miércoles, 18 de febrero de 2015

EL VERDADERO ORIGEN DEL HOCKEY : LA “CHUECA”

EL VERDADERO ORIGEN DEL HOCKEY : LA “CHUECA”

El origen del hoy llamado Hockey es argentino, más aún, de nuestro pueblos originarios.
¡Por eso son tan buenas las Leonas!
Se llamaba la “CHUECA”
El juego de la "chueca", antecesor indígena del hockey se jugó en casi todo el territorio argentino. Los mapuches lo llamaban "uiñu" o " palín", los tobas:"tol", los pilagá: "elemrak" y los mocobíes lo llamaban "leremá". Los adultos varones y, en algunas comunidades los niños, jugaban este juego. El número de jugadores y las dimensiones del campo de juego variaban según los distintos pueblos. Se alentaba a los equipos con cánticos y el vencedor ganaba además un premio, muchas veces se apostaba un caballo, que era un bien muy preciado.
Para vencer era necesario lograr una diferencia de 4 tantos, por lo que algunas veces los partidos se extendían durante varios días.

Estos juegos servían para dirimir conflictos y para tomar decisiones, ya que se creía que la suerte del equipo era determinada por los dioses. En ocasiones para zanjar alguna diferencia entre tribus se jugaba un partido de "chueca", el vencedor obtenía el derecho a decidir sobre la cuestión en disputa.

La verdadera historia de la Milanesa a la Napolitana

La verdadera historia de la Milanesa a la Napolitana


Son muchos los que creen que este plato procede de Italia, debido a que su nombre parece evocar las ciudades de Milán y Nápoles. Pero no. La famosa milanesa a la napolitana, hija del azar, es tan Argentina como alambre de púa, la lapicera o el registro de las huellas dactilares.



El cliente llegaba a un restaurante ubicado frente al Luna Park apenas pasada la medianoche y pedía una milanesa. El mozo lo atendía -el mismo siempre cumplía la comanda con la cordialidad acostumbrada, sin hacerle notar que ya había anticipado la orden a la cocina con sólo verlo llegar. La escena se repetía, alla por los años 50, noche tras noche sin mayores sobresaltos hasta que un imprevisto modificó la secuencia y dió un giro
sabroso a la historia de la milanesa. 
Cierta noche el habitual comensal llegó más tarde de lo que acostumbraba, hizo su pedido y se entretuvo desmigajando un pancito. Un asistente, mas voluntarioso que hábil, tomó el lugar del cocinero que ya había concluído su servicio, con tan mala suerte que pasó de punto la fritura de la única milanesa disponible en el restaurante. Medio asustado y con ánimo de encontrar una solución rápida al asunto, consultó a don José Nápoli, el dueño, quien le respondió: "No te preocupes lo vamos a arreglar. Tapa la milanesa con jamón, queso, salsa de tomate y luego la gratinás."
Mientras el asistente ponía esmero en disfrazar la milanesa en la cocina, don José en el salón, se acercó al cliente y lo predispuso a probar algo nuevo y especial. En minutos el mozo llegó a la mesa con la fuente humeante, que provocó un placer inmediato en el comensal. Así en tanto lo veía devorar su más reciente creación, Nápoli se sentó en una de las mesas libres con el menú original, que por entonces se reproducía
con gel en letras azules, y agregó al final de la lista, de puño y letra el nombre de su creación: Milanesa a la Nápoli.
Con el tiempo, y esa habilidad que tiene la lengua para esculpir nuevas palabras, el plato fue rebautizado como " milanesa a la napolitana", se hizo popular y todavía hoy sigue presente en la carta de los bodegones bohemios
y no tanto, en los restaurantes porteños y en los bares que ofrecen minutas. Para Dereck Foster, titular de la cátedra de Alimentos y Bebidas de la Escuela de Turismo de la Universidad Del Salvador, que nos brindó la
historia, el nombre desvirtúa el origen del plato, y sugiere una procedencia equivocada. Las palabras Milán y Nápoli presentes en el nombre remiten a muchos a considerar este hito de la cocina porteña como a un plato de
procedencia italiano. Pero la verdad de la milanesa es otra.
¿ A quién se le ocurre, además, que Milán y Nápoles -enemigos declarados en guerra cultural y económica que divide al norte rico y al sur pobre de Italia-podrían prescindir de sus diferencias- para confraternizar en un
plato....? Sólo a don José . A Don José Nápoli

lunes, 16 de febrero de 2015

LA ESTANCIA JESUÍTICA DE SANTA CATALINA

LA ESTANCIA JESUÍTICA DE SANTA CATALINA

Está ubicada en la localidad cordobesa de Ascochinga.
Ascochinga significa “perro perdido”, traducción de la expresión comechingona ashco-chingasca.
Esta localidad está ubicada en el Departamento Colón.
Se puede llegar de 2 formas. Una desde Cordoba Capital después de trasponer Río Ceballos, Salsipuedes, El Manzano, Agua de Oro y La Granja,.
Nosotros fuimos por el llamado “camino del Pungo”, desde La Cumbre, atravesando las hermosas sierras cordobesas, pasando por la reserva de simios y la estancia de los dulces.

