CACA DE PERRO
Una peculiar manifestación gracias a All’o Manif
Nos cuenta el gran Osvaldo Soriano en su libro “Cómicos, tiranos y leyendas” sobre ella
En marzo pasado, con
un frío de mil demonios, vi una manifestación de un centenar de personas que
desembocaba en la Place de l’Hotel de Ville. Llevaban tres pancartas que
trinaban contra los dueños de perros que les permitían hacer sus necesidades en
las veredas. Me paré a mirar y a escuchar las consignas indignadas. Si bien
París había dejado de sorprenderme me pareció que el asunto no merecía tanto
barullo.
El cortejo gritó un
rato frente al edificio, hizo estallar algunos cohetes y volanteó la plaza.
Todo sin mucho entusiasmo. El acto no duró más de diez minutos y los
manifestantes se retiraron hacia Notre Dame en perfecto orden, sin que nadie se
dispersara. Diez minutos más tarde un grupo vino al bar donde yo me había
refugiado. Mi mujer les preguntó por qué les molestaba tanto la caca de perro sobre
las veredas. Una petisa de bucles que todavía conservaba una pila de volantes
le respondió: «¡A mí qué me importa! ¡Ellos pagan y yo vengo a gritar!».
El asunto era simple:
existe en París una asociación llamada All’o Manif que provee gente para todo tipo
de mítines. A cien francos por cabeza cualquiera puede contratar su propia
manifestación callejera para el fin que se le dé la gana. Por diez mil francos
(1200 dólares) es posible alborotar a cien muchachones y jubilados a favor o en
contra de la caca de perro, por los árabes o contra el café de Brasil. Insultar
al presidente de la República o burlarse de la policía. El seguro cubre los
posibles destrozos.
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