NUESTRAS BRAVAS MUJERES NO SE RINDIERON A LOS INGLESES EN 1806
En
el Buenos Aires invadido por los ingleses en 1806 el único restaurante que
existía era "La fonda de Los Tres Reyes". Estaba situada en la calle
Santo Cristo -hoy 25 de Mayo-, a un paso del Fuerte y de la Plaza.
El
relato de la bravura de nuestras mujeres que nos ocupa sucedió la noche del
domingo 27 de junio de 1806. Quién dio a conocerlo fue el capitán Alexander
Gillespie en su libro "Buenos Aires y el interior".
Relata
que “Después de asegurar nuestras armas, instalar guardias y examinar varias
partes de la ciudad, lo más de nosotros fuimos compelidos a ir en busca de
algún refrigerio”. Dicen que la noche de ese domingo era tormentosa. Los invasores
ya consideraban a Buenos Aires una perla más del Imperio Británico, y por ello
licenciaron a sus tropas atento a que los soldados españoles habían rendido sus
armas. El único lugar posible, como dije, era esta fonda, atendida por su dueño,
Juan Boncillo.
Cuenta
Gillespie que los acompañaba Ulpiano Barreda (“criollo civil que había residido
algunos años en Inglaterra” es como lo cita Gillespie) que les hacía las veces
de intérprete.
Atento
lo avanzado de la hora en que se apersonaron los invasores, la fonda dispuso únicamente
de huevos y tocino. “A la misma mesa se sentaban muchos oficiales españoles con
quien pocas horas antes habíamos combatido, convertidos ahora en prisioneros
con la toma de la ciudad, y que se regalaban con la misma comida que nosotros”
señala Gillespie. El autor señala que capitán
le llamó la atención la joven moza que servía las mesas, que no disimulaba un
profundo disgusto en su rostro cuando servía a los comensales. Gillespie, con Barreda de traductor, le pidió
que expresara, sin temor a ninguna represalia, que le expresara el porqué de su
disgusto. La joven moza agradeció la
disposición del oficial inglés y, en voz alta, volviéndose a los españoles de
la mesa próxima, expresó: “Desearía, caballeros, que nos hubiesen informado más
pronto de sus cobardes intenciones de rendir Buenos Aires, pues apostaría mi
vida que, de haberlo sabido, las mujeres nos habríamos levantado unánimemente y
rechazado los ingleses a pedradas”.
Días
después reiteraron esta bravura cuando colaboraron en la expulsión de los
invasores ingleses.
No
obstante, los oficiales y también los civiles británicos llegados con el
ejército, siguieron utilizando la Fonda de los tres Reyes y, debido a esta
circunstancia, se la llamó “la fonda de los ingleses”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario