viernes, 27 de octubre de 2017

“ESTOY MUY MAL” Una anécdota de los últimos días de Evita

“ESTOY MUY MAL” Una anécdota de los últimos días de Evita


“ESTOY MUY MAL” Una anécdota de los últimos días de Evita


El jueves 25 de junio, Irma me llamó por teléfono para avisarme que la señora me esperaba a las 12 del mediodía. Como de costumbre me fui con el maletín hacia la residencia, pero no le hice las uñas.
-La mandé llamar, Sarita, para darle un recuerdo mío –me dijo.
Extendió la mano y tomó un pequeño estuche azul que estaba sobre la mesita de luz. Era una pequeña medalla de oro, de unos tres centímetros de diámetro. De un lado tenía el rostro de ella; del otro, la leyenda ‘Eva Perón a Sara Gatti. 1952’.
-Úsela como recuerdo mío, en su cadena –me dijo.
Ese día la vi por última vez.
Eva Perón vestía un pijama color celeste. No usaba joyas, salvo la alianza. Tenía el cabello largo, las trenzas sueltas. Últimamente no iba a verla el señor Alcaraz, su peinador. Ese día había sufrido mucho.
-Quédese un rato con la señora –me pidió Irma.
-Estoy muy mal, Sarita –me dijo Eva Perón.
-Tenga paciencia –la consolé-, pronto se va a poner bien.
-No. Ya no…
No pude contener las lágrimas. Busqué un pretexto y salí de la habitación. En la calle había un silencio impresionante.

Sara Gatti (manicura de Eva Perón)

Otelo Borroni/Roberto Vacca, La vida de Eva Perón, Editorial Galerna, 1970

Fuente: https://www.facebook.com/evaperonanecdotasdesuvida/photos/rpp.164412483683366/709660402491902/?type=3&theater

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