viernes, 14 de agosto de 2009

El Negro Ricardo Ibarra: al que cariñosamente llamábamos “Dulce de Leche"

Un recuerdo de los cumpas Arbelos y Roca del MNR Tacuara
El Negro Ricardo Ibarra: al que cariñosamente llamábamos “Dulce de Leche"
Un luctuoso accidente se produjo anoche en la ruta nacional de la provincia de Córdoba, al cruzársele un caballo al automóvil "Peugeot" 404, chapa de la provincia de Buenos Aires 674.395 que circulaba a alta velocidad. Como producto de la violenta colisión, perdió la vida el conductor del mismo, el joven Marcelo Nazar Anchorena, perteneciente a una prestigiosa y conocida familia de nuestra sociedad. El extinto tenía 23 años de edad"

Esta noticia apareció en el diario "La Nación" de Buenos Aires algún día de octubre de 1964. Nosotros la leímos con los ojos llenos de lágrimas en la celda 145 del pabellón celular 5º de la cárcel de Villa Devoto.

Pero no estábamos llorando al joven parásito de nuestra sociedad. ¡¡No!! El bobo se nos estrujaba por un querido compañero y gomía: "El Negro" Ricardo Ibarra, al que cariñosamente llamábamos "Dulce de Leche".

Mote por el que lo conocían tanto los que lo protegían y querían, como los gorilas que lo perseguían y buscaban. Compañero de fierro....

Habíamos pasado las mil y una juntos... durmiendo en la sede de algún sindicato combativo... quemando banderas yanquis frente algún Minimax de Rockefeller o exigiendo el castigo de los asesinos de Felipe Vallese... o planeando "la boleta del Lobo".

Ricardo era muy querido en las villas de La Matanza, por donde paseaba su humanidad desgarbada y su andar de "cowboy". El "Flaco" Pamplona no se olvidará jamás de una aventura que le tocó vivir junto a "Dulce de Leche". Te la contamos...

Habían quedado en encontrarse para tratar un artículo que iba a aparecer en el Boletín de la Juventud Revolucionaria Peronista, sobre el Plan de Lucha que por aquel entonces la CGT estaba por largar; no te olvides que 1964 era el año del retorno de Perón.

Cuando llegó -tarde como siempre- le pidió a Pamplona que lo acompañara, que tenía que hacer algo muy urgente, que fuera con él así charlaban por el camino. Subieron al coche y se dirigieron hacia el Once. En la calle Pasteur estacionaron frente a uno de los tantos comercios mayoristas que hay por ahí.

-Esperá aquí que es un minuto nomás- le dijo Ricardo, mientras bajaba y enfilaba para el negocio.

Al rato empiezan a aparecer empleadas cargadas de mantas que las van acomodando e el asiento trasero y en el baúl del coche. Lo llenaron. Pamplona a través de las vidrieras, lo veía a Ricardo que hablaba con el que seguramente sería el patrón o el encargado. Gesticulaba, revisaba unos papeles y finalmente comenzó a buscarse algo en el bolsillo. Sale junto con el encargado a la puerta y desde allí le grita a Pamplona:

- ¡Flaco, alcanzame el portafolios!

Pamplona busca por todas las partes que habían quedado libres de mantas y no ve ningún portafolios. Finalmente, le dice que no lo encuentra.

¡Qué boludos!, seguro que quedó debajo de todas las mantas, en el asiento de atrás. dijo Ricardo mientras se dirigía al coche. Llegó. Se subió y con una mano hizo que buscaba entre las frazadas, mientras que con la otra puso en marcha el coche, metió la primera y arrancó. Con un chirrido de la gran puta, el auto pegó un salto y salió en dirección a la avenida Corrientes.

Ricardo se reía y sacando la mano izquierda por la ventanilla le hacía cuernos al dueño, que corría desesperado dentrás del coche gritando ¡¡¡Ladrones!!! ¡¡Me han robado!!.. Pamplona estaba aterrorizado.

A modo de explicación, mientras daban vueltas por una Villa repartiendo las mantas, Ricardo le dijo: -¿Sabés lo que pasa?, ya se viene el invierno y por aquí hace un frío de la gran puta y los compañeros si compran mantas no morfan.

Ricardo era protagonista de anécdotas como esta, diariamente, tanto en Argentina como en Uruguay cuando venía a encontrarse con nosotros.

La primera vez que fue a Montevideo, al llegar, nos contó el miedo que había pasado en el control de documentación del aeropuerto Carrasco. El loco había viajado con su propia documentación. Se había olvidado que lo buscaba la policía de todo el país. Le dimos un buen tirón de bolas y le planteamos que con sus documentos no volvía a Buenos Aires. Así que un compañero le "lavó" la libreta. La dejó en blanco. Cuando llegó el momento de volver a rellenarla dijo mientras se cagaba de risa: - Me quiero llamar Marcelo Nazar Anchorena. Lo miramos con cara rara...

Es que cuando te piden los documentos, si ven que sos de buena familia te respeta más y te joden menos- nos dijo a modo de explicación.

