viernes, 22 de mayo de 2015

LA PIEDRA DE ROSETTA

LA PIEDRA DE ROSETTA



La piedra de Rosetta, con inscripciones en egipcio, demótico y griego antiguo, fue hallada a mediados de julio de 1799 por parte de un destacamento militar francés.


Historia de la Piedra de Rosetta – Napoleón y Su Ejército
¿Cuál es la historia de la Piedra de Rosetta? ¿Cuál es la historia detrás del famoso descubrimiento que revolucionó la egiptología?

Después de que el imperio romano tomó el control de Egipto, aproximadamente en el 30 a.C., el arte de leer y escribir jeroglíficos se perdió finalmente. En realidad, desconocidos para muchos, los jeroglíficos egipcios fueron considerados un idioma "muerto" por más de 1.500 años.

Entonces, en 1798, Napoleón atracó su flotilla francesa cerca de Alejandría, Egipto, y movilizó sus tropas hacia el sur para luchar contra los ingleses cerca de El Cairo. Los franceses ganaron la batalla terrestre, pero mientras estaban en el terreno, la Marina inglesa, conducida por Lord Horacio Nelson, zarpó y hundió a la flotilla francesa. Napoleón y sus tropas no tenían modo de regresar a Francia, así que terminaron pasando los próximos tres años en Egipto.

Historia de la Piedra de Rosetta – El Descubrimiento

En 1799, mientras "cavaban" y construían posiciones defensivas cerca de Rashid (antigua Rosetta), una pequeña ciudad en las afueras de Alejandría, un soldado del ejército de
A mediados de julio de 1799 (el día exacto no está claro), hace 214 años, un destacamento militar francés, bajo las órdenes del oficial Pierre-François Bouchard (1771-1822), se puso a desenterrar una antigua fortaleza egipcia, denominada por los franceses Fort Julien, en Rashid (Rosetta), en la costa norte de Egipto, cuando un soldado descubrió la llamada piedra de Rosetta, un bloque de piedra granítica de unos 760 kilos que dos décadas después resultó ser un elemento clave para descifrar los jeroglíficos egipcios. Napoleón descubrió una piedra negra de basalto, de 1,18 metros de largo por 73,1 centímetros de ancho, con tres nítidas bandas de grabados. Aunque el soldado no reconoció los jeroglíficos egipcios en la parte superior, ni la escritura demótica del centro, sí reconoció el griego antiguo de la parte inferior. En lugar de utilizar la piedra como parte de la barricada, se la dio a eruditos que viajaban con el ejército de Napoleón. Ellos se dieron cuenta de que la piedra era algún tipo de antiguo decreto real escrito tres veces, en tres idiomas diferentes. La llamaron Piedra de Rosetta y comenzaron algunos estudios.

En la cara pulimentada de la piedra, que era un fragmento de una antigua estela egipcia, aparecían tres tipos de escritura: la parte superior, compuesta por 14 líneas, estaba formada por jeroglíficos egipcios; las 32 líneas de la parte central estaban escritas en demótico, la última fase de la escritura egipcia; y la parte inferior la formaban 54 líneas en griego, una lengua hablada y escrita en Egipto desde época helenística.

Bouchard llevó el bloque al Instituto de Egipto en El Cairo, recientemente fundado en 1798, donde los estudiosos empezaron a analizarlo, aunque el significado de los jeroglíficos egipcios se había perdido hacía más de 1.000 años. Los estudiosos comprobaron que los tres epígrafes eran en realidad versiones de un mismo texto. La estela contenía un decreto sacerdotal en honor del faraón Ptolomeo V, datado en el año 196 a.C. Los ingleses se la llevaron como botín de guerra a Londres tras derrotar, en 1801, a las tropas napoleónicas en Egipto.
Poco después, en 1801, los ingleses derrotaron a los franceses, y la Piedra de Rosetta se convirtió en una posesión inglesa, como parte del tratado de Alejandría. Fue transportada a Londres en 1802, donde desde entonces ha estado en exhibición en el Museo Británico. Hasta el presente, la Piedra de Rosetta es el objeto más visitado del Museo Británico.

En 1820, después de un par de décadas de intrigas políticas y artimañas académicas, Jean Francois Champollion (un lingüista e historiador francés) y Thomas Young (un lingüista y físico inglés) unieron sus talentos para descifrar finalmente la escritura demótica y los jeroglíficos egipcios de la Piedra de Rosetta, comparándolos con el texto griego conocido. Aunque el proceso fue complicado y no sin controversias, este fue el tan importante momento de "¡Ajá!" para los egiptólogos, los arqueólogos, los lingüistas, y para los historiadores. En resumen, la Piedra de Rosetta fue el código que resolvió el misterio de los jeroglíficos egipcios. Fue la Piedra de Rosetta la que le permitió a los eruditos leer las inscripciones y relieves -- los textos, tablillas, y tumbas -- que finalmente proporcionaron una comprensión moderna de la antigua civilización egipcia.

La famosa pieza, que resultó ser un elemento clave para descifrar los jeroglíficos egipcios, fue hallada casualmente en el norte de Egipto por parte de un destacamento militar francés

Hoy en día es la pieza más visitada del Museo Británico de Londres.



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