miércoles, 12 de agosto de 2015

Arde Roma¿Cólera de Nerón o nefasto accidente?

Arde Roma ¿Cólera de Nerón o nefasto accidente?



El Historiador alemán Bernd Ingmar Gutberlet escribió el libro "Las cincuenta grandes mentiras de la Historia" donde hace un Estudio de diversos hechos históricos sobre los que existen dudas. Les transcribo este capítulo donde estudia lo afirmado históricamente sobre el incendio de Roma por parte del emperador Nerón.
"Ningún emperador romano ha salido tan mal librado del juicio de la posteridad como Nerón. Con él relacionamos la imagen clásica del gobernante corrupto, demente e inhumano; en términos modernos, un ególatra despiadado. Peter Ustinov lo interpretó magistralmente en la adaptación cinematográfica de la novela Quo vadis?, pero su cautivadora interpretación carece de fundamento histórico.
La imagen exclusivamente negativa de Nerón quedó definida por el hecho de que durante su gobierno tuvieron lugar el gran incendio de Roma y la consiguiente y feroz persecución de los cristianos. A primera hora de la mañana de un día de verano del año 64 se desató un incendio en el Circo Máximo, probablemente donde estaban los tablados inflamables. El fuego se expandió a toda velocidad y sólo fue controlado después de seis días y siete noches, cuando pudieron impedir con cortafuegos que las llamas siguieran afectando más zonas de la ciudad. Pero no se extinguieron todos los focos, y las llamas volvieron a encenderse y prolongaron unos cuantos días más su labor destructiva. En aquella época los incendios eran frecuentes en Roma, pues la madera era un material de construcción importante y la protección contra incendios era insuficiente, y aunque el cuerpo de bomberos se había ampliado, el incendio superó todo lo conocido hasta entonces. Sin embargo, la leyenda sobre las dimensiones de esta catástrofe es inconsistente. A veces se dice que el incendio destruyó dos tercios de Roma, otras, que sólo perdonó dos de los catorce distritos de la ciudad. Las consecuencias, en todo caso, fueron nefastas. Tanto zonas residenciales y comerciales como templos antiguos y edificios públicos fueron víctimas del fuego. Muchas personas murieron entre las llamas, doscientos mil romanos quedaron a la intemperie... la orgullosa ciudad quedó mayoritariamente convertida en un desierto de cenizas.
Puesto que el fuego ardió con una persistencia tan extraordinaria, se expandió el rumor —con la misma velocidad que las llamas— de que había sido un incendio provocado. Entonces la ira del pueblo se volvió contra Nerón, pues, a diferencia de Augusto, quien siempre se dejaba ver en las emergencias y sabía animar al pueblo, se quedó inicialmente en su residencia de verano; un error que siguen cometiendo los políticos actuales y que la opinión pública sigue cobrándoles una y otra vez. Sólo cuando su palacio se vio amenazado por el fuego, Nerón regresó a Roma.
En aquel entonces, muchos escritores culparon del incendio al Emperador y le atribuyeron diversas motivaciones: una, que había querido emular el incendio de Troya; otra, que deseaba hacer tabula rasa para saciar su sed de construcción y reconstruir la ciudad convertida en Nerópolis, y otra, que quería vengarse por diversas conspiraciones en su contra. Corrieron todo tipo de rumores, como el de que había sido visto en la torre de su palacio tocando la lira y cantando la ruina de Troya durante el incendio.
Pero estas acusaciones, ya fueran insinuadas con cautela o revestidas de «pruebas» infundadas, eran todas falsas. El momento propicio surgido por la terrible catástrofe, sumado a una población atemorizada y al caos reinante, fue aprovechado por los grupos de oposición que contagiaron eficazmente al pueblo su rechazo del Emperador.
Nerón no sólo no fue culpable del incendio, sino que tampoco puede ponerse reparo a sus medidas de urgencia. En cuanto regresó a Roma, el Emperador abrió sus jardines para los desamparados y dispuso fondos económicos y materiales para los damnificados. Estableció también alicientes para los propietarios perjudicados con el fin de iniciar cuanto antes la reconstrucción y decretó instrucciones importantes en lo referente al estilo y la altura para impedir futuros incendios y facilitar la lucha contra los mismos en caso de que volviese a haber un gran incendio. Asimismo, ordenó honrar a los dioses con fiestas de sacrificio; un aspecto importante para tranquilizar a la población atemorizada. De modo que Nerón hizo todo lo que estaba en su poder para mitigar las consecuencias del incendio y reconstruir la ciudad lo antes posible.
Pero por más que aligerasen la ira de los dioses, los rituales culturales no podrían vencer los rumores que corrían sobre el rol de Nerón como incendiario. En medio de una situación tan precaria, en una ciudad destruida, los ánimos negativos podían transformarse rápidamente en un resentimiento abierto de las masas veleidosas. Y la reacción de Nerón ante estas crueles acusaciones resultó funesta. El Emperador hizo lo mismo que hicieron otros antes y después de él al verse en aprietos: proporcionar un chivo expiatorio contra el cual el pueblo enardecido pudiera desahogar su cólera. Lo que llevó a la persecución de los cristianos, cuya afluencia creciente resultaba sospechosa, por no hablar de sus singulares opiniones religiosas. Nerón hizo arrestar a algunos miembros de esta nueva secta y los torturó para que confesaran su culpa. El pueblo de Roma obtuvo así lo que exigía: procesos públicos, ejecuciones y el chivo expiatorio conveniente para la terrible catástrofe.

