sábado, 24 de febrero de 2018

EL GENERAL ATACA CON LA DAMA


EL GENERAL ATACA CON LA DAMA
EL GENERAL ATACA CON LA DAMA


Interesante nota histórica publicada por la Revista PANORAMA el 16 de  noviembre 1971

"La improvisación es la verdadera piedra de toque del ingenio." - Moliere.

Para muchos políticos argentinos es inadmisible que Juan Domingo Perón conduzca su movimiento verticalmente. "Utiliza métodos cesaristas", protestan. Al pretender que el huésped de la Puerta de Hierro se mueva como un caudillo de comité se equivocan, sin embargo. Porque para Perón la política es similar a la guerra: el mando debe estar sin excepciones en el Estado Mayor. Él aplica a su movimiento las teorías militares clásicas; mueve sus regimientos como en un campo de batalla y jamás olvida una tradicional enseñanza: nada desorganiza más a un ejército que la democracia interna.
Los últimos movimientos del Líder confirman esos procedimientos: cercó prolijamente a su propio delegado personal —Jorge Paladino—, un hombre que durante tres años y medio trabajó con lealtad para Perón, dotó al justicialismo de una imagen burguesamente respetable, forjó una alianza con otros partidos, obtuvo del gobierno la promesa de elecciones sin fraude y recuperó el cadáver de Eva Perón, antigua reivindicación del peronismo. Provocó su renuncia y lo reemplazó por Héctor Cámpora, un ex diputado que se autocalificó de "obsecuente". ¿Cómo se explican las últimas maniobras bélicas de Perón?

LOS FLANCOS DEBILES. La semana última el abogado personal del Viejo llegó a Buenos Aires con una cinta de Perón dirigida "a todos los compañeros". Isidoro Ventura Mayoral —un catalán de Lérida, el mismo terruño de Arturo Mor Roig, que durante la Guerra Civil Española peleó en la columna de Líster— no actúa abiertamente en las pugnas internas del justicialismo; aunque a veces se convierte en el hombre elegido por El Viejo para ciertas misiones especiales: por ejemplo, él fue quien denunció que los restos de Evita habían sido mutilados; él llevó a Perón las profesiones de fe de varios caudillos provinciales del neoperonismo y —hecho sintomático— fue también el único civil presente en la comida de oficiales justicialistas retirados que se celebró el viernes último en Vicente López.
EL GENERAL ATACA CON LA DAMA
El cassette que Perón entregó a Ventura Mayoral trajo a la Argentina la cascada voz del Líder (cortada a menudo por una empecinada tos) pregonando con insistencia significativa la necesidad de que el Movimiento se estructure en base a tres valores fundamentales: unidad, solidaridad y organización. "Hemos logrado que el enemigo se desenmascare —afirma la grabación—: ahora sabemos que se trata de la camarilla militar que ejerce la dictadura en nombre de las Fuerzas Armadas." Según Perón, todo empezó en 1956 en una reunión de militares de toda América realizada en Panamá donde "los yanquis decidieron convertir a los ejércitos nacionales de América latina en policías militares". La exhortación a unirse solidariamente en la organización del justicialismo parece ser la única —veladísima— crítica que Perón lanza contra Paladino. Al parecer, el juego que El Colorado se vio precisado a desarrollar durante estos meses para lograr el visto bueno de los factores de poder para el Movimiento, limitó excesivamente las posibilidades de unificación. Por lo demás, el gobierno pareció dispuesto a estructurar una fuerza propia con el apoyo de algunos de aquellos a quienes Paladino dejaba de lado (neos y sindicalistas); se trataba, entonces, de cortar esa maniobra. Para ello era preciso integrar a los remisos. Esa tarea deberá empezar a desarrollarla Cámpora. Encontrará aliados en aquellos que pugnaban contra el ex delegado y sus amigos.
Para cobijar a los sindicalistas Perón les entregó cierta autonomía de vuelo y les permitió reorganizar a piacere las sesenta y dos organizaciones. Probablemente un hombre amigo de los jeques sindicales integre en los próximos meses la conducción local: el teniente coronel Jorge Osinde, un ex jefe de Servicios de Inteligencia que mantiene un buen contacto con militares en actividad.
Cámpora, por su parte —contando con la ayuda del mismísimo apoderado del Viejo—, es muy capaz de reunir a los neos. Pero ¿cómo integrar a los jóvenes duros? ¿Cómo —además— mantener a todos "unidos y solidarios"? Para responder con hechos a la primera pregunta es probable que en las próximas semanas viaje a la Argentina un miembro del Comando Superior: Héctor Villalón. Acaudalado comerciante y financista, amigo de los gobernantes árabes y chinos, cripto marxista y ex jefe del Movimiento Revolucionario Peronista, Villalón sería la persona indicada para lograr el consenso de los duros.

