jueves, 7 de marzo de 2019

PACTO DE LAS CATACUMBAS


PACTO DE LAS CATACUMBAS

PACTO DE LAS CATACUMBAS
Durante el CONCILIO VATICANO II (1962-1965) un grupo de obispos, principalmente de América Latina, liderados por Helder Cámara, se reunían periódicamente para reflexionar sobre el lema de la Iglesia de los pobres que Juan XXIII había propuesto para el concilio. Les motivaba a ello un deseo de fidelidad al Jesús pobre de Nazaret y también el testimonio del sacerdote  Paul Gauthier y de la carmelita Marie Thérèse Lescase que trabajaban como obreros en Nazaret.
Tras un largo tiempo de diálogo y discusiones, pocos días antes de la clausura del Vaticano II, el 16 de noviembre de 1965, 40 obispos se reunieron en las Catacumbas de Santa Domitila de Roma para celebrar la eucaristía y firmar un compromiso, el llamado Pacto de las Catacumbas, al que se adhirieron otros 500 obispos del concilio.
En este Pacto, los obispos, conscientes de sus deficiencias en su vida de pobreza, con humildad pero también con toda determinación y toda la fuerza que Dios les quiere dar, se comprometen a 13 decisiones.

PACTO DE LAS CATACUMBAS

Nosotros, obispos, reunidos en el Concilio Vaticano II, conscientes de las deficiencias de nuestra vida de pobreza según el evangelio; motivados los unos por los otros, en una iniciativa en que cada uno de nosotros quisiera evitar la excepcionalidad y la presunción; unidos a todos nuestros hermanos de episcopado; contando sobre todo con la gracia y la fuerza de Nuestro Señor Jesucristo, con la oración de los fieles y de los sacerdotes de nuestras respectivas diócesis; poniéndonos con el pensamiento y la oración ante la Trinidad, ante la Iglesia de Cristo y ante los sacerdotes y los fieles de nuestras diócesis, con humildad y con conciencia de nuestra flaqueza, pero también con toda la determinación y toda la fuerza que Dios nos quiere dar como gracia suya, nos comprometemos a lo siguiente:

1) Procuraremos vivir según el modo ordinario de nuestra población, en lo que concierne a casa, alimentación, medios de locomoción y a todo lo que de ahí se sigue.

2) Renunciamos para siempre a la apariencia y a la realidad de la riqueza, especialmente en el vestir (tejidos ricos, colores llamativos, insignias de material precioso). Esos signos deben ser ciertamente evangélicos: ni oro ni plata.

3) No poseeremos inmuebles ni muebles, ni cuenta bancaria, etc. a nuestro nombre; y si fuera necesario tenerlos, pondremos todo a nombre de la diócesis, o de las obras sociales caritativas.

4) Siempre que sea posible confiaremos la gestión financiera y material de nuestra diócesis a una comisión de laicos competentes y conscientes de su papel apostólico, en la perspectiva de ser menos administradores que pastores y apóstoles.

5) Rechazamos ser llamados, oralmente o por escrito, con nombres y títulos que signifiquen grandeza y poder (Eminencia, Excelencia, Monseñor...). Preferimos ser llamados con el nombre evangélico de Padre.

6) En nuestro comportamiento y en nuestras relaciones sociales evitaremos todo aquello que pueda parecer concesión de privilegios, prioridades o cualquier preferencia a los ricos y a los poderosos (ej: banquetes ofrecidos o aceptados, clases en los servicios religiosos).

7) Del mismo modo, evitaremos incentivar o lisonjear la vanidad de quien sea, con vistas a recompensar o a solicitar dádivas, o por cualquier otra razón. Invitaremos a nuestros fieles a considerar sus dádivas como una participación normal en el culto, en el apostolado y en la acción social.

8) Daremos todo lo que sea necesario de nuestro tiempo, reflexión, corazón, medios, etc. al servicio apostólico y pastoral de las personas y grupos trabajadores y económicamente débiles y subdesarrollados, sin que eso perjudique a otras personas y grupos de la diócesis. Apoyaremos a los laicos, religiosos, diáconos o sacerdotes que el Señor llama a evangelizar a los pobres y los trabajadores compartiendo la vida y el trabajo.

9) Conscientes de las exigencias de la justicia y de la caridad, y de sus relaciones mutuas, procuraremos transformar las obras de “beneficencia” en obras sociales basadas en la caridad y en la justicia, que tengan en cuenta a todos y a todas, como un humilde servicio a los organismos públicos competentes.

10) Haremos todo lo posible para que los responsables de nuestro gobierno y de nuestros servicios públicos decidan y pongan en práctica las leyes, las estructuras y las instituciones sociales necesarias a la justicia, a la igualdad y al desarrollo armónico y total de todo el hombre en todos los hombres, y, así, al advenimiento de otro orden social, nuevo, digno de los hijos del hombre y de los hijos de Dios.

11) Porque la colegialidad de los obispos encuentra su más plena realización evangélica en el servicio en común a las mayorías en estado de miseria física cultural y moral ―dos tercios de la humanidad― nos comprometemos a: 

-participar, conforme a nuestros medios, en las inversiones urgentes de los episcopados de las naciones pobres;
-pedir juntos a nivel de los organismos internacionales, dando siempre testimonio del evangelio como lo hizo el Papa Pablo VI en las Naciones Unidas, la adopción de estructuras económicas y culturales que no fabriquen más naciones pobres en un mundo cada vez más rico, sino que permitan a las mayorías pobres salir de su miseria.

12) Nos comprometemos a compartir nuestra vida, en caridad pastoral, con nuestros hermanos en Cristo, sacerdotes, religiosos y laicos, para que nuestro ministerio constituya un verdadero servicio; así:
-nos esforzaremos para “revisar nuestra vida” con ellos;
-buscaremos colaboradores que sean más animadores según el Espíritu que jefes según el mundo;
-procuraremos hacernos lo más humanamente presentes y ser acogedores;
-nos mostraremos abiertos a todos, sea cual sea su religión.

13) Cuando volvamos a nuestras diócesis, daremos a conocer a nuestros diocesanos nuestra resolución, rogándoles nos ayuden con su comprensión, su colaboración y sus oraciones.

