martes, 7 de julio de 2009

Perón Poeta

De: conozcamoslahistoria@gruposyahoo.com.ar

Perón Poeta
Transcribimos fragmentos de un poema escrito por el joven Juan Domingo Perón en 1911, y cuyo original se encuentra en la Sección "Tesoro" de la Biblioteca Nacional.

Permiso pido señores
Y al silencio la atención
Para esto se quiere gracia
La cual no la siento yo
Si las gracias se compraran
Yo también las compraría
Atiendan nobles señores
Yo emprendado que anduve un día.

Yo tenía mi buen sombrero
Que el capa no conocía
Cuando no tenía pañuelo
De goliya me servía
También tenía mi buena camisa
Que era de salir a noviar
Una tira por el cogote
Y otra por el costillar.

También tenía mi buena bombacha
De rica bayeta blanca
Que salía reculando
Para que no me vieran el anca
También tenía mi buen recado
Que era de salir a pasear
Y que un capitán de Bahía
Me lo andaba por comprar.

Tenía mi buen cojinillo
De cuero de carnero negro
Mis buenos bastos (...)
Formando bien el apero
Tenía mi buen pretal
Buena cincha y encimera
Y unos estribos de palo
Que no los usa cualquiera.

.....................................

Toda la gente miraba
Y empezaban a secretear
Diciendo sería un resero
Que una tropa iba a comprar
Y ai me pusieron un banco
Cerquita de una mujer
Vino una rubia con la guirarra
Cante Ud. ha de saber.

