miércoles, 17 de junio de 2015

17 de octubre QUÉ DECÍAN EN 1945

17 de octubre QUÉ DECÍAN EN 1945




Daniel Mancuso en la Naky y en su Blog "MANCUSO" publicó un interesante estudio sobre lo que dijo la oposición en ése entonces sobre el 17 de octubre, que quiero compartir.     
       
¿Qué opinaron sobre el 17 de octubre los partidos políticos y los intelectuales de entonces?

¿Por qué algunas declaraciones son tan parecidas a las que podemos leer hoy en La Nación, Clarín o Perfil?

¿Es cierto que la historia se repite primero como tragedia y después como farsa?

¿Es la oposición gorila actual un mamarracho patético de la Unión Democrática de aquella época?



« El 17 de octubre fue preparado por la Policía Federal y la Oficina de Trabajo y Previsión, convertida en una gran máquina de propaganda tipo fascista... » 
(Unión Cívica Radical)


« Se iniciaba un largo y doloroso período, pues quienes lo habían planeado habían logrado desencadenar un movimiento de masas que acompañaría a la dictadura. Con el caer de la tarde, la tristeza me dominó ».
(Américo Ghioldi)



« ...Es impresión generalizada que a menos que la oposición reaccione rápidamente, el apoyo popular a Perón crecerá como una bola de nieve permitiéndole competir electoralmente, como candidato del pueblo, con mejores posibilidades de las que se le asignaban hasta ahora... La rehabilitación de Perón se hará sentir en los países vecinos. ..Esto ha fortalecido la posibilidad de formación de un bloque de dictaduras en América del Sur, amigo de Rusia y hostil hacia los Estados Unidos ». 
(Embajada de los Estados Unidos)


« En los bajíos y entresijos de la sociedad hay acumuladas miseria, dolor, ignorancia, indigencia más mental que física, infelicidad y sufrimiento. Cuando un cataclismo social o un estímulo de la policía moviliza las fuerzas latentes del resentimiento, cortan todas las contenciones morales, dan libertad a las potencias incontroladas, la parte del que pueblo que vive ese resentimiento y acaso para su resentimiento, se desborda en las calles, amenaza, vocifera, atropella, asalta a diarios , persigue en su furia demoníaca a los propios adalides permanentes y responsables de su elevación y dignificación ». 
(Partido Socialista)


« Cuando en la época de nuestra famosa Unión Democrática, tantos intelectuales de izquierda marchábamos al lado de conservadores como Santamarina y señoras de la sociedad, deberíamos haber sospechado que algo estaba funcionando mal ».
(Ernesto Sábato)
       

« El malevaje peronista, repitiendo escenas dignas de la época de Rosas y remedando lo ocurrido en los orígenes del fascismo en Italia y Alemania, demostró lo que era, arrojándose contra la población indefensa, contra el hogar, contra las casas de comercio, contra el pudor y la honestidad, contra la decencia, contra la cultura e imponiendo el paro oficial, pistola en mano y con la colaboración de la policía que ese día y al día siguiente, entregó las calles de la ciudad al peronismo bárbaro y desatado » . 
(Partido Comunista)


« No sólo por los bombos, platillos, triángulos y otros improvisados instrumentos de percusión (esa gente) me recuerda las murgas de carnaval, sino también por su indumentaria: parecen disfrazados de menesterosos. Me pregunto de qué suburbio alejado provienen esos hombres y mujeres casi harapientos, muchos de ellos con vinchas que, como a los indios de los malones, les ciñen la frente y casi todos desgreñados. ¿O será que el día gris y pesado o una urgente convocatoria, les ha impedido a estos trabajadores tomarse el tiempo de salir a la calle bien entrazados o bien peinados, como es su costumbre ¿ O habrán surgido de ámbitos cuya existencia yo desconozco ». (María Rosa Oliver, escritora)
       

« El 17 de octubre es uno de los tantos golpes de cuartel ». (Grupo Obrero Marxista)


« ...Había dos países en octubre de 1945: el país elegante y simpático con sus intelectuales y su sociedad distinguida sustentada en su clientela "romana" y el país de ‘la corte de los milagros’ que mostró entonces toda su rabia y toda su fuerza. ¡Nueve días que sacudieron al país! ¡Nueve días en que la verdad se desnudó! ¡Nueve días que cierran una época e inauguran otra!... Desde luego, el odio no es el único ingrediente del peronismo pero es el fundamental, el cemento que aglutinó a las masas en torno a Perón ». (Emilio Hardoy, dirigente conservador)


« El país era otro país y no quisieron entenderlo... El 17 de octubre, más que representar la victoria de una clase, es la presencia del nuevo país con su vanguardia más combatiente y que más pronto tomó contacto con la realidad propia ». (Arturo Jauretche)
       

« Era el subsuelo de la Patria sublevado... Eramos briznas de multitud y el alma de todos nos redimía. Presentía que la historia estaba pasando junto a nosotros y nos acariciaba suavemente, como la brisa fresca del río.. Lo que yo había soñado e intuído durante muchos años estaba allí presente, corpóreo, tenso, multifacetado, pero único en el espíritu conjunto. Eran los hombres que están solos y esperan que iniciaban sus tareas de reivindicación. El espíritu de la tierra estaba presente como nunca creí verlo ».(Raúl Scalabrini Ortiz)


« ¿Cómo?, se preguntaban los figurones de la oligarquía, azorados y ensombrecidos, ¿pero es que los obreros no eran esos gremialistas juiciosos a quienes Juan B. Justo había adoctrinado sobre las ventajas de comprar porotos baratos en las cooperativas? ». (Jorge A. Ramos)


« Estábamos en el medio de la multitud, sumamente emocionados. Y advertí que en el rostro de Nicolás Olivari corría un lagrimón ». (Alberto Vanasco)
       

« El malón peronista -con protección oficial y asesoramiento policial- que azotó al país, ha provocado rápidamente -por su gravedad- la exteriorización del repudio popular de todos los sectores de la República en millares de protestas... Se plantea así para nuestros militantes, una serie de tareas que para mayor claridad, hemos agrupado en dos rangos: higienización democrática y clarificación política. Es decir, por un lado, barrer con el peronismo y todo aquello que de alguna manera sea su expresión: por el otro, llevar adelante una campaña de esclarecimiento de los problemas nacionales, la forma de resolverlos y explicar ante las amplias masas de nuestro pueblo, más aún que lo hecho hasta hoy, lo que la demagogia peronista representa.


» En el primer orden, nuestros camaradas deben organizar y organizarse para la lucha contra el peronismo hasta su aniquilamiento. Corresponde aquí también señalar la gran tarea de limpiar las paredes y las calles de nuestras ciudades de las inmundas ‘pintadas’ peronistas. Que no quede barrio o pueblo sin organizar las brigadas de reorganización democrática. Nuestras mujeres ...deben visitar las casas de familia, comercios, etc, reclamando la acción coordinada y unánime contra el peronismo y sus hordas. Perón es el enemigo número uno del pueblo argentino » (Declaración del Partido Comunista) 


      

       
« Los acontecimientos de los días 17 y 18 de este mes han dejado perplejos y confundidos a los stalinistas, socialistas y en general a toda la pequeña burguesía que se hallaba bajo el influjo ideológico de la oligarquía y del imperialismo... La misma masa popular que antes gritaba ¡Viva Yrigoyen!, grita ahora ¡Viva Perón!. Así como en el pasado se intentó explicar el éxito del yrigoyenismo aludiendo a la demagogia que atraía a la chusma, a las turbas pagadas, a la canalla de los bajos fondos, etc., así tratan, ahora, la gran prensa burguesa y sus aliados menores, los periódicos socialistas y stalinistas, de explicar los acontecimientos del 17 y 18 en iguales o parecidos términos. Con una variante: comparan la huelga a favor de Perón con las movilizaciones populares de Hitler y Mussolini.

» Identificar el nacionalismo de un país semicolonial con el de un país imperialista es una verdadera ‘proeza’ teórica que no merece siquiera ser tratada seriamente... La verdad es que Perón, al igual que antes Yrigoyen, da una expresion débil, inestable y en el fondo traicionera, pero expresión al fin, a los intereses nacionales del pueblo argentino. Al gritar ¡Viva Perón!, el proletariado expresa su repudio a los partidos pseudo-obreros cuyos principales esfuerzos en los últimos años estuvieron orientados en el sentido de empujar al país a la carnicería imperialista.

