ESTE ES EL BLOG DEL DR. RODOLFO E. PARBST He creado este blog para que juntos conozcamos un poco más de Historia, por lo cual te invito a participar del mismo.- Toda la historia. La verdadera historia.
miércoles, 17 de febrero de 2016
domingo, 14 de febrero de 2016
LOS ASDINGOS Pueblos vándalos que invadieron España
LOS ASDINGOS
Pueblos vándalos que
invadieron España
Los
asdingos fueron un pueblo germánico, más concretamente una ramificación de los
Vándalos que se establecieron alrededor del siglo II en el área actual de
Hungría, Rumanía, Eslovaquia y Polonia.
Los vándalos asdingos
fueron desplazados por los los hunos de las llanuras de Hungría y
tras intentar cruzar el Danubio, bien defendido por Estilicón a
la sazón general de Flavio Honorio emperador de Occidente, se dirigieron
hacia el Rin arrastrando a los vándalos silingos, esta vez si
atravesaron el Rin, concretamente por Maguncia y asolaron la Galia,
puesto que Estilicón tuvo que retirar su tropas para defender la península de
Italia de la invasión de los visigodos de la mano de su rey Alarico
I.
Todo el Occidente romano, a
principios del siglo V d.C., sufría una profunda inestabilidad debida a
los movimientos de los pueblos germánicos y orientales. El paso del
Rin, la última noche del año 406, por parte de los alanos, originarios del Cáucaso,
los suevos, procedentes de la Germania, y de los vándalos asdingos y silingos,
también de origen germánico , supuso la penetración en la Gallia y el paso de
los Pirineos en el año 409.
Fue solo después de esto y
no antes sin arrasar Aquitania, cuando cruzaron los Pirineos en
el 409 para asentarse en Galicia y norte de Portugal, tras llegar a un acuerdo
con los representantes del emperador.
Tras un acuerdo, que cabe
pensar fue de tipo imperial, estos pueblos se distribuyeron en las distintas
zonas de la diocesis Hispaniarum, a excepción de la Tarraconensis.
De este modo la Gallaecia,
donde existía una población autóctona galaica muy enraizada y poco receptiva,
fue compartida por los vándalos asdingos encabezados por su rey Gunderico y los
suevos dirigidos por Hermerico. Al quedar arrinconados en una región
aislada, éstos no plantearon grandes preocupaciones a la administración
imperial. Las relaciones entre suevos e hispanos sufrieron altibajos en una
mayor o menor convivencia regulada por una serie de pactos, aunque parece que
en pocos casos se entremezclaron, hecho -como veremos más adelante-
completamente opuesto a lo que ocurrió entre romanos y visigodos. Los suevos, a
lo largo del siglo V y tras la marcha de los vándalos, llevaron a cabo una
serie de intentos expansionistas, sobre todo al sur o sudeste de la Gallaecia.
Sus reyes Requila, Hermerico y Requiario, lucharon no sólo contra la
población galaica, sino también frente a las tropas imperiales repartidas por
toda Hispania y especialmente en la Bética y la Lusitania, donde hubo graves
enfrentamientos. Los suevos permanecieron en la Gallaecia hasta el año 584,
cuando fueron vencidos y anexionados por las tropas visigodas del reino de
Toledo.
Las fricciones surgidas
entre vándalos asdingos y suevos condujeron a los primeros a trasladarse a la
Baetica. Durante los años 419 al 429, se enfrentaron a las tropas romanas,
tanto en tierra como en mar, pues poseían una importante flota, hasta
que Genserico, sucesor de su hermanastro Gunderico, decidió transportar a
su pueblo, compuesto por cerca de 80.000 personas, al norte de Africa. El paso
se llevó a cabo por el fretum gaditanum (Estrecho de Gibraltar). La
consolidación del reino vándalo de Africa vino dada por la conquista de
Cartago, tan sólo diez años después, el 19 de octubre del 439.