EL GENERAL ATACA CON LA DAMA
EL FRENTE INTERNO. Policlasista, poli-ideológico, el peronismo sólo se unifica en Perón, por eso, el General deberá apelar al viaje de su tercera esposa para que ese maremágnum obtenga cierta coherencia. Isabel viajará a Buenos Aires y —miembro, como es, del Comando Superior con el cargo de vicepresidente— será una delegada personal de primerísima categoría. Si ella no consigue unir a los peronistas, la única esperanza volverá a ser el mitológico avión negro.
Pero lo curioso es que todas las contradicciones internas del Movimiento se concentran en la capital española. Allí, en Madrid, determinados personajes canalizan —a través de infinitas intermediaciones— las presiones que llegan desde Buenos Aires.
Ejemplos: Paladino —representante del sector centrista, "liberal", del Movimiento —contó con el aval de Isabel Martínez de Perón durante largos meses. Cuando ese aval se acabó —es sintomático— El Delegado cayó. Y la señora de Perón fue a recibir al aeropuerto —estas ceremonias en la simbología justicialista son muy significativas— a Héctor Cámpora: unos días después: él reemplazaba a Paladino.
Otro ejemplo: José López Rega, secretario personal de Perón, ejerce influencia política en Madrid. Amigo de José Rucci y de los grupos de derecha del Movimiento —quizás una nostalgia por su antiguo cargo en Coordinación Federal—, él promociona la participación de Osinde en la dirección justicialista en la Argentina. Pero hay otro jugador en Madrid: el financista Jorge Antonio se convirtió en los últimos meses en el adalid de los grupos más endurecidos. El ex amigo del cordobés Julio Antún —un apologista de Los Montoneros—, del ex mayor Bernardo Alberte y del joven Rodolfo Galimberti (uno de los enterradores de Paladino). También es confidente de Héctor Villalón. Si la visita de Villalón a Buenos Aires se concretara, parecería claro que Perón conforma a su corte madrileña (Isabel, López, Antonio) y consigue unir a sectores dispersos. La estrategia militar serviría así para lograr una victoria política y otra doméstica.

EL GENERAL ATACA CON LA DAMA
EL FUTURO. Juan Domingo Perón parece, pues, dispuesto a aceptar el envite electoral del gobierno. Al menos hasta tanto él crea necesario romper el diálogo acuerdista: un plazo que Perón estima puede cumplirse hacia junio del año próximo.
Para llegar en las condiciones más favorables a esa fecha límite, El Jefe propugna la unidad y la solidaridad. Cámpora (un protegido de Isabel) y la mismísima esposa de Perón deberán viajar para conseguir esa proeza.
Que la dama de Perón va a jugar un papel importantísimo en la etapa que se avecina es algo que pocos dudan. Menos que nadie lo sospecha el comendatore Giancarlo Elia Valori, un íntimo de Perón. "Doña Isabel —aseveró Valori al corresponsal madrileño de Panorama— está cumpliendo ya una tarea importantísima y será más trascendente aún en fecha próxima."
Después de dos días de diálogos con Perón, el presidente del Instituto de Relaciones Internacionales de Roma confesó que "soy un amigo desinteresado de esta casa. Quizás el único visitante a que no aspira a ninguna candidatura". Valori llegaba después de una larga gira que lo llevó a París, Lisboa y Moscú, importantes capitales que algo pueden tener que ver con la política argentina.
"Doña Isabel —declaró Valori— es la más fiel intérprete de Perón, un hombre a cuyo lado vive desde hace quince años. Está llamada a tener una gran trascendencia porque es, precisamente, la garantía de continuidad de los ideales justicialistas."
Las declaraciones de Valori, un intrépido buceador extranjero de la política argentina, adelantan premonitoriamente el papel que la dama de Perón jugará en los próximos meses.
Un papel que en el ajedrez argentino servirá para un jaque definitorio. 

