UN PLANETA LLAMADO JORGE
William
Herschel descubrió un nuevo planeta del sistema solar.
Fue en 1781 y el planeta
habría llevado su nombre de no haber sido por la euforia del rey Jorge III
y la obligada respuesta de Herschel.
El rey premió al emigrado alemán con una
pensión por su descubrimiento.
En reciprocidad, Herschel se vio obligado a
bautizar a su planeta con el nombre de Jorge en honor del rey.
Esto irritó a
los astrónomos no británicos, que empezaron a llamar al nuevo planeta Herschel.
Durante cuarenta años, el planeta tuvo dos nombres.
Finalmente, algunos años
después de la muerte de Herschel en 1822, los astrónomos aceptaron la idea de
Johann Bode, que propuso llamar al nuevo planeta Urano para seguir con la
secuencia mitológica que unía a los planetas anteriores. Si Saturno era el
padre de Júpiter, el nombre del nuevo planeta debería ser Urano, que era el
padre de Saturno.
La idea se aceptó y desde entonces el séptimo planeta del
sistema solar se llama Urano y no Jorge, como quiso Herschel, ni Herschel, como
quisieron los astrónomos alemanes.
Ni para ti, ni para mí, sino para los dioses
del Olimpo.
Lo precedente es una
capítulo del libro de Gonzalo Ugidos Chiripas
de la historia
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