miércoles, 12 de diciembre de 2012

Coronel Diaz

Todos conocemos la calle Coronel Diaz en el coqueto barrio de Palermo, pero sabemos ¿Quién fue?



CORONEL PEDRO JOSÉ DIAZ       
 

Reseña

El coronel Díaz nació en Mendoza el 17 de mayo de 1800, y era hijo del sargento mayor Luciano Díaz y de doña Dorotea Ordóñez.

Estudió con el franciscano fray José Benito Lamas y tenía trece años cuando su padre lo presentó a San Martín, quien lo aceptó como' cadete. Hizo la campaña de los Andes, luchando en Chacabuco, Cancha Rayada y Maipú. En 1821, ya con el grado de capitán, llegó a las fortalezas del Callao y en esta campaña el propio Libertador le encomendó entrara en Lima al frente de su compañía, el primero de todos. Y el 11 de julio fue Díaz quien custodió la entrada en Lima de San Martín.

Cuando la sublevación del Callao cayó prisionero; intervino en el sorteo de Matucana, y poco después consiguió fugarse y pasar a servir con Bolívar y Sucre. En 1826 hizo la campaña del Brasil y a su regreso se contó entre los hombres de Lavalle. Hizo con éste las campañas de 1839 y 1840, pero en Quebracho Herrado (28 de noviembre de este último año) cayó prisionero del coronel Hilario Lagos, quien le tendió los brazos en el campo de batalla, lo felicitó por su valor y le garantizó su vida.

En el ejercito rosista

Díaz pasó prisionero a Buenos Aires y se radicó en esta ciudad. Cuando el pronunciamiento de Urquiza contra Rosas, pese a ser unitario, ofreció su espada a la Confederación y se incorporó al ejército federal.

“Y usted, coronel, ¿qué papel desempeñará en esta emergencia; son los suyos los que vienen” -preguntó Antonino Reyes, a lo que Díaz contestó:

“No...es Urquiza, es el Brasil, y yo como soldado estaré en mi pueblo puesto al lado del Gobierno de mi patria, sea Rosas o el diablo”.

El 2 de febrero asistió a la junta de guerra que presidió Rosas y de la cual participó su amigo Hilario Lagos y Chilavert. Al día siguiente, en Caseros, se batió heroicamente contra los aliados argentino uruguayo brasileños. Este hecho es pasado por alto por los historiadores y biógrafos liberales.

Dice Adolfo Saldías: “Después de una hora de rudo combatir a pie firme, los batallones de Díaz, disminuidos, cercados, exhaustos de fatiga, y faltos de municiones, iniciaron un movimiento de retirada apoyando su flanco con líneas de tiradores a lo largo de unas zanjas y cerco de tunas”. Y, más adelante, agrega: “Poco después de las dos de la tarde y, cuando la caballería aliada amenazaba rodear completamente las brigadas de Chilavert y de Díaz, se aproximó por el flanco derecho de estas una columna de caballería atraída por la vista de Rosas y los que lo acompañaban, y la cual chocó con la división Sosa. Rechazada esta envolvió en sus filas a Rosas, al mayor Reyes y a algunos oficiales”.

Díaz y Chilavert cayeron prisioneros, aunque aquel corrió mejor suerte que Chilavert, que fue asesinado por Urquiza despues de la batalla.

En setiembre de 1852 fue nombrado capitán del puerto de Buenos Aires, y durante el gobierno del general Manuel Guillermo Pinto, ministro de la Guerra. Luego se retiró de la vida pública.

Murió en Buenos Aires el 12 de diciembre de 1857. Estaba casado con doña Genoveva Gallardo y Tabanera.

Fuentes

- Chávez, Fermín – Iconografía de Rosas y de la Federación, Buenos Aires (1970). 
- Saldías, Adolfo. Historia de al Confederacion Argentina
- La Gazeta Federal www.lagazeta.com.ar

jueves, 8 de noviembre de 2012

María Remedios del Valle Rosas


Porteña de nacimiento, pertenecía a la raza negra, pues en informes sobre sus servicios militares se expresa que era “parda” (1).  Acompañando a su esposo, a un hijo propio y a otro adoptivo, marchó el 6 de julio de 1810 con el Ejército Auxiliar, al abrir la campaña sobre las provincias interiores.  Se halló en todos los hechos de armas en que se encontró aquel Ejército, habiendo marchado en la división del comandante Bernardo de Anzoátegui, con la cual llegó hasta la villa de Potosí en diciembre de 1810.  Se encontró en el desastre del Desaguadero, el 20 de junio e 1811 y en el retroceso que siguió a esta derrota, María Remedios del Valle Rosas marchó primera con la mencionada división de Anzoátegui y siguió después desde Potosí, a las órdenes del teniente coronel Bolaños hasta llegar a Jujuy.  Asistió a las jornadas de Tucumán, Salta, Vilcapugio y Ayohuma, y en esta última acción de guerra cayó herida de bala, quedando prisionera de los españoles, según afirma el coronel Hipólito Videla en un informe fechado en Buenos Aires, el 17 de enero de 1827, el que va agregado al expediente iniciado por la causante el 23 de octubre de 1826 (2), y en el que dice:
“Doña María Remedios del Valle, capitana del Ejército, a V. S. debidamente expone: Que desde el primer grito de la Revolución tiene el honor de haber sostenido la justa causa de la Independencia, de una de aquellas maneras que suelen servir de admiración a la Historia de los Pueblos.  Si Señor Inspector, aunque aparezca envanecida presuntuosamente la que representa, ella no exagera a la Patria sus servicios, sino a que se refiere con su acostumbrado natural carácter lo que ha padecido por contribuir al logro de la independencia de su patrio suelo que felizmente disfruta.  Si los primeros opresores del suelo americano aún miran con un terror respetuoso los nombres de Caupolicán y Galvarino, los disputadores de nuestros derechos por someternos al estrecho círculo de esclavitud en que nos sumergieron sus padres, quizá recordarán el nombre de la Capitana patriota María de los Remedios para admirar su firmeza de alma, su amor patrio y su obstinación en la salvación y libertad americana; aquellos al hacerlo aún se irritarán de mi constancia y me aplicarían nuevos suplicios, pero no inventarían el del olvido para hacerme expirar de hambre como lo ha hecho conmigo el Pueblo por quien tanto he padecido.  Y ¿con quién lo hace?; con quien por alimentar a los jefes, oficiales y tropa que se hallaban prisioneros por los realistas, por conservarlos, aliviarlos y aún proporcionarles la fuga a muchos, fue sentenciada por los caudillos enemigos Pezuela, Ramírez y Tacón, a ser azotada públicamente por nueve días; con quien, por conducir correspondencia e influir a tomar las armas contra los opresores americanos, y batídose con ellos, ha estado siete veces en capilla; con quien por su arrojo, denuedo y resolución con las armas en la mano, y sin ellas, ha recibido seis heridas de bala, todas graves; con quien ha perdido en campaña, disputando la salvación de su Patria, su hijo propio, otro adoptivo y su esposo!!!; con quien mientras fue útil logró verse enrolada en el Estado Mayor del Ejército Auxiliar del Perú como capitana, con sueldo, según se daba a los demás asistentes y demás consideraciones debida a su empleo.  Ya no es útil y ha quedado abandonada sin subsistencia, sin salud, sin amparo y mendigando.  La que representa ha hecho toda la campaña del Alto Perú; ella tiene un derecho a la gratitud argentina, y es ahora que lo reclama por su infelicidad”.  Dicha solicitud está firmada por Manuel Rico a ruego de la suplicante.
María Remedios del Valle Rosas servía en los hospitales y animaba en las líneas, aún en el acto de la lucha, y por esta causa recibió las varias heridas que menciona.
Después de una larga gestión, en la cual la heroína solicitaba se le abonasen seis mil pesos “para acabar su vida cansada”, como compensación de sus servicios y la pérdida de su esposo, su hijo y su entenado, el 24 de marzo de 1827 el Ministro de la Guerra, general Fernández de la Cruz, decretó que la peticionante se dirigiese al Congreso, por no estar “en las facultades del Gobierno el conceder gracia alguna que importe erogación al Erario”.
Cuenta Carlos Ibarguren, que años después de la Independencia, una anciana encorvada, desdentada, frecuentaba los atrios de San Francisco, Santo Domingo y San Ignacio. Se la veía también en la Plaza de la Victoria ofreciendo pastelitos o tortas fritas, o en ocasiones mendigando por el amor de Dios.
Llegaba de lejos, de la zona donde comenzaban las quintas, por donde tenía un rancho; para asegurarse las sobras de los conventos de las que se alimentaba.
Sin saber porqué, la llamaban “la capitana” y cuando la anciana mostraba sus brazos zurcidos por cicatrices, y contaba que las había recibido en la guerra por la Independencia los que la oían sentían compasión por su senectud y locura.
Así trascurrían inviernos y veranos, hasta que cierto día el general Viamonte, que había sido compañero de armas de Remedios, topó con la anciana.
- Pero si es “la capitana”, “la madre de la Patria”, la misma que nos acompañó al Alto Perú- Se dijo.
La mendiga le contó cuantas veces había golpeado a su puerta en busca de socorro y, como en cada ocasión la habían espantado por pordiosera.
Viamonte, como diputado, solicitó para ella una pensión por sus servicios en la guerra emancipadora.
María Remedios del Valle Rosas se dirigió más tarde a la Legislatura cuya Comisión de Peticiones se expidió el 1º de octubre de 1827, aconsejando el siguiente proyecto de decreto:
“Por ahora y desde esta fecha la suplicante gozará del sueldo de Capitán de Infantería, y devuélvase el expediente para que ocurriendo al P. E. tenga esta resolución su debido cumplimiento”.
No obstante esto, el expediente estuvo estancado hasta el año siguiente, en que el general Viamonte (que fue uno de los cuatro generales que informan el expediente existente en la Contaduría General: Díaz Vélez, Pueyrredón, Rodríguez y Viamonte, y coroneles Hipólito Videla, Manuel Ramírez y Bernardo de Anzoátegui consiguió que se llevara a consideración de la Legislatura en la sesión del 18 de julio de 1828, en la que habiendo objetado algunos diputados la solicitud, el general Viamonte la defendió en los términos siguientes:
“Yo no hubiera tomado la palabra porque me cuesta mucho trabajo hablar, si no hubiera visto que se echan de menos documentos y datos.  Yo conocí a esta mujer en la campaña del Alto Perú y la conozco aquí; ella pide ahora limosna…  Esta mujer es realmente una benemérita.  Ella ha seguido al ejército de la patria desde el año 1810.  No hay acción en que no se haya encontrado en el Perú.  Era conocida desde el primer general hasta el último oficial en todo el ejército.  Ella es bien digna de ser atendida porque presenta su cuerpo lleno de heridas de balas, y lleno además de cicatrices de azotes recibidos de los españoles enemigos, y no se le debe dejar pedir limosna como lo hace”.
Posteriormente tomó la palabra Tomas de Anchorena, quien expresó: “Yo me hallaba de secretario del general Belgrano cuando esta mujer estaba en el ejército, y no había acción en la que ella pudiera tomar parte que no la tomase, y en unos términos que podía ponerse en competencia con el soldado más valiente; era la admiración del General, de los oficiales y de todos cuantos acompañaban al ejército.  Ella en medio de ese valor tenía una virtud a toda prueba y presentaré un hecho que la manifiesta: El General Belgrano, creo que ha sido el general más riguroso, no permitió que siguiese ninguna mujer al ejercito; y esta María Remedios del Valle era la única que tenía facultad para seguirlo”…. “Ella era el paño de lágrimas, sin el menor interés de jefes y oficiales.  Yo los he oído a todos a voz pública, hacer elogios de esta mujer por esa oficiosidad y caridad con que cuidaba a los hombres en la desgracia y miseria en que quedaban después de una acción de guerra: sin piernas unos, y otros sin brazos, sin tener auxilios ni recursos para remediar sus dolencias.  De esta clase era esta mujer.  Sino me engaño el General Belgrano le dio el título de Capitán del Ejército.  No tengo presente si fue en el Tucumán o en Salta, que después de esa sangrienta acción en que entre muertos y heridos quedaron 700 hombres sobre el campo, oí al mismo Belgrano ponderar la oficiosidad y el esmero de esta mujer en asistir a todos los heridos que ella podía socorrer…  Una mujer tan singular como esta entre nosotros debe ser el objeto de la admiración de cada ciudadano, y a donde quiera que vaya debía ser recibida en brazos y auxiliada con preferencia a una general; porque véase cuanto se realza el mérito de esta mujer en su misma clase respecto a otra superior, porque precisamente esta misma calidad es la que más la recomienda”.
Después tomó la palabra el diputado Silveyra, y otros, en defensa de la heroína, acordándose la siguiente resolución:
“Se concede a la suplicante el sueldo correspondiente al grado de Capitán de Infantería, que se le abonará desde el 15 de marzo de 1827 en que inició su solicitud ante el Gobierno, y devuélvasele el expediente para que ocurriendo al Poder Ejecutivo tenga esta resolución su debido cumplimiento”.
El 28 de julio de 1828 el expediente fue pasado a la Contaduría General a sus efectos.  El 21 de noviembre de 1829 fue ascendida a “sargenta mayor de caballería”.  El 29 de enero de 1830 fue incluida en la Plana Mayor del Cuerpo de Inválidos con el sueldo íntegro de su clase, listas en las cuales figura “con sueldo íntegro”, menos de enero a abril de 1832 y desde el 16 de abril de 1833 hasta el 16 de abril de 1835, en que tiene la nota “con sueldo doble”.
En el famoso decreto del 16 de abril de 1835 (en el párrafo final del mismo que no fue publicado, pero que existe en el decreto original), Juan Manuel de Rosas la destinó a la Plana Mayor Activa con su jerarquía de sargento mayor, situación de revista que mantuvo, y en las listas de noviembre de 1836 figura con el nombre de Remedios Rosas, que conserva aún en las listas del 28 de octubre de 1847 y con el sueldo de 216 pesos.  En las listas del 8 de noviembre de 1847 hay una nota que dice: “Baja”.  El mayor de caballería Dña. Remedios Rosas falleció”.
Referencias
(1) Por entonces así se nombraban a los negros, y se llamaba “morenos” a los mulatos.
(2) Expediente 13218 de la Contaduría General de la Nación, el cual se halla borrado desde la mitad por abajo por haberse mojado.  Gracias al aparato especial existente en el Archivo General de la Nación que aplica los rayos ultravioletas, se ha podido establecer lo que está borrado a la vista.
Fuente
Efemérides – Patricios de Vuelta de Obligado.
www.revisionistas.com.ar
Yaben, Jacinto R. – Biografías argentinas y sudamericanas – Buenos Aires (1939).
Se permite la reproducción citando la fuente: www.revisionistas.com.ar

