civilización, humana y cooperativa.
Las mujeres, como los negros, los colonizados, la clase trabajadora, a medida que tomamos conciencia, menos queremos dádivas; queremos lo que nos pertenece por-derecho y nos arrebatan día a día, es decir, TODO. Las mujeres, que fuimos custodias de la vida —para que fuera rifada en guerras— queremos más que nunca defenderla de los fabricantes de muerte. Pero según, cómo y cuándo lo determinemos nosotras.
UNA de las más perfectas y sutiles perfidias de nuestra sociedad es el condicionamiento y la esterilización mental de las mujeres y los niños. Pero luchar contra ella es la lucha de todas las mujeres. Como cumplo con el pacto de no aconsejarte, y menos en estos momentos de apresurado proselitismo, no te pido que te conviertas en improvisada militante. Pero tengo la obligación de decirte que procures saber de qué se trata, desconfiando de las admirables cátedras de ignorancia que pueden darte los medios de difusión.
Releo esta carta escrita al correr de la máquina y supongo que puede resultarte agresiva. Lo siento. No pude hacerla peor. Por más que aguce el estilo me es imposible reflejar la agresividad de una villa de emergencia, de un aborto clandestino, de los precios de la farmacia. Estos ingredientes configuran un naufragio en el que las mujeres y los chicos entran primeros. Así como en los éxitos nacionales nos colamos por la retaguardia. Gracias, caballeros.
Creo que en este juego de los votos, como en tantos otros, las mujeres no somos nadie. Creo que nuestro partido se jugará, a la larga, en otro frente. Lo que no significa que no te celebre si vas a votar con fe. Yo también la tengo, pero en vos."

BELGRANO: HUMILDAD Y PATRIOTISMO

BELGRANO: HUMILDAD Y PATRIOTISMO


En noviembre de 1811, el Primer Triunvirato, que esta compuesto por Juan José Passo, Feliciano Antonio Chiclana y Manuel de Sarratea,  nombró al coronel Manuel Belgrano comandante del glorioso Regimiento Nro. 1 de Patricios.

Dos días después de recibir la notificación oficial, Belgrano, envió la siguiente carta al Triunvirato:
“Excelenetísimo Señor: Me presento ante V.E.  manifestándole haber cumplido la orden que tuvo a bien comunicarme con fecha 13 para que me recibiera del regimiento número 1 haciéndome más honor del que merezco y fiando a mi cargo un servicio a que tal vez mis conocimientos no alcanzarán: procuraré con todos mis esfuerzos no desmentir el concepto que he debido a V.E. y hacerme digno de llamarme hijo de la Patria. En obsequio de ésta ofrezco a V.E. la mitad del sueldo que me corresponde; siéndome sensible no poder hacer demostración mayor, pues mis facultades son ningunas y mi subsistencia pende de aquél; pero en todo evento [considero] también reducirme a la ración del soldado, si es necesario, para salvar la justa causa con que tanto honor sostiene V.E. 
Dios guarde a V.E. muchos años. Buenos Aires, noviembre 15 de 1811.”

La respuesta del Triunvirato fue la siguiente: 

“El contribuir todo ciudadano con su fuerza moral y física a los sagrados objetos de la justa causa, es su deber primero; pero desprenderse de lo que la patria le franquea para su indispensable subsistencia es retribuir a la patria misma cuanto ha recibido de ella.
Este hecho colma a este Gobierno de las mayores satisfacciones, y así para las de V.S.  como para que su ejemplo se trasmita en sus hijos e inspire sentimientos tan dignos de la general estimación y del grande objeto que los promueve, se ha mandado publicar en la Gaceta el oficio de V.S. de 15 del presente. Dios guarde a V.S. muchos años, etc. Noviembre 18 de 1811. Feliciano Antonio Chiclana. Manuel de Sarratea. Juan José Passo. Bernardina Rivadavia. Secretario.”


