miércoles, 6 de enero de 2010

Petrona Simonino

Petrona Simonino



Petrona Simonino, en Obligado

El nombre de Petrona Simonino quedó relegado al más absoluto silencio y oscuridad, al revés de lo que debió haber ocurrido, esto es, que el pueblo argentino la tenga presente y la vindique toda vez que se hable del rol de la mujer criolla en nuestro devenir histórico. Por lo pronto, es reconfortante esbozar una biografía sobre esta dama patricia olvidada, porque seguramente despertará la curiosidad de los que jamás oyeron siquiera nombrarla, y porque, a su vez, incitará a continuar con la búsqueda de nuevas fuentes que lleven a una comprensión total de su figura.

Nació Petrona Simounin allá por el año 1811, en el seno de una familia acomodada del pueblo de San Nicolás de los Arroyos. Con el correr de los años, los paisanos nicoleños no lograrán pronunciar adecuadamente su apellido, quedándole para siempre el patronímico Simonino. Y aunque no conviene adelantarnos al relato, los documentos oficiales redactados luego de la batalla de Vuelta de Obligado la nombrarán también como Simonino. Su padre, Antonio Simounin, era francés, mientras que su madre, doña María Eustaquia Almada, pertenecía a una de las familias linajudas de San Nicolás, como se ha referido con anterioridad.

En 1832 contrae matrimonio con un joven hacendado de la zona llamado Juan de Dios Silva. Ellos tendrán ocho hijos: Juan, Úrsula, Carlos, Emiliano, Felisa, Petrona, Ciriaco y Juana. El último de sus críos nació en 1845, según se desprende de algunas viejas crónicas. Pero la dulce vida familiar se verá truncada cuando las autoridades del gobierno patriota de Juan Manuel de Rosas comienzan a reclutar gente para defender las costas del río Paraná, ante las reiteradas amenazas de las fuerzas imperiales del momento que en su afán de transitar los ríos internos argentinos estaban dispuestos a iniciar acciones bélicas de grandes proporciones. Para ello, el jefe de las fuerzas federales, general Lucio Norberto Mansilla, designa al esposo de Simonino, Juan de Dios Silva, como capitán de milicias del arma de artillería.

Silva no había sido designado de modo azaroso con el grado de capitán, sino todo lo contrario, pues ello se debió a los servicios que prestó con anterioridad al ejército federal, cruzando caballadas enteras para el general Manuel Oribe, quien se encontraba luchando en la provincia de Entre Ríos contra salvajes unitarios. Un parte que Mansilla le dirige a Rosas en los días previos a la batalla de Vuelta de Obligado, decía así: “Un solo capitán he nombrado, y es el ciudadano federal don Juan de Dios Silva, por su capacidad, honradez, constancia y servicios en el pasaje de caballos [a Oribe]…”.

Petrona Simonino marchó junto a su marido a Obligado, dejando su hogar y sus hijos, todo lo cual constituye un inmenso acto de amor por la patria y la ratificación de su genuino deber de esposa. Vivía cómodamente y pudo no haber ido al campo de batalla, pero el lujo y el bienestar no le interesaron en las horas decisivas del momento que se vivía.

Al inicio de las acciones, el 20 de noviembre de 1845, la valiente nicoleña auxilió a los infantes, artilleros y milicianos que defendieron con denuedo sin par la soberanía nacional. Sus tareas consistieron en ofrecerles, en medio de la polvareda infernal y el calor del fuego enemigo, agua fresca, primeros auxilios y la colocación de vendajes. Simonino, como otras que también descollaron por la hospitalidad brindada en la contienda, hacían las veces de enfermeras, y trasladaban los heridos fuera del alcance de las balas y el cañoneo anglo-francés que provenía desde el río Paraná. Incluso, arrancaban partes de sus vestidos para hacer tacos a los cañones nuestros, o bien, los deshilachaban para cubrir las heridas de los cuerpos lacerados por la metralla, cuando la urgencia era extrema.

La tarea de Petrona Simonino adquirió ribetes del más puro altruismo dado que 100 cañones de grueso calibre disparaban contra las fuerzas federales sin parar, lo cual ocasionaba que las piezas argentinas sean arrancadas de sus cureñas, lo mismo que los parapetos de las fortificaciones, que volaban por los aires. El desenlace, que con el correr de las horas se hizo cada vez más pesado y angustiante, podía notarse cuando en las barrancas se veían centenares de patriotas heridos, mutilados o ya muertos. Y en medio de esa apocalíptica escena, digna de la tenacidad con que se defiende la tierra querida, surge la figura de Simonino, que atendía a los defensores sin importarle que el fuego enemigo pudiera arrancarle la vida en un segundo.

