ESTE ES EL BLOG DEL DR. RODOLFO E. PARBST He creado este blog para que juntos conozcamos un poco más de Historia, por lo cual te invito a participar del mismo.- Toda la historia. La verdadera historia.
jueves, 3 de noviembre de 2011
miércoles, 2 de noviembre de 2011
VENDO BUTACAS EN CAN BARÇA
Estimados Amigos:
Tengo 2 butacas en el Estadio del FC.Barcelona que estoy vendiendo.
La razón es que mi mujer ya no me dejará asistir a los partidos porque la persona que se sienta junto a mí no es de su agrado.
Espero que la suya no tenga problemas con esto…
Anexo fotografía con la vista desde nuestros asientos y de la persona que ocupa la butaca vecina.
Tengo 2 butacas en el Estadio del FC.Barcelona que estoy vendiendo.
La razón es que mi mujer ya no me dejará asistir a los partidos porque la persona que se sienta junto a mí no es de su agrado.
Espero que la suya no tenga problemas con esto…
Anexo fotografía con la vista desde nuestros asientos y de la persona que ocupa la butaca vecina.
3.000 € si la localidad es vuestra todo el año
(Además cuando meten gol, empieza a saltar, a abrazar y a besar)
Posted by El próximo tonto newalgarrobo@hotmail.com
viernes, 28 de octubre de 2011
EUGENIA CASTRO Y LOS HIJOS DE ROSAS
La cautiva
Eugenia Castro era una muchacha morena, vivaz y sensual. Su padre, comandante de Juan Gregorio Castro, nombró por testamento tutor de su hija Eugenia, a Juan Manuel de Rosas.
Apenas adolescente, Eugenia fue ubicada en casa de una conocida familia, pero al quejarse de mal trato, Juan Manuel la llevó a vivir a Palermo, donde hacia las veces de dama de compañía de Encarnación Ezcurra, ya enferma, a quien cuidó con esmero hasta su muerte.
Cuando murió Encarnación, Juan Manuel la hizo su concubina. Sus adversarios políticos acusaban a Rosas de tenerla por esclava. Rosas la llamaba cariñosamente “La Cautiva”, pero lo cierto es que Eugenia vivía en plena libertad y decencia aunque mantenía en privacidad su relación con Rosas, y compartía gratos momentos con Manuelita y Juanita Sosa, de quienes se hizo fiel amiga.
De la relación con Juan Manuel, nacieron cinco hijos: Nicanora, Angela, Justina, Joaquín y Adrián, que aunque sin ser reconocidos fueron cariñosamente tratados por su padre con singular afecto, sobre todo Angelita, a quien le puso de sobrenombre “El Soldadito”.
Eugenia se negó a seguir a Rosas a su exilio, y cuando éste le pidió que fuera a su lado, rehusó acompañarle.
“Si cuando quise traerte conmigo –le escribía Rosas desde el exilio- según te lo propuse con tanto interés en dos muy expresivas y tierna cartas, hubieras venido, no habría sido desgraciada. Así cuando hoy lo eres, debes culpar solamente a tu maldita ingratitud” (Carta publicada por Rafael Calzada)
Canora y El Soldadito
Eugenia Castro era una muchacha morena, vivaz y sensual. Su padre, comandante de Juan Gregorio Castro, nombró por testamento tutor de su hija Eugenia, a Juan Manuel de Rosas.
Apenas adolescente, Eugenia fue ubicada en casa de una conocida familia, pero al quejarse de mal trato, Juan Manuel la llevó a vivir a Palermo, donde hacia las veces de dama de compañía de Encarnación Ezcurra, ya enferma, a quien cuidó con esmero hasta su muerte.
Cuando murió Encarnación, Juan Manuel la hizo su concubina. Sus adversarios políticos acusaban a Rosas de tenerla por esclava. Rosas la llamaba cariñosamente “La Cautiva”, pero lo cierto es que Eugenia vivía en plena libertad y decencia aunque mantenía en privacidad su relación con Rosas, y compartía gratos momentos con Manuelita y Juanita Sosa, de quienes se hizo fiel amiga.
De la relación con Juan Manuel, nacieron cinco hijos: Nicanora, Angela, Justina, Joaquín y Adrián, que aunque sin ser reconocidos fueron cariñosamente tratados por su padre con singular afecto, sobre todo Angelita, a quien le puso de sobrenombre “El Soldadito”.
Eugenia se negó a seguir a Rosas a su exilio, y cuando éste le pidió que fuera a su lado, rehusó acompañarle.
“Si cuando quise traerte conmigo –le escribía Rosas desde el exilio- según te lo propuse con tanto interés en dos muy expresivas y tierna cartas, hubieras venido, no habría sido desgraciada. Así cuando hoy lo eres, debes culpar solamente a tu maldita ingratitud” (Carta publicada por Rafael Calzada)
Canora y El Soldadito
Juan Manuel mantuvo correspondencia desde el exilo con Eugenia Castro y sus hijos, a quienes les enviaba pequeños recuerdos de regalo, o algún dinero, ajustado a su magro presupuesto. “Mañana te enviaré –le escribía a Eugenia el 8 de abril de 1870- una libranza de cien pesos de nuestro papel corriente…Uno de los tres pañuelos es para vos, el otro para el “El Soldadito” (Angelita) y el otro para Canora. No les mando algo bueno porque sigo pobre”.
A su vez Angelita le enviaba un pañuelo, y le decía que ya todos sabían que él había contraído matrimonio con una rica señora de la aristocracia inglesa, a lo que Rosas le contesta: “El pañuelo que me enviaste lo sigo usando en tu nombre; es muy bueno. No me he casado, porque no tengo con que mantener a una mujer, y yo con mujer con plata no quiero casarme. Por eso verás que en lo que me dices te han engañado”
Fuentes:
- Calzada Rafael. “Cincuenta años de América”. Autobiografía.
- Ibarguren Carlos. J.M. de Rosas. Su vida, su drama, su tiempo.
- La Gazeta Federal www.lagazeta.com.ar
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