Fue tres meses antes de la sublime creación de nuestra enseña patria.

sábado, 4 de abril de 2015

Cuatro fiscales para auscultar la moralidad de los funcionarios

Cuatro fiscales para auscultar la moralidad de los funcionarios


Este artículo fue publicado por la Revista Primera Plana el día 15 de enero de 1963

"No. Decididamente, intentar acabar con la corrupción en este país es tan utópico como intentar acabar con la delincuencia", dice Conrado Sadi Massué, uruguayo, 67 años, mientras sorbe con fruición una taza de café y observa minuciosamente el cieloraso.
Sin embargo, Sadi Massué —hijo de un arquitecto francés que al bautizarlo quiso rendir homenaje al asesinado presidente Sadi Carnot—, presidente de la Fiscalía Nacional de Investigaciones Administrativas, tiene la firme determinación de cumplir los fines para que fue creado el organismo. Más aún: habla de su afán de llegar a los últimos extremos en la represión del delito público, como de una obsesión.
"Estamos dispuestos a investigar a cualquier ministro sobre quien recaigan sospechas, inclusive al propio presidente de la República". Claro que reconoce la delicada situación que se crearía en este último caso: "Habría que formular juicio político, pero como el Parlamento no funciona, la anomalía institucional podría prolongarse indefinidamente, hasta que se reabra el Congreso".

Una nueva institución

Precisamente, en el tercer piso del Congreso, en dependencias que pertenecieron a la Cámara de Diputados, trabaja la Fiscalía, una institución totalmente nueva en el país y para la que no sirven anteriores casos de comisiones investigadoras.
La FNIA depende del Poder Judicial; fue creada por el decreto-ley 11.265/62 y su competencia, delimitada por el decreto-ley 14.096/62. La disolución, en setiembre de 1962, de la Comisión Nacional Investigadora, motivó que todas sus actuaciones pasaran a la Secretaría de Informaciones del Estado, creyéndose que este servicio podría continuar la tarea.
Fuentes militares señalan que el ingeniero Álvaro Alsogaray fue el más decidido partidario de que la SIDE continuara las investigaciones. Pero el general Enrique Rauch amenazó con renunciar si se concretaba la iniciativa. Según él, la SIDE carecía de la organización adecuada, aunque sobre todo consideró que labores de ese tipo la desprestigiarían, con el peligro de que fuera políticamente instrumentada.

La solución para el conflicto llegó con la creación de la Fiscalía. He aquí su estructura:
•Investigar la conducta administrativa de los funcionarios, desentrañando todo posible delito o falta. Su actuación tiene valor de prevención sumarial para la Justicia, y constituye la primera etapa de un proceso criminal.
•Facultad de perseguir ante los estrados judiciales la acción pública; la causa queda luego a cargo de los fiscales ordinarios, con quienes el organismo mantendrá permanentes contactos.
•Además de investigar, la FNIA calificará la conducta de los funcionarios: imprudencia, negligencia, impericia.
•Las facultades de juez de instrucción —con autorización ejecutiva para secuestros, allanamientos y detenciones— convierten a la Fiscalía, mejor dicho, a su titular, en algo similar al 'attorney general' de Estados Unidos, o sea en el fiscal general de la República.
•La facultad de detención sólo se hará efectiva, según promesa de Sadi Massué, cuando medie delito o presunción de delito. El encausado pasará de inmediato a la justicia ordinaria.
La pesada tarea de la FNIA recae, por la vía administrativa, en 38 perdonas (secretarios de fiscales, jefes de despacho, oficiales mayores, auxiliares y escribientes), de extracción judicial y larga actuación. Sadi Massué entrevistó a innumerables candidatos para buscar a los más eficientes y de mayor vocación, ya que se trabaja fuera de los horarios normales.
El lema del organismo parece ser este: Sacrificio. Los 38 funcionarios, no reciben sobresueldo por su actividad pero fueron ascendidos al rango superior al ingresar en la Fiscalía.
Las actuaciones de la ex Comisión Investigadora, más de 300 en todo el país, están ahora bajo minucioso estudio; la FNIA, además, ha recibido nuevas denuncias de negociados y peculados que se estarían cometiendo —así lo dicen las denuncias— en cantidad alarmante.
Cuatro hombres del Poder Judicial admiten haberse sentido "tremendamente amargados" al saber la disolución de la Comisión Investigadora. Uno, es Sadi Massué; los otros, sus fiscales adjuntos: Juan Carlos Palacios, Antonio Luis Beruti y Eduardo Alfredo Bunge; los cuatro dedican a menudo los siete días de la semana, durante buena parte de las 24 horas, a combatir el escepticismo argentino sobre las irregularidades públicas.
Palacios, 43 años, casado, estima que la obra de la FNIA "necesita tiempo para juzgarse". Beruti, 41, casado, tataranieto del patricio Luis Beruti, opina que "la corrupción hace fracasar las mejores intenciones de cualquier gobierno". Bunge, 39, casado, 4 hijos, expresa que "por más vigilancia que se ejerza, la delincuencia no terminará" y reclama "una colaboración leal y fidedigna de la prensa y el público".
La comunidad de pensamiento entre los cuatro funcionarios es la primera arma para encarar su moralizadora misión. La SIDE acaba de elaborar un proyecto de decreto-ley sobre delitos económicos, que servirá de instrumento legal adecuado para la labor de la Fiscalía.
Los círculos interesados y la ciudadanía esperan, con lógico interés, la acción de la Fiscalía. Pero se espera, al mismo tiempo, algo quizá más importante: que otro decreto de disolución no destruya al flamante organismo. "Sería como disolver la Corte Suprema", dice, levemente alarmado, el presidente Sadi Massué.


