viernes, 13 de abril de 2018

Manuel Belgrano Una historia de amor


Manuel Belgrano Una historia de amor

Manuel Belgrano Una historia de amor
Cuentan que en 1816, en el baile donde se celebraba la declaración de la independencia, Belgrano conoció a María Dolores Helguera, una bella tucumana de 18 años. Se enamoraron y el quiso casarse, pero en enero de 1818, recibió la orden de marchar hacia Santa Fe.

Entretanto Dolores había quedado embarazada, y tras la partida de Belgrano sus padres la obligaron a casarse con otro hombre, al que ella no amaba y que al poco tiempo la abandonó.

Manuel Belgrano Una historia de amor
El 4 de Mayo de 1819 nació la única hija de la pareja, a la que bautizaron con un nombre similar al del padre: Manuela del Corazón de Jesús Belgrano.

Los enamorados volvieron a encontrarse pero no pudieron casarse porque no existía el divorcio y, legalmente Dolores seguía casada. Belgrano adoraba a su hijita, pero pudo disfrutar muy poco de su paternidad pues, gravemente enfermo fallecería al año siguiente, el 20 de Junio de 1820.

jueves, 5 de abril de 2018

Antiguo Congreso Nacional



Antiguo Congreso Nacional
Este histórico recinto integraba el edificio demolido en gran parte y destinado hasta el año 1945 para Archivo General de la Nación, en la calle Hipólito Yrigoyen 328 (ex Victoria).
A un costado de la Plaza de Mayo, sobre la calle Victoria, en diagonal hacia Balcarce, existió primitivamente y durante muchos años un mercado de carnes, que se echó abajo en 1822. Luego, en el mismo lugar, se levantó el cuartel del glorioso regimiento de Patricios, al que tan destacada actuación le cupo durante las invasiones inglesas. Estos cuarteles tuvieron que desaparecer para dar lugar a la construcción de la casa destinada a Congreso Nacional. Las obras se iniciaron en 1862 bajo la dirección del arquitecto Jonás Larguía, ex prosecretario del Congreso Nacional de Paraná, dándoseles fin en 1866.
Antiguo Congreso Nacional
En mayo de 1864, antes de terminado el edificio, se realizaron las primeras sesiones preparatorias de ambas cámaras. Desde sus bancas hicieron oír su palabra, en el transcurso de varias décadas, varios tribunos: Aristóbulo del Valle, Osvaldo Magnasco, Leandro .N. Alem, Miguel Cané, Absalon Rojas, Nicasio Oroño, Lucio V. Mansilla, José Evaristo Uriburu, Pedro Goyena, José .M. Estrada, Estanislao S. Zeballos, Carlos Pellegrini, Julio A. Roca, Nicolás Avellaneda, Emilio Civit, Pablo Ricchieri, Luis Maria Campos, Manuel Quintana, Dardo Rocha, Lucio Vicente López, Indalecio Gómez, Guillermo Rawson, Domingo Faustino Sarmiento, Valentín Alsina, y su hijo Adolfo, Rufino Varela, Luis Sáenz Peña y su hijo Roque, Hipólito Yrigoyen, Mariano de Vedia, Dalmacio Vélez Sársfield, Miguel Juárez Celman, Eduardo Tilde, Luis Maria Drago y Bernardo de Yrigoyen, entre otros.
En este recinto de sesiones transcurrió la actividad parlamentaria, hasta que durante los sucesos de 1880 relacionados con la federalización de Buenos Aires, se produjo el abrupto traslado de senadores y diputados hasta el vecino pueblo de Belgrano, en cuya municipalidad (actual Museo Sarmiento) sesionaron ambas cámaras legislativas. Esta situación se prolongó durante cuatro meses, hasta que encontró principio de solución el conflicto de poderes entre el presidente Avellaneda y el gobernador de Buenos Aires, Carlos Tejedor, y posteriormente quedo definitivamente zanjada con la fundación de la ciudad de La Plata, lugar de residencia de las autoridades provinciales.
La última sesión legislativa realizada en este recinto fue la del 15 de diciembre de 1905. De esta fecha en adelante las reuniones de ambas cámaras se celebraron en el nuevo edificio de la calle Entre Ríos.
El frente del antiguo Congreso se conserva tal cual era en su época, y estuvo pintado al aceite, de color verde, hasta el año 1938, en que se lo revocó de nuevo. En cambio, el interior sufrió diversas modificaciones a través de los años.
Cuando las cámaras dejaron de reunirse en este edificio el hemiciclo destinado al Senado, ubicado sobre la calle Balcarce, fue arrendado para una imprenta particular. Es interesante la circunstancia de que esta misma imprenta funcionó en otro lugar histórico, pues venía de ocupar la casa donde nació y murió el general Manuel Belgrano, en la calle que lleva su nombre, número 430.
El Archivo General de la Nación se instaló allí en el año 1906, fecha de su traslado del antiguo local de la calle Lavalle 868, llamado Coliseum.
En ese entonces se llevó allí toda la documentación existente desde la creación del Archivo durante el gobierno de Martín Rodríguez, del cual era ministro Bernardino Rivadavia. Este último dio un decreto el 6 de octubre de 1821 creando el Archivo General de la Provincia, dado que los documentos públicos se encontraban sin orden ni clasificación en las distintas oficinas administrativas.
El hemiciclo del antiguo Congreso, la parte del edificio declarada histórica, estuvo destinada hasta 1945 a guardar documentación de Contaduría y Hacienda de las dos grandes divisiones del Archivo, colonial y nacional.
Como en la manzana donde se encontraba ubicado se construyó el edificio del Banco Hipotecario Nacional (hoy sede central de la Administración Federal de Ingresos Públicos), el 30 de setiembre de 1942 el Congreso sancionó una ley declarando de utilidad pública los inmuebles situados entre las calles Hipólito Yrigoyen, Defensa, Alsina y Balcarce, estableciendo que “de los declarados monumentos históricos que se encontraban en dicha manzana serán serán conservados: la sala de sesiones del antiguo Congreso Nacional, el frente y el vestíbulo de entrada sobre la calle Victoria Nº 328…”.

Fue declarado Monumento Histórico por Decreto Nº 120.412 del 21 de mayo de 1942.
Desde el 1º de julio de 1971, es sede de la Academia Nacional de la Historia.
Fundamentales sanciones del Congreso
Los Códigos: Civil, de Comercio, Penal y de Minería; la construcción de Puerto Madero; la construcción de la Fragata Sarmiento; la fundación del Colegio Militar de la Nación y de la Escuela Naval; la creación del Parque Tres de Febrero, con el jardín Zoológico y el jardín Botánico; la conclusión y consolidación de la Conquista del Desierto; la ley 1420 de Educación Común; la creación del Banco de la Nación Argentina, de la Municipalidad de la ciudad de Buenos aires, de la Caja de Conversión y de la Dirección General de Correos y Telégrafos; la federalización de la Ciudad de Buenos Aires; la fundación de la ciudad de La Plata; las leyes de Ferrocarriles; la apertura de la Avenida de Mayo y de la Avenida de Circunvalación, hoy General Paz.
Debe recordarse que el lunes 10 de mayo de 1886, a las dos de la tarde, en momentos en que el General Roca subía a la vereda para entrar al Congreso, donde debía pronunciar el discurso de apertura del período ordinario de sesiones, fue de improviso atacado por un ácrata que alcanzo a arrojarle una piedra que le golpeo violentamente en el medio de la frente.
Atendido por el ministro Eduardo Wilde, que era médico, luego de reponerse y con una venda puesta en bandolera sobre su frente, ingreso al recinto, donde fue recibido con una gran ovación.
Mientras Wilde lo curaba, Roca les dijo a los presentes: “Esta, ha sido la primera cachetada que he recibido en mi vida”, a lo que Wilde respondió de inmediato: “No es usted solo, señor Presidente, quien la recibe, sino el decoro de la República toda”.
Fuente
Efemérides – Patricios de Vuelta de Obligado
Honorable Cámara de Diputados de la Nación
Portal www.revisionistas.com.ar
Vigil, Carlos – Los monumentos y lugares históricos de la Argentina. Editorial Atlántida, Buenos Aires (1959).
Se permite la reproducción citando la fuente: www.revisionistas.com.ar