Sin embargo, a los posteriores historiadores cristianos no les causó ninguna gracia la persecución de los cristianos impulsada por el Emperador pagano, actitud que se prolongó a lo largo de la Edad Media y hasta la actualidad. Y puesto que la figura de un tirano perseguidor, loco e incendiario encaja perfectamente en la historia de los cristianos despreciados e inocentes, estos rumores sobrevivieron durante dos milenios. Con el dictamen de la posterioridad sobre Nerón sucedió lo mismo que con el de Tiberio: Nerón pertenecía, aun más que Tiberio, a la época de la decadencia de Roma, de la que se lo responsabilizó por su mal carácter y su nefasto gobierno. Así, generaciones de cronistas colocaron los supuestos (y verdaderos) crímenes de Nerón en primer plano y encubrieron todo lo que hizo de éste un soberano corriente, con sus fortalezas y sus debilidades."

lunes, 10 de agosto de 2015

"LAMBERTINE" THÉROIGNE DE MÉRICOURT

"LAMBERTINE" THÉROIGNE DE MÉRICOURT




Théroigne nació como Anne Josèphe Terwagne en el principado de Lieja el 13 de agosto de 1762 en Harcourt, en las Ardenas, cerca de La Roche, durante la época de la dominación austríaca. Perteneciente a una familia acomodada, tenía dos hermanos y su madre muere cuando tenía cinco años. Vive con una tía unos años quien la lleva a un convento para que reciba clases de costura, pero al resultarle la estancia tan costosa la mantiene en la casa y la trata como su sirvienta, por lo que la muchacha se escapa y retorna a su casa.

Al llegar, ya el padre se había casado nuevamente, y las condiciones financiera da la familia era cada vez más complicada y por mantener malas relaciones con su madrastra vuelve a marcharse con sus dos hermanos del primer matrimonio a casa de la abuela. Estuvo trabajando un tiempo en varios oficios (lechera, sirvienta y maestra de niños en la ciudad de Lieja).


Esbelta y bonita, "casi tan inteligente como un hombre”, se convierte en una cortesana al servicio de Madame Colbert en 1778. Inició entonces una vida como cortesana que la llevaron a Inglaterra e Italia, siempre como amante de algún caballero, hasta que en mayo de 1789 se instaló en Versalles.

Adquiere durante esa época con rapidez conocimientos de música y literatura, trasformándose en una mujer muy ilustrada para su época.

El inicio de la Revolución se encontraba en París y se incorpora a la Revolución francesa en sus primeras etapas y Théroigne adopta el nombre de LAMBERTINE por el cual será conocida.

Su vehemente defensa del derecho de la mujer a participar en la lucha y formar parte del ejército la hicieron famosa. Seguía los debates de la Asamblea Nacional en Versalles y mantenía informados a los seguidores de la Revolución desde el salón que creó en la calle Boulay para los encuentros de los revolucionarios como Camille Desmoulins, Pétion de Villaneuve, Jacques Pierre Brissot, Dantos, Mirabeau y otros y su salón se convierte en un "club revolucionario".



En medio de una reunión de jacobinos instó a muchas mujeres a entregar sus joyas del mismo modo en que lo hacía ella para ayudar financieramente al ejército insurrecto. Fundó junto a Gilbert Romme, la agrupación patriótica radical Sociedad Amigos de la Ley (Les Amis de la Loi), de la que era archivista, la sociedad se une al final con el club de los Cordeliers, entabló estrechas relaciones con Camille Desmoulins, Pétion y Sieyès y desde ese momento fue blanco de furiosas diatribas por parte de los monárquicos que tratando de desacreditar su imagen la convirtieron en un ser libertino, salvaje, sediento de sangre. Participó activamente en los Estados Generales.