Fuente: http://www.magicasruinas.com.ar/revistero/locales/investigaciones.htm

EL CAFÉ DE LA REVOLUCION: EL CAFÉ DE MARCOS

EL CAFÉ DE LA REVOLUCION: 


EL CAFÉ DE MARCOS



En Buenos Aires los cafés remontan su existencia a la época colonial y constituyó una síntesis perfecta del café europeo y la pulpería criolla, si bien su tradición viene de España.
El Café más importante, por la actividad política que se desarrolló en él, es el “Café de Marco”. Estaba ubicado en Bolívar y Alsina, próximo al colegio San Carlos.
El  5 de enero de 1801 don Pedro José Marco, inauguró su café.
Nace con los albores de la Patria. Fue vigía durante las Invasiones Inglesas y centro de conspiración del motín de Álzaga, lo que motivó que fuera clausurado por Liniers; centro de reunión de la Sociedad Patriótica y conocedor de la vehemente oratoria revolucionaria de Monteagudo. Hacia 1816 pierde su importancia.
En una ubicación de privilegio, a un paso del Cabilldo, el Fuerte, la plaza de la Victoria y justo a comienzos del siglo XIX, en el que se forjaron las independencias americanas, el café de Marco fue lugar obligado de cita para varias generaciones de políticos. Por sus mesas pasaron variadísimos personajes de nuestra historia como Juan Jose Castelli, Bernardo de Monteagudo, Manuel José de Lavardén, French, Beruti, Agustin Donado como así también casi todos los hombres de la burguesía porteña.

Según el deán Funes, parece que existía una enemistad bastante virulenta entre los parroquianos del café de los catalanes, que ocupaba la esquina nordeste de las calles San Martín y Perón y los del café de Marco. Dice Funes, que era partidario de Cornelio Saavedra, que el café de los Catalanes servía como tribuna política y competía con el de Marco, donde concurrían los partidarios de Mariano Moreno, "muchachones perdidos y sin obligaciones".

El óleo es de Carlos Szwarcer

viernes, 3 de abril de 2015

REDUCCIÓN JESUITA NUESTRA SEÑORA DEL PILAR

REDUCCIÓN JESUITA 

NUESTRA SEÑORA DEL PILAR



La mayoría de Ustedes fue alguna vez a Mar del Plata. Algunos fueron a Laguna de los Padres. Pero pocos conocen la Reducción Jesuita Nuestra Señora del Pilar. Tampoco es conocido que allí nació la historia de Mar del Plata.