miércoles, 28 de marzo de 2018

17 de octubre de Nicolás Olivari


17 de octubre


de Nicolás Olivari


“Desde la negra barrera del otro lado de la villa,
donde el horizonte se fundía con la nada,
con salitre en la mejilla resecada
y una miel despavorida en la mirada
llegaron
los descamisados.
“Desde la fragua abierta cual granada de su sangre,
encajada en el molde de la muerte,
desde altos hornos pavorosos, crudo fuego enemigo
con las uñas carcomidas
y el cabello chamuscado en cansancio secular
sus mujeres desgreñadas por el hambre y sus crías
que no lloran porque miran,
llegaron
los descamisados.
“Sin más arma que el cansado desaliento que en sus trazos se hizo hueco
frente al río enchapado de alquitranes y petróleos,
solfatara de mil diablos expulsados,
del ansioso cielo antiguo de los pobres,
detenido en el asombro de su paso,
la pupila desbarrada en la angustia esperanzada
en un hombre que hace luz en la tiniebla,
que levanta todo aquello que se daba por perdido,
por perdido y para siempre,
llegaron
los descamisados.
“Desde el otro lado de los puentes destruidos
por la mano codiciosa de los despechados
con un grito silencioso en la grieta de los labios,
clamoroso, esperanzado,
latir azulceleste en las venas que se crispan,
levantando los racimos en las manos,
hacia un hombre presentido,
que vibraba delicado,
llegaron
los descamisados.
“Desde el taller cerrado y la fábrica con su cara
clausurada de bondad,
patinada
por el antiguo sudor de sus familiares,
invadieron la ciudad
y el grito fue invadiendo las conciencias
hasta hacerle claridad.
“Claridad junto al Líder recobrado
por su pueblo, el gran pueblo, solo el pueblo,
y para siempre… para siempre, desde entonces
es nuestro, solo nuestro, recobrado por el pueblo,
en aquel día de gloria que empezó oscuro y trágico
hasta hacerse claridad,
cuando el nombre iluminado,
mi prójimo y vecino, mi compañero y hermano,
lo rezaran con el alma, cuando llegaron
los descamisados.”

[Nicolás Olivari, publicado en Democracia, 16 de octubre de 1952]

Historia y significado del escudo peronista


sábado, 17 de marzo de 2018

Un plan revolucionario


Acompaño una publicación de mi amigo y condiscípulo Alejandro Pandra de su Agenda de Reflexión Publicado el Marzo 11, 2007



Agenda de reflexion No 344 Un plan revolucionario


Mariano Moreno Un plan revolucionario
[Por Alberto Lapolla, texto gentileza de “Señal de Alerta”, de Herbert Mujica Rojas, Perú]
Mariano Moreno. El Plan Revolucionario de Operaciones y la Revolución Nacional, Popular y Americana de la Patria Grande. El secreto más guardado
El 11 de marzo de 1811 Mariano Moreno es asesinado en alta mar por el capitán de un barco británico y su cadáver arrojado al océano.
A fines del siglo XIX un investigador argentino, Eduardo Madero, quien estudiaba en el Archivo de Indias en Sevilla la historia del puerto de Buenos Aires, halló por casualidad un documento que cambiaría la mirada sobre la Revolución de Mayo, su carácter, los hechos allí ocurridos y particularmente modificaría sustancialmente la opinión sobre el rol y el pensamiento de quien, a no dudarlo, es uno de nuestros héroes mayores: el doctor Mariano Moreno. Dicho documento se denominaba: "Plano que manifiesta el método de las operaciones que el nuevo gobierno provisional de las Provincias Unidas del Río de la Plata deve poner en práctica hasta consolidar el grande sistema de la obra de nuestra livertad e independencia".(1) El ejemplar hallado era una copia manuscrita del original redactado en 1810 por Moreno, por encargo de la Primera Junta de gobierno, la que en sesión secreta del 15 de julio de 1810 había aprobado un pedido del general Manuel Belgrano, en el sentido de preparar un Plan (o Plano) de operaciones que hiciera frente a la grave situación que se cernía sobre la revolución.
El 27 de junio La Gazeta había reclamado una acción punitiva contra la contrarrevolución que se reagrupaba en Córdoba, bajo el mando de Liniers a la espera de refuerzos del Alto Perú. El 28 de julio Moreno firma la orden de fusilar a Liniers y demás cabecillas de la sedición 'donde se los encontrase'. El 26 de agosto Domingo French fusila a Liniers. Luego del pedido de Belgrano la Junta encargó a su secretario de Guerra, Mariano Moreno, la redacción de dicho Plano. El 30 de agosto Moreno finalizó la redacción del Plano que fue aprobado por unanimidad de la Junta en sesión secreta. El 12 de septiembre Moreno impartió las órdenes secretas a Castelli para que se hiciera cargo del Ejército del Norte y fusilara a los contrarrevolucionarios de Potosí y el Alto Perú y tratara de marchar hasta Lima. El 7 de noviembre el Plan comienza a dar frutos y las fuerzas patriotas derrotan a los realistas en Suipacha. El 15 de diciembre Balcarce, cumpliendo sus instrucciones, fusila a De Paula Sanz y J. Córdoba, jefes de la represión a los levantamientos altoperuanos de 1809 y brutales esclavistas de indios. El 18 de diciembre el jefe de la Primera Junta, el terrateniente, encomendero y propietario de minas de Potosí don Cornelio de Saavedra logra derrocar a Moreno, quien sería asesinado en alta mar en marzo de 1811.
El Plan maldito
Sabedor de la importancia que poseía el documento hallado, Madero lo envió al general Mitre, quien por entonces se hallaba escribiendo sobre Moreno. La existencia de dicho Plan –minuciosamente ocultado por Mitre, Vicente Fidel López y el Deán Funes- trastocaba toda la ideología escrita como Historia argentina por los vencedores de Caseros y particularmente de Pavón. El contenido del Plan negaba toda la construcción teórica realizada por el genocida del pueblo paraguayo y de los paisanos federales. Negaba todo sentido a la línea Mayo-Caseros urdida por Mitre y Sarmiento y la historiografía de los vencedores de la nación federal. Por el contrario, el Plano vinculaba mucho más a la Revolución de Mayo con el accionar de San Martín en Mendoza, en Chile y en el Perú y especialmente con el gobierno del general Rosas –al punto que los dos más estrechos colaboradores de Moreno, el general Tomás Guido y su hermano Manuel –que fueron quienes estuvieron junto a su lecho de muerte cuando fuera envenenado en alta mar- serían estrechos colaboradores de toda la 'dictadura' legal de don Juan Manuel.
Mariano Moreno Un plan revolucionario
El Plano negaba de cuajo el anatema colonial de 'civilización o barbarie' inventado por Sarmiento, el primer Alberdi, Echeverría y los asesinos de Dorrego. Por el contrario, ubicaba a un Moreno claramente antiliberal, americanista, antibritánico, hispanoamericano, proteccionista, popular e indigenista. Un Moreno que proponía sumar a la revolución a José Gervasio Artigas –jefe de los gauchos y los indios Orientales y Guaraníes- y era partidario del terror revolucionario para enfrentar al terror contrarrevolucionario. Terror que Moreno conocía en detalle desde la brutal represión del levantamiento del Inca Túpac Amaru, continuado luego con la represión a Túpac Katari y por la forma terrible con que Abascal había aplastado la Revolución de La Paz de 1809. Conocedor entonces de la barbarie imperial española, Moreno respondía con el terror revolucionario al mejor estilo de Oliver Cronwell, Maximiliano Robespierre, el general Rosas.

