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miércoles, 17 de octubre de 2018

LA PESTE DE TUCIDIDES


LA PESTE DE TUCIDIDES
430-425 a. de c.

"No solo la medicina falla, sino cualquier otro arte humano"
Así describe el historiador Tucidides (h. 460-400 a. de c.) la situación en Atenas, Grecia, durante la epidemia, a raíz de la cual muere una gran parte de la población.


Este autor nos ofrece datos concretos sobre los orígenes de esta epidemia que, posteriormente, también se denominaría; "la peste de Tucidides".
La epidemia estallo cuando Atenas se hallaba sitiada por los espartanos durante la guerra del Peloponeso y, por lo tanto, abarrotada de gente.
Según Tucidides, los síntomas son un fuerte calor en la cabeza y el enrojecimiento e irritación de los ojos.
Le siguen estornudos, ronquera y tos fuerte, y más tarde vómitos y convulsiones violentas.
Los afectados o bien mueren al séptimo o noveno día.
Desde el punto de vista epidemiológico moderno, Tucídides recopila en su obra varias enfermedades contagiosas por primera vez en Atenas.
En el año 430 a. de c., se extiende la viruela, que causa numerosas víctimas, y otras epidemias, como el tifus exantemático y la disentería.
Sin embargo, no cabe duda de que no se trataba de la peste bubónica o neumónica.  Esta epidemia aparece probablemente por primera vez en Occidente en el año 531 d. de c. 


lunes, 15 de octubre de 2018

La Orden de los Caballeros Teutónicos


LA ORDEN DE LOS CABALLEROS TEUTÓNICOS

LA ORDEN DE LOS CABALLEROS TEUTÓNICOS
La Orden de los Caballeros Teutónicos cuyo nombre completo es Orden Teutónica del Hospital de Santa María de Jerusalén, fue una orden religiosa y militar fundada por cruzados alemanes entre los años 1190 y 1191.
       Los caballeros Teutónicos también como los Hospitalarios habían empezado como una orden caritativa (Actualmente lo es) y cuidaban a los peregrinos alemanes, primero en Jerusalén y luego construyendo un hospital, para los caballeros alemanes heridos, en las afueras de la ciudad de Acre (Palestina), durante el sitio por Ricardo Corazón de León en 1191.
      
LA ORDEN DE LOS CABALLEROS TEUTÓNICOS
La Orden contuvo a los caballeros, sargentos (hombres experimentados que no eran caballeros) y sacerdotes; los caballeros tenían que ser legítimo alemán, y descendiente de caballero.
       Luchando en Palestina, murieron caballeros Teutónicos junto a Templarios y Hospitalarios, hasta el sitio y posterior retirada de Acre en 1291.
       Pero ellos ya habían empezado a luchar la guerra santa en un nuevo frente, los estados bálticos de Europa nororiental.
       El Rey de Hungría y el Duque de Masovia estaban luchando contra los miembros de una tribu de Prusia y habían traído a los caballeros Teutónicos para su ayuda.
       El Gran Amo de los caballeros, von de Hermann Salza, estaba de acuerdo en luchar a cambio de la concesión sincera de un territorio a los caballeros donde pudieran radicarse permanentemente.
       La Cruzada Norteña se lanzó en serio aproximadamente en 1230, aunque las campañas más pequeñas habían tenido lugar antes de esta fecha. El Caballero Teutón combinó sus fuerzas con las órdenes locales más pequeñas de los Hermanos de la Espada y el Orden de Dobrin que había estado luchando en Livonia (Ahora Letonia, Estonia, Lituania).
       Las condicionesbajo las que ellos lucharon eran muy diferentes de la Tierra Santa, donde sus enemigos eran algo superior en civilización y por lo menos iguales en habilidad militar y tácticas.
       En la oscuridad,bosques húmedos y pantanos de la Europa norteña ellos estaban deshuesándose contra los paganos salvajes que lucharon con persistencia inquebrantable y ferocidad contra los caballeros acorazados.
       Los Prusianos y las tribus lituanas, eran al principio, resistentes a la Cristiandad; y la guerra se volvió de tal manera que ningún prisionero fue tomado por los caballeros.
       Los caballeros eran menos numerosos, pero su tecnología era superior. El Prusiano se especializó en correrías y emboscadas pero no tenía la organización o el equipo necesario para sitiar los asentamientos fortificados del enemigo.
       Después de los éxitos iniciales, se invitaron alemanes a pasar a Prusia y colonizarlo; el Prusiano que había sido convertido se volvió su siervo.
       A lo largo del decimotercer siglo, cuando los Caballeros Teutónicos pensaban que la región había sido conquistada, grupos restantes de resistencia Prusiano atacarían por la noche, quemarían los nuevos pagos cristianos y matarían a sus habitantes.
       Los caballeros intentaron invadir al Cristianismo ortodoxo declarado en Rusia pero fueron derrotados decididamente por ejércitos rusos unidos bajo el Príncipe Alejandro Nevsky en una batalla en la superficie helada del Lago Peipus en 1242. El mismo año ocurrió un levantamiento mayor en Prusia que tomó treinta años para controlar.
       En el decimocuarto siglo ellos habían establecido un mando firme de Prusia y habían estado concentrándose sus esfuerzos contra los lituanos, la ultima nación pagana en Europa.
       A estas alturas el prestigio de la Orden era alto y se volvió una universidad del proto-ejército, donde los nobles jóvenes y los caballeros de todos los estados de Europa podían ganar experiencia de guerra real.
       En 1386 Gran Duque Jagiello de Lituania se convirtió a la Cristiandad, Wladislaw II renombrado, puso a convertir a sus personas, pero a pesar de este los caballeros lo vieron con sospecha.
       En el futuro, las disputas de la frontera sucesivas y hostilidades entre Polonia y Prusia llevaron a la guerra; Wladislaw organizo un enorme ejercito, incluso los polacos, bohemios, húngaros, Checos, cosacos, y tártaros así como lituanos (cualquiera que tuviera un rencor contra los caballeros o su estado de Prusia).
       Y en la Batalla de Tannenburg en 1410 (vease el mensaje sobre la batalla de Grunwald, de 31-10-2.007, escrito por mi) los caballeros Teutónicos sufrieron una derrota terrible de la que nunca se pudieron recuperar totalmente, pierden su Gran Amo y cientos de sus caballeros más buenos y hombres armados.
       Desde aquel momento el poder de la Orden y el tamaño de sus dominios menguó. Casimir IV tomó la parte occidental de Prusia en 1466 y el Gran Amo se volvió su vasallo; se desunieron los territorios del Orden en Livonia y se volvieron un ducado secular en 1591.
       La Orden continuó existiendo en el sur de Alemania hasta que fue disuelta por Napoleón en 1809. Renació en Austria en el año 1834 y mantuvo su identidad a lo largo de todo el siglo XIX pero su actividad estuvo restringida a obras de caridad. En 1918 fue encabezada por un sacerdote y en el año 1929 se restauró por completo su disciplina religiosa.
       Con la excepción del periodo de la II Guerra Mundial, la Orden Teutónica se mantiene como una institución asistencial y caritativa desde 1929. Su cuartel general está en Viena, aunque posee casas en diversas zonas de Austria, Italia y Alemania.


lunes, 11 de diciembre de 2017

EL ORIGEN DE LOS VILLANCICOS

EL ORIGEN DE LOS VILLANCICOS
EL ORIGEN DE LOS VILLANCICOS
La palabra "villancico", deriva de la denominación (villanos) dada a los habitantes de las villas, para diferenciarlos de los nobles o hidalgos. En España, el origen de los villancicos se halla en una forma de poesía preferentemente cultivada en Castilla, parecida al zéjel.Esta es una forma de composición o métrica popular de los musulmanes españoles.(Por ej.: "Zéjeles del Cancionero de Aben Guzmán"). Antes de denominarse villancicos, recibieron también los nombres de "villancejos" o "villancetes".