» Perón se les aparece, entre otras cosas, como el representante de una fuerza que resistió larga y obstinadamente esos intentos y como el patriota que procura defender al pueblo argentino de sus explotadores imperialistas. Ve que los más abiertos y declarados enemigos del coronel lo constituyen la cáfila de explotadores que querían enriquecerse vendiéndole al imperialismo angloyanqui, junto con la carne de sus novillos, la sangre del pueblo argentino... Aquellos que desconocen el sentido y la importancia de las tareas nacionales en nuestra revolución están incapacitados para comprender estos acontecimientos: en general, están incapacitados para comprender nada. Los que se engañaron tomando la movilización de estudiantes, burgueses y damas perfumadas (del 19 de setiembre) por los preludios de la ‘revolución’, juzgan a la huelga general de 17 y 18 de octubre como una especie de aberración que echa al suelo todas sus teorías. La aberración estaría, en todo caso, en que individuos que se denominan a sí mismos marxistas, se pongan del lado del imperialismo en sus escaramuzas con algunos sectores de nuestra burguesía semicolonial...

» Por primera vez, en muchos años, la clase obrera ha salido a la calle y ha influido de manera importante en el curso político del país...Las grandes masas explotadas se están poniendo de nuevo en movimiento ». (Grupo "Frente Obrero")



El mismo 17 de octubre, La Nación publica un telegrama donde « la opinión democrática argentina coincide con la posición de Mr. Braden respecto al problema de la libertad en América y desea expresar que consideraría como una actitud amistosa para nuestro pueblo y nuestra democracia su confirmación como secretario de Estado adjunto para los asuntos latinoamericanos ».
       
        Comunicación cursada al Dto. de Estado de los Estados Unidos.

Firman: 
Victoria Ocampo,
Adela Grondona,
Ana R. Schliepper de Martínez Guerrero,
Juan Antonio Solari,
Sara Alvarez de Ezcurra,
Alejandro Ceballos,
Raúl Monsegur,
Bernardo Houssay
y Mariana Sáenz Valiente de Grondona.
       


lunes, 15 de junio de 2015

Cacique Vicente Catrinao "Pincén"

Cacique Vicente Catrinao "Pincén"

 
 



El cacique Pincén fue amo y señor de las pampas argentinas.

Resistió hasta que pudo la Conquista del Desierto, que arrasó con vidas y tierras indígenas. Fue el terror de los fortines    
De haber nacido del otro lado de la frontera quizás hubiera conseguido chapa de héroe.

Tenía todos los ingredientes de lo heroico: un origen incierto, una vida transgrediendo los límites para lograr una sociedad más justa y un final que se pierde en la leyenda.

Pero el cacique Pincén no pudo ser un héroe oficial porque nació del lado de los que perdieron todo cuando, a fines del siglo XIX, la Conquista del Desierto avanzó sobre los indios, se apropió de las tierras de la pampa y consolidó para siempre el Estado en la Argentina.

Se llamaba Pincén.


Tenía 70 años cuando dejó que su alma también fuera apresada en cinco fotos tomadas poco después de su captura, en noviembre de 1878.

Mirando esa pequeña inmortalidad que le dio el fotógrafo Antonío Pozzo, con estudio en la calle Victoria (hoy Hipólito Yrigoyen) esquina San José, cuesta creer que ese viejo de porte digno, rodeado por sus mujeres e hijas, o simulando la actitud guerrera con lanza prestada boleadoras, pudiera encamar entonces todos los males de la sociedad

Sin embargo, según decía el ministro de Guerra y Marina, Adolfo Alsina, "Pincén es un indio indómito y perverso, azote del oeste y norte de la provincia (y) jamás se someterá, a no ser que, por un golpe de fortuna, nuestras fuerzas se apoderen de su chusma. Si esto último no sucede, Pincén se conservará rebelde aún dado el sometimiento de todas las otras tribus hostiles. Es el tipo del hijo del desierto, indómito y salvaje por placerá por costumbre y por instinto."
Un año después, el 11 de noviembre de 1878, en un telegrama al nuevo ministro Julio A. Roca (Alsina había fallecido), el coronel Conrrado Villegas le comunicaba su captura.


Pincén fue sentado sobre un matungo ayudado por su sobrino el capitanejo Mariano Pincén y con las manos atadas en la espalda con un tiento crudo, fue llevado a Trenque Lauquen, donde estaba acampando Villegas.
Allí se desarrolló la siguiente escena, que muchos años después recordaría un testigo presencial, doña Martina Pincén de Cheuquelén, nieta del cacique:
"...Estábamos todos nosotros (en Trenque La-quen) cuando vino el General (Villegas) y le habló, y el abuelo dijo: ¡No me maten! Pero después dijo: Si me van a matar que se salve mi familia. El cacique se paró, alto como era, blanco, estaba vestido de gaucho: chiripá y bota de potro, camiseta, camisa blanca. Y lo sacaron as4 con camisa y todo. Se lo llevaron. Estaban allí todos, la finada mamá, mi tía María. Se lo llevaron..."

LA LUCHA

La captura de Pincén marca el ocaso de la resistencia indígena que se inició un siglo antes, a mediados del siglo XVIII, cuando las incipientes estancias cercanas a la ciudad de Buenos Aires avanzaban sobre lo que era territorio indígena, ocupando progresivamente los campos donde los aborígenes se abastecían de ganado salvaje. 
Despojados de los campos y de su ganado, las comunidades comenzaron a asaltar las estancias con malones para conseguir alimento, tras lo cual los habitantes de Buenos Aires levantaron los primeros fortines, que fueron de hecho la primera frontera defendida por el Cuerpo de Blandengues, una especie de milicia formada por paisanos mal armados y mal pagados.

En las décadas siguientes, el desarrollo de la ganadería con visitas a su exportación desde el pujante puerto de Buenos Aires, reavivé la urgencia por expandir la frontera más allá del límite natural que trazaba el río Salado. 
Y si bien en un comienzo predominó la política de integración basada en tratados y negociaciones pacíficas con los indígenas
del sur las hambrunas y la pérdida progresiva de los territorios aumentó la virulencia de los malones indígenas. 
Entre 1868 y 1874, durante la presidencia de Sarmiento, el Ministro de Guerra Adolfo Alsina buscó frenar los ataques con el cavado de una zanja paralela a la línea de frontera, de unos 3 metros de ancho por 2 de profundidad, pero no tuvo éxito. 
Su sucesor, Julio Argentino Roca, se inclinó por asignar un gran presupuesto para armar un ejército que erradicara a los indios del territorio entre la frontera y el Río Negro. 
Y la estrategia fue exitosa: el avance de cinco divisiones de 2 mil hombres, bien vestidos, comidos y armados fue incontenible. 
De una población total indígena de unos 19 mil hombres y mujeres, la campaña al Desierto coseché:

- 5 caciques principales presos (entre los que estaba Pincén) y uno muerto (Baigorrita),
-1.271 indios de lanza presos.
-1.313 indios de lanza muertos.
-10.513 indios de chusma presos.
-1.049 indios reducidos.

Es en ese contexto donde resalta la figura del cacique Pincén, al frente de una tribu de no más de 1.500 indígenas con tolderías en Toay, a unos 22 krn al oeste de Guaminí, porque resistió hasta el final la colonización de sus tierras librada bajo la bandera del progreso y la civilización. 
Según explicó la investigadora Susana Rotker en su libro Las cautivas. Olvidos y memoria en la Argentina, la campaña al Desierto tenía móviles bastantes más materialistas:

"Entre 1822 y 1830, los Anchorena -primos de Juan Manuel de Rosas, uno de los más exitosos líderes de las llamadas campañas del desierto- acumularon 352.000 hectáreas de la pampa.

La conquista del desierto, comandada por Roca en 1878 y 1879 agregó unos 54 millones de hectáreas al "patrimonio nacional", que fueron entregadas en gran parte a especuladores y terratenientes, como ya era la tradición." 
 