Hábil con la pistola y el sable, Théroigne, fue parte de la vanguardia de la toma de la Bastilla el 14 de julio de 1789, donde se presentó empuñando una espada - arma que manejaba con destreza al igual que la pistola - al frente de un grupo de mujeres y estuvo en todos los combates. Alfonso de Lamartine la describió en su Historia de los Girondinos:
“…una mujer joven y hermosa, vestida de hombre, que con un sable en la mano y un fusil a la espalda iba sentada (hacia el cuartel de las Tullerías) sobre un cañón que arrastraban los jornaleros, con los brazos desnudos”

Théroigne crea, asimismo, el Club de los amigos de la ley que se fusiona con el célebre club de los Cordeliers.

En 1790, endeudada, acusada de haber tomado parte en los acontecimientos del 5 y 6 de octubre cuando las masas de sans culottes irrumpen violentamente en Versalles, vuelve a su país natal y se instala en Lieja donde será arrestada por las autoridades austriacas en la noche del 15 al 16 de octubre de 1790. Internada en Kufstein, en el Tirol, es acusada de participar en un intento de asesinato contra la reina Maria Antonieta (hija del emperador Leopoldo II de Austria) pero tras gestiones dirigidas por ella misma ante el emperador, logra su libertad y consigue volver a París a últimos del año 1791.

El 26 de enero de 1792, Théroigne es recibida con todos los honores por los jacobinos y se pone a las órdenes de Jacques Pierre Brissot declarándose ferviente republicana. Hace entrega de sus joyas al club de los Cordeliers, que pasaba por dificultades económicas, e impulsa a todas las mujeres a apoyar a los ejércitos revolucionarios.

“¡Ciudadanas!, ¿por qué no competimos con los hombres? […] ¡Armémonos!, mostremos a los hombres que no somos menos en el coraje o la virtud […] elevémonos al nivel de nuestros destinos y rompamos nuestras cadenas; es hora de que las mujeres abandonen el vergonzoso estado de nulidad e ignorancia al que las condenaron por tanto tiempo la arrogancia y la injusticia de los hombres. Retornemos a los tiempos en que las mujeres de Galia discutían con los hombres en las asambleas públicas, y luchaban lado a lado con sus maridos contra los enemigos de la libertad.

Nuestra conducta en Versalles el 5 y el 6 de octubre y en numerosas ocasiones decisivas e importantes después demuestran que no nos son ajenos los sentimientos nobles y magnánimos […] ¿por qué no podemos competir con los hombres? ¿Sólo ellos merecen la gloria? […] también deseamos obtener una corona cívica y reclamar el derecho de morir por la libertad, una libertad aun más cara para nosotros, pues nuestros sufrimientos bajo el despotismo han sido más hondos.”

Es proclamada La primera amazona de la Libertad, y defiende, ardorosamente, los derechos de las mujeres al igual que otras "feministas" del momento como Olympe de Gouges o Madame Roland, pero a diferencia de ellas Theróigne apoya también la extrema violencia de los jacobinos.

Manteniendo la idea de defender los derechos de la mujer presentó una solicitud a la Asamblea:

Señores:
Esperamos que, animados por este espíritu de justicia, nos otorguéis: 
1ro: Un permiso para que nos sea posible poseer lanzas, pistolas y sables, y hasta fusiles para las que tuvieran la fuerza para usarlos, para lo cual nos someteremos a los reglamentos de la policía. 
2do: Otro para reunirnos los días de fiesta y los domingos en el Campo de la Federación u otros sitios adecuados, con el fin de ejercitarnos en el manejo de dichas armas.

No obstante, a fines de 1792 Théroigne empieza a perder popularidad debido a su creciente rechazo hacia las matanzas alentadas por los jacobinos radicales como Robespierre o Hébert.

En mayo de 1793, en el jardín de las Tullerías, Théroigne es acusada de apoyar a Brissot, devenido líder de los girondinos, luego es apaleada y despojada de sus vestiduras por un grupo de airadas mujeres del partido jacobino, que la azotan semidesnuda en las calles durante horas, tal violencia sólo se detuvo tras una orden del líder jacobino Jean Paul Marat.


Este acto humillante y su opinión de una revolución fracasada precipitan a Théroigne paulatinamente hacia la demencia: empieza a rechazar las vestimentas y a recluirse desnuda en su casa, arrojando sobre su cuerpo baldes de agua helada, poco después es internada en un manicomio.

Aunque despreciada por los más extremistas, su locura la salva de la guillotina pero la condena al ostracismo y pone abrupto fin a su participación en la vida social y política, al punto que Théroigne ya no es testigo del fin de la Revolución con la Reacción termidoriana y el encumbramiento del Directorio.


Un año más tarde de haber sufrido la golpisa por parte de las jacobinas, su hermano pide su tutela para manejar sus intereses financieros declarándola demente, se reconoce oficialmente loca y a principios de 1795 contando con 32 años, fue internada por su hermano en la casa del Faubourg Saint-Marceau Folles, en 1797 fue trasladada al Hospicio del Gran Hotel-Dieu y el 9 de diciembre de 1799, en la Casa de Locos de la Salpêtrière, fundado porPhilippe Pinel, donde quedó internada cerca de diez años hasta su muerte.

