Quiero en estos momentos y en este día recordar al querido “viejo”
Rodolfo Parbst
LUCHA CONTRA LOS PUEBLOS por DESCARTES
En el año 1951 el general Perón escribió una serie de artículos publicados semanalmente en el Diario Democracia, titulados Política Y Estrategia ( no ataco critico)
Los mismos que el firmaba con el seudónimo de Descartes, en estos hace referencia a diversos temas políticos. Semanalmente iremos publicando los distintos artículos del tres veces presidente de los Argentinos, desde donde podremos observar la vigencia de su pensamiento, el desarrollo de su ideología, y la lucidez de su pluma, de la que hoy aun no se ha encontrado referencia ni punto de comparación.
(Artículo del Gral Perón en el diario “Democracia” - 31/07/1952)
Generalmente los dirigentes políticos piensan que ellos son quienes dirigen y encauzan la evolución de los pueblos, aunque a menudo se ven defraudados por su pensamiento. Ello sucede porque se apartan del pueblo.
“ La Hora de los pueblos”
Es así que las transformaciones político-sociales se encauzan por los grandes movimientos populares que llevan a “ LA HORA DE LOS PUEBLOS”. En la evolución de la humanidad esa hora llega de la humanidad esa hora llega muy de tanto en tanto y caracteriza a las grandes revoluciones. El interregno entre dos de ellas suele ser de calma y evolución. En las revoluciones los hombres son el instrumento del pueblo y las oligarquías se destruyen o desaparecen. En las épocas de calma, los pueblos suelen ser instrumento de los hombres y las oligarquías proliferan, se fortalecen y dominan.
La lucha del pueblo
Por eso la historia del mundo ha sida la lucha del pueblo con la oligarquía. Grecia, Roma, la Edad Media , no son sino largas etapas de esa lucha. La Revolución Rusa son dos fases violentas que la patentizan. Los imperialismos actuales son otras etapas de los pueblos en lucha contra la esclavitud interna e internacional.
Hoy, como en todas las épocas de la historia universal, deben vencer los pueblos.
Poder al pueblo
Muchos han despreciado el ingenio y el poder del pueblo, pero, a largo plazo, han pagado caro su error. Los pueblos siguen la táctica del agua. Las oligarquías, la de los diques que la contienen, encauzan y explotan. El agua aprisionada se agita, acumula caudal y presión, pugna pro desbordar; si no lo consigue, trabaja lentamente sobre la fundación, mimándola y buscando filtrarse por debajo; si puede, rodea. Si nada de esto logrea, termina en el tiempo por romper el dique y lanzarse en torrente. Son los aluviones. Pero el agua pasa siempre, torrencial y tumultuosamente, cuando la compuerta es impotente para regularla.
Impulso avasallador
Con los pueblos pasa lo mismo; los dos, torrente o pueblo, son fuerzas de la dinámica universal y actúan con leyes y mecánica semejantes.
Los viejos diques del imperialismo, las oligarquías y las plutocracias comienzan a ceder, esta vez en el mundo, como cedieron en Francia en 1789 y en Rusia en 1918 ante el impulso incontenible y avasallador de los pueblos.
Doble dominación
Los hombres superficiales suponen al mundo regido por las estrechas reglas de sus estados. Piensan que todo se reduce a sojuzgarlo por el dinero o a dominarlo mediante una política impulsada por la fuerza o la amenaza.
La reunión del capital y poder político, a través de las guerras mundiales, ha llevado a una doble dominación: del hombre en lo interno, de los pueblos en las colonias o en las naciones, en lo internacional. En consecuencia, dentro de cada pueblo hay dos procesos en marcha que coinciden en sus propósitos, si bien pueden diferir en sus objetivos inmediatos o en las formas de ejecución.
Germen de rebelión
En el mundo actual, con ideologías o sin ellas, en cada pueblo está latente el germen de la rebelión política y social. Contra los imperialismos, en las colonias o en los países independientes, pero dominados; contra el capitalismo o el comunismo, en los pueblos explotados por cualquiera de estas dos formas de expoliación. En cada lugar de la tierra se levantan puños amenazadores del pueblo, y lo peor es que se levantan con razón en demanda de la justicia y la libertad, siempre ofrecidas pero jamás alcanzadas.
Las oligarquías, obedientes a los imperialismos, luchan por detener lo que ellas llaman comunismo, capitalismo, nacionalismo etc. Es el anuncio de que llega la hora de los pueblos que hoy padecen sumisión y explotación, frente a los cuales no podrán resistir.
“Honor inmerecido”
De un tiempo a esta parte se nos ha hecho un honor inmerecido; cuando los movimientos populares se manifiestan son acusados de “peronismo”.
