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viernes, 10 de noviembre de 2017

CARTA DE BELGRANO A SAN MARTIN Felicita por la victoria de Maipú

CARTA DE BELGRANO A SAN MARTIN Felicita por la victoria de Maipú

CARTA DE BELGRANO A SAN MARTIN Felicita por la victoria de Maipú
SAN MARTÍN le había escrito a BELGRANO dándole noticia de su victoria en los campos de Maipú.

El 20 de abril de 1818, el vencedor de Tucumán, le responde al Libertador.

En carta que ha recogido la Historia, expresa:  Excelentísimo señor: Señor: Nunca se manifiesta el sol con más brillantez y alegría que después de una tempestad furiosa. El azaroso acontecimiento del 19 de marzo, en los campos de Talca, le dio palpablemente el último grado de importancia e inmortalidad al venturoso del 5 del corriente, en los campos de Maipú, del que me habla V. E. en la suya del 8 del mismo. Al enemigo, fascinado en aquél, no se le ocurrió, por lo visto, que aun existía el general San Martín y que, capaz de transmitir su heroísmo al último de sus subalternos, haría prodigios aun con la espada al cuello. Él, sin duda, contó con que V. E. sería el primero que arrastrase su carro triunfal auxiliado de los jefes que le secundaban, pero, la copa de la felicidad jamás se concedió a un orgullo presuntuoso: encontró su ruina y su vergüenza, donde creyó dar con su gloria y exaltación. Circunscribo los plácemes que doy a V. E., a la extensión de mi característica sinceridad, ya que no se me ofrecen expresiones que los signifiquen del modo más adecuado, complaciéndome la infalibilidad, de que la nación en masa, entrando yo en parte, elevará en el centro de su corazón, el monumento de eterna gratitud que inmortalice al héroe de los Andes. Tampoco olvidará a los dignos hijos suyos, jefes, subalternos, oficiales y tropa que acompañaron a V. E. en la brillante jornada: todos son acreedores a una memoria perpetua, vivirán, como me lisonjeo, la vida eterna de la nación.
Dios guarde a V. E. muchos años.-
Tucumán, 20 de abril de 1818.

Manuel Belgrano.

miércoles, 2 de noviembre de 2016

SAN MARTIN: "Código de Honor del Ejército de los Andes "

SAN MARTIN: "Código de Honor del Ejército de los Andes "



SAN MARTIN: "Código de Honor del Ejército de los Andes "

"La patria no hace al soldado para que la deshonre con sus crímenes, ni le da armas para que cometa la bajeza de abusar de estas ventajas ofendiendo a los ciudadanos con cuyos sacrificios se sostiene. La tropa debe ser tanto más virtuosa y honesta, cuanto es creada para conservar el orden, afianzar el poder de las leyes y dar fuerza al gobierno para ejecutarlas y hacerse respetar de los malvados que serían más insolentes con el mal ejemplo de los militares."
José de San Martín, Cuartel General de Mendoza, 4 de septiembre de 1816.
Citar Fuente: "www.elhistoriador.com.ar"



domingo, 30 de octubre de 2016

POLICARPA SALAVARRIETA


POLICARPA SALAVARRIETA


Guaduas, 26 de enero de 1795 - Santafé de Bogotá, 14 de noviembre de 1817.

Aprendió a leer y escribir, lo cual era poco común para una mujer entonces. Después de la muerte de sus padres vivió en Tena durante una epidemia de viruela. Viajó a Santafé de Bogotá, donde trabajó como costurera asalariada para María Matea Zaldía. Se hizo entonces partidaria de la causa patriota y tras la ocupación española de la ciudad el 16 de mayo de 1816, se vinculó con el movimiento clandestino de los hermanos Vicente y Ambrosio Almeyda.
Policarpa fue entonces a Guaduas, algunos dicen que fue maestra, sin embargo para la época era poco probable que una mujer ejerciera esa labor a menos que fuera religiosa. Allí cumplía tareas del movimiento clandestino. Vivía un intenso romance con el también patriota Alejo Sabaraín, a quien había conocido en la clandestinidad. Provista de pasaportes falsos, ella y su hermano llegaron a Santafé asediada por el terror realista.
Con anterioridad a 1810, parece que Policarpa no estuvo envuelta en actividades políticas. No obstante en 1817, cuando se trasladó a Bogotá, ya estaba participando en algunas, lo que muestra que la Pola había iniciado desde Guaduas sus labores patriotas. Cuando Policarpa y su hermano Bibiano llegaron a la capital, portaban salvoconductos falsos y llevaban una carta escrita por Ambrosio Almeyda y José Rodríguez, líderes de las guerrillas. Se alojaron en la casa de Andrea Ricaurte y Lozano, por recomendación de los líderes.
POLICARPA SALAVARRIETA

La ejecución de Policarpa Salavarrieta, mujer joven, por un crimen político, movió a la población y creó una gran resistencia al régimen del terror impuesto por Juan Sámano. Si bien muchas mujeres fueron igualmente asesinadas durante la ocupación española, el caso de la Pola cautivó la imaginación popular. Su muerte inspiró a poetas, escritores y dramaturgos para inmortalizar su historia, siempre resaltando su valentía y coraje
La imagen de Policarpa ha sido utilizada varias veces en los billetes y monedas de Colombia, y es la única personalidad histórica femenina que ha aparecido en ellos (a pesar de que se han representado otras figuras femeninas, pero ellas son simbólicas o mitológicas como la justicia, la libertad, una indígena nativa americana anónima, y más recientemente, la María, un personaje de la novela de Jorge Isaacs). 