Su existencia inspiró a Charles Baudelaire quien le dedicó unas líneas en su obra poética Las flores del mal con los versos son los siguientes: “¿Habéis visto a Théroigne, amante de las matanzas, / excitando al asalto a un pueblo sin calzado, / con las mejillas y los ojos de fuego, representando a su personaje, / y subiendo, con el sable en la mano, las escaleras reales?”

Hasta sus últimos días conservó restos de hermosura, notándose particularmente la perfección de sus pies y manos.


Murió el 9 de junio de 1817 en el Hospital de la Salpétriére de París, tras veinticuatro años de ostracismo y sin haber recuperado la razón.

domingo, 9 de agosto de 2015

DOS MÁQUINAS DE COSER, EN VEZ DE UNA, DOS: Una anécdota de EVITA PERON

DOS MÁQUINAS DE COSER, EN VEZ DE UNA, DOS: Una anécdota de EVITA PERON


EVA PERON


Una de las ayudas que entregaba la Fundación, eran las máquinas de coser. Un instrumento invalorable para muchas familias argentinas de aquel entonces, porque significaba la posibilidad concreta de arreglar en casa, sin gastos extras, la ropa dañada, fabricar la propia y algo importantísimo, era una herramienta de trabajo con la cual se ganaba el sustento muchísima gente.

Leemos lo siguiente:

“…Cierto día se presenta una anciana ante los encargados de conceder las audiencias. Era cara conocida, como que había estado ya con Eva unos días antes. Los empleados le dicen:

-Mire abuela, la señora no podrá recibirla hoy. Tiene mucho trabajo.
-Yo no quiero nada…Sólo quería verla a Evita. Por favor, déjeme verla…

Eva Perón, con el oído atento, ha escuchado el diálogo. Se asoma a la sala de espera y hace pasar a la anciana; cuando esta se va, lleva consigo una máquina de coser. Al fin de la jornada, el empleado de audiencias se acerca a Eva y le dice:

-Perdone señora…Yo no quería dejar pasar a la viejita porque en este mes ya ha venido dos veces y aprovechándose de su bondad ha conseguido dos máquinas de coser en vez de una. Se aprovecha de su bondad, señora.
Eva, con tristeza pero con energía le responde.
-Mirá…a estas pobres, durante siglos les han negado todo…todo, ¿entendés? Y ahora, vos te hacés problema porque agarra dos veces una misma cosa; al fin y al cabo sólo lleva un instrumento de trabajo.


Una visitadora social comprueba más tarde que la presunción generosa de Evita no ha sido defraudada: madre e hija pedaleaban infatigablemente en las dos máquinas.”

EL CLAN PUCCIO: ARQUÍMEDES PUCCIO, SU FAMILIA Y BANDA

EL CLAN PUCCIO: ARQUÍMEDES PUCCIO, SU FAMILIA Y BANDA 



Quienes recorrieron los pasillos de la Municipalidad de Buenos Aires durante la intervención a la misma de Leopoldo Frenkel, (4 de junio al 6 de agosto de 1973) deben recordar la vinculación de Arquimedes Puccio con la Secretaría de Deportes y la relación de ésta con Lopez Rega. En dicha época Puccio y su gente hacía ostentación de armas largas y recorrían el edificio municipal como “dueños” del mismo y fueron considerados como un embrión de la Triple A.
Recordemos también que Frenkel es sindicado como el facilitador al Cnel. Osinde de la infraestructura de transporte y comunicación para la organización del acto de Ezeiza, el 20 de junio de 1973.
Leopoldo Frenkel se encontraba al frente del Consejo de Planeamiento desde 1971, un órgano que salió a competir desde la derecha con los Equipos Político-Técnicos de la JP.
Paradojalmente, luego de su detención, pretendió alegar inocencia y que la persecución que sufría era por haber pertenecido al peronismo revolucionario.

Arquímedes Puccio nació en Barracas el 14 de septiembre de 1929 y murió en General Pico el 4 de mayo de 2013). Era el mayor de tres hermanos. Contrajo matrimonio con la profesora de contabilidad y matemática Epifanía Ángeles Calvo, con quien tuvo cinco hijos: Alejandro, Silvia, Daniel, Guillermo y Adriana.
Fue mayormente conocido por haber sido el cerebro del "clan Puccio",
conformado por uno de sus hijos y algunos secuaces, quienes entre 1982 y 1985 secuestraron y asesinaron a los empresarios Ricardo Manoukian, Eduardo Aulet, y Emilio Naum.