Que Dios nos ayude a ser fieles

Entre los firmantes del pacto que se han revelado se encuentran los siguientes:1467
De Brasil
·         Dom Antônio Batista Fragoso, obispo de Crateús, Ceara
·         Don Francisco Austregésilo de Mesquita Filho, obispo de Afogados da Ingazeira, Pernambuco
·         Dom João Batista da Mota e Albuquerque, arzobispo de Vitória
·         P. Luiz Gonzaga Fernandes, que había de ser consagrado obispo auxiliar de Vitória
·         Dom Jorge Marcos de Oliveira, obispo de Santo André, São Paulo
·         Dom Helder Camara, obispo de Recife
·         Dom Henrique Hector Golland Trindade, OFM, arzobispo de Botucatu, São Paulo
·         Dom José Maria Pires, arzobispo de Paraíba
De Colombia
·         Mons. Tulio Botero Salazar, arzobispo de Medellín
·         Mons. Antonio Medina Medina, obispo auxiliar de Medellín
·         Mons. Aníbal Muñoz Duque, obispo de Nueva Pamplona
·         Mons. Raúl Zambrano de Facatativá
·         Mons. Angelo Cuniberti, vicario apostólico de Florencia
De Argentina
·         Mons. Alberto Devoto, obispo de Goya
·         Mons. Vicente Faustino Zazpe, obispo de Rafaela
·         Mons. Juan José Iriarte, obispo de Reconquista
·         Mons. Enrique Angelelli, obispo auxiliar de Córdoba
De otros países de América Latina
·         Mons. Alfredo Viola, obispo de Salto, Uruguay
·         Mons. Marcelo Mendiharat, obispo auxiliar de Salto, Uruguay
·         Mons. Manuel Larraín Errázuriz, obispo de Talca, Chile
·         Mons. Marcos Gregorio McGrath, obispo de Santiago de Veraguas, más tarde arzobispo de la arquidiócesis de Panamá, Panamá
·         Mons. Leonidas Eduardo Proaño Villalba, obispo de Riobamba, Ecuador
·         Mons. Sergio Méndez Arceo, obispo de Cuernavaca, Morelos, México
De Francia
·         Mons. Guy Marie Riobé, obispo de Orleans
·         Mons. Gérard-Maurice Eugène Huyghe, obispo de Arras
·         Mons. Adrien Gand, obispo auxiliar de Lille
De otros países de Europa
·         Mons. Charles-Marie Himmer, obispo de Tournai, Bélgica
·         Mons. Rafael González Moralejo, obispo auxiliar de Valencia, España
·         Mons. Julius Angerhausen, obispo auxiliar de Essen, Alemania
·         Mons. Luigi Betazzi, obispo auxiliar de Bolonia, Italia
De África
·         Dom Bernard Yago, arzobispo de Abidjan, Costa de Marfil
·         Mons. Joseph Blomjous, obispo de Mwanza, Tanzania
·         Mons. Georges-Louis Mercier, obispo de Laghouat, Argelia
De Asia y América del Norte
·         Mons. Máximo V Hakim, arzobispo melquita de Acre, Israel
·         Mons. Grégoire Haddad, obispo melquita, auxiliar de Beirut, Líbano
·         Mons. Gérard Marie Coderre, obispo de Saint Jean de Quebec, Canadá
·         Mons. Charles Joseph van Melckebeke, de origen belga, obispo de Yinchuan, Ningxia, China


lunes, 4 de marzo de 2019

LA RUBIA MIREYA


LA RUBIA MIREYA


LA RUBIA MIREYA

Las heroínas están presentes en muchos títulos y letras de tangos. Algunas fueron personajes reales y otras producto de la imaginación que luego se convirtieron en mitos populares.

El caso de la Rubia Mireya es pura invención, inspiración romántica del poeta, aunque, como en otros casos se intentó darle un cuerpo, un nombre y una trayectoria de vida.

Los argentinos de la época, influenciados por la cultura europea y en especial la francesa, soñaban con las noches parisinas, con la posibilidad de frecuentarse con Mimí, Ninón, Manón, Griseta o Mireya.

Los orígenes del nombre podemos ubicarlo en la región de Provenza, en el sur de Francia. El poeta Frédéric Mistral (1830-1914) escribió en 1859 un largo poema en el que retrata la vida cotidiana en la región, y coloca de personaje principal a una mujer, cuyo nombre da título a la obra: Mirèio, en lengua provenzal. Este nombre traducido al francés se convierte en Mireille, que al arribar a nuestro puerto, los argentinos transforman en Mireya.

Lo curioso del asunto es que este poeta provenzal recibió el premio Nobel de literatura, en su tercera edición del año 1904, lo que le dio una difusión extraordinaria.

La primera referencia concreta sobre su utilización la comprobamos en un sainete (breve obra teatral de argumento sencillo), El rey del cabaret, Alberto Weisbach y Manuel-Romero, este último autor de numerosas letras de tango, argumentista y director de cine.

La obra estrenada el 21 de abril de 1923, tenía como protagonista femenino a Mireya, muchacha que gustaba de las noches con champagne, bailando tangos y conquistando corazones, con un final feliz, donde la muchacha contrae matrimonio con un joven adinerado, de buena familia.

Dos años más tarde, el propio Manuel-Romero escribe la letra del famoso tango Francisco-Canaro "Tiempos-viejos”. En ella inmortaliza a la Rubia Mireya, que a diferencia del personaje del sainete, tuvo un destino trágico y desgraciado. Era tan linda de joven que «se formaba rueda para verla bailar» y que al correr de los años, se transforma en «una pobre mendiga harapienta».

Esta misma historia fue llevada al cine, también por Manuel Romero en su condición de director, donde la actriz Mecha Ortiz le dio su impronta definitiva.

Es muy probable que muchas frecuentadoras de las milongas de aquellos tiempos hayan usado el nombre como seudónimo. Lo cierto es que ninguna fue identificada como la auténtica Mireya inspiradora del tango.

Podemos completar esta crónica con una curiosidad. Un periodista intentó generar una polémica diciendo conocer a la «verdadera Mireya». Esta era uruguaya a la que llamaban La Oriental y cuyo verdadero nombre era Margarita Verdier, una bailarina muy admirada por sus habilidades en la danza. Esta historia nunca pudo establecer la relación entre el autor del tango y la bailarina uruguaya. La falta de asidero convirtió esta noticia en una mera anécdota.

Finalmente Héctor Benedetti nos dice en su libro Las mejores letras de tango (Editorial Seix-Barral): «La rubia Mireya motivó una abundante literatura, que no hubiera tenido de ser un personaje real. Se le crearon biografías y anécdotas dudosas; Julian Centeya la menciona en una milonga, quizás al solo efecto de la rima».