Cuando Getulio Vargas fue postulado para la presidencia del Brasil los diarios imperialistas lo acusaron de ser un instrumento peronista financiado desde Buenos Aires. Otro tanto dijo de Chávez en el Paraguay. Velasco Ibarra en Ecuador ha sido acusado de lo mismo. La revolución boliviana, que llevó a Paz Estensoro al gobierno, según los imperialistas y sus secuaces fue obra del peronismo argentino. En Chile está ocurriendo igual cosa con el general Ibáñez. ¿Cómo no se les ocurrirá pensar que son los pueblos?
Los pueblos imponen
El error de la política imperialista estriba precisamente en el hecho de engañarse a sí misma, atribuyendo sus fracasos a factores que nada tienen que ver con sus propios errores e incapacidades. Por eso pasan su tiempo “peleando con la sombra” mientras los pueblos imponen paulatinamente sus designios.
La lucha de los imperialismos por meter a los pueblos detrás de la “cortinas de hierro” o detrás de la “cortina del dólar” les ha cegado al extremo de no ver sino enemigos por todas partes. Como no les da la habilidad, recurren a la fuerza o a la injusticia, y por ese camino es difícil persuadir a los pueblo. Con los gobiernos solos no se va lejos en este camino.
“Parábola de la gallina”
Para explicar la actual situación de los pueblos hemos oído exponer la “parábola de la gallina”. A este noble animal se lo puede matar, desplumar, meter en el horno, asarlo y aún comerlo. Todo eso puede hacerse con él. Lo que no se puede es hacerle poner un huevo a la fuerza. Lo que los imperialismos necesitan de los pueblos son sus “huevos”y esos no se los podrán hacer poner a la fuerza.
Con los métodos actuales se dominarán gobiernos impopulares, impondrán sacrificios y dolores a los pueblos, los conquistarán por la fuerza si es preciso, pero jamás contarán con su apoyo afectuoso o su cooperación si no lo merecen. Para merecerlo hay un medio: la justicia y la libertad, materializadas en LA INDEPENDENCIAECONOMICA , LA JUSTICIA SOCIAL y LA SOBERANÍA POLÍTICA de las naciones. El justicialismo lo ha hecho. Ahora queda por ver si los imperialismos se animan y son capaces de hacerlo.
(Artículo del Gral Perón en el diario “Democracia” - 31/07/1952)
Rodolfo Parbst
LUCHA CONTRA LOS PUEBLOS por DESCARTES
En el año 1951 el general Perón escribió una serie de artículos publicados semanalmente en el Diario Democracia, titulados Política Y Estrategia ( no ataco critico)
Los mismos que el firmaba con el seudónimo de Descartes, en estos hace referencia a diversos temas políticos. Semanalmente iremos publicando los distintos artículos del tres veces presidente de los Argentinos, desde donde podremos observar la vigencia de su pensamiento, el desarrollo de su ideología, y la lucidez de su pluma, de la que hoy aun no se ha encontrado referencia ni punto de comparación.
(Artículo del Gral Perón en el diario “Democracia” - 31/07/1952)
Generalmente los dirigentes políticos piensan que ellos son quienes dirigen y encauzan la evolución de los pueblos, aunque a menudo se ven defraudados por su pensamiento. Ello sucede porque se apartan del pueblo.
“ La Hora de los pueblos”
Es así que las transformaciones político-sociales se encauzan por los grandes movimientos populares que llevan a “ LA HORA DE LOS PUEBLOS”. En la evolución de la humanidad esa hora llega de la humanidad esa hora llega muy de tanto en tanto y caracteriza a las grandes revoluciones. El interregno entre dos de ellas suele ser de calma y evolución. En las revoluciones los hombres son el instrumento del pueblo y las oligarquías se destruyen o desaparecen. En las épocas de calma, los pueblos suelen ser instrumento de los hombres y las oligarquías proliferan, se fortalecen y dominan.
La lucha del pueblo
Por eso la historia del mundo ha sida la lucha del pueblo con la oligarquía. Grecia, Roma, la Edad Media , no son sino largas etapas de esa lucha. La Revolución Rusa son dos fases violentas que la patentizan. Los imperialismos actuales son otras etapas de los pueblos en lucha contra la esclavitud interna e internacional.
Hoy, como en todas las épocas de la historia universal, deben vencer los pueblos.