El clan fue descubierto por la policía al momento de cobrar el rescate de la empresaria Nélida Bollini de Prado gracias a la denuncia de los familiares de la víctima, quien logró sobrevivir a sus captores.

Sus dos hijos, Daniel y Alejandro tuvieron algún vinculo con los hechos delictivos.

Sus secuaces fueron el Coronel retirado Rodolfo Victoriano Franco (quien lo conoció por su paso en la Triple A), Guillermo Fernández Laborda y Roberto Díaz.

Puccio egresó del Colegio Comercial Hipólito Vieytes de Buenos Aires, se recibió de contador en la Facultad de Ciencias Económicas. Entre 1947 y 1964 fue Vicecónsul en el Ministerio de Relaciones Exteriores. Fue empresario, miembro de la SIDE e integrante de la Alianza Anticomunista.  Realizó misiones de correo diplomático en Madrid. En 1973 concurrió a la Escuela Superior de Conducción Política que dependía del Movimiento Nacional Justicialista.
Durante esa época fue nombrado subsecretario de Deportes de la Municipalidad de Buenos Aires.
Puccio con Laborda llegaron a ser miembros del Servicio de Inteligencia de la Fuerza Aérea.                                                                                                                                         

Terminado el proceso, Los Puccio, fueron conocidos como una familia que vivía en San Isidro, tenían un local de artículos de deportes náuticos en la planta baja de su vivienda, ubicada en Martín y Omar al 500. También eran dueños de un bar que funcionaba en el edificio de al lado. A Arquímedes, jefe de la familia, se lo veía permanentemente barriendo la vereda, a cualquier hora. La suya y la del frente. Le decían "el loco de la escoba".

Pero esa conducta aparentemente inocente ocultaba algo que saldría a la luz años más tarde: que barría para tapar los ruidos que provenían del sótano en donde retenían a sus víctimas.

LOS SECUESTROS

Eduardo Aulet, el 5 de mayo de 1983; Emilio Naum, el 22 de junio de 1984; Ricardo Manoukian, el 22 de julio de 1982 y Nélida Bollini de Prado, el 23 de julio de 1985.

Además de los cuatro secuestros conocidos, la policía en su momento sospechaba que el clan tuviera relación con otros secuestros acontecidos algunos años antes. Puccio había sido acusado de secuestrar a un empresario de Bonafide en 1973. Dicha acusación no prosperó y fue sobreseído por falta de pruebas.

El clan tenía planeado secuestrar a unas diez personas, según una lista escrita en un papel que la policía encontró al allanar la casa de los Puccio cuando el clan fue desbaratado.

La primera víctima se trató de Ricardo Manoukian de 23 años de edad, fue secuestrado el 22 de julio de 1982. Su familia pago un rescate de 250.000 dólares, pero Manoukian fue asesinado el 30 de julio con tres disparos en la cabeza. Manoukian era un conocido de Alejandro Puccio (jugador del CASI), hijo de Arquímedes.

El 5 de mayo de 1983 el clan secuestro a Eduardo Aulet, un ingeniero industrial jugador del CASI, fue capturado cuando se dirigía a su trabajo en su vehículo. Su familia pago 150.000 dólares de rescate, pero Aulet fue asesinado, su cuerpo apareció cuatro años más tarde.

El clan decidió emprender su tercer secuestro, la víctima sería el empresario Emilio Naum. El plan era que Puccio, quien conocía bien a su victima, lo parara mientras Naum se trasladaba en su auto para que lo acercase a unas pocas calles, y allí emprender el secuestro. Pero al momento de llevar a cabo el acto, Naum se resistió aún cuando tenía dos hombres que intentaban reducirlo, uno de los secuaces de Puccio lo ejecutó con un tiro de pistola, y el clan se dio a la fuga.

La cuarta víctima se salvó porque entró la Policía. El 23 de agosto de 1985 la policía allanó por sorpresa la casa de los Puccio, cuando el clan había efectuado su cuarto secuestro, la empresaria Nélida Bollini de Prado. Esta llevaba un mes en cautiverio, la policía tenía sospechas sobre la familia. Cuando llegaron las fuerzas del orden, estaba atada al piso del temible sótano de los Puccio. Alejandro y su novia estaban en la casa cuando llegó la policía. El resto del clan fue detenido cuando intentaba cobrar el rescate.

Una semana después de las detenciones, el CASI salió campeón. Pero Alejandro no vivió esa alegría. Pasaron casi tres meses para que al rugbier le tocara ir a declarar al Palacio de Justicia. La presión fue demasiada y antes de llegar a la sala se lanzó desde el quinto piso del edificio. Cayó sobre un puesto del vestíbulo de la planta baja, pero sobrevivió.