Estas canciones de Navidad son muy valoradas por la Iglesia Católica. Y la más antigua data del siglo IV: "Jesus refulsit omnium", atribuida a San Hilary de Poitiers. Más tarde, la música navideña cristiana del Medioevo, siguió las tradiciones del "Canto Gregoriano", mientras que en el Renacimiento italiano, surgió una forma de canciones navideñas más alegre y juguetona. De algún modo, ellas se acercan más a los posteriores villancicos que hoy conocemos.

En inglés, los villancicos son denominados "carols". La palabra tiene su origen en el francés "caroler", que significa bailar haciendo un anillo o círculo (similar a nuestra "ronda"). Dichas canciones se interpretaban en latín, su contenido era religioso y, debido a su adopción por los países protestantes, las tradiciones musicales de Navidad se intensificaron.

Una de las más célebres canciones de Navidad es "Noche de Paz" (originalmente "Stille nacht, heilige nacht") cuya letra fue escrita por Joseph Mohr, párroco de un pueblito de Austria y la música, compuesta por un profesor de música, Franz Gruber, poco antes de la Navidad de 1818. El profesor la enseñó a los feligreses y la acompañó en guitarra, dado que el órgano de la iglesita estaba descompuesto, cantándose por primera vez, en la fecha indicada



sábado, 11 de noviembre de 2017

HISTORIA DEL TENEDOR

HISTORIA DEL TENEDOR

HISTORIA DEL TENEDOR
Aunque los orígenes parece que no están demasiado claros, la mayor parte de los documentos consultados coinciden en que el tenedor, puede tener su origen en el siglo XI, como un pincho, de un solo diente (aunque hay quienes afirman que podría haber sido de dos), que mandó fabricar una Princesa Bizantina llamada Teodora, hija del Emperador de Bizancio, Constantino Ducas.

Este utensilio, fue fabricado para poder llevarse los alimentos a la boca, sin necesidad de tener que utilizar las manos. Cuentan, algunos autores, que este "pincho" fue fabricado en oro puro.

Pero sus comienzos no fueron fáciles. Este nuevo instrumento, proveniente de Constantinopla, sufrió un rechazo generalizado, por diversos tipo de razones, aunque la principal fue por la falta de pericia de quienes lo utilizaban. Las habilidades mostradas con el tenedor por muchas personas no eran dignas de elogio. Se pinchaban la lengua, las encías, los labios ... lo utilizaban a modo de mondadientes, para rascar y hurgar ... Llego a denominarse "instrumento diabólico" por San Pedro de Damián, quien consideraba demasiado refinada la utilización del tenedor en las comidas.

La Princesa Teodora, contrae matrimonio con Doménico Selvo, hijo del Gran Duque de Venecia, y trata de imponer en la corte este nuevo utensilio, conocido como "fourchette", que viene a significar "pincho". Pero como indicamos anteriormente, la fama de refinada y sofisticada de la Princesa, no cayó en gracia a sus cortesanos y el nuevo instrumento no tuvo ningún éxito. Pero este hecho tan pionero, para la época, tendrá repercusión unos siglos más tarde, no solo en Italia, sino en todo el mundo.

Parece ser, que el Rey Enrique III, fue uno de los precursores entre los años 1.574 a 1.589, tratando de extender el uso de este utensilio en su refinada corte francesa, con alguna pequeña variante respecto del modelo original de la Princesa Teodora, pues contaba con dos dientes y un mango algo más amplio.

En el siglo XVII, y como avance a su generalización en toda Europa (finales del XVIII y principios del XIX), el descubridor y experto viajero Británico Mr. Thomas Coyat, en uno de sus viajes a Italia conoce este nuevo utensilio. En alguno de sus diarios pueden recogerse referencias a este nuevo cubierto: "Muchos italianos se sirven de un "pincho" para no tocar los alimentos, para comer los espagueti, para tomar la carne ... No es nada refinado comer con las manos, pues aseguran que no todas las personas tienen las manos limpias". Y ante el asombro de todos, Mr. Coyat, se lleva esta costumbre a la tradicional Inglaterra.
 
Por qué los italianos se asustan ante quien toca la comida con las manos? Aunque fueron pioneros en Europa, ellos comían siglos atrás como lo hacen todavía en la vieja Europa, sin que por ello faltasen a las reglas de cortesía o de etiqueta; el único instrumento válido para ingerir la comida eran las manos.
Todos ellos venían preparados (la carne troceada, incluso) para tomarse con las puntas de los dedos, sin que por ello se considerase una ofensa al buen gusto. Además se contaba con una sería de normas, como limpiarse después de cada plato los dedos, y no chupárselos. Enrique III de Francia, precursor en Europa del uso del tenedor, establece uno de los primeros códigos de buenas maneras en el que podemos encontrar lagunas normas o consejos sobre el comer con las manos: "Tomar la carne con tres dedos, sin tomar pedazos grandes que no quepan en la boca, y evitar tener demasiado tiempo las manos en el plato".
Con posterioridad a Enrique III, Carlos V de Francia, en un viaje a Venecia descubre el uso del tenedor. Pero dada su "fama" de afeminado y refinado, fue considerado un objeto cursi y de personas afeminadas.
En Europa podemos decir que su uso se generaliza a partir de finales del siglo XVIII o principios del XIX, dependiendo de los países, extendiéndose después al resto del mundo, en muchos de cuyos lugares se utilizan utensilios similares.
En España, aunque su uso se generaliza al principio del siglo XIX, se tienen algunas referencias del siglo XIV, en el que los maestros trinchadores ya utilizaban un gancho o pincho, del que se hace referencia en la obra "Arte Cisoria" de 1.423, donde el Marqués de Villena hace esta descripción: "Utensilio de tres puntas, donde la primera tiene dos, y sirve para sujetar la carne que se ha de cortar, o para la cosa que ha de tomarse". También, se cuenta que el Emperador Carlos V lo había utilizado en ciertas ocasiones, y que Felipe III, fue otro de los descubridores del tenedor en España allá por el siglo XVII.
La primera industria que comenzó a fabricar estos nuevos utensilios en España, se ubicó en Barcelona, a principios del siglo XIX.


ANTIKYTHIRA, LA PRIMERA CALCULADORA DE LA HISTORIA

ANTIKYTHIRA,  LA PRIMERA CALCULADORA DE LA HISTORIA


ANTIKYTHIRA,  LA PRIMERA CALCULADORA DE LA HISTORIA
La calculadora Antikythira, que es la primera en la historia de la humanidad, es uno de los objetos de estudio de la II Conferencia Internacional de la Tecnología de la antigua Grecia que se celebra en Atenas desde el 17 hasta el 21 de octubre.

