miércoles, 20 de abril de 2011

El origen de los huevos y el conejo de Pascua

El origen de los huevos de Pascua

Los egipcios tenían como costumbre regalar huevos pintados durante las festividades. Los más espectaculares eran usados para decorar las puertas de las casas. 

En la tradición católica, los cristianos católicos más devotos seguían la abstinencia cuaresmal de no comer productos lácteos ni huevos, por lo que estos se iban acumulando y una vez terminada la cuaresma los iban regalando.

El huevo de chocolate, tal como lo conocemos hoy, surgió en el palacio de Versalles, en Francia. Quienes vivían allí en los tiempos del rey Luis XIV decidieron refinar la costumbre popular y reemplazar los huevos de gallina por los de chocolate adornados con confites. La costumbre se ha extendido hasta nuestros días 

La historia del conejo de Pascua

Existen varias historias en relación al Conejo de Pascua. En la tradición germana que fue adoptada después por los anglosajones, es un personaje mítico de la mitología infantil. Además con la llegada de la primavera se celebraban las fiesta dedicadas a la fertilidad y los conejos eran un considerados un símbolo debido a su conocida capacidad de procreación. 

Para los católicos, existe una leyenda popular que cuenta que un conejo estuvo encerrado en el sepulcro junto a Jesús y presenció su resurrección. Al salir de la cueva junto a Jesús, el conejo fue elegido como el mensajero que comunique y recuerde a todos los niños la buena nueva.

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