El parte de guerra, confeccionado por el general Mansilla, la cita a Simonino de forma especial con la siguiente mención: “…tuvieron que dejar aquel lugar, bajo un fuego abrasador, para alejar las carretas del Parque, con crecido número de heridos y familias, en las cuales se distinguió por su valor varonil la esposa del capitán Silva, doña Petrona Simonino”.

Corría el año 1887, y Petrona Simonino, olvidada por las administraciones que vinieron tras la ilegal destitución de Juan Manuel de Rosas en 1852, muere en medio de los recuerdos que su memoria guardaría, seguramente, de aquella jornada de la batalla de Vuelta de Obligado, donde lo que estaba en juego era, ni más ni menos, que la soberanía nacional. Tenía 76 años de edad.

Fuentes:
•Efemérides – Patricios de Vuelta de Obligado
•Ramírez Juárez, Tcnl Evaristo - “Discurso pronunciado con motivo de la inauguración del monumento en Vuelta de Obligado el 20 de Noviembre de 1934”, Cuadernillo impreso, Buenos Aires MCMXXXIV.
•Ramírez Juárez, Tcnl Evaristo - “Petrona Simonino, “la nicoleña”, es un símbolo de la mujer argentina”, Publicación El Hogar, Noviembre 22 de 1935, Argentina.
•Turone, Gabriel O. – Petrona Simonino, una mujer de la Patria.
•http://www.revisionistas.com.ar/

viernes, 14 de agosto de 2009

El Negro Ricardo Ibarra: al que cariñosamente llamábamos “Dulce de Leche"

Un recuerdo de los cumpas Arbelos y Roca del MNR Tacuara
El Negro Ricardo Ibarra: al que cariñosamente llamábamos “Dulce de Leche"
Un luctuoso accidente se produjo anoche en la ruta nacional de la provincia de Córdoba, al cruzársele un caballo al automóvil "Peugeot" 404, chapa de la provincia de Buenos Aires 674.395 que circulaba a alta velocidad. Como producto de la violenta colisión, perdió la vida el conductor del mismo, el joven Marcelo Nazar Anchorena, perteneciente a una prestigiosa y conocida familia de nuestra sociedad. El extinto tenía 23 años de edad"

Esta noticia apareció en el diario "La Nación" de Buenos Aires algún día de octubre de 1964. Nosotros la leímos con los ojos llenos de lágrimas en la celda 145 del pabellón celular 5º de la cárcel de Villa Devoto.

Pero no estábamos llorando al joven parásito de nuestra sociedad. ¡¡No!! El bobo se nos estrujaba por un querido compañero y gomía: "El Negro" Ricardo Ibarra, al que cariñosamente llamábamos "Dulce de Leche".

Mote por el que lo conocían tanto los que lo protegían y querían, como los gorilas que lo perseguían y buscaban. Compañero de fierro....

Habíamos pasado las mil y una juntos... durmiendo en la sede de algún sindicato combativo... quemando banderas yanquis frente algún Minimax de Rockefeller o exigiendo el castigo de los asesinos de Felipe Vallese... o planeando "la boleta del Lobo".

Ricardo era muy querido en las villas de La Matanza, por donde paseaba su humanidad desgarbada y su andar de "cowboy". El "Flaco" Pamplona no se olvidará jamás de una aventura que le tocó vivir junto a "Dulce de Leche". Te la contamos...

Habían quedado en encontrarse para tratar un artículo que iba a aparecer en el Boletín de la Juventud Revolucionaria Peronista, sobre el Plan de Lucha que por aquel entonces la CGT estaba por largar; no te olvides que 1964 era el año del retorno de Perón.

Cuando llegó -tarde como siempre- le pidió a Pamplona que lo acompañara, que tenía que hacer algo muy urgente, que fuera con él así charlaban por el camino. Subieron al coche y se dirigieron hacia el Once. En la calle Pasteur estacionaron frente a uno de los tantos comercios mayoristas que hay por ahí.

-Esperá aquí que es un minuto nomás- le dijo Ricardo, mientras bajaba y enfilaba para el negocio.