Al dia siguiente, el diario "La Nación", publicaba entre las noticias policiales:

"En fuertes cercanas a la Policía Federal se ha podido saber que el hombre muerto en el accidente de anteanoche en la ruta nacional de la provincia de Córdoba, era Ricardo Ibarra (a) Dulce de Leche, (a) El Negro, (a) El Loco, sin domicilio conocido, de 20 años de edad y soltero. Tenía pendientes varios pedidos de captura por pertenecer a organizaciones ilegales adictas al tirano prófugo. La documentación que portaba era falsa y se está investigando el origen del automóvil que se supone era robado"

Ricardo se dirigía a un Congreso clandestino de la Juventud Peronista en Tucumán.

Le velaron en el Sindicato del Calzado. El salón estaba repleto de gente, su gente.

Carlos Arbelos y Alfredo Roca

martes, 11 de agosto de 2009

Eva: filantropía de choque

Eva: filantropía de choque
ROGELIO GARCIA LUPO
En un clima diplomático tenso, con EE.UU., Eva Perón envió, en 1949, ayuda a los niños negros de Washington. El acto fue tachado de arrogante y generó pedidos de explicaciones.
ROGELIO GARCIA LUPO. Periodista.


En 1952, cuando falleció, hace ahora medio siglo, muchos aún recordaban en los Estados Unidos que tres años antes Eva Perón había asombrado al mundo político al enviar un avión con ayuda de invierno para los niños pobres de Washington.

Fue en 1949, en medio de un clima de tensión diplomática creciente entre nuestro país y los Estados Unidos, y en vísperas de que Harry Truman asumiera la presidencia. El vicepresidente Truman era un granjero de Missouri a quien la muerte del presidente Franklin Roosevelt depositó en el centro del poder mundial.

Truman arrojó sin titubear la bomba atómica sobre Japón y había dado muestras de que estaba dispuesto a poner a los Estados Unidos a la cabeza del mundo cuando se firmara la paz. Su elección por cuatro años, a partir del 21 de enero de 1949, fue una celebración internacional marcada por la guerra fría ya desatada contra la Unión Soviética y un reconocimiento hacia la mayor potencia. Las principales figuras de la política se hicieron presentes en Washington y todos se sorprendieron al recibir una comunicación de la embajada argentina que informaba sobre un evento que tendría lugar al día siguiente de los festejos oficiales. Se trataba de la entrega de ropa de invierno para 600 niños pobres residentes en los barrios bajos de la capital.

La donación en nombre de Eva Perón y su Fundación de Ayuda Social había sido gestionada cuidadosamente con el reverendo Ralph Faywatters, quien presidía la Children''s Aid Society, una entidad caritativa que protegía a los niños negros de Washington. Consistía en ropa de abrigo y calzado, fabricados en la Argentina y enviados por avión, lo que sugería la situación apremiante de quienes se beneficiarían con la ayuda.

La reacción del gobierno norteamericano no se hizo esperar y la embajada argentina tuvo que dar explicaciones sobre las intenciones del regalo. Entretanto, el reverendo Faywatters había puesto en acción a otras organizaciones y un total de 27 entidades —en su mayoría de ciudadanos negros— reclamaron su porción del cargamento. La idea de que el gobierno norteamericano podía impedir que los niños pobres obtuvieran su ropa de invierno argentina produjo una rápida agitación entre miles de familias de Washington.

El asunto fue tratado por la prensa internacional. La Agence France Presse describió "una situación que por momentos parecía casi enojosa, debido a la confusión producida por la inesperada noticia" de la donación. "No hubo intención de demostrar que en un país rico cual es Estados Unidos, hay niños ''pobres''", agregó la AFP. Los diarios de la cadena Scripps-Howard no ocultaron su perplejidad y publicaron en docenas de ciudades norteamericanas un comentario donde afirmaban que "la Fundación encabezada por la esposa del presidente argentino no hace las cosas con moneda pequeña ni tampoco peca de falsa modestia".

También trataron el episodio los semanarios de mayor circulación, como Newsweek, bajo el título "Señora" pockets (Señora bolsillos) y Time, que lo encabezó "Helping hand" (Dando una mano), donde no ocultaban que la filantropía peronista transpiraba arrogancia pero había golpeado exactamente en un punto muy sensible, el de la pobreza alarmante de la mayoría negra de Washington.

El reverendo Faywatters, silencioso cómplice de Evita, se hizo cargo de los regalos y retribuyó con una nota oficial donde subrayó que "entendemos ante esta evidencia su deseo (de Eva Perón) de que toda América viva y trabaje unida para bien de su pueblo (y) esta contribución para los niños necesitados está por encima de toda diferencia internacional de opinión política".

El caso quedó cerrado definitivamente y la embajada argentina insistió en que si bien la entrega formal de la donación se había superpuesto con la asunción presidencial de Truman, se trataba de una coincidencia sin propósitos secundarios.