En la Lusitania y las
partes occidentales de la Carthaginensis se establecieron los alanos gobernados
por Adax. Por último, la Baetica fue ocupada por los vándalos silingos a
la cabeza de los cuales se encontraba Fredibaldo, que pocos años más tarde, en
el año 419, fueron derrotados por las tropas visigodas conducidas
por Walia, al igual que lo fueron los alanos.
Gunderico, el rey de los asdingos, tras haber sido
derrotado por los suevos y los romanos, se marcha con su ejército a la Bética,
donde se convierte en rey de ambas ramas de los silingos y los alanos, mientras
que su reino en la Gallecia se incorpora al Reino Suevo de Hermerico.
Hidacio de Chaves en su crónica no dice cual fue el
destino de la población del reino asdingo, si consiguió huir a la bética o como
era costumbre en la época, fue reducida a la esclavitud. Más tarde, el reino
unido de los vándalos y alanos liderado por Gaiserico se trasladó al norte de
África.
sábado, 13 de febrero de 2016
CACA DE PERRO Una peculiar manifestación gracias a All’o Manif
CACA DE PERRO
Una peculiar manifestación gracias a All’o Manif
Nos cuenta el gran Osvaldo Soriano en su libro “Cómicos, tiranos y leyendas” sobre ella
En marzo pasado, con
un frío de mil demonios, vi una manifestación de un centenar de personas que
desembocaba en la Place de l’Hotel de Ville. Llevaban tres pancartas que
trinaban contra los dueños de perros que les permitían hacer sus necesidades en
las veredas. Me paré a mirar y a escuchar las consignas indignadas. Si bien
París había dejado de sorprenderme me pareció que el asunto no merecía tanto
barullo.
El cortejo gritó un
rato frente al edificio, hizo estallar algunos cohetes y volanteó la plaza.
Todo sin mucho entusiasmo. El acto no duró más de diez minutos y los
manifestantes se retiraron hacia Notre Dame en perfecto orden, sin que nadie se
dispersara. Diez minutos más tarde un grupo vino al bar donde yo me había
refugiado. Mi mujer les preguntó por qué les molestaba tanto la caca de perro sobre
las veredas. Una petisa de bucles que todavía conservaba una pila de volantes
le respondió: «¡A mí qué me importa! ¡Ellos pagan y yo vengo a gritar!».
El asunto era simple:
existe en París una asociación llamada All’o Manif que provee gente para todo tipo
de mítines. A cien francos por cabeza cualquiera puede contratar su propia
manifestación callejera para el fin que se le dé la gana. Por diez mil francos
(1200 dólares) es posible alborotar a cien muchachones y jubilados a favor o en
contra de la caca de perro, por los árabes o contra el café de Brasil. Insultar
al presidente de la República o burlarse de la policía. El seguro cubre los
posibles destrozos.
viernes, 12 de febrero de 2016
¿SALVÓ EL OPUS DEI LA ECONOMÍA DE FRANCO?
¿SALVÓ EL OPUS DEI
LA ECONOMÍA DE FRANCO?
En el capítulo que transcribo a
continuación César Vidal en su libro “ Enigmas
históricos al descubierto” hace un interesante aporte sobre este momento de la
historia de España.
Durante las últimas décadas del franquismo, las referencias al Opus Dei
adquirieron un carácter casi mítico. Para muchos, aquel grupo de católicos
seguidores de las enseñanzas del padre Escrivá de Balaguer constituía una
especie de masonería blanca o de mafia política cuya única finalidad era
apoderarse de todos los resortes del poder. El hecho de que además un cierto
número de sus miembros se convirtiera en ministros especialmente activos y
conocidos de gobiernos franquistas contribuyó, además, a dar una apariencia de
solidez a aquella leyenda negra en torno al Opus. Pero ¿cuáles fueron las
razones del ascenso del Opus? ¿Salvó el Opus Dei la economía de la España de
Franco?
