La Leyenda del Pan Dulce
Una historia de amor
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En la fortificada, noble y patricia
localidad de Recco, en la costa lígure, vivía un respetable panadero conocido
como Don Zenone.
Entre sus jóvenes ayudantes, había uno gozaba de su afecto pues era más
hábil que los otros para cumplir sus tareas. Don Zenone, tan viejo como astuto,
había descubierto que su protegido andaba perdido por una bella lugareña: la
altiva Adalgisa, hija de gente noble y muy rica.
Por aquellos tiempos, la hogaza de pan llevaba
sal y, a veces, azúcar cuando se la quería convertir en algo más atractivo.
Pero por un milagro de amor nació lo que hoy conocemos como pan de Navidad; el
famoso panettone de los italianos. Para alagar y conquistar el corazón
de la bella, Don Zenone le indicó al enamorado que remojara pasas de uva y
otras frutas secas en buen vino del país.
Agregó un puñado de aromáticas especias
guardadas celosamente en su alacena, nueces y almendras de los árboles del
huerto, y agua de azahar para perfumar.
Estos ingredientes se mezclaron con el simple
pan levado junto con el azúcar.
El primer pan dulce acababa de nacer. Como era
de esperar, no tardó en convertirse en la golosina especial en la celebración
de la Navidad.
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