domingo, 5 de julio de 2009

9 de julio de 1816 Un acto de coraje

Un interesante artículo de mi amigo Tito Bardini sobre el trascendental paso dado en Tucumán.
Rodolfo Parbst
9 de julio de 1816 Un acto de coraje
El 9 de julio de 1816 cae un martes. A las dos de la tarde, los diputados del Congreso, reunidos en San Miguel de Tucumán, comienzan a sesionar bajo la presidencia del representante por San Juan, Francisco Narciso Laprida. El diputado Teodoro Sánchez de Bustamente, de Jujuy, pide que se trate el proyecto “sobre la libertad e independencia del país». La solicitud se acepta sin discusión. No es el mejor momento de la historia para dar un paso así, pero los legisladores de ese momento (a diferencia de muchos de sus colegas actuales) tienen sus atributos bien puestos en el lugar que corresponde. Y se animan.
Por Roberto Bardini
bambupress@Argentina.com
La elección de Tucumán como sede del Congreso simboliza el intento de la elite política de Buenos Aires de lograr el apoyo del interior del país. Para llegar a la capital norteña, los diputados porteños recorrieron largos y accidentados caminos en diligencia. El viaje desde la ciudad puerto duraba aproximadamente un mes.
«La Declaración de la Independencia fue, básicamente, un acto de coraje, una especie de gran compadrada en el peor momento de la emancipación americana», escribe Félix Luna. El historiador explica por qué :
«En el norte del continente, Bolívar había sido derrotado. Chile estaba nuevamente en manos de los realistas. Los españoles amenazaban Salta y Jujuy y apenas si eran contenidos por las guerrillas de Güemes. Para empeorarlo todo, Fernando VII había recuperado el trono de España y se preparaba una gran expedición cuyo destino sería el Río de la Plata. La Banda Oriental estaba virtualmente ocupada por los portugueses. Y en Europa prevalecía la Santa Alianza, contraria a las ideas republicanas. En ese momento crítico los argentinos decidimos declararnos independientes. Fue un gran compromiso, el rechazo valiente de una realidad adversa. Era empezar la primera navegación de un país independiente, sin atender las borrascas ni los riesgos. Un acto de coraje».
«NOS, LOS REPRESENTANTES...»
En cierta forma, el proyecto de emancipación suscrito por 29 congresales también es resultado de las permanentes demandas del general José de San Martín, gobernador de Cuyo. El militar la consideraba un requisito indispensable para su plan de iniciar una ofensiva en gran escala en otras regiones de América del Sur. Y así, en medio de una situación adversa, se aprueba el texto de la independencia:
«Nos, los Representantes de las Provincias Unidas en Sud América reunidos en Congreso General, invocando al Eterno que preside al universo, en el nombre y por la autoridad de los Pueblos que representamos, protestando al Cielo, a las naciones y hombres todos del globo la justicia que regla nuestros votos : declaramos solemnemente a la faz de la tierra, que es voluntad unánime e indubitable de estas Provincias romper los violentos vínculos que las ligaban a los Reyes de España, recuperar los derechos de que fueron despojadas, e investirse del alto carácter de una nación libre e independiente del rey Fernando VII, sus sucesores y metrópoli. Quedan en consecuencia de hecho y derecho con amplio y pleno poder para darse las formas que exija la justicia, e impere el cúmulo de sus actuales circunstancias. Todas y cada una de ellas así lo publican, declaran y ratifican, comprometiéndose por nuestro medio al cumplimiento y sostén de esta su voluntad, bajo del seguro y garantía de sus vidas, haberes y fama».
En aquel momento, como hoy, proliferan los operadores políticos, los agentes de inteligencia, los mariscales de la derrota. En los días posteriores, corre el rumor de que el general Manuel Belgrano ha negociado en privado con los diputados para crear una monarquía al servicio de los reyes de Portugal.
En una sesión secreta del 6 de julio, Belgrano -quien había sido invitado por el Congreso de Tucumán para informar sobre las formas de gobierno en la Europa de la época- propuso una monarquía constitucional con un heredero de la dinastía de los Incas.
Los legisladores salen al paso a la campaña de trascendidos. Se reúnen en sesión secreta el 19 de julio y amplían un párrafo del Acta de la Independencia : donde dice «una nación libre e independiente de los reyes de España y su metrópoli», agregan la frase «y de toda otra dominación extranjera». La propuesta es del diputado Pedro Medrano, abogado nacido en Montevideo (Banda Oriental). El texto se jura 48 horas después.
Para divulgar la noticia, el Congreso envía a todas las provincias copias del acta. Incluso, se hacen traducciones en quechua y aymara, los dialectos aborígenes del Norte. Y para mantener informada a la población sobre las actividades de los representantes, se crea un periódico oficial: el Redactor del Congreso Nacional.
El Congreso se traslada a Buenos Aires a comienzos de 1817 porque los portugueses invaden la Banda Oriental, los realistas españoles del Virreinato del Perú amenazan las fronteras del Norte, defendidas por Martín Güemes, y algunas provincias reaccionan ante la posibilidad de que se instaure un régimen monárquico. El llamado «Congreso de Tucumán» sigue sesionando hasta febrero de 1820.
Sin embargo, hay que destacar que en la asamblea no están representadas varias regiones que actualmente son importantes provincias del país y que, en cambio, participan delegados de zonas que hoy ya no pertenecen a la Argentina. En el primer caso, están ausentes Santa Fe, Corrientes, Entre Ríos y Misiones. En el segundo, se encuentran Charcas, Mizque, Chichas y Cochabamba, zonas del Alto Perú que actualmente pertenecen a Bolivia.
«HIJOS DE UN PAÍS COSMOPOLITA»
En 1825 la denominación de Provincias Unidas de América del Sur se suplanta por el de Provincias Unidas del Río de la Plata. La Constitución de 1826 instaura el nombre de Nación Argentina.
El ensayista, diplomático y viajero Manuel Ugarte (1878-1951), sistemáticamente silenciado por la historia oficial, escribe en «La bandera y el himno», artículo publicado en 1916 :
«Somos hijos de un país cosmopolita, donde la nacionalidad se viene acumulando con ayuda de aportes disímiles, y a veces contradictorios, que exigen un especial esfuerzo de aglomeración. ( ?) Lo que aquí se impone antes que nada es difundir y afianzar el sentimiento nacionalista por medio del razonamiento, el color, el sonido, los recuerdos y cuanto concurre a mantener en el alma esa maravillosa emoción colectiva que se llama el patriotismo».
Ugarte se refiere a patriotismo, no patrioterismo. Nacionalismo, no folklore gauchesco. Pertenencia, no exclusión. Más adelante, agrega:
«Lo que nuestra república cosmopolita y poco coherente exige, no es que se concrete la nacionalidad en un grupo dirigente, que en ciertos momentos ha estado lejos de ser la mejor expresión de nuestro conjunto, sino que se expanda y se difunda hasta invadir todos los cerebros y todos los corazones para amalgamarlos, no ya en un simple conglomerado material, sino en un conglomerado más complejo y más alto, que de a todos un punto de partida en el pasado y un punto de mira en el porvenir, sancionando la verdadera continuidad solidaria que ha sido el secreto de las más grandes fuerzas históricas».
DESTINOS DISTINTOS
Fue ese patriotismo mencionado por Ugarte el que en 1816 logró que unitarios y federales dejaran de lado sus discrepancias tras un objetivo superior. Entre ellos había abogados, militares, comerciantes y sacerdotes, muchos de ellos pertenecientes a logias masónicas. Después, continuaron siendo adversarios. Y algunos tuvieron finales trágicos.
Laprida, unitario, fue gobernador de San Juan en 1823. Seis años después murió asesinado por las montoneras de Félix Aldao. Nunca se halló su cadáver.
El abogado Tomás Manuel de Anchorena, se transformó en portavoz de los grandes estancieros de la provincia de Buenos Aires que apoyaron a Juan Manuel de Rosas. Durante el gobierno del brigadier general, fue ministro de Relaciones Exteriores.
El sacerdote tucumano José Colombres se exilió durante el gobierno de Rosas.
El militar y abogado José Ignacio Gorriti fue gobernador de Jujuy y aliado de Martín Güemes. Cuando en 1831 Facundo Quiroga derrotó a los unitarios en el norte argentino, se exilió en Bolivia.
Juan Martín de Pueyrredon, miembro de la Logia Lautaro, fue Director Supremo y apoyó la campaña de San Martín. Más tarde se hizo partidario del general Juan Lavalle, y vivió exiliado en Brasil y Francia hasta 1849.
El sacerdote Pedro Ignacio de Castro Barros, nacido en La Rioja y representante por su provincia, fue rector de la Universidad de Córdoba. Vivió exiliado en la Banda Oriental y en Chile, donde falleció.
El licenciado en filosofía Tomás Godoy Cruz creó la Logia Lautaro en Mendoza y fue gobernador en 1820. Durante la época de Rosas se exilió en Chile.
El abogado Pedro Medrano, nacido en Montevideo, fue diputado en dos ocasiones, camarista (1831), fiscal de Estado (1838) y presidente de la Cámara de Apelaciones. Amigo de Rosas, se sumó a sus partidarios.
El abogado jujeño Teodoro Sánchez de Bustamante gobernó su provincia entre 1826 y 1827. Murió desterrado en Santa Cruz de la Sierra (Bolivia).


