EL MÁRMOL DE CARRARA
Una
marca deseada desde la Grecia y la Roma antigua
Tal
vez ninguna marca de la antigüedad ha pervivido en el tiempo tanto como este
blanquísimo mármol, que en manos de un buen escultor puede reflejar los
detalles más sutiles del cuerpo y del vestido. Su influencia es patente en el
gusto occidental por la escultura de color blanco, creencia que curiosamente se
basa en una impresión falsa. Los antiguos griegos sentían una predilección
especial por las estatuas de bronce, y cuando recurrieron al mármol, este
procedía de la isla de Paros y del monte Pentélico, al noreste de Atenas.
Además, independientemente del material, todas las esculturas griegas, una vez
modeladas, se decoraban con abundantes efectos policromos que ocultaban su
blancura, o con una pátina de bronce. Muchas de estas esculturas han
desaparecido o han perdido el revestimiento pictórico. Las piezas que se
exhiben en los museos suelen ser copias romanas, realizadas en mármol de
Carrara. Además, con este conocido material se construyeron dos grandes obras
arquitectónicas de la antigua Roma: el Panteón de Agripa y la Columna de
Trajano. La preferencia por este material fue tan grande que artistas de toda
Europa viajaron hasta esta rica cantera, en la Toscana. El escultor español
Bartolomé Ordoñez (1480-1520) murió labrando en ella los sepulcros de Felipe el
Hermoso y Juana la Loca. Y es que en el mundo de las marcas, cualquier
sacrificio para merecerla es poco.
Fuente: Fernando Garcés Blázquez: Historia del mundo con los trozos más codiciados
No hay comentarios:
Publicar un comentario