Textos tomados de un artículo brillante de Néstor Pinsón


viernes, 22 de febrero de 2019

FORTIN SAN LORENZO DE NAVARRO



FORTIN SAN LORENZO DE NAVARRO
Escondidos en la historia de antiguos tiempos, los “pagos de Navarro” deben su nombre al encomendero Capitán Miguel Navarro, militar español que acompañó a Juan de Garay en su derrotero conquistador y que se habría asentado en estas latitudes, al margen de un bañado natural para parlamentar y negociar pacíficamente con la indiada que poblaba la zona, y en su posterior establecimiento como pueblo adoptó el nombre del paraje, dado por el apellido de quien dieciocho décadas antes había pisado estas tierras en representación de la corona española.
Así, después de casi dos siglos de que estas tierras se conocieran por “los pagos de Navarro”, el poblado nace de las entrañas de un fortín que tuvo como misión el proteger y resguardar el ganado vacuno de los hacendados del Cabildo de Luján, y la valerosa y arriesgada tarea de formar parte de una línea de guardias y fortines que frenaran las pretensiones saqueadoras del indio.
La laguna natural, por entonces servía de abrevadero para el ganado cimarrón, capital valioso de los hombres del virreinato, que muchas veces era perseguido, asediado y arriado por los malones a sus dominios indígenas.
El historiador mercedino Ricardo Tabossi nos dice:
“No será épico, pero las avanzadas de la civilización sobre el desierto siguieron, con sus líneas de frontera y fortines, la marcha de los ganados. En este sentido, la línea de frontera no fue más que un vasto cerco, un gigantesco corral levantado paras encerrar la vaca. Este peregrinar de las reses explicará la fundación de Navarro. Así entonces, la seca de 1767, más la proximidad del invierno determinó al comandante del Regimiento de Dragones Provinciales Juan Antonio Marín, a cuyo cargo estaba la frontera de Luján, a solicitar al gobernador Bucarelli el 30 de abril, la fundación de una guardia en Navarro.
“Señor, hallándonos con la penalidad que nos ha ocasionado la dilatada sequía, pues hace algunos meses que se padece el beneficio del agua, con cuyo motivo y el de ir apretando los fríos, los más ganados se han retirado fuera de las fronteras, de modo que se hallan hoy a distancia de ocho o nueve leguas… y encontrando modo de precaver este daño es poniendo en una laguna llamada Navarro, la guardia que está en la frontera de Conchas, a cuya guardia se le agregarán los mismos vecinos interesados, con lo que se hará un número de ochenta o cien hombres con el cual podrán soportar cualquier extorsión que intente el enemigo y al mismo tiempo que se repara este daño con mayor facilidad podrán correr la campaña”.

La transcripción corresponde a la carta enviada con fecha 30 de abril de 1767 por el Comandante del Regimiento de Dragones Provinciales Juan Antonio Marín al Gobernador Bucarelli, documento que certifica que en tal fecha se expresó la primera voluntad de establecimiento del fortín y guardia, hecho que se acredita por documentos inmediatamente posteriores.
Así, lastimosamente pertrechados, dieciséis milicianos iniciaron el epopéyico camino que nos condujo a ser pueblo. Claro está que no fue fácil para ellos ni para sus contemporáneos plantar raíces en tan inhóspita realidad.
En oportunidad de una inspección once años después de su establecimiento que pretendía trasladar sus instalaciones a otro lugar fronterizo, el Fortín de la Guardia de San Lorenzo de Navarro presentaba este estado: “…mal corral de ganado, pues entre palo y palo cabe un hombre perfilado; y entre muchos de ellos, de frente. El foso quedó a los principios, pues apenas hay hecha una cuarta parte de él, y tan accesible que se puede pasar a caballo, y lo que es peor es que no se puede hacer sin mudar el corral que está siguiendo la misma palizada del fuerte sobre todo el frente de su retaguardia…..no hay aquí más vivienda que un rancho para treinta hombres y uno pequeño,,,..pero tan estropeados que sólo defienden del sol”.
Luego de la inspección, en 1779, el virrey decide no trasladar a la Guardia de Navarro y reparada sus precarias instalaciones, la Guardia pasa a denominarse Fortín San Lorenzo de Navarro.
Ese fue el inicio. Ese fue el principio de Navarro. Agreste y fortinero.
El virrey Vértiz decide establecer poblados en torno a cada uno de los fortines de línea y comisiona al oficial Juan José de Sardén para tal fin. El oficial Sardén es quien en el año 1782 eleva la recomendación de dotar de vecindario al Fortín San Lorenzo de Navarro, cuestión que se fue cumpliendo en los primeros años, ya que n el año 1797 el vecindario ya estaba formado y organizado pero todavía dependía del Cabildo de Luján.
El 1º de Enero de 1798 San Lorenzo de Navarro es declarado Partido, se fijan su límites y se lo dota de gobierno propio al crear la primera Alcaldía de Hermandad, siendo el primer Alcalde el Sr. Juan Miguel de Leiva. El cargo de Alcalde de Hermandad estaría vigente hasta el año 1821, año en que se disuelven las Alcaldías para dar lugar a los Juzgados de Paz.
En el año 1825, el vecindario ya estaba compuesto por unos treinta ranchos, se trazan los límites del ejido pueblo y comienza a funcionar la primera escuela pública exclusiva para varones, luego de once años ésta deja de funcionar por carecer del sustento de las autoridades provinciales. Se restablece en su función recién en el año 1854, en el mismo año también inicia la primera escuela para niñas.
Tres años después, en 1857, el céntrico cementerio, que se encontraba a la vera de la capilla, es removido y construido en el predio donde funciona actualmente.
Llega el año 1870 y el ejido de Navarro toma forma definitiva al quedar marcada la traza del pueblo con sus calles, manzanas y quintas.
Fuente
Efemérides – Patricios de Vuelta de Obligado
Portal Navarro Para Todos
Portal www.revisionistas.com.ar
Tabossi, Ricardo – Sobre los más remotos orígenes de Navarro - Junta de Estudios Históricos de Navarro, Imprenta Amanecer, 1987.
Se permite la reproducción citando la fuente: www.revisionistas.com.ar


miércoles, 20 de febrero de 2019

EL ORO, LA MALDICION DEL REY MIDAS


EL ORO, LA MALDICION DEL REY MIDAS


EL ORO, LA MALDICION DEL REY MIDAS

Midas, hijo de la gran diosa de Ida y de un sátiro, era un rey amante del placer que gobernada a los brigios en. 


El rey Midas de Frigia, Bromio, ciudad de Macedonia, gobernó durante los años 740 a. C. y 696 a. C., aproximadamente.

Debido a su casamiento con una mujer griega, la región que ocupaba la mayor parte de la península de Anatolia (actual Turquía), adoptó el alfabeto griego. Era un hombre obsesionado por las riquezas. Vivía en un hermoso castillo rodeado de grandes jardines, bellas rosas y todo tipo de objetos lujosos.

 El rey Midas, hijo de Grodinas, un campesino que había llegado al trono de Frigia por voluntad de los dioses, creció obsesionado por las riquezas.

Midas fue un rey de gran fortuna que gobernó la región de Frigia, en Asia Menor. Tenía todo lo que se podía desear, vivía en un hermoso palacio con su hija,  de nombre Zoe, a la que amaba profundamente y pensaba que su mayor felicidad provenía del oro. ¡Su avaricia era tal que solía pasar sus días contando sus monedas de oro! De vez en cuando solía cubrir su cuerpo con objetos de oro, como si quisiera bañarse en ellos. El dinero era su obsesión.