sábado, 29 de octubre de 2016

COMODORO JOSE MURATURE

COMODORO JOSE MURATURE

COMODORO JOSE MURATURE

Nació en 1804 en la aldea de Alassio cerca de Génova (Italia). Cuando tenía 11 años se embarcó en una fragata de guerra francesa, donde se inició como guardiamarina. Con el correr del tiempo efectuó numerosos viajes, algunos de ellos hasta las costas del Brasil.
Cuando contaba veinte años arribó a Buenos Aires en 1825 y al poco tiempo el Imperio del Brasil nos declaró la guerra. Este hecho le dio la oportunidad de servir a nuestro país, que ya consideraba su patria adoptiva.
Conocedor extraordinario del Río de la Plata y sus afluentes, comandando el cúter "Luisa" suministró a Brown numerosas informaciones sobre las fuerzas y posición de la escuadra enemiga. Con el mismo buque formó parte de convoyes que condujeron tropas, víveres, etc., al ejército nacional que se encontraba en operaciones en la Banda Oriental.
Finalizada la guerra se redujeron considerablemente las necesidades de nuestra Marina en material y en personal, pero Murature, hombre de mar, se incorporó a las actividades de la marina mercante y llegó a obtener en esa actividad la jerarquía de capitán.
Durante el gobierno de Rosas, Murature se inclinó por la causa liberal que defendían los unitarios, arriesgando con ello su vida sin otro premio que el de satisfacer la senda de la libertad.
Producida la caída de Rosas luego de la batalla de Caseros e l3 de febrero de 1852, comenzó un tiempo nuevo para orientar al país por la senda institucional, pero los hombres de Buenos Aires y Urquiza hablaban un lenguaje distinto en lo que se refería a la organización nacional.
Buenos Aires no estuvo de acuerdo con el sentido que Urquiza quiso imprimir a la Confederación Argentina y se separó de su seno. Urquiza pretendió someter por la fuerza a Buenos Aires y estalló la lucha. Murature, con el grado de sargento mayor, pasó a formar parte de la escuadra de Buenos Aires, asignándosele el comando de la goleta de guerra "Santa Clara".
La escuadra porteña compuesta por seis naves, fue puesta a las órdenes de un marino polaco, Floriano Zurowski y el 18 de abril de 1853 enfrentó a la escuadra de la Confederación en aguas de Martín García. La escuadra de Buenos Aires resultó derrotada en la acción y regresó a puerto. Zurowski fue relevado del mando y en su lugar se designó a Murature.
Enarboló su insignia a bordo de la goleta "9 de Julio" y frente a Buenos Aires sostuvo un encarnizado combate contra la fuerza naval de Urquiza. Ascendido a coronel de marina, forzó el paso de las baterías del Rosario y se situó frente a Paraná interviniendo más tarde en el heroico sitio de Paysandú, cuando esta ciudad fue sometida a un intenso bombardeo por parte de la escuadra brasileña al mando del almirante Vizconde de Tamandaré, el 2 de enero de 1865, y que sería el factor desencadenante de la Guerra de la Triple Alianza contra el Paraguay.
Durante ese conflicto (1865-1870) actuó como jefe de la Escuadra Nacional y en ocasión de enarbolar su insignia en el vapor "Guardia Nacional", al mando del teniente coronel Py, se encontró presente en la acción del forzamiento de Paso de Cuevas, ocurrida el 12 de agosto de 1865. Una división naval brasileña a la que se había incorporado el "Guardia Nacional" debe soportar un muy intenso fuego de unas cuarenta piezas de artillería paraguayas, ubicadas en las barrancas del Río Paraná, las que fueron apoyadas por unos tres mil soldados. La fuerza naval logró superar el obstáculo y continuó navegando por el Paraná, pero las averías que sufrido eran muy importantes y uno de los buques más castigados resultó ser el argentino. Salió del lance con varios impactos en la flotación y con quince bajas; entre los muertos se encontraban los guardiamarinas Enrique Py, hijo del Comandante de la nave, y José Ferré.
Finalizada esta contienda Murature, pasó a una vida menos azarosa de lo que había sido su existencia y dotado de excelentes condiciones de pintor marinista, se dedicó a reflejar la tela las naves de la escuadra nacional.
José Murature, Comandante de la Escuadra del Estado de Buenos Aires y de la escuadra nacional, fue el segundo almirante de nuestra marina de guerra. Falleció en Buenos Aires el 9 de agosto de 1880.
Soldado de la libertad y marino de la escuadra heroica de la República en los combates contra el Imperio del Brasil, atravesó las horas agitadas de las luchas civiles y la organización nacional, como su combatiente insobornable de la dignidad.

Cuatro buques de la Armada Argentina llevaron su nombre: Vapor Aviso "Coronel Murature" (1884), Torpedera de 1ª clase "Comodoro Murature" (1891), Rastreador Minador "Murature" (1923) y el Patrullero "Murature" (1954); todavía en servicio

viernes, 25 de marzo de 2016

LA GÜERA RODRÍGUEZ

LA GÜERA RODRÍGUEZ

LA GÜERA RODRÍGUEZ
¿Cortesana? ¿Prostituta? ¿Mujer escandalosa? ¿Amante de personalidades como Simón Bolivar, Alejandro Von Humboldt y Agustín de Iturbe? Además de  tres maridos y muchas otras aventuras ¿Heroína de la independencia mejicana? Lo cierto es que la “Güera Rodríguez” fue una personalidad descollante del Méjico pre independencista y fundamental en la Independencia.

MARÍA IGNACIA RODRÍGUEZ DE VELASCO fue su nombre real, María Ignacia Javiera Rafaela Agustina Feliciana Rodríguez de Velasco Osorio Barba Jiménez Bello de Pereyra Fernández de Córdoba Salas Solano y Garfias más concretamente. Es  legendaria gracias a su belleza y por los muchos escándalos y amantes que tuvo, además fue de las primeras mujeres que se divorció en México.

Dicen que sobre la historia importa tanto el momento que se cuenta como quien la cuenta. Y en estos malabares de historiadores y personajes, hay personajes claves que quedan fuera de las páginas oficiales de la historia. Esta bella mujer no ha sido sólo ignorada en los libros oficiales de historia de las primarias, muchos mexicanos ignoran que es muy probable que sin ella no se habría consumado la independencia de México.

LA GÜERA RODRÍGUEZ
" La Güera Rodríguez ", fue una personalidad de la alta nobleza novo-hispana que escandalizó a la mentalidad conservadora de su tiempo, que tuvo muchos amoríos con importantes personajes de su época entre estos con Alejandro Von Humboldt , con Simón Bolívar y con Agustín de Iturbide , éste último a quien ella impulsó para que consumara la independencia. 

Nació el 20 de noviembre de 1778, en la Ciudad de México y vivió en la Tercera Calle de San Francisco, hoy Madero, en el Centro Histórico, era hija del corregidor de la Ciudad de México. Fue una mujer bella, bien formada de cuerpo, de mediana estatura, elegante y de alcurnia. Nació en los estertores de la Colonia y murió en los primeros años del México independiente.

La historia la registra como una mujer cercana al poder político y, quizás sin ella, la Independencia no se habría consumado. En la memoria colectiva doña Ignacia Javiera Rafaela Agustina Feliciana es simplemente La Güera Rodríguez.