La misión de fundar la reducción del Pilar en las inmediaciones del Vuulcán fue encomendada al Padre José Cardiel quien se trasladó al lugar en compañía del Padre Tomás Falkner. La Reducción del Pilar se levantó a orillas de la Laguna "Las Cabrillas" denominada en la actualidad "Laguna de los Padres".

Esta misión, no fue un designio aislado, sino, parte de un proyecto de mucho más envergadura, que consistía en fundar una misión cada cuarenta leguas españolas.
El lugar dista 70 leguas de Buenos Aires y allí encontraron a fines de agosto de 1746 como 300 indios que "mostraron gusto de que los formáramos pueblo, aunque algunos se mostraban adversos a la cristiandad". Como afirma el Padre Cardiel en su carta relación. Cardiel era español, fervoroso. Falkner, inglés y flemático, pero ambos nacidos para lo heroico y difícil. El nombre de la Reducción le fue impuesto por traer el Padre Cardiel una estampa de Nuestra Señora del Pilar.

En su diario el padre Cardiel decía: "Todos estos indios pampas, serranos del Vuulcán, serranos de las cabezadas del Sauce y Aucaes, vienen continuamente a Buenos Aires, no obstante la larga distancia de 300 leguas en que están algunos con la comunicación.  Saben mucho la lengua española y con ella han aprendido todas las malas costumbres de la gente de servicio, negros, mestizos, mulatos, con quienes más tratan, dejando de aprender las buenas, que ven en los hombres de bien, por lo cual se hacen inconvertibles"… "...hallé en ellas como 300 indios de los que en Buenos Aires llaman serranos. Declaré el fin de mi venida.  Lleváronla a bien y vinieron todos al paraje que yo señalé".  "...Comencé a averiguar todo lo que había tierra adentro y después de preguntados muchos y en diversas ocasiones y cotejándolo en que concordaban, pude sacar lo siguiente: 1) que los que allí llaman Serranos, tenían sus tierras casi 200 leguas en estas sierras de los principios del Río del Sauce, cerca de la Cordillera de Chile en donde habitan con los más su principal cacique, que los españoles llaman el cacique Bravo.  2) que los que moraban en estas tierras y algunos otros pocos más allí en los de Casahuati (Ventana) eran parte de esta Nación. 3) que todos estos serranos juntos no pasan de 200 de tomar armas.  4) que los demás de Chile con los Aucaes, llamados Pehuenches y Puelches, que viven en la misma cordillera y en sus cercanías, empezando desde el cacique Bravo y buena parte de ellos son sus aliados y son mucho más en número que los serranos”. Se percibe además, el temor bélico del jesuita y el padre Falkner, también menciona algunas características: "...esta región, en ciertas estaciones del año, hormiguea con innumerables manadas de caballadas alzadas, razón por la cual los tehuelhets, chechehets y a veces todas las tribus de los puelches y moluches, se reúnen allí para hacerse de provisiones.  Se extienden con sus tolditos portátiles por todos aquellos cerrillos ya citados, hacen sus correrías diarias hasta llenar sus necesidades, volviéndose enseguida a sus respectivas tierras".
De la zona el padre Cardiel decía: "En su mayor altura hace la playa un cabo puntiagudo con un banco de arena que se interna en el mar como 100 pasos y como 500 más adentro revientan las olas, debe haver hallí algunas peñas (5). "....Comencé pues el camino por la playa: desde donde entra el arroyo San Ignacio, comienza una ensenada con playa limpia por 3/4 de legua cortos (actual puerto de Mar del Plata); luego se siguen unos grandes peñascos por espacio de 300 pasos, llenos de manada de lobo, metidos hasta el mar que no dan paso por la playa (actual Playa Grande); luego entre los peñascos una ensenada de solo 150 pasos con vajada, aunque mui pendiente entre los peñascos, pero se puede bajar a caballo (actual Playa Chica). Luego se siguen otros mui grandes peñascos que por espacio de 400 pasos no dan paso por la playa y en éstos hay más abundancia de Lobos en manadas de centenares (actual Cabo Corrientes), pasados los peñascos hay la tercera ensenada como de 500 pasos de ancha (actual Playa Varesse) y de la punta de ésta empieza otra que hace un perfecto semicírculo o media luna, y tiene de punta a punta cosa de una milla; ésta es la mejor (actual Playa Popular), ....se sigue luego un pequeño cerro (actual Loma de Santa Cecilia).  Todas estas ensenadas se comprehenden en cosa de legua y media caminando por la costa y están a NS, casi perfectamente; la tierra está aquí mui alta.  Desde dicho cerrillo comienza una orilla o barranca de tierra dura, alta como 16 varas y derecha como una muralla que prosigue por 4 o más leguas sin bajada a la playa (actual acantilados de La Perla).  Por ellas entran al mar a una legua del cerrito, un arroyo con salto llamado "San Pedro" (actual arroyo Camet o La Tapera).