El año 1959 comenzó bajo negros auspicios para el régimen de Franco. A dos
décadas de la victoria en la guerra civil y a más de un lustro del final del
bloqueo internacional, la dictadura seguía manifestándose claramente incapaz de
mejorar el nivel de vida de unos españoles privados por añadidura de algunas de
las libertades políticas más elementales. Aherrojada bajo las recetas
autárquicas que la Falange había copiado servilmente del fascismo italiano y
del nazismo alemán, la economía era raquítica y estaba exangüe. Aunque la
censura ejercida sobre los medios de comunicación ocultaba cualquier dato sobre
la terrible realidad económica a la población, lo cierto es que la posición de
disponible, saldos en cuentas de corresponsales, caja y cartera del Instituto
Español de Moneda Extranjera (IEME) se hallaba en números rojos y ascendía a
una cifra inferior a los 52 millones de dólares.
El volumen de endeudamiento comercial se elevaba entonces a la cifra
—realmente astronómica para la época— de 375 millones de dólares. A lo largo
del año, la situación no dejó de empeorar. Los vencimientos para el segundo
semestre de 1959 llegaban a casi doscientos millones. Ante la agudización de
una situación de precariedad que podía incluir nuevamente el racionamiento de
la gasolina, algunos de los funcionarios de la administración española llegaron
a la conclusión de que resultaría adecuado atender las recomendaciones del
Fondo Monetario Internacional.
La misión de este organismo, dirigida por el economista francés Gabriel
Ferras, se alojó en el hotel Palace y trazó el plan para la recuperación
económica de España. La receta del FMI implicaba un riguroso plan de
estabilización y una liberalización de la economía que, aunque no se dijera,
chocaba frontalmente con los presupuestos defendidos hasta entonces por el
régimen de Franco.
La tarea iba a recaer sobre una serie de personajes que formaban parte del
Opus Dei, una organización católica de escaso peso en aquel entonces pero que
ya se veía sometida a un cierto acoso por parte de algunas órdenes religiosas
por razones no del todo espirituales. De hecho, cuando el 27 de febrero de 1957
Franco decidió cambiar el gobierno y cesar al camisa vieja Girón, que había
sido ministro de Trabajo durante casi dieciséis años, cabía pensar en algún
tipo de transformación especialmente al entregarse la cartera de Hacienda a
Mariano Navarro Rubio, supernumerario del Opus, y la de Comercio a Alberto
Ullastres Calvo, numerario.
Los personajes clave en el ascenso político del Opus no fueron, sin
embargo, Navarro ni Ullastres, sino el almirante Luis Carrero Blanco —quizá el
personaje más cercano a Franco durante las últimas décadas de su vida— y
Laureano López Rodó. Distintas fuentes apuntan al hecho de que Carrero Blanco
había padecido durante años algunos problemas de signo doméstico que la
intervención de López Rodó, a la sazón un jurista joven, ayudó a solventar.
Esta circunstancia proporcionó a López Rodó un notable ascendiente sobre
Carrero y, de paso, sirvió para que otros miembros del Opus fueran situados en
las cercanías del poder reformando áreas tan importantes como la administración
del Estado. Su primer gran éxito, sin embargo, iba a darse en el terreno de la
política económica.
En julio de 1959, Alberto Ullastres, ministro de Comercio, marchó a
Washington en busca del apoyo de Estados Unidos, mientras en Madrid otro
miembro del Opus, Mariano Navarro Rubio, ministro de Hacienda, intentaba
convencer a Franco de la necesidad de introducir cambios en la economía. Para
ello apeló a uno de los pocos argumentos a que era sensible el general: el del
patriotismo. Franco, que siempre tuvo una visión pragmática, aceptó los
criterios expuestos por Navarro. El 18 de julio —curiosa coincidencia—, el
régimen contaba con el apoyo no de Estados Unidos, que se limitó a otorgar un
respaldo meramente institucional, pero sí del FMI. Durante los días 20 y 21 de
julio, mediante una declaración gubernamental y un decreto-ley de ordenación económica,
se anunció el inicio del plan de estabilización presentado por Ullastres ante
las Cortes el 28 de julio.