Apenas se llega a Ascochinga y trasponer la estación de servicio, sale un camino de ripio a la derecha que está correctamente señalizado. Muy cerca se encuentra el paraje La Pampa, donde hay lugares para aprovisionarse y comprar bebidas. Desde Ascochinga hasta Santa Catalina; los últimos 13 son de tierra: el camino serpentea y mantiene escondida la estancia, entre las ondulaciones del terreno. De pronto aparece a la derecha un conjunto de casas de piedra y adobe: es la ranchería, el pueblo donde vivían los peones y esclavos, hoy transformado en despensa y bar. Enfrente, el ingreso a la majestuosa iglesia de impactante color blanco. -

La primera imagen que se observa de la iglesia explica por qué se dice que es la más imponente, ya que sus dos torres se alcanzan a ver desde lejos. El sol de la tarde le da más esplendor.
Resultan muy llamativas las casas para los esclavos, que están a la derecha, y que según nos cuentan datan de 1622. Las estancias generaron el crecimiento de poblaciones a sus alrededores y fueron polo de desarrollo.


Santa Catalina está abierta al turismo como museo de sitio, con restricciones para la visita de las zonas residenciales.
Si la intención es internarse en los patios y recorrer su extensión, es necesario pedir permiso ya que cerca de 60 habitaciones son ocupadas por sus dueños.
Santa Catalina fue fundada en 1622, en el mismo año que la actual Universidad Nacional de Córdoba, y es la más grande de todas las estancias jesuíticas declaradas Patrimonio Cultural de la Humanidad.
La estancia de Santa Catalina fue levantada en tierras de Miguel de Ardiles, que acompañó a Jerónimo Luis de Cabrera en la fundación de Córdoba. Las obras para la construcción de la iglesia habrían comenzado en 1622, aunque no se conoce fecha cierta de la finalización de la iglesia y casa, indican que se habría demorado casi 100 años y utilizaron varios estilos.
La estancia es un mecanismo de relojería que sigue funcionando hasta hoy. Una obra de ingeniería hidráulica trae agua del río, a 5 kilómetros, con un pequeño acueducto, y un sistema de túneles abovedados de 250 metros de longitud, para desembocar en el Tajamar. Hoy sigue siendo la única fuente de agua de la estancia, de la pequeña localidad cercana y de los campos aledaños.
El predio tuvo 167.500 hectáreas y se dedicó principalmente a la cría de mulas (llegó a tener 14.000 cabezas), ganado entonces de valor muy superior al vacuno, porque se vendían en el Alto Perú para el trabajo en las minas.
Además de su grandeza productiva, Santa Catalina destaca por el estilo barroco colonial de su iglesia, flanqueada en el exterior por dos torres y un portal en curva, y ornamentada en el interior por una nave en cruz latina que culmina en la cúpula.
 Luego de la expulsión de los Jesuitas, la estancia fue adquirida por Don Francisco Antonio Díaz en una subasta promovida por la  Junta de Temporalidades.
Santa Catalina estaba funcionando a todo vapor cuando Carlos III expulsó a los jesuitas de los dominios españoles, en 1767. La salida de los padres fue intempestiva y traumática, y la estancia se ofreció en subasta pública. Ahí apareció Francisco Antonio Díaz, alcalde de primer voto de la ciudad de Córdoba, en 1774, para comprarla con el compromiso de sostener la iglesia y el culto. Es decir, desde hace 239 años se encuentra en la misma familia, un caso único en el país, especialmente por el valor patrimonial del lugar.
El español Díaz, coronel del Ejército Real, pagó 90.717 pesos y 4 ½ reales, y realizó su propuesta de compra en estos términos: "Me allano a comprarla con todas sus tierras, esclavos, edificios y ganado bajo las siguientes condiciones: que la iglesia haya de quedar a mi disposición, reconociéndome como patrono de ella. me haré cargo de los gastos. manteniéndola con toda la decencia. Teniendo un capellán que suministre el pasto espiritual. entregándoseme todas las alajas (sic) y ornamentos". Así se firmó la escritura.
Su segundo dueño, el coronel don José Javier Díaz, fue el primer gobernador patrio elegido por los cordobeses en 1815 y 1820. En su rol de 2º jefe del regimiento de tres mil hombres de Córdoba, participó en la reconquista de Buenos Aires, fue dos veces gobernador de Córdoba, impulsor del Congreso de Tucumán de 1816 y sostén de la campaña libertadora del General San Martín con 100 mulas ensilladas y ropa de abrigo producida en los telares de Santa Catalina.
El inventario de 1767 releva una chacra para el cultivo de trigo, 12 arados con sus rejas, y una huerta donde se levantaban entre vides y nogales, 314 membrillos, 200 durazneros y 207 manzanos.
En la ranchería (habitaciones de piedra, barro, y techos de tirantes, cañas y tejas) vivían quienes trabajaban en la estancia. Las esclavas solteras lo hacían en una casa de cinco habitaciones cercadas.
Sus dueños actuales (unos 40) están organizados  como un consorcio familiar y se administran con sus propios recursos económicos, sin aportes de otros orígenes.