El "extravío" de don Bartolo
La aparición del Plano Revolucionario trastocaba toda la construcción ideológica de Mitre. El general –uno de los pocos vencedores-historiadores, que dejara un diario para cuidar su futuro- no era partidario de los discursos apologéticos, irracionales y falsos al estilo de Sarmiento, que inventaba defectos inexistentes en sus enemigos. Tampoco utilizaba el sistema de Vicente Fidel López que 'hallaba' oportunos documentos que justificaran sus ideas elitistas, porteñistas y racistas. El general Mitre quería ser más serio y si bien sostenía suelto de cuerpo ideas tales como que la "raza criolla en la América del Sud, elástica, asimilable y asimiladora, era un vástago robusto del tronco de la raza civilizatoria índico-europea a la que está reservado el gobierno del mundo"(2). Pese a ello no estaba en condiciones de negar la autenticidad del documento. Por haber sido el vencedor de la larga guerra civil iniciada luego del derrocamiento de Moreno y que se prolongara hasta 1862-1875, dispuso seguramente de mucha documentación –negada a la posteridad argentina- que probaba la existencia de dicho Plano. Obró entonces de la manera elegante que le era característica. Simplemente "extravió" el manuscrito y por ende no pudo citarlo, ni opinar sobre él. No sería la única vez que el astuto don Bartolo extraviara importante documentación. Cuando muerto el Libertador San Martín, Balcarce, su yerno –que en sentido contrario a su suegro, se puso al servicio del partido Unitario luego de Caseros y Pavón- enviara a Mitre un baúl con todos los documentos que el Libertador dejara sobre su relación con Bolívar, su gobierno del Perú y la entrevista de Guayaquil, con expreso pedido que se publicara tras su muerte, el general Mitre también "extravió" dicho baúl con tan valiosa información. Dichos papeles, reconstruidos en parte por los historiadores a través de la correspondencia entre los Libertadores, las opiniones de Bolívar, de Monteagudo y particularmente las del general Tomás Guido- negaba de cabo a rabo las tesis de Mitre y su Historia del hacer 'porteño' que llevara la revolución "argentina y porteña" al resto de la América "bárbara". San Martín decía seguramente lo que siempre había dicho y que en verdad había ocurrido: su partida del Perú y la necesidad de entregar su ejército al Libertador Bolívar se debía principalmente a la traición de Buenos Aires y del partido Directorial-rivadaviano que se negó a apoyar su expedición al Perú y particularmente a conformar la columna que debía atacar en simultáneo con su desembarco en costas peruanas por el Alto Perú, al mando del general Güemes, liquidando de un golpe la guerra de la Independencia en el corazón del poder español en América y recuperando para el Río de la Plata las Provincias Altoperuanas sometidas al genocidio realista. Constituyendo el gran estado Americano con base en el antiguo Incario, que era el plan maestro de la revolución americana. También desmentía, que la revolución fuera porteña, "civilizada" o argentina, como sostenía Mitre, sino hispanoamericana, mestiza y continental. Seguramente al igual que Moreno los papeles de San Martín sostenían que ninguno de nuestros próceres fundantes pensó jamás en las patrias chicas, que los agentes del imperialismo británico tales como Rivadavia, M. J. García, Mitre y Sarmiento construyeron sobre las ruinas de la Patria Grande Americana, concebida en el Plan continental de Miranda y esbozada por Moreno, Belgrano, Castelli, San Martín, Bolívar, Monteagudo, Artigas, Morelos, Hidalgo, Dorrego y Rosas. Por el contrario, el Plano de Moreno marcaba claramente una línea revolucionaria absolutamente diferente a la llevada adelante por el partido probritánico unitario en sus versiones rivadaviana, mitrista o roquista.
Moreno sigue allí
El conocimiento de tal documento fue negado por la historiografía liberal, llegando al paroxismo con Ricardo Levene, que hiciera realizar un estudio grafológico –de una copia manuscrita (sic)- para demostrar lo que ya había anticipado el propio Madero, que la copia no había sido realizada por Moreno. Posteriormente el hallazgo de copias similares en los EEUU y en Río de Janeiro, así como la referencia a él en casi toda la correspondencia que mantuvieron entre ellos los miembros de la Primera Junta y de la Logia Revolucionaria. El propio Alberdi señalaría que "el Plan de Moreno es un aporte de Buenos Aires a la revolución americana" (3). Tales hechos obligaron a la historiografía a aceptarlo. Pero tan a regañadientes que en la enseñanza oficial o no se lo nombra o se lo hace de costado sin incorporar su contenido al conocimiento de los estudiantes. Al punto que los manuales de historia aun señalan que la pelea de Moreno contra Saavedra, el Deán Funes y Rivadavia se debía al carácter "apasionado" del Secretario de Guerra y no a los proyectos políticos absolutamente contrapuestos que poseían y que el Plano ponía blanco sobre negro.
Mariano Moreno Un plan revolucionario
El Plan proponía desde el vamos la construcción de una gran nación –toda la América Española, desde el sur del río Mississippi hasta el Cabo de Hornos, (tomando la base real de los casi mil años del Incario, y la cultura común de la mayoría de los pueblos americanos) con la inclusión de Brasil, previa revolución por levantamiento de sus esclavos y sus revolucionarios americanistas- poderoso, moderno, industrial, con la tierra repartida democráticamente entre todos sus habitantes, con la explícita dignificación de las masas indias y negras. Especialmente propiciaba la eliminación de todas las formas de esclavización de los indígenas, tales como la Encomienda, la Mita y los Obrajes, devolviéndoles sus derechos y tierras. Incluía en su propuesta de nueva nación Americana Emancipada –sobre cuya ruptura con España no dejaba duda alguna a través de la invocación a "La máscara de Fernando", como ardid para no enfrentar abiertamente al poder español- a negros, indios, mulatos, mestizos, gauchos y criollos por igual. Y en eso Moreno se instala en la vanguardia de su tiempo y del mundo de entonces, alejándose incluso de la designación de jacobino, que recibe de muchos de sus bien intencionados defensores. Moreno y nuestros revolucionarios de la Logia –Belgrano, Castelli, Monteagudo, Rodríguez Peña, French, Guido, Manuel Moreno- y también Artigas, proponían inspirados en Túpac Amaru la igualdad de todos, es decir verdadera.
Contemporáneamente, la Revolución norteamericana había suprimido de los goces de la libertad a los negros esclavos y a los indios americanos, quienes no poseían derechos. La Revolución Francesa obró de igual modo. Los derechos eran para los ciudadanos franceses –los patricios, los propietarios- no para los esclavos de las colonias o los pobres, dejando sembrada la semilla de las nuevas revoluciones que alumbrarían los siglos XIX y XX.
Moreno y nuestros próceres americanos proponían la igualdad total, partiendo de la base real material de dicha igualdad: en una sociedad agraria como era entonces Sur América, la única igualdad se basaba en el acceso democrático e igualitario en la distribución de la tierra para todos los ciudadanos. La burguesía comercial porteña, aliada con los ganaderos bonaerenses –en sus distintas variantes políticas de Pueyrredón, Martín Rodríguez, Rivadavia, Mitre, Sarmiento, Roca, Pinedo, Alsogaray, Martínez de Hoz o Cavallo- impediría una y otra vez a lo largo de nuestra historia toda distribución democrática del suelo. Se apropiaría ilegítimamente de la mayoría absoluta de las tierras de la nación, cerrando el camino al gran país pensado por Moreno. A 195 años del Plan, con el 50% de la tierra en manos de 6.900 familias-empresas y 20 millones de hectáreas en manos extranjeras, la Argentina sólo posee 37 millones de habitantes empobrecidos. Los EEUU, que distribuyeron de forma democrática la tierra –aunque sólo entre los blancos, robándosela a los indígenas; algunos negros accedieron a ella luego de la derrota del Sur esclavista- posee más de 300 millones de habitantes. Moreno sabía lo que decía.
La nación de don Mariano: todo está allí
El Plano proponía un Estado Nacional poderoso que abarcara desde el Sur de los EEUU hasta la Tierra del Fuego –territorio que Francisco de Miranda llamara Colombiae-, proponía expropiar las 150 principales fortunas mineras –entre ellas las de ricos encomenderos y mineros como Cornelio de Saavedra- de Potosí y de todo el Virreynato para 'industrializar la nación'. Proponía sublevar a los esclavos de Brasil, anexando su territorio casi en su totalidad. A esta nación republicana y libertaria y seguramente federal –si bien no hay esa expresión en el Plano- proponía Moreno sumar a Artigas y sus gauchos en plano de igualdad, encomendándole la sublevación de la Banda Oriental, por entonces en manos realistas. Cuestión ésta la de Artigas y sus gauchos a la que siempre se negaron los elitistas racistas porteños. De haberse llevado a cabo cuando Moreno lo propuso –agosto de 1810- hubiera ayudado a resolver seguramente en favor de las fuerzas patriotas la campaña militar de Castelli en el Alto Perú. El Plan proponía establecer una política proteccionista y de "vivir con lo nuestro" en el plano económico, llegando en noviembre de 1810 a prohibir la salida de oro y plata del Río de la Plata con destino a Londres. Esto, sumado a la expropiación de las grandes fortunas, permitía la creación de un Estado Nacional poderoso para desarrollar la economía. En palabras del prócer: 'las medidas a adoptar consistían en expropiar quinientos o seiscientos millones de pesos en poder de cinco o seis mil individuos, expropiación que beneficiaría a ochenta o cien mil habitantes. Esa enorme suma de dinero en manos de una minoría, "no puede dar el fruto ni fomento de un estado, que darían puestos en diferentes giros en el medio de un centro facilitando fábricas, ingenios, aumento de la agricultura, etc. [...] En esta virtud, luego de hacerse entender más claramente mi proyecto, se verá que una cantidad de doscientos o trescientos millones de pesos, puestos en el centro del estado para la fomentación de las artes, agricultura, navegación, etc., permitirá un país victorioso, instruido y virtuoso, sin necesidad de buscar exteriormente nada de lo que necesite para la conservación de sus habitantes, no hablando de aquellas manufacturas que siendo como un vicio corrompido, son de un lujo excesivo e inútil, que deben evitarse principalmente porque son extranjeras y se venden a más oro de lo que pesan; pero como esta materia no sea de este tratado, paso a exponer los medios que deben adoptarse para el aumento de los fondos públicos'. [...] Moreno encara el problema básico de la Revolución: poner en movimiento y transformar en generadoras de trabajo, bienestar general y riqueza colectiva las cuantiosas fortunas atesoradas por la minoría de monopolistas y usureros. De este modo, la agricultura, la manufactura y la navegación podrían desarrollarse y el país se independizaría del comercio extranjero (5). Moreno fue derrocado apenas decretó la prohibición de salida de métalico con destino a Londres, por los intereses probritánicos expresados por saavedristas y rivadavianos.