Al rato empiezan a aparecer empleadas cargadas de mantas que las van acomodando e el asiento trasero y en el baúl del coche. Lo llenaron. Pamplona a través de las vidrieras, lo veía a Ricardo que hablaba con el que seguramente sería el patrón o el encargado. Gesticulaba, revisaba unos papeles y finalmente comenzó a buscarse algo en el bolsillo. Sale junto con el encargado a la puerta y desde allí le grita a Pamplona:

- ¡Flaco, alcanzame el portafolios!

Pamplona busca por todas las partes que habían quedado libres de mantas y no ve ningún portafolios. Finalmente, le dice que no lo encuentra.

¡Qué boludos!, seguro que quedó debajo de todas las mantas, en el asiento de atrás. dijo Ricardo mientras se dirigía al coche. Llegó. Se subió y con una mano hizo que buscaba entre las frazadas, mientras que con la otra puso en marcha el coche, metió la primera y arrancó. Con un chirrido de la gran puta, el auto pegó un salto y salió en dirección a la avenida Corrientes.

Ricardo se reía y sacando la mano izquierda por la ventanilla le hacía cuernos al dueño, que corría desesperado dentrás del coche gritando ¡¡¡Ladrones!!! ¡¡Me han robado!!.. Pamplona estaba aterrorizado.

A modo de explicación, mientras daban vueltas por una Villa repartiendo las mantas, Ricardo le dijo: -¿Sabés lo que pasa?, ya se viene el invierno y por aquí hace un frío de la gran puta y los compañeros si compran mantas no morfan.

Ricardo era protagonista de anécdotas como esta, diariamente, tanto en Argentina como en Uruguay cuando venía a encontrarse con nosotros.

La primera vez que fue a Montevideo, al llegar, nos contó el miedo que había pasado en el control de documentación del aeropuerto Carrasco. El loco había viajado con su propia documentación. Se había olvidado que lo buscaba la policía de todo el país. Le dimos un buen tirón de bolas y le planteamos que con sus documentos no volvía a Buenos Aires. Así que un compañero le "lavó" la libreta. La dejó en blanco. Cuando llegó el momento de volver a rellenarla dijo mientras se cagaba de risa: - Me quiero llamar Marcelo Nazar Anchorena. Lo miramos con cara rara...

Es que cuando te piden los documentos, si ven que sos de buena familia te respeta más y te joden menos- nos dijo a modo de explicación.

Al dia siguiente, el diario "La Nación", publicaba entre las noticias policiales:

"En fuertes cercanas a la Policía Federal se ha podido saber que el hombre muerto en el accidente de anteanoche en la ruta nacional de la provincia de Córdoba, era Ricardo Ibarra (a) Dulce de Leche, (a) El Negro, (a) El Loco, sin domicilio conocido, de 20 años de edad y soltero. Tenía pendientes varios pedidos de captura por pertenecer a organizaciones ilegales adictas al tirano prófugo. La documentación que portaba era falsa y se está investigando el origen del automóvil que se supone era robado"

Ricardo se dirigía a un Congreso clandestino de la Juventud Peronista en Tucumán.

Le velaron en el Sindicato del Calzado. El salón estaba repleto de gente, su gente.

Carlos Arbelos y Alfredo Roca

martes, 11 de agosto de 2009

Eva: filantropía de choque

Eva: filantropía de choque
ROGELIO GARCIA LUPO
En un clima diplomático tenso, con EE.UU., Eva Perón envió, en 1949, ayuda a los niños negros de Washington. El acto fue tachado de arrogante y generó pedidos de explicaciones.
ROGELIO GARCIA LUPO. Periodista.


En 1952, cuando falleció, hace ahora medio siglo, muchos aún recordaban en los Estados Unidos que tres años antes Eva Perón había asombrado al mundo político al enviar un avión con ayuda de invierno para los niños pobres de Washington.

Fue en 1949, en medio de un clima de tensión diplomática creciente entre nuestro país y los Estados Unidos, y en vísperas de que Harry Truman asumiera la presidencia. El vicepresidente Truman era un granjero de Missouri a quien la muerte del presidente Franklin Roosevelt depositó en el centro del poder mundial.