Un día, Dionisio, el dios del vino y la juerga, pasó por el reino de Midas. Uno de sus subalternos, un sátiro llamado Sileno -dios menor de la embriaguez-, se retrasó en el camino. Sileno se cansó y decidió tomar una siesta en los famosos jardines de rosas que rodeaban el palacio del rey Midas. Allí, fue encontrado por el rey, quien lo reconoció al instante y lo invitó a pasar unos días en su palacio, hasta que Dionisio fue a por él. El dios de la vendimia, muy agradecido con Midas por su amabilidad, prometió a este satisfacer cualquier deseo que anhelara. El rey quedó pensativo y luego dijo: “Quiero que todo lo que toque se convierta en oro”. El dios le advirtió al rey que pensara bien sobre las consecuencias de su deseo, pero Midas insistió. Dionisio lo dejó estar y le prometió al rey que, desde el día siguiente, todo lo que tocara se convertiría en oro.

Al día siguiente, Midas, se despertó ansioso por ver si su deseo se había hecho realidad. Extendió su brazo tocando una pequeña mesa que inmediatamente se convirtió en oro. ¡Midas saltó de felicidad! Luego tocó una silla, la alfombra, la puerta, su bañera… y así siguió corriendo en su locura por todo su palacio hasta que se cansó. Se sentó a la mesa a tomar el desayuno y tomó una rosa entre sus manos para oler su fragancia. Cuando la tocó, la rosa se convirtió en oro. “Tendré que absorber la fragancia sin tocar las rosas, supongo…”, pensó con decepción. Sin siquiera pensarlo, ¡se dispuso a comer una uva pero también se convirtió en oro!. Lo mismo sucedió con una rebanada de pan y un vaso de agua. De repente, comenzó a sentir miedo. Las lágrimas llenaron sus ojos y en ese momento, su amada hija entró en la habitación.
EL ORO, LA MALDICION DEL REY MIDAS
Cuando Midas la abrazó, ¡se convirtió en una estatua dorada!. Desesperado y temeroso, levantó los brazos y rezó a Dioniso para que le quitara esta maldición.

Finalmente levantó los brazos y suplicó a Dionisio: “Oh, Dionisio, no quiero el oro! Ya tenía todo lo que quería! Solo quiero abrazar a mi hija, sentirla reir, tocar y sentir el perfume de mis rosas, acariciar a mi gata y compartir la comida con mis seres queridos! Por favor, quítame esta maldición dorada!” El amable dios Dionisio le susurró al corazón: “Puedes deshacer el toque de oro y devolverle la vida a las estatuas, pero te costará todo el oro de tu reino” y Midas exclamó: “Lo que sea! Quiero a la vida no al oro!” Dionisio entonces le recomendó: “Busca la fuente del río Pactulo y lava tus manos. Este agua y el cambio en tu corazón devolverán la vida a las cosas que con tu codicia transformaste en oro”.
EL ORO, LA MALDICION DEL REY MIDAS
Midas corrió al río y se lavó las manos en la fuente, agradecido por esta oportunidad. Se asombró al ver el oro que fluía de sus manos para depositarse en la arena del fondo de la fuente. Rápidamente, llevó una jarra de agua para volcar sobre Zoe y rociar a la gata. Al instante, sonaba en el silencio la risa y la voz musical de Zoe y el ronroneo de la gata.
Muy contento y agradecido salió Midas con su hija para buscar más agua del río Pactulo y así poder rociar rápidamente todo lo que brillaba de oro en el palacio.

Gran alegría le proporcionó a Midas el observar que la vitalidad había retornado a su jardín y a su corazón. Aprendió a amar el brillo de la vida en lugar del lustre del oro.

A partir de entonces, Midas se convirtió en una mejor persona, generosa y agradecida por todos los bienes que tenía. Su pueblo llevó una vida próspera y cuando murió, todos lloraron a su amado rey.

En la localidad de Yazilikaya de Anatolia, se levanta una fachada monumental llamada 'tumba de Midas', que data del siglo VII a.C. Pero lo cierto, es que se trata de un templo dedicado a Cibeles. antigua diosa de la fertilidad de la tierra (y principal divinidad del panteón de Frigia).


Gracias a Midas este reino se expandió al este, participando en múltiples relaciones comerciales con Asiria y Urartu, que aumentó considerablemente las riquezas del rey y su región. Tanta abundancia provocó que los griegos acabaran haciéndole un hueco en su mitología.


Según parece, tras las muchas invasiones de Sargón II (rey de Asiria durante el Imperio nuevo). Midas se suicidó, terminando así el próspero período de Frigia.

 La historia del rey Midas es un mito sobre la avaricia y narra lo que ocurre cuando no sabemos reconocer la verdadera felicidad. Midas era un hombre que deseaba que todo lo que tocara se convirtiera en oro. Sin embargo, no había pensado que este deseo no era realmente una bendición, sino una maldición. Su codicia nos invita a pensar y darnos cuenta de las consecuencias que pueden llevarnos a convertirnos en esclavos de nuestros propios deseos.