miércoles, 7 de noviembre de 2012

FERNANDO ABRAMO...EL GRANADERO ITALIANO...



Fernando Abramo nació en Palermo, Reino de Sicilia, el 3 de noviembre de 1783 o 1786. Sobre el año de su nacimiento, existen discrepancias.

Se radicó desde muy joven en Buenos Aires y se involucró en las guerras de independencia argentinas, ingresando en el Regimiento de Patricios el 3 de febrero de 1812. Al año siguiente, en 1813, fue enviado para su i

ncorporación en el Ejército Auxiliar del Alto Perú, que lucharía en esa región. Participó en las derrotas de Vilcapugio y Ayohuma, bajo las órdenes del General Manuel Belgrano, y en la de Sipe Sipe, a órdenes de José Rondeau.

Se dirigió a Mendoza en junio de 1816 y se unió al ejército del General José de San Martín, que se preparaba para realizar el Cruce de los Andes, incorporándose al Batallón de Artillería; participó en la batalla de Chacabuco, en 1817. lLuchó en las batallas de Cancha Rayada y Maipú.

También participó en la Expedición Libertadora del Perú y participó en los combates de Pisco y Jauja, y en la Batalla de Pasco. Fue uno de los primeros oficiales en ingresar a la ciudad de Lima y participó en el sitio de las fortalezas del Callao. Fue capturado en el combate de Machacona y se decidió su ejecución por ser extranjero, pero San Martín amenazó con que, si lo hacían, ejecutaría a los prisioneros realistas que tenía en su poder. Trasladado a una prisión en una isla del Lago Titicaca, fue liberado después de la Batalla de Ayacucho.

Regresó a Buenos Aires, donde se le dio el título de "Heroico defensor de la patria", y la ciudadanía argentina.
Pasó muchos años en guarniciones en la Provincia de Santa Fe, en la capital de la provincia como en Rosario y en las guarniciones de la frontera con los indígenas. Pasó a retiro en la década de 1840.

Volvió a prestar servicios militares durante el sitio de Buenos Aires, en 1853, pero volvió a su retiro al final del mismo. En 1866 fue incluido en la lista de guerreros de la independencia, de modo que comenzó a cobrar una pensión vitalicia.

Falleció en Buenos Aires en diciembre de 1872.


De:  Página de Granaderos Bicentenario

viernes, 2 de noviembre de 2012

Gracias Rudy - Paz


Informe del ex virrey Cisneros a Fernando VII sobre la Revolución de Mayo.




Buenos Aires, 22 de junio de 1810
Señor.
V:M, sabe el peligroso estado en que hallé a Buenos Aires y a todo este Virreinato cuando tomé las riendas del mismo (...) (el 20 de mayo) llamé sin demorar a todos los comandantes y mayores de los cuerpos militares de esta guarnición. Congregados que fueron, les hice presente el peligroso estado del pueblo y el desarreglo de sus intempestivas pretensiones: les recordé las reiteradas protestas y juramentos con que me habían ofrecido defender la autoridad y sostener el orden público; y los exhorté a poner en ejercicio su fidelidad en servicio de V. Majestad y de la patria.


" Pero tomado la voz don Cornelio Saavedra, comandante del cuerpo urbano de Patricios que habló por todos, frustró mis esperanzas, se explicó con tibieza: me manifestó su inclinación a la novedad; y me hizo conocer perfectamente que si no eran los comandantes los autores de semejante división y agitaciones, estaban por lo menos de conformidad y acuerdo con los facciosos (...)
El día siguiente, 21 de mayo (...), el Cabildo (...) procedió a la junta general convocando por esquelas a quinientos vecinos; de los cuales asistieron solamente 200 por las causas que abajo expresaré. El 22 fue el día designado para la celebración de la Junta y el día en que desplegó la malicia todo género de intrigas, previsión y maquinaciones para llevar al cabo tan depravados designios. Había yo ordenado que se apostara para este acto una compañía en cada bocacalle de las de la Plaza a fin de que no permitiesen entrar en ella ni abrir a las Casas Capitulares persona alguna que no fuese de las citadas; pero la tropa de los oficiales era del partido: (...) negaban la entrada a la plaza a los vecinos honrados y lo franqueaban a los de la confabulación, tenían algunos oficiales copias de esquelas de convite si nombres y con ellas introducían a las casas del Ayuntamiento a sujetos no citados por el Cabildo, o porque los conocían de su calidad, o porque los ganaban con dinero; así es como en una ciudad de más de tres mil vecinos de distinción y nombres, solamente concurrieron 200, y de estos muchos pulperos, algunos artesanos, otros hijos de familia y los más ignorantes y sin las menores nociones para discutir un asunto de la mayor gravedad. (La Junta) efectivamente (...) ha empezado las funciones de su gobierno ejercitando actos de verdadera soberanía que sólo son reservados a la suprema potestad de Vuestra Majestad (...).
Ha entablado el sistema de terrorismo para con todos los hombres de bien que manifiestan adhesión al legítimo gobierno, que sienten en favor del Consejo de Regencia de Vuestra Majestad, que publican noticias favorables de España, que opinan contra su ilegalidad o que murmuran de sus providencias; y el sistema de indulgencia con todos los sediciosos y partidarios de la independencia (...). Los que en el Cabildo insultaron y vejaron al reverendo obispo y a otros vecinos honrados, han sido aplaudidos; los que publican por las calles, su libertad del yugo de España no son apercibidos. (...)
veo indispensable la necesidad en que se halla Vuestra Majestad de remitir sin pérdida de momento por lo menos dos mil hombres de tropa con buenos y probados oficiales que impongan el respeto y restablezcan la subordinación; pues con esta providencia y con el desengaño de la Corte de Londres, con cuya protección han contado estos miserables e inexpertos faccionarios; se remediarán todos los males y quedarán asegurados estos dominios de Vuestra Majestad, que de otra suerte peligran y están próximamente expuestos, o a ser la presa de la ambición; a ser víctima de su misma disolución (...)