El Movimiento Bambú está contra lo «políticamente correcto»,
el «pensamiento único» y la «globalización» impuesta desde
arriba.

jueves, 2 de julio de 2009

EL HUMOR DE PERÓN

EL HUMOR DE PERÓN
UN NEGOCIO REDONDO
Perón decía que no había nacido para los negocios: “No me gusta. Julio César le dejaba los negocios a Craso. El estaba en otra cosa“, sentenciaba. Pero más de una vez recibió propuestas y entonces tenía un cuento divertido. Un día vinieron a proponerle algo, que ponderaban mucho. -¿De que se trata?, preguntó. -De una empresa pesquera,-le dijeron -Ah, sí. ¿Y que debo hacer en el negocio? -Usted pone los barcos… -¿Nada más?, preguntó -Y también la tripulación. -¿Y ustedes qué ponen? -Nosotros…el mar Se lo contó a Héctor Tristán.
LOS LECHEROS
Se había prohibido en la ciudad la circulación de los lecheros que distribuían en carritos su producto. Esto significaba dejar sin trabajo a un cierto número de gente y se manifestaron protestas por parte de los damnificados. El Secretario de Trabajo y Previsión los recibió en el Palacio del Concejo Deliberante y les habló: -"No saben los recuerdos que ustedes me traen, de aquellos tiempos en que nos dejaban la leche en casa, todas las mañanas. Unos tenían y dejaban un tarro, otros un jarro humilde, una vasija enlozada. Estábamos tranquilos y teníamos tanta confianza que, a veces, dormíamos y el lechero entraba despacito, para no hacer ruido, a la cocina y dejaba la leche en el recipiente. Y ellos también tenían mucha confianza en los clientes. Claro, a veces cobraban en el mes. ¡Pero otros no cobraban ni al año!". Los lecheros, que habían llegado quejosos, terminaron aplaudiéndolo.
CALLADITO
Perón hacía y escribía cuentos. Lo dijo en más de una ocasión. En sus textos y grabaciones se encuentran muchos de ellos. En este caso la fuente es el propio líder justicialista. Al llegar a la Presidencia de la República, en 1946, empezó a cortarse el cabello en la residencia de Agüero y Libertador, donde vivió con Evita, a quien, entre paréntesis, no le gustaba el corte de pelo que le hacía el peluquero oficial, porque lo dejaba parecido a un recluta. Pero esto recuerda el General: "Me acuerdo de la primera vez que llegué a cortarme el pelo a la residencia. El peluquero me dice: ¿Cómo quiere que se lo corte? Y le dije: Calladito".
EL CUENTO DEL VASCO
Lo dijo en el Teatro Colón ante trabajadores de la Asociación Bancaria el 28 de febrero de 1947: Los hombres están siempre inclinados a negar los éxitos atribuyéndolos a fuerzas extrañas, y eso me recuerda el viejo cuento del vasco. Dicen que un vasco atravesaba un día con su carro de lechero un río crecido de la provincia de Buenos Aires; cuando estaba en la mitad del río, la corriente le dio vuelta el carro y él, a duras penas, pudo escapar hacia la orilla. Pero cuando casi llegaba a ella le faltaron las fuerzas, en cuyo momento un sauce llorón le dio la posibilidad de asirse a sus ramas y descansar lo suficiente como para poder luego seguir nadando hasta la costa. Cuando llegó a la orilla, un hombre, que no se había animado a tirarse al agua para salvarlo, le dijo: “Bueno, amigo, ¡gracias a Dios!“ Gracias a la rama, que la intención de Dios bien vista era“. Así nuestros opositores seguirán atribuyendo el éxito de nuestra gestión a diversos factores.
EL AGUA PASA SIEMPRE
Esta parábola fue reiterada más de una vez por Perón. Aquí reproducimos la versión que dio el 31 de julio de 1952, en un artículo de Descartes: Lucha contra los pueblos. -Muchos han despreciado el ingenio y el poder del pueblo, pero, a largo plazo, han pagado caro su error. Los pueblos siguen la táctica del agua; las oligarquías, la de los diques que la contienen, encauzan y explotan. El agua aprisionada se agita, acumula caudal y presión, pugna por desbordar; si no lo consigue, trabaja lentamente sobre la fundación, minándola y buscando filtrarse por debajo; si puede, rodea. Si nada de esto logra, termina en el tiempo por romper el dique y lanzarse en torrente. Son los aluviones. Pero el agua pasa siempre; torrencial y tumultuosamente, cuando la compuerta es impotente para regularla.

miércoles, 1 de julio de 2009

LUCHA CONTRA LOS PUEBLOS por DESCARTES

Quiero en estos momentos y en este día recordar al querido “viejo”
Rodolfo Parbst
LUCHA CONTRA LOS PUEBLOS por DESCARTES
En el año 1951 el general Perón escribió una serie de artículos publicados semanalmente en el Diario Democracia, titulados Política Y Estrategia ( no ataco critico)
Los mismos que el firmaba con el seudónimo de Descartes, en estos hace referencia a diversos temas políticos. Semanalmente iremos publicando los distintos artículos del tres veces presidente de los Argentinos, desde donde podremos observar la vigencia de su pensamiento, el desarrollo de su ideología, y la lucidez de su pluma, de la que hoy aun no se ha encontrado referencia ni punto de comparación.

(Artículo del Gral Perón en el diario “Democracia” - 31/07/1952)