 

viernes, 12 de junio de 2015

ROMA ANTIGUA: ENGAÑO Y VIOLACIÓN

ROMA ANTIGUA: ENGAÑO Y VIOLACIÓN



Paulina una dama virtuosa de noble linaje en Roma, estaba  casada  con un hombre llamado Saturnino, también de noble reputación. Pero un caballero llamado Decio Mundo estaba tan enamorado de ella que le ofreció 200.000 dracmas  áticas si accedía a acostarse con el una sola vez.

Habiendo ella rehusado, la liberta de Mundo, Ida, sobornó a los sacerdotes de Isis -diosa de la que Paulina era devota- para que le dijeran que el dios Anubis se había enamorado de ella, y que la invitaba a compartir con ella su mesa y cama en el templo, a lo que ella accedió.

Después de la cena, cuando las puertas fueron cerradas y las luces apagadas, Mundo, que estaba escondido allí, no fué rehusado cuando la quiso poseer. Mas aun, estuvo toda la noche entregándose a el, suponiendo que era el dios.

Pero dos días después, cuando Mundo le dijo que había adoptado  el nombre de Anubis y además se había ahorrado con ello una gran suma, ella, horrorizada, se lo dijo a su marido, que expuso lo sucedido al  emperador Tiberio.

Tiberio hizo crucificar a los sacerdotes y a Ida, arraso el templo, y ordeno que la estatua de Isis fuera echada al Tiber. Mundo recibió solo una sentencia de destierro, porque el suyo había sido un crimen pasional."
 

 

martes, 9 de junio de 2015

JOSÉ ILDEFONSO DE MACHAIN Mayor general y traidor al ejercito de Belgrano

JOSÉ ILDEFONSO DE MACHAIN 

Mayor general y traidor al ejercito de Belgrano




José Ildefonso de Machain nació en Asunción en 1778. Su padres fueron Juan de Machain Latiegui y Josefa Petrona Cálcena y Echeverría Aguiar. Estudió en el Real Colegio de San Carlos de Buenos Aires entre los años 1790 y 1794.
Siguió la carrera militar y para perfeccionarse partió a España. Allí se incorporó a la cuarta compañía de Compañía Española de Caballeros Americanos de la Guardia de Corps o españoles nacidos en América creada en 1792.
Intervino en el movimiento que ocasionó la caída y prisión de Manuel Godoy, en el Motín de Aranjuez y en su custodia en el castillo de Villaviciosa de Odón en Madrid.

Participó con su compañía en la Guerra de la Independencia Española contra las fuerzas invasoras de Napoleón Bonaparte, en la Batalla de Medina de Rioseco el 14 de julio de 1808 y en la campaña hasta la disolución del cuerpo en Logroño, pasando entonces al ejército del Centro.
Finalmente solicitó, alegando razones de salud, su licencia y traslado a Buenos Aires.
Cuando llegó a Buenos Aires se integró al cuerpo de Blandengues de la Frontera. El 10 de julio de 1810 solicitó permiso para "pasar al Paraguay á ver a su familia y arreglar sus intereses".
El 30 de julio, el coronel del regimiento de la Patria acompañó una propuesta de empleo de sargento mayor a su favor.

Fue el segundo de Manuel Belgrano, jefe de la expedición militar al Paraguay.

Si bien la mayoría de las ciudades del Virreinato del Río de la Plata adhirieron a la Junta de Buenos Aires, la provincia del Paraguay, por decisión del congreso del 24 de julio de 1810, decidió reconocer al Consejo de Regencia.

Tras el fracaso de la misión del coronel paraguayo José de Espínola y Peña la Junta tomó diversas medidas económicas y políticas contra la Provincia del Paraguay entre ellas el envío de una expedición militar que puso al mando de Manuel Belgrano.

Machain fue nombrado como su mayor general y comandante de la 1° división (bandera roja).

El 25 de diciembre de 1810, con fuerzas numéricamente inferiores pero mejor armadas y adiestradas, Belgrano inició el avance hacia la capital paraguaya.

El esperado apoyo de la población no se produjo pues siguiendo el plan estratégico del gobernador Velasco, éstas huían sin dejar recurso alguno a la fuerza invasora. A mediados del mes de enero ambos ejércitos se encontraron en Paraguarí, a 62 km de Asunción, donde Velasco concentró una fuerza de aproximadamente 5500 hombres. Tras infructuosos intentos de Belgrano por promover la causa se produjo la batalla de Paraguarí.

En la madrugada del 19 de enero Machain, al mando de más de 600 hombres y cuatro cañones inició la marcha de aproximación a las posiciones enemigas chocando al amanecer con fuerzas paraguayas que también avanzaban en sentido contrario. El ataque hizo retroceder a las fuerzas paraguayas que se dispersaron por los bosques linderos al arroyo Yukyrý. Machain ordenó entonces a Gregorio Perdriel que se mantuviera en la brecha abierta, y él continuó el avance.

Pero parte de sus fuerzas, a cargo de Ramón Espínola y Peña, se adelantaron y entraron a Paraguarí y casi lograron capturar al gobernador Velasco, que debió huir hacia lacordillera de los Altos. Al mismo que estas fuerzas eran cercadas por la caballería al mando de Cabañas, las tropas de Machain comenzaron a recibir un nutrido fuego de artillería y fusilaría desde los flancos y comenzaron a quedarse sin municiones, por lo que pidió ayuda a Belgrano, situado a 6 km del lugar.

Encontró a Belgrano, que acudía con municiones y un cañón. Este le ordenó detenerse y contraatacar para intentar salvar a los cercados. Pero Machain no pudo vencer la aparición de las fuerzas de caballería de Gamarra, que desde el oeste se sumaron a la batalla y estaban ocupando el arroyo Yukyry. Dado que los que estaban cercados en Paraguarí ya no combatían, y viendo el agotamiento de sus soldados, ordenó la retirada general.

Según Belgrano, que observó toda la batalla desde el cerro Mbaé, Machain y otros oficiales no solo no "llevaron a todo efecto" el segundo ataque, sino que se dejaron apoderar del miedo al oír al capitán de artillería José Ramón Elorga decir que una columna enemiga los iba a cortar, por lo que después de una reunión evaluativa con todos ellos, no tuvo otra opción que iniciar la retirada con todo su ejército hacia el río Tebicuary, la que no pararía hasta el río Tacuarí.

En el ataque a Paraguarí, las fuerzas que comandaba Machain tuvieron el 20 % de pérdida en hombres, el 50 % en artillería y gran cantidad de fusiles pasaron al parque enemigo que se incrementó en un 30 %.

El general José María Paz, en sus Memorias, calificó esta batalla como el "descalabro de Paraguarí".

Nuevamente tras la batalla de Tacuarí,  Belgrano descargó la responsabilidad del resultado en Machain:
[El enemigo] seguramente hubiera sido rechazado si el Mayor General [Machain] a quien mandé a contenerlo no se hubiera emboscado del modo más ridículo y puesto a las tropas que llevaba en disposición de ser tomadas.
Más adelante agregó:
He sido desgraciado en tener un Mayor General enteramente ignorante de la facultad y, no se si me atreva a decir, cobarde; y oficiales y soldados con la última calidad en abundancia [...]
Belgrano a la Junta, Candelaria, 15 de marzo de 1811 (Instituto Belgraniano Central, 1982, p. 511)
Se intentó justificar estos comentarios de Belgrano adjudicándolos a las circunstancias del momento, pero lo cierto es que en sus Memorias, escritas años después, siguió insistió en lo mismo, pese a que para entonces Machain ya había sido exonerado de culpa y cargo.
Así terminó la participación de José Ildefonso Machain en el ejército de la junta de Buenos Aires y su carrera como militar. Tenía entonces 33 años.