Fuente:
Pueyrredón, Carlos A., 1810. La Revolución de Mayo según amplia documentación de la época, Buenos Aires, Peuser, 1953, pág.583.

miércoles, 19 de septiembre de 2012

John William Cooke por Norberto Galasso.




Hoy se cumplen 44 años del fallecimiento de John William Cooke, un militante imprescindible en la conformación del Movimiento Nacional y Popular; uno de los luchadores más reflexivos que crió nuestro pueblo; uno de los cuadros políticos más importantes que ha dado nuestro país.


En su homenaje, a continuación transcribo una reseña escrita por Norberto Galasso que a mi entender, pinta de manera acabada; superlativa, quien fue el Bebe.






Pocos personajes de nuestra historia ofrecen facetas tan singulares como la de este gran pensador y luchador argentino. Se llamó John William cuando seguramente él hubiera querido que lo denominasen Juan Guillermo. Se consideraba peronista pero también marxista. Como integrante del peronismo fue –casi seguramente – el único que discutió con el general Perón de igual a igual, sin inhibiciones ni reservas mentales: "Usted procede en forma muy diferente a la que yo preconizo y a veces, en forma totalmente antitética" (enero 1966). El único que se animó a decirle que algún día iba a morir (3/3/1962). Fue intelectual profundo, pero al mismo tiempo hombre clave de la resistencia y se lanzó con "una pistola 45" y tres cargadores de balas a parar a los marinos en junio de 1955. Tenía cierta renguera y un cuerpo voluminoso pero le encantaba bailar el tango. Fue invitado a un congreso en la Cuba presidida por Fidel y lo retuvieron en el aeropuerto porque el Partido Comunista de la Argentina dio malos informes sobre él ("¿Qué tal, Cooke? ¿Está en cana?", le dijo sonriendo El Che y aclaró la situación). Una anécdota resume su independencia de criterio y su singularidad en sus opiniones. Ante las diferencias que mantiene con Jorge Antonio, Perón intenta limar asperezas y para calmarlo le dice: "Pero, Bebe, Jorgito es millonario, pero es un millonario peronista." Y él le responde: "Mi General, disculpe, pero yo no hago esos distingos. Para mí, no hay millonarios peronistas y millonarios antiperonistas, los millonarios son millonarios, nada más."

Pero quizá lo que otorga a Cooke una característica aun más propia y definida está dada por su permanente transformación, a través de la acción política, al mismo ritmo que se modificaban y profundizaban las posiciones de las grandes masas. Él provenía de una familia de irlandeses en cuyo hogar se hablaba en idioma inglés y en lo político, seguían la tradición radical. Su padre, Juan Isaac era dirigente importante de la UCR y como tal estaba alineado, en la segunda guerra, en el campo aliadófilo, donde también se situaba John en su juventud, celebrando los triunfos de Inglaterra. Pero al crecer el movimiento obrero y alcanzar el protagonismo del 17 de octubre, John ya integra el movimiento nacional e ingresa al Congreso de la Nación como diputado. Ha comprendido que soplan vientos de revolución y que el peronismo viene a cubrir el vacío dejado por los viejos partidos perimidos. Entonces afirma: "En 1945... el peronismo fue el movimiento que surgió y triunfó contra todos los partidos, que hizo saltar el esquema de los partidos repartiéndose el poder político. No es que la izquierda hacía crisis; es que era una parte de la superestructura política del imperialismo y saltó junto con los demás pedazos de esa superestructura... El movimiento popular que atacó a la oligarquía y al imperialismo pasó a ser la izquierda por cuanto representaba las fuerzas del progreso nacional y de la independencia del extranjero. Fue una situación revolucionaria, donde los esquemas teóricos no servían. Faltaba una Izquierda Nacional y ese papel pasó a ocuparlo peronismo, aunque sin definirse como tal."

En su gestión parlamentaria, siendo el diputado más joven –"El Bebe", lo llamaron – fue el más sólido y brillante. A él recurrió Perón después del tremendo bombardeo del 16/6/55 para reorganizar el partido en la Capital Federal, pero ya era muy tarde y el gobierno fue derrocado en septiembre. Una tremenda noche de terror y silenciamiento cayó sobre el peronismo en esos años, resumida en la delirante mordaza del Decreto 4161 y los fusilamientos del '56. Cooke, mientras tanto, intentaba armar "la resistencia" y era paseado por todas las cárceles del país, hasta "el infierno blanco" de Ushuaia e inclusive sufre simulacro de fusilamiento. Producido el triunfo de Frondizi en 1958, cuando los obreros se levantan contra la primera privatización impuesta por el FMI, Cooke avanza aun más en su posición e intenta convertir esa lucha en paro general, en un momento en que era delegado personal de Perón y más aun, el único a quien Perón alguna vez designa su sucesor para el caso de su muerte. Pero la burocracia política del peronismo le boicotea su acción y después de denunciarlos ante Perón, viaja a Cuba, donde adhiere fervorosamente a la Revolución. Tiempo más tarde es miliciano, al igual que su mujer Alicia Eguren, y participan en la lucha cuando el imperialismo invade Bahía de los Cochinos.

Reside unos pocos años en la isla y allí les explica a muchos cubanos mal informados los progresos alcanzados por las mayorías populares de la Argentina durante los dos gobiernos de Perón. Luego se desempeña como representante de Fidel y El Che ante Perón –en España – sugiriéndole se traslade para residir en Cuba, a lo cual el General le responde: "Dígale a Fidel que él hizo el asalto al Moncada llevando consigo el rosario y la cruz y yo todavía tengo que seguir llevándolos."

En esa época es un socialista convencido, pero al mismo tiempo se sigue considerando peronista y por ambas banderas milita sin cesar. Parte de esa lucha queda registrada en una rica correspondencia mantenida con el General durante una década (1956-1966). Allí analiza la correlación de fuerzas, la imposibilidad, por ahora, de la revolución armada, como asimismo la importancia que tendría abandonar la conducción pendular de un movimiento policlasista para acentuar sus rasgos revolucionarios. Comprende que "el peronismo es el hecho maldito del país burgués", pero también que "es un gigante invertebrado y miope" si no se dan los cuadros necesarios y no se desplaza a los burócratas políticos y sindicales. En esas cartas, Perón le explica que hay que ser como el Papa "que benedice a tutti", que la unidad es lo principal dado el poderío del enemigo. Cooke no está de acuerdo y se atreve a refutarlo: "¿Para qué nos sirve el número, para votar en las elecciones que no se han de realizar?" También afirma: "Peronismo y antiperonismo son, en esta etapa, la forma en que se da políticamente la lucha de clases..." ¿Unidad para qué, entonces? Su opinión es que obispos, generales y empresarios están de más en el peronismo. Perón le contesta, desde su condición de líder nacional, que si los echamos, engrosaremos las fuerzas del enemigo. Otras veces el General no le responde por un tiempo. A veces, le señala: "Querido Bebe: ... muchas gracias por su interesante y valiosa información..."Los “leales” y los desleales cuentan sólo para construir y debemos manejarlos a todos porque si no llegaríamos al final con muy poquitos. Por otra parte, hay dos clases de lealtad, la de los que son leales de corazón al Movimiento y los que son leales cuando no les conviene ser desleales. Con ambos hay que contar, usando a los primeros sin reservas y utilizando a los segundos, a condición de colocarlos en una situación en la que no les convenga defeccionar. Al final, no hay hombres buenos ni malos, más bien todo depende de las circunstancias, aunque para conducir es siempre mejor pensar que muchos son malos y mentirosos." En otras cartas, también se observa que intenta persuadirlo: "Usted tiene razón, Bebe, lo felicito…" Pero al final de la carta le reitera la política de "bendecir a todos", como única manera de aislar a la oligarquía y al imperialismo. Pero Cooke insiste: "Cuando usted ya no esté, ¿qué significará ser peronista?"

A finales de 1963, Cooke regresa a la Argentina y crea Acción Revolucionaria Peronista, es decir, intenta formar una izquierda orgánica, dentro del movimiento, para estar en condiciones de incidir mejor. Ideológicamente su influencia se difunde, pero –y él no tiene duda alguna - la clase trabajadora, en su abrumadora mayoría, está con el General y no ve la necesidad de construir el partido revolucionario que él preconiza.

En sus últimos años, concurre a varios congresos en Cuba y reafirma allí su posición revolucionaria e inclusive adhiere a la lucha armada que se intenta en otros países. Sin embargo, aún en sus últimos escritos, sostiene: "Perón no sólo es el artífice de la única época en que el obrero fue feliz –década que el tiempo y el drama de hoy embellecen aun más en la nostalgia sino algo más importante es el recuerdo, el símbolo de la primavera revolucionaria del proletariado argentino, del momento cenital de las grandes conquistas sociales y las reivindicaciones nacionales. Por eso, su mito se alimenta tanto de la adhesión de los obreros como del odio que le profesa la oligarquía, no atenuado por los años porque es el reverso del amor de los humildes… En el laberinto de la política a ras del suelo a que nos tiene acostumbrados nuestros burócratas Perón parecería estar bloqueando vaya a saber qué caminos. Desde las alturas de las formas superiores de la lucha revolucionaria, no obstruye nada. El pueblo se resiste a abandonar sus ídolos acreditados en el milagro por otros no probados… El prestigio de la conducción revolucionaria de esta nueva generación se cargará con el magnetismo de su antiguo prestigio."

Por entonces, lo toma el cáncer. A los pocos meses, el 19 de septiembre de 1968, muere, pero su última voluntad –hecho todavía insólito en la Argentina de 1968– es que sus órganos vitales sean usados para quien los necesite, como si quisiera que sus ojos siguieran viendo, desde otro cuerpo, los cambios de su querida América Latina, en busca de su destino igualitario.

miércoles, 30 de mayo de 2012

SOLDADO DE SAN MARTIN




Un soldado de la Independencia. 
(Reportaje de Caras y Caretas Nº 607 - Mayo 1910) 

Don Eufrasio Videla es un viejo alto, flaco, nudoso, erguido, casi tan erguido como los álamos que cortan las perspectivas en los alrededores de Mendoza. 

Apenas un saludo y le espeté mi invariable pregunta:

- ¿Cuántos años?
- Treinta y ocho
- ¿Nada más?