El conjunto de medidas contempladas en el plan incluía la limitación del
gasto total del sector público, una mayor flexibilidad de los tipos de
descuento e interés aplicados por el Banco de España, la liberalización en la
importación de ciertas mercancías, la revisión de los organismos que
desempeñaban funciones interventoras y una amnistía para los residentes que
repatriaran el capital evadido en los próximos seis meses.
Los resultados inmediatos de este conjunto de medidas resultaron para
millares de familias españolas auténticamente pavorosos. De entrada se produjo
una contracción de la actividad económica a causa de la afluencia de capitales extranjeros
con los que no podía competir la débil economía nacional. Consecuencia directa
de ello fue la quiebra de no pocas empresas, el aumento del desempleo e incluso
la disminución de los salarios en algunos sectores de la producción. Sin
embargo, a medio plazo, aquella «purga de caballo», como la denominó alguno,
tuvo unos efectos económicos y sociales muy positivos.
Si a finales de 1958 existía un déficit de 58 millones de dólares, un año
después el superávit era de 52 millones. Asimismo, desaparecieron los temores a
que España suspendiera pagos internacionalmente, lo que favoreció enormemente
su economía.
Con una estructura empresarial saneada, una emigración importante hacia
Europa occidental, nuevas inversiones extranjeras y la llegada del turismo, la
nación no tardó en comenzar a experimentar los primeros síntomas del desarrollo
económico. Las razones no podían ser más obvias: la liberalización económica
había relanzado una economía atenazada por el intervencionismo. Éste, como
suele ser habitual, podía estar cargado de buenas intenciones políticas, pero
sólo había servido para estrangular la economía, impulsar la corrupción,
disparar la inflación y aumentar el desempleo. Desde entonces acá las
consecuencias de optar en economía por el intervencionismo o la liberalización
no sólo no han cambiado sino que se han confirmado una y otra vez. Entonces,
desde luego, los resultados fueron innegables. En 1965, España se había
convertido, gracias al Plan de Estabilización y a sus consecuencias, en el
décimo país más desarrollado del mundo.
La intervención de los tecnócratas —y el acierto de Franco al aceptar sus
juicios— ciertamente salvó la economía española, pero tuvo consecuencias
mayores. Aunque, muy posiblemente, la mayoría no eran demócratas sino simplemente
monárquicos, este género de avances se tradujo en un aumento del nivel de vida
que abortó las posibilidades de una salida violenta del régimen de Franco y
contribuyó decisivamente a una transición pacífica. Su contribución así a la
historia de España resultó mayor y mejor, por tanto, de lo que nunca habían
pensado.
EL DIABLO IMPLORANDO A DIOS Y LA LECHE DE LA MUJER AMADA
EL DIABLO IMPLORANDO A DIOS Y LA
LECHE DE LA MUJER AMADA
En este interesante capítulo
sobre la Invasión Alemana a Rusia durante la 2ª. Guerra mundial, que Gonzalo
Ugidos publica en su libro “ Chiripas
de la historia”, que es una antología de las casualidades más increíbles
que han forjado el destino de la humanidad.
Mientras los americanos perdían en Pearl Harbor a 2402 hombres, ocho
acorazados, tres cruceros, tres destructores, un buque escuela y un minador,
además de 188 aviones, en ese mes de diciembre de 1941 los soviéticos hacían
arqueo de los estragos sufridos en la guerra. Habían perdido frente al ejército
de Hitler cuatro millones de hombres, ocho mil aviones y diecisiete mil carros
de combate. Los alemanes se habían apoderado de más de la mitad de la producción
de acero y carbón de la Unión Soviética y de todos sus graneros, las fértiles
regiones de tierra negra de Ucrania y de la estepa occidental. Tan fuerte fue
el azote que ahora, gracias a la apertura de los archivos soviéticos, sabemos
que Stalin estuvo a punto de rendirse. Solo desistió de ello al ver el
frenético patriotismo que desplegó el pueblo soviético transportando las
fábricas amenazadas más allá de los Urales, fuera del alcance de los alemanes.