La amorosa joven cautiva con su plática, con su gracia y simpatía. Debemos imaginar aquellas tertulias de la casa de la calle de los Plateros, donde la "Güera Rodríguez" hacía gala de extravagante hospitalidad para recibir y atender a sus invitados que se extasiaban con el caudal de cultura que emanaba de sus labios, con la inteligencia de sus respuestas sinceras a través de una mirada serena y alegre. La caída de sus bucles dorados, realzaban aquellos inolvidables ojos azules que destacaban ante la delicadeza de las facciones de su rostro. Era tan bella que alguna vez sirvió de modelo para esculpir y pintar a la misma Virgen María.

LA GÜERA RODRÍGUEZ
Su rasgo más distintivo fue su inteligencia, su habilidad y sus cualidades excepcionales para la intriga política, lo cual desencadenó tres intervenciones en las etapas formativa y consumadora de la Independencia del país.


La primera fue en 1808. El  entonces virrey José de Iturrigaray, se quedó muy cerca de consumar la independencia y hubo una conspiración, en la cual participó como artífice oculto, La Güera Rodríguez, para convertirlo en José I, rey de México.
Aunque la noche en la que Iturrigaray fue depuesto como virrey, un grupo de españoles tradicionalistas, encabezados por el hombre más rico de la Nueva España, Gabriel de Yermo, evitó la separación. A partir de ese momento tomó fama de ser partidaria de la independencia de la nación.

La Güera era la gran dama de sociedad que gozaba del vigor necesario para iniciar diferentes actividades culturales, diplomáticas, filantrópicas y religiosas. Era una dama en el sentido pleno de la palabra y debe inscribirse dentro del círculo de mujeres destacadas que lucharon también por la causa independiente.

Asiste a las reuniones encabezadas por el licenciado Francisco Primo de Verdad, y participa con personajes ilustres como el cura párroco de Dolores, Don Miguel Hidalgo y Costilla, sin duda uno de los hombres de mayor simpatía e inteligencia, que hace gala de profundos razonamientos filosóficos y mantiene una noble conciencia política. 

Como doña María Ignacia siempre había tenido fortuna, se dijo que había sido mecenas y cómplice del movimiento independentista, encabezado por el cura Miguel Hidalgo y Costilla, por lo cual en 1811 fue acusada y llevada a juicio ante el Tribunal del Santo Oficio de la Inquisición. La Güera Rodríguez es una de las pocas personas en la historia del México colonial que pudo presumir haber salido totalmente libre de cargos y evitar las torturas que el Santo Oficio ponía como castigo: la hoguera, el potro de los tormentos o la reclusión en las mazmorras por tiempo indefinido, resalta el abogado y escritor.
Como no hubo pruebas realmente sólidas que la culparan de apoyar a Hidalgo, La Güera nunca se amedrentó; en cambio les sacó a cada uno sus trapitos al sol, pues tenía conocimiento de todo lo que ocurría en la sociedad. Así les achacó cuestiones de corrupción, aventuras amorosas e incluso a uno de los inquisidores lo acusó de pedofilia.

Pero la etapa más importante de La Güera Rodríguez fue la consumación de la Independencia, que se dio por el amasiato con Agustín de Iturbide. Ella estaba libre de matrimonio, pero él estaba casado con doña Ana Huarte.
Iturbide era coronel del ejército realista y La Güera Rodríguez era una mujer de enorme fortuna. Así con el dinero y con sus relaciones políticas y sociales, María Ignacia logró que Iturbide ascendiera de coronel a general en jefe del ejército realista y se le encomendara el mando de las tropas que fueron a combatir al último caudillo insurgente: Vicente Guerrero.
Iturbide se convenció de que era casi imposible derrotar a Guerrero, por lo que acabaron con una alianza que permitió consumar la Independencia de México.

En la iglesia de la Profesa, en la Ciudad de México, se reúne un grupo de intelectuales con el representante del virrey Don Juan Luis de Apodaca, conde del Venadito, el inquisidor José Antonio Tirado y el oidor Don Miguel Bataller, para proponer una alternativa pacificadora. Ahora la Güera Rodríguez convence al virrey y al canónigo Matías Monteagudo, prepósito de la Profesa, para que su admirado coronel realista sea el nuevo líder. Pronto proponen a Iturbide como el caudillo que negociará con los insurgentes la ansiada paz.

Don Agustín de Iturbide y Arámburo, Arregui, Carrillo y Villaseñor (1783-1824) prepara el plan llamado de “las tres garantías”, que proclama en Iguala el 24 de febrero de 1821.

Es famosa la anécdota cuando Iturbide, montado a caballo, hizo su entrada triunfal a México, para consumar la Independencia el 27 de septiembre de 1821; vestía uniforme de gala y un sombrero con plumas verdes, blancas y rojas. Cuenta la historia que desvió el curso del desfile para pasar frente a la casa de La Güera Rodríguez, ahí se bajó del caballo y le entregó una pluma de su sombrero, que ella se la colocó en el nacimiento del pecho.

La Güera Rodríguez ejerció el mayor grado de poder político que ha tenido una mujer en la historia de México, porque fue más que la amante: se convirtió en la consejera política del primer emperador, del hombre que consumó la Independencia nacional. Pero como fue un desastre el gobierno de Iturbide, sólo duró diez meses y se exilió en Europa, con lo cual culminó el romance con La Güera.


los últimos años de La Güera Rodríguez fueron tristes. Vivió más de 70, pero una enfermedad degenerativa en los huesos y una caída la dejaron paralítica.
Así, vio la vida pasar desde el balcón de su casa sentada en una silla de ruedas hasta su fin.

La Güera fue una  mujer hermosísima, que seguramente padeció de algún trastorno psicológico que la llevó a ser adicta al sexo y prácticamente a prostituirse en la alta sociedad, fue sin embargo, una mujer de cultura enorme, como una Pompadour o una Madame Stäel, de familia aristocrática y de gran riqueza pero con una gran sensibilidad y simpatía por el pueblo y por los pobres a los que ayudaba.

Tuvo una enorme pléyade de amantes, entre los que se pueden contar a un adolescente Simón Bolívar que viajaba rumbo a Europa y pasó por México, al científico alemán Alexander Von Humboldt, incluso a algún canónigo e inquisidor y a Agustín de Iturbide, en otras palabras, podemos considerarla como un ícono de mujer liberada e independiente, sobre todo para la época.