Este complejo mecanismo, encontrado en 1901 en el lugar de un naufragio de un buque en el año 80 a.c en la isla griega de Antikythira, guarda un misterio puesto que el mecanismo de precisión que utilizaba era desconocido hasta el S.XVI a.c.

El aparato consta de una tabla diferencial rotatoria con una serie de dientes y ruedas que se entrelazaban, y que probablemente era usado por los griegos de la Antigua Grecia para dar la posición anual de las estrellas y los planetas.

En el año 1900 unos buceadores encontraron los restos de un barco de al menos 2.000 años de antigüedad, cargado de tesoros y procedente de la isla griega de Anticitera. Contenía estatuas de bronce y mármol, y es posible que estuviera viajando hacia Roma cuando naufragó (alrededor del año 65 a.C.). entre su cargamento se encontró una masa de madera y bronce. El metal estaba tan corroído que tan sólo pudo verse con dificultad que se trataba de ruedas de engranaje y escalas grabadas. Pero en 1954 Derek J. De Solía Price, de la universidad de Cambridge, pudo finalmente deducir que se trataba de un antiguo mecanismo de cálculo análogo, mucho más adelantado que todo lo que hubo en Europa por espacio de varios siglos. En realidad, cuando estaba nuevo, el mecanismo "debió de parecerse mucho a un buen reloj mecánico moderno".

El mecanismo estaba compuesto de por lo menos 20 ruedas de engranaje, apoyadas en una serie de placas de bronce, todo ello montado dentro de una caja de madera. Cuando se daba vueltas a un mango que atravesaba el lado de la caja, las manecillas se movían a velocidades diferentes sobre esferas protegidas por unas puertecillas. Las inscripciones explicaban cómo manejar el aparato y cómo interpretar lo que marcaban las esferas.

El mecanismo indicaba el movimiento de los cuerpos celestes: el Sol, la Luna y los planetas que pueden verse sin ayuda de aparatos ópticos, como Mercurio, Venus, Marte, Júpiter y Saturno. Señalaba sus posiciones relativas en el cielo con gran exactitud. Las manecillas indicaban también la hora.

En palabras de Price, "en ningún lugar se ha conservado nada similar a este instrumento. De ningún texto científico o alusión literaria se conoce nada comparable a esto". Continúa diciendo que "parece probable que la tradición de Anticitera formara parte de un amplio corpus de conocimientos que se perdió para nosotros, pero que conocieron los árabes", ya que siglos más tarde éstos construyeron calendarios mecánicos e inspiraron a los constructores de relojes de la Europa medieval.

Fuente: EFE / Atenas


miércoles, 4 de octubre de 2017

BUENOS AIRES ES UNA PEQUEÑA, INSIGNIFICANTE CIUDAD

BUENOS AIRES ES UNA PEQUEÑA, INSIGNIFICANTE CIUDAD
BUENOS AIRES ES UNA PEQUEÑA, INSIGNIFICANTE CIUDAD

En su memoria sobre su viaje el misionero jesuita R.P. Antonio Sepp SJ así describe su paso por Buenos Aires.

"6 de abril de 1691: Hubiera preferido consignar el día con oro, que no con tinta. Hoy viernes de la Madre Dolorosa, arribamos a Buenos Aires, tras larga y penosa travesía marítima, en el buque Almirante.
En esta mañana no oímos en el La Plata, en el río de la plata, sino el tronar de los cañones, el son de las trompetas y la algarabía de la gente que aguardaba al margen del río. Varias compañías de soldados de a caballo y a pie esperaban nuestro desembarco; también había indios con muchos niños, moros y moras, bautizados y paganos. Todos habían acudido a recibirnos (en ese mismo barco, aparte de los 40 misioneros venia el nuevo gobernador desde España)."
"...Buenos Aires es una pequeña, insignificante ciudad. Consta de sólo dos calles que se cruzan en la plaza. Ni siquiera es la mitad de grande como en el Tirol pueden serlo Kaltern o Klausen. La rige un lugarteniente español con mandato por cinco años, hasta que uno nuevo es enviado de España. No obstante, en la ciudad existen cuatro conventos: de los franciscanos, dominicos, trinitarios y jesuitas. Todos debes vivir en extremada pobreza, pues las cosas, con excepción de los alimentos, son tremendamente caras. Hasta el presente las casas eran de adobe. Hace poco, los jesuitas comenzaron a fabricar ladrillos y tejas. Los maestros de obra son nuestros propios Padres; los albañiles, indios formados en nuestras Reducciones del Paraguay. [...]
La plata tiene menos valor que el hierro. Un cuchillo cuesta cien veces más que en Alemania. Igual ocurre con un fusil. Sólo los alimentos son baratos, casi ridiculamente baratos. Una vaca gorda, por ejemplo, puede adquirirse por centavos. Los soldados andan descalzos, y a menudo el uniforme les cuelga como trapos hechos jirones. Levantada por el incesante pampero, la tierra vuela por las calles, de modo que a veces ni siquiera puede divisarse las casas de la acera de enfrente..."

Biografía: "Extensa descripción del viaje del R.P. Antonio Sepp SJ, desde Hispania hacia Paracuaria", Antonio Sepp von Rainegg.


LA MUJER EN EL ANTIGUO EGIPTO

LA MUJER EN EL ANTIGUO EGIPTO

LA MUJER EN EL ANTIGUO EGIPTO


La mujer en el Antiguo Egipto tenía un papel central, era emancipada, culta, tanto reina de la casa como del trabajo, se cuidaba, tenía derechos reconocidos y ejercía funciones de control político. Esto es lo que pone de manifiesto 'Nefer', la actual exposición en el Palacio Cavour.
       Tras una primera etapa en Milán, donde recibió un número record de visitantes cifrados en más de 50.000, la exposición llega ahora a Turín, enriquecida con numerosas piezas gracias a la intervención de la Superintendencia para los Bienes Arqueológicos de Piamonte y del Museo de Antiguedades Egipcias de Turín. Así, por primera vez se expone un centenar de piezas ine'ditas procedentes de los enormes depósitos de esas instituciones y hasta ahora nunca antes mostradas al gran público.
       Entre dichas piezas destacan unos 20 sarcófagos, de gran valor artístico y arqueológico, procedentes del Museo Egipcio de Turín. 'Nefer' ofrece al público un viaje fascinante por el universo femenino del antiguo Egipto, desvelando su extraordinaria modernidad y ofreciendo por primera vez un perfil completo de la mujer egipcia en los diferentes aspectos sociales y diarios, a través de la exposición de más de 200 piezas de gran valor artístico e histórico.
       El tema de la mujer egipcia y de su vida diaria es poco conocido por el gran público pese a su interés y a su modernidad, ya que las mujeres de dicha e'poca tenían ya una personalidad jurídica propia y una fuerte independencia económica. Reina, sacerdotisa, mujer y madre: la mujer egipcia era muy moderna.
       Era propietaria de bienes y terrenos, tenía un notable poder temporal y un fundamental papel social. Pero tambie'n era una eterna seductora, según el canon de belleza de aquellos tiempos: una mujer delgada, con pequeños miembros pero anchas caderas y senos redondos y pequeños, a la que le gustaba ensalzarse con joyas y bisutería. Además, la figura femenina tambie'n tenía un papel fundamental en la vida privada y en el hogar.
       La exposición, realizada por la Fundación DNArt de Milán en colaboración con la Superintendencia para los Bienes Arqueológicos y el Museo Egipcio de Turín, se articula en un itinerario expositivo de 800 metros cuadrados instalado en piso noble del Palacio Cavour. Ha sido posible gracias tambie'n a los pre'stamos del Kunst Historisches Museum de Viena, el Museo Egipcio de Florencia, el Museo Arqueológico de Milán, el Museo Civico Arqueológico de Bolonia, el Museo Civico del Palacio Te de Matua, el Museo Arqueológico Paolo Giovio de Como y el Museo Cívico del Castillo Visconteo de Pavia. El catálogo de la exposición ha sido publicado por Federico Motta Editore.
Fuente: ANSA