Truman le dio en parte la razón a Evita cuando en su discurso de posesión afirmó que "Estados Unidos sufre el efecto de los precios excesivamente elevados, la producción no cubre aún las necesidades y los salarios mínimos son demasiado bajos, al mismo tiempo que las pequeñas empresas pierden terreno en beneficio de los monopolios". La prosa de Truman anticipaba los cambios en los derechos civiles para los negros aunque faltaban años y mucha sangre para que estos se concretaran definitivamente.


Unos apuntes de Eva Perón hasta ahora inéditos, pertenecientes a la Colección Alberto Casares, revelan cómo siguió personalmente la donación a la Children''s Aid Society y en todo momento fue conciente de su alto contenido político. "Sirva de ejemplo este acto y esta ayuda que lo hacemos con todo el respeto y todo el cariño por el gran pueblo de los Estados Unidos y humildemente le hacemos llegar nuestro granito de arena de ayuda", escribió con su tumultuosa caligrafía. En otro lugar afirma que "este avión argentino que pronto llegará a Estados Unidos representa a la bondad de nuestro conductor y lo que somos capaces de hacer por el desposeído, esté donde esté y se encuentre donde se encuentre".

Pero en Washington la procesión iba por dentro y a nadie se le ocultó que detrás de la prosa protocolar rugía la furia de la mujer más poderosa de la Argentina y sin duda la más famosa en el mundo de su tiempo. En los dos años siguientes la misma Fundación de Ayuda Social enviaría donaciones semejantes a más de ochenta países, entre los que se incluían naciones europeas devastadas por la guerra, pequeños principados africanos y prácticamente todos los países latinoamericanos. Sin embargo, aquella donación para los niños pobres de Washington D.C. resultó incomparable.

lunes, 10 de agosto de 2009

A vos chabón!!!

A vos chabón:

A vos pibe me dirijo; a vos que miras pasar la vida sin que te importe.
O que pensás que podés hacer nada por cambiar nada. Que casi no te interesa que te estén afanando: la Patria, tu futuro. Y el de tus hijos: la razón de tu vida.

Se te ocurre que esto fue siempre así. Y vos piola. Lo importante es la cerveza.

No seas dolobu: te estas cagando. Se están llevando puesto todo lo que vos querés, todo lo que vos amas.

Como vas a construir algo si te sacan todo? Vos crees que los del Norte son iguales? Que la vida la ven pasar?

Estas loco !!!

Ellos van a vivir bien mientras a vos te van a tener de esclavo para que le produzcas bienestar. La heladera de ellos va a estar llena, mientras que vos pensás como sobrevivís con la basura de comida que te ofrecen.

Vos sos boludo? En un país que tiene todo lo que necesitas para alimentarte te están queriendo enseñar que lo mejor es comer mierda. O mierda o nada, te dicen. Y vos que estas medio atontado te lo crees.
"Total me tomo otra birra, me mando una burguer, me meto en el cyber y me pongo a joder". Eso puede estar bien. Pero es como ir de cuerpo: No alcanza para darle sentido a la vida.

En un país que tiene petróleo las ganancias se la llevan los de afuera.
Y vos mirás como la guita se la gastan mientras tus amigos pasan hambre.
En el campo más fértil del mundo plantamos soja para que coman los chinos, mientras los pibitos pobres se cagan de hambre.

Como consecuencia de un mar inmenso vos pagas el pescado mas caro que en Europa. Y te enseñan a comer hamburguesas cuya compuesto esencial son las harinas. Minga de proteínas; así te va a quedar el mate: escuálido como rama seca.

Las vaquitas son ajenas. Y vos miras. Eso se come en otros países.

Te llevan en bondis y trenes de mierda porque vos no existís. Por que como a muchos le dijeron que lo importante era la cerveza. Y que si tenías mucha guita eras mejor. Lo que no te dijeron es que la guita ni
las vas a oler. Para eso tienen soldados y canas. Para protegerse de vos.

Se chorrean todo. Y vos pensás que no se puede hacer nada.

Si que se puede !!!

Y te necesitan todos. Los más viejos y jóvenes. Para tratar de encontrar los caminos. El triunfo es de los inteligentes. Y si se unen son casi invencibles.

O como te crees que hicieron los países que nos comen todo? Usando el marulo. Juntando la materia gris. Obligándose a pensar la realidad y ver cual es el horizonte soñado.

Creo que tenemos que tratar de imitarlos. No supongas que nos va a salir barato. Pero valdrá la pena. La Patria (esa que incluye a todos los que vivimos aquí) te lo va a agradecer. Siempre se va a acordar de vos.

Es que vas a pelear por vos. Por lo que a vos te gusta. Por tus amigos. Por tus costumbres. Por tu forma de ver al mundo. Por la gente que vos querés. Y por un ideal: la felicidad del pueblo: que es la tuya.

Ahh...eso si: pelear no significa tal o cual método. Te lo repito por si no te quedó claro: pelear es usar el marulo para lograr lo que todos necesitamos. Juntá a tus amigos y empezá a pensar.

Somos una colonia; necesitamos ser libres.