Truman arrojó sin titubear la bomba atómica sobre Japón y había dado muestras de que estaba dispuesto a poner a los Estados Unidos a la cabeza del mundo cuando se firmara la paz. Su elección por cuatro años, a partir del 21 de enero de 1949, fue una celebración internacional marcada por la guerra fría ya desatada contra la Unión Soviética y un reconocimiento hacia la mayor potencia. Las principales figuras de la política se hicieron presentes en Washington y todos se sorprendieron al recibir una comunicación de la embajada argentina que informaba sobre un evento que tendría lugar al día siguiente de los festejos oficiales. Se trataba de la entrega de ropa de invierno para 600 niños pobres residentes en los barrios bajos de la capital.

La donación en nombre de Eva Perón y su Fundación de Ayuda Social había sido gestionada cuidadosamente con el reverendo Ralph Faywatters, quien presidía la Children''s Aid Society, una entidad caritativa que protegía a los niños negros de Washington. Consistía en ropa de abrigo y calzado, fabricados en la Argentina y enviados por avión, lo que sugería la situación apremiante de quienes se beneficiarían con la ayuda.

La reacción del gobierno norteamericano no se hizo esperar y la embajada argentina tuvo que dar explicaciones sobre las intenciones del regalo. Entretanto, el reverendo Faywatters había puesto en acción a otras organizaciones y un total de 27 entidades —en su mayoría de ciudadanos negros— reclamaron su porción del cargamento. La idea de que el gobierno norteamericano podía impedir que los niños pobres obtuvieran su ropa de invierno argentina produjo una rápida agitación entre miles de familias de Washington.

El asunto fue tratado por la prensa internacional. La Agence France Presse describió "una situación que por momentos parecía casi enojosa, debido a la confusión producida por la inesperada noticia" de la donación. "No hubo intención de demostrar que en un país rico cual es Estados Unidos, hay niños ''pobres''", agregó la AFP. Los diarios de la cadena Scripps-Howard no ocultaron su perplejidad y publicaron en docenas de ciudades norteamericanas un comentario donde afirmaban que "la Fundación encabezada por la esposa del presidente argentino no hace las cosas con moneda pequeña ni tampoco peca de falsa modestia".

También trataron el episodio los semanarios de mayor circulación, como Newsweek, bajo el título "Señora" pockets (Señora bolsillos) y Time, que lo encabezó "Helping hand" (Dando una mano), donde no ocultaban que la filantropía peronista transpiraba arrogancia pero había golpeado exactamente en un punto muy sensible, el de la pobreza alarmante de la mayoría negra de Washington.

El reverendo Faywatters, silencioso cómplice de Evita, se hizo cargo de los regalos y retribuyó con una nota oficial donde subrayó que "entendemos ante esta evidencia su deseo (de Eva Perón) de que toda América viva y trabaje unida para bien de su pueblo (y) esta contribución para los niños necesitados está por encima de toda diferencia internacional de opinión política".

El caso quedó cerrado definitivamente y la embajada argentina insistió en que si bien la entrega formal de la donación se había superpuesto con la asunción presidencial de Truman, se trataba de una coincidencia sin propósitos secundarios.

Truman le dio en parte la razón a Evita cuando en su discurso de posesión afirmó que "Estados Unidos sufre el efecto de los precios excesivamente elevados, la producción no cubre aún las necesidades y los salarios mínimos son demasiado bajos, al mismo tiempo que las pequeñas empresas pierden terreno en beneficio de los monopolios". La prosa de Truman anticipaba los cambios en los derechos civiles para los negros aunque faltaban años y mucha sangre para que estos se concretaran definitivamente.


Unos apuntes de Eva Perón hasta ahora inéditos, pertenecientes a la Colección Alberto Casares, revelan cómo siguió personalmente la donación a la Children''s Aid Society y en todo momento fue conciente de su alto contenido político. "Sirva de ejemplo este acto y esta ayuda que lo hacemos con todo el respeto y todo el cariño por el gran pueblo de los Estados Unidos y humildemente le hacemos llegar nuestro granito de arena de ayuda", escribió con su tumultuosa caligrafía. En otro lugar afirma que "este avión argentino que pronto llegará a Estados Unidos representa a la bondad de nuestro conductor y lo que somos capaces de hacer por el desposeído, esté donde esté y se encuentre donde se encuentre".

Pero en Washington la procesión iba por dentro y a nadie se le ocultó que detrás de la prosa protocolar rugía la furia de la mujer más poderosa de la Argentina y sin duda la más famosa en el mundo de su tiempo. En los dos años siguientes la misma Fundación de Ayuda Social enviaría donaciones semejantes a más de ochenta países, entre los que se incluían naciones europeas devastadas por la guerra, pequeños principados africanos y prácticamente todos los países latinoamericanos. Sin embargo, aquella donación para los niños pobres de Washington D.C. resultó incomparable.

lunes, 10 de agosto de 2009

A vos chabón!!!