Jorge Daniel Paladino: Recordando sin ira
Siempre sobrio, bien vestido, Jorge Daniel Paladino concurrió el jueves pasado al restaurante Chiquín para celebrar el primer aniversario de la coincidencia La Hora del Pueblo. Algunas horas después, ya en su cuartel general —una empresa de publicidad en Suipacha y Diagonal—, respondió a un reportaje de Panorama. Este fue el diálogo:
—¿Qué siente un hombre que llegó a la cima del mundillo político cuando debe volver, vertiginosamente, a la llanura?
—Ustedes, los periodistas, tienen algunas expresiones sintetizadoras que aunque son, por supuesto, muy gráficas, dejan de lado muchas cosas. Ni estuve en la cima ni he bajado al llano. A mí me tocó un puesto de lucha y cumplí una misión. Ahora la lucha sigue. Nosotros creamos las condiciones para que el pueblo vuelva al poder; dimos una imagen de Justicialismo - Gobierno que es hoy la gran esperanza argentina. Siento que en estos momentos mi responsabilidad es mayor, porque hay que evitar que otros destruyan lo único que hace grande a los pueblos: la fe en sí mismo. Para eso hemos trabajado y seguiremos haciéndolo.
—Perón le aceptó la renuncia: ¿se siente mal?
—Como dicen los criollos, yo no tengo vicios chicos. Además, yo ya le había dicho a Perón —cuando logramos la restitución de los restos mortales de Evita y obtuvimos la fecha de elecciones— que la misión encomendada estaba cumplida, que yo debía dejar el cargo. Perón, por un exceso de delicadeza, insistió en que yo debía ser el hombre para la nueva etapa que se iniciaba. Pero todos sabíamos que no podía ser.
—¿Qué experiencias ha extraído de su acción política?
—La más importante: que el pueblo argentino —las bases, como suele decirse— "sobra" a sus dirigentes. Yo diría que en esto casi no hay excepciones. El pueblo está harto de mentiras, trampas y promesas. Su nivel de conciencia desborda a la clase dirigente que le ha tocado. No es apático ni escéptico.
Otra experiencia importante es haber conocido a hombres muy valiosos en todos los sectores, con coincidencias profundas que recién están aflorando: La Hora del Pueblo fue un paso vital que dimos en ese sentido. El futuro de la Nación depende de esas coincidencias.
—¿Piensa dejar la política?
—Le dije ya que la lucha continúa.
—¿Deja su cargo con rencor, con frustración?
—En absoluto. La acción no da tiempo para esos sentimientos, que son lujo de ociosos. Por otra parte, yo he tenido suerte: en estos tres años y medio en que estuve al frente del movimiento hemos puesto al Justicialismo en el umbral del poder. Perón es el eje de la política nacional; el porvenir es peronista. Falta el retorno físico del Líder. Pero ésa es una cuestión que debe decidir Perón personalmente. 

Isabel Martínez: La obra de un artífice
Desde Madrid, el corresponsal Armando Manuel Puente cablegrafió a Panorama, en las últimas horas del viernes pasado, su entrevista con Isabel Martínez de Perón.
Desde el viaje de nueve meses, efectuado entre octubre de 1965 y junio de 1966, cuando hizo sus primeras armas en la política, hasta la fecha, un profundo cambio se ha operado en la personalidad de Isabel Martínez. Su carácter se ha hecho más firme y decidido, al mismo tiempo que se ha vuelto más reflexivo. Esta transformación parecería haberse acelerado en los últimos tiempos, en los que ha permanecido al lado de su marido en calidad de vicepresidente del Comando Superior, en todas las reuniones de dirigentes políticos, gremiales y juveniles, que peregrinaron a la quinta de Puerta de Hierro y ha jugado un papel decisivo en los últimos acontecimientos, principalmente en la defenestración de Jorge Daniel Paladino.
Como ocurría con María Eva Duarte, Isabel Martínez se ha convertido también en la más celosa y devota centinela de su marido. Ella es hoy quien tiene las llaves de acceso y clausura a la quinta madrileña. "En el último mes de octubre hemos recibido cuatrocientas siete visitas —dijo a Panorama—. En algunos casos eran de personas que habían venido a vernos cuatro, cinco o más veces, pero en otros sólo se trataba de gente de paso, que deseaban saludar y ver a Perón". Como Eva Duarte, Isabel Martínez llama a su esposo por el apellido; por otra parte, sin un deliberado propósito de mimetismo —o más probablemente moldeada por su marido — Isabelita parecería ir identificándose con Evita. Curiosamente, el proceso ha ido agudizándose en los dos últimos meses, desde que los restos de ésta fueron depositados en la quinta y la actual esposa de Perón se encargó de limpiar el cuerpo y peinar los rubios cabellos "que aún conservan todo el frescor, como- si estuviera viva". Acaso sea necesario consignar que el cuerpo de Eva Perón ha sido depositado en un féretro nuevo, tapizado de azul celeste y vestido con una blanca túnica cosida por las hermanas Duarte durante su permanencia en Madrid.