En diciembre de ese año Arquímedes Puccio fue condenado a reclusión perpetua más la accesoria por tiempo indeterminado. Fue liberado en abril de 1997, por la ley del 2x1. Volvió a ser detenido a fines de los 90 porque la Justicia entendió que su liberación no había sido correcta.

Alejandro, su hijo mayor, con una prometedora carrera de rugbier (llegó a jugar en Los Pumas), también recibió una dura condena. Intentó suicidarse cuatro veces: se ahorcó, se tragó cartuchos de máquina de afeitar, se electrocutó, y se tiró del quinto piso de Tribunales. Este último intento le dejó las secuelas más graves que le produjeron la infección que terminó con su vida en 2008. Daniel, el hijo menor, tuvo participación únicamente en el último secuestro y estuvo preso tres años.

Por su parte, a las mujeres de la familia, Epifanía, Silvia y Adriana, nunca pudo probarse su participación en los secuestros.

Alejandro falleció en 2008, y su abogado aseguró que la muerte estuvo relacionada a las secuelas de ese intento de suicidio en el Palacio de Justicia.


Arquímedes, el líder del clan, también fue condenado a reclusión perpetua más accesoria por tiempo indeterminado. Estuvo en prisión durante 23 años, hasta que la Justicia determinó que por el régimen del 2x1 debían computársele 53 años y ocho meses de prisión. Por ese motivo, fue beneficiado con la libertad condicional. Se fue a vivir a la casa de un pastor evangelista, en General Pico, provincia de La Pampa. Murió en mayo de 2013, a sus 84 años, por una complicación derivada de un accidente cerebrovascular.


Ni Arquímedes y Alejandro reconocieron jamás ser los autores de los secuestros y asesinatos. Para los investigadores también formaron parte de esta organización criminal Daniel Puccio, otro de los hijos de Arquímedes, el militar retirado Rodolfo Franco y sus amigos Guillermo Fernández Laborde y Roberto Oscar Díaz.

sábado, 8 de agosto de 2015

MARÍA LORETO SANCHEZ PEÓN DE FRIAS “Espía y correo de Guemes”

MARÍA LORETO SANCHEZ PEÓN DE FRIAS “Espía y correo de Guemes”



Doña Loreto, fue una de las damas salteñas que desempeñaron una importante función en la guerra por la emancipación, haciendo de correo para los patriotas. Era de fina belleza, cabellos oscuros y ojos claros. Su esmerada educación le permitió desenvolverse en las más altas esferas sociales a la que pertenecía, entrando en amistad con la oficialidad del Ejército realista sin que estos se percataran de su doble vida.

Nació el 3 de enero de 1777 en Salta y murió ya viuda y centenaria el 10 de agosto de l870. Era hija de Don Ramón Sánchez Peón, hábil comerciante natural de Asturias y de Doña María Antonia Avila. Se casó con el patriota Pedro José Frías. Su descendencia, también se destacó desde temprana edad en la lucha por la independencia, Eustaquio y Pedro Frías, con quienes formó un sólido equipo.

Durante la guerra casi todos los hombres se ausentaron de Salta, muchas familias migraron, quedando en la ciudad solo valientes mujeres, niños y mayores con impedimentos físicos. Sin embargo, Salta era famosa por la actividad social, por sus fiestas y cultura, este ritmo no se interrumpió, ya que los realistas disfrutaban y admiraban este ambiente, organizaban bailes a los que asistían las jóvenes salteñas. Según testimonio del General Tomas Iriarte, quién describe a la sociedad salteña como muy culta, amable y dada a las fiestas, habitaban bellas mujeres, casándose muchas con oficiales realistas.

María Loreto, dirigió a un grupo de distinguidas damas, sus amigas de mayor confianza, entre las que se hallaban Doña Juana Moro de López, Petrona Arias y Juana Torino, entre otras valientes “Bomberas”, que ayudadas por sus hijos pequeños y sus criados espiaban al enemigo realista e informaban a los patriotas, aprovechando de su sociabilidad y afición a las fiestas.

Así, Doña María Loreto, secretamente pasó a ser la Jefa de Inteligencia de la Vanguardia del Ejército del Norte y como tal autora de un plan continental de “Bomberas” que fue aprobado y autorizado por el General Güemes. Para cumplir con ello se contactó con otros patriotas del Norte, como Antonio Álvarez de Arenales y Juana Azurduy de Padilla.

En estas actividades estuvo Doña Loreto desde 1812, en tiempos del General Belgrano, hasta 1822, en todo el periodo de la Guerra Gaucha con el General Güemes.

Para conseguir su objetivo, vendía pan y pastelillos al ejército realista, a la hora de pasar lista, se sentaba en un rincón, en cuclillas, como lo hacían las criollas, silenciosamente tomaba conociendo de la cantidad de soldados que había, llevando cuenta en dos bolsitas de maíz, una para los presentes y otra para los ausentes.