sábado, 29 de octubre de 2016

CIRILO DE ALEJANDRÍA UN PADRE DE LA IGLESIA POLÉMICO

CIRILO DE ALEJANDRÍA UN PADRE DE LA IGLESIA POLÉMICO
CIRILO DE ALEJANDRÍA UN PADRE DE LA IGLESIA POLÉMICO




Uno de los Padres de la Iglesia más polémicos fue Cirilo de Alejandría (c. 375-444). El historiador Hans von Campenhausen dice que era “autoritario, violento, astuto, convencido de la grandeza de su sede y de la dignidad de su ministerio”, y añade que “siempre consideró como justo aquello que era útil a su poder episcopal y a su dominación [...]. La brutalidad y falta de escrúpulos con que llevó su lucha nunca le crearon problemas de conciencia”. Cuando era obispo de Alejandría, se valió del soborno, la publicación de libelos y la calumnia para deponer al obispo de Constantinopla. Se le considera responsable del brutal asesinato, en el año 415, de la famosa filósofa Hipatia. Al hacer referencia a sus escritos teológicos, Campenhausen dice lo siguiente de Cirilo: “Gracias a él se convirtió en costumbre no remitirse, para las cuestiones de fe, sólo a las Sagradas Escrituras, sino también a citas adecuadas o a recopilaciones de ellas, extraídas de textos anteriores, reconocidas por la Iglesia”.

viernes, 21 de octubre de 2016

AGAMENÓN

AGAMENÓN


AGAMENÓN

Agamenón era el hijo de Atreo, rey micénico, y de su esposa Anaxibia.

Tras haber sido asesinado su padre, Agamenón, junto con su hermano Menelao, más la colaboración del rey de Esparta, Tindareo, tomaron control del trono de Micenas, agarrando Tindareo el trono, quién más tarde sería sucedido por Menelao. Ambos hermanos se casaron cada uno con una hija del rey, Menelao con la increíble Helena y Agamenón con Clitemnestra. Esta última pareja tuvo cuatro hijos, tres mujeres y un hombre, Orestes.

Paris, príncipe troyano, había raptado a Helena, causando la Guerra de Troya, en la cual Agamenón se convirtió en comandante en jefe del ejército griego, que representaba a diferentes reinos en contra del troyano.
Con tal de defender el honor de su hermano Menelao, Agamenón llegó a límites desconocidos.

Hubo una ocasión en la que la flota griega no puedo partir desde Aulis hasta Troya porque el viento no les era favorable, ya que Agamenón había insultado a Artemisa, encargada del aire, y el comandante llegó incluso a ofrecer a una de sus hijas, Ifigenia, en forma de sacrificio.

De todos modos, las fuentes de los textos no confirman la veracidad de estos hechos ya que hay algunos que dicen que Ifigenia pasó a convertirse en una de las sacerdotisas de Artemisa en su ciudad Tauris. Sea cual sea la versión, ya es una clara muestra de lo mucho que le importaba ganar a Agamenón.

En la Ilíada de Hornero se describe a Agamenón como un líder con coraje y valentía, pero a la vez muy arrogante, testarudo y frío que muchas veces se dejaba guiar por sus propios deseos o caprichos, sin tener en cuenta la opinión de los demás, tratando a sus iguales como si fueran vasallos.

El propio Hornero comenta que Agamenón salió hacia Troya embarcado con cien flotas y que tenía en su poder un cetro de marfil entregado por Hefesto.

Agamenón complicó las cosas al reclamar para sí a la amante de Aquiles, Briseis, luego de haber entregado a su esclava Criseis a su padre Crises, uno de los tantos sacerdotes de Apolo.
Por esto, y sumado a que no le agradaba demasiado su comandante desde antes, Aquiles comenzó a cultivar un profundo resentimiento, rechazando volver a batallar. Así, los griegos comenzaron a perder una contienda que tenían dominada. En uno de los ataques, las tropas enemigas prendieron fuego los barcos griegos.
Tras regresar de Troya, quedó bien en claro los pocos amigos que tenía Agamenón. Su esposa, quién no le perdonó que ofrezca a Ifigenia en sacrificio, se había convertido en la amante de Egisto, uno de los responsables de la muerte del comandante.
No hay una historia concreta sobre su muerte, ya que los poetas trágicos han mencionado diferentes posibilidades y cada historia difiere de otra pero la más aceptada suele ser la que comenta que tras volver fue invitado a un banquete. En dicho banquete, Clitemnestra y su amante mataron a Agamenón, aprovechando la ocasión para matar además a su amante Criseis. En el inframundo, Odiseo se encontró con la sombra del caído comandante y Menelao, su hermano, le erigió un monumento en el río Egipto.

Otra posibilidad, como la que cuenta Esquilo, fue que Clitemnestra lo mató sola, arrojando una red sobre él mientras se bañaba y lo remataba de tres golpes. En parte fue por sus celos de Criseis y por su vida adultera con Egisto. Por su parte, Tzetzes comenta que la pareja lo asesinó. Eurípides y Sófocles cuentan que Clitemnestra lo mayó arrojándole una red, siendo la causa de su enojo el ofrecer a su hija como sacrificio.
Al morir Agamenón y Criseis, sus dos hijos fueron asesinados sobre la tumba de sus propios padres, en manos de Egisto.
Sin lugar a dudas, lo más llamativo de la historia de Agamenón fue lo sin escrúpulos que vivió su vida, ofreciendo la vida de su hija para poder combatir y defender el honor de su hermano, que era el único vínculo que le quedaba con su adorado padre. Además, su instinto y capricho le jugaron en contra al buscar a la amante de Aquiles, quedando sin uno de los hombres más importantes en la guerra, lo que fue desencadenando en una serie de sucesos trágicos.

Si bien su muerte fue causada por su esposa y su amante, o por uno de ellos (como prefieran tomar la historia), se puede decir que el propio Agamenón fue condenándose a muerte, primero ganándose el odio de su esposa ofreciendo a su hija, y segundo tomando una amante, lo cual puso en claro descontento a Clitemnestra, que demostró ser una mujer con muchas agallas, y sin piedad ni escrúpulos como el propio Agamenón.
Así, Agamenón quedó marcado como uno de los comandantes más épicos por su impresionante valor pero también por un fuerte carácter que terminó significando su perdición.

Instruido en las epopeyas griegas clásicas de las que se enamoró siendo un niño, Heinrich Schliemann estaba convencido de que Agamenón realmente regresó victorioso de la mítica ciudad de Troya para gobernar sobre todas las ciudadelas de Grecia, sólo para después ser asesinado por su esposa en la bañera.