DE DONDE SALEN LAS VERDADES.
La voz de Isabelita ha sido educada y tiene hoy un tono sencillo y persuasivo, pero sobre todo el trabajo de forja se advierte en su mente, labrada sin duda por Perón, quien aspira encontrar en ella —como antes en Eva— el nexo que lo una y lo interprete al pueblo, como elemento polarizante de enlace entre los diversos sectores del peronismo. Esa es al menos la conclusión a la que fue posible llegar después de una conversación de más de dos horas con Juan Domingo Perón y su esposa. Ese mismo día — el de la entrevista, viernes 12— el matrimonio había permanecido todo el tiempo con el doctor Cámpora, el ex coronel Osinde y el doctor Valori, quienes almorzaron en la casa. Cauta, Isabel Martínez se excusó de hacer declaraciones sobre los más recientes sucesos, quizá porque a lo largo del día habían llegado a Puerta de Hierro precisiones sobre la gravedad de las heridas recibidas por Norma Kennedy Y otras cinco personas, y un aire triste pesaba sobre los habitantes de la residencia: "Norma estuvo aquí —recordó Isabelita— el ocho de octubre para el cumpleaños de Perón". Pero una vez iniciada la entrevista, Perón analizó off the record los motivos que lo impulsaron a la normalización de las 62 Organizaciones y a dar instrucciones a Juana Larrauri "dos de las tres patas del banco del Movimiento". Versátil, recordó a Gálvez con motivo de la visita que hace unos días le hiciera Luis Elias Sojit; se refirió también a su reciente visita a Barcelona donde fue a ver al doctor Puigvert y dejó que su esposa formulara juicios y tesis que muestran hasta qué punto está siendo preparada para asumir un importante rol político en un futuro próximo: "Usted sabe que voy a viajar, pero no me pregunte la fecha, ése es un secreto de Perón". Sonriente, el líder subrayó: "Le he dado algunos consejos, porque como dice Martín Fierro es de la boca de los viejos de donde salen las verdades".

FACTOR DE CONCILIACION. "En la tarea política hay que hablar mucho de las cosas, poco de los demás y nada de sí mismo", dijo Isabel Martínez para eludir una respuesta concreta a la crisis del Justicialismo en los últimos días. Luego de detenerse a pensar, prosiguió: "Sólo la soberbia es más repudiable que la adulación. El dirigente peronista debe saber desligarse de ambas. Además, en el Movimiento Peronista sólo los humildes tienen cabida y a veces hay que dar algunas lecciones a los que no lo son; en el peronismo todos somos artífices del destino común, ya que no debe ser el instrumento de la ambición de nadie. El peronismo no es de nadie en particular, porque pertenece a todos los peronistas por igual y todos dentro de él tenemos las mismas obligaciones e idénticos derechos, pero nadie que no cumpla bien con las primeras puede invocar los segundos".
Hizo una pausa y miró sonriente a Perón, que la miraba impasible: "El dirigente —prosiguió— es quien tiene mayores obligaciones y responsabilidades. Sus faltas, sus errores, son siempre más graves y más perniciosas cuanto mayor sea la jerarquía que inviste en el movimiento. Hay que pensar que el hombre es bueno, pero si se lo vigila es mejor'".
Luego, refiriéndose a ella misma, definió: "Aspiro a que mi misión fundamental sea la unidad, a la que sólo puede llegarse por la persuasión y el convencimiento. En esa tarea estamos".
—Señora, en los últimos meses ha aprendida usted el arte de la elocuencia.
"...Pero la elocuencia no es sino la expresión de la verdad en el menor número de palabras, y la verdad es, en último análisis, el arma fundamental del político. La verdad debe ser siempre dicha sin artificios", y redondeó: "El que se dedique a la política ha de saber de antemano que al éxito se llega sólo por el sacrificio, sólo lo puede enfrentar el que lucha sinceramente por una causa. Así como nace el hombre capaz de escapar a su destino, no debiera nacer ningún hombre que no tenga una causa a la que servir, porque ésa es la única forma en que se justifica su existencia, dice Perón".
Aludido, Perón repitió su aclaración: "Yo sólo le he dado unos consejos que me ha costado mucho adquirir". Entonces Isabel concluyó: "Aspiro a ser un factor de conciliación entre los argentinos y en primer lugar entre los peronistas, pero sin que ello signifique renegar de los principios. Mi único compromiso es con Perón y con la Nación Argentina. No tengo ningún otro, ni siquiera con los dirigentes".
Vadim es un fabricante de estrellas, desde Brigitte Bardot a Jane Fonda; Perón prefiere moldear políticamente a sus mujeres. Su segunda obra está a punto de ser concluida. Cuando llegue a Buenos Aires sorprenderá a muchos y es posible que se le aplique el título de "La mujer del látigo" con el que una norteamericana escribió una biografía de Eva Perón. ("En todo caso, el látigo para expulsar del templo a los últimos mercaderes", precisa Isabel.) Ahora, el odontólogo Héctor Cámpora debe despejarle el camino y tiene como misión —una misión transitoria— trazar los cauces para que se celebre el congreso partidario en febrero próximo. Probablemente, poco después concluya su delegación; en cualquier caso nunca asumirá, como su predecesor, la doble función de delegado y secretario general del Movimiento, un puesto que pasee reservado para doña Isabel Martínez

 http://www.magicasruinas.com.ar/index.htm

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