viernes, 7 de diciembre de 2018

EL PUEBLO QUE INVENTÓ EL CERO

EL PUEBLO QUE INVENTÓ EL CERO

EL PUEBLO QUE INVENTÓ EL CERO
Fue un pueblo que tuvo su infancia cultural en la Edad de Piedra y nunca conoció el principio de la rueda. Sin embargo, prosperó hasta niveles intelectuales y artísticos que ninguna otra raza en las antiguas Américas pudo alcanzar.
Sabían calcular los movimientos de los planetas y predecir eclipses con una exactitud que no volvió a repetirse hasta el siglo XX. Su sistema matemático no fue siquiera igualado por el antiguo Egipto. Podían contar de millones en millones y emplearon el concepto del cero 1.000 años antes que el resto de la humanidad. Pero su sabiduría envolvía paradojas.
Jamás fueron capaces de construir un arco de gran resistencia en sus edificaciones. Su escritura era aún pictográfica cuando otros pueblos gozaban de una elegante literatura.
Los mayas de Mesoamérica crearon una civilización tan espléndida como original; una cultura cuya brusca desaparición sigue siendo una de las grandes incógnitas de la historia.
No se sabe cómo se transformaron de primitivas comunidades de agricultores y pescadores hacia el año 1500 antes de J.C. en el poderoso imperio, cuyas numerosas ciudades se desparraman por territorios de Honduras, de Guatemala y del sudeste de México. Pero lo hicieron y lo hicieron solos.
En el transcurso de los siglos, los mayas fueron depurando un sistema social rigurosamente distribuido en clases: en primer lugar, una nobleza hereditaria bajo el mandato de un rey sacerdote; a continuación, los trabajadores comunales libres y, finalmente, los esclavos que eran en general prisioneros aprehendidos en campaña. Los cautivos importantes, sin embargo, servían de sacrificio humano al dios creador Hunab Ku.
Sólo empleaban tres símbolos matemáticos: el punto representaba la unidad; la barra, el cinco, y la concha, el cero. Pero con ellos calculaban cifras de millones, empleando un sistema de posiciones. Así como en nuestro sistema decimal las posiciones de derecha a izquierda aumentan de diez en diez, en el sistema maya vigesimal los valores de las posiciones aumentaban de veinte en veinte, de abajo arriba.
El calendario maya arranca de un día del año 3113 antes de J.C. y contaba el número de días que desde entonces se habían sucedido, pero se ignora el motivo por el que eligieron esa fecha mítica como punto de partida cuando empezaron a llevar la cuenta más de 3.400 años después. En lugar de semanas, meses y años, los mayas observaban el hin (un día), el uinai (20 días), el tun (360 días), el katún (7.200 días) y el baktún (144.000 días).
Sus ciudades albergaban hasta 40.000 habitantes y vivían de un complicado sistema de comercio.
De repente, sin que pueda explicarse la razón, hacia el principio del siglo X de nuestra era la civilización maya llamada «clásica» se desintegró. Las ciudades fueron abandonadas y sólo dos siglos más tarde florecieron de nuevo grandes centros urbanos (Chichén-Itzá, Uxmal) en las tierras bajas del norte de la península de Yucatán. Se han formulado numerosas hipótesis que tratan de explicar esta caída, pero todas son puras conjeturas.
Una supone que el sistema agrícola se hundió al agotarse el suelo y ser invadido por la selva. Otros sugieren terremotos, enfermedades o invasiones procedentes del altiplano central de México. También es posible que se produjeran violentos levantamientos populares contra las clases dirigentes, hipótesis que parece confirmar el hallazgo de mutilaciones deliberadas de las representaciones de dioses y caudillos en algunas estelas de la época clásica. En cualquier caso, la incógnita sigue planteada en el mismo corazón de América.    

martes, 4 de diciembre de 2018

EL VIVAC


EL VIVAC

EL VIVAC
Transcribimos un texto de 1815 de dos ingleses, JUAN PARISH y GUILLERMO P. ROBERTSON, que pasaron por nuestro país:

...Disponíanse las carretas en semicírculo, bastante cerca una de otra, pero de manera que pudieran uncirse todos los bueyes a la vez por la mañana.
Estos animales quedaban sueltos y podían pastar libremente; desensillábanse los caballos y daban comienzo los preparativos para la noche. Entre los bueyes mansos, hay siempre un cierto número que el capataz compra para dar de comer a sus hombres durante el viaje...
Al mismo tiempo, dentro del círculo de las carretas, iban encendiéndose grandes fogones en el suelo; crepitaba la leña y las llamas iluminaban la escena destacando con intensidad todos los objetos mientras se extinguía la luz del sol.
La primera distracción del gaucho, después de cumplido su afanoso trabajo, es el mate. De manera que, tan pronto como terminaban las tareas, salían a relucir las rústicas y abolladas calderitas y en seguida podía verse a los hombres llenando los mates o chupando las bombillas, mientras caminaban a paso lento o bien permanecían sentados junto al fuego sobre una cabeza de vaca y fumando cigarrillos de papel.
Era el preludio de la cena más suculenta que pueda imaginarse: sobre los fuegos, y ensartados en largas estacas de madera o en brochetas de hierro, inclinadas, se veían ya una media docena de asados compuestos de las mejores partes del animal; el olorcillo de la carne asada, llenando el aire, abría cada vez más el apetito...
Una vez todo en calma, los hombres cubiertos con sus ponchos rodeaban los fogones y seguían fumango cigarros y tomando mate...


viernes, 30 de noviembre de 2018

EL DIA EN 1829 EN QUE ROSARIO FUE CAÑONEADA


EL DIA EN 1829 EN QUE ROSARIO FUE CAÑONEADA

 

EL DIA EN 1829 EN QUE ROSARIO FUE CAÑONEADA

En diciembre de 1828, el gobernador legítimo de Buenos Aires, Manuel Dorrego fue fusilado por Lavalle y la Convención Nacional de ese año reunida en Santa Fe, designó al Gobernador Estanislao López general en jefe del ejército contra Buenos Aires.


Rosario, estuvo entre dos fuegos y acamparon cerca de ella tanto las huestes de Lavalle como las de López. Para peor, una escuadrilla porteña, al mando de los coroneles Isaac Thompson y Leonardo Rosales, incursionó por el Paraná rumbo a Santa Fe. Ancladas las naves en San Nicolás, en mayo de 1829, dirá Rosales: "En la noche del 27 determinamos seguir aguas arriba y con intención de recorrer y amagar al Rosario".

En efecto, los buques continuaron su viaje río arriba y a su paso por Rosario descargaron sobre su artillería.

Como los vientos norte contrarios no permitían seguir la navegación, recibieron orden de atacar nuevamente a la Villa. El 29 de julio informaba Rosales, a bordo de la goleta de guerra "Sarandí": "Al pasar por la Villa del Rosario, la batí con la escuadra por orden del jefe de la expedición coronel D. Isaac Thompson, y nuestros fuegos no fueron contestados sino por algunos tiros de fusil, habiendo la población recibido mucho daño".

De más esta decir que, como dice Rosales, apenas se respondió el ataque por no existir en la Villa destacamento militar de importancia.


jueves, 29 de noviembre de 2018

CACIQUE INACAYAL



CACIQUE INACAYAL 


CACIQUE INACAYAL
 
INACAYAL nació hacia 1835 y su nombre es de origen gününa-küne (tehuelche del norte). (ina: del verbo seguir; ka: otro, otra; yal: prole).

Su conducta valió los elogios del Perito Francisco Moreno que lo encontró prisionero en los cuarteles de Palermo, en Buenos Aires, una vez desalojado de sus tierras a orillas del Nahuel Huapi, en 1885. En 1886 consiguió llevarlo a vivir bajo su protección, junto con el cacique Foyel y su familia, al museo de La Plata, donde murió el 24 de septiembre de 1888.
 
CACIQUE INACAYAL
La expedición de Roca se componía de alrededor de 6.000 soldados distribuidos en cinco divisiones dotadas del armamento más avanzado de la época. La arremetida del ejército fue incontenible. Una avalancha de saqueo y despojo inexorables. 
  De acuerdo con la Memoria del Departamento de Guerra y Marina de 1879, el resultado de la expedición en su primer año fue: 5 caciques principales prisioneros; 1 cacique principal muerto (Baigorrita); 1.271 indios de lanza prisioneros; 1.313 indios de lanzas muertos; 10.513 indios de chusma prisioneros; 1.049 indios reducidos.