Gazeta de Buenos-Ayres, reconocimiento a Machain.
El 18 de marzo de 1811, Machain envió, por intermedio de Antonio Tomás Yegros, una carta a Belgrano donde le comunicaba, en su calidad de prisionero, que había recibido "buen trato, agasajo y cariño" de parte del teniente coronel Cabañas —a quien menciona con el grado de general— y demás oficiales paraguayos en función de la "unión y fraternidad que reinará en adelante entre las dos provincias (sic) instando a Belgrano hacer lo mismo para que se "verifiquen unas ideas tan satisfactorias". La respuesta de Belgrano fue que él haría "cuanto sacrificio este a mi alcance por la unión de la provincia del Paraguay a las demás del Río de la Plata" eludiendo así todo compromiso de un acuerdo entre Buenos Aires y Asunción que pudiera realizarse en un pie de igualdad entre las partes. Un mes después, Velasco autorizó al hermano de José Ildefonso, el capitán de Miñones Juan José de Machain, a visitar a su hermano en prisión. A partir de entonces fue engrillado.
En Pilar, José Ildefonso Machaín fue embarcado rumbo a Montevideo junto con los demás prisioneros que venían de Asunción. Allí estuvo detenido en la fragata Efigenia juntamente con los capitanes Ignacio Warnes, Saturnino Saraza y Francisco Castellanos. Un oficial de esa unidad le hizo saber del estado lamentable en que se encontraban los otros oficiales detenidos en la cárcel de Montevideo, por lo que juntamente con Warnes solicitaron hablar con el virrey Elío para que los enviaran a Buenos Aires para solicitar un canje de prisioneros. El virrey aceptó la solicitud, con la promesa de que en caso de fracaso volverían a Montevideo. El general Rondeau nombró a José Alberto Cálcena y Echeverría, tío de José Ildefonso Machain, para que ambos negociaran un acuerdo con el virrey; de esta manera los oficiales capturados en el Paraguay volvieron finalmente a Buenos Aires.

Vuelto Machain a Buenos Aires enfrentó un sumario por su actuación en la batalla de Tacuarí. Tras la investigación, y pese a los comentarios desfavorables y hasta injuriosos de Belgrano en sus oficios a la Junta, el 7 de enero de 1812, el Triunvirato lo declaró libre de culpa y "benemérito de la Patria y digno de todas las consideraciones del gobierno y sus ciudadanos", lo que fue publicado en la Gazeta de Buenos Ayres tres días después.

El día anterior a la publicación del resultado del sumario, solicitó y obtuvo licencia absoluta del servicio y permiso para regresar a Asunción.

Al poco tiempo de regresar a su ciudad natal, se casó con Francisca de Aguiar, parienta suya, con quien tuvo numerosos hijos: Agueda, Juan José, Juan Bautista, Gregorio, José Alberto, Carmen, Magdalena y Petrona de Machain y Aguiar.

La situación política en la capital paraguaya no le era favorable. Si bien durante el gobierno del doctor José Gaspar Rodríguez de Francia su familia, y especialmente su hermano el capitán Juan José de Machain Calcena, fueron acusados de conspirar contra el gobierno, José Ildefonso nunca fue molestado personalmente ni en sus negocios. En agosto de 1815 figuró como apoderado de Fernando de la Mora, vocal de la junta que había sido expulsado por traidor y borracho, en la quiebra del comerciante español José María Perina. Mora y Machain fueron los más prósperos fabricantes rurales en el valle de Tapúa, a 22 km de Asunción, localidad que después se conocería como Limpio.

 Muchos años después, comenta el general José María Paz, se seguía considerando en el Paraguay a Machain como el traidor que había venido junto con Belgrano.

 El 19 de agosto de 1857, como parte de la campaña de desprestigio contra el gobierno paraguayo de entonces en los periódicos de Buenos Aires, preparatoria de lo que sería después la Guerra de la Triple Alianza, Manuel Peña y José Serapio Machain, escondidos bajo el seudónimo de "un paraguayo", se quejaban de que nadie en el Paraguay reconocía a José Ildefonso Machain como "libertador" de su país por haber acompañado a Belgrano en su campaña militar.

El mayor general Machain vivió sus últimos años retraído en su hogar de Asunción dedicado a la lectura, falleciendo el 9 de enero de 1849.

Una calle de la ciudad de Buenos Aires, que corre entre las avenidas Congreso y General Paz, lleva su nombre desde 1893.




sábado, 6 de junio de 2015

EL TÚNEL UN PLAN PARA RECONQUISTAR BUENOS AIRES DE LOS INVASORES INGLESES EN 1806

EL TÚNEL UN PLAN PARA RECONQUISTAR BUENOS AIRES DE LOS INVASORES INGLESES EN 1806


Entre los tantos planes conspirativos urbanos, la mayoría desechados por impracticables, hubo uno, impulsado por el ingeniero catalán Felioede Sentenach, que empezó a ponerse en marcha: volar el cuartel de la Ranchería, donde estaba establecido el Regimiento 71. La idea era excavar un túnel, desde el Colegio San Carlos, hasta llegar bajo el cuartel. Una vez allí, se minaría el lugar y al explotar el reducto inglés, se combinaría el atentado con el ataque de unos 500 hombres que Pueyrredón estaba reuniendo en la quinta de Perdriel. El propio Sentenach, disfrazado, entró al cuartel de la Ranchería, para reconocer la disposición de los dormitorios y estimar las medidas que debían utilizar los excavadores. Desde los altos del café de Pedro José Marcó, enfrente de la Ranchería, vigilaban los movimientos de los ingleses.

El túnel comenzó a excavarse, pero el plan no se llevó a cabo. Liniers logró disuadir a los conjurados urbanos de posponer sus planes, por el temor de que una acción fuera de tiempo provocará una represalia sangrienta contra los habitantes de la ciudad. En su lugar, pidió reunir hombres, al tiempo que él mismo pediría el apoyo de Montevideo. 

No obstante, los restos del túnel, a medio excavar, pueden verse hoy en día en el trayecto de túneles subterráneos de la Manzana de las Luces, descubierto en 1917 por el arquitecto Héctor Greslebin, quien investigó los túneles de esa manzana histórica de la ciudad, cuando aún era un estudiante de la Facultad de Arquitectura, al asistir al derrumbe de una de las salas en la que se estaba construyendo un nuevo salón de estudios. 

No obstante la precaución con que fueron llevadas las obras de excavación del túnel, los ingleses ya estaban al tanto del hecho, como lo prueba las anotaciones del capitán Alexander Gilespie: “Frente al cuartel del régimiento 71 había un seminario perteneciente a la orden de San Francisco, que con todas las casas contiguas, gradualmente se abandonaron por los estudiantes e inquilinos. Una calle angosta mediaba entre ambos y se cavó una mina desde el colegio hasta el ángulo suroeste de las cuadras de los soldados. Un muchacho tambor en una de ellas dio cuenta a su sargento de haber sido repetidamente molestado por un ruido durante la noche, como si procediese de trabajadores subterráneos. Se acudió a un expediente, poniendo varios mosquetes, cañones para arriba, suavemente asegurados en el suelo, sobre los que se colocaron algunos alfileres, de modo que se desarreglaran a la menor concusión. Una mañana se hallaron en el suelo, mas, aunque se ordenó una investigación, nada se descubrió, porque la boca de la mina no pudo retrasarse; pero el hecho se descubrió después: se trataba de un infernal complot para hacer volar nuestros hombres mediante treinta y seis cuñetes de pólvora” .