El viejo sonríe, baja la cabeza para detener la mirada en el sombrero de anchas alas, color té con leche, al que sus dedos retorcidos como sarmientos hacen girar con porfía. Pienso en que el pobre hombre ha perdido la noción del tiempo, que desvaría su cabeza, que su memoria, más flaca que su cuerpo, yace tendida bajo la nieve de muchas décadas, porque me dijeron que Don Eufrasio es hombre que ha traspuesto los cien, y recupero mi actitud de moderno inquisidor. 
- ¿Treinta y ocho nada más Don Eufrasio?

Sus labios mascullan un “ciento” y sale de nuevo, bien nítido, el “treinta y ocho”.

Ahora me parecen muchos los años, mas no me detengo a aclarar el punto y prosigo el interrogatorio, haciendo que repita las respuestas dos y tres veces -y hasta cuatro y cinco-, a fin de alcanzar su sentido, pues resultan ininteligibles la mitad de las palabras en el lento balbucir de sus labios. Dijéronme que fue soldado de San Martín, pero no estuvo en el Plumerillo, ni se acuerda del general. 

-Yo estaba en San Juan, entonces, cuando decían que en su Mendoza se formaba el ejército, y pasamos por ahí arriba, por Los Patos.
- ¿Peleó usted?
- ¿Y cómo no? Ahí en el Zanjón de Maipú, cuando ya no quisieron pelear más.
- ¿Pero, se acuerda de Maipú? 
- Si que me acuerdo. Fue allí, pues, la última batalla, donde se rindieron.
-¿Y cómo empezó la cosa?
-Unos cuantos días antes yo había llegado con los que salimos de San Juan. Después fueron viniendo otros grupos de prisioneros y así se fue formando el ejército. (pudiera el relato muy bien referirse a la llegada de dispersos de Cancha Rayada). Nosotros estábamos de la parte de aquí –prosigue Don Eufrasio-, y al hacerlo sale al descanso de la escalera, poniendo cara a Los Andes, -y como en la parte de allí enfrente, en un cerrito blanco, estaban los godos.
-Flojanazos, ¿verdad?
-Hum… ¡Fieros habían sido! Peleamos y peleamos y no aflojaban… Después no quisieron pelear más cuando vieron que nosotros tampoco aflojábamos. Entonces corrimos atrás pa’ que se rindieran.
-¿Y se rindieron?
-¿Y cómo no? Si ya no tenían más ganas de pelear.
-¿Y se entregaban? 
-Muchos se entregaban, otros querían escapar. Pero nosotros los alcanzábamos. 
-¿Y no decían nada, los españoles?
-¿Quiénes, los godos? Si, decían: “¡No mate, corcho, no mate!”, cuando los alcanzábamos.

Brillaron un punto sus pupilas, las arrugas dibujaron con gran esfuerzo una sonrisa y luego enmudeció el hombre, bajó la cabeza, y el sombrero retornó a girar entre los dedos. 

Lo demás que nos contó forma un maremagnum de hechos y episodios confundidos, en que se mezclan sin distinción de épocas, Rozas y Quiroga y las montoneras y la Guerra del Paraguay. 

El viejecito Videla vive en la casa del ingeniero Fossati en la calle San Martín, 1778. Nos dijo este caballero que Videla no conserva papel alguno, y que las medallas que poseyó en un tiempo las ha perdido o regalado, según relato del mismo Don Eufrasio, y que el coronel Morgado, guerrero del Paraguay, lo conoció en el ejército y de aspecto casi tan viejo entonces como ahora. 

El gobierno de Mendoza le pasa una pequeña pensión, que le alcanza para cubrir sus modestos gastos. Lo demás se lo otorga la caridad de las personas que le recogen en su casa. 

No podemos establecer a ciencia cierta si ha sido o no guerrero de la independencia porque ni siquiera la edad consta por documento público, pero si los 138 años son muchos años, es en cambio verdad que por estos pagos no son escasos los hombres de 110 o 115 años, y Videla bien puede oscilar entre estas dos últimas cifras y haber pertenecido a alguna de las milicias o cuerpos auxiliares del ejército de San Martín. 
Mendoza 22 de Marzo -Revista Caras y Caretas Nº 607 – 21 de Mayo de 1910

Fuente: La gaceta Federal

miércoles, 9 de mayo de 2012

martes, 24 de abril de 2012

La Mosca de Buenos Ayres


La Mosca de Buenos Ayres fue una goleta corsaria de Buenos Aires durante las invasiones inglesas, cuyo propietario fue Mariano Renovales, el capitán Juan Bautista Azopardo y su armador Don Anselmo Saénz Valiente. Con patente de corso emitida el 17 de noviembre de 1806 por Liniers, tenia como misión la vigilancia de la escuadra británica en Río de la Plata al mando de Popham que esperaba refuerzo de Inglaterra. Artillada con 4 cañones y tripulada por 60 marinos. Su pantente venció el 23 de enero de 18071 .

El alistamiento 

Tras la reconquista de Buenos Aires el 12 de agosto de 1806, en la que participaron parte de la tripulación de la fragata corsaria “Dromedario”, dirigidos por su Capitán Mordeille y el segundo comandante Azopardo, este último se queda en la Buenos Aires, no retornando a Montevideo donde estaba su nave.

Juan Bautista Azopardo solicita a Liniers una patente de corso para hostigar a la escuadra de Popham, naves mercantes de bandera británica y contrabandistas (en su mayoría de aquella bandera).

La estrategia de Azopardo, consistía en alistar un navío de poco calado para poder tener como vía de movilidad sin riesgos la costa sur del río que era de casi imposible transitarla por las naves británicas.

Entre el tipo de nave que fuera la elegida tenemos diferentes versiones entre las obras más destacadas del tema así Mercedes Azopardo en 1961 en la biografía de su bisabuelo refiere a la misma como una goleta 2 mismo tipo que emplean Rodriguez, Horacio y Arguindeguy, Pablo E. en 1996 en su obra sobre el Corso Rioplatense 3 , siendo Lauracio Destéfani4 quien pone una suposición en obra sobre que podría haber sido una balandra o sumaca. La tripulación fue constituida por 60 marinos y el armamento 2 cañones de 8 y 2 de 4.

Combate en el Río de la Plata 

Artículo principal: Invasiones Inglesas

En una de la salidas de la Mosca, el bergantín HMS Protector y una goleta británica, no identificada a la fecha, entablan combate con la nave corsaria. Dada la inferioridad de fuego Azopardo decide fijar rumbo a la costa sur del río con dirección a Quilmes, donde queda varado intentando salvar el navío. Las naves británicas para evitar encallar en esa zona traicionera del río, deciden bajar cuatro embarcaciones para asaltar al corsario.

Las embarcaciones izaron ´´Bandera Negra’’, la primera embarcación se logra capturar con un oficial y cinco marineros, y las tres embarcaciones decidieron volver a sus respectivos buques que estaban fondeados fuera del alcance de los cañones de la Mosca de Buenos Aires.

Azopardo organizó en tierra una posición defensiva, una batería, ante un posible contra golpe británico. Cuando volvió la crecida pudieron salir de estar varados y volver a balizas. Los prisioneros fueron remitidos a Buenos Aires y las bajas totales del navío corsario computaron tres marinos. 5

Captura de la Fragata María 

El 5 de noviembre de 1806, tras acciones de botes y diálogo entre los capitanes, Azopardo decide tomar como presa a la fragata anglosamericano María de Filadelfia6 .

Bibliografía 

Azopardo, Mercedes G.(bisnieta)(1961) Coronel de Marina Juan Bautista Azopardo Serie C Biografías Navales Argentinas Nº3. Capítulo I. Invasiones Inglesas. Secretaria de Estado de Marina, Subsecretaria, Departamento de Estudios Históricos Navales. 

Destéfani, Laurio H., Los Marinos en las Invasiones Inglesas, Serie B Historia Naval Argentina Nº15. Comando General de la Armada, Secretaria General Naval, Departamento de Estudios Históricos Navales. (1975). 

Roberts, Carlos (2000). Las invasiones inglesas del Río de la Plata (1806-1807) y la influencia inglesa en la independencia y organización de las provincias del Río de la Plata. Emecé. ISBN 950-04-2021-X 

Rodriguez, Horacio y Arguindeguy, Pablo E. (1996) El Corso Rioplatense. Instituto Browniano. ISBN 987-95160-4-4 

Referencias 

1. ↑ Rodriguez, Horacio y Arguindeguy, Pablo E. (1996) El Corso Rioplatense. Libro I. Nociones Acerca de la Guerra de Corso Previas a 1810. Capítulo 3. La Guerra de Corso en el Río de la Plata con anterioridad a 1810. 3.1 El Corso Español desde Buenos Aires, Montevideo y la Colonia. pag. 38. Instituto Browniano. ISBN 987-95160-4-4 

2. ↑ Azopardo, Mercedes G.(bisnieta)(1961) Coronel de Marina Juan Bautista Azopardo Serie C Biografías Navales Argentinas Nº3. Capítulo I. Invasiones Inglesas. pag.20-21 .Secretaria de Estado de Marina, Subsecretaria, Departamento de Estudios Históricos Navales. 

3. ↑ Rodriguez, Horacio y Arguindeguy, Pablo E. (1996) El Corso Rioplatense. Libro I. Capítulo 3. La Guerra de Corso en el Río de la Plata con anterioridad a 1810. 3.1 El Corso Español desde Buenos Aires, Montevideo y la Colonia.Instituto Browniano. ISBN 987-95160-4-4 

4. ↑ Destéfani, Laurio H., Los Marinos en las Invasiones Inglesas, Serie B Historia Naval Argentina Nº15. Comando General de la Armada, Secretaria General Naval, Departamento de Estudios Históricos Navales. (1975). Capítulo VI. Después de la Reconquista y la ocupación de la Banda Oriental. pag. 238 

5. ↑ Azopardo, Mercedes G.(bisnieta)(1961) Coronel de Marina Juan Bautista Azopardo Serie C Biografías Navales Argentinas Nº3. Capítulo I. Invasiones Inglesas. pag.20-21 .Secretaria de Estado de Marina, Subsecretaria, Departamento de Estudios Históricos Navales. 

6. ↑ Diario de Buenos Aires 1806-1807. Alberto M. Salas. (1981) Pág 341 

o A.G.N., IX, 1-2-5 y 49-3-3, f. 34-35 

Obtenido de "http://es.wikipedia.org/wiki/Mosca_de_Buenos_Aires"

viernes, 23 de marzo de 2012

¿No era hermosa?

Fotos de Evita jovencita (y actriz)





viernes, 9 de marzo de 2012

Un Puma en Olivos: Todos los ven. Menos uno.