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Jorge E. Catena
jecatena@sursur.com

jueves, 6 de agosto de 2009

Perón habló sobre el problema de la basura

El hombre en ese sentido, trabaja normalmente en contra de la naturaleza, porque ha comenzado por convertir a la tierra en basurales.
El plástico es un ejemplo.
Es un elemento que sale de la famosa ley de que en la naturaleza nada se pierde, todo se transforma.
Pero el plástico es in transformable.
Se queda depositado como basura donde lo pongan, y la tierra se esta cubriendo de esos basurales indestructibles.
Algunos los echan al mar, que es lo mismo que dejarlo arriba de la tierra.
Los ríos se están convirtiendo en cloacas; ya no se pueden utilizar los ríos en la mayor parte del mundo porque están todos contaminados.
Los detergentes, insecticidas y todos los residuos que el hombre lanza actualmente están exterminando la flora y la fauna marítimas y fluviales, que podrían ser grandes fuentes de alimentación.

martes, 21 de julio de 2009

Un Planeta Llamado EVITA

Un Planeta Llamado EVITA
Por: Enrique Oliva (especial para ARGENPRESS.info) (Fecha publicación:19/02/2004
Un pequeño planeta que brilla en el firmamento recibió el nombre de 'Evita' por decisión de sus descubridores, los científicos y técnicos del Observatorio Astronómico de la Universidad Nacional de La Plata en 1948. Efectuadas las comprobaciones del caso, fue reconocido y registrado por la Unión Astronómica Internacional, máxima autoridad mundial, que oficializa los descubrimientos astrales.
La historia de este logro argentino puede verse en la publicación del Observatorio Astronómico de la Universidad Nacional de La Plata, editado en 1951 bajo el título 'De Ceres a Evita - Un siglo y medio de descubrimientos de planetitas'. Allí se puede leer:
'En la noche del 3 al 4 de agosto de 1948, los auxiliares del Departamento de Astronomía, Juan Macluf y Carlos Rogati, cumplían el encargo de la obtención de una placa con dos imágenes del planetita Gunhild. Examinada la placa con la cámara del Anteojo Astrográfico de 842 mm, el jefe del Departamento profesor Miguel Itzigsolin, además del planetita buscado, estableció la presencia de otro'.
Continuaron así complicados procesos de investigación con la participación de diversos científicos del Observatorio.
Al fin, terminado todos los estudios confirmatorios de la existencia de un pequeño planeta hasta entonces no identificado, la documentación fue enviada a la Unión Astronómica Internacional para obtener su reconocimiento y registro.
De acuerdo a normas internacionales preexistentes, 'el observatorio que haya suministrado el primer conjunto de posiciones que permita el cálculo de una órbita (y en este caso, además la ha calculado), tiene derecho de proponer el nombre definitivo del astro'. Provisoriamente se lo identificó como '1948 P A'.
El 7 de marzo de 1950, el director de la Central de Pequeños Planetas de la Unión Astronómica Internacional, profesor Raúl Hergot comunica al Director del Observatorio Astronómica de La Plata que 'puede Ud. presentar un nombre para el 1948 P A, el que será aceptado, a menos que no haya conflicto con algún nombre anterior'.
Pocos días después, el 25 de marzo de 1950, a propuesta de los investigadores del Instituto Superior del Observatorio Astronómico de la Universidad de La Plata, le asignó al nuevo astro el nombre de 'EVITA', 'como homenaje a la señora María Eva Duarte de Perón, por su intensa obra cristiana a favor de los niños, de los ancianos y los desamparados de todo el país y naciones hermanas'.
Hoy, a más de medio siglo de aquel honor acordado a Evita, cuando se han serenado las pasiones de odio que despertó en una minoría, ya prácticamente desaparecida, sigue brillando en el firmamento SU planetita.
El nombre asignado es definitivo e irrevocable y no podrá ser negado o destruido como ocurrió con tantas de las obras de Evita, que merecieron el agradecimiento de los humildes. También es un homenaje al General Juan Perón, que apoyó las investigaciones astronómicas en el país, bajo el asesoramiento del investigador en física nuclear y astrónomo Padre Jesuita Juan L. Busolini.
Nota:
'Ceres' (divinidad griega de la agricultura) es el nombre adjudicado al primer pequeño planeta o astro, descubierto en 1801 por el astrónomo José Piazzi del Observatorio de Palermo (Italia). Estos planetas son cuerpos celestes que giran alrededor de una estrella y que se hace visible por la luz que refleja, en particular los que giran alrededor del sol, como 'Evita' y la mayoría de ellos.

viernes, 10 de julio de 2009

EEl 11 de marzo de 1973 por Ernesto Jauretche

El 11 de marzo de 1973 será recordado en la historia como el día en que el pueblo peronista recuperó la democracia para todos los argentinos. Para nosotros, los militantes de esa época, fue el día en que las millones de manos que introdujeron en el sobre la boleta del FREJULI materializaron un sueño. Tan real como ese encuentro espontáneo en la esquina de Oro y Santa Fe donde "el tío" Cámpora aparecía pletórico a saludar a la multitud rodeado de jóvenes combatientes por la libertad en los balcones de la casona vieja sobre la marquesina de La Burdalesa. Vale la pena meditar hoy sobre los antecedentes de esa victoria popular.