En 1941 fue declarada Monumento Histórico Nacional, y ha sido declarada Patrimonio de la Humanidad por UNESCO, el 29 de noviembre del año2000.

sábado, 14 de febrero de 2015

EVITA por PERON

EVITA por  PERON



En el año 1967 Eugenio Rom le efectúa un interesante reportaje al General Perón. Este lo publica posteriormente en su libro “Así Hablaba Perón”
Buenos Aires, 1980.
En éste,  el General habla por primera vez de Evita. Leámoslo:
  
'....Yo, ya para esa época, contaba con el inestimable apoyo de Evita. Siempre he sido muy remiso a hablar sobre ella. Más que eso, creo que es la primera vez que lo hago en esta forma.
   Yo entendí enseguida, que era realmente Evita.
   Era puro amor por el pueblo.
   Era una maravilla. Una muñeca de belleza, acompañada de una tremenda fe. Esa fe, estaba depositada en su amor al pueblo y en su amor por mí. Porque en mí, veía ella la encarnación de ese amor popular.
   Porque fue eso. Fue amor, lo que nos unió al pueblo, a Eva y a mí. Juntos iniciamos el camino. No fue fácil para ella. Había luchado desde abajo.
   Un día llegó, al lado mío; era una chiquilla. Tenía luz en los ojos. Era capaz de todo por su pueblo. Luchó hasta morir por ellos. Hizo de su vida lo que quiso el pueblo.
   Hizo una entrega total y absoluta. Tanto fue así que le costó la vida. Ella se fue en su momento. Yo me iré en el mío. Pero lo que hicimos no se puede destruir con la muerte.
   Cada uno de los tres, el Pueblo, Eva y Yo, en el otro que subsista, vivirá, y el pueblo será el que nos sobrevivirá.
   Pudo ser una princesa. Pudo tener el mundo a sus pies. Pero, prefirió ser la madre de los pobres y los descamisados. De los niños desamparados y de los ancianos. Era realmente una santa.
   Los humildes la adoraron y ella tomó como único precio por su vida, ese cariño. Lo prefirió a cualquier otra cosa en el mundo. Esta elección, la hizo ella sola. Absolutamente.
   No le fue fácil, pobrecita. Era una mujer muy frágil físicamente. Pero dio todo de sí.
   Nunca esperó nada ni pidió nada. Nos quiso y eso fue todo. Nunca nos dejará. Y siempre la necesitaremos.
Ella también nos necesitó tanto.
   Estará siempre con nosotros.
   Siempre.'
Juan D. Perón

Fuente: “Así Hablaba Perón” de Eugenio P. Rom
A. Peña Lillo Editor
Buenos Aires, 1980


IMAGINE John Lennon, letra


Todos escuchamos "Imagine" de John Lennon, y a todos nos gusta, pero no conocemos la letra en castellano. Ahí va, y me gusta ...


IMAGINA

Imagina que no hay paraíso,
Es fácil si lo intentas,
Ningún infierno debajo de nosotros,
Arriba de nosotros, solamente cielo,
Imagina a toda la gente
Viviendo al día...

Imagina que no hay países,
No es difícil hacerlo,
Nada por lo que matar o morir,
Ni religiones tampoco,
Imagina a toda la gente
Viviendo la pida en paz

Imagina que no hay posesiones,
Me pregunto si puedes,
Ninguna necesidad de codicia o hambre,
Una hermandad del hombre,
Imagina a toda la gente
Compartiendo todo el mundo...