Poder al pueblo
Muchos han despreciado el ingenio y el poder del pueblo, pero, a largo plazo, han pagado caro su error. Los pueblos siguen la táctica del agua. Las oligarquías, la de los diques que la contienen, encauzan y explotan. El agua aprisionada se agita, acumula caudal y presión, pugna pro desbordar; si no lo consigue, trabaja lentamente sobre la fundación, mimándola y buscando filtrarse por debajo; si puede, rodea. Si nada de esto logrea, termina en el tiempo por romper el dique y lanzarse en torrente. Son los aluviones. Pero el agua pasa siempre, torrencial y tumultuosamente, cuando la compuerta es impotente para regularla.
Impulso avasallador
Con los pueblos pasa lo mismo; los dos, torrente o pueblo, son fuerzas de la dinámica universal y actúan con leyes y mecánica semejantes.
Los viejos diques del imperialismo, las oligarquías y las plutocracias comienzan a ceder, esta vez en el mundo, como cedieron en Francia en 1789 y en Rusia en 1918 ante el impulso incontenible y avasallador de los pueblos.
Doble dominación
Los hombres superficiales suponen al mundo regido por las estrechas reglas de sus estados. Piensan que todo se reduce a sojuzgarlo por el dinero o a dominarlo mediante una política impulsada por la fuerza o la amenaza.
La reunión del capital y poder político, a través de las guerras mundiales, ha llevado a una doble dominación: del hombre en lo interno, de los pueblos en las colonias o en las naciones, en lo internacional. En consecuencia, dentro de cada pueblo hay dos procesos en marcha que coinciden en sus propósitos, si bien pueden diferir en sus objetivos inmediatos o en las formas de ejecución.
Germen de rebelión
En el mundo actual, con ideologías o sin ellas, en cada pueblo está latente el germen de la rebelión política y social. Contra los imperialismos, en las colonias o en los países independientes, pero dominados; contra el capitalismo o el comunismo, en los pueblos explotados por cualquiera de estas dos formas de expoliación. En cada lugar de la tierra se levantan puños amenazadores del pueblo, y lo peor es que se levantan con razón en demanda de la justicia y la libertad, siempre ofrecidas pero jamás alcanzadas.
Las oligarquías, obedientes a los imperialismos, luchan por detener lo que ellas llaman comunismo, capitalismo, nacionalismo etc. Es el anuncio de que llega la hora de los pueblos que hoy padecen sumisión y explotación, frente a los cuales no podrán resistir.
“Honor inmerecido”
De un tiempo a esta parte se nos ha hecho un honor inmerecido; cuando los movimientos populares se manifiestan son acusados de “peronismo”.
Cuando Getulio Vargas fue postulado para la presidencia del Brasil los diarios imperialistas lo acusaron de ser un instrumento peronista financiado desde Buenos Aires. Otro tanto dijo de Chávez en el Paraguay. Velasco Ibarra en Ecuador ha sido acusado de lo mismo. La revolución boliviana, que llevó a Paz Estensoro al gobierno, según los imperialistas y sus secuaces fue obra del peronismo argentino. En Chile está ocurriendo igual cosa con el general Ibáñez. ¿Cómo no se les ocurrirá pensar que son los pueblos?
Los pueblos imponen
El error de la política imperialista estriba precisamente en el hecho de engañarse a sí misma, atribuyendo sus fracasos a factores que nada tienen que ver con sus propios errores e incapacidades. Por eso pasan su tiempo “peleando con la sombra” mientras los pueblos imponen paulatinamente sus designios.
La lucha de los imperialismos por meter a los pueblos detrás de la “cortinas de hierro” o detrás de la “cortina del dólar” les ha cegado al extremo de no ver sino enemigos por todas partes. Como no les da la habilidad, recurren a la fuerza o a la injusticia, y por ese camino es difícil persuadir a los pueblo. Con los gobiernos solos no se va lejos en este camino.
“Parábola de la gallina”
Para explicar la actual situación de los pueblos hemos oído exponer la “parábola de la gallina”. A este noble animal se lo puede matar, desplumar, meter en el horno, asarlo y aún comerlo. Todo eso puede hacerse con él. Lo que no se puede es hacerle poner un huevo a la fuerza. Lo que los imperialismos necesitan de los pueblos son sus “huevos”y esos no se los podrán hacer poner a la fuerza.
Con los métodos actuales se dominarán gobiernos impopulares, impondrán sacrificios y dolores a los pueblos, los conquistarán por la fuerza si es preciso, pero jamás contarán con su apoyo afectuoso o su cooperación si no lo merecen. Para merecerlo hay un medio: la justicia y la libertad, materializadas en LA INDEPENDENCIAECONOMICA , LA JUSTICIA SOCIAL y LA SOBERANÍA POLÍTICA de las naciones. El justicialismo lo ha hecho. Ahora queda por ver si los imperialismos se animan y son capaces de hacerlo.
(Artículo del Gral Perón en el diario “Democracia” - 31/07/1952)
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