Si bien alentaba buenas relaciones con Gran Bretaña –los revolucionarios estaban obligados a aceptar el dominio británico sobre los mares y el comercio mundial, y necesitaban su apoyo para enfrentar a España-, recomendaba especialmente cuidarse de la ambición inglesa y tomar en cuenta su apetencia de dominio. Con una claridad que aun sorprende, estampó en el Plan: "Para poder merecer la protección que necesitamos, principalmente de la Inglaterra, mediante a que conocemos en dicha nación, en primer lugar, ser una de las más intrigantes por los respetos del señorío de los mares, y lo segundo por dirigirse siempre todas sus relaciones bajo el principio de la extensión de miras mercantiles, cuya ambición no ha podido nunca disimular a su carácter, y bajo estos mismos principios han de ser los que dirijan nuestras empresas hacia sus consecuencias en aquella corte" (8). Ejemplifica los peligros de dichas relaciones con la situación de Portugal respecto de Inglaterra, la cual tiene a aquella "sometida a una vergonzosa e ignominiosa esclavitud [...] que sus fines no son sino chuparle la sangre de su estado, extenuándolo de tal suerte que tal vez sus colonias americanas se conviertan en inglesas algún día [...]. Portugal se desengañará a costa de su sangre y destruirá su despotismo, regenerando sus corrompidas costumbres y conocerá los derechos de la santa libertad de la naturaleza" (8). El Gobierno de Buenos Aires debía impedir que Portugal conquistara "la América del Brasil o la parte de ella que más convenga", proponía la insurrección de esas regiones "antes de esas operaciones hemos de emprender la conquista de la campaña del Río Grande del Sur, por medio de la insurrección, y los intereses que sacrificaremos bajo el aspecto de proteger la independencia y los derechos de su libertad"(8).
Mariano Moreno Un plan revolucionario


Castelli lleva adelante el Plan
El Plan es la base de la campaña militar de Juan José Castelli al Alto Perú y su increíble acción de gobierno desde La Paz y las provincias altoperuanas. Tal vez junto al de Artigas, los más avanzados que hubieran habido en América hasta la llegada de la Revolución Mexicana, el Peronismo, la Guatemala de Arbenz, la Revolución Cubana, el Chile de Allende o la Nicaragua Sandinista. La liberación de los indios; el reparto de tierras; el cierre de los obrajes; la eliminación de la mita y la encomienda; la ejecución de los contrarrevolucionarios y explotadores; la confiscación de los bienes de los 'godos'; su rescate de las culturas indias. Su plan de derrotar a las fuerzas realistas en el Perú tomando Lima para llegar a Caracas, donde entonces luchaba Francisco de Miranda a la cabeza de la Revolución Venezolana, señalan fuera de toda duda cuál era el Plan Continental y maestro de la Emancipación Americana que sostenían Castelli, Belgrano –su primo- y Moreno.
Castelli y Moreno habían sido compañeros en Chuquisaca cuando juntos defendían indios pobres y esclavizados en el estudio jurídico de otro gran americano, don Esteban Gascón. Juntos visitaban en dicha ciudad a otros dos próceres americanos: Manuel Ascencio Padilla y su mujer Juana Azurduy. El hecho que fuera don Manuel Belgrano quien solicitara el Plan que Moreno elaborara y que fuera Castelli, -"el más peligroso tupamaro independentista" según decía la policía secreta española ya en 1803 (4)- quien estuviera más cerca de su conclusión y jugara en ello su vida misma, muestra el carácter colectivo del Plan. Castelli mostró una ejemplar tenacidad para enfrentar a los enemigos internos de la revolución -Saavedra, el Deán Funes y los rivadavianos- una astucia política que le faltó a Moreno para sumarse al Ejército del Norte de Castelli cuando su derrocamiento, para juntos desde allí destruir el poder contrarrevolucionario instalado en Buenos Aires. El hecho de la tenacidad e insistencia de Castelli, así como la acción política militar del general Belgrano a posteriori del Congreso de Tucumán- señala que el Plan era el proyecto de la Nación Americana explicitado por la Logia de Buenos Aires pero inspirada en la línea mirandiana. Tal cual lo explicitara Castelli en el Alto Perú a su colaborador Monteagudo y que luego éste comentara al general San Martín. Decía entonces Castelli al mando del ejército que estaba pronto a marchar sobre Lima en cumplimiento de las órdenes de Moreno y pese a la oposición de Saavedra: "Toda la América española no formará en adelante sino una numerosa familia que por medios de la fraternidad pueda igualar a las respetadas naciones del mundo antiguo [...]. Preveo que allanado el camino de Lima, no hay motivo para que todo el Santa Fe de Bogotá no se una y pretenda que con los tres y Chile, formen una asociación y cortes generales para forjar las normas de su gobierno" (6).
Luego de los asesinatos de Moreno y la detención y trágica muerte de Castelli, el Plan sería abandonado. Sería retomado luego por la Logia Lautaro a partir de octubre de 1812, luego de la llegada del Libertador a nuestras playas y la revolución que derrocara a Rivadavia. Tomás Guido y Manuel Moreno recibirían a San Martín en Londres a su arribo de España en la casa de Francisco de Miranda, donde se hospedaban luego de la muerte de Mariano.
Mientras tanto, el gran Miranda estaba dirigiendo la revolución en Caracas a los sesenta años de edad. Derrocado Moreno y con Castelli vencido en Huaqui, gracias al desvergonzado boicot de Saavedra y Viamonte –que mantenían correspondencia con los jefes realistas denunciando los planes de Castelli-, con Belgrano de campaña en el Paraguay –en el mayor error de Moreno, que envió al principal cuadro político-militar fuera de Buenos Aires a enfrentar los justos reclamos localistas de Asunción-, en Buenos Aires gobierna la contrarrevolución: primero saavedrista y luego rivadaviana. A poco estará la revolución de no ser destruida totalmente, de no ser por la desobediencia de Belgrano a las órdenes liquidacionistas de Rivadavia, quien lo intima a bajar hasta Córdoba –dejando libre el Norte a las tropas de Abascal-, que era exactamente lo que el Virrey del Perú reclamaba. Planes que había conocido Belgrano en documentos secretos capturados al enemigo y que lo hacen dar batalla en Tucumán y Salta desobedeciendo los gritos histéricos de Rivadavia, salvando la Revolución. El general Guido, por su parte, será la mano derecha de San Martín a lo largo de toda la Guerra de la Independencia. El otro gran continuador del Plan a través de la Logia Lautaro –el mismo nombre que Miranda había dado a su grupo en muchos lugares- sería Bernardo de Monteagudo, mano derecha de Castelli en el Alto Perú hasta su detención por la contrarrevolución saavedrista.