Pocas personas compartían su creencia – en ese momento, los estudiosos consideraban que la Odisea y la Ilíada no eran más que ficción especulativa. En 1876 se dispuso a probar que se equivocaban, volviendo sobre los pasos del ejército de Grecia en la Ilíada y excavando un lugar que él pensó que era el lugar final de descanso del rey.

Después de una cuidadosa excavación en la isla de Creta, por casualidad Schliemann desenterró una tumba de la Ciudadela de Micenas de la Edad de Bronce. En esa tumba, entre muchos tesoros, había tres cadáveres. Uno todavía llevaba una máscara de oro  de la muerte según la tradición de Micenas, como Homero había descrito. Al quitar la máscara, Schliemann descubrió un cráneo conservado. Asombrado por su descubrimiento, dijo: "Hoy he observado la faz de Agamenón".

Es difícil tomar a Schliemann en serio, teniendo en cuenta que cometió bastantes actos extraños en su vida.

Mientras los arqueólogos modernos han determinado que la máscara funeraria data del 1500 a C., cientos de años antes de la vida de Agamenón como lo relata la tradición.



miércoles, 12 de octubre de 2016

El Reino del Preste Juan

El Reino del Preste Juan


El Reino del Preste Juan

Leonardo Moledo publicó el siguiente relato en Pagina 12 del 4 de febrero del 2008, que comparto por ser interesante.

Hoy, los lugares fantásticos fueron desplazados por el turismo y el espacio virtual; pero en la época medieval, sin comunicaciones, ni por supuesto Internet, los lugares imaginarios gozaban de un prestigio inmenso, algo parecido a lo que pasa hoy con los parques nacionales y las reservas ecológicas. Bastaba un relato, una leyenda suficientemente coherente, y sobre todo atractiva, para que prendiera en gente con ganas de creer cualquier cosa en un mundo que consideraban pronto a derrumbarse en cualquier momento y dar paso a los poco atractivos momentos del Juicio Final. Rastros de esos lugares fantásticos se encuentran en el bello nombre del lugar mágico por excelencia de los cuentos rusos, al que el héroe debía llegar y que quedaba más allá del reino de Tres Veces Nueve, en el Imperio de Tres Veces Diez. La Atlántida, las Tierras de Gog y Magog, y hasta el mismo Edén tenían una ubicación precisa en mapas no menos fantásticos, por los que correteaban los unicornios, las aves rock, el fénix y cuatro ríos que bañaban el paraíso terrenal.
Una de las tierras fantásticas más atractivas para ir a pasar una vacaciones era el Reino del Preste Juan, que surgió de una legendaria carta enviada por un tal “Preste (presbítero) Juan” alrededor de 1150 al emperador Manuel I Comneno de Bizancio, a Federico Barbarroja (emperador del Sacro Imperio Romanogermánico), y, según parece, al propio papa Eugenio III, en la que le hablaba de su reino y le prometía ayuda para conquistar el Santo Sepulcro, en un momento en que la Cristiandad se sentía especialmente amenazada por el Islam, después de que, por suerte, fracasaran las Cruzadas (que distaban de ser nobles emprendimientos y se parecían a orgías de sangre y muerte).
La velocidad inexplicable con la que corren las noticias, en especial las más extravagantes, se ocupó del resto: en poco tiempo, el relato fantástico que contenía la carta fue traducido a decenas de idiomas. Avidos de noticias sobre lugares remotos y, sobre todo, de una defensa concreta contra la amenaza musulmana, los cristianos adoptaron con alegría y esperanza la historia del Reino del Preste Juan.
Este individuo, según decía él mismo, había logrado someter a los musulmanes en su reino y había avanzado valerosamente para luchar por la Iglesia en Jerusalén. La tenaz ilusión de encontrar un líder poderoso que derrotara a los “infieles” fue suficiente para lograr que el Reino del Preste Juan se convirtiera en una tierra tan real, volátil e ilocalizable como el mismísimo paraíso, y para que se creyera en la carta a pie juntillas. Se realizaron montones de traducciones, y se recubrió al mítico lugar (que nadie sabía dónde quedaba, pero que se ubicaba vagamente en Oriente, más allá de Persia y Armenia) con el piadoso manto de realidad del deseo.
Las descripciones de la carta eran realmente asombrosas: las tierras del Preste comprendían cuarenta y dos reyes “buenos y cristianos” y la Gran Feminia, gobernada por tres reinas y con un ejército de cien mil mujeres armadas, además de los pigmeos que luchaban con los pájaros y arqueros mitad hombres y mitad caballos. Había gusanos que vivían en el fuego y producían hebras que se lavaban quemándolas; aves, llamadas grifos, que podían transportar un buey o un caballo a su nido para alimentar a los polluelos. En una provincia del país habitaban hombres con cuernos, un ojo delante de la cabeza y tres atrás.
Y aunque carecía de electricidad, agua corriente y banda ancha, el Preste Juan poseía artefactos tan o más asombrosos: un espejo mágico, fuentes encantadas y aguas que provenían de ríos subterráneos, y que cuando veían la luz se transformaban en piedras preciosas y un collar con tales poderes que quien lo encontrase dominaría las naciones de Africa. No había agua corriente, ni electricidad, pero tampoco había pobres, ladrones y avaros, ni aduladores, ni viciosos, ni mentirosos, ni peleadores, ni pecado (ya que el espejo mágico permitía ejercer una vigilancia digna de Orwell).
Y además, decía el Preste: “Tenemos unas aves llamadas grifos que pueden transportar con facilidad un buey o un caballo al nido para alimentar a sus polluelos. También contamos con una clase de pájaros llamados Ylleriones. No hay más que dos en todo el mundo y viven unos sesenta años, al cabo de los cuales se alejan volando y se sumergen en el mar. En una provincia de nuestro país hay un yermo y en él viven hombres con un cuerno que tienen un ojo en la parte delantera de la cabeza y tres en la trasera”.
¿Cómo podía resistirse semejante cosa, teniendo en cuenta que el Preste Juan, además, descendía de los Reyes Magos?
Desde ya, la carta del Preste Juan no era más que una mera falsificación, que mezclaba los milagros de Santo Tomás, los viajes de Simbad el Marino y romances sobre Alejandro Magno.
Pero a los exploradores medievales les encantaba, y no se cansaron de buscar los dominios de este señor: a veces lo confundieron con el inmenso Imperio Mongol de Gengis Khan, otras lo situaron más allá de Persia y Armenia. Osciló indefinidamente entre Asia y Africa, y perduró en algunos mapas hasta el año 1573. El mismísimo Enrique el Navegante (1394-1460), rey de Portugal, amante de las artes y las ciencias, que no tenía nada de medieval y que fletó una expedición para llegar a las Indias por el Oeste setenta años antes de Colón, estaba convencido de su existencia y lo buscó activamente: exploró el Congo, el río Senegal, el Níger y el Gambia, e incluso envió emisarios a Jerusalén preguntando por el Preste. Obviamente, no tuvo éxito: en Jerusalén contestaron que nunca habían oído hablar de ese señor.
Y el Reino del Preste Juan, finalmente y tras una agitada lucha de unos dos siglos, se esfumó tristemente y sin dejar rastros, salvo la legendaria carta que inspiró a miles de viajeros alrededor del mundo. Se cuenta que, en algunos lugares, gente amante de la fantasía y de lo inútil se embarca en la aventura de buscar los Ylleriones, el espejo mágico y los cuarenta y dos reinos poderosos, sabiendo que no obtendrán resultados, ya que ninguna foto satelital reveló nada, y el Reino del Preste Juan se esfumó decorosamente. Con el tiempo fue sustituido por paraísos igualmente legendarios y más banales, como el ciberespacio, la aldea global y la economía de mercado.