GENTILEZA DE MARCELO DE BIASE 

viernes, 5 de junio de 2015

NUESTRAS BRAVAS MUJERES NO SE RINDIERON A LOS INGLESES EN 1806

NUESTRAS BRAVAS MUJERES NO SE RINDIERON A LOS INGLESES EN 1806



En el Buenos Aires invadido por los ingleses en 1806 el único restaurante que existía era "La fonda de Los Tres Reyes". Estaba situada en la calle Santo Cristo -hoy 25 de Mayo-, a un paso del Fuerte y de la Plaza.
El relato de la bravura de nuestras mujeres que nos ocupa sucedió la noche del domingo 27 de junio de 1806. Quién dio a conocerlo fue el capitán Alexander Gillespie en su libro "Buenos Aires y el interior".
Relata que “Después de asegurar nuestras armas, instalar guardias y examinar varias partes de la ciudad, lo más de nosotros fuimos compelidos a ir en busca de algún refrigerio”. Dicen que la noche de ese domingo era tormentosa. Los invasores ya consideraban a Buenos Aires una perla más del Imperio Británico, y por ello licenciaron a sus tropas atento a que los soldados españoles habían rendido sus armas. El único lugar posible, como dije, era esta fonda, atendida por su dueño, Juan Boncillo.
Cuenta Gillespie que los acompañaba Ulpiano Barreda (“criollo civil que había residido algunos años en Inglaterra” es como lo cita Gillespie) que les hacía las veces de intérprete.
Atento lo avanzado de la hora en que se apersonaron los invasores, la fonda dispuso únicamente de huevos y tocino. “A la misma mesa se sentaban muchos oficiales españoles con quien pocas horas antes habíamos combatido, convertidos ahora en prisioneros con la toma de la ciudad, y que se regalaban con la misma comida que nosotros” señala Gillespie.  El autor señala que capitán le llamó la atención la joven moza que servía las mesas, que no disimulaba un profundo disgusto en su rostro cuando servía a los comensales.  Gillespie, con Barreda de traductor, le pidió que expresara, sin temor a ninguna represalia, que le expresara el porqué de su disgusto.  La joven moza agradeció la disposición del oficial inglés y, en voz alta, volviéndose a los españoles de la mesa próxima, expresó: “Desearía, caballeros, que nos hubiesen informado más pronto de sus cobardes intenciones de rendir Buenos Aires, pues apostaría mi vida que, de haberlo sabido, las mujeres nos habríamos levantado unánimemente y rechazado los ingleses a pedradas”. 
Días después reiteraron esta bravura cuando colaboraron en la expulsión de los invasores ingleses.

No obstante, los oficiales y también los civiles británicos llegados con el ejército, siguieron utilizando la Fonda de los tres Reyes y, debido a esta circunstancia, se la llamó “la fonda de los ingleses”.




miércoles, 3 de junio de 2015

JULIETA LANTERI La primera mujer que votó en la Argentina

JULIETA LANTERI La primera mujer 

que votó en la Argentina



Fue en 1911. Todavía no estaba permitido el voto femenino. Para la elección de legisladores de ese año, Buenos Aires convocó, como era usual, a la inscripción en los padrones. Podían hacerlo los ciudadanos mayores de 22 años, residentes en el municipio, con ingresos provenientes de comercio, industria o profesión liberal, y acreditaran pagar impuestos. Nada se establecía respecto al sexo. Se percató de ello, y Lanteri se inscribió en la parroquia de su domicilio, (Buenos Aires estaba dividida en parroquias en ese entonces), en la Parroquia San Juan Evangelista de La Boca, y el dia de las elecciones, el 26 de noviembre de 1911, sufragó. 

El presidente de mesa, Dr. Adolfo Saldías, afirmó cuando la saludaba: “me congratulo en ser el firmante del documento del primer sufragio de una mujer en el país y en Sudamérica”.
Al día siguiente la noticia salió en los principales diarios del País, La Nación y La Prensa entre ellos.
Obviamente, poco después, se sancionaba una norma prohibiendo el voto de las mujeres, justificando su sanción en que el empadronamiento era propio del enrolamiento en el registro para el servicio militar. Cuando lo intentó, no se le permitió enrolarse, aunque lo intentó hasta con el Ministro de Guerra.
Julia Magdalena Ángela Lanteri, más concretamente, Giulia Maddalena Angela Lanteri, nació en Briga Marittima, provincia de Cuneo, Italia, 22 de marzo de 1873. De muy chica emigró a la Argentina. Mediante permisos especiales fue la primera mujer en estudiar en el Colegio Nacional, luego se recibió de farmacéutica (1898), y siempre con autorizaciones especiales, en  1907 se recibe de mádica, siendo la 5º. en lograrlo.  Cecilia Grierson había sido la primera.
Junto a su amiga Raquel Camaña, Elvira Rawson de Dellepiane, Petrona Eyle, Sara Justo, Cecilia Grierson y Adelia Di Carlo funda el primer Centro Feminista, y es organizadora del Congreso Femenino Internacional de 1910.
Incansable, la Lanteri como la llamaban en la época, quiso presentarse en 1919 como candidata a diputada. No se homologó su candidatura. Disconforme, organizó una manifestación que juntó a más de cuatro mil personas, donde se hizo un simulacro de votación que la hizo famosa entre todas las sufragistas del mundo.
Por ello, Juan B. Justo la incluye en  1920 junto a Alicia Moreau de Justo en la lista del Partido Socialista Argentino.


Posteriormente funda el Partido Feminista Nacional y  se postula a diputada y senadora  en varias oportunidades. Hacia campaña con la consigna “En el Parlamento una banca me espera, llevadme a ella”.
El 23 de febrero de 1932, en confuso episodio,  la Dra. Lanteri es atropellada mientras caminaba por la Diagonal Norte, en pleno microcentro de Buenos Aires, por David Klapenbach. Este huyó de la escena del crimen. La cronista y escritora Adelia Di Carlo denunció que Klappenbach era miembro de la Liga Patriótica Argentina, un grupo paramilitar de extrema derecha, y que no se trató de una accidente como lo caratuló la Policia, sino que fue un "accidente de un vehículo marcha atrás", un eufemismo para denunciarlo como asesinato.
Su funeral congregó a millares de personas que acompañaron el cortejo hasta su morada final.

Su lucha no quedó trunca. Diversas mujeres la continuaron hasta que Evita (María Eva Duarte de Perón) la toma, y pese a su predicamento, tuvo que rodear el parlamento con mujeres y adictos, afirmando que no se moverían de allí hasta que no fuera sancionada la ley que otorgaba el voto a las mujeres. Así, en 1947 es sancionada la Ley 13.010, que permitió a las mujeres acceder a las urnas, participando políticamente en el sistema democrático argentino.







jueves, 28 de mayo de 2015

PADRE FRANCISCO "PANCHO" SOARES

PADRE FRANCISCO "PANCHO" SOARES



El 29 de mayo de 2015 en Peronismo 26 de Julio de Tigre Abre la Casa Cultural “Padre Pancho Soares” en Vilela 1006, Tigre, a las 19 horas.
Sepamos quién fue el padre “Pancho”.

"El cura zapatero" como lo llamaron nació en Brasil. En San Pablo más concretamente, un 27 de mayo de 1927. Siendo un niño emigró de su país y vino a Argentina. Estuvo un tiempo en Chile donde se hizo seminarista en la Escuela Apostólica de los Padres Asuncionistas. De allí pasó a París, Francia donde estudió filosofía y teología. Ingresa al noviciado en Pont-é-Abbé d`Arnoult-Charente. También adquirió allí su forma de pensamiento. Vuelto a la Argentina, es ordenado sacerdote el 8 de julio de 1947, y a su pedido, trabajó en las barriadas pobres de San Fernando (Villa Adalguiza) y Tigre (Villa Barragán).

En 1963 se nacionaliza argentino, por su amor a nuestro país.

En el año 1966 lo nombran párroco de la capilla Nuestra Señora de Carupá, en Tigre.

La opción del padre Pancho siempre fueron los pobres y los marginados. Cuentan que "él iba a las casas, agarraba una pala y se ponía a hacer la zanja con la gente del barrio. Los ayudaba a organizarse.” Había fundado una taller donde fabricaban plantillas para zapatos. De allí su apodo.

También era un militante de la causa popular y nacional. Cuentan que cada vez que mataban a un peronista era él a quien llamaban para dar la misa y que prestaba la capellanía para que Montoneros pudiera hacer sus reuniones. Ello le valió ser una de las primeras víctimas eclesiásticas del terrorismo de Estado. Dicen que había celebrado una misa en memoria de los compañeros caídos, militantes de las Fuerzas Armadas Peronistas (FAP), Manuel Belloni (24), padre de la actriz Victoria Onetto y fundador de la JP de San Fernando, y Diego Ruy Frondizi, ayudante de carpintería de 23 años. En la misa de responso, cuenta un estudioso de su vida, oficiada a tres años del asesinato de los fusilados presuntamente por la Policía de Buenos Aires el 8 de marzo de 1971, Soares que “los dos compañeros (fueron) caídos bajo las balas del imperialismo y el capitalismo”. Además, un escrito policial señala que el cura hizo un llamado a continuar “la lucha siguiendo el ejemplo de Jesús revolucionario, hasta conseguir la liberación argentina y luego de América toda”. Y agrega que “manifestó acto seguido que ‘Argentina es el mejor país para empezar la lucha de la liberación y que se debería recurrir a las armas si fuera preciso’”. Imperdonable a la luz de la historia posterior.