A vos chabón:

A vos pibe me dirijo; a vos que miras pasar la vida sin que te importe.
O que pensás que podés hacer nada por cambiar nada. Que casi no te interesa que te estén afanando: la Patria, tu futuro. Y el de tus hijos: la razón de tu vida.

Se te ocurre que esto fue siempre así. Y vos piola. Lo importante es la cerveza.

No seas dolobu: te estas cagando. Se están llevando puesto todo lo que vos querés, todo lo que vos amas.

Como vas a construir algo si te sacan todo? Vos crees que los del Norte son iguales? Que la vida la ven pasar?

Estas loco !!!

Ellos van a vivir bien mientras a vos te van a tener de esclavo para que le produzcas bienestar. La heladera de ellos va a estar llena, mientras que vos pensás como sobrevivís con la basura de comida que te ofrecen.

Vos sos boludo? En un país que tiene todo lo que necesitas para alimentarte te están queriendo enseñar que lo mejor es comer mierda. O mierda o nada, te dicen. Y vos que estas medio atontado te lo crees.
"Total me tomo otra birra, me mando una burguer, me meto en el cyber y me pongo a joder". Eso puede estar bien. Pero es como ir de cuerpo: No alcanza para darle sentido a la vida.

En un país que tiene petróleo las ganancias se la llevan los de afuera.
Y vos mirás como la guita se la gastan mientras tus amigos pasan hambre.
En el campo más fértil del mundo plantamos soja para que coman los chinos, mientras los pibitos pobres se cagan de hambre.

Como consecuencia de un mar inmenso vos pagas el pescado mas caro que en Europa. Y te enseñan a comer hamburguesas cuya compuesto esencial son las harinas. Minga de proteínas; así te va a quedar el mate: escuálido como rama seca.

Las vaquitas son ajenas. Y vos miras. Eso se come en otros países.

Te llevan en bondis y trenes de mierda porque vos no existís. Por que como a muchos le dijeron que lo importante era la cerveza. Y que si tenías mucha guita eras mejor. Lo que no te dijeron es que la guita ni
las vas a oler. Para eso tienen soldados y canas. Para protegerse de vos.

Se chorrean todo. Y vos pensás que no se puede hacer nada.

Si que se puede !!!

Y te necesitan todos. Los más viejos y jóvenes. Para tratar de encontrar los caminos. El triunfo es de los inteligentes. Y si se unen son casi invencibles.

O como te crees que hicieron los países que nos comen todo? Usando el marulo. Juntando la materia gris. Obligándose a pensar la realidad y ver cual es el horizonte soñado.

Creo que tenemos que tratar de imitarlos. No supongas que nos va a salir barato. Pero valdrá la pena. La Patria (esa que incluye a todos los que vivimos aquí) te lo va a agradecer. Siempre se va a acordar de vos.

Es que vas a pelear por vos. Por lo que a vos te gusta. Por tus amigos. Por tus costumbres. Por tu forma de ver al mundo. Por la gente que vos querés. Y por un ideal: la felicidad del pueblo: que es la tuya.

Ahh...eso si: pelear no significa tal o cual método. Te lo repito por si no te quedó claro: pelear es usar el marulo para lograr lo que todos necesitamos. Juntá a tus amigos y empezá a pensar.

Somos una colonia; necesitamos ser libres.

--
Jorge E. Catena
jecatena@sursur.com

jueves, 6 de agosto de 2009

Perón habló sobre el problema de la basura

El hombre en ese sentido, trabaja normalmente en contra de la naturaleza, porque ha comenzado por convertir a la tierra en basurales.
El plástico es un ejemplo.
Es un elemento que sale de la famosa ley de que en la naturaleza nada se pierde, todo se transforma.
Pero el plástico es in transformable.
Se queda depositado como basura donde lo pongan, y la tierra se esta cubriendo de esos basurales indestructibles.
Algunos los echan al mar, que es lo mismo que dejarlo arriba de la tierra.
Los ríos se están convirtiendo en cloacas; ya no se pueden utilizar los ríos en la mayor parte del mundo porque están todos contaminados.
Los detergentes, insecticidas y todos los residuos que el hombre lanza actualmente están exterminando la flora y la fauna marítimas y fluviales, que podrían ser grandes fuentes de alimentación.