El Reino del Preste Juan

El Reino del Preste Juan


El Reino del Preste Juan

Leonardo Moledo publicó el siguiente relato en Pagina 12 del 4 de febrero del 2008, que comparto por ser interesante.

Hoy, los lugares fantásticos fueron desplazados por el turismo y el espacio virtual; pero en la época medieval, sin comunicaciones, ni por supuesto Internet, los lugares imaginarios gozaban de un prestigio inmenso, algo parecido a lo que pasa hoy con los parques nacionales y las reservas ecológicas. Bastaba un relato, una leyenda suficientemente coherente, y sobre todo atractiva, para que prendiera en gente con ganas de creer cualquier cosa en un mundo que consideraban pronto a derrumbarse en cualquier momento y dar paso a los poco atractivos momentos del Juicio Final. Rastros de esos lugares fantásticos se encuentran en el bello nombre del lugar mágico por excelencia de los cuentos rusos, al que el héroe debía llegar y que quedaba más allá del reino de Tres Veces Nueve, en el Imperio de Tres Veces Diez. La Atlántida, las Tierras de Gog y Magog, y hasta el mismo Edén tenían una ubicación precisa en mapas no menos fantásticos, por los que correteaban los unicornios, las aves rock, el fénix y cuatro ríos que bañaban el paraíso terrenal.
Una de las tierras fantásticas más atractivas para ir a pasar una vacaciones era el Reino del Preste Juan, que surgió de una legendaria carta enviada por un tal “Preste (presbítero) Juan” alrededor de 1150 al emperador Manuel I Comneno de Bizancio, a Federico Barbarroja (emperador del Sacro Imperio Romanogermánico), y, según parece, al propio papa Eugenio III, en la que le hablaba de su reino y le prometía ayuda para conquistar el Santo Sepulcro, en un momento en que la Cristiandad se sentía especialmente amenazada por el Islam, después de que, por suerte, fracasaran las Cruzadas (que distaban de ser nobles emprendimientos y se parecían a orgías de sangre y muerte).
La velocidad inexplicable con la que corren las noticias, en especial las más extravagantes, se ocupó del resto: en poco tiempo, el relato fantástico que contenía la carta fue traducido a decenas de idiomas. Avidos de noticias sobre lugares remotos y, sobre todo, de una defensa concreta contra la amenaza musulmana, los cristianos adoptaron con alegría y esperanza la historia del Reino del Preste Juan.
Este individuo, según decía él mismo, había logrado someter a los musulmanes en su reino y había avanzado valerosamente para luchar por la Iglesia en Jerusalén. La tenaz ilusión de encontrar un líder poderoso que derrotara a los “infieles” fue suficiente para lograr que el Reino del Preste Juan se convirtiera en una tierra tan real, volátil e ilocalizable como el mismísimo paraíso, y para que se creyera en la carta a pie juntillas. Se realizaron montones de traducciones, y se recubrió al mítico lugar (que nadie sabía dónde quedaba, pero que se ubicaba vagamente en Oriente, más allá de Persia y Armenia) con el piadoso manto de realidad del deseo.
Las descripciones de la carta eran realmente asombrosas: las tierras del Preste comprendían cuarenta y dos reyes “buenos y cristianos” y la Gran Feminia, gobernada por tres reinas y con un ejército de cien mil mujeres armadas, además de los pigmeos que luchaban con los pájaros y arqueros mitad hombres y mitad caballos. Había gusanos que vivían en el fuego y producían hebras que se lavaban quemándolas; aves, llamadas grifos, que podían transportar un buey o un caballo a su nido para alimentar a los polluelos. En una provincia del país habitaban hombres con cuernos, un ojo delante de la cabeza y tres atrás.
Y aunque carecía de electricidad, agua corriente y banda ancha, el Preste Juan poseía artefactos tan o más asombrosos: un espejo mágico, fuentes encantadas y aguas que provenían de ríos subterráneos, y que cuando veían la luz se transformaban en piedras preciosas y un collar con tales poderes que quien lo encontrase dominaría las naciones de Africa. No había agua corriente, ni electricidad, pero tampoco había pobres, ladrones y avaros, ni aduladores, ni viciosos, ni mentirosos, ni peleadores, ni pecado (ya que el espejo mágico permitía ejercer una vigilancia digna de Orwell).
Y además, decía el Preste: “Tenemos unas aves llamadas grifos que pueden transportar con facilidad un buey o un caballo al nido para alimentar a sus polluelos. También contamos con una clase de pájaros llamados Ylleriones. No hay más que dos en todo el mundo y viven unos sesenta años, al cabo de los cuales se alejan volando y se sumergen en el mar. En una provincia de nuestro país hay un yermo y en él viven hombres con un cuerno que tienen un ojo en la parte delantera de la cabeza y tres en la trasera”.
¿Cómo podía resistirse semejante cosa, teniendo en cuenta que el Preste Juan, además, descendía de los Reyes Magos?
Desde ya, la carta del Preste Juan no era más que una mera falsificación, que mezclaba los milagros de Santo Tomás, los viajes de Simbad el Marino y romances sobre Alejandro Magno.
Pero a los exploradores medievales les encantaba, y no se cansaron de buscar los dominios de este señor: a veces lo confundieron con el inmenso Imperio Mongol de Gengis Khan, otras lo situaron más allá de Persia y Armenia. Osciló indefinidamente entre Asia y Africa, y perduró en algunos mapas hasta el año 1573. El mismísimo Enrique el Navegante (1394-1460), rey de Portugal, amante de las artes y las ciencias, que no tenía nada de medieval y que fletó una expedición para llegar a las Indias por el Oeste setenta años antes de Colón, estaba convencido de su existencia y lo buscó activamente: exploró el Congo, el río Senegal, el Níger y el Gambia, e incluso envió emisarios a Jerusalén preguntando por el Preste. Obviamente, no tuvo éxito: en Jerusalén contestaron que nunca habían oído hablar de ese señor.
Y el Reino del Preste Juan, finalmente y tras una agitada lucha de unos dos siglos, se esfumó tristemente y sin dejar rastros, salvo la legendaria carta que inspiró a miles de viajeros alrededor del mundo. Se cuenta que, en algunos lugares, gente amante de la fantasía y de lo inútil se embarca en la aventura de buscar los Ylleriones, el espejo mágico y los cuarenta y dos reinos poderosos, sabiendo que no obtendrán resultados, ya que ninguna foto satelital reveló nada, y el Reino del Preste Juan se esfumó decorosamente. Con el tiempo fue sustituido por paraísos igualmente legendarios y más banales, como el ciberespacio, la aldea global y la economía de mercado.


viernes, 27 de mayo de 2016

HATSHEPSUT LA FARAONA

HATSHEPSUT LA FARAONA

HATSHEPSUT LA FARAONA
Su verdadero nombre era Maat Ka Ra y pertenecía a la XVIII dinastía(c. 1490-1468 a. C)

Es denominada también como la primera dama de hierro de la historia.
Hatshepsut era la primogénita del faraón Tutmosis I. Su madre era la princesa Ahmose con la que se había casado su padre para poder legitimar su poder. Además de la única hermana que sobrevivió, Neferubity, Hatshepsut tenía medio hermanos nacidos de las relaciones de su padre con las concubinas reales. Uno de ellos sería el futuro Tutmosis II.