Ese uno puede ser el intendente, pero tambien podemos incluir al Concejo Deliberante que ante la inacción de todos llegamos a la sesión extraordinaria, la tercera del año, para tratar el tema de la "visita" de un puma que merodea la zona de Olivos. En dicha sesión los concejales aprobaron por unanimidad un proyecto de resolución por el cual reclamaron al Departamento Ejecutivo realice acciones tendientes a convocar al área de flora y fauna de la Pcia. de Buenos Aires para ubicar y atrapar al animal.

"Es muy feo que vos estés en el comedor diario de tu casa y gires la cabeza y veas a un pichón de 20 cm de alzada y 1,20 m de largo mas la cola,robusto caminando por tu jardín". Quien dijo ésto es Alejandra Rey, con domicilio en Villate 2745, una de las vecinas que estuvieron presentes en la sesión. Y agregó: "Somos todas personas de 30 a 60 años que hemos visto u oído al animal y no somos personas de andar inventando éste tipo de cosas".Ana Crose, otra de las vecinas cuyo domicilio está situado en Rastreador Fournier 2701, aseguró que "Ya no hay ratas, no hay palomas, casi no hay gatos, una señora vió como se llevaba un gato. Los perros aúllan cuando detectan que está cerca. Creo que desde la intendencia se debió armar todo y se borraron. Como siempre pasa en la Argentina. En nuestro país se actúa sólo cuando hay sangre o cuando hay muertes como cuando pasó con Once. No esperemos a éso suceda porque ésto es una muerte anunciada."
El concejal Gustavo Debenedetti quien ideó el proyecto original y el único concejal -según los vecinos- que se acercó para conocer la situación , proponía que se conforme una Comisión Transitoria de Emergencia Vecinal, ámbito conformado por el Ejecutivo, el Concejo y los vecinos, pero la idea fue desechada quien sobre el final de la sesión señaló: "Hubiera querido que se formara la comisión con participación de los vecinos pero la hubiera votado yo solo. El Presidente del Concejo señaló que estaban armando un plan de contingencia. Hace dos meses que está éste problema, estan un poquito atrasados. De todas maneras voy a seguir el tema y acompañando a los vecinos." 
En el día de ayer como parte de las medidas a tomar se instaló una jaula con un chivo como "señuelo" para atrapar al puma.
 
Desde el municipio se envió el siguiente comunicado sobre las denuncias de la existencia de un puma en Vicente López:

Frente a las denuncias de la aparente existencia de un puma suelto en las calles de Vicente López, el Municipio informa:
1 - Que desde la Comuna estamos realizando todos los esfuerzos posibles. Estamos haciendo todo lo que podemos y más de lo que debemos, para determinar la existencia concreta de este animal.
2 - Que tanto el Honorable Concejo Deliberante, como el Ejecutivo local, pedimos de manera imperiosa a la Provincia que nos ayude en la búsqueda de un animal que, según denuncian los vecinos, no es de características domésticas y que, por lo tanto, su búsqueda y eventual captura debe estar encabezada por la Dirección de Flora y Fauna de la Provincia de Buenos Aires. La Dirección Municipal de Zoonosis, sólo posee estructura para capturar animales de índole doméstico.
3 - Que toda búsqueda que se realice con la estructura de la Dirección Municipal de Zoonosis, es insuficiente frente a un animal que presenta características que deben ser tratadas por expertos de la Dirección Provincial de Flora y Fauna.
4 - Que hemos recibido todo tipo de denuncias, por diferentes vías, de parte de vecinos que dicen haber visto al animal. Y que aunque no hay certeza plena de que el mismo exista, frente al más mínimo aviso de un posible avistaje, ponemos en marcha los mecanismos de búsqueda y prevención, en pos de preservar la integridad de los vecinos.
5 - Que además de la Dirección de Zoonosis, trabajan en el tema, la Secretaría de Seguridad del Municipio, con móviles en la calle y la búsqueda mediante cámaras de Seguridad y la Secretaría de Planeamiento, Obras y Servicios Públicos, en lo referido al tratamiento especial de iluminación y poda de árboles en la zona.
6 - Que más allá de todo lo aquí expuesto, desde el Municipio seguiremos haciendo todos los esfuerzos que tengamos a nuestro alcance, para colaborar con la búsqueda y llevar tranquilidad a los vecinos.

jueves, 8 de marzo de 2012

EL HUMOR SENSATO DE PERON


El 24 de enero de 1944 se reunió el GOU (Grupo de Oficiales Unidos) en el recinto del Concejo Deliberante, para considerar la ruptura de relaciones con Alemania y el Japón. La sesión fue tumultuosa y los voceros del nacionalismo y la neutralidad sostuvieron firmemente su posición contra los rupturistas, encabezados por Enrique P. González, Eduardo Ávalos, Emilio Ramírez y Alfredo Argüero Fragueiro, quienes apoyaban decididamente al canciller Alberto Gilbert.

No era sencillo pasar, sin preparación previa, del estado de neutralidad al estado de beligerancia. Juan Perón sostuvo esa noche la conveniencia política de la ruptura, ya que, de lo contrario, la Argentina iba a quedar descolocada -y más aislada aún- tras la victoria de los aliados. Algunos nacionalistas no lo entendieron y hubo un oficial, con grado de mayor, que pidió la palabra y respondió a Perón de esta manera:

-No estoy de acuerdo. Creo todo lo contrario: debemos romper relaciones y declarar la guerra a Rusia, Inglaterra y los Estados Unidos.

Perón, entonces, ni corto ni perezoso, vociferó:

-¡Ah, sí! ¿Y si les ganamos, después que hacemos?

('LA CHISPA DE PERÓN', Fermín Chávez)

BELGRANO Misión a Europa




El Consejo de Estado convocado por Posadas aprobó la propuesta de enviar a Europa a Belgrano y Rivadavia en misión ante Fernando VII para felicitarlo por la recuperación del trono, paralizar los preparativos de la península para una gran expedición a América, amenguar los planes ofensivos de Abascal y apaciguar los recelos del Brasil.
Las instrucciones públicas, del 9 de diciembre de 1814, firmadas por Gervasio A. Posadas y Nicolás Herrera, establecían que Rivadavia y Belgrano combinarían en Londres el viaje a España junto con Sarratea; presentarían a Fernando VII las felicitaciones de las Provincias Unidas por la restitución al trono de sus mayores, asegurándole los sentimientos de amor y fidelidad de estos pueblos; informarían al monarca de los abusos cometidos por las autoridades españolas, insistiendo en actos de crueldad impresionantes y en el quebrantamiento de pactos. La pacificación debía tener por base el principio de dejar en los americanos la garantía de la seguridad de lo que se estipulase; los diputados aceptarían proposiciones y bases de justicia, que serían examinadas por la Asamblea de representantes, para tener en cuenta la opinión de los pueblos. Con toda habilidad se hablaba en las instrucciones de forma que dejaba traslucir la voluntad de combatir hasta el fin si no se hallaba comprensión para sus reclamaciones.
Las instrucciones reservadas expedidas para Rivadavia el 10 de diciembre, ofrecen interés. Belgrano quedaría en Londres para operar en otras Cortes, de acuerdo con las instrucciones de Rivadavia desde Madrid. Se decía en las instrucciones reservadas: "Que las miras del gobierno, sea cual fuere la situación de España, sólo tienen por objeto la independencia política de este Continente, o a to menos la libertad civil de estas provincias. Como debe ser obra del tiempo y dé la política, el diputado tratará de entretener la conclusión de este negocio todo to que pueda sin compromiso de la buena fe de la misión". Debía pedir el envío de emisarios reales a las provincias para que conozcan la verdadera situación y consulten los medios de una conciliación sobre bases de seguridad, igualdad y justicia. Si fracasara esa proposición y pusiera en peligro la negociación, "entonces hará ver con destreza que los americanos no entrarán jamás por partido alguno que no gire sobre estas bases o la venida de un príncipe de la Casa Real de España que mande en soberano este continente bajo las formas constitucionales que establezcan las provincias; o el vínculo y dependencia de ellas de la corona de España, quedando la administración de todos sus ramos en manos de americanos". Se admite la regalía del rey en materia de empleos, impuestos, etc., en cuanto no comprometan la seguridad y la libertad del país . . .
Se creía llegar más fácilmente a la independencia halagando al rey con el posible establecimiento de una monarquía constitucional. En el caso que España insistiera en la sumisión servil de las provincias, el diputado se dirigiría a otra Corte para sacar algún partido ventajoso que asegurase la libertad civil, sin detenerse en admitir tratados políticos y de comercio, porque el fin era conseguir una protección respetable de alguna potencia de primer orden contra las tentativas opresoras de España.
Antes de pasar a Madrid, Rivadavia se informaría por Sarratea de la política inglesa con respecto a la América española; si la nación inglesa quisiera enviar un príncipe de la casa real o de otra de sus aliadas, para que se corone en esta parte del mundo bajo la constitución que fijen estos pueblos, o bajo otras formas liberales, entonces se omitirá el viaje a la península y sólo tratará con Inglaterra. De existir otras perspectivas, el objeto de las gestiones del diputado era romper con España y asegurar la independencia admitiendo, en caso extremo, un príncipe inglés o de otra casa extranjera. De todos modos, se quería entretener a España, dilatando toda solución y dejando pendiente de la lentitud la esperanza de una conciliación.
Los diputados llegaron de Buenos Aires a Río de Janeiro el 12 de enero de 1815 y tuvieron entrevistas con lord Strangford, que puso a su disposición una fragata inglesa para llegar a Londres; ni el príncipe regente ni la infanta Carlota los recibieron. Salieron de Río de Janeiro el 16 de marzo y a mediados de mayo se pusieron en relación con Sarratea, en momentos en que Napoleón había regresado de Elba y se había vuelto a posesionar del trono de Francia, aventura que duraría cien días.
Sarratea juzgó inoportuno el envío de los diputados a España, a causa de la obstinación del rey, y en cambio ideó otra combinación: la de proponer a Carlos IV, residente en Italia, la coronación de su hijo Francisco de Paula en el trono del Río de la Plata. Con ese fin encomendó al conde Cabarrús la negociación con el ex rey de España en Roma. Parece ser que persuadió a la reina María Luisa, pero Carlos IV pidió tiempo para reflexionar. Rivadavia y Belgrano adhirieron al plan de Sarratea. Cabarrús volvió a Italia con instrucciones, memoriales y proyectos de Constitución. La nueva monarquía que se proponía a Carlos IV se llamaría Reino Unido del Río de la Plata, y abarcaría al antiguo virreinato, la presidencia de Chile y las provincias de Puno, Arequipa y Cuzco con las costas o islas adyacentes; se creaba una nobleza hereditaria, etc., etc. Carlos IV se negó a admitir el proyecto elaborado por Belgrano y Rivadavia. Sarratea lo impugnó porque vio desautorizada en él la actuación de Cabarrús, su aliado circunstancial a interesado. El "negocio de Italia", como lo llamaba Sarratea, quedó en la nada.
Consecuencia de esa frustración fue el disgusto de Rivadavia y Belgrano con respecto a Cabarrús, y también con Sarratea; los recursos con que contaban los diputados de Buenos Aires fueron invertidos en esas tramitaciones de Cabarrús; se estuvo a punto de llegar a un duelo entre Belgrano y Cabarrús, que logró evitar Rivadavia. Lo que no evitó fue la hostilidad y las intrigas de Sarratea contra sus gestiones, luego de esto Belgrano regresó a Buenos Aires

martes, 6 de marzo de 2012

Un hallazgo de Artemio López. Revista el Gráfico de 1973



No estamos hablando de fóbal ultimamente, observarán que estamos muy medidos. Sucede que  la superioridad manifiesta de Boca Juniors limita, inhibe o restringe nuestra dedicación al tema.