Generalmente los dirigentes políticos piensan que ellos son quienes dirigen y encauzan la evolución de los pueblos, aunque a menudo se ven defraudados por su pensamiento. Ello sucede porque se apartan del pueblo.
“ La Hora de los pueblos”
Es así que las transformaciones político-sociales se encauzan por los grandes movimientos populares que llevan a “ LA HORA DE LOS PUEBLOS”. En la evolución de la humanidad esa hora llega de la humanidad esa hora llega muy de tanto en tanto y caracteriza a las grandes revoluciones. El interregno entre dos de ellas suele ser de calma y evolución. En las revoluciones los hombres son el instrumento del pueblo y las oligarquías se destruyen o desaparecen. En las épocas de calma, los pueblos suelen ser instrumento de los hombres y las oligarquías proliferan, se fortalecen y dominan.
La lucha del pueblo
Por eso la historia del mundo ha sida la lucha del pueblo con la oligarquía. Grecia, Roma, la Edad Media , no son sino largas etapas de esa lucha. La Revolución Rusa son dos fases violentas que la patentizan. Los imperialismos actuales son otras etapas de los pueblos en lucha contra la esclavitud interna e internacional.
Hoy, como en todas las épocas de la historia universal, deben vencer los pueblos.
Poder al pueblo
Muchos han despreciado el ingenio y el poder del pueblo, pero, a largo plazo, han pagado caro su error. Los pueblos siguen la táctica del agua. Las oligarquías, la de los diques que la contienen, encauzan y explotan. El agua aprisionada se agita, acumula caudal y presión, pugna pro desbordar; si no lo consigue, trabaja lentamente sobre la fundación, mimándola y buscando filtrarse por debajo; si puede, rodea. Si nada de esto logrea, termina en el tiempo por romper el dique y lanzarse en torrente. Son los aluviones. Pero el agua pasa siempre, torrencial y tumultuosamente, cuando la compuerta es impotente para regularla.
Impulso avasallador
Con los pueblos pasa lo mismo; los dos, torrente o pueblo, son fuerzas de la dinámica universal y actúan con leyes y mecánica semejantes.
Los viejos diques del imperialismo, las oligarquías y las plutocracias comienzan a ceder, esta vez en el mundo, como cedieron en Francia en 1789 y en Rusia en 1918 ante el impulso incontenible y avasallador de los pueblos.
Doble dominación
Los hombres superficiales suponen al mundo regido por las estrechas reglas de sus estados. Piensan que todo se reduce a sojuzgarlo por el dinero o a dominarlo mediante una política impulsada por la fuerza o la amenaza.
La reunión del capital y poder político, a través de las guerras mundiales, ha llevado a una doble dominación: del hombre en lo interno, de los pueblos en las colonias o en las naciones, en lo internacional. En consecuencia, dentro de cada pueblo hay dos procesos en marcha que coinciden en sus propósitos, si bien pueden diferir en sus objetivos inmediatos o en las formas de ejecución.
Germen de rebelión
En el mundo actual, con ideologías o sin ellas, en cada pueblo está latente el germen de la rebelión política y social. Contra los imperialismos, en las colonias o en los países independientes, pero dominados; contra el capitalismo o el comunismo, en los pueblos explotados por cualquiera de estas dos formas de expoliación. En cada lugar de la tierra se levantan puños amenazadores del pueblo, y lo peor es que se levantan con razón en demanda de la justicia y la libertad, siempre ofrecidas pero jamás alcanzadas.
Las oligarquías, obedientes a los imperialismos, luchan por detener lo que ellas llaman comunismo, capitalismo, nacionalismo etc. Es el anuncio de que llega la hora de los pueblos que hoy padecen sumisión y explotación, frente a los cuales no podrán resistir.
“Honor inmerecido”
De un tiempo a esta parte se nos ha hecho un honor inmerecido; cuando los movimientos populares se manifiestan son acusados de “peronismo”.
Cuando Getulio Vargas fue postulado para la presidencia del Brasil los diarios imperialistas lo acusaron de ser un instrumento peronista financiado desde Buenos Aires. Otro tanto dijo de Chávez en el Paraguay. Velasco Ibarra en Ecuador ha sido acusado de lo mismo. La revolución boliviana, que llevó a Paz Estensoro al gobierno, según los imperialistas y sus secuaces fue obra del peronismo argentino. En Chile está ocurriendo igual cosa con el general Ibáñez. ¿Cómo no se les ocurrirá pensar que son los pueblos?
Los pueblos imponen
El error de la política imperialista estriba precisamente en el hecho de engañarse a sí misma, atribuyendo sus fracasos a factores que nada tienen que ver con sus propios errores e incapacidades. Por eso pasan su tiempo “peleando con la sombra” mientras los pueblos imponen paulatinamente sus designios.
La lucha de los imperialismos por meter a los pueblos detrás de la “cortinas de hierro” o detrás de la “cortina del dólar” les ha cegado al extremo de no ver sino enemigos por todas partes. Como no les da la habilidad, recurren a la fuerza o a la injusticia, y por ese camino es difícil persuadir a los pueblo. Con los gobiernos solos no se va lejos en este camino.
“Parábola de la gallina”
Para explicar la actual situación de los pueblos hemos oído exponer la “parábola de la gallina”. A este noble animal se lo puede matar, desplumar, meter en el horno, asarlo y aún comerlo. Todo eso puede hacerse con él. Lo que no se puede es hacerle poner un huevo a la fuerza. Lo que los imperialismos necesitan de los pueblos son sus “huevos”y esos no se los podrán hacer poner a la fuerza.
Con los métodos actuales se dominarán gobiernos impopulares, impondrán sacrificios y dolores a los pueblos, los conquistarán por la fuerza si es preciso, pero jamás contarán con su apoyo afectuoso o su cooperación si no lo merecen. Para merecerlo hay un medio: la justicia y la libertad, materializadas en LA INDEPENDENCIAECONOMICA , LA JUSTICIA SOCIAL y LA SOBERANÍA POLÍTICA de las naciones. El justicialismo lo ha hecho. Ahora queda por ver si los imperialismos se animan y son capaces de hacerlo.
(Artículo del Gral Perón en el diario “Democracia” - 31/07/1952)

martes, 30 de junio de 2009

Angel Lo Valvo. El Pionero de los Campeones de Turismo de Carretera

Angel Lo Valvo
El Pionero de los Campeones de Turismo de Carretera
Por Rodolfo Parbst


