GRAF SPEE: Carta del
capitán de navío Hans Langsdorff al embajador alemán en Buenos Aires
“Excelencia:
Después
de haber luchado largo tiempo, he tomado la grave decisión de hundir el
acorazado Admiral Graf Spee, a fin de que no caiga en manos del enemigo. Estoy
convencido de que, en estas circunstancias, no me quedaba otra resolución que
tomar después de haber conducido mi buque a la “trampa” de Montevideo. En
efecto, toda tentativa para abrir un camino hacia alta mar estaba condenada al
fracaso a causa de las pocas municiones que me quedaban. Una vez agotadas esas
municiones, sólo en aguas profundas podía hundir el buque a fin de impedir que
el enemigo se apoderara de él. Antes de exponer mi navío a caer parcial o
totalmente en manos del enemigo, después de haberse batido bravamente, he
decidido no combatir, sino destruir su material y hundirlo… Desde un principio
he aceptado sufrir las consecuencias que implicaba mi resolución. Para un
comandante que tiene sentido del honor, se sobreentiende que su suerte personal
no puede separarse de la de su navío… Ya no podré participar activamente en la
lucha que libra actualmente mi país. Sólo puedo probar con mi muerte que los
marinos del Tercer Reich están dispuestos a sacrificar su vida por el honor de
su bandera. A mí sólo corresponde la responsabilidad del hundimiento del
acorazado Admiral Graf Spee. Soy feliz al pagar con mi vida cualquier reproche
que pudiera formularse contra el honor de nuestra Marina, Me enfrento con mi
destino conservando mi fe intacta en la causa y el porvenir de mi Patria y de
mi Führer.
Dirijo
esta carta a Vuestra Excelencia en la calma de la tarde, después de haber
reflexionado tranquilamente, para que usted pueda informar a mis superiores y,
si es necesario, desmentir los rumores públicos.
Capitán
de navío Langsdorff
Comandante
del acorazado Admiral Graf Spee”.
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