Sin embargo el reportero Diego Schurman, dedicado a seguir el ascenso y las peripecias de su club que a esta altura especulaba "llevarìa unos 20 puntos de ventaja" :) , desilusionado nos envía esta información. bajo el título "Alonso no era de Riber" . Termina asì desmoronándose su sentido de pertenencia futbolero ya no actual que está por el piso, sino histórico, porque aparentemente el denominado "Beto" era "ídolo". 

En fin, señala Schurman:   

Lámina central de la revista El Gráfico en 1973. "¿Dónde sueñan con jugar?" Eran otros tiempos. 

Ahora, ni locos aceptarían ponerse la camiseta del cuadro del que eran hinchas de chicos. Acá lo hicieron. Arr. desde la izq. Merlo (jugaba en River, era de San Lorenzo), Piris (San Lorenzo - Central), Saccardi (Ferro - Independiente), Julio Asad (Vélez - San Lorenzo), Higuain ( Boca- River) Gatti (Gimnasia - Boca). Abajo: Balbuena (Independiente - Boca), el Goma Vidal (Ferro - Huracán), Avallay (Huracán - River), el Beto Alonso (River - Racing) y Guerini (Boca - Independiente). El único de estos once futbolistas que logró jugar en el equipo que eran hinchas en la foto fueron Higuain y Gatti, que llegó a Boca en 1976, previo paso por Unión en 1975.

Golpe simbólico duro, como el conflicto docente, digámoslo así para que cobre dimensión histórica. 