Ese 11 de marzo el pueblo argentino pudo expresarse libremente, por primera vez desde que en 1955 el golpe apoyado por radicales, conservadores, comunistas y socialistas, la llamada Revolución Libertadora, había tronchado un sueño de libertad, de soberanía y de justicia. Durante esos 18 años habían ocurrido hechos oprobiosos: el Decreto 4161/55 firmado por Aramburu-Rojas-Alsogaray (que fue Ley en 1962 y conservó vigencia hasta después de Junio de 1963, cuando la Corte Suprema ratificó la constitucionalidad de esa norma que proscribía electoralmente al peronismo para despejar el camino del poder a Arturo Humberto Illia) es un ejemplo monstruoso de la iniquidad con que la llamada clase política de la época acompañó la brutalidad de los fusilamientos y el acoso de que fue víctima la mayoría electoral del país. Pero también sucedieron acontecimientos cuya lectura resuena en ecos aleccionadores para nuestro presente. Cuando fue desalojado del Estado, el pueblo se albergó en sus organizaciones sociales. Abolida la democracia política, la democracia popular se refugió en todo tipo de organizaciones libres del pueblo. Fábrica por fábrica se votó en la elección de Comisiones Internas, dando muestra de la vocación democrática y unidad de la clase trabajadora argentina. Florecieron el mutualismo, las cooperadoras escolares, hospitalarias y de trabajo y consumo, las asociaciones de ayuda social y de consumidores, la agremiación de profesionales, docentes y alumnos, las entidades educativas y culturales de base y hasta los clubes deportivos. En todas partes, donde se juntaban más de tres frustrados ciudadanos, se organizaban de manera solidaria para defender sus intereses. Y burlando la proscripción política, las organizaciones sociales prolongaron a pesar de todo el negado ritual de padrones, listas, urnas, cuarto oscuro, fiscales.Esos movimientos sociales -por más diverso que fuera su origen, sus objetivos y sus proyectos- poseían rasgos comunes, y similares a los que protagonizan la políticaargentina en nuestros días. Provenían del rechazo al fraude de una democracia irrepresentativa, que negaba la concurrencia u ofrecía opciones indeseables; participaban repudiándolas (como en el caso de los votos en blanco) o desnudando la farsa (como al elegir al obrero Andrés Framini gobernador de la provincia de Buenos Aires). Así, durante años, el movimiento social disputó palmo a palmo el monopolio de la representación política a los partidos.Aprovechando los márgenes de la legalidad, se constituían bajo formas organizativas de inspiración libertaria (en 1965 y 1966, en los Planes de Lucha de la CGT, llegaron a autogestionar miles de fábricas "tomadas"). Las decisiones se adoptaban en asambleas, en una práctica democrática de fuerte rasgo plesbiscitario. Y sus conducciones exponían el mandato a constantes pruebas revocatorias. La precariedad de sus recursos y la frecuente clandestinidad, las obligaba a asumir métodos de gestión sumamente eficaces y fluidos y a abominar toda burocracia. Por fin, la cercanía entre los asociados y el riesgo a que se exponían, imponían trasparencia y lealtad: la ética gobernaba las conductas individuales y asociativas. Aunque su actividad reivindicativa se orientaba hacia objetivos determinados sectorialmente, éstos representaban demandas concretas y cardinales para la vida de toda la sociedad (trabajo, vivienda, salud, educación, etcétera). Y las soluciones prácticas y sensatas que proponían las emparentaba en sus luchas con las de las otras organizaciones sociales comprometidas con un cambio de la situación social, económica y política imperante, excluyendo sin embargo toda voluntad de apropiación. Esa suma, que se manifestaba en una movilización constante de todos los sectores sociales en todo el territorio del país, desestabilizaba a las instituciones del régimen pero no lograba abrirle el acceso al poder político, dando origen a lo que algún sociólogo calificó como "empate hegemónico".El fundamento último de esa asociatividad pivoteaba sobre el eje que siempre caracteriza a las organizaciones del pueblo: la solidaridad. Por lo tanto, como hoy, sus fines disentían radicalmente con los proclamados por las doctrinas neoliberales. En ese marco general se inscribieron las múltiples tendencias ideológicas y políticas que enriquecieron el proceso de formación de conciencia del pueblo argentino en aquellos años de ilusiones: clasismo, izquierdas parlamentarias y revolucionarias, cristianos y clerecía progresista, organizaciones político-militares y sindicalismo combativo y revolucionario se