Era conocido por recorrer su zona de influencia en una bicicleta destartalada, "arreglada con alambre" según cuentan, y ayudar a quien necesitara de ella. De ahí también su apodo "el cura zapatero" o "el cura remendón". Se definía como un cura obrero.

El 13 de febrero de 1976 en la casa parroquial, tan humilde como el entorno, tenía sus ventanas abiertas de par en par. En su interior se encontraba  Soares desangrado en el piso, en un charco de sangre, y su cuerpo desfigurado. Su hermano Arnaldo, discapacitado, que convivía con el sacerdote, había sido herido también, y gritaba pidiendo ayuda. Moriría poco después en un hospital de la zona.

No había dudas por qué lo habían asesinado. El había comentado a algunos de su fieles mas cercanos que pensaba que "se había pasado" y por eso estaba recibiendo amenazas.

Algunos días antes 2 delegados  del Astillero Astarsa y la señora de uno de ellos habían sido secuestrados, torturados y asesinados. Ella era catequista de su parroquia. Dicen que el padre Soares denunció en los funerales de la señora este hecho, señalando a sus responsables con nombres y apellidos. Una semana después estaba muerto.

Antes de ello los vecinos venían notando movimientos sospechosos de militares, policías y gente de civil que pasaban a pie o en auto, acechando la capilla. Nadie dudaba que estaba "marcado" por su compromiso con los pobres, y con la justicia.

Por ello hoy hay una denuncia efectuada entre otros por Pablo LLonto para que este crimen sea considerado como "de lesa humanidad" y se juzgue a los responsables de su asesinato.

Llorado por sus feligreses y sus amigos, llegó gente de Lourdes y Palermo Chico, desde el mediodía del 13 hasta las 11 hs.  del día siguiente sus restos fueron velados en la humilde capilla de madera hecha por sus propias manos.
Monseñor Aguirre junto a 35 sacerdotes celebró la Misa Cuerpo Presente; en esa ocasión Monseñor dijo “Pancho, asumió la pobreza para vivir al lado de sus hermanos más pobres, vivió en la más extrema e increíble austeridad y esa fue su mayor virtud”.

Fue enterrado en el cementerio de Tigre, el lugar que el padre Pancho amaba.







Ricardo Balbín "Despidiendo los restos de Perón"

Discurso de Ricardo Balbín 

Despidiendo los restos de Perón 

en el Congreso Nacional


Llego a este importante y trascendente lugar, trayendo la palabra de la Unión Cívica Radical y la representación de los partidos políticos que, en estos tiempos, conjugaron un importante esfuerzo al servicio de la unidad nacional: el esfuerzo de recuperar las instituciones argentinas y que, en estos últimos días, definieron con fuerza y con vigor su decisión de mantener el sistema institucional de los argentinos. En nombre de todo ello, vengo a despedir los restos del señor Presidente de la República de los argentinos, que también con su presencia puso el sello a esta ambición nacional del encuentro definitivo, en una conciencia nueva, que nos pusiera a todos en la tarea desinteresada de servir la causa común de los argentinos.
No sería leal, si no dijera también que vengo en nombre de mis viejas luchas; que por haber sido claras, sinceras y evidentes, permitieron en estos últimos tiempos la comprensión final, y por haber sido leal en la causa de la vieja lucha, fui recibido con confianza en la escena oficial que presidía el Presidente muerto.
Ahí nace una relación nueva, inesperada, pero para mí fundamental, porque fue posible ahí comprender, él su lucha, nosotros nuestra lucha ya través del tiempo y las distancias andadas, conjugar los verbos comunes de la comprensión de los argentinos.
Pero guarde yo, en lo íntimo de mi ser, un secreto que tengo la obligación de exhibirlo frente al muerto. Ese diálogo amable que me honró, me permitió saber que él sabía que venía a morir a la Argentina, y antes de hacerlo me dijo: 'Quiero dejar por sobre todo el pasado, este nuevo símbolo integral de decir definitivamente, para los tiempos que vienen, que quedaron atrás las divergencias para comprender el mensaje nuevo de la paz de los argentinos, del encuentro en las realizaciones, de la convivencia en la discrepancia útil, pero todos enarbolando con fuerza y con vigor el sentido profundo de una Argentina postergada.'
Por sobre los matices distintos de las comprensiones, tenemos todos hoy aquí en este recinto que tiene el acento profundo de los grandes compromisos, que decirle al país que sufre, al pueblo que ha llenado las calles de esta ciudad sin distinción de banderías, cada uno saludando al muerto de acuerdo a sus íntimas convicciones -los que lo siguieron, con dolor; los que lo habían combatido, con compresión -, que todos hemos recogido su último mensaje: 'He venido a morir en la Argentina, pero a dejar para los tiempos el signo de paz entre los argentinos".
Frente a los grandes muertos. ...frente a los grandes muertos tenemos que olvidar todo lo que fue el error, todo cuanto en otras épocas pudo ponernos en las divergencias; pero cuando están los argentinos frente a un muerto ilustre, tiene que estar alejada la hipocresía y la especulación para decir en profundidad lo que sentimos y lo que tenemos. Los grandes muertos dejan siempre el mensaje .
Sabrán disculparme que recuerde, en esta instancia de la historia de los argentinos, que precisamente en estos días de julio, hace cuarenta y un años el país enterraba a otro gran presidente: el doctor Hipólito Yrigoyen.

Lo acompañó su pueblo con fuerza y con vigor, pero las importantes divergencias de entonces. colocaron al país en largas y tremendas discrepancias, y como un símbolo de la historia. como un ejemplo de los tiempos, como una lección para el futuro, a los cuarenta y un años, el país entierra a otro gran presidente. Pero la Fuerza de la República, la comprensión del país, pone una escena distinta, todos sumados acompañándolo y todos sumados en el esfuerzo común de salvar para todos los tiempos la paz de los argentinos.
Este viejo adversario despide a un amigo. Y ahora, frente a los compromisos que tienen que contraerse para el futuro, porque quería el futuro, porque vino a morir para el futuro, yo le digo Señora Presidente de la República: los partidos políticos argentinos estarán a su lado en nombre de su esposo muerto, para servir a la permanencia de las instituciones argentinas, que usted simboliza en esta hora.

Dr. Ricardo Balbín

miércoles, 27 de mayo de 2015

LA ASUNCION DE CAMPORA EN 1973

LA ASUNCION DE CAMPORA EN 1973



Hoy les transcribo como fue vista y relatada la asunción de Campora a la Presidencia en 1973 (REDACCION junio 1973)


El cambio de poder político en la casa de gobierno
Después de aclamar al nuevo Presidente y de cantar sus estribillos, la multitud marchó hacia la cárcel a liberar a los presos políticos. No quiso esperar la ley de amnistía y exigió el indulto en la noche del 25 de Mayo, a las puertas de Villa Devoto.

EN la tarde del 24 de mayo, cuando los modernos camiones con escaleras extensibles —que la Municipalidad utiliza para arreglar el alumbrado público— fueron cedidos a los sindicatos para que pudieran colgar sus cartelones en los faroles de la Plaza de Mayo, el peronismo prácticamente ya había comenzado a asumir el Gobierno del país. Por la noche llegaron los primeros contingentes de jóvenes, cantando la famosa Marchita y golpeando en los bombos, a ubicarse en los mejores lugares. Uno de ellos era, sin duda, el gran palco oficial armado por el Gobierno saliente un par de días antes y que el Presidente electo no iba a poder utilizar porque amanecería colmado de gente. El símbolo de esa euforia que se empezó a vivir con tanta anticipación, era un chico que vendía cintas argentinas para cruzarse en el pecho, con esta inscripción: "¡Viva Perón, carajo!". Su estribillo era más que significativo aún: "Póngase la banda del tío usted también y entre en la Rosada".