martes, 21 de julio de 2009

Un Planeta Llamado EVITA

Un Planeta Llamado EVITA
Por: Enrique Oliva (especial para ARGENPRESS.info) (Fecha publicación:19/02/2004
Un pequeño planeta que brilla en el firmamento recibió el nombre de 'Evita' por decisión de sus descubridores, los científicos y técnicos del Observatorio Astronómico de la Universidad Nacional de La Plata en 1948. Efectuadas las comprobaciones del caso, fue reconocido y registrado por la Unión Astronómica Internacional, máxima autoridad mundial, que oficializa los descubrimientos astrales.
La historia de este logro argentino puede verse en la publicación del Observatorio Astronómico de la Universidad Nacional de La Plata, editado en 1951 bajo el título 'De Ceres a Evita - Un siglo y medio de descubrimientos de planetitas'. Allí se puede leer:
'En la noche del 3 al 4 de agosto de 1948, los auxiliares del Departamento de Astronomía, Juan Macluf y Carlos Rogati, cumplían el encargo de la obtención de una placa con dos imágenes del planetita Gunhild. Examinada la placa con la cámara del Anteojo Astrográfico de 842 mm, el jefe del Departamento profesor Miguel Itzigsolin, además del planetita buscado, estableció la presencia de otro'.
Continuaron así complicados procesos de investigación con la participación de diversos científicos del Observatorio.
Al fin, terminado todos los estudios confirmatorios de la existencia de un pequeño planeta hasta entonces no identificado, la documentación fue enviada a la Unión Astronómica Internacional para obtener su reconocimiento y registro.
De acuerdo a normas internacionales preexistentes, 'el observatorio que haya suministrado el primer conjunto de posiciones que permita el cálculo de una órbita (y en este caso, además la ha calculado), tiene derecho de proponer el nombre definitivo del astro'. Provisoriamente se lo identificó como '1948 P A'.
El 7 de marzo de 1950, el director de la Central de Pequeños Planetas de la Unión Astronómica Internacional, profesor Raúl Hergot comunica al Director del Observatorio Astronómica de La Plata que 'puede Ud. presentar un nombre para el 1948 P A, el que será aceptado, a menos que no haya conflicto con algún nombre anterior'.
Pocos días después, el 25 de marzo de 1950, a propuesta de los investigadores del Instituto Superior del Observatorio Astronómico de la Universidad de La Plata, le asignó al nuevo astro el nombre de 'EVITA', 'como homenaje a la señora María Eva Duarte de Perón, por su intensa obra cristiana a favor de los niños, de los ancianos y los desamparados de todo el país y naciones hermanas'.
Hoy, a más de medio siglo de aquel honor acordado a Evita, cuando se han serenado las pasiones de odio que despertó en una minoría, ya prácticamente desaparecida, sigue brillando en el firmamento SU planetita.
El nombre asignado es definitivo e irrevocable y no podrá ser negado o destruido como ocurrió con tantas de las obras de Evita, que merecieron el agradecimiento de los humildes. También es un homenaje al General Juan Perón, que apoyó las investigaciones astronómicas en el país, bajo el asesoramiento del investigador en física nuclear y astrónomo Padre Jesuita Juan L. Busolini.
Nota:
'Ceres' (divinidad griega de la agricultura) es el nombre adjudicado al primer pequeño planeta o astro, descubierto en 1801 por el astrónomo José Piazzi del Observatorio de Palermo (Italia). Estos planetas son cuerpos celestes que giran alrededor de una estrella y que se hace visible por la luz que refleja, en particular los que giran alrededor del sol, como 'Evita' y la mayoría de ellos.

viernes, 10 de julio de 2009

EEl 11 de marzo de 1973 por Ernesto Jauretche

El 11 de marzo de 1973 será recordado en la historia como el día en que el pueblo peronista recuperó la democracia para todos los argentinos. Para nosotros, los militantes de esa época, fue el día en que las millones de manos que introdujeron en el sobre la boleta del FREJULI materializaron un sueño. Tan real como ese encuentro espontáneo en la esquina de Oro y Santa Fe donde "el tío" Cámpora aparecía pletórico a saludar a la multitud rodeado de jóvenes combatientes por la libertad en los balcones de la casona vieja sobre la marquesina de La Burdalesa. Vale la pena meditar hoy sobre los antecedentes de esa victoria popular.