Nació en la Ciudad de Arrecifes el 8 de noviembre de 1909.
A la edad de 27 años, siendo un cerealero importante de la zona, se presentó en la casa del Dr. Bracco (delegado del ACA en Arrecifes) y le dijo textualmente “me sobran unos pesos y no se en que gastarlos”
Una coupé Ford 1936 fue la respuesta y el Gran Premio de ese año la solución de que hacer con ella.
Se inscribió bajo el seudónimo “Hipómenes” y fue 3º en la general. Para un debutante de aquellos días nada mal ¿no?
La cuestión es que había gastado tres mil y pico de pesos en la compra del auto y terminó embolsando seis mil ochocientos por el tercer puesto.
Lo que son las vueltas de la vida, la expresión vertida a Bracco en el ´36 se trastocó para el ´37 en, “me faltan unos pesos y voy a tener que correr para tratar de ganarlos”. Los cereales le habían jugado una mala pasada, y ahora Lo Valvo necesitaba de la “diversión" para poder zafar económicamente.
El Gran Premio de 1937 fue benigno con él. Ganó y el premio de casi 40000 pesos lo liberó de sus compromisos económicos. Con ese dinero – valga la comparación – cualquier individuo podía comprarse 10 automóviles 0 Km.
Este triunfo le posibilitó además, poder integrar el equipo Ford junto a Raúl Risatti, Oscar Gálvez y Domingo Marimón.
En el GP del Sur Argentino del ´38 volcó destruyendo al pobre Ford. Para el GP Argentino del mismo año debutó con Dodge reemplazando a la coupé del ovalo. Tampoco le trajo suerte ya que volvió a volcar rompiéndose un brazo su acompañante de apellido Moisello, con tan mala fortuna que como consecuencia de un exceso de anestesia en la operación, perdió la vida. “Mi recuerdo más triste” diría luego Lo Valvo.
Al año siguiente gano el Gran premio de 1939 y con ello se convirtió en el primer Campeón Argentino de Carretera.
Ángel era un buen músico en su Arrecifes natal. Tocaba el bandoneón junto con sus amigos en una orquesta tanguera. Pero después de aquellos resultados, era evidente que había nacido en “Hipómenes”, una nueva actividad en la cual mostrar sus artes.
Luego de la guerra, no pudo repetir sus logros y abandonó la actividad en 1953, después de clasificar 4º en las 1000 Millas de ese año. Se dedicó de allí en más, al comercio en el rubro automotor. Lo Valvo quedó en la historia como el ganador de dos Grandes Premios, tres etapas en los mismos y por ser el primer campeón que dio la categoría de Turismo de Carreteras. Su historial no es quizá muy rico en cantidad ya que corrió 20 carreras, pero si en calidad. Un verdadero especialista en travesías largas y difíciles que inicio aquella famosa frase en el ambiente de “Arrecifes, cuna de campeones”
Falleció el 1 de Agosto de 1978

Nota: En arrecifes además de Lo Valvo, nacieron pilotos de la talla de Froilán Gonzalez, el Clan Di Palma, Nestor Garcia Veiga, todos los Marincovich, Carlos Pairetti y ya mucho más cerca Norberto Fontana y Juan C Alvarez.

Hipómenes

Ángel Lo Valvo había corrido en 1936-cuando le sobraban unos pesos- bajo el seudónimo “Hipómenes”. Llegado el ´37 debió correr para ganar unos pesos, y así poder salir de la difícil situación económica que se encontraba.
Quiso el destino que Lo Valvo cruzara como ganador la meta. Pero cuando llegó el momento de cobrar los premios, un embargo cayo sobre Hipómenes suponiendo todos que el hombre era el mismo. Sin embargo “Hipómenes” ese año era un tal Spampinatto, su cuñado, quien con toda la indignación imaginable adujo no deberle un centavo a nadie.
Astutamente Lo Valvo – ante una indicación del Dr Bracco, había corrido con el seudónimo de “spampinatto” y así pudo cobrar los pesitos uno sobre el otro. Pagó las deudas y se quedó con el sobrante.
Vivo el hombre no?

Otro hecho curioso Lo Valvo fue campeón del ’39, ganó el GP de 1939 con un Ford 39 y con el Nº 39 pintado en sus puertas.

lunes, 29 de junio de 2009

La Bestia de Gevaudan

La Bestia de Gevaudan

La Bestia de Gevaudan fue un misterioso animal antropófago que asoló supuestamente la región de Gevaudan, en el centro de Francia, entre 1764 y 1767. Se le atribuye la muerte de más de 130 campesinos, en su mayoría mujeres y niños, que fueron encontrados despedazados por los dientes de algún animal. En algunos casos las víctimas fueron encontradas decapitadas o partidas por la mitad, lo que demuestra la enorme violencia con la que fueron asesinadas.

Son menores los casos de animales domésticos muertos por la Bestia, pues parece que ésta prefería la carne de los pastores a la de sus ganados.La mayor parte de los ataques se registraron en los alrededores de Aveyron. El primero de ellos se produjo el 30 de junio de 1764, día en que asesinó a Jeane Boullet, de 14 años. En los tres meses siguientes, la Bestia atacó y mató salvajemente a 2 niñas, 2 niños y una mujer. En invierno, con el animal acuciado por el hambre, las muertes ascendieron hasta el punto de que se producía una víctima o dos cada semana. En ésa época, los bosques de Gevaudan acogían una población considerable de lobos, pero los testimonios de los pocos testigos y supervivientes rechazaron su autoría.

Describían al animal como una bestia gigantesca de pelo rojizo con un tamaño mucho mayor que el de un lobo, con rayas negras en los cuartos traseros y una cresta de pelos largos sobre el lomo. La cola era larga y musculosa, y las mandíbulas, bien desarrolladas y llenas de dientes enormes. Los rastreadores y cazadores que acudieron al lugar atraídos por las recompensas ofrecidas para quien capturase al monstruo, encontraron huellas de tamaño considerable y le calcularon un peso de unos 100 kilos. Durante meses se mataron grandes cantidades de lobos en la zona, pero la bestia era increíblemente escurridiza. Llegó a mencionarse que las balas rebotaban sobre su lomo y los aterrorizados campesinos opinaban que era el mismo Demonio venido de los Infiernos. Pronto llegó a considerarse un problema nacional, y el propio rey Luis XV envió un cuerpo de dragones de caballería para abatirla, sin resultados, al que posteriormente se unirían otros tres. Para entonces el año de 1764 había acabado y las víctimas ya eran 54.Según el testimonio de uno de los capitanes de los dragones, logró ver cara a cara a la Bestia antes de que ésta consiguiese huir. Era tan grande como su propio caballo, pero pronto lo dejó atrás con facilidad, pues lo superaba ampliamente en velocidad y agilidad. Mientras huía, él y los hombres que le acompañaban descargaron varias decenas disparos contra ella que ni siquiera parecieron atravesar su piel.