nutrieron de esa experiencia de militancia social. Hacia 1973, la fortaleza formidable de ese movimiento popular, aportando cada una de las organizaciones sociales sus competencias y métodos, arrinconó al Partido Militar y a sus aliados políticos, aislándolo y combatiéndolo con huelgas, movilizaciones e insurrecciones. Obtuvo enormes victorias en el terreno de las reivindicaciones económicas y laborales, logró el retorno de Perón y, cuando arrancó la posibilidad de canalizar su energía renovadora a través del sistema representativo, rompió la proscripción de las mayorías y ganó las elecciones. En esa circunstancia, el gran movimiento social tuvo la sabiduría de adaptarse al orden constitucional, amparándose en las formas de diversos partidos políticos para legalizar su participación en la justa final por el poder. Los radicales juntaron adhesiones con Ricardo Balbín como postulante; el desarrollista Oscar Alende encabezó un acuerdo progresista; el grueso de las fuerzas conservadoras se alineó tras el "candidato joven", Ezequiel Martínez, caballo del comisario de Lanusse, y la izquierda paleolítica, como siempre, confluyó en una efímera coalición. El Movimiento Peronista, parcialidad predominante del movimiento social de la época, se constriñó hasta caber dentro del corset jurídico del Partido Justicialista y armó un vasto arco de alianzas: el Frente Justicialista de Liberación, que obtuvo más votos que todos los demás juntos. Pero esta victoria no escatimó esfuerzos ni arrugó frente a los riesgos. Innumerable cantidad de dirigentes sociales fogueados en casi dos décadas de luchas legales, semilegales y hasta clandestinas acudieron al llamado a una afiliación masiva a los partidos políticos. El activo de las organizaciones sociales blanqueó sus nombres y domicilios ante una justicia todavía servil al poder militar y padrones partidarios que fueron a dar a manos de traidores y corruptos. Había que ganar las "internas". Pero después tampoco fue fácil la convivencia entre los recién llegados -inexpertos y a menudo ingenuos en esas lides-, los desplazados por la irrupción de un activo dinámico y moderno y la vieja guardia cuyas fullerías partidocráticas venían a extirpar. Pero se aprendió también a convivir, defendiendo políticamente ideas y convicciones; a veces ganando y otras perdiendo, pero siempre disputando milímetro a milímetro cada espacio de poder. El conflicto social por la apropiación del excedente económico socialmente generado, había dado un salto en calidad: pasó de la fragmentación de las luchas reivindicativas, asaltó los Partidos Políticos y conquistó el Estado. Fueron las fuerzas veteranas que habían librado mil luchas sociales las que desde una renovada práctica política rompieron el cerco a que la partidocracia sometía a las jóvenes generaciones militantes y penetraron la democracia hegemonizada por los políticos del enjuague, el clientelismo y la exclusión. No está de más aclarar que semejantes esfuerzos de lo nuevo no alcanzaron para poner en retirada a las viejas fuerzas aliadas de la dependencia y el despotismo. Pero fue muy alto el nivel alcanzado históricamente por la libertad y el respeto a la soberanía popular. Se habían quebrado 18 años de proscripciones al movimiento mayoritario. Y la militancia había aprendido dos cosas: que en cada coyuntura histórica, apenas si somos eslabones de una larga cadena siempre inconclusa; y que la política es contingente y hay que saber avanzar concretando los sueños poco a poco. Paso a paso, porque "la victoria final" es una zoncera. Hoy, el proceso de reconquista de los espacios políticos por parte de un joven movimiento social está en marcha: avanza en la construcción de organizaciones económicas, sociales y culturales y mejora la calidad de su participación en el cambio de rumbo que Kirchner ha impuesto al estado. Concurre hacia una nueva democracia, donde el pueblo no sólo espera ser convocado cada cuatro años a votar, sino que cotidianamente cuestiona a sus dirigentes políticos, se mantiene activo frente a las amenazas del poder financiero y el capital concentrado y alerta ante el mensaje de los medios masivos de comunicación, y se organiza para expresar y defender sus intereses. Esa militancia rechaza con mayor énfasis cada día el mensaje nihilista con que el neoliberalismo alienta la indiferencia y la resignación. Es hora de que los contumaces dirigentes del sistema político decrépito comprendan que la defensa del viejo orden y sus privilegios contribuye también al éxito de la política de la antipolítica.
Ernesto Jauretche
Marzo 2005

