viernes, 10 de abril de 2015

BELGRANO FOMENTÓ LA PRIMERA EMPRESA DE SEGUROS DE BUENOS AIRES

BELGRANO FOMENTÓ LA PRIMERA EMPRESA DE SEGUROS DE BUENOS AIRES


Belgrano en 1796 se encontraba al frente de la Secretaría del Consulado de Buenos Aires.

Había realizado sus estudios de derecho en España desde 1786 hasta 1792
en la Universidad de Salamanca, en plena época de la evolución de las ideas
económicas en Europa, habiendo tenido contacto personal con Jovellanos,
Campomanes, Gardoqui y otros importantes economistas, que tuvieron ingerencia en todos los temas relacionados a los seguros. Más precisamente, con el primero de los mencionados, el cual el 20 de septiembre de 1789 pronunció su célebre discurso para el establecimiento de una Compañía Nacional de Seguros.

En la memoria del Consulado del 15 de junio de 1796, titulada “Medios generales
de fomentar la agricultura, animar la industria y proteger el comercio de un país
agricultor”, Belgrano manifiesta su opinión sobre la necesidad de crear una escuela
de comercio y establecer una compañía de seguros terrestres y marítimos. En el
primer documento histórico de propuesta de seguros conocido y para el Virreynato
del Río de la Plata, textualmente se sostenía: “Otro de los medios de proteger el
comercio es establecer una compañía de seguros, tanto para el comercio marítimo
como el terrestre; sus utilidades son bien conocidas, tanto a los aseguradores como a los asegurados, y deberían empeñarse en semejante compañía al principio, todos aquellos hombres pudientes de esta Capital y demás ciudades del Virreynato, a fin que desde sus principios tuviese grandes fondos, dispensándole este cuerpo toda protección posible”.

Es importante señalar que en su propuesta Belgrano se alejaba del viejo molde de
otros países donde el seguro se inició sobre la parte marítima, para después
expandirse a otros riesgos, por lo que la misma resultaba totalmente novedosa.

A dos meses de leída la precitada memoria un importante comerciante local, Don
Julián del Molino Torres tomaba la iniciativa de crear la primera compañía de
seguros, dirigiendo a tal efecto a otros hacendados y comerciantes locales una
propuesta para la conformación de la misma, fundamentándose en la necesidad de
evitar la salida de capitales hacia España y la concreta posibilidad de percibir las
indemnizaciones en forma rápida, al no tener que esperar su envío desde España.
Teniendo en cuenta las invocaciones y fundamentos patrióticos de la propuesta
realizada por Molino Torres, es correcto interpretar que la misma no se dirigía a las entidades o capitales españoles, sino a los locales que se veían afectados cuando no impedidos de contratarlos.

Como curiosidad se puede destacar que en el artículo XVI de los Estatutos de la
nueva aseguradora a crearse textualmente decía “...deberá otorgar sus pólizas de
los seguros que hiciera, en términos claros y significativos, sin dexar lugar, a
interpretaciones cavilosas...”. Una circunstancia que a doscientos años aún perdura y es conflicto de debate.

La propuesta fue aceptada según nueva comunicación cursada a los que
manifestaron interés con fecha 3 de noviembre de 1796 por Molino Torres, quedando el 7 de noviembre de 1796 constituida finalmente la primera empresa de seguros bajo el nombre de “La Confianza”, conformada bajo la estructura similar de aseguradoras europeas, con un capital de 400.000 pesos fuertes (400 acciones de 1.000 pesos fuertes cada una) y con una duración de cinco años, fecha esta última a partir de la cual se distribuirían las utilidades.

La aseguradora operó con normalidad según se desprende de los documentos de
las juntas de accionistas hasta el año 1802 sin poderse llegar a determinar su

continuidad o finalización por cuanto no existe documento alguno que así lo acredite.

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