viernes, 7 de agosto de 2015

JUANA MORO "LA EMPAREDADA" Mujer de la Independencia

JUANA MORO "LA EMPAREDADA" Mujer de la Independencia
  

JUANA MORO, (1785-1874 nacida en Jujuy, durante las guerras de independencia, lideró en Salta, junto con Doña Loreto Sanchéz de Peón, una red de espionaje femenina conocida como Las Mujeres de la Independencia.

Juana Moro nació el 26 de mayo de 1785 en San Salvador de Jujuy, hija del escribano, coronel de los Reales Ejércitos y funcionario español, Juan Antonio Moro Díaz y de Faustina Rosa de Aguirre Pondal, viuda de Francisco Sánchez Taibo.
Su padre, Juan Antonio Moro Díaz, fue hombre de confianza del gobernador de la Intendencia de Salta del TucumánRamón García de León y Pizarro y contribuyó a la fundación de San Ramón de la Nueva Orán, siendo nombrado Segundo Regidor y Alcalde Mayor.

Juana se casó en octubre de 1802 con el coronel Jerónimo López, estableciéndose en la ciudad de Salta. Al iniciarse la guerra de la independencia adhirió fervientemente a la causa patriota.

Ocupada su ciudad por las fuerzas realistas, en 1813 ante el avance de los ejércitos patriotas al mando de Manuel Belgrano, y en concurso con otras damas salteñas intentó conquistar para la causa patriota a algunos oficiales realistas.

Juana, humildemente vestida, se trasladaba a caballo espiando recursos y movimientos del enemigo. Sólo en una oportunidad fue apresada y obligada a cargar pesadas cadenas que no consiguieron que confesara o delatara a sus compañeros.

En el año 1814, después de invadir Jujuy y Salta, el Jefe realista, Joaquín de la Pezuela, le informa al virrey del Perú:

«Los gauchos nos hacen casi con impunidad una guerra lenta pero fatigosa y perjudicial. A todo esto se agrega otra no menos perjudicial que es la de ser avisados por horas de nuestros movimientos y proyectos por medio de los habitantes de estas estancias y principalmente de las mujeres, cada una de ellas es una espía vigilante y puntual para transmitir las ocurrencias más diminutas de éste Ejército». 

La comunicación, interceptada por los patriotas, es un claro testimonio de la actuación de las mujeres. Una de las que desvelaba al jefe realista era la jujeña Juana Moro de López, delicada dama que humildemente vestida se trasladaba a caballo espiando recursos y movimientos del enemigo. 

En una oportunidad fue apresada y obligada a cargar pesadas cadenas, pero no delató a los patriotas. Sufrió el castigo más grave. Cuando Pezuela invadió Jujuy y Salta. Juana fue detenida y condenada por espionaje a morir tapiada en su propio hogar. Días más tarde una familia vecina, condolida de su terrible destino, oradó la pared y le proveyó agua y alimentos hasta que los realistas fueron expulsados. 

Fue emparedada a los 29 años, pero murió centenaria. A consecuencia de la difícil situación que atravesó fue su apodo: «La Emparedada».

Años después de finalizada la guerra y consolidada la independencia Argentina continuaría desempeñando un papel destacado en la sociedad salteña. Así, integró el grupo de damas salteñas que se dirigió al gobierno "lamentando la postergación a que se relega al sexo femenino al no permitírseles jurar la Constitución Nacional".

Juana Moro murió en 1874.

En su honor Giménez y Canqui Chazarreta escribieron la zamba La Juana Moro, que dice en dos de sus estrofas:

Cuando fue sometida
la tierra gaucha
llevaba los mensajes
al paisanaje en batalla.

Llegando al río Arias
desde Quebrada del Toro
con un parte guerrero
la sorprendieron los godos
pero guardó el secreto
a los nuestros, la Juana Moro.

Fue mujer y fue leona
entre todas, la Juana Moro.

Tuvo al menos una hija, Serafina López Moro, y dos hijos, Ramón López Moro y el doctor Bernabé López (1808-1880), intendentes de Salta, ministro de gobierno de la provincia en dos oportunidades, Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto en la presidencia de Justo José de Urquiza y uno de los principales gestores de laLiga del Norte contra Juan Manuel de Rosas.



Fuentes:

- La Gazeta Federal 
www.lagazeta.com.ar ¡Gracias!







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