El asunto de la Bestia de Gevaudan traspasó fronteras y llegó a considerarse un problema serio para el gobierno de Luis XV, entonces recién salido de la Guerra de los Siete Años. Las potencias extranjeras comentaban jocosas cómo el ejército francés podía pensar siquiera en la victoria si sus mejores tropas no eran capaces de capturar un "simple" lobo en mitad de su propio país. Pronto se retiraron de la zona a las autoridades locales por considerarlas inútiles, y se pescó a más de un cazador particular que ponía pistas falsas para despistar a los dragones y aspirar a cobrar la recompensa matando él mismo la Bestia. Se pusieron trampas y se rastreó el monte día y noche, pero la bestia siempre aparecía en otro lugar y continuaba su siniestra matanza.El nerviosismo se apoderó de la población y estallaron disturbios. Se acusó públicamente a algunos vecinos de ser hombres lobo que se convertían por las noches en la bestia; otros se volvieron contra los gitanos, a los que acusaron de criar alguna bestia salvaje en su circo que había escapado al monte. Los sacerdotes predicaban contra el rey, responsable indirecto de la crisis, o decían que las víctimas eran jóvenes lascivas a las que Dios había enviado la Bestia como castigo. Incluso se llegó a poner en el punto de mira a un noble que había estado en África y criaba en los jardines de su palacio hienas, tigres, leones y perros de presa, acusándolo de cruzar los animales hasta dar con una bestia asesina e indestructible.Fuese ella o no, lo cierto es que en 1767, con más de 130 muertes en la región, un campesino armado abatió en Gevaudan un lobo descomunal, más grande que cualquiera de los que se podían encontrar en Francia. Poco después se mató una loba también de gran tamaño.

La leyenda cuenta que los responsables de las capturas emplearon balas de plata hechas tras fundir medallas de la Virgen, algo que ha pasado posteriormente al imaginario colectivo como la única forma de matar un hombre-lobo. Al menos uno de los ejemplares fue llevado a París, donde llegó en un estado de putrefacción muy avanzado, lo que impidió disecarlo. Su esqueleto fue expuesto en el Museo Real de la ciudad hasta su destrucción en un incendio. A pesar de que el esqueleto se ha perdido, las descripciones parecen indicar que se trataba de una gran subespecie de lobo de los Alpes, extinta en el siglo XIX. La falta de animales grandes que estos lobos encontraron en su nuevo hogar les habrían impulsado a alimentarse de los humanos, fáciles de capturar y matar.

Desde entonces, no se ha producido ningún ataque similar a los de la Bestia.La bestia de Gevaudan, ¿Que hay detrás. Realidad o leyenda? En documentos oficiales que describen los crímenes llevados a cabo por la Bestia de Gevaudan que describen las autopsias practicadas en aquel entonces a los cadáveres se revelaron claros indicios de agresión sexual en algunos de los cuerpos de las mujeres y niñas mutilados por el enigmático asesino.La leyenda cuenta que una "bestia" desconocida mantuvo aterrorizados a los habitantes de la comarca de Gevaudan, en Francia, al devorar cerca de un centenar de personas entre 1764 y 1767. Si bien se han barajado las más diversas hipótesis especulando acerca de un enorme lobo e incluso de un hombre lobo, nunca se pudo determinar la identidad real de este monstruo.Todo lo que se ha escrito hasta el momento acerca de este extraño caso es enormemente curioso y extraño.

Llama la atención, que las hipótesis que se han vertido sobre el caso sean tan dispares e incluso a veces disparatadas, es realmente sorprendente las sombras que todavía existen en este caso.Nunca un lobo ha sido una amenaza tan seria para el ser humano, y más alucinante todavía es pensar que uno solo de estos animales, que suelen atacar en grupo, se atreva a eliminar a unas cien personas con el sadismo y saña del que se servía esta Bestia. Por otro es difícil de creer que se haya tratado de un hombre lobo que bajo los efectos de la luna llena decapitase a toda esa gente para luego devorarla...Esta teoría es realmente disparatada y peregrina, a mi modo de ver.En la revista "Mas Allá" de España se publicaba un extenso artículo en el que Carlos Chevallier Marina expone en su artículo una gran investigación acerca del misterio de esta Bestia. En este artículo se señala un detalle muy importante que nunca anteriormente había sido apuntado. La posibilidad de que el agresor fuese uno, o varios hombres, de instintos algo más que sádicos. Al parecer, en algunos de los cadáveres se hallaron indicios de agresiones sexuales que evidentemente no han podido ser perpetrados por un animal salvaje.Dejando a un lado los numerosos relatos más o menos novelados acerca del la Bestia de Gevaudan, existen documentos oficiales que describen los crímenes llevados a cabo por éste ser.

El primer estudio serio fue realizado por el abad François Fabre en 1901, quien demostró documentalmente que habían sido exactamente 70 las víctimas (la gran mayoría niñas y mujeres jóvenes), además de otros 76 ataques y enfrentamientos con 27 heridos de diversa consideración.En las autopsias realizadas entonces a los cadáveres, se revelaron claros indicios de agresión sexual en algunos de los cuerpos de las mujeres y niñas mutiladas por el enigmático asesino, lo cual dio lugar a rumores tales que la Bestia no era un animal sino uno o varios maniacos que habitarían en los bosques, o incluso algún señor feudal que se aprovechó de su poder, agrediendo y violando a las jóvenes campesinas en los desolados prados de Auvernia.El primer ataque constatado, tuvo lugar el 30 de junio de 1764, donde la Bestia devoró a una niña de 14 años. En los días siguientes decapitó y mutiló a otras dos niñas de 15 y 12 años, así como a un joven de 15 y a una mujer de 32, todos ellos en la misma provincia pero de diferentes localidades de Gévaudan.Así continuó aumentando su larga lista de víctimas, a una media de dos victimas por semana.El problema se convirtió en tan grave que los aristócratas locales realmente inquietos por esa situación solicitaron la intervención de un cuerpo de caballería de la Corona para dar caza al o a los asesinos.Tras varios meses de infructuosa búsqueda y como éstos no daban con el animal.