    A pesar de todo, el indígena combatió con furia desesperada. Grito de desesperación que se manifestó, por ejemplo, el 29 de junio de aquel 1879 cuando 60 araucanos se arrojaron con ira sobre un destacamento militar luego de atravesar el congelado Río Neuquen. Al decir de Juan Carlos Walter, en su obra La conquista del desierto: "la muerte inesperada del jefe originó su retirada, pero no cabe duda que en pleno invierno cruzar un ancho río antes de aclarar, casi en presencia del enemigo montado en pelo y desnudo, es un ejemplo que escapa a los de orden común".

   En 1884 el cacique Namuncurá se rindió con 331 de sus hombres. Pero Sayhueque e Inacayal estaban dispuesto a batallar hasta el fin. En la Memoria del Departamento de Guerra y Marina se afirma que: 
    "...se habían invitado recíprocamente con Sayhueque que estaba en el Norte para unirse y pelear a las tropas hasta morir. Que la vigilancia que se tenía en los toldos era grande, y que ellos no se separaban los hombres más que en reducido número y por pocas horas para bolear, teniendo al propio tiempo el encargo de bombear el campo y cortar rastros en todos los rumbos".

   Al unirse los caciques, acordaron una enérgica resistencia:
  "en Schuniqueparia había tenido lugar un gran parlamento, al que concurrieron Inacayal, Foyel, Chagallo, Salvutia Rayel, Nahuel, PichiCuruhuinca, Cumilao, Huichaimilla, Huenchunecul, Huicaleo y otros caciques en representación de su tribu y Sayhueque con todos sus capitanejos...Que el parlamento se arribó a la conclusión de no entregarse ninguno a las fuerzas del gobierno y de pelear hasta morir, debiendo prestarse recíproco apoyo las tribus entre sí. Que la señal de alarma convenida era prender fuego en los cerros, y que según su número y situación tenían su inteligencia explicativa, cosa que solo era conocida por los caciques..."
    
El 18 de octubre de 1884, rugió la batalla final. Los caciques Inacayal y Foyel atacaron al teniente Insay. Perdieron 30 guerreros y cayeron prisioneros. Conciente de la derrota irreversible, Sayhueque se rindió con 700 de sus guerreros en Junín de los Andes.
 
Junto con sus hermanos, mujeres e hijos, ambos caciques fueron llevados, en 1886, a vivir al Museo de la Plata. El Dr. Moreno, fundador de la institución, intentaba de esta manera retribuirles su hospitalidad.     

"Y un día, cuando el sol poniente teñía de púrpura el majestuoso propíleo de aquel edificio (...), sostenido por dos indios, apareció Inacayal allá arriba, en la escalera monumental; se arrancó la ropa, la del invasor de su patria, desnudó su torso dorado como metal corintio, hizo un ademán al sol, otro larguísimo hacia el sur; habló palabras desconocidas y, en el crepusculo, la sombra agobiada de ese viejo señor de la tierra se desvaneció como la rápida evocación de un mundo. Esa misma noche, Inacayal moría, quizas contento de que el vencedor le hubiese permitido saludar al sol de su patria". Clemente Onelli. Fue el 24 de septiembre de 1888.

Cuando al año siguiente se abrieron al público las puertas del Museo de la Plata, Inacayal no era más que una curiosidad etnológica con el Nº 5438. Un siglo despues en 1994, fue enterrado en Tecka, provincia de Chubut. 
 
 
http://www.temakel.com/ghsurchaco.htm
http://64.233.187.104/search?q=cache:_RVs92pHmTcJ:www.patagoniaexpress.com/tecka.htm+CACIQUE+INACAYAL&hl=es


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martes, 27 de noviembre de 2018

SALLY SALISBURY Una prostituta de Londres de principios del Siglo 18


SALLY SALISBURY Una prostituta de Londres de principios del Siglo 18

SALLY SALISBURY Una prostituta de Londres de principios del Siglo 18
Sally Salisbury, cuyo verdadero nombre es Sarah Pridden y fue también conocida como Sarah Priddon, se convirtió en una célebre prostituta a principios del siglo 18 en Londres.

La hija de un albañil, Sarah Pridden nació alrededor de 1692. Sus planes originales eran ir al negocio de la confección. Ella era una aprendiz de costurera a la edad de nueve años, pero se escapó cuando perdió un encaje caro. Después de probar un algunos trabajos ocasionales en los alrededores de St. Giles Sarah finalmente tuvieron la oportunidad de una carrera que no pudo resistir: ser la amante de Francis Charteris.

Por suerte, el creep (y el violador convicto) no la mantuvo cerca demasiado tiempo. Él se cansó de ella cuando alcanzó la madurez de 14 años, por lo que Sally, como probablemente era conocida en ese momento, pensó que también podría convertirse en una prostituta. 

La vida sin sentido parecía funcionar para Sally. Se convirtió en residente de un burdel, incluso quedándose en el elegante burdel de laMadre Needham.

Adoptó el apellido de Salisbury porque era uno de los nombres de sus clientes y pensó que sonaba genial.

¡Probablemente también fue un buen cambio de carrera porque pronto se convirtió en una de las prostitutas más populares de todo Covent Garden! 

Incluso se rumoreaba que el rey Jorge II había disfrutado de su compañía. 

Como una prostituta exitosa, la vivaz y ardiente Sally vivió una vida hedonista típica del siglo XVIII. 

Fue célebre por su belleza e ingenio y atrajo a muchos clientes de la aristocracia. El Secretario de Estado, vizconde Bolingbroke era un gran admirador, dispuestos a pagar “el precio más alto para el mayor placer”, y se jactó de decir que ella tenía “por lo menos una decena” de señores como clientes. Duques, poetas, diplomáticos fueron muchos de sus amantes.

Ella pasó un tiempo en las cárceles por delitos menores y deudas. Pero salía fácilmente en libertad debido a que los jueces se encaprichaban con ella.

SALLY SALISBURY Una prostituta de Londres de principios del Siglo 18
Pero Sally se dejó llevar un poco una noche en 1723. John Finch, segundo hijo de la duquesa de Winchelsea, había comprado algunas entradas para la ópera y las había entregado a la hermana de Sally y no a Sally. Bueno, debe haber sido una ópera muy buena porque Sally estaba enojada porque John la había descuidado. Se desató una discusión entre los dos en Three Tuns Tavern y Sally, cegada por su ira, ¡apuñaló a John en el corazón! Siempre caballero, John respondió: "Señora, usted me ha herido". Al parecer, Sally no estaba al tanto de esto e inmediatamente comenzó a disculparse por intentar matar a John. Estaba bien, por cierto. John la perdonó, pero la ley no lo hizo. Fue condenada a un año de prisión y tuvo que pagar una multa de £ 100. La sentencia hubiera sido más severa, pero fue derribada debido a que Finch la perdonó. Por supuesto, el juicio fue un gran evento social donde apareció cada persona de la moda. Cuando la llevaron a Newgate para cumplir su condena, le siguieron muchos regalos y visitantes lujosos, para que se sintiera más cómoda. No hay evidencia de si ella hizo que estos visitantes se sintieran más cómodos cuando los visitaron, guiño guiño . 