jueves, 1 de marzo de 2012

Gracias Germinal Lubrano

"Va a estar lindo Buenos Aires".
Mauricio Macri

miércoles, 29 de febrero de 2012

Entrevista a Juan Martín Guevara

Por 
 Eduardo Anguita en MIRADAS AL SUD


Pensaba en la argentinidad indudable del Che: nacido en Rosario, su madre y su padre venían de Misiones, hizo el primario en Alta Gracia y el secundario en la ciudad de Córdoba, estudió medicina en la Universidad de Buenos Aires, tomaba mate incluso en la sierra cubana. Se ve que le quedó en el corazón, en la sangre. Lo otro característico es que ustedes vienen de una familia tradicional y por eso el primer varón mayor tuvo el nombre del padre, Ernesto; la segunda, Celia, lleva el nombre de tu madre y vos, Juan Martín, quinto, llevás también un nombre familiar.
“Hay que bajar a Ernesto del bronce, humanizarlo” Un diálogo con Juan Martín Guevara, uno de los hermanos del Che, en el programa La Historia en Debate que se emite los viernes a las 23 en CN23 y que hoy domingo repite a las 23.
–Yo tengo el nombre de mi abuelo materno, Juan Martín de la Serna. En realidad lo de tradicionalista es una mezcla, eso entra dentro de algunas explicaciones de la familia, porque en realidad la familia muy tradicional no fue; pero en lo de los nombres sí. Y Ernesto hizo lo mismo, Hilda era su primera mujer y le puso a su hija Hilda y Beatriz, por la madre el primero y el segundo por una que era nuestra tía, era “la Tía". Y siempre dijo Hilda Beatriz, no es que era Hildita nada más; era Hilda Beatriz, lo de Beatriz no se lo olvidaba, era muy importante esta tía.
–Y en el segundo matrimonio, al primero de los varones le pone Camilo.
–Le pone Camilo, sí. Hay una relación tan intensa entre Camilo Cienfuegos y Ernesto; y además no sólo de compañeros sino de compinches. Eran compañeros, eran comandantes, comandante lo hace Ernesto a Camilo. El primer comandante que nombra Fidel Castro en la Sierra es Ernesto, y él lo nombra comandante a Camilo. Pero eran compinches, hay grabaciones, ellos se comunicaban por radio –y estaban en guerra–, de pronto, empiezan a hablar, a hacerse chistes en el medio de sus conversaciones, ¡QSL! ¡QSL!, y no sé qué ¡y va un chiste y otro chiste! A Camilo tuve la suerte de conocerlo y creo que era el único tipo capaz de decirle barbaridades a Ernesto y que no se enojara; cosas muy divertidas. En Cuba se conmemoraba (no sé si se sigue haciendo porque era realmente muy impactante) la jornada Che Camilo Che. Camilo se pierde en una avioneta y se supone que, como no aparece en ningún lado, cayó al mar. En esa jornada se hacen actos en los cuales se habla de Ernesto, del Che, y después van con flores al mar y tiran las flores en el mar. En la Bahía de La Habana, en otros lugares también, pero yo lo vi en La Habana; entonces la bahía aparece poblada de flores; pero además con mucha seriedad, la gente muy seria, muy para adentro. El cubano no es muy para adentro pero ese día está sentido. El Che es una figura importante. Y ahora, las fotos de la Plaza de la Revolución siempre aparecen, más o menos como algo que se hizo acá en el Ministerio de Obras Públicas con Eva Perón, una figura del Che hecha con hierro y ahora pusieron al lado una figura de Camilo. Entonces están el Che y Camilo juntos nuevamente.
–Nosotros nos conocemos de hace años en situaciones que no eran muy divertidas, pero yo recuerdo cuando vos contabas que llegaste al hotel Habana Libre, al Hilton, y contabas que fuiste a la habitación y tenía una bañadera inmensa y habías abierto las canillas. Esto me lo contaste hace muchísimos años y siempre me quedó esa idea de lo que significaría hacer una revolución y llegar a una ciudad como La Habana que estaba diseñada para “hacer de Cuba un garito”… y vos llegaste muy poco tiempo después de que habían triunfado.
–Estaba tratando de ubicar exactamente… pero es entre el 8 y el 9 de enero, el 1º es cuando se va Batista, entre el 2 y el 3 entra Camilo por un lado y Ernesto por otro. El día 6 llega Fidel de la Sierra ya con todo el pensamiento... Creo que ahí ya se había decretado el nombramiento de presidente de Manuel Urrutia. Nosotros, con mi familia, llegamos un par de días después. Según yo averigüé después, el viaje nuestro fue un avión que recogió exiliados. Mandaron un avión de Cubana de Aviación recogiendo exiliados del Movimiento 26 de Julio que llega a Buenos Aires y entonces de Buenos Aires partimos para Quito y de Quito a México y luego a La Habana.
–¿Quiénes fueron de tu familia? 
–La Vieja, el Viejo, Celia, un cuñado que era el marido de Celia y yo. Los elegidos por Camilo. Parece que como Camilo suponía que si le decía a Ernesto que iba a venir la familia le iba a decir que no, no dijo nada. Entonces, cuando ya estábamos llegando, le dijo: “Anda al aeropuerto, que ahí hay una sorpresa”. Che preguntó qué sorpresa. “Está tu familia”, le dijo. Ernesto ya no tenía tiempo de enojarse. De ahí esa famosa foto que hay de Ernesto abrazándose con la Vieja, que están abrazados, abrazados; yo estaba ahí, era increíble… Porque en aquel momento no había toda esta tecnología, entonces estaba lleno de cables por todos lados y la Vieja atropelló todos los cables del mundo para pegarse ese abrazo... fue como si se estuvieran fundiendo en una persona, algo que todavía lo tengo grabado; y los tripulantes del avión vinieron para sacarse fotos. En fin, yo creo que ni los cubanos mismos, y eso que son realmente fuera de lo normal, pero ni ellos entendían mucho lo que estaba pasando. Era una locura. Y eso que vos decís que yo contaba fue que llegamos al Hilton y entonces había un enano y un negro de dos metros vestido de librea. Ellos abrían la puerta... Vos decías “¿qué es esto?” y, al mismo tiempo, un guerrillero por ahí, otro tirado así, con unos escapularios, cualquier cosa de uniforme tirado en el piso, con la ametralladora puesta acá. En ese momento estaba Errol Flynn, un actor norteamericano que todavía había quedado varado en el Hilton. Era una mezcla de turistas con guerrilleros. Yo tengo una foto que la sacamos nosotros cuando vino Camilo al Hilton, que después fue el Habana Libre, y entonces los camareros no entendían nada porque vino toda la guardia de Camilo, que tenía una ametralladora Thompson arriba de la mesa. ¡No cabían ni los vasos, ni las tasas, ni lo que estaban sirviendo porque estaba lleno de fierros por todos lados!
Vos mirabas todo eso y no entendían nada. En la habitación había una máquina que tiraba hielo ¡para tomar whisky o lo que fuera! Caían cubitos de hielo. La bañadera era como una especie de spa y yo venía, te podés imaginar, de mi casa que era un páramo; y caí en ese lugar. Era tan raro que la Vieja dijo que no podíamos estar en ese hotel y pidió que nos llevaran a otro, uno que ahora es el Comodoro, que era un poco menos ostentoso, aunque era a la orilla del mar y era un hotel excelente, pero un poquito menos, no era esa cosa tan chocante, golpeante, de la abundancia del Hilton.
–Martín, yo me imagino, uno ahora relee el Diario del Che, lo que fue esa columna del Che y Camilo, que tomaron muchísimos más riesgos, incluso, que el resto de los revolucionarios. ¿Ustedes acá tenían dimensión del riesgo personal de vida que tenía Ernesto? O ustedes, como sucede muchas veces en la familia, tenían una especie de negación o incomprensión. ¿Tenían dimensión de que un día podían abrir los diarios y encontrarse con una espantosa noticia? 
–Cuando vos hablás de familia probablemente tenés un arquetipo de familia, probablemente la tuya…
–¡Tampoco! ¡No, no!
–...Entonces, no había una armonía total en lo que se pensaba y en cómo se expresaban los pensamientos. Lo que sí, se expresaban, nos expresábamos, eso sí. Tanto mi Vieja como mi Viejo nos habían educado en que no nos podíamos quedar con nada que no nos pareciera, incluso aunque lo dijeran ellos. Cada uno discutía hasta que lo convencieran o, si no, seguía con la suya. Es decir, no había esta cosa jerárquica, autoritaria, de padre que dice “esto es así” y se acabó. Entonces, esto por un lado; y, por el otro, mi Vieja tenía algunas posiciones mucho más populares, si se puede decir. Mi Viejo era un artista, un gran dibujante, un gran pintor, y, como todo artista, digamos que la realidad la pinta más o menos a su manera. No se puede decir que mienta... pero la acomoda, y él se acomodaba también a esa realidad. El Viejo era más temeroso en ese sentido, pero Ernesto había estado desde chico, y toda la vida, haciendo cosas que estaban un poquito más allá del riesgo. A veces a mí me preguntan qué sentía yo cuando Ernesto se iba; y yo digo que era al revés, qué sentía cuando él volvía, porque siempre se estaba yendo. Nunca estaba; entonces, la alegría era cuando Ernesto estaba... ¡Uhhh..., llegó Ernesto! ¡Está Ernesto...! Porque, si no estaba embarcado como enfermero, estaba en una travesía de bicicleta o de motocicleta...
–¡En un barco de YPF se había embarcado! ¡Habría que hacer una publicidad de YPF! ¡Habría que sugerírselo al presidente de Repsol-YPF Antonio Brufau! 
–Sí, ¡como hicieron los de la Mercedes Benz, que después no sabían cómo arreglarla...!
–¿Vos la viste la publicidad de Mercedes Benz? ¡Qué te produjo verla?
–Ya, a esta altura… Yo pienso dos cosas. La primera, ningún comerciante usa un símbolo que no le haga ganar plata, entonces siempre están buscando si es una camiseta, un auto… Entonces, el personaje, en este caso, el Che, vende. La pregunta de fondo es por qué hoy sigue vendiendo, por qué hoy sigue teniendo presencia. Porque, además de haber tratado de ningunearlo, hasta de ningunear el cuerpo, de haber tratado por todos los medios de apagarlo, este personaje sigue como poesía y canciones. Él vuelve a surgir.
Yo creo que ése es el fondo de la cuestión, lo que hay que buscar es por qué la gente elige esa imagen, por qué se amalgama con esa imagen. No el que hace plata, que siempre va a buscar lo que se vende… El tema es por qué vende el Che. Por qué Maradona lo tiene grabado y Tyson lo tiene grabado, dos personajes, pero que son tan distintos el uno del otro.
–Yo tengo una respuesta a esa pregunta que vos hacés, a mí me parece que es una persona tan auténtica, su historia, su vida es tan auténtica, refleja que cualquier persona que se propone algo puede hacerlo con determinación. Yo recuerdo que vos hablabas de tu madre, hay una frase de una carta que él le manda a tu mamá que dice “estas piernas fláccidas sostendrán esta voluntad”, se muestra como un personaje con las limitaciones humanas pero sabe que tiene esa voluntad que es algo que supera, que la talló con gran delectación, creo que es eso. 
–Exactamente con delectación de artista, con delectación dice “tenés la memoria a flor”. Cuál es la razón de una familia de clase media, profesionales, insistiendo con que hay que estudiar, hay que saber, con determinadas características éticas, que era lo que transmitía la Vieja, la cosa hay que hacerlas bien, hay que ser digno, honesto, hay que ser esto. El Viejo más o menos, hay que ser bueno y ganar pero se puede ganar con un poquito de trampa. Entonces, esta mezcla de que hay que ser bueno y hay que ganar, hay que ser el mejor, uno diciendo que hay que ser el mejor con honestidad, con dignidad, y el otro que hay que ser el mejor como venga, pero el asunto es que hay que ser el mejor. Tenía una diferencia y es que para mi Vieja “lo que se empieza se termina”, hay que profundizar, investigar, y para mi Viejo el título es lo que te salva, mi hermano es arquitecto y yo para hacer una casa tengo que pedirle que me firme los planos, entonces es el título. Mi hermano no sabe nada y yo sé, es decir que teníamos una mezcla, y yo creo que de esa mezcla sale Ernesto y creo que la voluntad, aparte del asma, porque hay muchos asmáticos que han tenido que llevar adelante una enfermedad complicada, pero no necesariamente han desarrollado una voluntad así. Creo que la Vieja influyó muchísimo en esto de que hay que seguir, de que hay que llegar, de que hay que hacerlo y de que a todo se llega y que todo se puede. Como decía un amigo, lo que sucede conviene, ese optimismo fabuloso. Si te pisa un camión es bueno porque mirás la marca de las gomas. Yo creo que esa decisión, esa voluntad, que no la sacamos todos, yo creo que él fue el receptor de lo mejor de la familia, de lo mejor de los viejos, del entorno, y con toda su capacidad personal, esa cosa de llegar, de superar, de soñar. Porque yo creo que ahí está la combinación, el Viejo soñaba, era un soñador, pero un soñador que no llevaba adelante las cosas, y la Vieja era una pragmática y creo que Ernesto llevó los sueños a la realidad. Hizo una combinación.
–Cuando decís “no la sacamos todos” te referís a los cinco hermanos, vos sos el menor. Sin embargo, yo debo decir, estamos hablando de Ernesto, pero yo te conozco a vos y yo te conocí en la época en que éramos militantes y estábamos presos y yo siempre te vi como un tipo severo, duro, y tenía clarísimo que vos eras un tipo con una voluntad inquebrantable. En una época donde uno se refugiaba en los compañeros, pero también necesitaba percibir, tener claro, si el otro era alguien, si las cosas se ponían jodidas, si había una vuelta de tuerca, estaba o no estaba. Y yo siempre pensé, éste es de la misma madera que el hermano, no sé si alguna vez lo hemos hablado en esas charlas que teníamos de pabellón; pero decís “no la sacamos todos”, y vos cómo fue, en algún momento, porque vos elegiste la militancia sabiendo que tenías riesgo de vida y sufriste todas las cosas que había que sufrir, ¿tuvo que ver el Che o tuvo que ver tu propia vida?