En 1943 el Ejército Rojo derrotó a su enemigo en Stalingrado, y luego en
Kursk, y de esta manera empezó lo que Goebbels, en un virtuoso ejercicio de
esgrima retórica, llamó «el avance táctico sobre la retaguardia» de las
divisiones de Hitler. Cómo y por qué sucedió así, en contra de todas las expectativas
razonables, sigue siendo el interrogante principal de la guerra más sanguinaria
y devastadora de la historia. Si Stalin se hubiera rendido, como pretendió,
Hitler muy probablemente habría muerto en la cama y la civilización habría
muerto en aquella guerra.
En el ardor guerrero de los rusos hubo algo más que patriotismo. Hubo
también NKVD. Con esas siglas se conocía en la Unión Soviética al Comisariado
del Pueblo para Asuntos Internos; o sea, una policía política secreta. El miedo
a la NKVD empujó al pueblo soviético a luchar contra la invasión de los nazis
en la Operación Barbarroja, que era el nombre en clave dado por Hitler al plan
de invasión de la Unión Soviética por parte de las fuerzas del Eje.
El 22 de junio de 1941 tres millones de soldados —alemanes y otros
contingentes de sus aliados— cruzaron la frontera rusa. Esta operación abrió el
frente oriental, que se convirtió en el teatro de operaciones más grande de la
guerra, el escenario de las batallas más sangrientas y brutales del conflicto en
Europa. Pero el miedo es una sensación negativa y destruye tanto o más de lo
que construye. Por eso a Stalin se le ocurrió algo mejor para animar a la
resistencia a los rusos. Para estimular el patriotismo volvió a abrir las
iglesias y fomentó la asistencia a los oficios religiosos. El diario Pravda escribió por primera vez con
mayúscula inicial la palabra Dios. Stalin tendió puentes con la Rusia zarista y
en julio de 1942 se acuñaron medallas al heroísmo que llevaban los nombres de
los grandes generales zaristas Kutuzov, Suvorov y Najimov. En los momentos más
críticos de la batalla de Stalingrado se anunció que los oficiales volverían a
llevar insignias y galones dorados. Ni las iglesias ni las medallas ni los
galones derrotaron a los ejércitos alemanes, pero devolvieron al Ejército Rojo
la confianza en sí mismo. Para ganar la guerra el diablo no dudó en implorar a
Dios.
Pero la alimentación fue también decisiva. La clave de la resistencia de
los rusos al gélido ambiente fue su alimentación a base de carbohidratos y
grasa: cerdo, tocino crudo curado con sal, limón y ajo (sálo), mantequilla, crema agria de leche, y bebidas calientes a
base almíbares de melocotón, dátiles, o cerezas… y vodka, por supuesto,
acompañado de un diente de ajo y una cebollita en encurtido. Los alemanes
tenían una dieta pobre en grasas y bebían «leche de la mujer amada» (Liebefraumilch), que aunque se llamaba
así no era leche, ni mucho menos de la mujer amada, sino un tipo de vino blanco
semidulce.
martes, 9 de febrero de 2016
LOS VINOS EN LA ANTIGÜEDAD
LOS VINOS EN LA ANTIGÜEDAD
En
la antigüedad sobre todo en Grecia se consideraba el vino beneficioso para la
salud y nutritivo, siempre y cuando no se bebiera en exceso, que es cuando se
le recrimina a las personas por esta acción ya que no son dueños de sus actos.
Se
podía consumir puro sin mezclar solo en tres ocasiones especiales.(para
desayunar, como medicina, o en un acto religioso) fuera de estas posibilidades
estaba penado por la ley.