A pesar de estos lujos de prisión, Sally nunca logró salir de Newgate. Después de cumplir nueve meses de su condena de año, Sally sucumbió a la sífilis y murió. Es demasiado malo también; ¡Imagina con qué otra travesura nos pudo haber entretenido!


lunes, 26 de noviembre de 2018

EL DEPORTE DE LOS GAUCHOS


EL DEPORTE DE LOS GAUCHOS
 

EL DEPORTE DE LOS GAUCHOS
Así como el mate es la bebida por excelencia del pueblo bonaerense, el pato es su juego, el mayor deporte que ha conocido la provincia, de enorme popularidad en el siglo pasado, fue Guillermo E. Hudson, él celebre naturalista argentino que residió muchos años en las llanuras de Buenos Aires, quien lo describió antes que nadie, narrando con cuidadosa precisión como se jugaba en esa época.  "Se mataba un pato o un pollo - dice Hudson - y se le cosía dentro de un trozo de cuero fuerte, haciendo así una pelota de forma irregular, dos veces el grandor de una de fútbol era proveído de cuatro manijas de cuero retorcido y de tamaño conveniente para ser agarrada por la mano del hombre.
Después se avisaba a los vecinos la intención de realizar un partido de pato y una verdadera multitud montada a caballo, se concentraba en el lugar preferido Cuando llegaba el portador del ave todos trataban de alcanzarlo y arrancársela de la mano.  Frecuentemente rodaba por el suelo. "A veces un par de contendientes furiosos por haber sido vencidos - prosigue Hudson - desenvainaban sus facones para probar cual era de más valor... Pero, hubiera o no pelea alguien se apoderaba del pato y se lo llevaba, para ser él a su turno acosado."
El juego terminaba solo cuando alguien lograba escapar definitivamente con la pelota.  "Era el vencedor y como tal debía llevarse el ave a su casa y tenía derecho a comérsela."   Prohibido por Juan Manuel de Rosas, su práctica no desapareció.  Por el contrario, se mantuvo hasta la actualidad y varios torneos que se realizan en el interior de la provincia recuerdan que ha sido el deporte más popular de la llanura bonaerense un territorio que por sus características geográficas, proporcionaba espacio suficiente para desarrollar en libertad la alocada carrera en busca de esa pelota con cuatro manijas.
Algunos matices, apenas de una rica tradición que como todas mezcla la realidad con la magia, pero que sirve para comprender el espíritu que anima a los habitantes del territorio más rico del país.
Actualmente en los campos de la ciudad de Villa Ramallo se juntan las familias tradicionales en fechas patrias a jugar al pato por supuesto con una pelota de cuero moderna sin el pato adentro como lo fue antaño.

domingo, 25 de noviembre de 2018

MANUELA MÓNICA BELGRANO, LA HIJA DEL GENERAL


MANUELA MÓNICA BELGRANO, LA HIJA DEL GENERAL 

MANUELA MÓNICA BELGRANO, LA HIJA DEL GENERAL
La más larga residencia de Belgrano en Tucumán transcurrió entre agosto de 1816 y febrero de 1819, como jefe, por segunda vez, del Ejército del Norte aquí acantonado. Fue en esa época que anudó un romance con Dolores Helguero, hija de don Victoriano Helguero y doña Dolores Liendo. Residía don Victoriano, con sus seis hijos, en la esquina de las actuales San Martín y Maipú, en el terreno donde está hoy el clausurado edificio de la ex Rentas, que antes fue Banco de la Nación.
En la segunda mitad de 1818, Dolores quedó embarazada. En ese estado se hallaba en febrero de 1819, cuando Belgrano con sus tropas partió a la campaña contra los caudillos de Santa Fe. Y seguía en campaña en mayo, cuando nació la niña, El 4 de mayo de 1819 nació la única hija de la pareja, a la que bautizaron con un nombre similar al del padre: Manuela del Corazón de Jesús Belgrano.
Don Victoriano dispuso que Dolores se casara de inmediato con un señor de apellido Rivas: se sabe que tuvieron dos hijos y que no se llevaban bien. Un día, Rivas la dejó y se fue de Tucumán. A Bolivia, decían.
Como es conocido, luego del armisticio de abril de 1819, el Ejército del Norte contramarchó hasta Capilla del Pilar, Córdoba. Allí Belgrano, ya bastante enfermo, renunció al mando en septiembre y se volvió a Tucumán. Mas tarde los enamorados volvieron a reencontrarse pero no pudieron llegar a casarse dado que en aquella época no existía el divorcio y, legalmente Dolores seguía unida en matrimonio con su marido abandonico.
Belgrano adoraba a su hijita, pero infelizmente pudo llegar a disfrutar muy poco de su paternidad dado que su salud se vio fatalmente desmejorada falleciendo de hidropesia el 20 de junio de 1920 a los 52 años.Unos cinco años después, Manuela Mónica pasó a vivir a Buenos Aires con una hermana del general, Juana Belgrano de Chas, y cuidó de su educación otro hermano, el canónigo Domingo Estanislao Belgrano. Hablaba inglés y francés, y era inteligente y despierta, con gran parecido físico a su padre. Cuentan que Juan Bautista Alberdi fue uno de sus cortejantes. Estuvo un tiempo exiliada en Montevideo, bajo el rosismo.
Por testamento, otro de sus tíos, Joaquín Belgrano, hizo un importante legado a "mi sobrina doña Manuela Belgrano, hija de mi hermano el señor general".
A comienzos de los años 1850, se casó con el próspero comerciante y hacendado Manuel Vega Belgrano, posiblemente su pariente. Tuvieron tres hijos: Manuel Félix y Carlos Miguel, sin descendencia, y Gregoria Flora, quien se casaría con un primo segundo, Juan Carlos Belgrano-Martínez Albín, con descendencia hasta nuestros días. La tucumana Manuela Mónica del Corazón de Jesús Belgrano falleció en Buenos Aires, el 5 de febrero de 1866.
FUENTE :EL RUIDO Y LAS NUECES

martes, 20 de noviembre de 2018

LAS ARMAS SECRETAS DE LA PRIMERA JUNTA


LAS ARMAS SECRETAS DE LA PRIMERA JUNTA

LAS ARMAS SECRETAS DE LA PRIMERA JUNTA

 

Interesante investigación histórica hecha por Paulo Antonio Zappia

 

Los hombres de Mayo acariciaron el sueño de contar con un sumergible en la guerra contra los realistas

 Al hablar de los antecedentes de la Revolución de Mayo normalmente se mencionan las revoluciones estadounidense y francesa. Y sobre estas últimas es necesario señalar que, además de las novedades políticas que ambas introdujeron, una trajo aparejado el primer ataque de un submarino a un buque enemigo y la otra el estreno de una nave aérea durante un combate. Efectivamente, el 7 de septiembre de 1776, un submarino estadounidense atacó un buque británico en el puerto de Nueva York y, el 26 de junio de 1794, la utilización de un globo en tareas de reconocimiento permitió a los franceses obtener la victoria frente a los austríacos en la batalla de Fleurus. Por ello, resulta significativo que la Primera Junta Provisional Gubernativa de las Provincias del Río de la Plata, mejor conocida como la Primera Junta y cuya constitución fue la consecuencia directa de los sucesos de mayo de 1810, entendiera tanto en lo relativo a un proyecto de aeróstato como al de un sumergible.