HATSHEPSUT LA FARAONA
Hatshepsut formaba parte de los tutmósidas, la dinastía XVIII, la primera que corresponde al periodo conocido como Reino Nuevo. Este fue un momento de esplendor del antiguo Egipto. Los tutmósidas fueron príncipes tebanos que tras expulsar a los hicsos iniciaron una importante política de estrechamiento de lazos internacionales y de importantes conquistas.

Fue Tutmosis I quien abandonó la tradición de enterrarse en una pirámide para ser inhumado en un hipogeo excavado en la roca. Daba inicio al que sería conocido como el Valle de los Reyes.

A pesar de que Hapshepsut era la primogénita del gran Tutmosis I y que este, parece ser que antes de su prematura muerte la nombró heredera asociándola al trono, fue un hermanastro suyo quien ostentaría el título de Rey. Apoyado por Ineni, arquitecto real, Tutmosis II se hizo con el poder. Hatshepsut, quien se enorgullecía de ser descendiente directa de faraones, se tuvo que conformar a verse relegada al papel de Gran Esposa Real al casarse con Tutmosis II.

Esta incómoda situación para Hatshepsut duró muy poco porque Tutmosis II murió siendo muy joven. Como si la historia se fuera a repetir, de su matrimonio con Hatshepsut sólo había nacido una niña, Neferure, mientras que los descendientes varones eran hijos de concubinas. En un primer momento, el poderoso Ineni nombró heredero al que sería Tutmosis III quien en un futuro debería casarse con Neferure.

HATSHEPSUT LA FARAONA
Durante los primeros años de su regencia del pequeño Tutmosis III Hatshepsut consiguió urdir una conjura para expulsar a Ineni de la esfera política. Con la ayuda de altos cargos como Hapuseneb y Senenmut, Hatshepsut planeó un valiente golpe de estado. No sólo eliminó a Ineni, sino que decidió asumir todo el poder tomando la titulatura real de los faraones y usurpando el poder a Tutmosis III. No sólo eso, Hatshepsut decidió reinar como faraón: eliminó de sus nombres y títulos todas las desinencias femeninas, se hizo nombrar faraón, se vistió como un hombre y reinó como rey durante 22 años de paz y prosperidad en Egipto.

Durante el reinado de Hatshepsut se vivió uno de los periodos de paz más largos de la historia de Egipto, con tan sólo algunas escaramuzas e incursiones militares de poca embergadura.

HATSHEPSUT LA FARAONA
Una de las actividades principales de su reinado fueron las construcciones religiosas. Destacan la Capilla Roja de Karnak o el majestuoso templo de Deir el-Bahari, situado en la orilla oeste de Tebas, que ha pasado a la historia como uno de los templos destacados del Antiguo Egipto. No en vano, se conocía como Dyeser-Dyeseru, el sublime de los sublimes.

Del reinado de Hatshepsut también se recuerda como hecho destacable un viaje al país legendario conocido como El Punt, una misión que quedó plasmada en las paredes del templo de Deir el-Bahari y que tuvo como principal objetivo fines comerciales y políticos.

Hacia el año 16 de su reinado, las cosas empezaron a ir mal para Hatshepsut. La desaparición de sus principales aliados, de su hija y única descendiente, y la posición cada vez más fuerte del joven Tutmosis III hicieron que su gobierno iniciara un irrefrenable declive. Hatshepsut se fue retirando progresivamente del poder hasta llegar el momento de su muerte que le sobrevino sola, abandonada por sus fieles seguidores, en su palacio de Tebas. A pesar de su enfrentamiento con Tutmosis, parece que Hatshepsut murió por causas naturales y no fue asesinada.

HATSHEPSUT LA FARAONA
Aunque el nombre de Hatshepsut se borró de los anales y templos en los que estaba presente, hoy día se descarta que Tutmosis III quisiera vengarse de su madrastra y relegarla al olvido. Más bien se cree que fue un acto de practicidad, para evitar la amenaza de la poderosa familia de Hatshepsut y poder legitimar su ascendencia al poder.

Hatshepsut, su nombre y su reinado, permanecieron en la historia de Egipto gracias a sus templos y a su propio cuerpo. Su tumba se encontró en el Valle de los Reyes y fue catalogada como KV20. Estaba en un perfecto estado de conservación


La reina Hatshepsut fué la primera mujer en regir un imperio que se extendía desde el valle del Eufrates hasta las montañas de Etiopía. Para la época, siglo XV antes de Cristo, era el imperio mas grande y poderoso del mundo, y también el que exigía una política y diplomacias extremadamente finas y delicadas por su fragilidad. La reina estuvo a la altura del cargo, pues durante los 22 años que gobernó Egipto y el mundo conocido, supo mantener el poderío, las fronteras y la imagen internacional de su imperio, a pesar de sus poderosos rivales, el imperio Mittani y el reino de Babilonia, quienes disputaban el dominio egipcio en Siria y Palestina. Manetón y otros cronistas también refieren que esta extraordinaria mujer presidió uno de los momentos de mayor prosperidad económica y cultural de la vieja y milenaria civilización egipcia, que ya para entonces tenía 2000 años de antiguedad, y todavía sobreviviría 1000 años mas hasta la conquista persa en el siglo V AC. Recordemos que la actual civilización que vivimos solo lleva algo menos de 1000 años de existencia. Ante todo mantuvo una firme política de paz y concordia en las relaciones con sus peligrosos vecinos aunque no escatimó medidas de fuerza para hacer respetar sus fronteras, seis campañas militares en Asia bastaron para asegurar su dominio en el movedizo y frágil Cercano Oriente de entonces, proeza que los gobernantes de hoy día nunca llegaron a realizar; una decidida protección y fomento al comercio internacional ya que Egipto dependía mucho de las importaciones de maderas, lanas, metales y objetos suntuarios para el culto y la corte; y un largo mecenazgo a las artes, letras y ciencias. De su tiempo se han rescatado varios papiros de medicina, matemáticas y astronomía, muy superiores en sus conceptos a los griegos y romanos posteriores, y sorprendentemente libres de formulaciones mágicas y/o religiosas, como hasta hoy día se tenía en concepto de la civilización egipcia. En su tiempo se deificó al famoso sabio Imhotep, primer médico, arquitecto y matemático de la historia y que fuera Primer Ministro del faraón Djoser, segundo faraón de la III dinastía y el primero en ser enterrado en una pirámide, la famosa pirámide escalonada de Sakhara. Los templos de este sabio de la mas remota antiguedad se convirtieron en las primeras escuelas y universidades científicas de la historia, el mas grande y famoso estaba en la ciudad de Menfis. El templo funerario de Hatshepsut en Deir el Bahari es considerado un hito artístico dentro de la larga y colosal historia del arte egipcio. Sus líneas, sorprendentemente modernas y funcionales, siguen siendo hoy en día modelo de edificio "perfecto".

El tratado firmado con babilonios y mittanios, que aseguró la paz en Oriente Medio por 50 años, puede leerse íntegramente grabado en piedra en su tumba localizada en el Valle de los Reyes, cerca de Tebas, la primera capital imperial de la historia.