Los lugareños recurrieron al propio rey Luis XV, quien ofreció una recompensa elevada al que pudiese dar caza al asesino. Ésta noticia atravesó las fronteras de Francia, provocando la llegada masiva de cazadores la misma Francia, así como de otros países europeos.La codicia por la generosa recompensa ofrecida por el monarca, provocó la competencia individual. La competencia fue tal que incluso los numerosos rastreadores y cazadores dejaban pistas falsas para engañarse unos a otros.Este panorama fue aprovechado por los países enfrentados a Francia para ridiculizar al monarca francés, como Prusia e Inglaterra, quienes con sorna repitieron hasta la saciedad que "cómo un país puede amenazar militarmente a grandes potencias, cuando su ejército no es capaz de cazar una simple fiera en su propio país". Las burlas indignaron de tal manera al rey, quién para acabar definitivamente con la Bestia envió a varios de sus hombres de confianza, aunque estos tampoco tuvieron más éxito. Mientras tanto, el "monstruo" seguía asesinando y devorando más víctimas.

En varias ocasiones los cazarecompensas dieron caza a enormes lobos, haciendo que se disparase la euforia colectiva al creer que la Bestia había sido atrapada y dando por cerrado el caso en varias ocasiones. Pero la Bestia siempre volvía a realizar ataques a mujeres y niños, añadiendo nuevas víctimas a su ya larga lista. El gasto de las batidas y las sucesivas cacerías recayó sobre los campesinos, quienes se vieron obligados a mantener a las tropas del rey pagando impuestos más elevados. a lo que se añadía que muchos, por su miedo al monstruo se negaban a salir a trabajar al campo, razones que agravaban su habitual pobreza y convirtieron la región en un polvorín social.En uno de los ataques la mujer Marie Jean Vallet, una criada del cura de Paulhac, dijo haber herido de muerte a la bestia con una bayoneta cuando ésta se disponía a atacarla. De nuevo se dio por muerta a la Bestia, debido a las graves lesiones que está mujer dijo haber ocasionado en el monstruo. Pero unos meses más tarde, la bestia volvió a aparecer y volvió a atacar a otros lugareños.Los lugareños comenzaron a creer que ese animal era un ser sobrenatural y la encarnación de la Bestia del Apocalipsis o un enviado el propio satanás para acabar con ellos.

También se llegó al extremo de culpar a los Zíngaros y a los nómadas que cruzaban el territorio francés de haber dejado escapar una fiera de sus circos, o de haber hechizado un animal para que causase esos daños.De todos los rumores, el que más fuerza cobró fue el que acusaba a un hombre,Antoine Chastel.Este era un joven de carácter asocial que vivía aislado en los bosques desde los 19 años criando perros asilvestrados y otras alimañas. Finalmente fue el propio padre de este muchacho, el veterano cazador y gran perseguidor de la Bestia, Jean Chastel, quien dio caza al temido animal, matándolo el 19 de junio de 1767 con el disparo de una sola bala fundida a partir de dos medallas de plata de la Virgen María. Ni que decir tiene que este hombre se convirtió en un héroe de la región de Auvernia.El rey pidió que el cadáver del animal fuese trasladado a la Corte, pero desgraciadamente durante el traslado y por el calor el cuerpo llegó a Versalles completamente descompuesto. El rey no pudo más que donar su esqueleto al Museo de Ciencias Naturales de París, donde se conservó hasta la revolución de 1830, fecha en la que en plena sublevación contra Carlos X un incendio fue ocasionado en dicho museo, calcinándose tanto esos huesos como la mayoría de los grabados sobre el "monstruo".Según consta en las actas notariales y en los archivos departamentales de Puy-de-Dôme.
En la necropsia realizada al cadáver de la Bestia se pudo constatar la presencia de las numerosas cicatrices de las heridas proferidas por los campesinos que a ella se enfrentaron. Al ser abiertas las cavidades abdominal y craneana fueron extraídos del estómago las vísceras de un animal, unos huesos de cordero y la cabeza y el fémur de un niño. En el interior de su cabeza sólo había un minúsculo cerebro en proceso de descomposición, mientras que el resto del cráneo era una masa ósea espesa, donde se sujetaban las membranas de una muy potente mandíbula. Además, se certificó la causa exacta de su muerte: "La bala disparada por el fusil del llamado Jean Chastel, la cual traspasó la nuca del animal y arrasó las cuatro primeras vértebras...”