Ya en 1809, el relojero holandés Miguel Colombise había dirigido al entonces virrey Santiago de Liniers una solicitud de cuatro mil pesos para "fabricar un Aérostat, en el cual me ofrezco ir adonde se me mande, no siendo a una distancia para la cual se necesite instrumento de pilotaje, porque no es mi arte". El artífice afirmaba haber construido dos prototipos de tamaño reducido y agregaba que el aeróstato se desplazaría a una velocidad de -por lo menos? "un cuarto de legua por minuto".

Sin haber obtenido lo solicitado, Colombise marchó a Santiago de Chile a fin de intentar, ejerciendo su oficio, ahorrar la suma necesaria para construir su máquina voladora. Una vez producida la Revolución de Mayo, el holandés solicitó a la Junta desde Mendoza, el 6 de agosto de 1810, permiso para regresar a Buenos Aires sin despertar sospechas por su condición de forastero. Cuando llegara a la capital porteña, Colombise dedicaría al gobierno patrio "su persona y servicios" para realizar el proyecto. Sin embargo, la petición recibió una negativa con la manifestación gubernamental de que, en su tenor, "se descubre un proyectista, que para calificarlo de la calidad de muy malo, no se necesita más prueba que la de que el Señor Liniers le despreció el proyecto", y fue a dar al archivo.

Esta decisión ha motivado su consiguiente divergencia historiográfica. Antonio Biedma Recalde señaló al secretario Mariano Moreno como su responsable, en tanto que Ernesto Fitte atribuyó la misma a "un anónimo funcionario subalterno". No obstante, el texto de la decisión es precedido por la expresión "Nota de la Mesa" y el expediente -custodiado en el Archivo General de la Nación (AGN)- se encuentra reunido con una extensa serie de resoluciones de la Junta, lo que sugiere que su plenario estuvo de acuerdo. En cualquier caso, el juicio no es sorprendente para la época, especialmente si se tiene en cuenta que el innovador Napoleón Bonaparte había disuelto la Compagnie d´Aéronautiers en 1799.

El bloqueo del Plata

Entretanto, los realistas de Montevideo habían aprovechado su superioridad naval para establecer el bloqueo de la margen occidental del Plata. En esas circunstancias, el estadounidense Samuel William Taber llegó a Buenos Aires en diciembre de 1810 y presentó a la Junta la propuesta de construir una "máquina submarina" con la cual destruir los buques realistas que asediaban el puerto de Buenos Aires.

La Junta, que por entonces pasaba a ser la Junta Grande, designó una comisión, integrada por el presidente Cornelio Saavedra y el vocal Miguel de Azcuénaga, para evaluar el proyecto. El dictamen fue favorable y se ofreció a Taber un anticipo con el que financiar los primeros pasos para la construcción de la máquina submarina, pero que el estadounidense se rehusó a aceptar, prefiriendo hacer frente a los gastos con su peculio. En enero de 1811 el último virrey del Río de la Plata, Francisco Javier de Elío, llegó a Montevideo. El bloqueo se interrumpió brevemente y la Junta decidió enviar a Taber para que informara -en secreto y con exactitud- sobre el estado de la plaza realista.

El estadounidense cumplió su misión pero luego del restablecimiento del bloqueo recibió la instrucción de regresar a Buenos Aires y continuar la construcción de la máquina submarina. Con autorización de la Junta, aprovechó la ocasión para contratar los servicios del ingeniero Angel de Monasterio, matemático de profesión, a fin de aplicarlos en la construcción del sumergible. Sin embargo, cuando retornaba en un bote con el ingeniero y otros cuatro oficiales, fue capturado por marinos realistas el 8 de marzo de 1811. Así fue a dar a un calabozo, acusado de alentar la deserción de los oficiales que lo acompañaban. Tras cuatro meses de prisión, Taber fue condenado a pagar una fianza de dos mil pesos fuertes y fue liberado con la condición de que saliera de la Banda Oriental, hacia los Estados Unidos, en un plazo de veinticuatro horas. Taber llegó a Río de Janeiro, pero luego volvió a Buenos Aires.

Plan de ataque

En julio y agosto de 1811, la escuadra realista bombardeó infructuosamente Buenos Aires, siguiendo órdenes del virrey Elío. Poco después, el 10 de septiembre de 1811, Taber dirigió a la Junta un memorial en el que ofrecía "de nuevo trasladarme a la Banda Oriental y echar a pique con la enunciada máquina la fragata de guerra y el bergantín que sirve de depósito para la pólvora" y "presentar un plan de ataque que al paso que asegure la posesión de la plaza, consulte la menor efusión de sangre, empeñando mi palabra de que seré el primero que me presentaré entre los bravos que deben ejecutarlo". En octubre, la Junta libró el despacho de capitán de artillería del ejército de la Banda Oriental, que Taber aceptó ad honórem.

La construcción del arma submarina progresó desde el regreso de Taber a Buenos Aires y, el 11 de octubre de 1811, solicitó permiso para conducirla por agua hasta la ensenada de Barragán, "encerrada en una caja tosca de pino, marcada con la letra T", para efectuar las pruebas correspondientes y volver por la misma ruta sin que nadie pudiera impedírselo ni tomar conocimiento del asunto.

La Junta accedió a conceder el permiso solicitado, aunque estipuló que previamente Pedro Pablo Torres debía reconocer la máquina. Desde entonces, y aunque la documentación originalmente estudiada por el historiador Angel Carranza -hoy en el AGN- omite ofrecer más datos acerca del proyecto secreto, se han hecho coloridas conjeturas sobre el mismo. Si bien es cierto que ninguno de los proyectos anteriores ofrecieron resultados prácticos, el ingenio no se agotó. Por el contrario, poco después llegaba a Buenos Aires José de San Martín, quien pondría en marcha el plan más importante de la guerra de la independencia: conducir un ejército a través de una cadena montañosa como Aníbal y Napoleón en los Alpes, pero atravesando la segunda cordillera más alta del mundo para luego llegar al Perú por el mar.

Por Paulo Antonio Zappia

El autor es licenciado en Historia y diplomático.

Link corto: http://www.lanacion.com.ar/708052