Sin embargo, la Güera no tiene monumentos, ni calles, ni escuelas, ni plazas, ni su nombre en letras de oro en el salón de sesiones del Congreso, y es muy probable que haya sido la heroína fundamental de la Independencia de México,



jueves, 10 de septiembre de 2015

LA MUSICA MILITAR DURANTE LAS BATALLAS POR LA INDEPENDENCIA

LA MUSICA MILITAR DURANTE LAS BATALLAS POR LA INDEPENDENCIA




Nuestros ejércitos llevaron su música militar preferentemente tambores de guerra.
Las gloriosas campañas de la Independencia reavivaron la afición por la música militar. Las bandas de los distintos regimientos marchaban por la ciudad festejando los triunfos de las armas patriotas. En los acuerdos del Cabildo de junio y julio de 1814 se pagó al Músico Mayor Francisco Ramos, cuarenta pesos por la banda que tocó en las celebraciones de la toma de Montevideo y en la recepción de los trofeos capturados en aquella plaza.
Al Músico Mayor Antonio Martínez se le pagó ciento siete pesos por la banda que acompañó a los S.S. del Cabildo por las calles de la ciudad el 20 de julio festejando la toma de Montevideo. José Saura fue en esos años tambor mayor de Arribeños.
Conocemos los nombres de dos tambores que sirvieron a las órdenes del general Belgrano en la campaña al Paraguay. Uno de ellos es el niño Pedro Ríos (1798-1811), conocido por la historia como el tambor de Tacuarí. Bartolomé Mitre, en su "Historia de Belgrano y de la Independencia Argentina" hizo conocer el episodio que protagonizó este heroico niño. Sabemos que se incorporó a las tropas de Belgrano, en marcha al Paraguay, en la localidad correntina de Yaguareté Corá, actual ciudad de Concepción: allí el 26 de noviembre de 1810, pocas horas después de su arribo, el general Belgrano recibió las adhesiones de un grupo de vecinos que quería alistarse en el ejército expedicionario. Entre ellos se hallaba Pedro Ríos, de 12 años de edad, quien rogó al general que le permitiera marchar con sus soldados en calidad de tambor, junto a los integrantes de la banda lisa. Asistió a las alternativas de la expedición combatiendo en Itapúa y Yuquerí, hasta que el 9 de marzo de 1811, en Tacuarí, cayó herido de muerte tocando el redoble de combate a la cabeza de las tropas argentinas. El otro tambor fue el sargento Pedro Bustamante (1793-1883), nacido en el Fuerte de Soledad, en la frontera santafesina. Incorporado al ejército de Belgrano actuó como tambor en la batalla de Tucumán, en la que resultó herido. A su regreso a Santa Fe ocupó el cargo de tambor mayor en las filas de Estanislao López, para dirigir después la compañía de tambores con el grado de sargento mayor. Murió en la ciudad de Santa Fe el 1º de julio de 1883, siendo sepultado en el cementerio de Guadalupe con honores oficiales. Pantaleón Silva, tambor del 6º de infantería, murió en la batalla de Tucumán (1812), en la que fueron apresados 16 músicos realistas.
Era frecuente en aquellos tiempos los niños tambores en los regimientos, y conocemos un decreto de la comandancia general de armas de 1814, disponiendo que la policía recogiera a los muchachos que vagaban por las calles para que remplazaran la falta de músicos en los regimientos recientemente formados. Ya en las invasiones inglesas de 1806-07 los niños fueron regimentados y muchos de ellos fueron tambores. En 1851, por un decreto de Rosas, los niños de 12 años eran incorporados como tambores al ejército.
Conocemos los nombres de varios músicos militares en los primeros años de la Independencia. José Saura fue tambor mayor del cuerpo de Arribeños; un tal Latorre, tambor mayor en las campañas del Alto Perú y Chile; José Pons, nacido en Buenos Aires en 1784, fue tambor del cuerpo de Artillería en el Alto Perú y luchó en Chile y Perú; Félix Bogado, que llegó a coronel, fue en sus principios corneta de Granaderos a Caballo; Domingo Lara, un negro que vivió más de cien años, fue el trompa a órdenes de San Martín en Chacabuco y Maipú, pasando después al Perú y Ecuador, murió en Buenos Aires a principios de siglo; el sargento Moyano fue el tambor mayor del regimiento 8º en el Ejército de los Andes; José Agapito Roco fue tambor mayor del regimiento 7º en el mismo ejército; el sargento Julián Ponce (1795-1890), nacido en Cosmes (Corrientes), fue trompa de órdenes de San Martín en San Lorenzo e hizo las campañas de Chile, Perú, el Brasil y Caseros; Miguel Chepoya, sargento trompa de órdenes de San Martín, sirvió en el ejército de 1813 a 1826. Regresó a Buenos Aires en febrero de 1826 con el coronel Félix Bogado y otros cinco granaderos.
El músico español Blas Parera (1776-1840), vivió en Buenos Aires y en Montevideo desde 1797 hasta 1818. Organizó bandas militares durante las Invasiones Inglesas y compuso aires militares en ese período y después de 1810. La Asamblea le encargó la música de nuestro Himno Nacional, el 6 de marzo de 1813. Fue también autor de la música de numerosas marchas y canciones patrióticas compuestas en la época. Entre ellas una Canción Patriótica con letra de fray Cayetano Rodríguez, que se cantaba en 1812 y cuyas estrofas decían:
"A las armas corramos ciudadanos, Escúchese el bronce, óigase el tambor…"
Fue impresa en Londres y profusamente difundida en Buenos Aires, la Banda Oriental, Entre Ríos y Corrientes. "El Censor" de Buenos Aires, del 21 de enero de 1812, decía: "Es una hermosa marcha militar y la he visto cantar en Montevideo a un ejército de cinco mil patriotas con lágrimas de entusiasmo". Su actividad como organizador de bandas militares manifiesta en un documento del Archivo General de la Nación, de setiembre de 1815, en donde Parera aparece como "revisor de la música" en una compra de instrumentos que se hizo para el batallón Nº 7 de Libertos.
(De "Todo es Historia", edición "Las Bandas Militares: el coraje a través del ritmo" por Vicente Gesualdo, 1977).


miércoles, 9 de septiembre de 2015

UN FUSILADO DURANTE LAS INVASIONES INGLESAS

UN FUSILADO DURANTE LAS INVASIONES INGLESAS



Producida la invasión inglesa de 1806, comenzó también la reconquista. Un puñado de patriotas comenzó a organizarse en la Chacra de Perdriel, financiados por Martín de Alzaga. Enterado por sus espías, Bereford manda una tropa para acabar con los resistentes.

La Chacra de Perdriel, en la hoy Villa Ballester, fue escenario del enfrentamiento entre las fuerzas criollas de Pueyrredon y las inglesas de Beresford, en agosto de 1806.