Un día peronista
Con los árboles podados y racimos humanos como copos, la plaza amaneció totalmente cubierta. Centenares de cartelones navegaban sobre la marea humana que coreó el nombre de Perón y cantó la Marchita mil veces. Sin embargo, a pesar de la proliferación de bombos, esta vez había algunos detalles distintos de las tradicionales concentraciones peronistas del 45 al 55: en vez de ir en camiones, los manifestantes habían llegado en automóviles. Y los había de toda marca y modelo; desde el taxi Di Tella del 60, medio desvencijado, hasta el Torino sport último modelo, color habano metalizado. Tanto se veía un Citroën con la capota descubierta y brazos en alto haciendo la V, como un Peugeot 504 del que emergía una bandera argentina por el techo corredizo. El sol ("del 25", como se decía) ayudó a que fuera un radiante día peronista como en aquellos tiempos en que los manifestantes iban hasta en los techos de los tranvías.
Mientras Cámpora leía en el Congreso su mensaje de 160 carillas y hacía un alto en la página 80 —marcada con una estampita del padre Pío de Pietracchina— para descansar, en la calle se amontonaba cada vez más gente y se producía el primer episodio dramático: cuatro coches quedaron ardiendo después del grave enfrentamiento entre un grupo de jóvenes y las fuerzas de seguridad. La llegada de Cámpora y Lima en helicóptero a la Casa Rosada fue un episodio insólito: el Presidente electo debió ser recibido en la azotea por los granaderos de la custodia.

Los atributos del poder
Los instantes previos a la transmisión del mando fueron tensos en el interior de la histórica casa. Lanusse, en uniforme de gala, se mostraba dispuesto a soportar todo con una sonrisa de resignación. Cámpora, para romper el hielo, lo convidó con un cigarrillo y le dio fuego de su encendedor. Después entraron juntos al Salón Blanco y la concurrencia estalló en una ovación. No hubo silbidos contra Lanusse, como temían algunos funcionarios salientes, pero sí una descarga de dedos en V sobre su rostro. Después, la ceremonia. Coda y Rey le pusieron la banda a Cámpora (primero al revés, como siempre ocurre), Lanusse le dio el bastón y el escribano Garrido leyó el acta con la misma sonrisa con que lo hiciera Hace un cuarto de siglo, cuando Farrell le entregó el poder a Perón. Salvador Allende y Osvaldo Dorticós fueron invitados a firmar el acta y Garrido se llevó la lapicera de recuerdo (también como siempre). Bordaberry no llegó porque no se animó a pasar por entre la multitud que rodeaba la casa; y William Rogers resolvió que no era prudente andar ese día en un automóvil adornado con la banderita norteamericana. (A Bordaberry le llevaron el acta al hotel).
Tras la ceremonia, Coda y Rey se fueron por los techos, en un helicóptero. Lanusse en cambio exigió un automóvil. Se enfureció cuando le dijeron que el helicóptero estaba listo: "Yo no necesito nada de eso. Voy a salir por la misma puerta que entré".
Poco antes que el whisky y los canapés comenzaran a ser devorados por los periodistas, los funcionarios y los invitados especiales, Cámpora debió salir al balcón a lucir la banda y a improvisar un discurso para la muchedumbre. "Yo sé que ustedes querrían ver en este lugar y con estos atributos presidenciales al general Perón — admitió enfáticamente—; pues yo les aseguro que en este momento es Perón quien ha asumido el poder". Después exhortó a todos con una de las más espléndidas frases del líder: "De casa al trabajo y del trabajo a casa".

La liberación de presos
Sin embargo, tras la desconcentración en Plaza de Mayo, millares de jóvenes enfilaron hacia la cárcel de Villa Devoto con un claro objetivo: liberar a los presos políticos, para dar cumplimiento a las consignas preelectorales.
A las nueve de la noche, las caravanas juveniles iluminaron las calles que encuadran el penal, con antorchas de kerosén. A esa hora, Juan Manuel Abal Medina —que había desaparecido del primer plano político— anunció que esa misma noche todos los detenidos serían liberados; y Pedro Cazes Camarero, del ERP, trepado en el muro que da sobre la calle Bermúdez informó que Cámpora estaba dispuesto a indultarlos, aunque los trámites —según le había dicho el flamante Ministro del Interior— demandaría algunas horas.
Dentro del penal, los Diputados nacionales Vittar, Díaz Ortiz, Mera Figueroa, Bidaña, Izurrieta y Croato (Frejuli), Sandler y Bacjzman (APR), todos integrantes de la Comisión para la Liberación de los Presos Políticos, firmaron con los funcionarios de la cárcel un acta mediante la cual se procedía a liberar a los detenidos, debido a la situación creada en torno al edificio. La puerta principal estaba a punto de ceder por la presión ejercida desde la calle. Finalmente, a las diez y media de la noche, el Presidente firmó el indulto para los detenidos de todas las cárceles del país, lo que determinó escenas dramáticas en todos los lugares donde había presos políticos.
La designación del Gabinete — que se mantuvo en reserva hasta el último momento— deparó algunas sorpresas, como el nombramiento del abogado Esteban Righi en Interior, que fue decidido no mucho tiempo antes del 25 de Mayo, pues esa cartera estaba prevista para el apoderado del Partido Justicialista, Antonio J. Benítez, quien prefirió el Ministerio de Justicia ("de vida más serena"). Y es que Interior suele ser en todo Gobierno que se inicia una brasa entre las manos, máxime si se ha prometido "no gobernar un solo día con presos políticos".

El nuevo Gabinete
La designación de José Gelbard, en cambio, estaba prevista desde semanas antes, cuando se supo que su renuncia a la presidencia de la Confederación General Económica era para "dedicarse a tareas de mayor importancia para el país". Toda el área económica le pertenece, mientras que el nombramiento del Ministro de Trabajo —que también tuvo su suspenso— fue dejado en manos de la CGT "para evitar conflictos con el sector político del peronismo". De allí salió el nombre de Ricardo Otero, en lugar de la designación de Lorenzo Miguel o del propio Rucci, como se descontaba el día del triunfo electoral. El fortalecimiento de los metalúrgicos dentro del sector sindical, que determinó el surgimiento de Otero (secretario general de la UOM en la Capital Federal), fue posible debido al desgaste de Rucci y Miguel, aunque el apoyo de los textiles, a través de Casildo Herrera, también fue decisivo en ese proceso.
La espina más difícil para el nuevo Gobierno era desde luego la designación del comandante en jefe del Ejército, cargo que recayó en el general Jorge Carcagno. Este nombramiento tampoco sorprendió a nadie, pues de antemano se sabía que la Infantería —el arma de Perón— iba a reconquistar el poder después de largos años de reinado de la Caballería —el arma de Lanusse—; sin embargo el trámite no era fácil porque había que decapitar a nueve generales en actividad. Pero la decisión fue tomada. No ocurrió lo mismo, en cambio, con la Armada y la Aeronáutica, a las que se les respetó la decisión interna de sus cuadros. De esta firmeza de actitud frente a las Fuerzas Armadas dependerá ahora la suerte constitucional del nuevo Presidente, si es que realmente acierta en su obra de Gobierno.