El día 13 de noviembre de 1746, dos misioneros de la Compañía de Jesús, los Padres José Cardiel y Thomas Falkner, clavan la Cruz y entablan la doctrina cristiana a la vera de una laguna grande, fundando de esa manera, la misión de Puelches de Nuestra Señora del Pilar del Vuulcan.
Entre las actividades laborales figuraba el cultivo del trigo, siendo esta población la pionera en esta materia en el sudeste de la provincia.
El cacique Felipe Yahati que se había retirado de la Reducción de la Concepción, a orillas del Río Salado, fue hecho prisionero en el pago de Luján y sentenciado a muerte por reiterados robos. Los Padres Jesuitas de Buenos Aires lograron su libertad y se incorporó a la Reducción del Pilar, que con ese contingente, los Tehuelches y otras tribus, reunió a unas mil doscientas almas.
Se gestionó entonces ante el gobierno de la provincia la categoría de Pueblo, lo que implicaba contar con Cabildo, organización administrativa y policial, semejante a la que en tiempo de la colonia regía para las comunas. El 1° de enero de 1751 quedó constituido el Cabildo del Pueblo. El acta del primer comicio realizado en esta zona se encuentra en la Biblioteca Nacional, siendo un documento de gran valor histórico y muy poco conocido. Este primer pueblo , regido por su correspondiente cabildo en este caso con autoridades elegidas entre la población indígena.

Para fines de ese mismo año, los conflictos originados en la ciudad contra los jesuitas que se oponían al vil comercio, fundamentalmente de aguardiente con que los pulperos trashumantes, esquilmaban a los indios en negocios espurios y los graves enfrentamientos entre el gobernador Andonaegui  y el cacique general Nicolas Cangapol, hizo suponer a los jesuitas que se produciría una sublevación generalizada en estas llanuras orientales, por lo que el padre jesuita Matías Stroebel, párroco a la sazón de la villa, decide emprender el éxodo.

Casi doscientos años transcurrieron y en el año 1949, el Gobierno Nacional, por ley, expropia a la estancia Laguna de los Padres, el espejo de agua y casi cuatrocientas hectáreas de costa, donándoselas a la Municipalidad de Gral. Pueyrredon como Lugar y Patrimonio Histórico, habida cuenta que esta antiquísima misión, es considerada como el primer antecedente poblacional de Mar del Plata y como el primer foco de evangelización de la región.

De esta manera quedó expedito el camino para que las comisiones de estudio, comiencen a buscar el lugar donde había estado enclavada la misión. Una vez determinado el lugar aproximado del emplazamiento jesuítico, surge la decisión política de reconstruir lo que fue en el siglo XVIII. La reconstrucción fue realizada por la Municipalidad de Gral. Pueyrredón, con la dirección y asesoramiento del Padre Guillermo Furlong Cardiff, historiador acreditado por la Compañía de Jesús, con los materiales y métodos y la disposición edilicia que en su momento ostentaba en su mínima expresión.