Tu puedes decir que soy un soñador,
Pero no soy el único,
Espero que algún día te nos unas,
Y el mundo vivirá como uno solo.

viernes, 13 de febrero de 2015

EL HUMOR DE PERÓN

EL HUMOR DE PERÓN




El 24 de enero de 1944 se reunió el GOU (Grupo de Oficiales Unidos) en el recinto del Concejo Deliberante, para considerar la ruptura de relaciones con Alemania y el Japón. La sesión fue tumultuosa y los voceros del nacionalismo y la neutralidad sostuvieron firmemente su posición contra los rupturistas, encabezados por Enrique P. González, Eduardo Ávalos, Emilio Ramírez y Alfredo Argüero Fragueiro, quienes apoyaban decididamente al canciller Alberto Gilbert.

No era sencillo pasar, sin preparación previa, del estado de neutralidad al estado de beligerancia. Juan Perón sostuvo esa noche la conveniencia política de la ruptura, ya que, de lo contrario, la Argentina iba a quedar descolocada -y más aislada aún- tras la victoria de los aliados. Algunos nacionalistas no lo entendieron y hubo un oficial, con grado de mayor, que pidió la palabra y respondió a Perón de esta manera:

-No estoy de acuerdo. Creo todo lo contrario: debemos romper relaciones y declarar la guerra a Rusia, Inglaterra y los Estados Unidos.

Perón, entonces, ni corto ni perezoso, vociferó:

-¡Ah, sí! ¿Y si les ganamos, después que hacemos?
('LA CHISPA DE PERÓN', Fermín Chávez)


jueves, 12 de febrero de 2015

PARTE DEL COMBATE DE SAN LORENZO, SUSCRITO POR EL CORONEL JOSE de SAN MARTIN

PARTE DEL COMBATE DE SAN LORENZO, SUSCRITO POR EL CORONEL JOSE de SAN MARTIN 



AL SUPERIOR GOBIERNO 
SAN LORENZO, 3 de FEBRERO de 1813
Exmo. Señor.
Tengo el honor de decir a V.E. que en el día 3 de febrero los granaderos de
mi mando en su primer ensayo han agregado un nuevo triunfo á las armas de la
patria. Los enemigos en numero de 250 hombres desembarcaron a las 5 y media
de la mañana en el puerto de S. Lorenzo, y se dirigieron sin oposición al
colegio S. Carlos conforme al plan que tenían meditado en dos divisiones de
a 60 hombres cada una, los ataques por derecha e izquierda, hicieron no
obstante una esforzada resistencia sostenida por lo fuegos de los buques,
pero no capaz de contener el intrépido arrojo con que los granaderos
cargaron sobre ellos sable en mano: al punto se replegaron en fuga a las
bajadas dejando en el campo de batalla 40 muertos, 14 prisioneros de ellos,
12 heridos sin incluir los que se desplomaron, y llevaron consigo, que por
los regueros de sangre, que se ven en las barrancas considero mayor numero.
Dos cañones, 40 fusiles, 4 bayonetas, y una bandera que pongo en manos de
V.E. y la arrancó con la vida al abanderado el valiente oficial D. Hipolito
Bouchard. De nuestra parte se han perdido 26 hombres, 6 muertos, y los demás
heridos, de este numero son: el capitán D. Justo Bermúdez, y el teniente
Manuel Díaz Velez, que avanzándose con energía hasta el borde de la barranca
cayó este recomendable oficial en manos del enemigo.
El valor e intrepidez que han manifestado la oficialidad y tropa de mi mando
los hace acreedores a los respetos de la patria, y atenciones de V.E.;
cuento entre estos al esforzado y benemérito párroco Dr. Julián Navarro, que
se presentó con valor animando con su voz, y suministrando los auxilios
espirituales en el campo de batalla: igualmente lo han contraído los
oficiales voluntarios D. Vicente Mármol, y D. Julián Corvera, que á la par
de los míos permanecieron con denuedo en todos los peligros.
Seguramente el valor e intrepidez de mis granaderos hubieran terminado en
este día de un solo golpe las invasiones de los enemigos en las costas del
Paraná, si la proximidad de las bajadas no hubiera protegido su fuga, pero
me arrojo a pronosticar sin temor que este escarmiento será un principio
para que los enemigos no vuelvan a inquietar a estos pacíficos moradores.
Dios guarde a V.E. muchos años. San Lorenzo febrero 3 de 1813.
JOSE de SAN MARTIN