Bajo
pena de grandes castigos. Así que lo bebían mezclado con agua, más agua que
vino en las siguientes proporciones: Aunque estas podían variar según los
casos, dos partes de vino por cinco de agua, una o tres partes de vino por
cinco de agua. Así evitaban el emborrachamiento y el vino se hacía más
agradable dado su fuerte sabor.
CLASES
DE VINOS
Tomando
como referencia el color existían tres clases de vinos:
-Negro
(mélas) tomaba ese color porque al vino se le adicionaba arrope en una proporción
bastante grande siendo el arrope el que le proporciona ese color.
-Rojos
(erythrós) o el tinto que todos conocemos.
-Blancos
(leukós) el blanco normal.
Del
tinto o negro se dice que es el más fuerte y nutritivo y mantiene más los
efectos del emborrachamiento.
Se
pueden distinguir vino seco tinto y dulce.
Del
vino blanco es considerado el más ligero de todos diurético y digestivo aunque
con tendencia a subirse más a la cabeza.
VINIFICACIÓN:
Cuando
la uva no estaba suficientemente madura o se quería sobre madurar se dejaba
secar al sol, unos días así se obtenía un vino más dulce.(mismo proceso que el
chianti en Italia de hoy en día)
En
cuanto la uva maduraba era llevada a la bodega donde se prensaba.
había
tres clases de mostos la primera prensada que era el de más alta calidad que no
se mezclaba con otros mostos y servía para hacer vino de lagrima( igual que hoy
en día), la segunda prensada de más baja calidad servía para vinos de segunda o
para mezclar con otros mostos y la prensada de hollejos, raspones y pepitas
diluido con agua se procedía al prensado. Considerado de ínfima calidad por su
fuerte sabor a margo.
Una
vez hecho el mosto era llevado a unos odres grandes o a vasijas de barro echas
de ex proceso para ello.
Dejando
fermentar el vino por si solo o sino fermentaba podía calentarse un poco para conseguir
la fermentación.
Estos
recipientes presentan el problema de que el vino se oxida demasiado por
consiguiente eran untados con pez o resina para evitar la porosidad de estos.
Dándole al vino un sabor característico si bien es cierto que estas sustancias
se podían añadir además durante la fermentación con el fin de conservar el vino
mejor. ( un ejemplo de estos vinos lo tenemos en el retsina de Grecia actual
que cuando fermenta le echan un poco de resina de pino que le da un sabor
agradable y peculiar).
Crianza
La
crianza del vino se hacía en recipientes de barro (vasijas grandes) u odres de
piel los griegos no conocían los toneles de madera, aunque si los romanos
porque vieron a los galos poner el vino en estos recipientes, pero no los
utilizaban.
Para
conservarlos primero echaban una capa de aceite al vino así evitan la oxidación
y la quiebra acética. Después sellaban las ánforas con yeso, arcilla o pez. Los
romanos conocieron el corcho si bien no lo emplearon usando las mismas técnicas
que los griegos.
Así
podían permanecer diez años o 15 o más. Aunque era necesario echar mano de
algunos procedimientos para evitar que se estropeara o se conservara, veamos
algunos ejemplos.
-Mezclar
vinos o arrope, echar heces(restos de uva) de otros vinos mejor en otro más
normal.
-El
más frecuente era añadir agua de mar al vino, se hacía más estable, le daba un
color más vivo y soportaba mejor los viajes.
Aumenta
la acidez que contribuye a dificultar el crecimiento de microorganismos
causantes del enturbiamiento y la inestabilidad. Los vinos de más alta calidad
como los de Tasos y Quios no recibían este tratamiento.
-Arcilla:
Sirve para clarificar (todavía hoy se clarifica así con un componente de la
arcilla llamado bentonita.)Purificar, dar perfume, endulzandolo, le da
estabilidad.
-Marmol:
Conservante, evita la quiebra acética.
-Yeso:
Sube la temperatura del vino favoreciendo la fermentación con lo cual se añade
antes de esta y no después como las demás sustancias.