Castelli será hasta hoy junto a Moreno y Belgrano, nuestro mayor artífice e ideólogo revolucionario. Tan ocultado en su esencia revolucionaria central como lo ha sido Moreno. Monteagudo, que fuera liberado de la cárcel realista por el ejército libertador de Castelli en Chuquisaca luego de la revolución de 1809, sería el colaborador político más estrecho de San Martín primero y de Bolívar después en el Perú. Sería Monteagudo el redactor de la Asamblea del año XIII y del Congreso de Tucumán. De su puño y letra se escribirá que nuestra Declaración de la Independencia es a nombre de las Provincias Unidas en Sud América y no del Río de La Plata como la tergiversará el mitrismo. De la misma manera Monteagudo, San Martín, Belgrano, Bolívar -desde Jamaica- Guido, Manuel Moreno y Martín de Güemes –también Pueyrredón por entonces- serán quienes exijan que los Directores Supremos elegidos desde 1816, se denominen Directores de las Provincias Unidas en Sud América y no del Río de la Plata como esgrimen Mitre, Paul Groussac, Vicente Fidel López y Sarmiento. Monteagudo será asesinado en una calle de Lima por los intereses oligárquicos que se oponían al Plan continental de Bolívar, San Martín y Moreno.
Mariano Moreno Un plan revolucionario


El Paraguay y el Plan de Moreno
El Plan será aplicado rigurosamente en el Paraguay de Gaspar R. de Francia y luego por los López y será la razón por la que el Paraguay fuera, en la segunda mitad del siglo XIX, el país más desarrollado e independiente de la América Española. Con ferrocarriles, industrias, manufacturas, producciones y acerías propias y estatales. Con la tierra en manos del Estado y repartida a todos sus habitantes. Trágicamente su independencia y modelo autónomo tal cual proponía el plan de Moreno, -inspirado tanto en la tradición española, en la rebelión de Túpac Amaru, la cultura socialista estatal de los Incas, como en la revolución francesa, según se observa en la labor del doctor en teología Gaspar Rodríguez de Francia- también será la razón de su destrucción por los intereses imperialistas británicos apoyados por Mitre y el Brasil. El Plan será el organigrama secreto del gobierno de Rosas y motivo de su enorme prestigio continental al derrotar las sucesivas invasiones inglesas, francesas y brasileñas apoyadas por la gusanería unitaria siempre dispuesta a entregar su país al extranjero antes que permitir que la plebe, los gauchos, los negros, los indios, la chusma, los descamisados, los piqueteros, los negros de mierda, la mayoría la gobiernen. La política de Rosas de no ceder ante Brasil y por el contrario preparar las condiciones para la rebelión de sus Estados sureños está directamente vinculada a las ideas esbozadas por Moreno. Derrotado Rosas y el proyecto de nación independiente concebido en el Plan, la potencia suramericana será Brasil y no la Patria Grande nuestra. La "República" Argentina que sucederá a la Confederación Argentina será parte integrante del Imperio Británico hasta 1943. Como acertadamente señalara Jorge Abelardo Ramos: 'Fuimos un país porque no pudimos ser una nación' (9). El Plan sería retomado a fines del siglo XIX por el emergente radicalismo de Alem e Yrigoyen, sin éxito por la incomprensión de don Hipólito de las razones económicas del coloniaje. A la tarea inconclusa del Plan y no a otra cosa se refiere la Reforma Universitaria de 1918, al decir que 'había que borrar para siempre el recuerdo de los contrarrevolucionarios de mayo' (7). Finalmente será un militar nacionalista, hijo de una india Mapuche, que se definirá siempre como 'morenista', quien lleve adelante gran parte del Plan Revolucionario de Moreno 133 años más tarde. Será el general Perón a partir de 1943 quien intente a través de una patria justa, libre y soberana y del planteo de la Unión Americana –el ABC, ahora con el Brasil- llevar a la práctica el Plan Revolucionario de Moreno. La contrarrevolución atacará nuevamente y destruirá en 1955, 1976 y 1990 la obra realizada, devolviéndonos al estado colonial y obligándonos a retomar una vez más las ideas de nuestro Padre fundante, el gran Mariano Moreno. Tal vez el héroe mayor de nuestra revolución americana, asesinado en alta mar en marzo de 1811 por el capitán de un barco británico, por encargo de sus enemigos en la Junta. Pero también porque Gran Bretaña –y luego los EEUU- siempre eliminó a sus enemigos. En un terrible anticipo de nuestra historia, su cadáver fue arrojado al mar. Su Plan sigue inconcluso esperando por los patriotas que lo concluyan y cierren la construcción de la nación americana, nacional, popular, indígena, mestiza y soberana.
Mariano Moreno Un plan revolucionario

(1) Moreno Mariano, El Plan Revolucionario de Operaciones. Editorial Plus Ultra. BA 1993
(2) Mitre Bartolomé, Historia de San Martín y la Emancipación Americana, 1887, cap. I, XI.
(3) Citado Por Shumway Nicolas, La Invención de la Argentina. Emecé. 1993
(4) Pigna Felipe, Los mitos de la Historia argentina. Norma 2004
(5) Chumbita Hugo, Curso de Historia Argentina Univ. Nac. de la Matanza. 2004. Pag 36
(6) Pigna Felipe, op. citada. pag 297
(7) Roca Deodoro, Manifiesto Liminar de la reforma Universitaria. Córdoba 1918
(8) Chumbita Hugo, op. cit. pag 37
(9) Ramos Jorge Abelardo, Las Masas y las Lanzas. Hyspamérica 1986.
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Por Alberto Jorge Lapolla agrolapolla@yahoo.com.ar [autor de Kronos, Una Historia de las Luchas y las Organizaciones Revolucionarias de los años ’70. Tomo I. 1966-1972: El Cielo por Asalto. Tomo II. 1972-1974: La Esperanza Rota. Tomo III. 1974-1976: La Derrota]
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domingo, 25 de febrero de 2018

Mirtha Legrand afiliada peronista


Mirtha Legrand afiliada peronista
Mirtha Legrand afiliada peronista
por  Araceli Bellotta
para Nacional y popular
Publicado el 4 de abril de 2017

Los documentos permiten afirmar que fue una ferviente peronista, afiliada además, que frecuentaba el Ateneo Cultural Eva Perón. También, con su firma en primera línea junto a otras estrellas del cine argentino, homenajeó a Evita y al entonces subsecretario de Prensa y Difusión, Raúl Apold.



Yo sigo siendo del PRO, de Cambiemos y deseo con todas mis fuerzas que ganen las próximas elecciones. Y los kirchneristas no crean que soy kirchnerista. Yo no soy panqueque, eh…”, leyó Mirtha Legrand en el programa siguiente al que había entrevistado al presidente Mauricio Macri y a su esposa, Juliana Awada.

Sin embargo, los documentos permiten afirmar que fue una ferviente peronista, afiliada además, que frecuentaba el Ateneo Cultural Eva Perón. También, con su firma en primera línea junto a otras estrellas del cine argentino, homenajeó a Evita y al entonces subsecretario de Prensa y Difusión, Raúl Apold.