Ese 11 de marzo el pueblo argentino pudo expresarse libremente, por primera vez desde que en 1955 el golpe apoyado por radicales, conservadores, comunistas y socialistas, la llamada Revolución Libertadora, había tronchado un sueño de libertad, de soberanía y de justicia. Durante esos 18 años habían ocurrido hechos oprobiosos: el Decreto 4161/55 firmado por Aramburu-Rojas-Alsogaray (que fue Ley en 1962 y conservó vigencia hasta después de Junio de 1963, cuando la Corte Suprema ratificó la constitucionalidad de esa norma que proscribía electoralmente al peronismo para despejar el camino del poder a Arturo Humberto Illia) es un ejemplo monstruoso de la iniquidad con que la llamada clase política de la época acompañó la brutalidad de los fusilamientos y el acoso de que fue víctima la mayoría electoral del país. Pero también sucedieron acontecimientos cuya lectura resuena en ecos aleccionadores para nuestro presente. Cuando fue desalojado del Estado, el pueblo se albergó en sus organizaciones sociales. Abolida la democracia política, la democracia popular se refugió en todo tipo de organizaciones libres del pueblo. Fábrica por fábrica se votó en la elección de Comisiones Internas, dando muestra de la vocación democrática y unidad de la clase trabajadora argentina. Florecieron el mutualismo, las cooperadoras escolares, hospitalarias y de trabajo y consumo, las asociaciones de ayuda social y de consumidores, la agremiación de profesionales, docentes y alumnos, las entidades educativas y culturales de base y hasta los clubes deportivos. En todas partes, donde se juntaban más de tres frustrados ciudadanos, se organizaban de manera solidaria para defender sus intereses. Y burlando la proscripción política, las organizaciones sociales prolongaron a pesar de todo el negado ritual de padrones, listas, urnas, cuarto oscuro, fiscales.Esos movimientos sociales -por más diverso que fuera su origen, sus objetivos y sus proyectos- poseían rasgos comunes, y similares a los que protagonizan la políticaargentina en nuestros días. Provenían del rechazo al fraude de una democracia irrepresentativa, que negaba la concurrencia u ofrecía opciones indeseables; participaban repudiándolas (como en el caso de los votos en blanco) o desnudando la farsa (como al elegir al obrero Andrés Framini gobernador de la provincia de Buenos Aires). Así, durante años, el movimiento social disputó palmo a palmo el monopolio de la representación política a los partidos.Aprovechando los márgenes de la legalidad, se constituían bajo formas organizativas de inspiración libertaria (en 1965 y 1966, en los Planes de Lucha de la CGT, llegaron a autogestionar miles de fábricas "tomadas"). Las decisiones se adoptaban en asambleas, en una práctica democrática de fuerte rasgo plesbiscitario. Y sus conducciones exponían el mandato a constantes pruebas revocatorias. La precariedad de sus recursos y la frecuente clandestinidad, las obligaba a asumir métodos de gestión sumamente eficaces y fluidos y a abominar toda burocracia. Por fin, la cercanía entre los asociados y el riesgo a que se exponían, imponían trasparencia y lealtad: la ética gobernaba las conductas individuales y asociativas. Aunque su actividad reivindicativa se orientaba hacia objetivos determinados sectorialmente, éstos representaban demandas concretas y cardinales para la vida de toda la sociedad (trabajo, vivienda, salud, educación, etcétera). Y las soluciones prácticas y sensatas que proponían las emparentaba en sus luchas con las de las otras organizaciones sociales comprometidas con un cambio de la situación social, económica y política imperante, excluyendo sin embargo toda voluntad de apropiación. Esa suma, que se manifestaba en una movilización constante de todos los sectores sociales en todo el territorio del país, desestabilizaba a las instituciones del régimen pero no lograba abrirle el acceso al poder político, dando origen a lo que algún sociólogo calificó como "empate hegemónico".El fundamento último de esa asociatividad pivoteaba sobre el eje que siempre caracteriza a las organizaciones del pueblo: la solidaridad. Por lo tanto, como hoy, sus fines disentían radicalmente con los proclamados por las doctrinas neoliberales. En ese marco general se inscribieron las múltiples tendencias ideológicas y políticas que enriquecieron el proceso de formación de conciencia del pueblo argentino en aquellos años de ilusiones: clasismo, izquierdas parlamentarias y revolucionarias, cristianos y clerecía progresista, organizaciones político-militares y sindicalismo combativo y revolucionario se nutrieron de esa experiencia