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miércoles, 8 de julio de 2009

Los hermanos de San Martín: todos militares

Los hermanos de San Martín: todos militares

Por Eduardo Aldiser

Por Revista Raíz Argentina (España)

Dialogamos con Armando Puente, periodista argentino, investigador, escritor. Nació en 25 de Mayo, provincia de Buenos Aires. ¿Premonitorio para su interés por la historia?. Como periodista fue testigo de importantes acontecimientos en Latinoamérica, como la muerte de Eva Perón o la revolución cubana. Corresponsal durante diez años de France Presse en Madrid, actualmente vive en la capital española.
Sus libros de investigación histórica son: "Los hermanos de San Martín", editada en México; la biografía de "Alejandro Aguado, militar, banquero, mecenas”, publicada en Madrid. Tiene casi terminada "El banquero y el Libertador", segunda parte de la vida de Aguado.

Comencemos Armando, con la familia del General San Martín ¿De donde provenía?

El Capitán Juan de San Martín y su esposa, Gregoria Matorras, ambos nacidos en la provincia castellana de Palencia, tuvieron cinco hijos, todos ellos nacidos en las antiguas misiones jesuíticas, donde don Juan fue teniente gobernador de cuatro pueblos con siete mil indios, defendiendo la frontera de las incursiones de los bandeirantes portugueses.

Estos fueron sus hijos: Maria Elena fue la mayor y también la única mujer. Nació en Calera de Vacas, lo mismo que los dos primeros varones, Manuel Tadeo (1772) y Juan Fermín (1774). Los dos menores nacieron en Yapeyú, Justo Rufino (1776) y José Francisco (1778). Llegaron a España en marzo de 1784, es decir que Maria Elena tenía entonces doce años y José Francisco seis. Los cuatro hijos varones fueron militares y Maria Elena se casó con un militar nacido en Barcelona.

¿Podemos recordar donde se desempeñaron como militares los hermanos del Libertador?

"Manuel Tadeo (regimiento de infantería Soria), Juan Fermín (regimiento infantería Soria) y José Francisco (regimiento de infantería Murcia), entraron en el Ejercito español en edades entre los 13 y los 15 años. Combatieron siendo muy jóvenes en la Guerra del Rosellón contra la Francia Revolucionaria.

Posteriormente Juan Fermín embarcó en la Real Armada en enero de 1797 y participó en la batalla de San Vicente contra la flota inglesa. Luego, con la escuadra española coaligada a la francesa permaneció en Brest hasta 1801.

Juan Fermín de regreso a España fue destinado a Filipinas como capitán de Caballería, donde llegó a ser comandante de Húsares del regimiento Luzón y brevemente fue gobernador de Mindanao. Se casó en Manila, donde murió. Fue el único de los hermanos San Martín que tuvo descendencia masculina. El último de los San Martín murió en Filipinas en 1945."

¿Los comienzos de nuestro General San Martín?

"José Francisco embarcó en la fragata Santa Dorotea, en junio 1797 y participó en acciones navales hasta julio del año siguiente, en que tras enfrentarse con el navío inglés Lion fue hecho prisionero. Se reincorporó al regimiento Murcia dos años después.

Manuel Tadeo -al que su hermano José consideraba el hermano con más dotes y virtudes militares - como resultado de un confuso incidente ante un tribunal militar, fue condenado en 1801 a 8 años de prisión. Reintegrado en el Ejército en 1806, participó en la heroica jornada del 2 de mayo de 1808 en Madrid y en la defensa de Valencia.

Luego en la batalla de Tudela, en batallas en La Mancha, en Cataluña y en Valencia; al capitular esta ciudad fue hecho prisionero y llevado a Francia donde estuvo tres años. Terminada la llamada por los españoles “Guerra de la Independencia”, se le ascendió a Teniente Coronel en 1815 y a Coronel en 1818, siendo puesto al frente del Regimiento Provincial de León, donde estuvo hasta 1826 y luego un par de años como gobernador de la fortaleza de Pasajes ( San Sebastián), pasando entonces a retiro. Murió en Valencia - soltero - en 1851, es decir que siendo el hermano varón mayor fue el último en morir."

Seguiremos en la segunda parte conociendo detalles de las vidas de los hermanos del General San Martín. Seguramente concitará el interés de más de un argentino, por tratarse de aspectos de la historia que no nos han contado.
El cruce de los Andes

¿Cual ha sido Armando?

José Francisco embarcó en la fragata Santa Dorotea, en junio 1797 y participó en acciones navales hasta julio del año siguiente, en que tras enfrentarse con el navío inglés Lion fue hecho prisionero. Se reincorporó al regimiento Murcia dos años después.

Manuel Tadeo -al que su hermano José consideraba el hermano con más dotes y virtudes militares - como resultado de un confuso incidente ante un tribunal militar, fue condenado en 1801 a 8 años de prisión. Reintegrado en el Ejército en 1806, participó en la heroica jornada del 2 de mayo de 1808 en Madrid y en la defensa de Valencia.

Luego en la batalla de Tudela, en batallas en La Mancha, en Cataluña y en Valencia; al capitular esta ciudad fue hecho prisionero y llevado a Francia donde estuvo tres años. Terminada la llamada por los españoles “Guerra de la Independencia”, se le ascendió a Teniente Coronel en 1815 y a Coronel en 1818, siendo puesto al frente del Regimiento Provincial de León, donde estuvo hasta 1826 y luego un par de años como gobernador de la fortaleza de Pasajes (San Sebastián), pasando entonces a retiro. Murió en Valencia - soltero - en 1851, es decir que siendo el hermano varón mayor fue el último en morir.

Justo Rufino tuvo también una trayectoria muy destacada, ¿verdad?

Justo Rufino ingresó en 1794 en la Guardia de Corps (para entonces sus otros tres hermanos habían participado en una treintena de acciones militares cada uno de ellos). Participó en el golpe de Estado de Aranjuez en el que el rey Carlos IV fue depuesto por su hijo Fernando.