Así lo demuestra la nota publicada por Hugo Gambini en la revista Primera Plana del 15 de agosto de 1967, bajo el título Los artistas del régimen, encabezada por cuatro fotografías unificadas con el siguiente epígrafe: “Cuatro escenas en el Ateneo Cultural Eva Perón, donde las actrices brindaban su adhesión al gobierno y se prendían el escudo peronista”.
Mirtha Legrand afiliada peronista

En la tercera fotografía aparece Mirtha Legrand junto a Malvina Pastorino, Olga Zubarry y Perla Mux, todas con el escudo justicialista bien visible en sus solapas.
Más de treinta años después, esas notas de Primera Plana se transformaron en La Historia del Peronismo en dos tomos, publicada en 1999 por la Editorial Planeta, en cuyo prólogo Gambini sostiene que “este libro es el resultado de una tarea emprendida en 1966, cuando me hice cargo –en la muy recordada revista Primera Plana– de la sección Historia del Peronismo”, y explica sobre las fuentes consultadas que “se realizaron doscientas entrevistas, cuando todavía sobrevivían casi todos los protagonistas”.Entre ellos el ex subsecretario Apold, quien le aportó los datos sobre las figuras del espectáculo muy cercanas al gobierno peronista.

Lo llamativo es que parte de la información publicada en 1967 fue omitida por el autor en el libro de 1999, entre ellas la referida a la adhesión al peronismo de Mirtha Legrand.

En 1967 Gambini escribió: “Con escasas excepciones, la gran mayoría de las estrellas cinematográficas optaron por una espontánea adhesión al credo oficialista, por temor a que sus imágenes se desdibujaran de las pantallas. (‘Nadie fue obligado’, testimonió Apold), y fingiendo un nuevo rol cada uno se interpretó a sí mismo”.

Después agregó: “Los espectáculos programados por el Partido Peronista se poblaron así de personajes familiares, aunque algunos, más entusiastas, prefirieron sumarse directamente a los organismos paralelos de ese partido. De este modo cobró importancia el Ateneo Cultural Eva Perón, que presidieron Fanny Navarro y Delia Degliuomini de Parodi y al que concurrían asiduamente a prestar su colaboración las afiliadas Mirtha Legrand, Elena Lucena, Olga Zubarry, Zully Moreno, Amelia Bence, Blanca Podestá, Silvana Roth, Malvina Pastorino, Nelly Daren, Tania y Pierina Dealessi”.

También, en esa nota Gambini relató –lo que después tampoco publicó en su libro–  que Apold durante la entrevista le mostró un pergamino que el mundo artístico le entregó “por su brillante, esforzada e incansable labor en pro del arte y de la industria cinematográfica de la Nueva Argentina” y le dijo: “Fíjese quiénes lo firman. Son todos nombres conocidos. Y lee: Atilio y Ángel Mentasti, Lola Membrives, Sixto Pondal Ríos, Alberto Ginastera, Luis César Amadori, Mirtha Legrand, Daniel Tinayre…” y siguen los nombres. Por último, Apold le preguntó: “¿Usted cree que todas estas estrellas fueron obligadas a firmar?”.

Pero por si esto no bastara para confirmar la adhesión al peronismo de Mirtha Legrand, El Presente de la Historia accedió a otro documento que lo confirma.

Se trata también de un pergamino pero dedicado a Eva Perón por la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de la Argentina, con fecha del 14 de mayo de 1951, en el que se ven cantidad de firmas de actrices, actores y directores y que en el primer renglón, rodeada por las de Amelia Bence, Tita Merello, Luis Sandrini y Enrique Santos Discépolo, se distingue con mucha claridad la rúbrica de la hoy conductora de almuerzos y cenas.
Mirtha Legrand afiliada peronista
En distintas situaciones, Mirtha admitió haber conocido a Perón y a Eva, y en una entrevista radial realizada por Dady Brieva en 2014 afirmó haber votado a Perón en su primera presidencia y agregó: “Era el salvador de la Argentina, todo lo que nos auguraba era maravilloso, no podías dejar de hacerlo”.

Sin dudas, la conductora confundió los años, porque las primeras elecciones en las que participó y triunfó Perón fueron en 1946, la ley del sufragio femenino se aprobó al año siguiente y las mujeres recién pudieron votar en 1951, donde Mirtha participó tal como lo recuerdan los noticieros de la época en la que se la ve introduciendo su voto en la urna, seguida por Tita Merello y por Zully Moreno.
Por último, ¿por qué Gambini omitió esta interesante información en su Historia del Peronismo?

Tal vez porque cuando en 1967 escribió sus notas en Primera Plana, Mirtha Legrand no estaba en el candelero del espectáculo. En 1965 había filmado Con gusto a rabia, su última película, y luego había protagonizado junto con su hermana gemela la telecomedia Carola y Carolina, dirigida por Daniel Tinayre, que fue levantada de Canal 13 Proartel porque era muy costosa y tenía escaso raiting.

Recién en 1968, después de que Pinky –la mujer más famosa de la televisión de entonces– rechazara la oferta de conducir un programa en el que se iba a almorzar en cámara, Alejandro Romay se lo propuso a Mirtha quien aceptó y salió al aire en Almorzando con las estrellas. El éxito fue inmediato tras lograr 18 puntos de raiting promedio.
 En 1999, con más de treinta años de almuerzos casi ininterrumpidos, Mirtha Legrand se había transformado en una de las conductoras más importantes que sumaba el éxito televisivo a su lugar legendario en la cinematografía nacional.
 Además, había expresado sus ideas políticas en las antípodas del peronismo y seguramente ya se había olvidado de los tiempos en que lucía con orgullo el escudo justicialista en su solapa. No fuera cosa que la tildaran de “panqueque”.
  

Fuentes:


·                  Gambini, Hugo. Los artistas del régimen. Revista Primera Plana. 15 de agosto de 1967.
·                  Gambini, Hugo. Historia del Peronismo. El poder total (1943-1951). Tomo I. Editorial Planeta. Bs. As. 1999.



sábado, 24 de febrero de 2018

EL GENERAL ATACA CON LA DAMA


EL GENERAL ATACA CON LA DAMA
EL GENERAL ATACA CON LA DAMA


Interesante nota histórica publicada por la Revista PANORAMA el 16 de  noviembre 1971

"La improvisación es la verdadera piedra de toque del ingenio." - Moliere.

Para muchos políticos argentinos es inadmisible que Juan Domingo Perón conduzca su movimiento verticalmente. "Utiliza métodos cesaristas", protestan. Al pretender que el huésped de la Puerta de Hierro se mueva como un caudillo de comité se equivocan, sin embargo. Porque para Perón la política es similar a la guerra: el mando debe estar sin excepciones en el Estado Mayor. Él aplica a su movimiento las teorías militares clásicas; mueve sus regimientos como en un campo de batalla y jamás olvida una tradicional enseñanza: nada desorganiza más a un ejército que la democracia interna.
Los últimos movimientos del Líder confirman esos procedimientos: cercó prolijamente a su propio delegado personal —Jorge Paladino—, un hombre que durante tres años y medio trabajó con lealtad para Perón, dotó al justicialismo de una imagen burguesamente respetable, forjó una alianza con otros partidos, obtuvo del gobierno la promesa de elecciones sin fraude y recuperó el cadáver de Eva Perón, antigua reivindicación del peronismo. Provocó su renuncia y lo reemplazó por Héctor Cámpora, un ex diputado que se autocalificó de "obsecuente". ¿Cómo se explican las últimas maniobras bélicas de Perón?