En el hueco de un árbol, a orillas del río Arias, depositaba los mensajes para el Coronel Luis Burela y retiraba los que le estaban dirigidos a ella.

Como muestra de su valor, se cuenta que en 1817, el General La Serna, había planeado una entrada al Valle Calchaquí y para distraer a los salteños organizó un baile, pero Doña Loreto allí se entera por boca de un oficial encandilado con su belleza, de la mentada expedición. Sin demora y aun siendo de noche, monta un caballo y da aviso a los patriotas, que pudieron organizar la defensa y derrotar al enemigo.
En otras oportunidades, vestida de gaucho, de noche salía a cabalgar internándose en el monte, por senderos solo por ella conocidos, para encontrarse con sus compañeros de causa.

Disfrazada de india, se sentaba en los portales a vender pasteles y espiar. Sus criados llevaban a las “Bomberas” sus mensajes.

Los realistas entraron en sospechas de las actividades de las damas salteñas y comenzaron a vigilarlas. Así es como pasó Doña Loreto la experiencia de estar presa en el Cabildo, mientras su Esposo estaba en Guachipas y partía hacía allí la expedición realista. Las “Bomberas” inmediatamente se organizaron para dar aviso.

Su firme convicción por la causa patria, no le permitió flaquezas, efectuando actos increíbles para la época y para una delicada Dama.

Así pasaron los años, terminó la guerra por la independencia y comenzaron las civiles entre unitarios y federales. Doña Loreto, siempre activa, fue testigo de la organización constitucional y modernización del país en la segunda mitad del siglo XIX. Seguramente, su longevidad fue fruto de su agitada vida y sabia discreción.

Por: Prof. Ercilia Navamuel

BIBLIOGRAFÍA
Frías, Bernardo: 1973, Historia del General Güemes. Ed. Depalma. Buenos Aires.
Frías, Bernardo: 1929, Tradiciones Históricas. Buenos Aires.
Güemes, Luis: 1990, Güemes Documentado. Plus Ultra. Buenos Aires.
Vitry, Roberto: 2000, Mujeres Salteñas. Ed. Hanne. Salta.
Villafañe, Benjamín: 1953, Las Mujeres de Antaño en el Noroeste Argentino. B.A.

Drucaroff, Elsa: 1999, La Patria de las Mujeres. Ed. Sudamericana. B.A.

viernes, 7 de agosto de 2015

JUANA MORO "LA EMPAREDADA" Mujer de la Independencia

JUANA MORO "LA EMPAREDADA" Mujer de la Independencia
  

JUANA MORO, (1785-1874 nacida en Jujuy, durante las guerras de independencia, lideró en Salta, junto con Doña Loreto Sanchéz de Peón, una red de espionaje femenina conocida como Las Mujeres de la Independencia.

Juana Moro nació el 26 de mayo de 1785 en San Salvador de Jujuy, hija del escribano, coronel de los Reales Ejércitos y funcionario español, Juan Antonio Moro Díaz y de Faustina Rosa de Aguirre Pondal, viuda de Francisco Sánchez Taibo.
Su padre, Juan Antonio Moro Díaz, fue hombre de confianza del gobernador de la Intendencia de Salta del TucumánRamón García de León y Pizarro y contribuyó a la fundación de San Ramón de la Nueva Orán, siendo nombrado Segundo Regidor y Alcalde Mayor.

Juana se casó en octubre de 1802 con el coronel Jerónimo López, estableciéndose en la ciudad de Salta. Al iniciarse la guerra de la independencia adhirió fervientemente a la causa patriota.

Ocupada su ciudad por las fuerzas realistas, en 1813 ante el avance de los ejércitos patriotas al mando de Manuel Belgrano, y en concurso con otras damas salteñas intentó conquistar para la causa patriota a algunos oficiales realistas.

Juana, humildemente vestida, se trasladaba a caballo espiando recursos y movimientos del enemigo. Sólo en una oportunidad fue apresada y obligada a cargar pesadas cadenas que no consiguieron que confesara o delatara a sus compañeros.

En el año 1814, después de invadir Jujuy y Salta, el Jefe realista, Joaquín de la Pezuela, le informa al virrey del Perú:

«Los gauchos nos hacen casi con impunidad una guerra lenta pero fatigosa y perjudicial. A todo esto se agrega otra no menos perjudicial que es la de ser avisados por horas de nuestros movimientos y proyectos por medio de los habitantes de estas estancias y principalmente de las mujeres, cada una de ellas es una espía vigilante y puntual para transmitir las ocurrencias más diminutas de éste Ejército». 

La comunicación, interceptada por los patriotas, es un claro testimonio de la actuación de las mujeres. Una de las que desvelaba al jefe realista era la jujeña Juana Moro de López, delicada dama que humildemente vestida se trasladaba a caballo espiando recursos y movimientos del enemigo. 