Uno de los prisioneros tomado en Perdriel por los ingleses, fue Miguel Skenon, (“un alemán católico romano que se nos había desertado previamente” lo define Alexander Gillespie, relator inglés de la invasión).

En la lucha, sirviendo como artillero con los criollos, se mantuvo firme en su puesto, hasta que tuvo que rendirse con su cañón.

Llevado a Buenos Aires, fue juzgado por un consejo de guerra y condenado a muerte.

Fue fusilado el 9 de agosto, en Buenos Aires, ante el regimiento 71 formado, con la asistencia espiritual del obispo Benito de Lué y Riega. “Antes de la ejecución el obispo en persona le administró el sacramento y le ofendió mucho que la guardia no se sacase las gorras durante la ceremonia, y aún la seguridad que se le dio de que tal deferencia era contraria a nuestros reglamentos militares, no mitigó de ningún modo la omisión” escribe Gillespie. 

“Aquella víctima afrontó su destino con firmeza y su ansioso pedido último fue que sus padres lo ignorasen siempre”.




viernes, 4 de septiembre de 2015

F.O.R.J.A. DOCUMENTO INICIAL Y CONSTITUYENTE

F.O.R.J.A. DOCUMENTO INICIAL Y CONSTITUYENTE


DECLARACION APROBADA EN LA ASAMBLEA CONSTITUYENTE DEL 29 DE JUNIO DE 1935

Somos una Argentina Colonial: queremos ser una Argentina Libre

La Asamblea Constituyente de la Fuerza de Orientación Radical de la Joven Argentina, considerando:

1º - Que el proceso histórico Argentino en particular y Latinoamericano en general, revelan la existencia de una lucha permanente del pueblo en procura de su Soberanía Popular, para la realización de los fines emancipadores de la Revolución Americana, contra las oligarquías como agentes de los imperialismos en su penetración económica, política y cultural, que se oponen al total cumplimiento de los destinos de América.
2º - Que la Unión Cívica Radical ha sido desde su origen la fuerza continuadora de esa lucha por el imperio de la Soberanía popular y la realización de sus fines emancipadores.
3º - Que el actual recrudecimiento de los obstáculos opuestos al ejercicio de la voluntad popular, corresponde a una mayor agudización de la realidad colonial, económica y cultural del país:
Declara:
1º - Que la tarea de la nueva emancipación sólo puede realizarse por la acción de los pueblos.
2º - Que corresponde a la Unión Cívica Radical, ser el instrumento de esa tarea, consumando hasta su totalidad la obra truncada por la desaparición de Hipólito Yrigoyen.
3º - Que para ello es necesario en el orden interno del Partido, dotarlo de un estatuto que, estableciendo el voto auténtico y cotizante, asegure la soberanía del pueblo radical, y en orden externo, precisar las causas del endeudamiento argentino al privilegio de los monopolios extranjeros, proponer las soluciones reivindicadoras y adoptar una táctica y los métodos de lucha adecuados a los obstáculos que se oponen a la realización de los destinos nacionales.
4º - Que es imprescindible luchar dentro del Partido, para que éste recobre la línea de principismo e intransigencia que lo caracterizó desde sus orígenes, única forma de cumplir incorruptiblemente los ideales que le dieron vida y determinan su perduración histórica al servicio de la Nación Argentina.
Dentro de estos conceptos y tales fines, la Fuerza de Orientación Radical de la Joven Argentina, "F.O.R.J.A.", abre a sus puertas a todos los radicales y particularmente a los jóvenes que aspiren a intervenir en la construcción de la Argentina grande y libre soñada por Hipólito Yrigoyen.

- Por el radicalismo a la soberanía popular.

- Por la soberanía popular a la soberanía nacional.

- Por la soberanía nacional a la emancipación del pueblo argentino
F.O.R.J.A.-Fuerza de Orientación Radical de la Joven Argentina

F.O.R.J.A.-Fuerza de Orientación Radical de la Joven Argentina

La Voluntad de F.O.R.J.A. es:
 
RECUPERAR la Unión Cívica Radical para el cumplimiento de su destino intransigente, reparador y revolucionario.

EMANCIPAR la economía nacional de la absorción operada por el capitalismo colonizador.

ENCAUZAR la voluntad radical de las masas en el sentido de la justicia social americana.

RETOMAR la ruta histórica de la nacionalidad, desviada por las oligarquías anti-americanas.

DESPERTAR las fuerzas morales de las muchedumbres nativas para rescatar todo lo perdido en el desastre de los gobiernos usurpadores y anti-nacio-nales.

EXALTAR la fe heroica del pueblo para llevale a la realización de su verdadero destino.

INFUNDIR un sentido trascendente y darle un contenido original y propio a la argentinidad.

Año 1936 


jueves, 3 de septiembre de 2015

LA ÉPOCA PREVIA A LA REVOLUCION DE MAYO RELATADA POR UN PARTÍCIPE

LA ÉPOCA PREVIA A LA REVOLUCION DE MAYO RELATADA POR UN PARTÍCIPE

Les brindo el relato de Tomás Guido sobre la época previa a la Revolución de Mayo. Es interesante porque fue partícipe, amigo y uno de los ideólogos de San Martín, y reconocido estratega revolucionario


