martes, 25 de octubre de 2016

EL OASIS DE ANTOINE DE SAINT EXUPERY

EL OASIS DE ANTOINE DE SAINT EXUPERY
EL OASIS DE ANTOINE DE SAINT EXUPERY

El 12 de octubre de 1929 llega a nuestro país Antoine de Saint-Exupéry. Lo esperan en el puerto de Buenos Aires Jean Mermoz, Henri Guillaumet y Marcel Reine, pilotos franceses integrantes de la Aeroposta Argentina, filial de la Compagnie Générale Aéropostale de Francia, empresa dedicada al transporte de correo aéreo. Saint-Exupéry ocupará el puesto de Director de Explotación de la empresa argentina.
De común acuerdo con las autoridades de la Aeroposta, Saint-Exupéry, establece los vuelos en temporada veraniega a Mar del Plata,  crea otra escala en Uruguayana, Brasil, en la línea a Asunción e inaugura los servicios de transporte de pasajeros y correspondencia a Uruguay y Brasil.
Y aquí comienza verdaderamente esta breve anécdota-historia, que nos da pie para mostrar uno de los lugares más bellos de Entre Ríos. Ver
http://rudyargentina.blogspot.com/2016/10/castillo-san-carlos-parque-san-carlos.html
El oasis era, para Saint-Exupéry, una vieja mansión ubicada en una de las zonas más hermosas de Entre Ríos: Salto Chico, a orillas del Río Uruguay, sobre una altísima barranca desde donde se ve el Uruguay a través de las ventanas, cuando el río está bajo, permite el cruce casi a pie hasta el otro lado.
Fue construida en 1888 por el Sr. Eduardo de Machy (llamado Conde por la gente del lugar debido a sus ostentaciones) quién puso una fábrica de hielo y otra de extracto de carne, además de un saladero y desapareciera misteriosamente con toda su familia, de forma inexplicable. Cuarenta años mas tarde fue ocupado por la familia Fuchs Vallon.
En esa enorme casa que la gente del lugar idealiza llamándola "el castillo de San Carlos", vivía esta familia francesa que por esas cosas de la vida llevaba en ese lugar una apacible vida. Vida de franceses, aquí o allá, siempre va de la mano de una exquisita formación cultural y buen gusto, mezclado aquí con lo salvaje del lugar, en las afueras de Concordia, puro monte y aire fresco y playa y río y animales.
Las dos hijas del matrimonio Fuchs-Vallon fueron quienes descubrieron al francés volador una vez que su avión se averió y tuvo que aterrizar de emergencia en las suaves colinas aledañas al castillo. Y ellas, Edda y Suzanne (es un deleite leer en “Oasis” la descripción de estas niñas, ver documento relacionado), más la vinculación de su padre con la aviación, más la personalidad avasallante, erudición y amor por el piano de la señora de la casa lo hechizaron de modo tal que Antoine se hizo buen amigo de la familia. Y ese lugar, su gente, su geografía, su modo de vida singular constituyeron para el francés el oasis, el refugio para su corazón solitario tan lejos de la amada patria y su gente. Muchas veces volvió a visitarlos y luego, ya de vuelta en Europa, escribió ese cuento simple, nostálgico, ejemplar, que retrata de modo protagónico a las niñas que le parecían tan dignas como su Principito y que, como él, conocían el modo de llegar al corazón de los animales y los hombres.
Se cuenta que el las llamaba las “princesitas”.
Una anécdota en una vida. Una inspiración que sirve para otra inspiración que se hace carne en la memoria de la humanidad. Y parte de eso sucedió en estas tierras entrerrianas.
En enero de 1931 vuelve a Francia donde contrae matrimonio con Consuelo Suncin de Sandoval, a quien conociera en Buenos Aires. Una vivienda palaciega...
El Palacio hechizaba a los lugareños por la belleza de la construcción, sumado a la finísima decoración de su interior. El Castillo de San Carlos data de 1888, fecha que puede leerse en el portón de acceso al patio interior.
Pero todavía para los investigadores continúa siendo un misterio las causas que pusieron punto final a esta historia, cuando misteriosamente los dueños del lugar partieron desde su puerto para no volver.
Quien realice una visita al Parque Rivadavia, donde se encuentra el castillo, podrá disfrutar de la escultura “El Principito y su Asteroide”, obra realizada por la artista paranaense Amanda Mayor con el auspicio de los alumnos de la escuela República de Entre Ríos de la ciudad de Paraná.
Apostillas:

Cabe destacar que durante el mes de Mayo de 2000, concurrió a Concordia Richard Bach (escrito norteamericano que cuenta entre sus obras a Juan Salvador Gaviota) acompañado por el entonces Presidente de la Nación Dr. Fernando De La Rúa.
Este famoso escritor que llegó a Buenos Aires invitado por la Feria del Libro no quiso dejar pasar la oportunidad de ver con sus propios ojos la tierra de la que se enamoró Saint-Exupery.



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