MIGUEL CHEPOYÁ
Trompeta de San Martin
Granadero
Guaraní de la máxima confianza del Libertador
También
fue llamado “El clarín de la gloria” y “el Corneta de la Gloria”
El
pedido rezaba: "...que reclutaran jóvenes de talla y robustez que S.E.
destina al Regimiento de Granaderos a Caballo, al mando del Teniente Coronel
Don José de San Martín, oriundo de aquel territorio...".
Chepoyá,
al igual que Cabral, hombre decisivo en la vida del Gran Capitán, entre otros
260 guaraníes se alistó en sus filas.
Algunos
de los guaraníes de estos grupos lo acompañaron durante toda la campaña
libertadora, incursionaron en la campaña al Norte, acompañaron al Libertador en
el cruce de los Andes, lucharon en Chile y mantuvieron el último encuentro
bélico con las tropas realistas en Ayacucho.
Eran
un puñado de hombres adiestrados en un todo por el Gran Capitán y que hasta el
último encuentro demostraron cuánto vale la disciplina férrea, el tesón y la
valentía puestos al servicio de un noble ideal.
Miguel
Chepoyá actuó también bajo las órdenes del Gral. Manuel Belgrano, Rondeau,
Bolívar y Sucre. Era uno de los últimos invencibles del resto del Regimiento de
Granaderos a Caballos de los Andes, que cargados de gloria llegan a Buenos
Aires el 13 de febrero de 1826 bajo las órdenes de Félix Bogado después de 13
años de lucha para concretar la libertad de América.
En
Buenos Aires recibieron el agasajo con desfile por las calles en el último
adiós a las armas.
A
su regreso a la Patria amada, contaba a la sazón con 30 años de edad, y estando
muy próxima a desatarse la contienda bélica con el imperio del Brasil bajo la
corona de Pedro, es muy difícil que no se haya tentado a combatir junto a sus
hermanos que nuevamente habían sido convocados para esta nueva gesta
patriótica.
Posteriormente
se perdieron noticias sobre él.
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