LINEA DIVISORIA ENTRE CRIOLLOS Y PENINSULARES

La preponderancia que adquirió el regimiento de Patricios de Buenos Aires, el 1° de enero de 1809, sobre los tercios españoles, bajo la dirección de don Martín de Álzaga, decididos a deponer al pueblo de Buenos Aires la existencia de un poder que hasta entonces no había tenido ocasión de ensayar, y la autoridad del virrey vino a quedar bajo la única salvaguarda de los batallones nacionales.
Resuelto así el tema que pendiera de este hecho, empezaron a trabajar más desahogadamente, aunque en reuniones secretas, los pocos ciudadanos preocupados de la idea grandiosa de la emancipación de su patria. La casa del señor Vieytes en la calle Venezuela, y la de don Nicolás Rodríguez Peña, en la calle piedad tras de la iglesia de San Miguel, servían frecuentemente de punto de reunión de los iniciados en el pensamiento de formar un gobierno independiente de la antigua metrópoli. Se inventaban excursiones al campo y partidas de caza para disfrazar el verdadero intento de este figurado pasatiempo.
Los concurrentes a esos memorables paseos, apenas se encontraban reunidos, sea bajo de los árboles ó al abrigo de una choza campestre, se ocupaban exclusivamente de combinar los medios de llevar a buen término la obra de sus sueños y de sus esperanzas.
"El pueblo, decían ellos, no está preparado para un cambio violento en la administración. La masa de los proletariados que constituye la fuerza de la provincia, consagra una especie de culto al general Liniers, en quien no ven el odioso instrumento del absolutismo peninsular, sino al libertador de Buenos Aires, al triunfador de la última invasión extranjera; atacar esta autoridad, sería concitar contra nosotros una fuerza invencible".
No carecían tampoco del sentimiento de la gratitud, los hombres generosos dedicados a la libertad de su patria. En sus combinaciones íntimas, en sus expansiones recíprocas, no asomó jamás, ni el rencor, ni la ambición, ni la venganza. Una sola pasión les dominaba: la de la independencia de su país; y a ella sacrificaban sin reserva su vida y su fortuna.
Pero ¿cómo procurarse prosélitos para derribar el poder español, sin aventurar el sigilo, y arriesgar sin fruto la propia existencia de los confabulados, una vez que llegase a descubrirse por la autoridad el designio secreto de sus trabajos? ¿Cómo iniciar en el misterio al corones don Cornelio Saavedra, jefe del regimiento de Patricios, sin cuyo concurso fuera inútil y temeraria toda tentativa cuando tenía de su parte el favor de Liniers y cuando blasonaba de su lealtad probada, sosteniéndole contra las intrigas de los españoles?
La desacordada política de la corte de España se encargó de sacar a los patriotas de este amargo conflicto. El general Liniers, de origen francés, denunciado subrepticiamente a la corte por el cabildo de Buenos Aires, como conivente con el emperador de los franceses, y acusado de haberse entendido con su comisario imperial, para traicionar la causa del rey, fue depuesto súbitamente y sustituido del mando del virreynato por el general de marina don Baltazar Hidalgo de Cisneros. Esta medida inconsiderada del gobierno de España vino a satisfacer de cierto modo a los magnates españoles, derrotados en la asonada del 1º de enero, pero descontentó al mismo tiempo a los Patricios, lastimó su lealtad, y desairó a los que fieles a sus deberes militares, habían sostenido al virrey, atacados por aquellos mismos a quienes más importaba la conservación de la autoridad peninsular.
Por otra parte la vida entera del general Liniers, sus eminentes servicios a la corona de España, su índole caballeresca y noble, protestaban contra la calumnia de que era víctima, y despertaba en los hijos del país, aversiones y desprecio a los instigadores y sostenedores de una intriga. El mismo gobierno español tan débil para contemporizar en América, con las preocupaciones bastardas de los enemigos de su fiel servidor, hubo de limitarse empero, á exonerar al virrey sin destituirlo de su rango en la marina de guerra.
Demarcóse, pues, fácilmente la línea divisora entre los naturales y los españoles, siquiera no fuese para la generalidad sino el resultado de rivalidades locales, no habiendo aun cundido entre el pueblo las ideas que agitaban a los promovedores de la revolución de Mayo. De un lado está el número y la confianza en las propias fuerzas: del otro lado los peninsulares enardecidos contra el agresor de la España, y engreídos de la aquiescencia de la metrópoli a un cambio personal en la administración del virreynato.


miércoles, 26 de agosto de 2015

Don Hipólito Suárez "Un sargento de la Independencia"

Don Hipólito Suárez "Un sargento de la Independencia"