En una oportunidad fue apresada y obligada a cargar pesadas cadenas, pero no delató a los patriotas. Sufrió el castigo más grave. Cuando Pezuela invadió Jujuy y Salta. Juana fue detenida y condenada por espionaje a morir tapiada en su propio hogar. Días más tarde una familia vecina, condolida de su terrible destino, oradó la pared y le proveyó agua y alimentos hasta que los realistas fueron expulsados. 

Fue emparedada a los 29 años, pero murió centenaria. A consecuencia de la difícil situación que atravesó fue su apodo: «La Emparedada».

Años después de finalizada la guerra y consolidada la independencia Argentina continuaría desempeñando un papel destacado en la sociedad salteña. Así, integró el grupo de damas salteñas que se dirigió al gobierno "lamentando la postergación a que se relega al sexo femenino al no permitírseles jurar la Constitución Nacional".

Juana Moro murió en 1874.

En su honor Giménez y Canqui Chazarreta escribieron la zamba La Juana Moro, que dice en dos de sus estrofas:

Cuando fue sometida
la tierra gaucha
llevaba los mensajes
al paisanaje en batalla.

Llegando al río Arias
desde Quebrada del Toro
con un parte guerrero
la sorprendieron los godos
pero guardó el secreto
a los nuestros, la Juana Moro.

Fue mujer y fue leona
entre todas, la Juana Moro.

Tuvo al menos una hija, Serafina López Moro, y dos hijos, Ramón López Moro y el doctor Bernabé López (1808-1880), intendentes de Salta, ministro de gobierno de la provincia en dos oportunidades, Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto en la presidencia de Justo José de Urquiza y uno de los principales gestores de laLiga del Norte contra Juan Manuel de Rosas.



Fuentes:

- La Gazeta Federal 
www.lagazeta.com.ar ¡Gracias!







miércoles, 5 de agosto de 2015

Decreto concediendo la suma del poder público a Rosas

Decreto concediendo la suma del poder público a Rosas


Juan Manuel de Rosas fue gobernador de la provincia de Buenos Aires entre 1829 y 1832. En marzo de 1835, las Provincias Unidas estaban convulsionadas nuevamente tras el brutal asesinato del líder federal del interior, Facundo Quiroga, y por las constantes conspiraciones de signo unitario protagonizadas por los exiliados que residían tanto en la Banda Oriental como en Chile. Por ello la Sala de Representantes de la provincia lo llamó para ofrecerle nuevamente el gobierno.
Rosas se negó en varias oportunidades. Ante la insistencia Rosas condicionó su aceptación a presidir un nuevo gobierno a que se le otorgasen no ya las facultades extraordinarias con las que había conducido el Estado en su anterior experiencia, sino con la suma del poder público. Esto es, que en su persona asumiría las funciones propias del Poder Ejecutivo, sumadas eventualmente a atribuciones legislativas y judiciales.


Este es el texto de decreto por el cual se le otorga la suma del poder público:

LEY

SANCIONADA

POR LA

HONORABLR SALA DE REPRESENTANTES

EN 7 DE MARZO DE 1935

Año 26 de la Libertad y 20 de la Independencia.

Al Presidente de la H. Sala, Encargado del Poder Ejecutivo de la

La H. Sala de Representantes en uso de la soberanía ordinaria y extraordinaria que Provincia ha tenido a bien en  orden de esta fecha sancionar con valor y fuerza de ley lo siguiente:


Art. 1. - Queda nombrado Gobernador y Capitán General de la Provincia por el término de cinco años, el Brigadier General D. Juan Manuel de Rosas.

2° Se deposita toda la suma del poder público de la Provincia en la persona del Brigadier General D. Juan Manuel de Rosas sin más restricciones que las siguientes.

1. Que deberá conservar, defender y proteger la Religión Católica Apostólica Romana.

2. Que deberá sostener y defender la causa nacional de la Federación que han proclamado todos los pueblos de la República.

3° El ejercicio de este poder extraordinario durará por todo el tiempo que a juicio del Gobierno electo fuese necesario.

4° Transcríbase esta resolución al expresado Brigadier General, para que se persone en esta Sala el Miércoles 11 del corriente a las 11 del día a tomar posesión del poder que se le confía, prestando juramento de ejercerle fielmente y del modo que crea mas conveniente al bien de esta Provincia y de toda la República en general.

5° Líbrese el correspondiente despacho firmado por el Vice-Presidente 1° de la Sala, autorizado por el Secretario de la misma, y sellado con el sello de la Representación.

6° Comuníquese al Poder Ejecutivo en la forma acordada.

Dios guarde a V. E. muchos años.


Manuel G. Pinto - Eduardo Lahitte