CASILDA IGARZÁBAL una mujer
revolucionaria
Poco
se conoce de las mujeres que participaron de la Revolución de Mayo. Una de
ellas fue Casilda Igarzábal, esposa de Nicolás Rodríguez Peña,
Casilda
Igarzábal de Rodríguez Peña nació en Buenos Aires, el 6 de abril de 1774, hija
de Domingo de Igarzábal, alcalde de primer voto en 1812, a su vez hijo y nieto
de cabildantes, y de Josefa Echeverría.
Contrajo
matrimonio en mayo de 1805 con Nicolás Rodríguez Peña. Su residencia, una añosa
quinta sita en el perímetro de las actuales calles Callao, Viamonte, Ayacucho y
Charcas fue punto obligado de reunión de los partidarios de la emancipación.En dicha
casa se reunió durante años (1804-1810) una de las primeras sociedades secretas
de la emancipación. Se llamaba Partido de la Independencia y estaba integrado
por Juan José Castelli, Nicolás y Saturnino Rodríguez Peña, Manuel Belgrano,
Juan José Paso y Martín Rodríguez, Feliciano Chiclana, Hipólito Vieytes, Manuel
Alberti y Juan José Castelli entre otros.
Junto
con las señoras de Riglos, Lasala, Castelli, Agrelo, etc. se contaba entre las
más decididas patriotas.
Fueron
ellas quienes en la mañana del 18 de mayo de 1810 se presentaron en el lugar
(posiblemente en casa de Juan José Viamonte) donde se intentaba de convencer a
Cornelio Saavedra de que había llegado el momento de la revolución. En esa
ocasión Casilda Igarzábal se dirigió resueltamente al comandante de las
milicias y le dijo "Coronel, no hay que vacilar, la Patria lo necesita
para que la salve. Ya sabe usted lo que quiere el pueblo, y usted no puede
volvernos la espalda y dejar perdidos a nuestros maridos, a nuestros hermanos y
a todos nuestros amigos".
Una
de las decisiones adoptadas por el cabildo abierto del 25 de mayo de 1810
ordenaba a la Junta Gubernativa disponer el envío de una expedición a las
provincias del interior con el objeto formal de asegurar la libertad en la
elección de diputados que las representarían en el gobierno. Más allá de esa
justificación razonable, era preciso evitar con rapidez la formación y
consolidación de núcleos contrarrevolucionarios y demostrar a los partidarios
en el interior del movimiento emancipador que serían sostenidos con decisión y
preservados en sus vidas y hacienda por el nuevo gobierno.
El
primer objetivo de la Expedición Auxiliadora sería la provincia de Córdoba,
donde se organizaba la resistencia alrededor del héroe de la reconquista
Santiago de Liniers.
.
El
Cabildo del 25 de mayo había asignado recursos para organizar el nuevo
ejército: los sueldos del Virrey Baltasar Hidalgo de Cisneros y de otros altos
empleados de su administración. No obstante, sea por resultar insuficientes, o
como medio para movilizar y comprometer a los vecinos con la causa, se inició
una suscripción pública.
El
7 de junio la Gazeta de Buenos Aires publicó una resolución en los siguientes
términos: "No pudiendo mirarse con indiferencia los loables fines propuestos
en la expedición que pidió e pueblo para las provincias interiores, y siendo un
deber de la Junta llenar este encargo a que se le sujetó en las actas de su
inauguración, avisa a los buenos patriotas que pueden concurrir al señor Vocal
don Miguel de Azcuénaga, quien recibirá los ofrecimientos que voluntariamente
se hagan, con reserva de reglar la Junta los destinos, con concepto a la
calidad de los sujetos y nombrar la parte de fuerza efectiva y jefes que deben
presidir la expedición".
Iniciada
la suscripción para la también llamada "expedición de Unión de las
Provincias interiores" la primera patricia que aparece en la lista de
donativos publicada por La Gaceta es Casilda Ygarzabal y Peña contribuyendo
"con el haber de dos hombres durante la expedición"
Con
esos donativos y los que se hicieron en varias provincias, un mes después la
Junta pasaba revista en Monte Castro a más de mil hombres.
Tanto
en los años previos como en los que siguieron a la Revolución de Mayo estuvo al
lado de su marido a quien "acompañó en sus trabajos, en sus zozobras y en
el triunfo de sus ideales, con entusiasmo y con una entereza que conservó en
medio de las agitaciones y contrastes que por tantos años pasó este
país"[1]
Fue
socia fundadora de la Sociedad de Beneficencia organizada por Bernardino
Rivadavia, ministro del gobernador Martín Rodríguez, tras disolver la Hermandad
de la Santa Caridad. Presidida por Mercedes Lasala de Riglos e integrada entre
otras por Juana del Pino de Rivadavia, hija del ex Virrey y esposa del Ministro,
María Rosario Azcuénaga, Bernardina Chavarría de Viamonte, esposa del general y
Mariquita Sánchez, la Sociedad se hizo cargo de todas las instituciones de bien
público destinadas a mujeres y niños, que hasta ese entonces habían regenteado
las Órdenes y Hermandades, incluida la Casa de Expósitos.
Casilda
Igarzábal presidió la Sociedad de Beneficencia entre el 4 de febrero de 1838 y
febrero de 1840 cuando renunció, probablemente en razón de que el gobierno de
Juan Manuel de Rosas no sería afecto a su gestión por la oposición que le hizo
su hijo Jacinto Rodríguez Peña, partícipe de la conspiración de Ramón Maza.
Falleció
en su ciudad natal el 31 de julio de 1844 y fue sepultada en el Cementerio de
la Recoleta.
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