viernes, 7 de diciembre de 2018

EL PUEBLO QUE INVENTÓ EL CERO

EL PUEBLO QUE INVENTÓ EL CERO

EL PUEBLO QUE INVENTÓ EL CERO
Fue un pueblo que tuvo su infancia cultural en la Edad de Piedra y nunca conoció el principio de la rueda. Sin embargo, prosperó hasta niveles intelectuales y artísticos que ninguna otra raza en las antiguas Américas pudo alcanzar.
Sabían calcular los movimientos de los planetas y predecir eclipses con una exactitud que no volvió a repetirse hasta el siglo XX. Su sistema matemático no fue siquiera igualado por el antiguo Egipto. Podían contar de millones en millones y emplearon el concepto del cero 1.000 años antes que el resto de la humanidad. Pero su sabiduría envolvía paradojas.
Jamás fueron capaces de construir un arco de gran resistencia en sus edificaciones. Su escritura era aún pictográfica cuando otros pueblos gozaban de una elegante literatura.
Los mayas de Mesoamérica crearon una civilización tan espléndida como original; una cultura cuya brusca desaparición sigue siendo una de las grandes incógnitas de la historia.
No se sabe cómo se transformaron de primitivas comunidades de agricultores y pescadores hacia el año 1500 antes de J.C. en el poderoso imperio, cuyas numerosas ciudades se desparraman por territorios de Honduras, de Guatemala y del sudeste de México. Pero lo hicieron y lo hicieron solos.
En el transcurso de los siglos, los mayas fueron depurando un sistema social rigurosamente distribuido en clases: en primer lugar, una nobleza hereditaria bajo el mandato de un rey sacerdote; a continuación, los trabajadores comunales libres y, finalmente, los esclavos que eran en general prisioneros aprehendidos en campaña. Los cautivos importantes, sin embargo, servían de sacrificio humano al dios creador Hunab Ku.
Sólo empleaban tres símbolos matemáticos: el punto representaba la unidad; la barra, el cinco, y la concha, el cero. Pero con ellos calculaban cifras de millones, empleando un sistema de posiciones. Así como en nuestro sistema decimal las posiciones de derecha a izquierda aumentan de diez en diez, en el sistema maya vigesimal los valores de las posiciones aumentaban de veinte en veinte, de abajo arriba.
El calendario maya arranca de un día del año 3113 antes de J.C. y contaba el número de días que desde entonces se habían sucedido, pero se ignora el motivo por el que eligieron esa fecha mítica como punto de partida cuando empezaron a llevar la cuenta más de 3.400 años después. En lugar de semanas, meses y años, los mayas observaban el hin (un día), el uinai (20 días), el tun (360 días), el katún (7.200 días) y el baktún (144.000 días).
Sus ciudades albergaban hasta 40.000 habitantes y vivían de un complicado sistema de comercio.
De repente, sin que pueda explicarse la razón, hacia el principio del siglo X de nuestra era la civilización maya llamada «clásica» se desintegró. Las ciudades fueron abandonadas y sólo dos siglos más tarde florecieron de nuevo grandes centros urbanos (Chichén-Itzá, Uxmal) en las tierras bajas del norte de la península de Yucatán. Se han formulado numerosas hipótesis que tratan de explicar esta caída, pero todas son puras conjeturas.
Una supone que el sistema agrícola se hundió al agotarse el suelo y ser invadido por la selva. Otros sugieren terremotos, enfermedades o invasiones procedentes del altiplano central de México. También es posible que se produjeran violentos levantamientos populares contra las clases dirigentes, hipótesis que parece confirmar el hallazgo de mutilaciones deliberadas de las representaciones de dioses y caudillos en algunas estelas de la época clásica. En cualquier caso, la incógnita sigue planteada en el mismo corazón de América.    

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