Acompañó al rey Fernando VII hasta la frontera francesa, cuando iba a reunirse con el emperador Napoleón y se unió en Zaragoza a Palafox y otros oficiales de la Guardia de Corps , defendiendo heroicamente la ciudad en el primero y segundo sitio llevado a cabo por los franceses. Tras la capitulación, fue hecho prisionero, pero se escapó cuando era conducido a Francia, pasando a integrar una especie de cuerpo de comandos, mandado por el general ingles Charles William Doyle, combatiendo así bajo bandera británica en Cataluña y Valencia (acciones en San Carlos de la Rápita, Peñíscola, Tortosa, etc.) y pasando luego a Cádiz (sitiado por los franceses), siempre a las ordenes directas de Doyle.

Fernando VII no le reconoció el grado de Teniente Coronel. Como Capitán siguió en Madrid y al negársele el ascenso, se retiró en 1821. Para entonces se había producido la revolución liberal y Justo Rufino ingresó en el cuerpo de Caballería de la Milicia de Madrid, con el grado de Teniente Coronel y adjunto del marqués de Pontejos. Un año después, al radicalizarse la revolución liberal, Pontejos, Justo de San Martín y otros liberales moderados decidieron exiliarse en Paris.

¿Quiere decir que nunca volvieron a América, su lugar de nacimiento?

San Martín fue el único de los hermanos que regreso a América, a nuestra Argentina. Lo hizo en 1812 cuando tenía 34 años y después de haber vivido 26 años en España. Durante los catorce años que vivió en América (1812-1824, liberando a Argentina, Chile y Perú ), mantuvo contacto con sus hermanos Manuel Tadeo ( al que invitó a integrar las filas independentistas ) y Justo Rufino, que lo esperaba al llegar a Europa en 1824.

Después - entre 1824 y 1832 - Justo Rufino pasó largas temporadas junto a su hermano José en la ciudad de Bruselas (que entonces formaba parte del reino de los Países Bajos) y en París. José de San Martín mantuvo contacto epistolar con sus hermanos Maria Elena y Manuel Tadeo y le hizo un significativo legado en su testamento a su hermana y a su sobrina. Probablemente José de San Martín no supo que su hermano Juan Fermín, muerto en Manila (Filipinas) en 1822, había tenido descendientes y creyó siempre que la única descendiente de sus hermanos era la hija de Maria Elena (que murió en Madrid).

¿Como es posible que los historiadores argentinos y especialmente Mitre, nos hablen tan poco de sus hermanos y la relación que tenían con José de San Martín?

Mi opinión es que el yerno de San Martín, Mariano Balcarce, (casado con Merceditas, la única hija del Libertador), destruyó parte de la correspondencia privada de su suegro y solo entregó a Mitre la correspondencia y documentación que se refiere a aspectos públicos y políticos. De ahí que no se tenga la correspondencia que San Martín pudo tener con compañeros de armas de los 26 años que vivió en España, ni tampoco la que tuvo con sus hermanos. Balcarce vivió en Francia como diplomático de los sucesivos gobierno argentinos durante más de 40 años.

De ahí la importancia de la documentación que he podido encontrar en archivos franceses (medio centenar de documentos relacionados con Justo y con José de San Martín). Me ha permitido reconstruir aspectos de la vida de ambos, totalmente desconocidos. También la documentación encontrada en archivos madrileños que me ha permitido reconstruir la vida de Maria Elena con su esposo González de Menchaca, en La Mancha , Galicia y Madrid , y luego - al quedar viuda - en Madrid durante un cuarto de siglo, con su hija."

Armando, más de un argentino se va a asombrar al conocer estos datos. Muchas gracias por tu aporte.
María Elena San Martín, hermana del Libertador, vivía en Madrid

Calle del Príncipe, 13 - Madrid (Foto: Revista Raíz Argentina)
Maria Elena, la mayor y también la única mujer de la prole San Martín- Matorras, nació en Calera de Vacas, Provincia de Corrientes, Argentina, lo mismo que los dos primeros varones, Manuel Tadeo y Juan Fermín.

El título se refiere a los demás hermanos varones de José Francisco. Sin embargo también María Elena estaba vinculada al mundo castrense al casarse con González de Menchaca, militar catalán con quien vivió en La Mancha, Galicia y finalmente en Madrid. Tras enviudar, su vida continúa en la casa del tercer piso de calle del Príncipe, 13 cuya fachada actual ilustra esta nota.

Realizamos con Armando Puente los recorridos habituales de esta San Martín ligada a Madrid. Cada día asistía a misa a la parroquia de San Sebastián, en la calle Atocha, donde además fue sepultada en lo que entonces eran los fondos de la iglesia, donde hay un pequeño cementerio.

Cuando uno es argentino y se encuentra ante lugares que se vinculan familiarmente con el Libertador, se siente un cosquilleo, producto del fervor con el que vivimos nuestra historia argentina.