Fuente: http://www.magicasruinas.com.ar/revistero/locales/asume-campora.htm



BRUNILDA, REINA DE AUSTRASIA

BRUNILDA, REINA DE AUSTRASIA



Brunilda nació en Toledo en el año 543, hija de Atanagildo y Gesvinda, siendo la menor de las dos hijas del matrimonio real. Cuando tenía 11 años su padre fue elegido rey visigodo de Hispania. Fue educada en la corte de Toledo, capital del reino visigodo y profesaba la fe cristiana arriana.
Las complicadas relaciones entre francos y visigodos habían mejorado y hacia el 565 Sigeberto I rey de Austrasia, solicitó a Brunilda en matrimonio. Este matrimonio beneficiaba a ambos reinos: a Atanagildo le libraba de los problemas con los francos y le permitía concentrarse contra bizantinos y suevos; al merovingio Sigeberto le reforzaba en los conflictos con sus hermanos (era uno de los cuatro hijos de Clotario I cuyo reino fue dividido a su muerte). Brunilda cambió su fe por la católica y, aportando una buena dote, celebró su matrimonio en Metz, capital de Austrasia, en 566.
En 567 Galsuinda, la hermana de Brunilda, se casó con Chilperico I, rey de Neustria y hermano de Sigeberto I. Chilperico I estaba casado con Audovera, con quien había tenido seis hijos, pero logró anular su matrimonio para casarse con Galsuinda aunque no abandonó a su amante Fredegunda. El matrimonio fracasó debido a que Chilperico se negaba a abandonar su disipada vida, así pues, Galsuinda quiso volver a Toledo pero ese mismo año su padre murió, debilitándose su posición política y poco después sería asesinada. El asesinato fue atribuido a Fredegunda con quien Chilperico I contrajo matrimonio algún tiempo más tarde.
El asesinato de Galsuinda provocó en Brunilda un gran rencor hacia ambos y exigió a Chilperico I la dote de su hermana, a lo que él se negó. Sigeberto I apeló a su hermano Gontran I de Borgoña para que mediara entre ambos y se decidió entregar a Brunilda y sus descendientes las ciudades de Burdeos, Limoges, Cahors, Bearn y Bigorre que habían sido entregadas a su hermana como regalo de bodas. Chilperico I aceptó a regañadientes y Brunilda no olvidó el asesinato de su hermana.
Entre 567 y 570 nacieron los tres hijos de Brunilda y Sigeberto I: Ingunda, Clodosinda y Childeberto II. Las rencillas entre Sigeberto I y Chilperico I continuaron, esta vez azuzadas por ambas reinas. En 575 Chilperico I intentó recuperar las cinco ciudades y en la lucha muere su hijo Teodoberto. Sigeberto I emprende la conquista de Neustria pero Fredegunda envió a dos sicarios que lo asesinaron y Chilperico I reclama el trono de Austrasia. Brunilda que se encontraba con sus hijos en París, capital de Neustria, son apresados pero la reina hace escapar a su hijo Childeberto II y reclama el trono para él y la regencia para ella. Los nobles de Austrasia reconocieron como heredero legítimo a Cihldeberto II pero no aceptaron la regencia de Brunilda, nombrando a Gontran de Borgoña para el cargo. Chilperico I separó a Brunilda de sus hijas y la relegó en un convento en Ruán.
Sin embargo ocurrió algo insólito, Meroveo II, un hijo de Chilperico I, que había ayudado a escapar a Childeberto II, fue a Ruán y se casó con Brunilda. La ceremonia fue efectuada por el obispo de Ruán Pretextato pero el matrimonio acarrearía a Brunilda la acusación de incesto y lascivia. Chilperico I logró hacer anular el matrimonio; en 577 Meroveo II murió y el obispo Pretextato fue asesinado en 586. Las dos muertes fueron atribuidas a Fredegunda que también intentó asesinar a Brunilda.
Brunilda regresó a Austrasia y ante el rechazo de los nobles ruvo que buscar refugio en la corte de Gontran de Borgoña, volviendo un tiempo después para asumir la regencia por su hijo. Actúa entonces como soberana de Austrasia organizando y mejorando el reino: reparó caminos, construyó abadías, iglesias y castillos, reformó las finanzas y reorganizó el ejército. Pero todo ello reprercutió en los intereses de los nobles que mostraron su hostilidad. Brunilda impuso la autoridad de la corona y para reafirmar su autoridad pidió a Gontran de Borgoña, que no tenía hijos, que adoptara a Childeberto, lo que hizo en 577. En 579 casó a su hija Ingunda con el príncipe visigodo Hermenegildo, pero e matrimonio fue asesinado por las conspiraciones y luchas entre arrianos, católicos y bizantinos en Hispania. Childeberto II subió al trono en 583 con 13 años.
En 584 Chilperico I murió asesinado y su muerte fue atribuida tanto a Brunilda como a Fredegunda Ésta asumió la regencia de Neustria por su hijo Clotario II e intentó asesinar de nuevo a Brunilda. En 586 nace Teodoberto II y al año siguiente Teoderico II, ambos hijos de Childeberto II; Fredegunda intentó otro asesinato contra Brunilda y su nieto mayor.
Algunos nobles de Austrasia se oponían abiertamente a Brunilda, especialmente los duques Rauching, Ursio y Berthefried que habían llegado a conspirar contra la vida de Childeberto II y que fueron ejecutados por orden de Brunilda en 587.
Las relaciones entre Childeberto II y Gontran de Borgoña se deterioraron y se inicia una lucha que acaba en 587 con el Tratado de Andelot en el que, entre otros acuerdos, se estable la herencia recíproca de los reinos en caso de que alguno de los dos muera. Ese mismo año Recaredo I hizo una alianza con Childeberto II y pidió en matrimonio a su hermana Clodosinda. Brunilda lo aceptó con la condición que Gontran de Borgoña lo aprobara también (por cuestiones políticas) pero él lo rechazó. En 592 Gontran muere y Childeberto II hereda el trono de Borgoña, poco después intenta invadir Neustria pero fracasa.
En 596 Childeberto II muere envenenado y se atribuye la muerte a Fredegunda aunque otras fuentes la atribuyen a los nobles de Austrasia Brunilda asume la regencia por sus nietos. En 597 Fredegunda muere por una enfermedad y su hijo Clotario II es proclamado rey de Neustria. Brunilda intenta derrocar a Clotario II pero la falta de apoyos la hacen fracasar. En 599 los nobles de Austrasia proclaman rey a Teodoberto II de 13 años, que apartó a su abuela del poder. Brunilda se refugia en la corte de Borgoña, en Orléans, donde es bien recibida por su otro nieto Teoderico II.
Las relaciones de la familia real con la iglesia fueron difíciles, a pesar de que Brunilda y Childeberto II habían establecido buenas relaciones con el Papa Gregorio I. El obispo de Autun, San Desiderio, criticó con dureza las costumbres de la corte de Teoderico II y a Brunilda, por lo que la reina escribió al Papa reclamando por la actitud del obispo hacia su familia. San Desiderio fue suspendido pero el conflicto con los soberanos y nobles de Borgoña continuó. Durante un sermón San Desiderio criticó públicamente a Teoderico II y a Brunilda lo que llevaría a su asesinato en 608, cometido por incondicionales de Teoderico II.
Años antes, en 590, el monje irlandés San Columbano se instaló en Borgoña donde fundó varios conventos. Llegado el momento se opuso a que Teoderico II viviera en concubinato y le instó a buscar esposa. La elegida fue Ermenberta, hija de rey visigodo Witerico, pero fue rechazada por Brunilda, repudiada por el rey y finalmente devuelta a Hispania. San Columbano visitó en una ocasión la corte de Teoderico II y Brunilda solicitó una bendición para sus bisnietos pero él se negó alegando el origen ilegítimo de los niños y amenazó a la familia de Brunilda con la excomunión. La reina, ofendida, consiguió su expulsión del reino de Borgoña en 610.
Brunilda seguía dirigiendo las luchas por el poder entre los reinos francos. Las relaciones entre Teoderico II y Teodeberto II eran inestables pero se unían ocasionalmente para combatir a otros. En las batallas de Dormelles (600) y Etampes (604) vencieron a Clotario II de Neustria. En Etampes, Teoderico II casi logró la derrota definitiva de Clotario II pero la nobleza de Austrasia firmó un tratado de paz a cambio de territorios.
Teoderico II y Brunilda tenían, en 612, una posición de poder y atacaron a Teodoberto II al que vencieron. Brunilda ordenó que fuera tonsurado, lo que según las costumbres de la época, lo inhabilitaba para reinar, y fue encerrado en un convento junto a su hijo donde murieron ese mismo año. Teoderico II asumió el trono de Austrasia pero enfermó de disentería y murió en 613.
Brunilda, que contaba con 70 años, reclamó la regencia para su bisnieto Sigeberto II y la regencia para ella. Los nobles de Austrasia, dirigidos por Pepino Landen, la rechazaron e hicieron un acuerdo con Clotario II que invadió el reino de Austrasia.
Brunilda, sin apoyos militares, buscó la ayuda de las tribus germánicas del Rhin pero fue apresada. Fue sometida a juicio en Reneve, donde fue acusada del asesinato de numerosas personalidades. La torturaron en el potro durante dos días, luego fue exhibida para la mofa del ejército de Clotario II y finalmente fue atada a un caballo y arrastrada hasta morir.
La reina Brunilda murió el 13 de octubre de 613. Fue incinerada y sus cenizas fueron depositadas en un sarcófago en la abadía de San Martín en Autun. Hoy reposan en el Museo Rolin en Aviñón.


Fuente: http://www.parnaso.org/brunilda.htm