El diputado a la Legislatura de Tucumán, don Lisandro Aguilar, ha descubierto en el pago de Valderrama, a dos leguas de la estación Río Colorado del Ferrocarril Central Córdoba, la existencia de uno de los escasos sobrevivientes de nuestras luchas de la Independencia y del caudillaje.
Es el ex sargento de Húsares de Lamadrid, don Hipólito Suárez –conocido por el descubridor-, de 106 años de edad, que vive aún en la ranchada donde nació, separada del resto del mundo por dos ríos caudalosos que la mantienen casi aislada.
Suárez a pesar de su avanzada edad y de las rudas campañas que ha soportado en aquellas épocas en que el soldado de la patria no recibía sueldo, vestuario ni comida –teniendo que proveer por sí mismo a todas las necesidades- se conserva fuerte y vigoroso.
Según los datos que a su respecto hemos podido recoger, se mantuvo en servicio activo desde 1812 hasta la batalla del Pozo de Vargas, en 1867, y asistió a casi todos aquellos combates en que Lamadrid actuó.
Fue uno de los de Culpina y en la célebre batalla de Angaco, en que Acha, atacado por Pacheco, fue aniquilado, se salvó juntamente con el coronel Albornoz –siendo los únicos sobrevivientes de la acción- debido a los empeños de un hermano que servía en las fuerzas federales.
Entre sus recuerdos se perfilan las figuras del Belgrano y de San Martín, a cuyas órdenes sirvió asistiendo no solamente a la Batalla de Salta y de Tucumán, sino también a la casi disolución del Ejército del Norte; la silueta descolorida y débil de Rondeau y las de Lavalle, de Paz, de Dorrego, de Necochea, de Acha, de Roca, de Lugones, del legendario Güemes y de aquel Lamadrid.
- “Si, señor –exclama-, me parece ver todavía al General montado en su inseparable zaino, chupando caramelos y diciendo: hijitos, el que tenga miedo que se vaya”.
Y al viejo se le avivan los ojos al traer a su memoria aquellas horas amargas del campamento, en las quebradas de Jujuy, cuando en las noches heladas tiritaba sobre su caballo durante las largas horas de facción como centinela perdido.
- “Aquello si que era patria, señor, y cómo la queríamos.  ¡Por ella se pasaba hambres de días, sin sentir, y semanas sin pitar, y años sin visitar a la familia!”.
Hoy el viejo veterano ve sin amargura la ingratitud de los contemporáneos y contempla desde lejos sus luchas sin ideales.
- “Pero vea, Suárez… con recuerdos no se come; hay que trabajar”.
- “No le digo que no, señor… Nosotros también teníamos que comer y que  pitar y que gozar de la vida… ¡vaya!… Y sin embargo, si se hablaba de la patria se nos acababan las necesidades.  Cuando la Independencia, señor, fuimos con el general Lamadrid, que Dios tenga en su santa gloria, y alcanzamos hasta Potosí, que el General, de puro caballero, no quiso tomar de noche, porque los españoles estaban durmiendo y no quería despertarlos con tanta descortesía: al otro día le salió la vaca toro.  ¡Bueno!  ¿Y sabe?… nos pasamos dos años sin que la patria nos diera ni un cigarrillo y nadie protestó ni nadie echó un pie atrás.  ¡Amigo, que era entusiasta la muchachada!…  Yo era sargento de órdenes del General y en las marchas mandaba las descubiertas, lo que quiere decir que era de confianza y sin embargo, un sin fin de veces he andado con la chaquetilla sobre el cuero y otras tantas lo he visto al General y a los oficiales sonándose las narices con los dedos, porque no tenían más hilachas que las del uniforme… ¿Y ve?  Yo nunca he cobrado sueldos ni la patria se ha acordado de pagármelos y hasta creo, que a pesar de haberle servido cincuenta y seis años seguidito, ni figuro en las listas.  ¡Como para listas y apunte nos tenían los enemigos!…  ¿Cree que aquello era juguete?  A cada minuto teníamos el cuero empeñado…  Yo he visto muchas cosas, señor, y cada día veo más, aunque ya me estoy quedando corto de vista y hasta me parece que soy un emigrado en alguna otra tierra que no es la mía”.
- “Todo cambia, amigo Suárez.  Hay que tener paciencia y barajar…”
- “¿Para qué, si no hay quien corte?…  Yo amigo, pronto dejaré el naipe, que demasiado he tallado, y después que me muera no quedará ni este rancho viejo que hizo mi madre y yo he sabido conservar…  Ya verá como el viento desparrama las pajas y los adobes y se lleva los míos a correr tierras por donde el diablo perdió el poncho…  Quedará de mi, lo mismo que ha quedado de los miles de hombres que penaron y sufrieron para fundar esta patria…  ¿Quién se acuerda de tanto pobre que se desnucó bajando un cerro para llevar una orden o a quien dejaron seco de un lanzazo o de un tiro en el cruce de los caminos?…  ¡Bah!…  al que se moría lo charqueaban los cuervos y se acabó…  Pero hay que tener entusiasmo amigo: eso hace vivir como la carne y el aire, créame…  Yo con eso nomás he vivido más del siglo y siempre he estado contento, ¡que diablos!  Y le doy gracias a Dios.  Vea, una vez, cuando marchábamos a San Juan, iba conmigo en la avanzada un negrito riojano, criado de los Bazán…  ¡Qué negro que sirvió, amigo!…  Una noche estaba de escucha y se durmió para siempre, pues una avanzada enemiga lo degolló.  Bueno amigo, ante de marchar recogimos el cuerpo y para medio librarlo de los pájaros lo pusimos entre un cuevón grandísimo que había en la falda del cerro y lo dejamos sin ponerle una cruz de palito… Vaya: el negro no dejaba en la tierra sino los huesos,  ¿quién se iba a acordar de él, ánima bendita?… Bueno, como a los cuatro años, de vuelta de la campaña de Córdoba, después de haber andado por Buenos Aires y por el demonio, venía con otros dos derrotados, faldeando el mismo cerro para llegar a este pago.  A fin de que no nos sintieran caminábamos sólo de noche y ya hacía como veinte horas que no tomábamos ni un mate cuando de repente  se levantó un tormentón bárbaro que se llevó cuesta abajo a uno de los compañeros, y lo estrelló.  Nosotros seguíamos nomás y alcanzamos al cuevón aquel en que dejamos al negrito y del que ya no me acordaba…  ¿Quiere creer que los huesos del pobre nos sirvieron para hacer fuego esa noche, y siquiera medio secarnos?…  Vea lo que es el destino de algunos, ¿eh?…  Son útiles hasta después de muertos, y otros ni cuando vivos sirven para nada…
Fuente
Alvarez. José Sixto (Fray Mocho), El centenario Hipólito Suárez
Efemérides – Patricios de Vuelta de Obligado
Revista Caras y caretas, Año II, Nº 21, 25 de febrero de 1899.
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Felipe Díaz "El último guerrero de la Independencia"

Felipe Díaz "El último guerrero de la Independencia"



La muerte del centenario fue muerte sin agonía ni estertores.  Suavemente exhaló el último suspiro entregando su alma al Creador, y cuando su nieta Isabel Díaz de Thompson, entró en la habitación del anciano, de donde había salido momentos antes para prepararle una taza de té con leche, encontró su cadáver.
Felipe Díaz, que falleció a la edad de 136 años, según cálculo aproximado, llevaba una vida retirada, viviendo casi en la miseria y olvidado de todos.  Nuestro compañero Bartolomé Mitre y Vedia, que a su ingenio no común unía un gran corazón, descubrió, esta es la palabra, al viejo soldado, y supo mover, contando su historia y sus vicisitudes, la piedad y el patriotismo de todos.  Una pequeña pensión permitió al modesto actor de la epopeya patria, concluir el resto de sus días sin tribulaciones ni escaseces.
La última vez que Felipe Díaz salió a la calle, fue el día 24 de mayo, y desde esa fecha tuvo que meterse en el lecho, que ya no debía abandonar más.
Al entierro del veterano asistió un numeroso público, que quería rendir el postrimer tributo al último guerrero de la Independencia, presidiendo el duelo el ministro de la guerra, coronel Pablo Riccheri.
Los restos de viejo guerrero fueron depositados en el panteón militar, siendo despedidos con sentidas palabras por el doctor Eulogio Fernández, médico de Sanidad Militar, coronel Smith, señor Mario Gorostarzu, una de las personas que más influyeron para mejorar la suerte de Felipe Díaz, y Rev. Morris.
Fuente
Efemérides – Patricios de Vuelta de Obligado
Revista Caras y Caretas, Año IV, Nº 144, 6 de Julio de 1901
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lunes, 24 de agosto de 2015

Datos curiosos Revolución de Mayo

Datos curiosos Revolución de Mayo

¿Cuanto Sabes sobre la revolución de Mayo de 1810? algunos datos curiosos de la Época
1. •- Modales indecorosos en el Cabildo Abierto del 22 de Mayo de 1810.
El Coronel Francisco Orduña (partidario del Virrey), contará horrorizado que mientras hablaba fue tratado de loco por no participar de las ideas revolucionarias. También decía que “a los que no votaban contra Cisneros, se les escupía, se les mofaba, se los insultaba y chiflaba”.