LOS FLANCOS DEBILES. La semana última el abogado personal del Viejo llegó a Buenos Aires con una cinta de Perón dirigida "a todos los compañeros". Isidoro Ventura Mayoral —un catalán de Lérida, el mismo terruño de Arturo Mor Roig, que durante la Guerra Civil Española peleó en la columna de Líster— no actúa abiertamente en las pugnas internas del justicialismo; aunque a veces se convierte en el hombre elegido por El Viejo para ciertas misiones especiales: por ejemplo, él fue quien denunció que los restos de Evita habían sido mutilados; él llevó a Perón las profesiones de fe de varios caudillos provinciales del neoperonismo y —hecho sintomático— fue también el único civil presente en la comida de oficiales justicialistas retirados que se celebró el viernes último en Vicente López.
EL GENERAL ATACA CON LA DAMA
El cassette que Perón entregó a Ventura Mayoral trajo a la Argentina la cascada voz del Líder (cortada a menudo por una empecinada tos) pregonando con insistencia significativa la necesidad de que el Movimiento se estructure en base a tres valores fundamentales: unidad, solidaridad y organización. "Hemos logrado que el enemigo se desenmascare —afirma la grabación—: ahora sabemos que se trata de la camarilla militar que ejerce la dictadura en nombre de las Fuerzas Armadas." Según Perón, todo empezó en 1956 en una reunión de militares de toda América realizada en Panamá donde "los yanquis decidieron convertir a los ejércitos nacionales de América latina en policías militares". La exhortación a unirse solidariamente en la organización del justicialismo parece ser la única —veladísima— crítica que Perón lanza contra Paladino. Al parecer, el juego que El Colorado se vio precisado a desarrollar durante estos meses para lograr el visto bueno de los factores de poder para el Movimiento, limitó excesivamente las posibilidades de unificación. Por lo demás, el gobierno pareció dispuesto a estructurar una fuerza propia con el apoyo de algunos de aquellos a quienes Paladino dejaba de lado (neos y sindicalistas); se trataba, entonces, de cortar esa maniobra. Para ello era preciso integrar a los remisos. Esa tarea deberá empezar a desarrollarla Cámpora. Encontrará aliados en aquellos que pugnaban contra el ex delegado y sus amigos.
Para cobijar a los sindicalistas Perón les entregó cierta autonomía de vuelo y les permitió reorganizar a piacere las sesenta y dos organizaciones. Probablemente un hombre amigo de los jeques sindicales integre en los próximos meses la conducción local: el teniente coronel Jorge Osinde, un ex jefe de Servicios de Inteligencia que mantiene un buen contacto con militares en actividad.
Cámpora, por su parte —contando con la ayuda del mismísimo apoderado del Viejo—, es muy capaz de reunir a los neos. Pero ¿cómo integrar a los jóvenes duros? ¿Cómo —además— mantener a todos "unidos y solidarios"? Para responder con hechos a la primera pregunta es probable que en las próximas semanas viaje a la Argentina un miembro del Comando Superior: Héctor Villalón. Acaudalado comerciante y financista, amigo de los gobernantes árabes y chinos, cripto marxista y ex jefe del Movimiento Revolucionario Peronista, Villalón sería la persona indicada para lograr el consenso de los duros.

EL GENERAL ATACA CON LA DAMA
EL FRENTE INTERNO. Policlasista, poli-ideológico, el peronismo sólo se unifica en Perón, por eso, el General deberá apelar al viaje de su tercera esposa para que ese maremágnum obtenga cierta coherencia. Isabel viajará a Buenos Aires y —miembro, como es, del Comando Superior con el cargo de vicepresidente— será una delegada personal de primerísima categoría. Si ella no consigue unir a los peronistas, la única esperanza volverá a ser el mitológico avión negro.
Pero lo curioso es que todas las contradicciones internas del Movimiento se concentran en la capital española. Allí, en Madrid, determinados personajes canalizan —a través de infinitas intermediaciones— las presiones que llegan desde Buenos Aires.
Ejemplos: Paladino —representante del sector centrista, "liberal", del Movimiento —contó con el aval de Isabel Martínez de Perón durante largos meses. Cuando ese aval se acabó —es sintomático— El Delegado cayó. Y la señora de Perón fue a recibir al aeropuerto —estas ceremonias en la simbología justicialista son muy significativas— a Héctor Cámpora: unos días después: él reemplazaba a Paladino.
Otro ejemplo: José López Rega, secretario personal de Perón, ejerce influencia política en Madrid. Amigo de José Rucci y de los grupos de derecha del Movimiento —quizás una nostalgia por su antiguo cargo en Coordinación Federal—, él promociona la participación de Osinde en la dirección justicialista en la Argentina. Pero hay otro jugador en Madrid: el financista Jorge Antonio se convirtió en los últimos meses en el adalid de los grupos más endurecidos. El ex amigo del cordobés Julio Antún —un apologista de Los Montoneros—, del ex mayor Bernardo Alberte y del joven Rodolfo Galimberti (uno de los enterradores de Paladino). También es confidente de Héctor Villalón. Si la visita de Villalón a Buenos Aires se concretara, parecería claro que Perón conforma a su corte madrileña (Isabel, López, Antonio) y consigue unir a sectores dispersos. La estrategia militar serviría así para lograr una victoria política y otra doméstica.

EL GENERAL ATACA CON LA DAMA
EL FUTURO. Juan Domingo Perón parece, pues, dispuesto a aceptar el envite electoral del gobierno. Al menos hasta tanto él crea necesario romper el diálogo acuerdista: un plazo que Perón estima puede cumplirse hacia junio del año próximo.
Para llegar en las condiciones más favorables a esa fecha límite, El Jefe propugna la unidad y la solidaridad. Cámpora (un protegido de Isabel) y la mismísima esposa de Perón deberán viajar para conseguir esa proeza.
Que la dama de Perón va a jugar un papel importantísimo en la etapa que se avecina es algo que pocos dudan. Menos que nadie lo sospecha el comendatore Giancarlo Elia Valori, un íntimo de Perón. "Doña Isabel —aseveró Valori al corresponsal madrileño de Panorama— está cumpliendo ya una tarea importantísima y será más trascendente aún en fecha próxima."
Después de dos días de diálogos con Perón, el presidente del Instituto de Relaciones Internacionales de Roma confesó que "soy un amigo desinteresado de esta casa. Quizás el único visitante a que no aspira a ninguna candidatura". Valori llegaba después de una larga gira que lo llevó a París, Lisboa y Moscú, importantes capitales que algo pueden tener que ver con la política argentina.
"Doña Isabel —declaró Valori— es la más fiel intérprete de Perón, un hombre a cuyo lado vive desde hace quince años. Está llamada a tener una gran trascendencia porque es, precisamente, la garantía de continuidad de los ideales justicialistas."
Las declaraciones de Valori, un intrépido buceador extranjero de la política argentina, adelantan premonitoriamente el papel que la dama de Perón jugará en los próximos meses.
Un papel que en el ajedrez argentino servirá para un jaque definitorio. 

Jorge Daniel Paladino: Recordando sin ira
Siempre sobrio, bien vestido, Jorge Daniel Paladino concurrió el jueves pasado al restaurante Chiquín para celebrar el primer aniversario de la coincidencia La Hora del Pueblo. Algunas horas después, ya en su cuartel general —una empresa de publicidad en Suipacha y Diagonal—, respondió a un reportaje de Panorama. Este fue el diálogo:
—¿Qué siente un hombre que llegó a la cima del mundillo político cuando debe volver, vertiginosamente, a la llanura?
—Ustedes, los periodistas, tienen algunas expresiones sintetizadoras que aunque son, por supuesto, muy gráficas, dejan de lado muchas cosas. Ni estuve en la cima ni he bajado al llano. A mí me tocó un puesto de lucha y cumplí una misión. Ahora la lucha sigue. Nosotros creamos las condiciones para que el pueblo vuelva al poder; dimos una imagen de Justicialismo - Gobierno que es hoy la gran esperanza argentina. Siento que en estos momentos mi responsabilidad es mayor, porque hay que evitar que otros destruyan lo único que hace grande a los pueblos: la fe en sí mismo. Para eso hemos trabajado y seguiremos haciéndolo.
—Perón le aceptó la renuncia: ¿se siente mal?
—Como dicen los criollos, yo no tengo vicios chicos. Además, yo ya le había dicho a Perón —cuando logramos la restitución de los restos mortales de Evita y obtuvimos la fecha de elecciones— que la misión encomendada estaba cumplida, que yo debía dejar el cargo. Perón, por un exceso de delicadeza, insistió en que yo debía ser el hombre para la nueva etapa que se iniciaba. Pero todos sabíamos que no podía ser.
—¿Qué experiencias ha extraído de su acción política?
—La más importante: que el pueblo argentino —las bases, como suele decirse— "sobra" a sus dirigentes. Yo diría que en esto casi no hay excepciones. El pueblo está harto de mentiras, trampas y promesas. Su nivel de conciencia desborda a la clase dirigente que le ha tocado. No es apático ni escéptico.
Otra experiencia importante es haber conocido a hombres muy valiosos en todos los sectores, con coincidencias profundas que recién están aflorando: La Hora del Pueblo fue un paso vital que dimos en ese sentido. El futuro de la Nación depende de esas coincidencias.
—¿Piensa dejar la política?
—Le dije ya que la lucha continúa.
—¿Deja su cargo con rencor, con frustración?
—En absoluto. La acción no da tiempo para esos sentimientos, que son lujo de ociosos. Por otra parte, yo he tenido suerte: en estos tres años y medio en que estuve al frente del movimiento hemos puesto al Justicialismo en el umbral del poder. Perón es el eje de la política nacional; el porvenir es peronista. Falta el retorno físico del Líder. Pero ésa es una cuestión que debe decidir Perón personalmente. 