En la actualidad la capilla de la reducción del pilar funciona como lugar de culto, en donde se celebra todos los domingos la misa a las 16:30 (de diciembre a febrero a las 18hs), también se puede solicitar para celebrar bautismos y casamientos.
Las fotos actuales son propias y las antiguas de  http://fotosviejasdemardelplata.blogspot.com.ar/2014/07/reduccion-nuestra-sra-del-pilar-de.html

martes, 31 de marzo de 2015

LA FUNDACIÓN DE UN PERIÓDICO: JUAN HIPÓLITO VIEYTES

LA FUNDACIÓN DE UN PERIÓDICO
JUAN HIPÓLITO VIEYTES



Petición para la fundación de un Semanario de Agricultura, Industria y Comercio que Don Juan Vieytes intenta fundar en Buenos Aires.

Señores de la Junta de Gobierno
Conozco la obligación con que nací de ser útil a mi Patria y creo que de ningún modo cumpliré mejor con un deber tan sagrado como haciendo todo lo que esté de mi parte para desempeñar el objeto que se propone el Semanario de Agricultura, Industria y Comercio cuyo Prospecto tengo el honor de presentar a VSS. alentado de la confianza de que será admitido bajo su poderoso amparo y protección.
Confieso que la ambición de concurrir en algún modo con el generoso esfuerzo con que este Vuestro Tribunal ha propendido desde su erección a promover la felicidad de estas Provincias ha sido acaso el mas poderoso estimulo que me ha hecho atropellar por aquel montón de dificultades que de ordinario se presentan a los establecimientos de esta clase, y que al creerme asegurado de la alta protección que VS dispensa a los que de este modo se ocupan con provecho; no he temido el estampar mi nombre a la frente de un papel que sólo tiene por objeto el hacer florecer y prosperar a nuestra lánguida Agricultura y ver ocupados útilmente los brazos que hoy se hallan concentrados en la más reprensible ociosidad. Si SS VSS conocen mejor que nadie por una tan triste como lamentable experiencia cuanta necesidad tiene el Labrador de que se le enseñe prácticamente el camino que debe seguir en sus ejercicios rurales, y que por falta de este auxilio se mantiene como aislado dentro de los escasos conocimientos que le enseñaron sus Padres.
En un tiempo en que casi todos los Pueblos del Mundo conocido han vuelto su mira al adelantamiento y fomento de la mejor y la más noble de las artes sería incontestable el cargo que aún por las Naciones menos cultas se hiciese a la porción más pingüe y más feraz de nuestra América de no haber adelantado un solo paso en los precisos conocimientos de su Agricultura y de su Industria.
Yo conozco que mis conocimientos y mis fuerzas son del todo insuficientes para llenar el grande objeto que mi Patriotismo se ha propuesto; pero tampoco dejo de conocer del mismo modo cuanto puede una firme y constante aplicación sacrificada oportunamente en obsequio de la común prosperidad, una vez que al intento le anime todo el aliento que VSS incesantemente exhalan en promover por todos modos la felicidad de estas Provincias.
Cuando en los fastos de nuestra historia argentina registren los venideros los esfuerzos que se han hecho en estos tiempos para propagar y difundir en el Común del Pueblo los útiles conocimientos que la posteridad supo adelantar y transmitir hasta los suyos bendecirán incesantemente el decidido anhelo de ese respetable cuerpo a cuya sombra y protección debieron su más constante apoyo los establecimientos de esta especie; y yo aseguro con firmeza que no se podrá desentender su gratitud de perpetuar la memoria de sus ilustres bienhechores consagrándoles los dulces y lisonjeros epítetos de Padres de la  Patria.
Juan Hipólito Vieytes
1802


Archivo General de la Nación. Sala IX 4-7-6. Año 1802



jueves, 26 de marzo de 2015

Hábitos de San Martín

HÁBITOS DE SAN MARTÍN 

El General Tomas Guido fué uno de los mejores amigos del General San Martín, considerado como uno de sus ideólogos y de la Revolución. Este San Martín íntimo que nos relata Guido surge de su Memoria, basada en las conversaciones sostenidas con el prócer en Saldán, Córdoba, durante la convalecencia del general.