Bajo su mandato no sólo se realizaron expediciones hacia el sur, en busca de materiales exóticos como madera perfumada u oro; también ser organizaron campañas militares que permitieron controlar la tercera catarata y llegar hasta la sexta.


HATSHEPSUT LA FARAONA
Se halla la momia de Hatshepsut

En el 2005 Zahi Hawass, director del Egyptian Mummy Project y secretario general del Consejo Supremo de Antigüedades, encontró diversas momias sin identificar en el Valle de los Reyes. Después de escanear las momias y comparar los rasgos genéticos de la dinastía de Hatshepsut identificaron una de las momias como la reina. A partir de este gran hallazgo, que se mostró al público en el 2007, hemos podido saber que la reina murió por una grave enfermedad: una avanzada osteoporosis y un cáncer maligno en la zona del abdomen que le pasó al hueso de la cadera; además había contraído un absceso séptico en su cavidad bucal que bien pudo provocar un shock septicémico. Según estas últimas investigaciones, su muerte estuvo precedida de largos meses de intensos dolores y fiebres.

sábado, 14 de mayo de 2016

MESALINA Y ESCILA: “CURIOSA APUESTA ENTRE PROSTITUTAS DE LA ANTIGUA ROMA”

MESALINA Y ESCILA
"CURIOSA APUESTA ENTRE PROSTITUTAS DE LA ANTIGUA ROMA”

MESALINA Y ESCILA: “CURIOSA APUESTA ENTRE PROSTITUTAS DE LA ANTIGUA ROMA”
Roma 40 ADC

Estos dos personajes de la antigua Roma protagonizaron uno de los escándalos más famosos de la época. Mesalina fue la tercera esposa del emperador Claudio, pero ella era famosa por su insaciable sed de sexo, probablemente la ninfómana más famosa de la historia. Al caer la noche, la Emperatriz abandonaba el palacio disfrazada y se dirigía al peligroso barrio de Suburra, para ejercer la prostitución en un aposento bajo el pseudónimo  de Lysisca (mujer loba). Favorita de sus clientes, que desconocían su verdadera identidad, al no exigir juventud o apariencia. Su único requisito era la potencia viril.

Orgullosa de su legendaria lascivia, lanzó un reto al gremio de las prostitutas de Roma: las instó a participar en una competición, que ella organizaría en palacio, aprovechando la ausencia de Claudio quien estaba en Britania.

MESALINA Y ESCILA: “CURIOSA APUESTA ENTRE PROSTITUTAS DE LA ANTIGUA ROMA”
La candidata oficial era, por supuesto, Mesalina, y la oposición estaba representada por Escila, la más famosa prostituta de Roma. También se anotaron algunas voluntarias, entre ellas damas de la nobleza.

Dicho desafío consistía en saber quién podía atender a más hombres en un día. El evento daría inicio por la noche, y a él asistirían muchos hombres importantes de la corte, además de otras damas a las cuales Mesalina había convencido de participar.

Aquella noche, después de haber sido poseída por 25 hombres, Escila se rindió y Mesalina salió victoriosa, pues superó la cifra al llegar al amanecer y seguir compitiendo. Según se dice, aun después de haber atendido a 70 hombres no se sentía satisfecha, llegando hasta la cifra increíble de 200 hombres.


Cuando Mesalina pidió a Escila que regresara, esta se retiró diciendo: «Esta infeliz tiene las entrañas de acero».

LA PROSTITUCION EN LA ROMA ANTIGUA

LA PROSTITUCION EN LA ROMA ANTIGUA

LA PROSTITUCION EN LA ROMA ANTIGUA
Una de las versiones del origen de la palabra puta, procede de una diosa menor de la agricultura romana.

En los días de fiesta en honor a esta diosa se procedía a la poda(puta) de los árboles, con las ramas de los árboles, las mujeres que deseaban quedarse embarazadas eran azotadas ritualmente. Las sacerdotisas ejercían una bacanal sagrada en honor a la diosa. Con el paso del tiempo el nombre de la diosa pasó a denominar a la mujer que ejercía la prostitución.

LA PROSTITUCION EN LA ROMA ANTIGUA
Roma es quizá el “paraíso de la prostitución” por ser algo más que habitual, pero también por la enorme libertad sexual existente, tanto para hombres como para mujeres. Ellos podían tener relaciones con quienes quisieran sin ningún problema, al igual que ellas, aunque en el caso de las mujeres, incluso las casadas, sólo debían mantener una serie de códigos morales y sociales, pero nada les impedía disfrutar al máximo su sexualidad.

Es en Roma donde podemos encontrar por primera vez el término “Prostitutere”, cuya traducción era “exhibir para la venta”, evidentemente, el propio cuerpo.

En Roma, tanto hombres como mujeres podían disfrutar al máximo su sexualidad.

En el caso de las prostitutas en roma, podemos encontrar varias clases de prostitutas como las cuadrantarias, llamadas así por cobrar un cuadrante, que serían las prostitutas más bajas de todas.

También encontramos las felatoras, que como podemos imaginar, eran llamadas de este modo por ser expertas en el arte de la felación.

Pero la lista de tipos de prostitutas, de acuerdo a sus características y habilidades, sería la siguiente:
• Prostituta: entregaba su cuerpo a quien quería.
• Pala: era quien aceptaba a cualquier persona que pudiese pagar el precio demandado.
• Meretrix: prostituta independiente.
• Prostibulae: ejercía sin pagar impuestos y en donde podía.
• Ambulatarae: era la prostituta que trabajaba o bien en la calle o bien en el circo.
• Lupae: eran quienes ejercían en los bosques de los alrededores de la ciudad.
• Bastuariae: ejercía la prostitución en los cementerios.
• Delicatae: tenía clientes poderosos como generales o senadores.

En todos los casos, las prostitutas de la Antigua Roma solían ser mujeres independientes y en ciertos casos, influyentes, aunque debían vestir un vestido púrpura que las diferenciaran del resto de mujeres, además de tener que pagar impuestos por desarrollar su actividad.

Si lo que queréis conocer son prostitutas famosas de la Antigua Roma, encontramos en las diversas fuentes históricas que llegaron a nuestros días nombres como Julia, la hija del Emperador Augusto, Agripina e incluso a Mesalina, la esposa del Emperador Claudio, pues era frecuente que las mujeres de alta alcurnia ejercieran la prostitución por placer.

Este es el caso de Mesalina, que según cuentan los relatos, realizó una apuesta con una prostituta y por ello se acostó en un solo día con una Centuria completa. (ver MESALINA Y ESCILA: “CURIOSA APUESTA ENTRE PROSTITUTAS DE LA ANTIGUA ROMA ”http://rodolfoparbst.blogspot.com.ar/2016/05/mesalina-y-escila-curiosa-apuesta-entre.html )

De todos modos y pese a la cantidad de sitios donde se ejercía la prostitución, el lugar preferido por la mayoría era los baños públicos, pues allí podían ofrecer sus servicios a hombres y mujeres sin excepción.

Como dato curioso, podemos añadir que en el año I d.C., según los registros encontrados en Roma, había inscritas 32.000 prostitutas en la capital del Imperio y a todas ellas les fue entregada la licencia para ejercer el oficio, conocida como “Licentia Stupri”.