Aviva
he intensifica el color, aumenta la acidez algo deseable si el vino es de uvas
asoleadas o con botritys cineria un hongo que ataca a la uva concentrando los
azucares de esta.(todavía hoy se vinifica las uvas atacadas con este hongo).
Sin
embargo hay que usar poca dosis pues sino puede afectar a la salud cosa que ya
observaron los antiguos griegos.(En algunos países se sigue utilizando el
yeso).
-Calor:
Calentaban el vino para conservarlo mejor algo que recuerda mucho a nuestra
moderna pasteurización.
-Ahumado:
una forma de conservación pero también de envejecimiento, dejaban el vino en
las tinas en una habitación superior y en la inferior hacían fuego con lo cual
el humo subía a la habitación de arriba, muy típico de vinos romanos, sus
consecuencias son perdida de color (igual que ahora en la crianza en barricas)y
alcohol, ganancia de acidez
-Exposición
a la intenperie: Otra forma de añejar el vino exponerlo al sol y al viento.
Sustancias
aromáticas que se le pueden añadir al vino con el fin de hacerlo más suave o perfumarlo.
Miel, flores, pasas, dátiles...
Mezcla
de una decoloración según Aristoteles: mirra, junco aromatico,anis, azafran, balsamo,
amomo y canela.
CONCLUSION:
Vamos
que los métodos de vinificacion no han cambiado mucho después de tantos siglos,
no pasa así con sus variedades muchas de ellas perdidas, una lástima pero
alguna variedad han quedado por Grecia y Roma como es el trebiano variedad
italiana.
Así
ejemplos de vinos de hoy que se parezcan a los de antaño podemos decir que son
estos:
-Retsina:
Vino blanco de Grecia también se encuentra en rosado pero menos.
Chianti:
Vino tinto dulce procedente de uvas asoleadas de Italia.
-Jerez
o marsala: Vinos blancos con alta graduación alcohólica origen España e
Italia.(Esta clase de vinos es la que recomiendan sendos autores de la traducción
de Marco Gavio Apicio)
-Málaga
dulce color o Málaga dulce negro: Vino caracterizado por la gran concentración
de arrope un 15% en el de color y más del 15% el negro.
(No
confundir con Málaga dulce a secas son distintos vinos, pues este último
procede de uvas dulces no de la adicción de arrope)
-Rioja:
Pongo también esta denominación porque en Grecia y en Roma también había tintos
secos y blancos secos y es de las más antiguas de España y la vinificación es
tradicional.
UN PLANETA LLAMADO JORGE
UN PLANETA LLAMADO JORGE
William
Herschel descubrió un nuevo planeta del sistema solar.
Fue en 1781 y el planeta
habría llevado su nombre de no haber sido por la euforia del rey Jorge III
y la obligada respuesta de Herschel.
El rey premió al emigrado alemán con una
pensión por su descubrimiento.
En reciprocidad, Herschel se vio obligado a
bautizar a su planeta con el nombre de Jorge en honor del rey.
Esto irritó a
los astrónomos no británicos, que empezaron a llamar al nuevo planeta Herschel.
Durante cuarenta años, el planeta tuvo dos nombres.
Finalmente, algunos años
después de la muerte de Herschel en 1822, los astrónomos aceptaron la idea de
Johann Bode, que propuso llamar al nuevo planeta Urano para seguir con la
secuencia mitológica que unía a los planetas anteriores. Si Saturno era el
padre de Júpiter, el nombre del nuevo planeta debería ser Urano, que era el
padre de Saturno.
La idea se aceptó y desde entonces el séptimo planeta del
sistema solar se llama Urano y no Jorge, como quiso Herschel, ni Herschel, como
quisieron los astrónomos alemanes.
Ni para ti, ni para mí, sino para los dioses
del Olimpo.
Lo precedente es una
capítulo del libro de Gonzalo Ugidos Chiripas
de la historia
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