Isabel Martínez: La obra de un artífice
Desde Madrid, el corresponsal Armando Manuel Puente cablegrafió a Panorama, en las últimas horas del viernes pasado, su entrevista con Isabel Martínez de Perón.
Desde el viaje de nueve meses, efectuado entre octubre de 1965 y junio de 1966, cuando hizo sus primeras armas en la política, hasta la fecha, un profundo cambio se ha operado en la personalidad de Isabel Martínez. Su carácter se ha hecho más firme y decidido, al mismo tiempo que se ha vuelto más reflexivo. Esta transformación parecería haberse acelerado en los últimos tiempos, en los que ha permanecido al lado de su marido en calidad de vicepresidente del Comando Superior, en todas las reuniones de dirigentes políticos, gremiales y juveniles, que peregrinaron a la quinta de Puerta de Hierro y ha jugado un papel decisivo en los últimos acontecimientos, principalmente en la defenestración de Jorge Daniel Paladino.
Como ocurría con María Eva Duarte, Isabel Martínez se ha convertido también en la más celosa y devota centinela de su marido. Ella es hoy quien tiene las llaves de acceso y clausura a la quinta madrileña. "En el último mes de octubre hemos recibido cuatrocientas siete visitas —dijo a Panorama—. En algunos casos eran de personas que habían venido a vernos cuatro, cinco o más veces, pero en otros sólo se trataba de gente de paso, que deseaban saludar y ver a Perón". Como Eva Duarte, Isabel Martínez llama a su esposo por el apellido; por otra parte, sin un deliberado propósito de mimetismo —o más probablemente moldeada por su marido — Isabelita parecería ir identificándose con Evita. Curiosamente, el proceso ha ido agudizándose en los dos últimos meses, desde que los restos de ésta fueron depositados en la quinta y la actual esposa de Perón se encargó de limpiar el cuerpo y peinar los rubios cabellos "que aún conservan todo el frescor, como- si estuviera viva". Acaso sea necesario consignar que el cuerpo de Eva Perón ha sido depositado en un féretro nuevo, tapizado de azul celeste y vestido con una blanca túnica cosida por las hermanas Duarte durante su permanencia en Madrid.

DE DONDE SALEN LAS VERDADES.
La voz de Isabelita ha sido educada y tiene hoy un tono sencillo y persuasivo, pero sobre todo el trabajo de forja se advierte en su mente, labrada sin duda por Perón, quien aspira encontrar en ella —como antes en Eva— el nexo que lo una y lo interprete al pueblo, como elemento polarizante de enlace entre los diversos sectores del peronismo. Esa es al menos la conclusión a la que fue posible llegar después de una conversación de más de dos horas con Juan Domingo Perón y su esposa. Ese mismo día — el de la entrevista, viernes 12— el matrimonio había permanecido todo el tiempo con el doctor Cámpora, el ex coronel Osinde y el doctor Valori, quienes almorzaron en la casa. Cauta, Isabel Martínez se excusó de hacer declaraciones sobre los más recientes sucesos, quizá porque a lo largo del día habían llegado a Puerta de Hierro precisiones sobre la gravedad de las heridas recibidas por Norma Kennedy Y otras cinco personas, y un aire triste pesaba sobre los habitantes de la residencia: "Norma estuvo aquí —recordó Isabelita— el ocho de octubre para el cumpleaños de Perón". Pero una vez iniciada la entrevista, Perón analizó off the record los motivos que lo impulsaron a la normalización de las 62 Organizaciones y a dar instrucciones a Juana Larrauri "dos de las tres patas del banco del Movimiento". Versátil, recordó a Gálvez con motivo de la visita que hace unos días le hiciera Luis Elias Sojit; se refirió también a su reciente visita a Barcelona donde fue a ver al doctor Puigvert y dejó que su esposa formulara juicios y tesis que muestran hasta qué punto está siendo preparada para asumir un importante rol político en un futuro próximo: "Usted sabe que voy a viajar, pero no me pregunte la fecha, ése es un secreto de Perón". Sonriente, el líder subrayó: "Le he dado algunos consejos, porque como dice Martín Fierro es de la boca de los viejos de donde salen las verdades".

FACTOR DE CONCILIACION. "En la tarea política hay que hablar mucho de las cosas, poco de los demás y nada de sí mismo", dijo Isabel Martínez para eludir una respuesta concreta a la crisis del Justicialismo en los últimos días. Luego de detenerse a pensar, prosiguió: "Sólo la soberbia es más repudiable que la adulación. El dirigente peronista debe saber desligarse de ambas. Además, en el Movimiento Peronista sólo los humildes tienen cabida y a veces hay que dar algunas lecciones a los que no lo son; en el peronismo todos somos artífices del destino común, ya que no debe ser el instrumento de la ambición de nadie. El peronismo no es de nadie en particular, porque pertenece a todos los peronistas por igual y todos dentro de él tenemos las mismas obligaciones e idénticos derechos, pero nadie que no cumpla bien con las primeras puede invocar los segundos".
Hizo una pausa y miró sonriente a Perón, que la miraba impasible: "El dirigente —prosiguió— es quien tiene mayores obligaciones y responsabilidades. Sus faltas, sus errores, son siempre más graves y más perniciosas cuanto mayor sea la jerarquía que inviste en el movimiento. Hay que pensar que el hombre es bueno, pero si se lo vigila es mejor'".
Luego, refiriéndose a ella misma, definió: "Aspiro a que mi misión fundamental sea la unidad, a la que sólo puede llegarse por la persuasión y el convencimiento. En esa tarea estamos".
—Señora, en los últimos meses ha aprendida usted el arte de la elocuencia.
"...Pero la elocuencia no es sino la expresión de la verdad en el menor número de palabras, y la verdad es, en último análisis, el arma fundamental del político. La verdad debe ser siempre dicha sin artificios", y redondeó: "El que se dedique a la política ha de saber de antemano que al éxito se llega sólo por el sacrificio, sólo lo puede enfrentar el que lucha sinceramente por una causa. Así como nace el hombre capaz de escapar a su destino, no debiera nacer ningún hombre que no tenga una causa a la que servir, porque ésa es la única forma en que se justifica su existencia, dice Perón".
Aludido, Perón repitió su aclaración: "Yo sólo le he dado unos consejos que me ha costado mucho adquirir". Entonces Isabel concluyó: "Aspiro a ser un factor de conciliación entre los argentinos y en primer lugar entre los peronistas, pero sin que ello signifique renegar de los principios. Mi único compromiso es con Perón y con la Nación Argentina. No tengo ningún otro, ni siquiera con los dirigentes".
Vadim es un fabricante de estrellas, desde Brigitte Bardot a Jane Fonda; Perón prefiere moldear políticamente a sus mujeres. Su segunda obra está a punto de ser concluida. Cuando llegue a Buenos Aires sorprenderá a muchos y es posible que se le aplique el título de "La mujer del látigo" con el que una norteamericana escribió una biografía de Eva Perón. ("En todo caso, el látigo para expulsar del templo a los últimos mercaderes", precisa Isabel.) Ahora, el odontólogo Héctor Cámpora debe despejarle el camino y tiene como misión —una misión transitoria— trazar los cauces para que se celebre el congreso partidario en febrero próximo. Probablemente, poco después concluya su delegación; en cualquier caso nunca asumirá, como su predecesor, la doble función de delegado y secretario general del Movimiento, un puesto que pasee reservado para doña Isabel Martínez

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