"Se me consentirá aquí, en gracia de tan célebre personaje, una digresión encaminada a suministrar algunos detalles sobre su vida íntima. Era generalmente sobria y metódica. Durante su larga permanencia en Chile, tenía por costumbre levantarse de tres y media a cuatro de la mañana, y aunque con frecuencia le atormentaba al ponerse de pie un ataque bilioso, causándole fuertes nauseas, recobraba pronto sus fuerzas por el uso de bebidas estomacales, y pasaba luego a su bufete. Comenzaba su tarea casi siempre a las cuatro de la mañana, preparando apuntes para su secretario, obligado a presentársele a las cinco. Hasta las diez se ocupaba de los detalles de la administración del ejército, parque, maestranza, ambulancias, etc, suspendiendo el trabajo a las diez y media. Desde esa hora adelante, recibía al Jefe del estado Mayor, de quien tomaba informes y a quien daba la orden del día. Sucesivamente concedía entrada franca a sus jefes y personas de cualquier rango, que solicitaren su audiencia. El almuerzo general era en extremo frugal, y a la una del día, con militar desenfado, pasaba a la cocina y pedía al cocinero lo que le parecía más apetitoso. Se sentaba solo, a la mesa que le estaba preparada con su cubierto, y allí se le pasaba aviso de los que solicitaban verlo, y cuando se le anunciaban personas de su predilección y confianza, les permitía entrar. En tal humilde sitio ventilábase toda clase de asuntos, como si estuviera en un salón, pero con franca llaneza, frecuentemente amenizada con agudezas geniales. Sus jefes predilectos eran los que gozaban más a menudo de esas sabrosas pláticas. Este hábito, que revelaba en el fondo un gran despego a toda clase de ostentación, y la sencillez republicana que lo distinguía, no era casi nunca alterada por lo general, considerándola, -decía él en tono de chanza- un eficaz preservativo del peligro de tomar en mesa opípara algún alimento dañoso a la debilidad de su estómago. Más esto, que pudiera llamarse una excentricidad, no invertía la costumbre de servirse a las cuatro de la tarde una mesa de estado que, en ausencia del general, presidía yo, preparada por reposteros de primera clase, dirigidos por el famoso Truche de gastronómica memoria. Asistían a ella jefes y personas notables, invitadas o que ocasionalmente se hallasen en palacio a la indicada hora. El general solía concurrir a los postres, tomando en sociedad el café, y dando expansión a su genio en conversaciones festivas. Por la tarde recibía visitas o hacía corto ejercicio, y al anochecer regresaba a continuar su labor, imponiéndose de la correspondencia del día, tanto interna como del exterior, hasta las diez, que se retiraba a su aposento y se acostaba en su angosto lecho de campaña, no habiendo querido, fiel a sus antiguos hábitos, reposar nunca en la cama lujosa que allí le habían preparado. Más este régimen era con frecuencia interrumpido por largas vigilias, en las que meditaba y combinaba operaciones bélicas del más alto interés, y cuanto se relacionaba con su inmutable designio de asegurar la independencia y organización política de Chile. A más de la dolencia casi crónica que diariamente lo mortificaba, sufría de vez en cuando ataques agudísimos de gota, que, entorpeciendo la articulación de la muñeca de la mano derecha, lo inhabilitaban para el uso de la pluma. Su médico, el doctor Zapata, lo cuidaba con incesante esmero, induciéndolo no obstante, por desgracia, a un uso desmedido del opio, a punto de que, convirtiéndose esta droga, a juicio del paciente, en una condición de su existencia, cerraba el oído a las instancias de sus amigos para que abandonase el narcótico (de que muchas veces le sustraje los pomitos que lo contenían) y se desentendía del nocivo efecto con que lenta pero continuadamente minaba su físico y amenazaba su moral". 
Tomás Guido
Fuente: Busaniche José Luis (ed). San martín visto por sus contemporáneos. B.As. Instituto Sanmartiniano, 1995, págs. 153 a 155.