–Yo creo que para que pueda surgir alguien de la talla de Ernesto es realmente una cosa excepcional, si no todos los días tendríamos personajes así. Pero tiene que haber alguna circunstancia y una de las circunstancias, como dije yo, son los genes. Entonces hay una cosa que es genética que es su inteligencia, hay otra cosa que es el ambiente: el que es hijo de un cabrero boliviano es muy complicado que vaya a la universidad y que se desarrolle, tiene muchísimas más limitaciones que viviendo en una ciudad importante, en una familia en la que la tradición es ser profesional y estudiar, el entorno familiar. Después del entorno familiar ya surgen cosas más particulares, como la época que se vivió, la época de la Segunda Guerra Mundial, de la Guerra Civil Española, Vietnam. Yo me acuerdo que en mi casa mi Viejo no participaba mucho de estas cosas tan de izquierda, la Vieja sí, entonces se festejó la caída de Dien Bien Phu cuando caen los franceses, tenía once años. Estaba el Paris Match que, obviamente, sangraba por la herida, y mi vieja era bilingüe y leía mucho en francés. El único bilingüe de los hermanos era Ernesto, estudió algo de inglés, y Celia también. Los tres lectores infernales eran la Vieja, Ernesto y Celia, eran una máquina de leer. En casa había libros en francés que no habían sido editados en español, entre ellos Trotsky, todavía había libros de Trotsky que no habían sido editados, él ya los había leído. Una mezcolanza, pero se leía de todo, te nombro Trotsky por decir un tipo muy controvertido. Salgari, además. Te subrayaba Salgari también porque él tenía la manía de que lo que le gustaba lo subrayaba o abajo te ponía algo. Entonces, cuando vos leías un libro que había leído estaba discutiendo con el autor, con él, y no sabías con quién más, entonces era molesto leer los libros que él había leído, es como que eran de él y listo. Pero entonces en esta casa, en este lugar, es posible que él se desarrolle, ahora después hay circunstancias de otro tipo, por supuesto las nacionales y las internacionales. Yo creo que esto de que la Vieja hizo la panza en Misiones, nació en Rosario, se hizo estudiante en Córdoba y después estudió en Buenos Aires, marca que la familia era itinerante, era medio gitana, no había un arraigo. Y yo creo que él fue el más viajero de todos, ya eso era como parte de la familia, pero él lo incorporó como parte individual, entonces viajó.
–Vos recién decías 1959, ese abrazo inmenso entre Ernesto y tu mamá, y unos años después, seis años después, tu mamá muere y él estaba en el Congo. Me gustaría que cuentes ese momento y también el momento más doloroso, en octubre del ’67, cuando ustedes, seguramente ya preparados porque lo de Bolivia estaba muy duro, cómo tomaron eso y cómo lo tomaste vos personalmente. Cómo te marcó a vos ese octubre del ’67. 
–Vos anteriormente me habías hecho una pregunta de cómo tomábamos nosotros como familia estos hechos, como que de pronto Ernesto está en Cuba con Fidel desarrollando una actividad de guerra y con riesgos, por supuesto. Después, con el tiempo, uno ya va incorporando que su decisión es ir al frente, siempre estar adelante donde fuera. Entonces, en los años ’57, ’58, ’59 ya en mi casa habían puesto una bomba, habían ametrallado, es decir que de alguna manera la violencia estaba presente, el riesgo estaba presente, no es que fuera algo neutral. Nunca fue neutral el tema, creo que sigue sin ser neutral, si bien cada uno toma de un lado, del otro, las características del personaje, pero no hay una neutralidad. Entonces, estos dos momentos. Uno, la Vieja estaba muy preocupada, incluso ella había tenido cáncer de mama más o menos en los años ’44, ’45, la operan, vuelve a tenerlo cinco, seis años después, ya le hacen una operación muy grande y ella entra en una etapa depresiva, en una etapa de sentirse mal. Una mujer joven, aún, con una enfermedad así, además con una ortopedia en los pechos, en fin una serie de cosas y sobre todo yo que fui el que vivió más tiempo con ella porque los demás se casaron, se fueron, no estaban. Cuando se produce la revolución la Vieja es como si reviviera, se convierte en militante, se hace militante de un movimiento, incluso estábamos en distintos movimientos ella y yo, discutíamos bastante. El vicepresidente que había tenido Frondizi, Gómez, cuando sale y renuncia, forma un grupo en el que estaban los Viñas y otra gente, el Malena, ahí militaba la Vieja. Yo me acuerdo que llegaba a casa y estaban reunidos y yo tenía que irme a un café hasta que se terminara la reunión para poder entrar, si no era sapo de otro pozo metido ahí. Ella viaja, va y viene, realmente hay una unidad muy grande con Ernesto, participa en muchas actividades en defensa de la revolución, hablando de la revolución cubana y participando en la Argentina. Incluso estuvo presa, Guido la mete presa. El otro día estaba viendo la calle Humberto Primo, donde estaba la cárcel de mujeres, ahí estuvo la Vieja. Entonces, este proceso de enfermedad de la Vieja se vuelve a producir ya para los años ’65, vuelve el cáncer a manifestarse pero ya Ernesto no estaba en Cuba y ya las noticias decían que estaba acá, que estaba allá, que no sé qué, que desapareció, y se decía que si estaba en Santo Domingo, que si estaba aquí. En fin, no estaba. Y entonces, ya cuando ella estaba muy mal, me acuerdo que estaba en el campo, yo la fui a buscar, vinimos para Buenos Aires y se detectó que no había solución y entonces, estando internada, hay una comunicación con Cuba y entonces habla con Aleida y le dice “Ernesto está bien, lo que pasa es que no está acá pero está bien no se preocupe”; pero la Vieja no queda nada convencida. Nosotros conversábamos mucho con la Vieja porque en medio de la discusión intercambiábamos, ella más información que yo, porque ella estaba más en contacto con Ernesto, pero sí intercambiábamos opiniones, pero ella seguía pensando que no estaba, dónde estaba, y murió con eso, murió con la incógnita de saber dónde estaba Ernesto. Además murió el 18 de mayo, y mi hermano Roberto y yo nacimos el 18 de mayo. No sé si fue Anderson o Julia Chiquita Constenla que tiraron la versión de que Ernesto había nacido el 14 de mayo, pero yo digo que si no nació en junio, nació el 18, porque los viejos tenían una puntería fenomenal. Pero en realidad nació el 14 de junio y listo. Y después el día de octubre, el día que aparece en los diarios, yo trabajaba en ese momento en una empresa láctea que se llamaba Lactona, en sí era camionero, pero en ese momento era ayudante, no me dejaban el volante, era el que cargaba las cajas. Entonces, en ese momento, salíamos tempranísimo y de pronto miro el Clarín o algunos de los diarios y de pronto la foto ahí, pero es como vos decís ya había una idea de que estaba metido, se suponía en Bolivia o en algún otro lugar, pero casi seguro en Bolivia y que las cosas no venían bien. Por supuesto no teníamos comunicación, sino lo que iba apareciendo en los diarios, lo que se decía. Hacía poco habían aparecido los de Badayeso que habían sido emboscados y demás; entonces uno ya venía más preparado por lo que era Ernesto y además más preparado por la situación, pero de cualquier manera fue un gran golpe. Tal es así que cuando nos reunimos en la casa de mi hermana, Celia, había dos posiciones: esto no es verdad, tantas veces habían dicho que había muerto y en realidad no, que esa foto estaba armada, yo no participaba en esa posición. Desde que la vi dije éste es Ernesto no hay duda y ahí fue Roberto mi hermano a Bolivia, quién va a Bolivia, era Roberto o yo, el viejo no y mis hermanas no. Se decidió que fuera Roberto, fue en un avión que me parece si no me equivoco periodístico que fletaron alguna revista o diario; y lo recibieron los militares; por supuesto lo trataron no muy amablemente y le dijeron que no, que el cuerpo lo habían cremado, así que no había cuerpo. Ahí nos enteramos, no sé si fue en ese momento, que habían hecho con las manos las huellas dactilares, no recuerdo bien cuándo fue esa noticia, como que los militares para certificar que realmente a la persona que habían matado era al Che le habían sacado las huellas; que había ido gente de identificación de aquí, de Buenos Aires, para Vallegrande y habían constatado que sí; las manos efectivamente se las cortaron y hoy están en Cuba, las manos y el diario, había un ministro de gobierno, un hombre importante del gobierno boliviano, que tenía contactos y entonces mandó las manos y el diario para allá. Fue un golpe muy fuerte, dos golpes seguidos, fueron dos años, en el ’65 murió la Vieja y en el ’67 murió Ernesto. Pero lo de la Vieja fue esa cosa, esa incógnita hasta el último momento.
–Vos hablabas bastante poco del Che cuando estábamos presos, por ahí contabas anécdotas. Y me doy cuenta que en estos años has tomado la decisión de transmitir muchas cosas, de contar muchas cosas, de participar. Me enteré que el otro día estuviste en Mendoza en una movida que hicieron con motos porque vino alguno de tus sobrinos, de los hijos de Ernesto. Qué significado tiene para vos hoy ser una especie de portavoz, de testimoniar, siendo que ahora relegás, y me doy cuenta que preferís hablar poco de tu propia historia militante, de tu propio compromiso, y te estás convirtiendo en una voz muy importante para volver a poner muchos factores de lo que significa el Che, por lo menos para nosotros. ¿Cómo fue esta decisión tuya, qué significados le das?
–Son muchos años, una vez comenté que en el año ’66, ’67, yo tenía una librería y en aquella época de mucha efervescencia política era una librería que había de todo lo que te puedas imaginar como publicaciones de distintos partidos, distintas agrupaciones. En esa librería confluía la gente joven y demás que venían a leer las revistas y los libros que traíamos. Entonces, un día viene un periodista y me dice que quiere entrevistarme. Le dije que no daba entrevistas, entonces me dice que lo único que quiere preguntarme es si yo sabía dónde estaba mi hermano. Le repetí que no daba entrevistas y que si supiera dónde está mi hermano jamás se lo diría a él. Resulta que había un fotógrafo metido allá enfrente con un teleobjetivo y aparezco en la revista como haciendo una declaración en la cual él dice “pero en el tono que me lo dijo era evidente que sí sabía”. Año ’66, ’67, lo fui a buscar, y le dije “pero vos querés que me achuren”. Esa fue la marca negativa que me quedó. La positiva fue que estaba enfermo Martín, mi hijo, de asma, tengo dos hijos asmáticos, hereditario parece, por lo menos hay un gen ahí, yo no. Al salir de la cárcel tuve como dos episodios medio así raros, pulmonares, pero después se acabó. Bueno, la cuestión es que lo tuvieron que internar a mi hijo porque era muy importante la falta de aire, incluso tuvieron que pasarle suero. La médica que lo atendía me dijo un día “Guevara (estábamos llegando a octubre, que es lo que te comentaba de la Jornada Camilo Che), queremos invitarlo para que venga a la conmemoración aquí en el hospital (un hospital enorme de La Habana) porque vamos a entregar premios a los mejores trabajadores y queremos contar con usted”. Yo le dije que no, perfil bajo, que yo venía al hospital porque mi hijo estaba mal. Y la médica, que era bastante chiquita, petisa, veo que se pone así, los ojos se le hacen una yilé, entonces me dice: “Mire Guevara usted tiene todo el derecho de hablar, no hablar, pero me parece que su posición es egoísta porque sabe toda la gente que hay acá, no tiene ni idea de todas las cosas que usted sí puede decir y usted las tiene adentro. Usted se las quiere guardar, guárdeselas Guevara”. Y me siguió dando. Yo le dije “doctora, a qué hora es” y fui y la hicieron como había que hacerla. Pusieron una mesa y en la mesa estaba el director del hospital, etc., y estaba yo en una puntita, entregaron los premios, todo bien, y de pronto agarraron el micrófono y lo pusieron en el medio y dijeron con nosotros está el hermano del guerrillero heroico, etc., y era arriba gente, abajo gente, miles, enfermos, enfermeras, médicos, aplaudían; a mí me venía bien que aplaudieran porque mientras lo hacían bajaba un poco el nudo, trataba de pensar qué cosas decía, me ponía loco porque lloraban, se ponían mal, era el año ’72, estábamos bastante cerca, todavía la presencia ellos la tenían muy a flor de piel; y de pronto yo decía una cosa y se ponían a aplaudir y aplaudían y la costumbre que hay allá es que vos aplaudís también, doy las gracias a quien me está aplaudiendo, y eso favorecía porque podía pensar, me bajaba un poco la adrenalina. Y es cierto que en la cárcel trataba de no hablar, no era mi tema. Con los años, en la última etapa, empiezan a aparecer los museos del Che, en Alta Gracia es el primero, donde vinieron Chávez y Fidel. En el sur, en San Martín de los Andes, hicieron un museo que se llama La Pastera, la gente de ATE. Por supuesto, había dentro de mí una decisión y a partir de ahí más o menos hace dos años en el Congreso se larga Los Caminos del Che como un programa turístico, y debajo de ese paraguas turístico yo empiezo a participar, entonces ahí sí participé ya más liberado del tema no voy a hablar, fui cada vez entrando más en mi cabeza que es importante, pero es importante por lo que recibo de vuelta porque en cada lugar que he ido, para decirte una en Cuba en una universidad, muy grande, estaba hablando, dije la argentinidad del Che, eso cayó malísimamente mal, más de uno me dijo: “no es solamente cubano, es santaclareño”, en eso no hay caso, la argentinidad no les cabe, es cubano. Yo miraba así y uno de los muchachos se levanta, agarra el micrófono, y dice “yo te voy a hacer una pregunta, cómo era con las mujeres el Che”, preguntas de todo tipo. Un muchacho joven me hizo algunas preguntas y le digo mira por qué es que yo digo que hay que bajarlo del bronce, por qué es que yo digo que hay que humanizarlo, y por supuesto el hecho de ser hermano demuestra que es humano porque si no no tendría hermano.