jueves, 25 de junio de 2009

Anécdotas sobre virreyes del Río de la Plata

Anécdotas sobre virreyes
Sólo dos de los once representantes de la corona se encuentran enterrados en Buenos Aires
En los treinta y tres años, o poco más, corridos desde la creación del Virreinato del Río de la Plata el 1º de agosto de 1776 hasta mayo de 1810, once virreyes -uno sólo americano (Vértiz) y otro francés (Liniers)- mandaron en Buenos Aires. Pero en esta plaza consiguieron escasa memoria popular. La carencia resulta inevitable de saber que casi no se estimula la memoria de algunos próceres: menos aún despiertan curiosidad los mandatarios coloniales. Las pocas huellas de los representantes de la corona tampoco suelen alimentar la base de datos del actual turismo urbano.
Pero a espaldas de un monumental hotel del barrio de Monserrat, a metros de la Avenida de Mayo, está enterrado el quinto virrey en estas tierras y el primero que falleció en América tras ocupar el sillón de don Pedro de Cevallos, aquel militar que fue gobernador de Buenos Aires en 1756 y años después preludió su primer virreinato con la derrota a los ejércitos lusitanos de O Desterro en Santa Catalina y de Colonia del Sacramento.
El sepulcro de don Pedro de Melo de Portugal y Villena está -desde el 22 de abril de 1797- en el costado derecho del altar de San Juan Bautista, la antigua iglesia de la esquina de Alsina y Piedras, que en la actualidad abre sus puertas por la mañana.
Las guías turísticas capitalinas no incluyen este dato tan poco conocido como la accidentada muerte del virrey y su aún más curiosa exhumación. El dato de su entierro en Buenos Aires se rastrea en viejos repertorios y en las Memorias curiosas que suscribió Juan Manuel Berutti. Más recientemente figura en Buenos Aires, ciudad secreta, de Germinal Nogués, que señala a Melo como único gobernante de aquel entonces sepultado en Buenos Aires. Pero los registros de Berutti de 1804 detallan con precisión la enfermedad y muerte del octavo virrey: Joaquín del Pino y Rozas, Romero y Negrete.
Berutti anotó que el 9 de abril de aquel año, la gravedad del ilustre enfermo hizo que el flamante obispo Benito de Lué y Riega llevara los santos óleos bajo palio -y en compañía de toda la clerecía, Cabildo eclesiástico y el secular junto con la Real Audiencia en pleno, cuerpo que ese mismo día decretó asumir el mando- hasta la cama del moribundo. Luego Berutti dice que "en abril 11 falleció el excelentísimo señor virrey y fue enterrado el 13 por la mañana en el panteón de la Santa Iglesia Catedral" (actualmente en la cripta de ese templo mayor). Del Pino fue suegro de Bernardino Rivadavia.
Pero la muerte asechó al virrey Melo siete años antes de la agonía del virrey Del Pino. Había decidido defender la banda oriental del río y la recorrió in extenso -beneficiándose incluso con el clima benigno de la hoy Punta del Este-, pero en el camino de regreso a Montevideo -cerca de Pando- tuvo un grave accidente de cabalgadura. Postrado y persuadido de que se acercaba su agonía, rogó se lo enterrara en el porteño templo de las Capuchinas. Allá murió el 15 de abril de 1797, se lo revistió con el hábito de Santiago y fue embarcado. El 22 se lo enterró en San Juan Bautista. En su lápida hoy se lee: "Aquí yace, por afecto a las vírgenes esposas de Jesucristo, el Exmo. Señor D. Pedro Melo de Portugal y Vilena", extenso epitafio que remata asegurando que vivió 63 años, 11 meses y 16 días.
Ciento trece años después, durante el Centenario, el capellán Pedro Sardoy descubrió un camino de hormigas contiguo al patio del convento (donde se dice que enterraron a defensores y enemigos tras los combates de la Segunda Invasión Inglesa, ya que el lugar fue entonces "hospital de sangre"). Sardoy descubrió que el camino de las hormigas provenía del sepulcro virreinal. Exhumado el virrey -lo publicó Julio A. Luqui Lagleyze y lo reprodujo B. Lozier Almazán en su Martín de Alzaga- se descubrió que provenían de la calavera del encumbrado occiso. El esqueleto de las manos sostenía una espada de oro y plata que, retirada, se fundió en una patena de celebración sacramental.
Siete virreyes rioplatenses murieron en España, dos en Buenos Aires, y Liniers, fusilado en Cabeza de Tigre el 26 de agosto de 1810, fue rescatado para cruzar el océano en demanda del Panteón de los Marinos Ilustres de San Fernando, provincia de Cádiz.
El catalán Gabriel de Avilés, único que asumió dos virreinatos, séptimo virrey rioplatense que tuvo varias y sucesivas funciones en Chile y también había actuado en el Perú contra la insurrección de Túpac Amaru, asumió tardíamente en Buenos Aires el 14 de marzo de 1799 y su gobierno fue breve. En marzo de 1800 falleció el virrey del Perú Ambrosio O'Higgins -padre del prócer chileno- y la corona hizo un enroque: mandó a Avilés en su reemplazo a Lima y trajo de la gobernación de Chile a Del Pino para asumir en Buenos Aires. Pero Avilés dejó su trono peruano en 1806, aunque residió en Lima hasta 1810 cuando se embarcó hacia España (según lo cuenta el autor Sigfrido Radaelli). Estaba a bordo cuando se sintió enfermo de gravedad y desembarcó en Valparaíso. Allí murió el 19 de setiembre de aquel año del proceso revolucionario.
Los edificios donde transcurrieron episodios de la vida de estos personajes han desaparecido, a excepción de la casa de Sobremonte, en Córdoba, su sede de gobernador antes de su virreinato. En la porteña calle Bolívar 553 existió hasta 1920 la casa que alquiló la familia de Cisneros (sordo desde que combatió heroicamente en Trafalgar) después de ser defenestrado por los patriotas.
Quizá la casa de mayor significación en la historiografía de la ciudad haya sido la Casa de la Virreyna Vieja del siglo XVIII que mucho tiempo sobrevivió en la esquina noroeste de Perú y Belgrano, y que ocupó la viuda del virrey Del Pino, doña Rafaela de Vera y Muxica (terminó siendo el montepío ciudadano).
Los virreyes consiguieron por lo menos memoria permanente en la toponimia de Buenos Aires, un damero de calles entre las estaciones Belgrano R y Colegiales, donde se recuerda a Loreto, Arredondo, Olaguer y Feliú, Del Pino y Avilés. Liniers tiene calle entre Once y Boedo, y Vértiz logró una avenida que lame la barranca de Belgrano. Cisneros, en cambio, mereció apenas un pasaje en La Paternal, un sándwich que le hacen las calles Caracas y Gavilán al 1600.
Por Francisco N. Juárez
Para LA NACION
Citar Fuente: "www.elhistoriador.com.ar"

Virreyes