2. • No hubo tantos paraguas,  el 25 de Mayo de 1810 ,como hemos visto hasta el hartazgo en las láminas del Billiken. El paraguas era un objeto caro y de lujo en estas pobres colonias, pues eran importados de Inglaterra, y solo una tienda los vendía en el viejo Buenos Aires. Sólo los ricos accedían a comprarlos.
3. • En el único teatro existente en Buenos Aires se había armado un escándalo días antes de la revolución? Resulta que los españoles suspendieron la exhibición de una pieza teatral donde se criticaba a las autoridades vigentes. La gente se opuso a tal suspensión y fue a la casa del actor a buscarlo para que interpretara la obra.
4. • Las cosas dulces eran las preferidas en la época colonial? Se hacían bocadillos de papa o batata, cuajada, frutas, mazamorra y natilla.
5. • Los platos predilectos eran sopa de arroz, asado, matambre, sopa de fideos, puchero, carbonada, picadillo con pasas de uva, guisos, albóndigas, estofado y zapallitos rellenos? Además, las comidas finalizaban con un caldo que se servía en taza.
6. •Las viviendas  Durante más de dos siglos desde su fundación, las viviendas familiares fueron muy humildes. Eran casonas de adobes con techos de caña y barro. Recién alrededor de 1800 los registros históricos hablan de casas con revoques de barro pintados a la cal y a veces un zocalillo de distinto color o revestido de piedra laja. Era característica la ancha puerta a la calle, de hojas macizas de algarrobo, adornadas con clavos de cabeza y un gran aldabón redondo. Las ventanas tenían rejas de madera o de hierro forjado.
7. • Los solares tenían generalmente 24 metros de frente por 60 de fondo, aunque los había mayores. Las casas de las familias más pudientes la puerta abría a un zaguán con arco de medio punto y piso enladrillado o con un camino de lajas, con habitaciones a uno y otro costado Muchas casas tenían hasta tres patios. El primero se comunicaba con la sala en la que se recibían las visitas; el segundo estaba rodeado por las habitaciones mientras que el tercero, al fondo, era destinado a la huerta familiar, la cocina y las industrias domésticas.
8. Las fiestas religiosas • La vida social durante la época de la colonia estuvo en San Juan estrechamente vinculada a actividades y fiestas religiosas. Semana Santa, Corpus Christi y los días de los patronos San Juan y San Pedro eran las festividades más importantes. • Los días jueves y viernes santo los miembros del cabildo, el clero, los miembros de las órdenes religiosas y la población en general recorría en procesión las cuatro cuadras de la plaza llevando la imagen de Cristo.
9. • Las mujeres asistían a misa acompañadas de sus esclavas, que llevaban la alfombra sobre la que se arrodillaba la señora? No existían en las Iglesias los bancos para sentarse.

10. • La moda en la colonia variaba según el grupo social. Los más pudientes traían telas de Europa, así como sombreros y otros accesorios. Las damas de alta sociedad vestían al estilo español, con faldas anchas y largas y enaguas bordadas y con puntillas y blusas de encaje o lino. Era habitual el uso de mantillas, peinetones y zapatos con hebillas de plata.
11. • Los hombres de las clases altas vestían capas de paño, pantalones ajustados y calzones de lienzo, camisas de seda y corbatas que terminaban en flecos. Como calzado, usaban botas adornadas con incrustaciones de plata.
12. • Las personas de menos recursos vestían de manera sencilla, con prendas que ellos mismos confeccionaban con telas de algodón y lanas de guanaco o vicuña. Era común el uso del poncho.
13. •En 1810 éramos algo más de 400 mil habitantes en el actual territorio argentino
14. Los medios de transporte y comunicación • Las personas que escribían y recibían cartas debían esperar mucho tiempo, ya que los medios en que viajaban eran muy lentos, no existían aviones ni automóviles las mismas iban en barco o eran llevadas por un cartero llamado chasqui quien viajaba a caballo. Las cartas debían ser retiradas en la oficina pública de la zona.
15. • Los medios de transportes de aquella época eran escasos, existían las carretas, vehículos de dos ruedas grandes y techo de paja o de cuero de vaca tirada por bueyes, el viaje en carreta era muy lento e incómodo. Las diligencias o galeras las cuales eran un poco más cómodas eran tiradas por caballos.
16. • También se viajaba en caballos, el medio de transporte más veloz de aquella época, los jinetes cuando viajaban por largos caminos de tierra se detenían a descansar en pulperías donde comían, jugaban, escuchaban música y descansaban un rato para seguir luego su agotador viaje.

17 • Tres de los nueve miembros de la Primera Junta no nacieron dentro de los límites actuales de la Argentina. Cornelio Saavedra nació en Hacienda de la Fombera (Potosí), hoy Bolivia, y Domingo Matheu y Juan Larrea eran españoles, oriundos de Cataluña.

18. • El integrante más joven de la Primera Junta era Juan Larrea, quien tenía sólo 23 años en el momento de su formación. El integrante más viejo era Miguel de Azcuénaga, de 55 años. La edad promedio de todos los miembros, en 1810, era de 43 años.

19. • En 1795, el inventario de mercaderías de una tienda porteña constató que había allí 27 paraguas de hule, que se vendían a 4 reales cada uno. Por lo tanto, resulta verosímil la tradicional – pero controvertida – imagen que muestra a los vecinos de la ciudad de Buenos Aires protegiéndose con paraguas frente al Cabildo aquel lluvioso viernes 25 de mayo de 1810.

20. • El vocal Manuel Belgrano, que tenía 39 años en 1810, era abogado y había ingresado en 1807 en el Regimiento de Patricios con el rango de sargento mayor. Domingo French, de 36, se había desempeñado como cartero antes de iniciar la carrera militar. La Primera Junta le otorgó el grado de coronel.

21. • Muchas familias criollas bautizaron a sus hijos con nombres alusivos a la revolución de mayo. Por ejemplo, un padre llamó a su flamante primogénito Primo Patricio Liberato.

22. • La construcción del Cabildo, tal como lo conocieron los patriotas en la época de la revolución, se realizó entre los años 1725 y 1764. El edificio sufrió modificaciones en los años 1861,1880, 1889, 1931 y 1940.

23. • El periódico de la Revolución de Mayo, llamado la Gazeta de Buenos Aires, fue el antecedente de lo que hoy en día se conoce con el nombre de Boletín Oficial de la República Argentina. Si bien su primera aparición fue semanal, con el correr de los años se transformó en una publicación diaria.

24. • No todo el mundo pudo concurrir al Cabildo Abierto. Los únicos autorizados –además de los políticos y militares- eran los vecinos casados, afincados y arraigados en Buenos Aires. En total se reunieron alrededor de 200 personas.

25. • La mujer honrada y de buenas costumbres solo tenía tres oportunidades para salir de su casa: el bautismo, el casamiento y su entierro. Fuera de éstas, su influencia estaba atada a los secretos de familia. Su ámbito social eran las tertulias.

FUENTE: Radio El Tala de Catamarca: ¡Gracias!
http://www.radioeltala.com/nota/2540/datos-curiosos-revolucion-de-mayo