de militancia social. Hacia 1973, la fortaleza formidable de ese movimiento popular, aportando cada una de las organizaciones sociales sus competencias y métodos, arrinconó al Partido Militar y a sus aliados políticos, aislándolo y combatiéndolo con huelgas, movilizaciones e insurrecciones. Obtuvo enormes victorias en el terreno de las reivindicaciones económicas y laborales, logró el retorno de Perón y, cuando arrancó la posibilidad de canalizar su energía renovadora a través del sistema representativo, rompió la proscripción de las mayorías y ganó las elecciones. En esa circunstancia, el gran movimiento social tuvo la sabiduría de adaptarse al orden constitucional, amparándose en las formas de diversos partidos políticos para legalizar su participación en la justa final por el poder. Los radicales juntaron adhesiones con Ricardo Balbín como postulante; el desarrollista Oscar Alende encabezó un acuerdo progresista; el grueso de las fuerzas conservadoras se alineó tras el "candidato joven", Ezequiel Martínez, caballo del comisario de Lanusse, y la izquierda paleolítica, como siempre, confluyó en una efímera coalición. El Movimiento Peronista, parcialidad predominante del movimiento social de la época, se constriñó hasta caber dentro del corset jurídico del Partido Justicialista y armó un vasto arco de alianzas: el Frente Justicialista de Liberación, que obtuvo más votos que todos los demás juntos. Pero esta victoria no escatimó esfuerzos ni arrugó frente a los riesgos. Innumerable cantidad de dirigentes sociales fogueados en casi dos décadas de luchas legales, semilegales y hasta clandestinas acudieron al llamado a una afiliación masiva a los partidos políticos. El activo de las organizaciones sociales blanqueó sus nombres y domicilios ante una justicia todavía servil al poder militar y padrones partidarios que fueron a dar a manos de traidores y corruptos. Había que ganar las "internas". Pero después tampoco fue fácil la convivencia entre los recién llegados -inexpertos y a menudo ingenuos en esas lides-, los desplazados por la irrupción de un activo dinámico y moderno y la vieja guardia cuyas fullerías partidocráticas venían a extirpar. Pero se aprendió también a convivir, defendiendo políticamente ideas y convicciones; a veces ganando y otras perdiendo, pero siempre disputando milímetro a milímetro cada espacio de poder. El conflicto social por la apropiación del excedente económico socialmente generado, había dado un salto en calidad: pasó de la fragmentación de las luchas reivindicativas, asaltó los Partidos Políticos y conquistó el Estado. Fueron las fuerzas veteranas que habían librado mil luchas sociales las que desde una renovada práctica política rompieron el cerco a que la partidocracia sometía a las jóvenes generaciones militantes y penetraron la democracia hegemonizada por los políticos del enjuague, el clientelismo y la exclusión. No está de más aclarar que semejantes esfuerzos de lo nuevo no alcanzaron para poner en retirada a las viejas fuerzas aliadas de la dependencia y el despotismo. Pero fue muy alto el nivel alcanzado históricamente por la libertad y el respeto a la soberanía popular. Se habían quebrado 18 años de proscripciones al movimiento mayoritario. Y la militancia había aprendido dos cosas: que en cada coyuntura histórica, apenas si somos eslabones de una larga cadena siempre inconclusa; y que la política es contingente y hay que saber avanzar concretando los sueños poco a poco. Paso a paso, porque "la victoria final" es una zoncera. Hoy, el proceso de reconquista de los espacios políticos por parte de un joven movimiento social está en marcha: avanza en la construcción de organizaciones económicas, sociales y culturales y mejora la calidad de su participación en el cambio de rumbo que Kirchner ha impuesto al estado. Concurre hacia una nueva democracia, donde el pueblo no sólo espera ser convocado cada cuatro años a votar, sino que cotidianamente cuestiona a sus dirigentes políticos, se mantiene activo frente a las amenazas del poder financiero y el capital concentrado y alerta ante el mensaje de los medios masivos de comunicación, y se organiza para expresar y defender sus intereses. Esa militancia rechaza con mayor énfasis cada día el mensaje nihilista con que el neoliberalismo alienta la indiferencia y la resignación. Es hora de que los contumaces dirigentes del sistema político decrépito comprendan que la defensa del viejo orden y sus privilegios contribuye también al éxito de la política de la antipolítica.
Ernesto Jauretche
Marzo 2005

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